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Come Clean por girlutena

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Notas del capitulo:

Bueno...era mas largo....pero tuve que cortarlo ^^

espero que les guste.

(:

El menor levanto su rostro y pudo ver en el pálido rostro del pelirrojo una ligera capa de sudor, con su fuerte pecho subiendo y bajando rápidamente, intentando agarrar todo el aire que necesitaba, sus cabellos rojos que tanto le llamaban la atención por tener una forma puntiaguda se encontraban desordenados y sus ojos de color turquesa claro.


Sus pasos eran lentos pero seguros, el menor sintió como su cuerpo se achicaba en su propio asiento, cuando las manos más grandes y cálidas del pelirrojo se cerraron sobre las de él, sintió el peso en  su frente, tiene los ojos del mayor más cerca de él, compartiendo el mismo aire, sus labios, sus ojos, muy cerca de él.


Gaara pudo ver como las mejillas del menor empezaban a enrojecer al máximo, empezando a hiperventilar, quitándole su propio aire, no pudo reprimir el deseo de robarle un ligero beso sobre su nariz, sus manos temblaban debajo de las de él y sonrió algo orgulloso y arrogante a la vez.


-Ho… hola. –Fue lo único que pudo pronunciar el menor, vio como Gaara inspeccionaba el columpio de su lado y le dio un poco de gracia cuando le vio sentarse con una mueca de desconfianza, intentando no poner todo su peso encima. -¿Qué tal tu examen?


-Aaaa bueno, mejor hablemos de otra cosa. –El menor vio como el pelirrojo buscaba algo en su mochila que hasta ahora estaba sobre la arena. – Sabes desde hace tiempo he tenido esto conmigo, te lo iba a dar mucho antes, pero… bueno.


Era muy probable que el pelirrojo no quisiera admitirlo, pero tenía una hermosa sonrisa o tal vez era aquella sonrisa algo varonil que le hacía ver más guapo, llamando la atención de muchas mujeres y donceles, pero Takeshi podía sentirse inseguro ante las miradas que le lanzaban los demás al pelirrojo, pero se sentía feliz cuando Gaara tan solo le sonreía a él.


En una de las mesas que se encontraban algo escondidas en el local, se encontraba Takeshi, tocando con sus finos dedos el pequeño emblema que le había regalado el mayor, era la figura de una hoja. Lo que en realidad significaba su nombre.


Gaara le había invitado a almorzar pero el menor se negó e insistió en ir a un local de comida rápida con la excusa de que no había probado esa “comida” desde hace mucho tiempo. El mayor le había dejado esperando, mientras que iba a recoger sus pedidos, Takeshi levanto su rostro, pero su sonrisa fue desapareciendo poco a poco al ver a dos chicos al frente de él, pero lo que más le asusto fue aquellas sonrisas que tenían en el rostro.


-Hey Neji, pero mira que lindo doncel hemos encontrado.


-Es verdad. ¿Cómo te llamas, lindura?


-¿No se parece a Namikase?


-¿Naruto? –Takeshi empezó a removerse incomodo en su propio asiento, no quería que los dos chicos se le acercaran, uno tenía el cabello largo y negro, con unos ojos violetas-grisáceos, en cambio el otro muy diferente tenía el cabello de color castaño pero aún más desordenados.


-Yo… yo no sé de quién están hablando.


-¡Konohamaru! –El menor se sintió sumamente alivio cuando escucho la voz de su querido amigo y se alegró mucho más cuando vio que este se acercaba con pasos rápidos.


-Neji, Sai.


-Pero si es nuestro querido amigo Gaara. ¿Por qué no nos presentas a esta hermosura? –Takeshi alejo su rostro instintivamente cuando vio que la mano del castaño se iba acercando a su rostro, pero no pudo llegar a más porque la mano de Gaara la estaba presionando.


-Aleja tus manos de él, Sai. –Los dos chicos se dieron cuenta que por la voz del pelirrojo aquel rubio no era ningún juego, así que decidieron alejarse de su mesa.


-Lo siento mucho. ¿Te han hecho algo?


-No, llegaste justo a tiempo. Es solo que… no esto acostumbrado a salir mucho. –Gaara vio con gracia como el menor empezaba a comer hambriento las papas fritas y aquella hamburguesa de doble carne, doble queso.


El menor se encontraba tan feliz subiéndose a cada juego que habían en el parque de diversiones del centro comercial, habían jugado a los carritos chocones, luego quien ganaba a lanzar más pelotas a la net de basquetball, en todas el menor había ganado o eso era lo que él pensaba ya que Gaara le había dejado ganar.


 La encargada le regalo un lindo peluche de felpa que era un takuni de color arena oscura y líneas azules por todo su cuerpo, con una cola la cual parecía estar formada por varias colas más pequeñas, el menor abrazo al pequeño felpa con una sonrisa en su rostro, cuando el pelirrojo le regalo un típico beso sobre su frente, haciendo que la encargada sonriera enternecida por aquello acto.


 


El menor salió agarrando la mano del pelirrojo, con su otro brazo agarraba fuertemente el pequeño peluche, sintió como Gaara le abrazaba aún más fuerte, resguardándolo entre sus brazos.


