Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Come Clean por girlutena

[Reviews - 51]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

lamento errores ortograficos....y algunas cosas que se entiendan espero que me lo hagan saber.

 

u_u

 

espero que les guste este capitulo.

 

(:

Era poco decir que Takeshi se encontrara sumamente nervioso por aquella repentina llamada, lentamente el rubor en sus mejillas fueron desapareciendo para volverse mas pálidas, mientras que delgadas y sutiles lágrimas salían de sus azulejos, apretó el celular contra su pecho, intentando detener el hipo que se le había formado, hasta que sintió que su celular empezaba a vibrar.


-Espero que estés descansando, intentare volver a llamarte mañana.     


                                 Buenas noches.                                                                                                                                            Sabaku No Gaara.


El rubio sonrió aun con finas lágrimas en sus ojos, coloco el pequeño aparato encima del buró y apago la lámpara, sintiendo como la tibiez del aire intentaba calarle el alma.


Sasuke estacionó el auto afuera de la Universidad de su novio, aún era muy temprano para que empiecen las clases o mejor dicho los exámenes de mitad de ciclo, pero Naruto quería llegar más temprano de lo normal y Sasuke no iba a permitir que el menor tomara el metro.


-Bueno ahora si me voy, Teme. –El menor se separó de los labios del moreno con un notorio sonrojo en sus mejillas, Sasuke aún no soltaba la muñeca del menor y con mucho cuidado le jalo para besar el dulce cuello de su novio.


-¿Te veo más tarde?


-¡Sí! Estoy pensando en ir a almorzar a Sharingan. –Sasuke acaricio los suaves cabellos dedicándole una fina sonrisa.


-Bien ahí te veré. –Naruto le sonrió y rápidamente le depositó un fugaz beso en los labios del mayor, para luego salir corriendo del auto para entrar a su Universidad, dejando a un aturdido azabache.


Takeshi se había levantado más que temprano y le impresiono haber encontrado el desayuno ya servido, sabía que Kabuto era muy responsable y gracias a él, muchas cosas de la casa funcionaban en orden.


Vio a Iruka bajar las escaleras con el montón de sabanas aun –limpias- pero sabía que el doncel y casi todos, tenían una manía extraña por cambiar las sábanas todos los días, el doncel pasó al frente de él, dedicándole una amorosa sonrisa, mientras que él tan solo comía un par de tostadas con mantequilla y mermelada.


Cuando estuvo en su habitación, pudo abrir una pequeña maleta, no se acordaba que era de él, ni siquiera sabía que la había puesto, pero cuando decidió abrirla, se arrepintió enormemente. Muchas fotos cayeron de esta, donde estaba aquel moreno que le había salvado de ser casi atropellado y aquel doncel que prácticamente era su hermano.


De pronto su celular empezó a sonar nuevamente y aun con el corazón palpitante y la respiración algo agitada por haber corrido hasta su cama, esta vez sí armó de valor para contestar la llamada.


-Sa… ¿Sabaku No-san?


-¿Cuántas veces te he dicho que solo me digas “Gaara”?, Koha-chan.


-No… no me llames así.


-¿Qué es lo que pasa, Takeshi? –El menor sintió un fuerte escalofríos cuando escuchó la voz algo molesta de su amigo, sabía que Gaara le podía leer, tan solo por escucharle la voz y era una de esas razones por las que se ponía nervioso al hablar con el mayor.


-No… no es… nada, es solo que… ya nadie me llama así.


-Bien. Entonces seré el único que podre llamarte de esa forma. ¿Te parece, Koha-chan? –Sabía que el varón no podía verle y tan solo por eso se permitió sonrojarse al oír a aquel apelativo, uno que no había escuchado desde hace muchos años.


-Está bien, Gaara-niisan. –Antes de que el otro pudiera añadir algo más, se dejó oír el fuerte grito proveniente de la primera planta.


