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-¿Y entonces?
-¿Cuándo partimos? –respondio con una gran sonrisa.
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-Hace una semana me dijiste que te ibas, pero pensé que te ibas a tardar más… ¿y ya te vienes a despedir? –preguntó Hermione con gran tristeza.
-Sí, ya me voy.
-Pero… hubieran esperado un poco más, es decir… pedir sus boletos para dentro de un par de semanas o algo así; no para esta noche… y encima en un viaje muggle ¿Qué dice Draco de viajar en avión?
-Esta emocionado… al borde de la histeria por subirse a algo tan grande como un avión, pero emocionado al fin.
-¿Y que harás con la casa?
-Hable con una inmobiliaria, mi agente dice que se venderá apenas salga al mercado por haber sido del gran Harry Potter –respondio sonriendo mientras bebía un sorbo de café.
-¿Y qué harán allá?
-La misma inmobiliaria me contacto con una agencia allá, nos quedaremos un tiempo en un hotel mientras nos consiguen algo de nuestro agrado.
-¿Y tu Harry? –Preguntó Hermione viéndolo tiernamente, como quien está dejando salir a un pajarillo de su nido- ¿Qué harás allá?
-Bueno, pues yo pienso entrar a una academia para estudiar el idioma mientras Draco entra a otra para ser pocionista; después pienso pedir empleo.
Hermione lo miraba hablar entusiasmado de sus planes y no pudo menos que alegrarse por su amigo.
-Pero también… -continuó Harry poniéndose más serio- buscaré ayuda profesional para mí; le pedí al medimago de San Mungo que me recomendara a alguien especializado allá.
-¿En serio, Harry? ¿Buscarás ese tipo de ayuda? –exclamó emocionada.
-Sí, lo necesito… quiero ser una mejor persona, necesito ser una mejor persona…
Hermione lo abrazo para después darle un beso en la mejilla.
-Buena suerte cariño.
-Esa ya la tengo, tenerte como amiga lo demuestra.
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-Ya lo pensé mejor… -exclamó Draco con cara de espanto- ¿Por qué no mejor nos vamos vía traslador? Al fin que dices que nadas en dinero.
-Tranquilo, todo está bien –respondio tomándolo del codo y avanzando en dirección al avión.
-Pero esa cosa es enorme, nunca había visto una de cerca.
-Eso mismo dijiste de mí y mira, estás vivo.
-¡Idiota, nunca dije eso de tu “cosa”! –bufó sintiéndose arrastrado hacia esa monstruosidad.
-Te daré un calmante, tengo muchos –concluyó sonriendo el muy maldito.
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-Hermione, hija… que milagro que vienes a visitarnos –exclamó Molly Weasley al día siguiente al verla en la puerta de su casa- pasa, pasa… ¿ya desayunaste?
-Sí, gracias, pero un café estaría muy bien ¿Quién está en casa?
-Bueno, es domingo, todos están en casa ¿Por qué? –respondio caminando hasta la cocina.
-Me gustaría saludarlos y darles un mensaje de Harry.
Molly se detuvo en seco girándose de inmediato.
-¿Está bien, le sucede algo malo?
-Tranquila, todo está bien.
-Bueno, te sirvo tu café y los llamo a todos.
-Gracias.
Después de un rato, los gemelos, Ginny, Ron, Arthur y Molly, la miraban expectantes en la sala.
-¿Qué sucede Hermione? –preguntó Fred preocupado.
-Tranquilo Fred, solo vengo a darles un mensaje de Harry.
-¿Y porque no vino él, está mal de nuevo? –preguntó Ginny.
-No, al contrario, se encuentra tan bien como no lo había estado en mucho tiempo.
-¿Y entonces?
-Habla hija, que nos matas de la angustia –dijo Molly sentada junto a su marido.
-Vengo a decirles de parte de Harry, que los quiere mucho y que aunque las cosas se complicaron mucho este tiempo, él aun los considera su familia.
Molly comenzó a llorar con gran alivio al escuchar aquellas palabras.
-¿Pero porque nos lo dices ahora? –Preguntó Ron- ¿Y porque no vino él mismo a decírnoslo?
-Porque siente que aun necesita tiempo, que lo vivido fue muy difícil y necesita arreglar muchas cosas en su vida.
-¿Podemos ir a visitarlo entonces? –preguntó la menor de los Weasley.
-No, no puedes.
-Pero si dices que él nos considera aun su familia ¿Por qué no podemos?
-Porque él anoche tomó un vuelo a Francia; vivirá allá.
Toda la familia se quedó callada, mirándola anonadados.
-A… ¿Francia? –Musitó Ron sin salir de su asombro- Hermione ¿hablas en serio?
-Sí, muy en serio.
