Capítulo 5: Los Muggles y los hombres –PARTE 2-
>>Alice… Alice, Alice, no podía alejarla de mi no hacía más que entrelazar mis brazos a su alrededor y sujetarla con fuerza de la ropa, sus labios fríos me embelesaban absorbiendo mi aliento junto a mi ser. Se apoyó con las palmas de sus manos en la tierra, estaba mirándome desde arriba, en un segundo se levantó sujetándome del brazo levantándome y con una ligera sonrisa comenzamos a correr, ambas nos limitábamos a seguir pisando las hojas del bosque.
No intercambiamos miradas ni palabras en el transcurso del camino, Alice me jalaba pero estaba cansada, correr en bosques no es lo mío. Nos detuvimos por un momento en el cual intentaba respirar profundamente.
- Mejor sube a mi espalda. Sé que Jasper vendrá- La mire sin compren… ¡Pero claro! Era una tonta por no darme cuenta, su novio era Jasper, lo más probable es que él le prohibiera verme y que por no hacerlo molestar ella me había dejado. Pero… No podía sacarme de la mente que yo era una tonta, ella tenía novio y la había besado, eso no estaba bien.
- ¿Espera que ha…? –Sus frías manos estaba sobre las mías jalando mis brazos a su cuello.
- Debemos llegar a mi casa ahora. Sujétate bien, yo te llevare. –Se agacho ligeramente para tomar impulso y correr, me sujetaba fuertemente de ella, quien a la vez me sujetaba de las rodillas; cerré mis ojos por el viento ¿Cómo podía correr tan rápido?.
Todo aquel tiempo estuve acurrucada en su espalda sin soltarme y pensando, aquí había más que gato encerrado; en cuanto nos detuvimos abrí los ojos justo llegamos a la puerta de su casa.
Me invito a pasar, su casa era agradable aun que me traía la sensación de un hospital.
- Alice. ¿Qué eres? Mejor dicho ¿Qué son? –Me senté en el sofá el cual me había señalado. Mi compañera solo se quedó pensativa como buscando que responder.
- Termine con Jasper él no lo acepto, siempre habíamos creído que estaríamos juntos para siempre. Por eso no quería seguir viéndote, pero aun así mi visión no se cumplió y siguió molesto. Por eso supe que lo mejor era quedarme contigo y protegerte. - ¿Visiones?, ¿De qué estaba hablando?, nos quedamos varios minutos en silencio mirándonos a los ojos y observando algún punto vacío de la habitación.
- Crookshanks – Mi lindo y amado gato, él se había quedado con mis padres por cualquier cosa, con sus habilidades el podría cuidarlos mientras yo no estuviera con ellos.
- ¿Eh? -Me miro intentando sacarme información.
- Es mi gato mitad Kneazle. –Me dio un poco de risa el ver su cara, no sabía de qué le hablaba, le dirigí una sonrisa junto a mi mirada de “estamos iguales, vez que tampoco comprendo mucho de lo que me dices”.
- hahaha, ya entendí, tendrás que adivinar chica gato- Nos mirábamos con una sonrisa, pero no tenía idea de si realmente podía leer mis pensamientos o era algo mas. Que me ocultas Alice.<<
Capítulo 5: Los Muggles y los hombres –PARTE 2- Jake
>> “De alguna manera había visto todo aquello cuando su varita toco mi cabeza, eran parte de sus recuerdos. Draco Malfoy, ¿Qué debía pensar? Estaba con la mente revuelta. El llevaba años conociendo a Harry y yo apenas le había salvado de la profundidad del agua salada”
¿Harry?... Suspire en mi mente ahora comprendía algunas cosas, ellos a pesar de todo estaban cercas y yo solo… No, haría que todo cambiara, yo no trataría mal a Harry, y por supuesto haría que él se enamorara de mí. No podía sacarme de la mente el primer día que lo vi, el tacto de su piel en mis manos, como logro entrar en mi corazón.
Mire a Harry señalando mi hombro con la cabeza, “sube a mi lomo”, pareció comprenderme aunque no emitiera palabras; subió con cuidado y sin nada que perder le tendió la mano a su compañero, ¡No, Draco no!, gruñí inconforme.
- Vamos, no podemos dejar a Malfoy aquí- Resople dejándolo subir y sin más que esperar, solo sintiendo las manos de Harry sujetarse de mi piel, comencé a correr dejando atrás las profundidades del bosque. ¿Qué más haría? Protegerlo con mi vida.