-¿Ese fue, Kabuto-san?... ¿Espera?... ¡Estás en Japón y no me lo has dicho!


-Yo…


-¿Podemos vernos un día de estos?...claro si no estás ocupado.


-No… claro que no… ¿Puede ser mañana?


-¡Sí!... digo, claro, termino mi examen a las doce. ¿Paso por ti?


-… ¿Nos podemos encontrar en el mismo parque de siempre? –Por una parte estaba tan feliz de que su pequeño amigo recordara aquel parque, aquel mismo donde se conocieron por primera vez y fue en punto de encuentro para muchos más.


-Está bien, nos vemos ahí.


-…Bien…me…tengo que ir, Kabuto-san me está llamando.


-Bien, cuídate mucho Koha-chan, te quiero.


-Yo…yo…también te quiero…Gaara-niisan. –Después de aquello los dos cortaron sin decir nada más, cuando bajo las escaleras Iruka junto con Kabuto, quien los dos tan solo le miraban asombrados pero ninguno se atrevió a decir algo por las mejillas sonrojadas y la sonrisa embobada del menor.


-¡Gaara! ¿Estás listo? Nos toca en unos minutos.


-Sí, Naru. Vamos.


-¿Estas bien?...te vez más sonriente-ttebayo.


-Digamos que a veces por tan solo por escuchar la voz de la persona que más amas, sirve para alegrarte el día. –El rubio se quedó mirando “raramente” a su pelirrojo amigo, pero luego él también sonrió al darse cuenta que eso era verdad. Empezó a caminar más rápido para alcanzar al chico.


Tenían que dar una exposición de dos obras que más les había llamado la atención y ellos eligieron “Orgullo y Perjuicio” y “Romeo y Julieta” donde en las dos mostraban las distintas cualidades de las personas como seres humanos, donde en las dos mostraba el perjuicio de estar con una persona de clase más alta, donde en las dos había odio, temor e incluso amor. Donde en las dos a pesar de cualquier obstáculo la pareja terminaba amándose hasta el final de su historia.


-Nee, Gaara. ¿Quieres ir a comer a “Sharingan”?


-¿Sharingan? ¿Ese no es ese restaurante tan famoso, donde últimamente se tiene que hacer reservación para entrar? –El pelirrojo tan solo miraba como Naruto sonreía de oreja a oreja, mientras que afirmaba con su cabeza. -¿Y tienes reservación? –Pero el menor negó, aun con la sonrisa en su bronceado rostro. -¿Y entonces como piensas entrar?


-Ya veras, vamos. –Naruto salió del complejo seguido de su amigo. -¿Y cómo es esta persona que amas?


Gaara sonrió al recordar cuando conoció a Konohamaru, aun no entendía porque le habían cambiado de nombre, pero eso no le importaba, el doncel seguía siendo el mismo, el menor tan solo tenía cuatro años de edad y lloraba sentado en un viejo columpio, mientras que las frías gotas de la lluvia caían sobre él


-Es hermoso. Ahora que lo pienso. ¿Puedes creer que ustedes dos se parecen mucho?


-¿Así? ¿En qué forma?


-Bueno los dos tienen los ojos azules y el cabello rubio, aunque sus sonrisas son diferentes.


Naruto tan solo miraba la cara embobada de Gaara y luego mostro una sonrisa burlona.


-Vaya, ten cuidado con esa sonrisa embobada que tienes en el rostro, vallas a chocar contra un poste. –Gaara abrió sus ojos con algo de sorpresa para luego escuchar la risa burlona del doncel, pero este en vez de molestarse decidió seguirle el juego.


-Vamos, que es la misma que tú pones cuando te llama tu novio. Muy aparte del gran chupetón que tienes cerca del cuello de tu camisa. –Gaara rio tan alto, cuando vio como las mejillas del rubio empezaban a teñirse de un rojo vivo.


Después de haber caminado algunas calles más, entre burlas y risas, los jóvenes llegaron al famoso restaurante Sharingan, desde lejos se podía ver la inmensa cola de gente, esperando por una mesa.