-No te vayas a separar de mí. –El rubio no se había dado cuenta que ahora el centro comercial se encontraba más lleno de lo normal, con la mayoría de personas en parejas o en grupo de amigos.


-¿Qué horas son?


-Las seis


-Tengo que llamar a Iruka-sensei, pero me olvide de mi celular.


-No te preocupes, toma el mío. –La pareja se sentó en una de las mesas de una cafetería, Takeshi se encontraba sumamente nervioso cuando se había dado cuenta de la hora, pero en ningún momento soltó aquel peluche a Gaara le estaba empezando a dar unas ganas de tirarlo, pero los ojos azules de su “amado” se veían tan ilusionados.


-Iruka-san… soy Takeshi.


-¡Mi niño! ¿Te encuentras bien? ¿Por qué me llamas de otro teléfono? ¿No me digas que te han robado? ¿¡Donde te encuentras?!


-Iruka-san, no me han robado, estoy bien, es solo que se me paso la hora y mi celular lo deje en mi habitación cargando.


-¡¿Eres la única persona que carga su celular para dejarlo en casa?!


-Lo siento, pero bueno, yo…te llamaba para decirte que el celular es de Gaara-niisan.


-¿Gaara? ¿Gaara-kun? Bueno… sé que estas en buenas manos. Pásame con él.


El pelirrojo regreso con un envase lleno de chocolate y otro de café puro.


-¿Iruka-san?


-Gaara. –El pelirrojo pudo sentir un frio recorrer su espina dorsal al oír aquella voz de penumbras. –Espero que mi Konohamaru esté pasando una linda tarde contigo y no me lo traigas muy tarde.


-No se preocupe Iruka-san se lo regresare sano y salvo. –Cuando la llamada termino, el menor se encontraba bebiendo su chocolate y mirando el rostro del felpa.


-Deja de mirarlo tanto que me está empezando a dar celos. –El menor no entendía por qué el pelirrojo mantenía esa mirada seria con el pobre animal. Tan solo vio como el pelirrojo agarraba con brusquedad mirándolo muy cerca. -¿Qué tiene esto que tanto le miras?


 -Tus ojos. –Gaara sintió como si alguien le hubiese abofeteado el rostro.


-¿Mis ojos?


-SÍ, ahora cuando duerma, podre imaginar que veo tus ojos. –El pelirrojo abrió sus ojos y sintió levemente como sus mejillas empezaban a arder, pero el menor también se dio cuenta de ello y nervioso término derramando su chocolate sobre su camisa.


-Deberías tener más cuidado. –El menor había terminado derramando finas lágrimas después de que el pelirrojo se sacara su camisa para dársela el rubio para que se cambiase en el baño, él quedándose con un polo manga corta que llevaba debajo de su camisa.


Gaara tuvo que comprarle otro chocolate con sabor a castañas y nueces para que el menor parara de llorar, ahora le llevaba de la mano con dirección a su casa, le parecía chistoso ver como el menor intentaba tomar su bebida con la misma mano que sostenía al –desgraciado- felpa. Pero el por nada le soltaría la mano.


Iruka abrió la puerta a las ocho en punto apenas Gaara tocó el timbre, el mayor arrugo su frente al ver los ojos algo hinchados del menor, y al instante le mando una mirada aterradora al pelirrojo.


-¡Iruka-sensei! Yo. Yo… derrame mí bebida sobre mi camisa y… Gaara-niisan me presto la suya y… y también me compro otra bebida. –El moreno no sabía que hacer ni que decir, acaricio suavemente los cabellos del menor y le dedico una sonrisa al menor.


-Koha-chan. ¿Por qué no te vas a dar una ducha, para poder devolvérsela a Gaara-kun?


-¡No!... él dijo que me la podía quedar. ¿Verdad? –El mayor rio levemente al ver las mejillas del pelirrojo sonrojarse, agitando afirmativamente su cabeza.


-Bien, pero entonces ve a bañarte.


-¿Me esperas Gaa-niisan?


-Si deseas puedes quedarte a cenar.


-Será un gusto.


Después de que Gaara terminara de hablar con su hermano, el menor se fue a bañar más seguro de que el pelirrojo sí o sí se quedarían a cenar con él.


-Sigue siendo un niño.


-Tan solo tiene quince.


-Es la mejor edad para el enamoramiento. ¿Verdad, Gaara-kun? –El menor se sonrojo por tercera o cuarta vez en el día, escucho la risa del mayor que se perdía por el pasillo de la cocina.


 


Sasuke había dejado a Naruto en la cocina con Konan, Suigetsu y Pain, habían regresado un poco tarde de su “caminata” al moreno le había tomado algunas horas hacer que el ánimo de Naruto regresara.


Pero cuando habían regresado al restaurante había encontrado el rostro oscuro de Itachi, las marcas que se encontraban en sus ojos se veían más marcadas que lo normal, sabía que aquello no pronosticaba nada bueno.