-¿Pero porque?... –preguntó Ginny- ¡¿Qué sucedió, porque lo dejaste ir?!
-Porque él así lo decidió y yo no soy quien para impedírselo, mucho menos cuando va a iniciar una nueva vida al lado del hombre que ama.
Si la sorpresa de su partida no había bastado, lo ultimo termino para hacerles caer la quijada hasta el suelo.
-El… tú… ¿Qué rayos quieres decir? –exclamó por fin Ginny.
-Que se fue con Malfoy –contestó Ron mirando a Hermione- ¿verdad?
-Sí, así es.
Ron se levantó esbozando una pequeña sonrisa mientras salía de la sala diciendo en voz baja, tan baja que solo Hermione lo alcanzó a oír.
-Buena suerte, amigo.
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-Hace cuatro meses que Harry y Malfoy se fueron a Francia ¿ya normalizaste tu ritmo de vida? –preguntó Jessica mientras tomaba un café con Hermione.
-Sí, ya me puse al corriente en mi trabajo y las relaciones con los Weasley mejoraron mucho, ya voy a tomar un té de vez en cuando con ellos y los chicos me escriben seguido o hablamos vía chimenea, las cosas van bien por allá.
-Nosotros también recibimos una llamada vía chimenea de vez en cuando, se le nota muchísimo mejor.
-Está en la escuela y está tomando terapia; de hecho los dos están en la escuela y los dos están tomando terapia.
-¿Malfoy también?... eso sí que es increíble –exclamó Jessica clavándole el tenedor a su pastelillo de moka.
-Eso fue gracias a Harry, porque tampoco fue de muy buena gana, te lo aseguro… pero dice que aunque fue a regañadientes, con el transcurso del tiempo le ha hecho bien.
-Me alegra… y cambiando de tema… -dijo Jessica como no queriendo la cosa- ¿Cómo vas con Ron?
-Insiste en que volvamos, pero la verdad aun no estoy segura, tengo que pensarlo aun.
-¿Pero qué es lo que hay que pensar? Dile claramente que no y ya.
-Pero es que han sido muchos años como para renunciar así a ellos… no sé, la verdad no estoy segura.
-Bueno, pues… ¡oh que sorpresa! –dijo de pronto viendo hacia atrás de Hermione haciendo que ella volteara a ver que sucedía.
Un chico alto, delgado, de tez blanca y cabello negro un poco largo, con bellos ojos azules se les acercó sonriendo.
-Hola chicas.
-Hola Brendan –saludó Jessica muy sonriente mientras él se quedaba de pie junto a la mesa- ¿pero qué pasa que no te sientas?
-Es que no quiero interrumpir, no pensé que estuvieras acompañada.
-Es cierto, permíteme presentarte a una amiga, se llama Hermione.
-Mucho gusto –saludó ella tendiéndole la mano.
-El es mi hermano Brendan.
-Hola.
-Bueno, yo te había citado aquí para platicar contigo –dijo la auror mirando su reloj- pero resulta que no recordaba que tengo una inspección dentro de media hora y apenas tengo tiempo de llegar al cuartel, te encargo a mi amiga para no dejarla aquí sola, nos vemos –concluyó dándole un beso a su hermano y luego a Hermione, quien lanzándole ojos de pistola, solo respondio con una sonrisa.
-Creo que nos han embarcado en algo que no esperábamos –dijo Brendan con una sonrisa un tanto apenado.
-Sí, me temo que si… -respondio sintiéndose algo cohibida.
-Pero bueno, alguien me había dicho que el pastel de esta cafetería es muy bueno, así que haré la prueba ya que estoy aquí.
-Pues no te engañaron, el de moka es el mejor… bueno, ese es mi favorito al menos.
-¡Vaya, también el mío! –dijo haciéndole una señal a la camarera- aunque también el de chocolate me encanta, cuando éramos niños, Jessica y yo una vez nos terminamos un gran pastel de chocolate que era para el cumpleaños de mi abuela… no hubo necesidad de castigo, pues el dolor de panza que nos dio fue más que suficiente.
-¿En serio? –respondio riendo viendo los largos dedos del chico acomodar una servilleta a su lado- que bellas manos…
¿Qué bellas manos?... ¿desde cuándo pensaba eso al ver a un chico?
-¿Y qué es lo que haces? –preguntó después de hacerle su pedido a la camarera.
Hermione sonrió mientras se disponía a disfrutar de esa tarde en la cafetería.
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-Hoy fuimos a visitar bibliotecas muggles –exclamó una cabeza a través de las llamas en la chimenea mientras Harry la miraba sonriendo con una libro en las piernas sentado en la alfombra- ¡no te imaginas la cantidad de libros que compramos! Con eso de que son usados son muy baratos, y a Brendan le encanta leer, no pensé que algún día iría con alguien a visitar esas bibliotecas sin que me este apurando o ponga cara de fastidio.