-¿Estás seguro que nos dejaran pasar? –La voz de Gaara apenas y se podía oír sobre toda las voces de las personas y la bulla de los autos, Naruto tomo la manga de la camisa de su amigo y lo introdujo con fuerza al establecimiento.


Mientras que Gaara miraba maravillado por lo grande que se veía por dentro, le llamo la atención que su amigo haya desaparecido, el pelirrojo se quedó unos minutos mas, hasta que vio que el doncel salía de una puerta, seguida de un hombre tan alto de casi un metro noventa, sus cabellos azabaches, amarrados en una descuidada coleta.


-Buenas tardes, Sabaku No-san. –En estos momentos, para Gaara, Sasuke le parecía un hombre mas alto de lo normal, las facciones de su rostro se veían mas maduras y sus ojos brunos mas oscuros que antes.


-Buenas tardes, Uchiha-san. Lamento que haya tenido que salir de su trabajo para atendernos.


-No te preocupes Gaara, si no les molesta esperar unos segundos les diré a Suigetsu que les busque una mesa. –Antes de que el moreno se retirara fue detenido por la sutil mano del rubio, quien le dio un demandante beso en los labios.


El menor sonrió victorioso cuando vio las miradas decepcionadas de muchas mujeres y donceles del local.


 


-Vaya, quien diría que este dulce doncel, puede llegar a ser tan fogoso.


-¡Aich! Es tan solo que… quiero que sepan que él es mío-ttebayo.


-Bien… ya entendí. Par de celosos.


-¡Así es-ttebayo!


-Joven Naruto. Su mesa ya está lista. –Los dos jóvenes siguieron al varón, quien tenía el cabello algo azulado y unos ojos violetas. Su mesa estaba en la segunda planta del local, en un lugar estratégicamente planeado por Sasuke, para que cada vez que el doncel valla a comer, él nunca le pierda de vista.


No es que desconfiara del menor, tan solo desconfiaba de los demás varones, porque a veces, la mayoría de veces, Naruto solía ser demasiado despistado, pero sabía que en aquel lugar, Suigetsu le cuidaría.


-Bien, ¿Ya saben lo que van a ordenar?


-Yo quiero un ramen especial-dattebayo.


-Y yo… un curry especial.


El rubio se había quedado viendo a su amigo pelirrojo, ese día había estado más callado de lo normal, hasta había llamado la atención de Kiba, pero al parecer el bermejo se estaba separando de ellos lentamente.


-¿Gaara, te encuentras bien? –Los ojos agua marina del varón, se plantaron sobre los ojos de su mejor amigo, colocó su mano sobre su frente, acariciando sus cabellos rojos, soltando un fuerte suspiro.


-No lo sé, Naru. Recuerdas que hace un tiempo te hable sobre un doncel.


-Un doncel que no era Kiba.


-Sí, yo no pensé volver a verlo. Quiero decir, desapareció de un día para otro y después de mucho intentarlo pude hallar su número telefónico, llevo poco tiempo comunicándome con él. Y me acabo de enterar que se encuentra aquí.


-Gaara, deberías decírselo a Kiba.


-Lo sé, pero tampoco deseo lastimarlo.


-Lo harás, si empiezas a ocultarle todo lo que sientes.


Los dos amigos se perdieron en sus recuerdos lejanos, Gaara hundió sus dedos en sus cabellos, cerrando sus ojos con fuerza, mientras que Naruto, sufría en silencio por su amigo, Kiba era un buen doncel, no se merecía sufrir por amor y tampoco le gustaba que sea su amigo Gaara el que le haga aquel sufrimiento.


 


Fugaku se encontraba en su oficina, revisando unos papeles de una inversión junto con Kisame, su frente se encontraba algo arrugada, mostrando algo de preocupación, mientras que Kisame con su actitud fría no dejaba ver su desconcierto ante aquellas cuentas.


