Capitulo 8
Suspiró, se levantó de su cómoda y mullida cama y bajó las escaleras para atender al teléfono que desde hacía un buen rato no había dejado de sonar.
-¿Diga?-preguntó al descolgar el teléfono.
-¿Sai, podemos hablar?-preguntó una voz que él reconoció al otro lado de la línea.
-¿Gaa-chan?-preguntó sorprendido.
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Ya era un nuevo día en la preciosa ciudad de Konoha. Los pájaros cantaban alegres y por las calles de la ciudad se podía oír el bullicio de todos los días. Coches en la carretera, los alumnos que andaban tranquilamente hacia la escuela, algunos corriendo para no llegar tarde, grupos de amigos faltando a clase, chicas acosando al chico que les gusta, estos huyendo por su vida... definitivamente, lo de todos los días.
-¡Maldita sea!-gritó un moreno de ojos negros, sobresaltando a sus dos acompañantes.
-¿Se puede saber que te pasa?-preguntó enojado un azabache por el grito que casi le deja sordo.
-¿Eh?-preguntó confundido este, hasta que cayó en que lo había gritado no pensado.
-Has estado así desde ayer. Lo cual es raro porque parecías muy divertido por lo que pasó con Deidi y Naru-chan.-dijo ahora el otro moreno a su lado.
-No es nada...-dijo mientras suspiraba.
-Ya claro. Y yo soy un perro verde.-respondió con burla el azabache.
-¡Qué no pasó nada!-gritó el moreno mientras seguía caminando hacia la secundaria.
-Definitivamente algo malo tuvo que haber pasado después de que nos fuésemos al baño.-dijo el mayor en un susurro mientras miraba a su primo alejarse.
-Quién sabe.-respondió el azabache.
Sin más los dos siguieron a su malhumorado primo hasta alcanzarle pero ninguno volvió a comentar nada sobre ello.
En la entrada de la institución se encontraba un precioso rubio de ojos azules, apoyado contra el muro de la entrada esperando a alguien. En cuanto vio a los hermanos y primo Uchiha no dudó en acercarse a ellos.
El Uchiha menor al ver a su novio acercarse una leve sonrisa se mostró en su rostro pero, no estaba preparado para lo que iba a suceder.
El rubio con paso rápido ignoró olímpicamente a su azabache novio, se acercó al moreno y le dio un gran golpe en la cabeza.
-¡Auch! ¿A qué a venido eso Naru-chan?- se quejó la pobre víctima.
-¡¿Cómo se te ocurre decirle eso?!-le recriminó el rubio muy enojado.
-¿De qué estás hablando?-preguntó confundido el moreno.
-¡No te hagas el tonto! ¡Sé lo que hiciste ayer! ¿Cómo se te ocurre? ¡¿Es que eres tonto o qué?!-siguió quejándose a gritos el rubio sin importarle que los demás alumnos le miraran algo sorprendidos por la actitud del, normalmente, tímido rubio.
-Yo no...-intentó defenderse el moreno pero fue interrumpido por el rubio.
-¡¿Tú no qué?! ¡¿No querías hacerlo?! ¡¿Fue sin querer?! ¡¿No lo pensaste en ese momento?! ¡Pero mira que eres imbécil! ¡¿Quién en su sano juicio se comportaría en ese momento cómo tu lo hiciste?! ¡Por el amor de Dios! ¡Hasta un mono abría reaccionado mejor! ¡Más te vale arreglarlo ¿lo entiendes?!-siguió gritándole.
El moreno solo asintió con la cabeza pero antes de que el rubio se marchara le agarró del brazo. Este ante la presión en su brazo se giró nuevamente encarando al mayor.
-Ayúdame...-susurró con la cabeza gacha. Ante el silencio del rubio siguió hablando.- Sé que fui un completo imbécil. Qué no tendría que haber hecho lo que hice y que... no podré arreglarlo yo solo.-finalizó en un último susurro.