-¿Es pedrada?
-No, para nada…
-¿Y?... ¿ya se besaron en sus bocas?
-¡Harry!
-¿Qué?... –exclamó alzándose de hombros- ya con esta son cuatro citas en un mes, ya te tardaste ¿No?... porque por más que lo niegues, se ve que te encanta.
-Pues…
-No seas aguafiestas y confiesa, Granger –dijo Draco entrando en la sala con un plato de fruta en una mano y un libro de pociones en la otra.
-Entrometidos.
-No, entrometidos fuéramos si te preguntáramos si ya se acostaron.
-¡Draco! –exclamó escandalizada.
-¿Qué?... es lo más normal del mundo ¿no?
-Pues sí, pero no… aun no.
-¿Aun no se acuestan o aun no se besan?
-¡Ya nos besamos!
-Ah… entonces te refieres a que aun no se acuestan.
-Draco… -intervino Harry viendo como el otro se divertía a costillas de la pobre Hermione- ¿entonces ya son novios?
-Sí –dijo ella acalorada pero feliz- y la verdad estoy muy contenta.
-Me alegro.
-Bien por ti Granger, al menos no está lleno de pecas, espero.
-Draco… -exclamó Harry rodando los ojos.
-¿Qué?
-Bueno chicos, me voy, tengo una junta dentro de media hora, los quiero ¡bye!
-Nos vemos –respondieron ambos.
Cuando quedaron solos, Draco se sentó junto a Harry acomodando el plato de fruta entre los dos.
-Así que aun no se las ha dado.
-¡Draco!... aunque bueno, él tampoco tarda en pedírselas –dijo Harry riendo.
-Y hablando de darlas y pedirlas… -dijo Draco dejando su libro a un lado y mirando a Harry- yo… bueno, nuestra vida aquí está resultando muy buena, la verdad me siento muy tranquilo y la terapia me está ayudando más de lo que creí.
-Y tú que no querías ir.
-Bueno, bueno… pero fui ¿no?
-Ajá.
-¿Y tú como te has sentido, Harry?
-Muy bien, creo que se nota ¿no?
-A leguas… oye…
-¿Sí?
-¿Qué piensas acerca de nosotros?
-¿De nosotros?
-Sí, es decir… mira, la verdad yo ya quiero estar contigo… en la cama.
Harry lo miró viendo que Draco hablaba seriamente, que las bromas habían terminado y que era hora de pasar al siguiente nivel.
-Bueno, la verdad yo también lo deseo… -dijo mirándolo fijo- ya me siento mucho mejor, y nuestra convivencia ha sido muy especial… siento que cada vez te quiero más.
Draco sonrió entre complacido y sonrojado, pues esas palabras siempre eran como una caricia a su alma.
-Yo siento lo mismo.
-Bueno… pues yo ya me siento listo, si tú también lo estás, será cuando tú quieras… yo soy materia dispuesta –concluyó muy sonriente haciendo que Draco riera también.
-Sí, lo imagino.
-Pienso que hay que planearlo muy bien… digo, será nuestra primera vez, ya como una pareja no tan desequilibrada mentalmente.
-Gracias por lo que me toca.
-Aunque yo creo que siempre estaremos medio locos –continuó Harry rascándose la cabeza.
-Eso ni dudarlo, pero hablando de planearlo, quiero planearlo yo.
-¿Tú? ¿Y eso porque?
-Bueno, tengo ciertas cosas en mente desde hace tiempo ¿Qué opinas?
-Pues… de acuerdo –respondio alzando los hombros- pero ¿Qué cosas has pensado?... la verdad estás medio sospechoso.
-Solo una cosa Harry… ¿Qué rol hará cada uno?... ¿querrás ser el que la meta?... –preguntó mirando atento la reacción del moreno.
Harry sonrió dándose cuenta de que era mirado con gran escrutinio.
-Yo estoy dispuesto a hacer lo que tú quieras…
-¿Seguro?... porque tampoco quiero un pelele en la cama, hacías cosas muy ricas cuando te lo proponías.
-A lo que me refiero es que aunque me gusta ser yo quien te monte, tú decide lo que quieres que hagamos… te lo debo ¿no?
-Por supuesto.
-Bien… ¿y qué es eso que tienes planeado?
-Eso no te voy a decir ahora, solo quedemos en la fecha y entonces lo verás.
-De acuerdo… mmm… ¿te parece este fin de semana? En estos días tengo examen.
-Me parece perfecto, de hecho yo también tengo exámenes y para este fin ya no estaré tan apurado.
-De acuerdo.
Draco sonrió como un gato que se acaba de comer al canario haciendo a Harry mirarlo suspicaz.
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