-Padre. ¿Me llamaste? –Cuando Itachi ingreso a la oficina de su padre, se desconcertó al ver la preocupación del ambiente. -¿Qué es lo que sucede? –Se acercó hasta su padre, para observar los papeles que tenía en su mano.


-¿Por qué el negocio del señor Takamiya, quiere hacer negocios con nosotros?


-Es ilógico. Su empresa no tiene nada que ver con la nuestra.


-Estas equivocado, hijo. Tienen algo muy importante en común. Tiene a Naruto.


-¿No estás pensando en que quieren de vuelta a su “hijo”?


-Claro que no, según lo que ha investigado Kisame. Su empresa está en un punto crítico y tan solo venderla a otra compañía les salvaría.


-Es eso o unirse a otra. Hace poco me llego una carta de una de las cuentas secundarias de la empresa y según esto alguien nos ha estado robando.


Itachi miraba desconcertado todo lo que decía su futuro esposo, sintió como su cuerpo caía despacio en la suave silla de su padre, mientras que el mayor se había puesto de pie, tocando la pulcra ventana, recorriendo con sus dedos los bordes de los edificios.


-Tenemos que avisarle a Sasuke. Dudo que puedan hacerle algo, pero debe cuidar a Naruto.


 


Sasuke coloco su mandil sobre una pequeña mesa, mientras se lavaba las manos y se acomodaba su ropa, dejo a Konan que se encargara de los postres y las entradas, mientras que Pain se encargaba de los platos principales.


Mientras que Suigetsu les había llevado el postre a los menores, Naruto había pedido un brownie con helado, mientras que Gaara tan solo tomaba un té frio, el bermejo le había empezado a contar como había conocido a este doncel, que para él era algo extraordinario.


-Claro que me preocupa Kiba, no quiero dejarlo solo. Es solo que…


-Entiendo, yo también me preocupo por él, recuerdo las veces que me habla de ti. ¡Pero eso te pasa por no ser claro-ttebayo!


El varón mostro una sonrisa triste, sus ojos ya no brillaban como antes y se podía ver como si llevara un gran peso sobre sus hombros.


-Bueno Naruto, tengo que irme.


-¿Qué, Por qué?


-¿Cómo qué, por qué? Si no recuerdas mañana tenemos examen de Historia. –El varón acaricio los cabellos rubios del doncel, riéndose del gracioso puchero que hizo.


-Nee, Gaara. Habla con él-ttebayo. –El bermejo asintió levemente, saliendo del restaurante.


Naruto ingreso a la cocina, encontrando al personal almorzando entre risas, Konan observo al menor, quien tan solo con la mirada buscada al moreno.


-Sasuke-kun, se encuentra atrás. En el almacén. –Naruto agradeció con una gran sonrisa a la mujer y se encamino rápidamente por el pequeño pasillo que se conectaba con la cocina. En aquel lugar, a pesar de que haya luz, no podía ver casi nada, pero escuchaba los suaves ruidos que hacia Sasuke.


-¿Qué haces aquí? –Naruto sintió casi como su corazón salía de su pecho, no había escuchado los pasos que había dado el mayor y tan solo grito cuando oyó aquella voz, pero los brazos fuertes del mayor, le aprisionaron delicadamente la cintura colocando su espalda contra el pecho tibio de Sasuke.


-Yo… solo estaba buscándote, Teme.


-¿Ya regresaras a casa? –Sasuke había volteado al rubio para aprisionar sus labios contra los suyos, las delicadas manos del doncel jalaron con fuerza de sus cabellos cuando introdujo su lengua en la pequeña cavidad bucal de su novio, mientras que Naruto alzaba sus piernas para enrollarlas en la cintura del más alto.


Sasuke cargo al menor hasta una pequeña mesa, donde le sentó y empezó a besar su cuello, Naruto iba desabrochando los pequeños botones de la camisa del mayor, pero sus manos temblaban de los pequeños espasmos que sentía, el moreno se dio cuenta de esto y se separó tan solo unos milímetros para quitarse su camisa y a la vez la del menor.