-Y  bueno, cuéntame. –Itachi se estaba sirviendo su cuarto vaso con whisky y eso ya era extraño, Sasuke tomo asiento en uno de los muebles, al frente de su hermano.


-Bien, seré directo. Alguien nos ha estado robando dinero de una de las cuentas de la empresa y al parecer el señor Takamiya nos ha mandado una notificación.


-¿Qué notificación?


-El señor Takamiya es el fundador de la empresa de transporte más importante de toda la industria y nos está pidiendo unir nuestras empresas.


-Sabes que a mí no me interesa nada de eso, Itachi.


-Te interesa más de lo que debería. Takamiya es el suegro de Namikase Minato, el padre biológico de Naruto.


-Pero… Naruto…


-Tranquilo. Kakashi ha estado investigando junto con Kisame. Al parecer su empresa no va muy bien, en realidad no creo que lo haga por Naruto, en todo caso estamos investigando aún más. Pero bueno, Dei-chan me ha dicho que lleves a Naruto a cenar a casa.


-Bueno. –Sasuke tuvo que agitar levemente su cabeza, su hermano era un idiota, venía con una noticia importante y luego cambiaba de tema drásticamente. –Eso es de idiotas- fue lo último que pensó cuando vio la espalda del mayor salir por la puerta del restaurante.


Los días estaban pasando poco a poco, el clima iba cambiando lentamente, el sol se ocultaba más temprano y salía más tarde, los días fríos se estaban volviendo más comunes. Naruto arreglo su bufanda intentando esconder las marcas que le había dejado el azabache la noche anterior, agarro su mochila y salió de la casa con destino a la universidad.


Tenía en su rostro una enorme sonrisa y un gran sonrojo, aun no podía creer como había cambiado su vida en tan poco tiempo, había pasado tantos años solo, tantos años pidiendo un poco de amor por parte de su padre, un poco de calor para su abandonada alma y había conseguido más que eso, aquella noche donde el moreno sin saber quién era en realidad le salvo de aquellos dos hombres y por azares del destino el moreno se terminó quedando a vivir en su pequeña casa.


Ahora tenía una familia, la familia Uchiha le había acogido como si fuera su propio hijo, todos eran muy amables incluso Fugaku, aunque a él le agradaba demasiado conversar con el mayor, el menor tenía miedo de decirle la verdad sobre su padre, pero la noche anterior se había armado de valor y decidido iba a ir a contarle la verdad, antes de ver sus notas.


Sasuke había amanecido más temprano de lo normal en el restaurante, necesitaba comprar y arreglar antes de que llegaran los demás trabajadores, el día había amanecido un poco gris y con algo de neblina en los alrededores.


-Solo espero que Naru se haya abrigado. –Sasuke iba hablando solo cuando vio por la gran puerta de cristal al pequeño doncel que casi atropello hace unos días atrás.


Takeshi había salido a escondidas de su casa en busca del moreno, lo había investigado por internet y se dio cuenta que el trabajo del moreno quedaba un poco lejos de su casa, pero aun así no le importó y salió con lo primero que encontró.


El menor vestía una polera más grande que su propio cuerpo, desde lo lejos Sasuke podía ver como su pequeño cuerpo estaba temblando, sus manos ocultadas bajo los bolsillos de su pantalón,  el mayor camino con prisa, arrugando su frente y con un rápido movimiento lo tiro entre su pecho al interior del calor del restaurante.


-¡¿Qué es lo que te pasa?! ¿Cómo sales vestido de aquella manera? –Pero el menor no dijo nada, tan solo se aferraba al gran pecho del mayor, necesitando un poco de su propio calor, Sasuke paso delicadamente sus brazos por la fina cintura del pequeño y descansó su quijada en la cabeza rubia de Takeshi. Pero sin darse cuenta el cuándo o el cómo, sintió una delicada calidez sobre sus labios, un beso tan tierno, tan delicado, tan frio.


Los ojos azabaches de Sasuke se abrieron de golpe pudiendo observar los ojos del menor que se encontraban cerrados y de ellos se desplazaba una pequeña lágrima, suspiro y tan solo abrazo con fuerza el tembloroso cuerpo del menor.


Aun con el frio que hacía y con la fuerte lluvia que se pronosticaba a Naruto no le importaba correr hasta que sus piernas ardieran o empezaran a doler, no le importaba que sus pies empezaran a sangrar, tan solo quería borrar aquel dolor que sentía en su pecho, le dolía.


El rubio se detuvo en una fuente y pudo ver como los pequeños animales jugaban en el agua empozada por la lluvia, poco a poco sintió como pequeñas gotas frías caían por su rostro, para luego convertirse en una gran y fuerte lluvia. No le importo que su ropa estuviera empapada de pies a cabeza, siguió sin importarle que su celular empezara a sonar y casi se animó en tirarlo lejos cuando vio en la pantalla “Sasuke”.


Aún tenía en su mente grabado el momento en el cual Sasuke jalaba con fuerza a aquel doncel con el que choco hace unos días para que chocara contra su pecho, luego la imagen en la que el menor le daba un beso, que para sus ojos fue muy bien recibido por parte del mayor.


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