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Enamórame por Fullbuster

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Gray Fullbuster POV

 

 

 

Me encontraba demasiado cansado y me dolía todo el cuerpo, no sé muy bien que me pasaba esta noche, pero me costaba hasta moverme para servir a los clientes. Mi cabeza parecía no haberse recuperado de lo de esta mañana y sinceramente… aún no sé que pasó, no podía recordar nada desde que vi marcharse a Natsu y Zancrow me cogió por detrás.

 

Me había despertado en mi cama, bueno… en mi colchón, ese que Lyon me había lanzado ahí en el frío suelo. ¡Eso si es que se podía llamar colchón! Porque era de gordo como dos dedos míos, así que estaba más en el suelo que en algo mullido. ¿Cómo había llegado yo a casa de Lyon? Y lo que más me preocupaba al sentir mi cuerpo tan dolorido ¿Me había hecho algo Zancrow? No lo sé, por más que pensaba no podía recordar absolutamente nada.

 

Recogí las bebidas en la barra y colocándolas en la bandeja empecé a dirigirme hacia una de las mesas. Hoy no sé por qué, había más gente de la normal ¡Supongo que por el espectáculo que había contratado el dueño! Porque había tíos encima de una plataforma desnudándose… yo seguía llevando las bebidas ¡no se me ocurriría subirme ahí ni muerto!

 

Dejé las bebidas en la mesa y me retiré de nuevo hacia la barra no sin antes llevarme una cachetada en el trasero ¡Qué mal me sentaba cuando lo hacían! Pero tampoco podía quejarme si quería conservar el trabajo… y la verdad… pagaban bien y necesitaba el dinero para la matrícula de la universidad, no podía permitirme perder este trabajo.

 

Me sorprendió ver a Natsu entrar por la puerta ¡Bueno ya estaba dentro cuando yo le vi y venía muy enfadado hacia mí! Ya no tenía tiempo de retirarme sin que me viera, pero podía al menos retirarme hacia otra parte antes de que empezase a discutir conmigo delante de los clientes y del dueño del local.

 

Me separé un poco dirigiéndome hacia uno de los pasillos y pude comprobar cómo Natsu seguía siguiéndome acelerando el paso para alcanzarme antes de que pudiera escaparme ¡La que me iba a caer! La cuestión era… ¿Cómo narices se había enterado de donde trabajaba? No se lo había dicho a nadie, bastante avergonzado estaba ya de hacer esto como para encima contarlo.

 

Dejé la bandeja encima de la barra y le indiqué al del otro lado que tomaba el descanso ahora, por lo que me encaminé rápidamente hacia la parte de atrás saliendo del local a un patio trasero. Natsu no tardó en alcanzarme, cogerme del brazo y empotrarme contra una de las paredes.

 

~ ¿Qué narices haces? – me preguntó enfadado.

 

~ Trabajar Natsu.

 

~ Esto no es trabajar, te estás exhibiendo, ¿Cómo puedes dejar que te hagan esto? – me preguntó.

 

~ ¿Qué me hagan qué Natsu? ¿Tocarme el culo de vez en cuando con tal de pagarme la universidad? Por esto no te lo contaba a dónde iba por las noches, sabía que no lo entenderías – le dije enfadado - ¿Qué querías que hiciera? No puedo pagar la matrícula y necesito el trabajo.

 

~ Tú hermano debe ocuparse de tu matrícula.

 

~ Si…. Pues ve tú a contárselo, porque yo de su dinero no veo un centavo – le dije y él se sorprendió.

 

~ Si Lyon no te lo da podías habérmelo pedido – me dijo – en vez de venir aquí a prostituirte – me soltó y me cabreé más.

 

~ Yo no me estoy prostituyendo – le grité – estoy trabajando, llevo las bebidas a las mesas.

 

~ No es lo que he visto en las fotos – me comentó y yo no sé de qué narices me estaba hablando.

 

~ ¿Qué fotos? Yo no he tocado a nadie ni he dejado que me toquen más que lo que acabas de ver, una palmada en el trasero como mucho – le dije.

 

~ Deja de mentirme Gray, las fotos eran muy claras.

 

~ ¿Pero qué fotos? – le repetí – no sé de qué me estás hablando.

 

~ No creí que cayeses tan bajo, supongo que yo también fui eso ¿no? Otro cliente tuyo.