Naruto pasaba sus manos y uñas, marcando excitado la espalda nívea de Sasuke, mientras que la lengua de este jugaba con uno de sus pezones, el menor intentaba no soltar ningún gemido para que nadie llegue a interrumpirlos, pero las caricias que le daba el azabache se volvían cada vez más calientes. Sintió como la lengua de Sasuke simulaba penetraciones contra su ombligo, mientras que con su mano acariciaba su excitado miembro, Naruto quebró su espalda hacía atrás permitiéndole al mayor más espacio.


Pero la gruesa y fuerte voz de Pain, proveniente de la cocina les interrumpió.


-¡Hey jefe! ¡Ya es hora de volver abrir! –El menor se sintió decepcionado cuando Sasuke se separó abruptamente de él, pero le pareció tierno verle con las mejillas un poco rojas. Aunque su misma respiración estaba sumamente agitada.


-¡Ya voy! ¡Vallan abriendo! –El moreno le alcanzo la camisa al doncel, mientras que él se abrochaba la suya e intentaba calmarse.


-Yo…me voy a casa… -Sasuke pudo ver un brillo de decepción en los ojos azules de Naruto. Él también quería estar con él, pero no creía que el menor se sintiera aun preparado. Sin saber muy bien el por qué, se acercó lentamente a la oreja del menor.


-Espérame en casa, llegare más temprano de lo programado. –Naruto sintió una especie de descarga en su columna, más por la excitada voz del mayor que tuvo que morderse el labio para no soltar un leve grito al sentir como  Sasuke le mordía  el lóbulo de la oreja.


Ninguno de los trabajadores dijo nada al ver como el doncel salía del almacén con la camisa arrugada y un notorio sonrojo en sus mejillas, mientras que detrás de él, venía el azabache con la corbata desarreglada y el cabello desordenado.


Sasuke acompaño al menor hasta el paradero, esperando a que pasara el carro que lo llevaría a casa. El sol se encontraba en lo más alto, dando casi las tres de la tarde y lo peor era que parecía que el carro no iba a pasar.


-Nee, Sasuke. Creo que me iré caminando.


-¿Estás seguro, Naruto? ¿No me deseas esperar, para irnos juntos? –El menor se colocó en puntillas para cruzas sus brazos alrededor del cuello de su novio y le deposito un suave beso en la punta de la nariz.


-Estoy seguro, además… mañana tengo mi último examen. –Sasuke pasó sus manos por la fina cintura del doncel y lo levanto hasta que quedaran frente con frente.


-Está bien, entonces mejor nuestro pequeño “encuentro” deberá esperar un día más.


-¡No!... yo… digo… mi examen no es muy difícil… así que…. yo puedo… -Pero las palabras del menor se vieron cortadas por los labios del mayor.


-Sabes, aunque me muera de ganas de comerte, no creo que te puedas poner de pie para mañana y yo no quiero ser el culpable de que desapruebes. –Y de nuevo, ahí estaba aquella voz rasposa y ronca, donde el suave aliento del mayor le hacía cosquillas en su oreja.


-¡Teme, pervertido! –Naruto golpeo el hombro de Sasuke, se soltó despacio de los brazos que le mantenían aprisionado, pero antes de empezar a caminar se regresó para darle un fugaz beso a SU novio.


Sasuke vio como la delgada figura del rubio iba desapareciendo por las calles casi transitadas, guardo sus manos en los bolsillos de su pantalón y volteo su mirada hasta el cielo, donde gruesas nueves intentaban cubrir el fuerte resplandor del sol, después de unos segundos gruesas gotas empezaron a caer desde el gran cielo.