Los acercaba a la boca del lobo, ¿irónico no?, podía oler a ese frio acercarse desde la distancia, ya faltaba poco, un par de metros y llegaríamos a ese lugar. La mansión Cullen.
Harry se bajó de mi lomo y sin querer me estire logrando tirar al piso a ese tal Draco –Para mis adentros reía-, solo me miro furioso desde el suelo; al ponerse de pie comenzó a sacudirse la ropa con cara de indignación.
Sentía sus presencias, sus inconfundibles olores, Emmett Cullen, junto a otros dos de ellos. El primero, había salido para saludarnos, aquellos ojos azules nos veían sonriendo y a cada paso que daba sus hoyuelos se notaban más; extendió su mano hacia mi como si realmente fuéramos amigos de toda la vida, no me atreví a darle la mano, solo hice una pequeña reverencia.
- Uno de los Quileutes en mi propiedad. Harry me alegra que te hayas recuperado, y tu jovencito ¿Quién eres? –Su sonrisa desapareció, él percibía lo mismo que yo, a Jasper, su cólera, sus deseos de matar, de sangre. Su adorado hijo no era el mismo y lo notaba a kilómetros.
- Comprendo, adelante están en su casa – Nos invitó a pasar, al entrar nos quedamos parados frente a los sofás, y no estábamos solo nosotros, justo en el sofá frente a nosotros se encontraba aquella chica de cabello enmarañado y su amiga Alice. Draco miro a Hermione y la tensión surgió, agrandándose cada vez mas por la penetrante mirada de la joven Cullen.
- Ni se te ocurra decirle algo a esta chica, o te iré muy mal- Alice lo reto con su voz firme y una mirada dorada, una de sus habilidades eran aquellas visiones cambiantes del futuro, ella sabía lo que podía pasar.
- Mis amigos y yo llegamos a este pueblo por un motivo de vital importancia, una profecía.- Harry estaba comenzando a dar su parte de la historia, no tenía idea si lo comentaba para zafarse de nosotros, sin embargo todo quedo claro en cuánto varios se sentaron y mi imprimado siguió relatando sobre aquella profecía; creía todo lo que salía de su boca pero una pequeña astilla me punzaba en el pecho, había algo más, algo que estaba omitiendo...
- Aun no comprendo del todo, suena tan... -Rosalie se detuvo al sentir la mirada de su marido, respiro profundo y prosiguió - No es muy creíble pero es pasable, aunque no me explico ¿cómo... -
- Amo a Hermione por eso está molesto, él lo presentía -El silencio carcomió los sonidos inclusive el razonamiento de varios. Rosalie apretó su puño un par de segundos, estaba tranquilizándose.
- ¿Primero Edward y ahora tú? No me opongo a su felicidad pero... ¿Que ocurrió con todas esas veces frente al altar con Jasper? Ustedes se unieron demasiadas veces...- Hermione contemplaba la escena y se veía muy absorta en su mente, sentía que solo podía preguntarse una cosa: "¿Casada?".
- Los Quileutes llaman imprimar cuando la persona que aman los complementa, es la única persona. Si, ame a Jasper pero me siento imprimada en ella, Hermione me complementa fue creada para mi; yo hablare con Jasper, debe comprenderlo, yo nunca lo engañaría y lo sabe, por eso yo termine con él hace unos días, por eso estábamos distantes-
- No vine a escuchar estupideces, ni a relacionarme con nadie, ¿a qué viniste Potter? ¿A llevar una vida normal de muggle? Si no puedes con algo como esto, créeme que debiste haber muerto con el señor oscuro- Con los dedos abiertos de su mano derecha acomodo su cabello hacia atrás, intentando dejarlo tras sus orejas en vano. El viento gruño bruscamente rompiendo un par de ventanas, Jasper había llegado, su presencia era evidente desde el tocar del timbre.
- Lo siento, pero Draco tiene razón lo acompañaré a él- Mi imprimado lucia serio, aquellas palabras parecían atacar su corazón y mente.
- ¡Aléjate de él estúpida rubia!-Gruñí ante mis palabras de furia que no deje salir al estar Harry presente, solo un pensamiento, el lobo que llevaba dentro quería ir, ir con ese imbécil de Draco y destrozarle el cuello; en cuanto Harry salió por la entrada junto a Alice, Draco me observo con malicia y el ego totalmente desbocado, enseñe mi colmillo gruñéndole, estaba claro, enemigos.
- Aléjate de él, ¡Harry es mío!- Mis palabras no lograron mas que sacarle una sonrisa.
- Ya veremos. -camino rápidamente hacia mi susurrándome en el oído- Será mi perra primero- Dio media vuelta y salió rápidamente de mi visión.