 

~ Vete a la mierda – le dije muy serio a punto de llorar.

 

Natsu ahora pareció recapacitar lo que había dicho, pero a mí me había quedado muy claro lo que pensaba de mí, sólo era esto, un crio que satisfacía con servicios sexuales a los clientes ¡no sabía Natsu cuanto se estaba equivocando! Pero ya no había caso, le estaba perdiendo y lo sabía, no había forma de hacerle cambiar de idea.

 

~ Gray – intentó llamarme ahora más calmado y creo que se sentía mal por lo que acababa de decirme, pero yo ya no aguantaba más.

 

~ Déjame Natsu, me ha quedado muy claro lo que piensas de mí. Te libero de tu responsabilidad, no eres nada mío, eres el novio de mi hermano, así que ve corriendo con él, sé su perrito faldero y créete sus mentiras, no soy capaz de convencerte. Para ti sólo soy esto, alguien que se prostituye por dinero, ni siquiera me merece la pena intentar explicarte que sucede.

 

~ Gray no es eso – me dijo ahora intentando disculparse.

 

~ Lárgate – le grité – no quiero volver a verte, aléjate de mí, tú y Lyon solo sabéis amargarme la vida, me estáis destrozando, no aguanto más, así que alejaros todos de mí. Sólo Sting merece la pena aquí, es el único que ha confiado en mí desde el principio sin preguntarme nada, no ha dudado ni una sola vez.

 

~ Sting es quien me contó donde trabajabas – me dijo de golpe y me sorprendí – su padre tenía documentos tuyos, te están vigilando – me gritó

 

~ No puede ser – le dije – Sting no me haría eso.

 

~ Es su padre – me recalcó – Sting cuando se ha enterado ha venido a contarlo

 

¡Estaba solo! No podía confiar en Natsu, no podía confiar en Sting por su padre ¿En quién podía confiar? Estaba sólo en Japón, no tenía a nadie, Lyon tenía razón, iba a dejarme solo, no se iban a preocupar de mí cuando me internase en ese centro y desapareciese de sus vidas. Ahora lo veía claro, ya estaba desapareciendo ¡Estaba allanando el terreno para meterme allí dentro!

 

Ahora estaba llorando, me sentía sólo y perdido, no podía encontrar una solución a mi problema y cuando llegase a casa, seguramente Lyon tendría todo pensado, me encerraría y nadie iba a buscarme, no le importaba a nadie. Lyon ganaba… como siempre. Me derrumbé y Natsu seguía allí de pie mirándome. Intentó acercarse a mí pero yo le detuve ¡Estaba sólo, pero no estaba indefenso, podía ser sarcástico cuando me enfadaba!

 

~ No te atrevas a tocarme – le dije y Natsu paró de golpe mirándome – no querrás tener que pagar por hacerlo ¿Verdad? – le pregunté – al fin y al cabo, sólo sé prostituirme. No quiero volver a verte.

 

~ Gray… no seas así conmigo, háblame, cuéntame qué está pasando…

 

~ ¿Quieres saber que está pasando? Lo que pasa es que no confías en mí, pasa que mañana no estaré aquí porque Lyon se habrá ocupado de hacerme desaparecer, pero no le importaré a nadie.

 

~ No digas tonterías Gray – me dijo ahora sin creérselo y yo sonreí.

 

~ Supongo que no te lo creerás hasta que lo veas, supongo que mañana te darás cuenta, pero cuando lo hagas recuerda una cosa… yo no tengo dinero para salir huyendo de este país, no tengo a nadie en quien confiar ni a quien pedir ayuda, estoy solo y Lyon te inventará cualquier excusa para mantenerme oculto, pero supongo… que piensas que estoy loco, porque total… hoy tampoco me he tomado la pastilla aunque creo que mi hermano me está drogando de alguna forma – le sonreí – pero claro… no tengo pruebas y no vas a confiar en mí. El gran Natsu necesita pruebas de todo para poder confiar en alguien y lo siento… no las tengo.

 

Tras soltarle todo, volví dentro y seguí con mi trabajo. Natsu no volvió a entrar, supongo que no me creía, como era costumbre en él. ¿Qué iba a hacer ahora? Seguí sirviendo copas en el bar y sinceramente, ya todo me daba igual, porque para mañana, todo habría cambiado por completo. Lyon no me dejaría en paz nunca ¿Debía rendirme? Supongo que era lo mejor.