Naruto empezó a caminar cada vez más rápido y decidió empezar a correr cuando las gotas se convirtieron en una fuerte lluvia, casi no veía nada, pero parecía que todas las personas habían desaparecido, de pronto pudo escuchar como unos rápidos pasos se acercaban rápidamente donde él estaba y luego sintió un fuerte golpe.


-¡Lo siento mucho! ¿Estás bien? –El menor podía escuchar aquella voz tan suave y preocupada, cubrió su rostro con sus manos, intentando menguar el dolor en su cabeza, para luego sentir como unas tibias manos acariciaban levemente sus cabellos. –Hey, chico.


Poco a poco Takeshi fue abriendo sus ojos, para encontrarse con unos tan parecidos a los de él, unas caricias que nunca antes había sentido, aquella cálida sonrisa que le daba el mayor, de pronto sintió como sus mejillas fueron empapadas por unas cálidas lágrimas.


Naruto no sabía qué hacer, claro que empezó a correr cada vez más rápido al escuchar unos pasos detrás de él, pero no quiso golpear al chico, por una parte se había alegrado de aquello, ya que los pasos fueron desapareciendo poco a poco, pero ahora tenía a un niño llorando al frente de él, por su culpa. Lo tomo de la mano con un poco de fuerza para ponerlo de pie y sin decirle nada empezó a caminar.


-¿A… dónde vamos?


-A mí casa, necesito curarte esa herida que tienes en la cabeza. –Takeshi pasó suavemente sus dedos por su frente y vio como sus dedos eran manchados con una pequeña capa de sangre. –“Tal vez él no sabe quién soy yo… es muy obvio que nuestro padre quiso que él desapareciera… al igual que a mí”


Naruto pudo entrar a su casa y se encamino rápidamente al dormitorio para tomar dos toallas y regresar a la sala.


-Será mejor que nos demos un baño, no querremos enfermar-ttebayo. –Por alguna razón el menor se sentía tan seguro al costado de su medio hermano, dedicándole aquella sonrisa tan sincera, sentía una horrible opresión en el pecho al recordar lo que su padre quería que haga.


Takeshi ingresó al baño de invitados, dejando la toalla y la ropa limpia que le había dado el doncel, y abrió toda la llave del agua caliente, el vapor empezó a llevar toda la pequeña habitación, se fue quitando su polo dejando ver las pequeñas marcas de color morado que tenía en su pecho, paso sus dedos por el espejo, quitando las manchas del vapor, vio que sin darse cuenta estaba llorando.


Cuando salió de la ducha se puso un polo demasiado largo y unos pantalones anchos, todavía se pasaba la toalla por sus cabellos, cuando vio que el mayor se encontraba metido en sus libros, intento no hacer ruido, se alegraba mucho de haber conocido a naruto, aunque él no sepa quién sea él, sabía que no era por la ayuda de su padre que Naruto haya podido salir adelante.


-¿Ya te encuentras mejor? –Sintió otra vez como era jalado suavemente hasta el sofá. –Esto ardera un poco, pero cerrara más rápido.


Takeshi hizo una mueca de dolor pero no grito, aquel dolor no era nada comparado para lo que sufría diariamente, nunca nadie se había tomado la molestia de curar sus heridas.


-¿Qué leías hace rato? –Takeshi se encontraba ahora al frente de Naruto, tomando una sopa caliente de ramen, su preferido.


-Historia. Mañana tengo examen y no he estudiado nada-ttebayo. –El menor rio ligeramente al ver el rostro de desesperación de su hermano.


-Algo me dice que lo vas a hacer bien. –Naruto miro a los ojos azules del menor y sin saber por qué, se sintió feliz de tenerlo a su lado, sintiéndose en paz.


Poco después que la lluvia parara, Naruto le devolvió su rota ya seca y le dio un envase con un poco más de Ramen, Takeshi se lo agradeció enormemente, para luego desaparecer por las desoladas calles.