-¿Qué te hace pesar que te ayudaré?-preguntó aún enojado el rubio.
-Si no, no habrías venido a gritarme.-comentó el moreno mirándole. El rubio solo suspiró mientras se alborotaba el cabello con una de sus manos.
-Está bien. Te ayudaré pero, cómo vuelvas ha meter la pata de esta manera te las apañarás tú solo. ¿Entendido?-dijo el rubio.
El moreno solo asintió mientras una leve sonrisa adornaba su rostro.
-Gracias.-dijo en un leve susurro.
El menor volvió a suspirar para hora si irse. Aunque unos brazos alrededor de sus cintura fueron los que se lo impidieron esta vez.
-Me gusta esa faceta tuya. No pensé que pudieses tener tanto carácter y a la vez ser tan lindo y tierno.-le susurró una voz grave en el oído.
-Sa-Sasuke-...sem-sempai.- susurró este avergonzado por esa acción.
-Y ahora vuelves a ser tímido...-dijo con algo de gracia en la voz. Ese comentario solo hizo sonrojar al rubio de sobremanera.
Todos los alumnos de alrededor estaban estupefactos por esa escena. ¿Qué hacía el popular Uchiha Sasuke, frío,engreído y antisocial... abrazando cariñosamente al rubio tímido y lindo, Namikaze Naruto?
-¿No me darás los buenos días?-le preguntó mientras le daba la vuelta para que le viera.
-Bu-buenos...días.-dijo en un susurro mientras ladeaba un poco la cabeza y un ligero sonrojo se apoderaba de sus mejillas.
-Buenos días.-dijo ahora el azabache dulcemente mientras le daba un tierno y casto beso al rubio.
Al separase, levemente, miraron a su alrededor y pudieron observar la cara de confusión y aturdimiento de muchos de los estudiantes. Haciendo que el azabache sonriera orgulloso y el rubio se sonrojara de vergüenza al darse cuenta de todo lo que había hecho delante de tantas personas.
Un leve golpe en la cabeza hizo al azabache fruncir el ceño.
-¿Y ahora qué?-preguntó ligeramente enojado a la persona que le había golpeado.
-Deja de aprovecharte de la situación.-respondió la otra persona también en un tono algo enojado.
-Hmp. ¿Es que ahora no puedo besar a mi novio?-preguntó con sorna. Un leve gemido de sorpresa por parte de las féminas que se encontraban allí fue oído pero ignorado por el azabache.
-Delante mio no.-respondió cortante el otro.
-Deidi... déjalo ya. Solo fue un beso.-dijo ahora el moreno mayor al ver que esa discusión podría hacerse eterna si les dejaba continuar.
-Te equivocas. Fue un claramente: “Es mio ni os acerquéis”.-dijo algo enojado el rubio mayor.
-Eso es cierto. No voy a dejar que nadie intente nada con MI rubio.-dijo el azabache menor celosamente mientras abrazaba al rubio posesivamente de la cintura. A Itachi solo le resbaló una gota por la sien al ver lo infantil que podía llegar a ser su otouto.
Ante esa acción el rubio mayor y el azabache comenzaron otra discusión con un Itachi en medio intentando pararles. El rubio menor solo les miraba avergonzado mientras que Sai solo suspiraba.
-¿Nos vamos?-preguntó después de cinco minutos de ver a esos tres discutir.
-Hai.-respondió algo cansado el rubio también.
Sin más los dos se encaminaron hacia sus respectivas aulas hablando sobre lo que harían para que el pelirrojo perdonara a Sai. Una vez se despidieron dejando al rubio menor en su salón Sai se encaminó al suyo propio mientras pensaba en lo sucedido la noche anterior y realmente lo estúpido que se había comportado con su pelirroja adoración.
*Flash Back*
-¿Diga?-preguntó al descolgar el teléfono.
-¿Sai, podemos hablar?-preguntó una voz que él reconoció al otro lado de la línea.