Deje que me quitaran a Bella pero ¡No permitiré que me quiten al amor de mi vida, mucho menos una nenaza impotente!<<
Desde que llego Draco la cosas se tensaron, aun recordaba lo que habíamos pasado juntos. Cuando salimos de casa de los Cullen, Jasper estaba afuera y discutía con su padre, no me quise entrometer en todo esto pero por desgracia ya lo estaba en cierto modo. Lograron calmar a Jasper quien solo nos dirigió una mirada de tristeza y un profundo dolor. “Comprendo aun así quiero irme por un tiempo, no me perdonaría descontrolarme otra vez” Se disculpó con todos en especial con mis amigos y yo, fue muy extraño todo, sobre todo porque no lograba hacerme a la idea de todo lo que ocurría, tan rápido.
- Que familia más extraña- Draco poseía un semblante serio y arrogante. –Desde ahora estaremos más atentos Harry, no queremos que nuestro mundo desaparezca- Esperamos en el jardín caminando hacia la carretera mientras llamaba a Ron para que viniera por nosotros, no abusaríamos de la magia que aun teníamos.
Desde ese día todo se volvió más sombrío, como si aquel dementor nos siguiera siempre, solo a un par de metros de nuestras espaldas.
En Forks los días parecían ir tan lento, el tiempo se enlentecía hasta el aire. Draco por su parte rentaba con nuestro vecino Charlie, definitivamente no quería quedarse con los Weasley, de eso estaba seguro en especial por Hermione y yo; sin embargo había estado comportándose de una manera extraña, una forma muy peculiar, la misma que solía usar cuando salíamos en secreto, esto me hacia pensar; en mi corazón una vieja herida se había abierto con su comportamiento, no tengo ni idea de que esperar de él.
Intentaba no quedarme mucho tiempo con Draco y demás, era intencionalmente en el treinta porciento de las veces que lo pensaba, el otro ochenta porciento se debía a que no paraba de pensar en mi lobo, no, no era un simple lobo, era Jacob Black y necesitaba hablar con él, necesitaba que todo fuera como en un inicio cuando él me despreciaba mirando por la ventana del auto, tratándome como si no le importara. ¿Qué podría importarle de mi? Nada, exactamente nada, apenas y hablábamos; muy pocas veces pude sentir sus brazos, sus manos, su caliente cuerpo junto al mío.
¡Perfecto!, lo había decidido, iría a ver a Jake; aprovecharía que los padres de Hermione se quedarían el fin de semana, todo era perfecto, así al menos no me notarían mucho y lo que menos deseaba era estorbar. En cuanto la neblina del día llego alumbrando de un blanco fantasma el entorno, me dispuse a salir, camine por la orilla de la carretera sintiendo el descender de la temperatura, solo me había traído un abrigo y eso no me bastaba, comencé a temblar observando mi aliento se homogeneizaba con la neblina; aun así seguiría, ¡necesitaba que Jake me odiara!, solo así podría sacármelo de la cabeza.
Al entrar al bosque, el frio calaba en sobremanera; comencé a correr para calentarme, cosa que estaba funcionándome, al pasar casi 30 minutos me tire sobre el pasto intentando recuperar el aliento, necesitaba oxígeno.
- Harry… - Vaya… tenía el presentimiento de que lo encontraría si nuevamente vagaba por el bosque, su calor… opacaba el clima… el frio… ya no estaba, solo el calor, la calidez de una persona, Jake.
- Necesito hablar contigo, yo…-Mis ojos se abrieron por la sorpresa, él estaba sobre mi calentándome con su cuerpo, succionando mi aliento, y no pude mas, ya no me contuve, correspondí al beso, sintiendo sus medianamente fuertes mordidas en mis labios, logrando colar su lengua en mi cavidad bucal, su suculento sabor, ya no podía pensar…
Jake… Jake... Sigue; entrelace mis dedos en su cabello apretándolo y jalándolo hacia mi, profundizaba el beso, quería seguir, deseaba más contacto.
Baje mi mano acariciando su cabello, bajando por su cuello para por fin toparme con su torso musculoso. Necesitaba respirar, pero deseaba morir entre sus besos, corte el beso jadeante, rogándole que siguiera con mi mente; apenas notaba, aquellas marcas rojas de mis uñas en su piel; como si me leyera la mente paso su lengua por mi cuello estremeciéndome; rosaba su rodilla en mi entrepierna, logrando despertarme más, sacándome un par de jadeos.
- Jake… Ahn… -Olfateo mi cabello llenándose de mi olor.