Sasuke llegó antes de que se hagan las seis de la tarde y pudo ver al rubio en la mesa del comedor metido, tan entretenido, en sus libros de historia, le pareció gracioso ver como el menor intentaba arrancarse sus cabellos por no entender ciertas cosas. Se acercó muy despacio y sin hacer ruido y le abrazo por la espalda, acercando sus labios al oído del menor.


-Si sigues así, te quedaras calvo y a mí me encanta tu cabello, Dobe.


Naruto soltó un fuerte gemido al escucharlo y sentirlo tan cerca de su cuerpo, sus manos fueron a parar entre el cuello del azabache para empezarlo a besar con pasión y lujuria, volvió a gemir cuando la lengua del mayor ingreso a su boca, jugando con su lengua, pero luego el azabache se separó ligeramente de él, para terminar depositándole un suave besos sobre la punta de su nariz.


-Sigue estudiando, iré a preparar algo para comer.


-He hecho Ramen-ttebayo!


-Bien, hare unas carnes encurtidas, entonces. –Para el azabache era algo divino ver la sonrisa de su doncel, sus ojos azules brillando cuando se encontraba feliz.


Al día siguiente, Gaara fue uno de los primeros alumnos en terminar el examen, salió de la Universidad, no sin antes mandarle un mensaje al celular de su mejor y único amigo, Naruto.


Hey Naru. Ya estoy saliendo, te veo la próxima semana para le entregas de notas. Ya me estoy hiendo, quede con encontrarme con una persona, tal vez más adelante… si es que todo va bien… luego te lo presento. Suerte. Y salúdame a Uchiha-san.


Naruto salió algo cabizbajo, todos sus amigos ya se habían ido y él era el único que había entregado su examen tarde, suspiro algo abatido cuando leyó el mensaje que le  había mandado el pelirrojo, ni siquiera había visto a Kiba.


-¿Pasó algo malo, Naruto-kun? –El menor volvió a suspirar cansado, apoyando su codo en la mesa, mientras movía la cuchara en la copa llena de un exquisito helado de chocolate.


-No es nada malo, Konan-nee-chan. –La mujer dejo al costado las carpetas con los menús y se sentó al costado del rubio, acariciando sus cabellos.


-Cuéntame.


-Es solo que… hoy era mi último examen y terminaba con Historia… y bueno… no pude estudiar muy bien y lo peor es que fui el último en entregar mi examen, cuando me di cuenta ya no había nadie en el salón-ttebayo.


-Bueno, eso no es tan malo. Digamos que a veces los que entregan último son los que sacan mejores notas.


-¿Pero cómo? Si no estudie. –El menor oculto su rostro entre sus brazos, desde lo lejos Sasuke podía ver el aura depresiva que emanaba del cuerpo del rubio, vio como Konan le hacía señas para que se acercase.


-¿Qué es lo que te pasa, Dobe? Ya no sigas deprimido por esas cosas. –El menor intento levantar la cabeza al oír la voz del moreno y recibió un tierno beso por parte del mayor. –Ven, salgamos a dar una vuelta.


El menor tan solo se dejó llevar por el mayor, tan solo una tibia caricia, sentir la mano del mayor, probar las comidas que le preparaba especialmente para él. Todo era perfecto o eso pensaba él.


Gaara empezó a correr, cuando vio que iba veinte minutos tarde, rogó por favor encontrarlo en el mismo lugar, había salido con prisa de su examen sin siquiera pensar en esperar a Naruto. Pensó que llegaría con tiempo, pero no conto con encontrarse a su hermano en mitad de camino, como sea intento dispersarlo.


Kankuro era el hermano mayor de Gaara, también trabajaba en la misma compañía con su padre, a los Sabaku No, les había costado llegar hasta donde estaban ahora, mientras corría, empezó a recordar, cuando apenas tenía cuatro años, habían despedido a su padre, su madre empezó a trabajar con doble turno, pero su padre Shukaku, le pidió que lo dejase para que se encargara de cuidarlos, recordó cuando su padre se fue de viaje hacia parís, todos los meses su madre recibía un sobre con un cheque con dinero más que suficiente para la comida, los estudios de sus tres hijos y gastos de la casa.


