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Una semana después, Harry regresaba de la academia de idiomas encontrando a Draco sentando en la sala.
-Hola… -saludó dándole un beso en los labios al rubio, quien respondió muy sonriente mientras palmeaba el asiento de al lado.
-Hola ¿Cómo te fue hoy?
-Muy bien ¿y a ti?
-También, voy que vuelo para ser tan bueno como mi padrino o incluso mejor que él, aunque bueno, aun me falta muchísimo camino para eso.
-Pero lo lograrás, estoy seguro… pero bueno, se ve que quieres hablarme de otra cosa –dijo sonriente.
-Sí, la verdad si… y es sobre lo que acordamos hace unos días.
-Sí, lo recuerdo y también recuerdo que tu dijiste que ibas a organizar todo porque tenias algo muy especifico en mente.
-Así es.
-¿Y bien?
-Bueno, hay un par de cosillas que quiero aclararte.
-Adelante.
-Bien… -dijo inhalando profundo y comenzando a hablar después- hemos llegado a un punto en nuestras vidas en el que, bueno… hablando de mí, puedo decir que estoy feliz… que me siento completo porque tengo lo que necesito, que es mi libertad, estabilidad emocional, aunque bueno, aun estoy trabajando en ello… y también a ti –dijo haciendo sonreír a Harry- y ahora me siento listo para dar un paso más.
-Bueno… -respondio Harry mirándolo a los ojos- yo también me siento bien… muy bien de hecho, pues ya no vivo en aquella oscuridad en la que me asfixiaba todos los días, en la que me asfixié durante tantos años… por primera vez en años veo claro, veo lo que tengo y lo que deseo, pero sobre todo, sé lo que tengo que hacer para conseguirlo; y me siento feliz de que tú estés conmigo, de que haya podido obtener tu confianza con el paso del tiempo y el que seas tú quien haya dado el primer paso para esto, me hace sentir feliz por ti, porque así ya sé que no… que no me ves como una amenaza, sino como un compañero… como tu pareja.
-Así es –convino Draco pasándole un dedo por la mejilla- y había necesidad de decir eso, pero también quiero hacer algo y espero que tu estés de acuerdo, porque si no lo estás, significa que aun tendremos que seguir trabajando en esto.
-Bueno ¿y qué es?
-Pues… -respondio Draco algo dudoso de cómo expresarse- antes que nada, quiero que sepas que cuentas con mi respeto, que a pesar de todo lo que vivimos, ya te perdoné desde hace mucho.
-Gracias.
-Peeeeero… -dijo comenzando a sonreír- me debes muchas… una en especial.
-¿Una en especial? –repitió entrecerrando los ojos.
-Ajá y lo que quiero hacer en esta, nuestra “primera vez”… es hacer un juego de rol.
-Ajá… ¿y cuál es?
-Mira, antes que nada, te diré lo que deseo, porque la verdad seria un mentiroso si te dijera que no he fantaseado con esto durante un buen tiempo.
-Vaya, así que has tenido tiempo de planearlo.
-Efectivamente, pero dejando eso de lado, hay un detalle en eso.
-Habla ya, que solo le estás dando vueltas, me pones de nervios.
-En los juegos de rol, se ponen palabras claves cuando comienzan a salirse de control.
-Eso es en los juegos rudos –dijo alzando una ceja.
-Exacto, en este caso deseo ser yo quien lleve el control.
-Bien –convino Harry asintiendo con paciencia, como no queriendo perderse ningún detalle.
-Y además, no deseo ninguna palabra de seguridad.
-¿Cómo? –respingo sorprendido.
-Así es Harry, me la debes… perdóname por lo que te voy a decir, pero el que te haya perdonado, no implica que haya olvidado… y esta espina que tengo clavada en el alma, tengo que sacármela a como dé lugar.
Harry lo miró sorprendido, sin saber que decir mientras Draco se ponía de pie y se acercaba a un par de cajas de cartón que había en el otro sofá.
-Necesito saber si aceptas entregarme todo el control… sin ninguna seguridad para ti.
-¿Sin ninguna seguridad para mí? –repitió alzando las cejas.
-Exacto… es obvio que no te voy a matar –añadió alzando las palmas.
-Vaya, que alivio –respondio con sarcasmo.
-Pero siento que tengo que hacer esto… es más, lo deseo con toda el alma… -dijo acercándose a Harry y acuclillándose frente a él poniendo sus manos en las rodillas del moreno que lo miraba perplejo.
Aunque Harry nunca esperó semejante petición, realmente no le sorprendió mucho y en el fondo comprendía muy bien el sentir de Draco y sería una tontería pensar que el momento de cobrárselas nunca iba a llegar, aunque las circunstancias fueran completamente diferentes.