 

En realidad había una forma de no ir a ese hospital psiquiátrico… acostarme con Lyon, tantas veces como él quisiera, convertirme en su esclavo día y noche, satisfacerle en todo, vivir para él, vivir bajo su humillación, pero no estaba dispuesto a eso ni cuando Natsu me estaba considerando así, porque debía pensar de mí que me había acostado con todos los clientes del bar, lo cual eso me llevaba a la siguiente pregunta… ¿Qué fotos? ¿Lyon me había hecho algo mientras estaba inconsciente? De Lyon no me sorprendería.

 

Cuando acabé mi trabajo, volví a casa y ya ni andar solo a estas horas de la madrugada me preocupaba, casi sería mejor que me hubiera pasado algo en el camino por no tener que volver a ver a Lyon. Me había vuelto a destrozar la vida y es que pienso… debería sacarse un máster en joder la vida a los demás, porque se le daba de miedo.

 

Entré por casa y como sospeché, Lyon me estaba esperando. No me dio tiempo a reaccionar pero tampoco hice absolutamente nada, ya todo me daba igual. Me besó empotrándome contra la pared y le dejé, no lloré, no sentí nada ¡Estaba completamente vacío! Supongo que perder a Natsu y saber que definitivamente, no podía hacer nada para retenerle a mi lado, había hecho que perdiera toda ilusión, toda esperanza. Le pedí ayuda, le había contado lo que iba a pasarme y no estaba aquí, había pasado de mí, me había abandonado.

 

Lyon se dio cuenta de que pasaba algo cuando no le supliqué, cuando no lloré, cuando no me importó lo que estaba haciendo. Se separó de mí y me miró, en sus ojos había duda. Jugué con el móvil de mi bolsillo.

 

~ ¿Por qué no estás suplicándome que pare? – me preguntó cabreado.

 

~ ¿Ibas a parar? – le pregunté – supongo que ya me habrás drogado con algo y supongo, que ya tienes decidido lo que vas a hacerme, qué más da Lyon, haz lo que quieras, sólo quiero saber una cosa

 

~ ¿Qué quieres saber? – me preguntó.

 

~ ¿Qué me hicisteis? – le pregunté ahora dudando.

 

Lyon me soltó aunque yo seguí apoyado en la pared. Caminó hasta un armario y sacó un sobre de él lanzándolo al suelo frente a mí. Me agaché y me senté en el suelo abriendo el sobre ahora con las manos temblando ¡no sé si quería ver lo que había! Natsu había hablado de fotos. Saqué las fotografías y me horroricé yo mismo de verlas, desde luego no dejaba mucho a la imaginación ¡Iba a preguntarle si me habían violado, pero las fotos estaban claras!

 

~ ¿Los dos?  - le pregunté ahora llorando

 

~ No, sólo Zancrow – me respondió Lyon – aunque yo me quedé con las ganas.

 

~ ¿Por qué no me hiciste lo mismo tú? – le pregunté – el otro día dijiste que tenías muchas ganas de hacerlo.

 

~ Y las tengo, pero yo no soy como él, quiero hacértelo cuando estés despierto, te quiero consciente, quiero escucharte gemir y suplicarme que pare. – ahora estaba llorando.

 

~ Se las enseñaste a Natsu ¿Verdad?

 

~ Sí

 

~ Por eso no me cree, no puedo luchar contra las pruebas sin pruebas.

 

~ Tenía que alejarte de él, ya está hecho Gray.

 

~ ¿Qué plan tienes ahora para mí? ¿encerrarme en ese manicomio?

 

~ Ya lo sabes Gray.

 

~ Si me encierras no podrás tenerme como querías – le comenté llorando, recordando a Natsu ¡Era normal que no me creyese con estas fotografías que reafirmaban lo que Lyon le decía! Yo tampoco me habría creído a mí mismo.

 

~ Podré tenerte, sólo tengo que pagar a los médicos y podré entrar en tu cuarto cuando quiera ¡El dinero es poder Gray! – yo sonreí al escucharle, desde luego estaba perdido, no podía enfrentarle.

 

~ Tú ganas – le dije y él se sorprendió – Tu ganas Lyon, no puedo hacer frente a esto, enciérrame, has ganado.

 

 

 

 


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