Cuando conoció a aquel pequeño doncel conocido como –Takeshi- fue cuando él salía de unas de sus clases de matemáticas y ahí le vio, el menor se encontraba sentado en un columpio, mientras que por sus mejillas iban cayendo finas lágrimas.


Gaara no sabía si acercársele, pero al final opto por hacerlo, arrugo su frente cuando vio un fuerte golpe sobre la mejilla del menor, tenía un color violáceo, con su mano limpio las mejillas del más pequeño y por primera vez sintió como su pecho empezaba a arder, aquellas orbes azules le miraban con miedo.


-Tranquilo no te hare daño. –Poco a poco los dos se iban encontrando en el mismo lugar a la misma hora y en ese momento, cuando el pelirrojo le vio sonreír por primera vez se dio cuenta que se había enamorado. Aquel pequeño de cuatro años le enseño que aun viviendo en una mentira se podía vivir feliz.


Al poco tiempo Gaara había creado una especie de barrera de protección para con el doncel, pero al parecer una tarde de sus encuentros, alguien había seguido al pequeño Takeshi, cuando Gaara fue a la casa del menor, se dio entero de que su padre trabajaba para el señor Namikase Minato y este cuando se enteró que su hijo menor estaba frecuentando visitas con el doncel, tuvo una excusa para despedir a su empleado, el pelirrojo no podía ver al rostro a nadie de su familia y aquella misma tarde, Shukaku había salido a buscar a su hijo, Gaara le pidió demasiadas disculpas a su padre, pero este con una sonrisa le dijo –Nunca te permitas agachar la cabeza ante nadie, no guardes rencor ante nadie y tan solo sigue tus ideales. ¿Me has entendido, hijo? -


Ese día el pelirrojo lloro como un niño en los brazos de su padre, había perdido rastros del menor, gracias a Kabuto, que era el que se encargaba de cuidar al doncel en Japón, sabía que se había mudado de casa.


Gracias a todo el dinero que su padre había podido ahorrar de sus anteriores trabajos, pudo abrir su propio negocio, rápidamente fue abriendo más sucursales por otras parte de la región, Kankuro y Temari, quienes habían estudiado administración de negocios y economía, ayudaban a su padre con la empresa, en cambio él había optado por lo que siempre había sido su pasión. Escribir.


Era por una de esas cosas que cuando conoció a Naruto se impresiono demasiado al verlo físicamente, muy parecido a Takeshi, pero poco a poco se dio cuenta que este no le conocía, tampoco dijo nada, acerca de su apellido. Por alguna razón Naruto nunca hablaba de su familia, tan solo sabía que su madre había muerto, pero nada de su padre.


Ese día no era igual ni distinto, sentía diferentes sensaciones, ese día no llovía como el día en que lo conoció, aquel día sabía lo que sentí, aquel día estaba decidido a decirle todo lo que había guardado por once años. Con pasos seguros se fue acercando al menor.


Takeshi había llegado treinta minutos antes, se había empezado a preocupar cuando se dio cuenta que el pelirrojo no llegaba, aquel parque se encontraba más viejo que antes pero no le importó, recordó uno de los mejores momentos que había pasado en su vida, Gaara le vio sentado en el mismo columpio, algo oxidado, sus cabellos rubios brillaban contra el sol, sus pies se movían ligeramente sobre la arena, mientras que sus labios se movía ligeramente al estar murmurando una canción.


-Lamento llegar tarde.


 

Notas finales:

 

 

Bien...creo que les va a perecer confuso....el por que Gaara llama a takeshi- konohamaru....-bueno ni yo lo sé ^^ ....-mátenme T_T.....lo que sí sé...es que les dare esa respuesta el próximo capitulo.

 

Espero que lo sigan leyendo u.u T_T 

 

(:


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).