-Acepto –dijo tomando el bello rostro entre sus manos- sé que te la debo y bueno… saber que no me matarás me da tranquilidad –añadió teatralmente.
-Genial –respondio Draco sonriendo ampliamente- aunque tranquilo, eso de no matarte es dramatizar, tampoco te dejaré herido o lesionado gravemente, eso era solo un decir, esto también se trata de que lo disfrutemos los dos.
-Bueno, pues adelante, soy todo tuyo.
-¡Bien, bien! –dijo poniéndose de pie y dirigiéndose a las cajas- mira, mi juego es simple en realidad, deseo que interpretemos el papel de alumno y maestro; yo siendo el maestro por supuesto –exclamó con entusiasmo, como un niño que va a iniciar algo muy emocionante- Toma, esta es la tuya -Harry tomo la caja de cartón poniéndola en el sofá mientras Draco continuaba hablando al tiempo que abría la suya siendo imitado por Harry- ahí está todo lo que necesitarás, serás mi alumno y esto se trata de impartirte clases particulares.
-¡¿Hufflepuff?!... –exclamó sacando una túnica con el escudo del tejón- ¿¡por qué Hufflepuff?!... ¿Por qué no Griffindor?... –añadió extendiendo la larga túnica de color negro frente a sí.
-Porque no es lo que tú quieras, además ya olvidaste lo que es ser un Griffindor, y un Slytherin… ni en tus sueños Potter, te falta mucho para ser de esa casa.
-Pues te informo que el sombrero seleccionador iba a enviarme ahí –respondio mirando la túnica con el ceño fruncido.
-El sombrero seleccionador me puede servir de bacinica, así que eso me importa un bledo, tú serás un Hufflepuff y se acabó.
-¿Pero un Hufflepuff?... –replicó dándole la vuelta a la túnica para examinarla hasta el último centímetro- a lo menos un Ravenclaw…
-No, ya dije lo que serás, además llama a Tombo.
-¿Para qué?
-Para darle la tarde y la noche libre, quiero comenzar en la sala y no querrás que nos vea ¿o sí?
-¡Obvio no!... ¡Tombo!
-¿Sí amo? –respondio el elfo apareciendo de inmediato en medio de la sala.
-Tombo, eee… puedes tomarte la tarde… o mejor dicho, la noche libre.
-¿Noche libre, amo? –Repitió el elfo con la angustia reflejada en sus enormes ojos saltones- ¿el amo ya no está a gusto con mis servicios? ¿Planea regalarme una prenda?
-No, claro que no, solo que… bueno…
-Lo que el amo Harry quiere decir, es que te vayas a dar una vuelta a la Conchinchina pues él y yo vamos a tener sexo por toda la casa y no quiere que nos veas–dijo Draco con toda la naturalidad del mundo- a mí en lo personal, tu opinión me importa un pito, pero él no quiere que le veas las nalgas.
-Pero ya se las he visto al amo, cuando le preparo su ropa de baño o cosas así –dijo Tombo pensando aun que todo era un pretexto para deshacerse de él definitivamente.
-Pues sí, pero no cuando está…
-Ve a la bodega en donde guardamos las motocicletas –interrumpió Harry sintiendo las orejas coloradas- llévate lo necesario para pasar la noche ahí y regresa mañana temprano para prepararnos el desayuno.
-No tan temprano amigo, terminaremos algo agotados –añadió Draco malicioso.
-Bueno, bueno, no tan temprano.
-¡Sera un placer, amo Harry! –respondio Tombo feliz de que no quisieran deshacerse de él definitivamente.
-Bueno… -dijo Draco cerrando su caja de nuevo- es temprano, son las 2:00 pm ¿Qué te parece que nos demos un baño relajante antes de empezar?... cada uno en su habitación por supuesto y nos vemos aquí a las 3:00 pm en punto, ya con nuestros aditamentos y todo, claro.
-De acuerdo –convino Harry tomando su caja- entonces nos vemos aquí a las 3:00 pm.
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Harry salió de la tina y comenzó a vestirse con lo que era un uniforme completo de Hogwarts, desde zapatos, pantalón negro, camisa, hasta la corbata amarilla con negro y rematando su flamante uniforme, la túnica de Hufflepuff.
-jmmm… -bufó mientras se miraba al espejo viendo el escudo de tejón, pero reconociendo que realmente no se veía tan mal… de hecho, el uniforme del colegio le sentaba muy bien, pues sus rasgos eran muy juveniles y su cabello era exactamente igual que en sus tiempos de escuela… indomable- bien… -dijo dándose una última ojeada y dirigiéndose a la caja para sacar lo que eran libros, pergaminos, un frasco de tinta y algunas plumas.