-¿Gaa-chan?-preguntó sorprendido. Entonces cayó en cuenta de lo que le había preguntado.- Claro.-dijo todavía algo confundido por la repentina llamada.
-¿Nos podemos ver en el parque que hay cerca de tu casa ahora?-preguntó con algo de nerviosismo que fue percibido por el moreno.
-Vale. Voy para allá.-respondió el moreno algo confundido.
-Gracias.-oyó en un leve susurro, para seguidamente solo escuchar el pitido que indicaba final de llamada.
El moreno seguía algo confundido por esa llamada tan repentina pero no iba a hacer esperar a su lindo pelirrojo por lo que, cogió una chaqueta y salió lo más rápido que pudo en dirección al parque. Por suerte este solo quedaba a un par de cuadras de su casa por lo que en menos de cinco minutos estaría allí.
Por otra parte el pelirrojo estaba sentado en una de las bancas del parque. Su mirada seguía perdida en su móvil, el cual sostenía con su mano derecha.
-¿Estás seguro de esto?-le preguntaron a su lado.
-Si...-dijo él en un susurro.
-Sabes que se va a enfadar.-comentó la otra persona.
-Lo se pero...-no supo como seguir el de ojos aguamarina.
-Mira... yo no te voy a decir nada. Si esto es lo que quieres, yo no me opondré pero...
-Lo se. No tienes qué recordármelo pero aún así... esto es lo que quiero.-le dijo de manera decidida mientras giraba a verle.
Hubo un rato de silencio en el que ninguno de los dos dijo nada hasta que el acompañante del pelirrojo se levantó de su asiento, lo que hizo que el de ojos aguamarina levantara la mirada.
-¿Crees que se lo tome a bien?-preguntó de repente.
-Creo que...no. Seguramente se enojará pero... si quiere que sea feliz, tendrá que entenderlo.-respondió el menor con determinación.
-Esta bien. No tardes mucho que ya es de noche y no quiero que te pase nada malo.-dijo el otro mientras le acariciaba levemente el cabello al pelirrojo. Este solo suspiró divertido por la acción.
-Claro. Luego hablamos para decirte qué pasó.-respondió el menor.
El otro solo asintió con la cabeza para luego comenzar a caminar en dirección a la salida del parque.
Hubo un rato en el que solo la leve brisa que movía las ramas de los árboles se podía oír. El pelirrojo cerró los ojos intentando tranquilizarse hasta que una voz le sobresaltó.
-Así que era esto lo que querías decirme.-habló una fría voz a su espalda.
-Sai...-murmuró sorprendido el pelirrojo por la forma tan fría de hablarle.
-Solo me llamaste para esto.-comentó con algo de enfado.
-¿A qué te refieres?-preguntó el menor confundido.
-No te hagas. Solo querías restregármelo por la cara ¿no?-dijo mirándole con enojo.
-No te entiendo.-volvió a decir confundido el pelirrojo.
-Si lo entiendes. ¿Qué? ¿Solo querías dejarme en claro que no sientes nada por mí? ¿Que solo estabas jugando? ¿Qué te parecía divertido engañarme cuando ya tenías novio?-preguntó con veneno en la voz.
-Yo no estoy jugando a nada.-respondió el pelirrojo mientras le miraba dolido. Todo lo que le estaba diciendo el moreno le estaba doliendo profundamente. Sus palabras se le clavaban como puñales en el corazón y su mirada fría parecía querer matarlo y, aún y así, podía ver algo de dolor en ella.
-Si claro.-pronunció con sorna el mayor.- ¿Pensabas que me lo iba a tomar bien? Por mí puedes quedarte con ese tipo que ni me importa.-soltó de manera indiferente para luego girarse y comenzar a caminar hacia la salida, pero el agarre en su brazo le hizo detenerse y girar a ver al causante de ello.