- Me provocas, no puedo contenerme mas Harry – Nos fundimos en un beso desesperado, regresándonos caricias, caricias que creaban exquisitos escalofríos en mi cuerpo.
Por favor no pares.
Sigue seduciéndome.
Tortúrame con tus manos.
Quémame con tu calor.
Déjame sentirte.
Perdura en mi cuerpo.
Fúndete conmigo.
Capítulo 5: Los Muggles y los hombres –PARTE 2- HG
>>Papá y mama llegaron de visita sorpresa, ¡por fin podía ver a mi lindo Crookshanks! Lo habían traído consigo, les presente a Alice dado que no la conocían
- ¡¡Ohh!! ¡Crookshanks no hagas eso!-Odiaba a Ron pero no creí que también a Alice, ella solo reía soltando pequeñas risitas.
- Me hace cosquillas -
- ¡¿Pero si te está sacando la sangre?! Crookshanks no, eso no se hace, suéltala -
- jajaja en verdad déjalo, es adorable y no me hace daño, seguramente sabe que no me dañara tan fácil, con que este es un Kneazle -
- De hecho es un Kneazle mitad gato-
- sí que es precioso ¿verdad?-
- Sí que lo es. -Sonreí solo mirando como intentaba arrancarle un dedo, si, estaba jugando pero esperaba no destruyera su mano con aquellos colmillitos y garras afiladas.
- Edward llegara a casa mañana en la mañana, tengo que presentarlos-
- ¿cómo lo sabes?-
- Veo el futuro y en todas las posibles ramificaciones de el, tu estás conmigo- Que tonto... Que tonto... Demasiado ya que la estaba besando atrayendo más su rostro hacía el mío.
¿Qué me ocultas aparte de ver el futuro?.
- A ti no puedo engañarte, soy un vampiro –Susurró en mi oído. No me sorprendí del todo, sabía que ella era diferente a los muggles, Crookshanks se sentó en mis piernas observando a Alice, él también sabía que el momento había llegado. Comencé a ser sincera con ella, sobre un poco los tiempos oscuros y como nos habíamos implicado con Harry en la profecía.
Ahora sabíamos los secretos de ambas, ella me miro y no pudo más que contestarme tranquilamente.
- Yo sé quién puede ayudarlos, sin embargo primero tienen que ir con los Quileutes aquellos que sean más veteranos, me parece allí hay algo sobre los muggles, no, los hombres, al fin y al cabo “los normales” son hombres. –Me tomo de la mano y con un tono afligido se disculpó.
- Lo siento, no puedo ir allí, los hombres lobos y los vampiros estamos… Está prohibido entrar a su territorio- Ron estaba sumido en su mundo que de igual forma se desmoronaba, Harry estaba ocupado con quien sabe que asuntos, Draco, no él no estaba disponible.
Tendría que ir yo con los Quileutes; mi corazón latía con fuerza, esta era la pista que buscábamos.<<
Su chaqueta estaba en el suelo bajo de mi, casi todas nuestras prendas esparcidas a nuestro lado izquierdo; nuestras voces opacando el crujir de las hojas. Jacob lamia uno de mis pezones mordiéndolo suavemente haciéndome gemir, su mano derecha apretaba, rodeaba mi pene, estaba masturbándome, el solo hecho de que él lo hiciera me extasiaba.
- ¡Jacob cuanto tiempo! –Todos ¡todos los colores se me subieron al rostro!, me cubrí con mi playera mirando discretamente al tipo que nos había interrumpido; él era totalmente diferente a Jake, sus ojos color topacio, cabello cobrizo y una notable piel blanca como el mármol.
- Edward Cullen – El susodicho sonrió irritando a Jacob. No pude mas, tome mi ropa y desaparecí utilizando transporte. Ahora estaba en mi habitación a medio vestir con los latidos saliendo por mis venas, con la respiración agitada, aun con calor e impregnado de Jacob.
Esto era muy vergonzoso, mi corazón había creído estar enamorado de Giny... Pero me resulta vergonzoso admitir que la persona que lograba acelerar mi corazón hasta el punto de sonrojarme las orejas era Jacob.
¿Cómo podía atraerme con tanta facilidad?
¡Vamos Harry, no estás aquí para estar con él!
La señora Molly ya ha perdido la magia. Nuestras teorías no estaban equivocadas, entre más usas magia la vas agotando.
Jacob Black ¿Por qué me has tenido que atrapar en tu calidez? Y justo ahora, cuando el mundo al que pertenezco está colapsando.
Continuara…