Vio en su reloj que ya faltaban cinco minutos para la hora convenida y con las cosas en sus brazos, salió de su habitación.
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Cuándo llegó a la sala, Draco aun no había llegado, por lo que sus nervios solo aumentaron, pues aunque las circunstancias eran muy diferentes a la última vez que tuvieron sexo, todo se le hacía muy nuevo, aunado al hecho de que esta primera vez era un juego de rol y sin haber sido el organizador de aquello, se sentía a ciegas.
-Bueno… -pensó dejando las cosas en la mesa ratona y sentándose en el sofá- al menos dijo que no iba a matarme.
A las 3:00 pm en punto, vio a Draco aparecer en lo alto de las escaleras y bajar con paso decidido; el rubio iba vestido con una larga túnica negra, muy parecida la de Snape y un portafolio de cuero negro en la mano.
Cuando llegó a la sala, Draco sonrió al ver a Harry vestido de uniforme y los libros en la mesa.
-Bien… -exclamó sacando su varita- para comenzar, esta mesa así no nos sirve, la transformaremos en un pupitre.
Cuando terminó, transformó el otro sofá en una mesa en donde colocó su portafolio y el florero en una silla, tanto mesa como pupitre, al mero estilo Hogwarts.
-¡Oh si, casi lo olvido! –Dijo corriendo a la cocina trayendo dos vasos- toma, bébetelo.
-¿Qué es? –Preguntó olisqueando el vaso- ¿Jugo de calabaza?
-Ajá, hace años que no lo tomamos y esa era la bebida por excelencia en Hogwarts… así completaremos la ambientación ¿no crees? –dijo dándole un sorbo a su vaso y después abriendo su portafolio para comenzar a sacar libros y pergaminos.
Harry bebió el jugo haciendo que de inmediato recordara la época en donde solían beber eso todos los días.
-Es cierto, esto me recuerda la escuela.
-Bueno ¿ya acabaste? –Dijo Draco acercándose para tomar el vaso, por lo que Harry apuro el resto del jugo para dárselo- bueno… -continuó el rubio desapareciendo ambos vasos- ¿te parece bien si comenzamos?
-Claro –respondio sonriendo intentando ocultar sus nervios.
-Bien –dijo Draco indicándole que se sentara en la silla del pupitre y desapareciendo el otro sofá después dejando un amplio espacio- Harry… tú serás el alumno Harry Potter y yo, seré el profesor Malfoy.
-¿Profesor de qué?
-De sexualidad por supuesto –respondio serio haciendo que Harry estallara en carcajadas- ¡Harry! –Exclamó haciendo un mohín de disgusto- esto es cosa seria.
-¡Lo siento, lo siento!... es verdad, es cosa seria.
-Bueno, esto da pie a que te comprometas a tomar la situación muy en serio, sino, no habrá chiste en esto ¿de acuerdo?
-De acuerdo –respondio controlando su risa y tomando ya en serio el juego que iban a interpretar.
-Bien… solo hay un detalle que tengo que recordarte.
-¿Sí?
-Tú te comprometiste a dejarme todo el control, así que me tomé la pequeña libertad de quitarte un poco de fuerza física para cuando tu cuerpo quiera defenderse por sí solo.
-¿Quitarme un poco de fuerza?... ¿a qué te refieres?
-A que físicamente tú eres más fuerte y de un golpe puedes mandarme al suelo.
-Yo no haría eso –respondio sintiéndose ofendido.
-Lo sé, pero no te ofendas, es algo que yo necesitaba hacer para que este juego resultase particularmente satisfactorio para mi, y créeme que también lo será para ti.
-Sí, pero ¿en qué momento me…? ¡El jugo de calabaza!
-Ajá… es una de mis invenciones, algo sencillo por supuesto y también inofensivo; así que no te preocupes.
-jmmm… pues ya qué.
-Bueno, entonces… ¿comenzamos?
-Comenzamos –respondió Harry recordándose a sí mismo, el porqué hacia todo aquello.
-Bien… -dijo el Profesor Malfoy terminando de sacar de su portafolios unos libros que acomodó cuidadosamente en su mesa, un frasco de tinta, varios pergaminos y algunas plumas de halcón, después sacó una regla de madera y la colocó junto a los libros, después una delgada vara de unos 40 cm de largo y finalmente su varita; cerró el portafolio y lo dejó en el otro extremo de la mesa.
Harry miraba fijamente la regla y la vara cayendo en cuenta del tipo de “maestro” que iba a resultar el profesor Malfoy.
-Muy bien señor Potter –dijo el profesor Malfoy guardando su varita en su manga y cruzando las manos por detrás situándose frente al pupitre de Harry- vamos a comenzar la lección.
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