El pelirrojo solo miraba hacia el suelo, todavía sin entender qué demonios estaba pasando. ¿Novio? Él no tenía a nadie. ¿Qué solo estaba jugando? Eso no era verdad. ¿Que no sentía nada por el moreno? Ni de broma. Estaba completamente enamorado de él. Sin poder procesar la información observó como el moreno comenzaba a alejarse y sin pensárselo ni un segundo le detuvo agarrándole del brazo. Sin encarale todavía se atrevió a hablar.
-¿Eso es lo que piensas de mí? ¿Crees... que realmente jugaría con los sentimientos de otra persona? ¿Me crees... capaz de hacer algo así?-preguntó algo entrecortado a causa de las lágrimas que intentaba reprimir.- Realmente ...¿Me conoces tan poco?-le recriminó mientras alzaba la mirada. Finas y cristalinas lágrimas bajaban por su pálido y delicado rostro, sorprendiendo de sobremanera al moreno. El pelirrojo apretó levemente el agarre que ejercía sobre el brazo del moreno.
-¿No fuiste tú el que dijo que ya me observaba? ¿No fuiste tú el que dijo que le había llamado la atención? ¿No se supone... que ya me conocías? Si es así... ¿cómo puedes pensar eso de mí? ¿Cómo puedes... creerme tan mala persona como para jugar con los sentimientos de otra?- le recriminó sin dejar de llorar. El moreno iba a hablar pero el pelirrojo no le dejó.
-Ese chico... el que tu crees que es mi “novio” es mi hermano mayor. Le dije que quería salir con alguien. Con... una persona que creí que le gustaba de verdad.- habló el menor. El mayor iba a interrumpir pero este siguió hablando.- El no estaba seguro pero aún así me apoyó y me ayudó a salir de la casa solo por que quería hablar contigo. Sí... creí que se enojaría pero estábamos hablando de mi padre. Él me cree un niño que no sabe tomar sus propias decisiones y por ello cree que todavía soy muy joven para salir con alguien.-paró un momento para tranquilizarse y seguidamente continuó.
-Primero quise hablar contigo. Decirte lo mucho que me gustas y... que si querías tener algo conmigo pero... creo que él tenía razón. Me equivoqué completamente al pensar... que serías diferente a los demás.-finalizó el pelirrojo para seguidamente soltarle y ser él el que comenzaba a irse.
-Espe- ¡Gaa-chan!-gritó el moreno al terminar de asimilar lo que había oído. Intentó pararle pero el menor no se detuvo. Solo se giró levemente y todavía llorando le dijo:
-No me vuelvas a hablar.-dijo para finalmente marcharse de aquél lugar.
El moreno al quedarse solo se sentó en uno de los bancos asimilando lo que acababa de ocurrir. ¿Cómo... había sido tan imbécil de decirle eso a su lindo niño?
-¡MALDITA SEA!-gritó a todo lo que sus pulmones le daban, haciendo que varios perros del vecindario comenzaran a ladrar. Con una sonrisa de resignación se levantó de aquella incómoda madera y se encaminó hacia su casa. La había cagado pero bien.
*Fin flash Back*
El moreno al recordarlo solo sentía unas inmensas ganas de retroceder el tiempo y evitar cometer semejante estupidez pero, eso era imposible por lo que lo único que le quedaba era un inmenso vacío en su pecho. Su lindo niño le odiaba. Estaba decepcionado con él y... no sabía qué hacer para remediarlo. Sabía que Naruto le intentaría ayudar pero... no creía que fuese para nada fácil el volver a conquistarle. Tenía que hacer algo. Le daba igual que fuese estúpido o arriesgado pero... tenía la necesidad de hablar con él, de arreglar las cosas y así, poder salir con él.
Con el leve pensamiento de que haría lo que fuera por su lindo pelirrojo se encaminó hacia su aula.
Aunque el recuerdo del pelirrojo llorar por su culpa no se le borraría tan fácil de la memoria.
......Continuará......