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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV

 

Mi relación últimamente con Naruto… me estaba trayendo de cabeza, porque me excitaba cuando se acercaba, como el día que me limpió la nariz. ¿Cuál era mi gran problema? Que el imbécil era heterosexual y no quería que se enterase de que yo no lo era, él parecía dar por supuesto que me gustaban las chicas, así que estos días, me había pasado los días intentando evitar a Naruto, más que nada, porque mi corazón se aceleraba al verle y sabía que me estaba enamorando de él, pero tenía que alejarme, no era para mí, era heterosexual y si se enteraba de que yo no lo era, seguramente dejaría de ser mi amigo, como hacían todos los que se enteraban.

Cuando llegué a clase hoy, todo el mundo me miraba extraño por mi ausencia de unos días, supongo que nadie se creía que había podido faltar unos días, pero no pensaba venir tal y como tenía la cara de los golpes. Ahora estaba ya mejor y podía camuflar bien las heridas.

En clase estuve bastante aburrido y sé que Naruto me miraba desde su asiento, podía sentir su mirada en mi nuca, pero no quería girarme a verle, tenía que centrarme en el temario de clase, pero cuando llegamos a la hora de gimnasia, salí lo más rápido que pude evitando a todo el mundo y crucé el pasillo hacia la enfermería.

- ¿Dónde vas? – escuché una voz a mi espalda y por el acelerón de mi corazón, era Naruto.

- A la enfermería.

- De eso nada, te vienes conmigo a gimnasia – me dijo.

- No voy a ir a gimnasia, no me encuentro bien.

- Siempre dices que no te encuentras bien cuando llega esta clase, así que no me creo nada, vamos, te vienes conmigo – dijo cogiéndome del brazo y me solté con brusquedad.

- He dicho que no voy a ir contigo

- Pues vas a venir te guste o no – me dijo enfadado cogiéndome como un saco de patatas en su hombro y llevándome hacia el pabellón de gimnasia.

No quería ir al vestuario, ya había tenido una mala experiencia allí y no quería que se pudiera volver a repetir la misma escena. Todo el mundo sabría mi secreto si me ocurría y no quería, me negaba a ello, bastante tenía con soportar los insultos de mis antiguos compañeros de baloncesto como para encima también aguantar los de clase.

- Suéltame – le grité a Naruto pero no quiso soltarme.

La gente nos miraba extrañada y es que ver al capitán de hockey hielo cargando en su hombro al empollón y chico invisible de la escuela, no debía ser precisamente lo más natural del mundo. Yo creo que pensaban que iba a pegarme o iba a llevarme a algún sitio para gastarme una broma pesada o yo que sé.

No me soltó hasta llegar al vestuario por mucho que pataleé y creo que hasta le hice daño porque llegué a morderle con fuerza el cuello, pero aunque se quejó y me exigió que me estuviera quieto de una vez, me lanzó de mala manera contra uno de los bancos del vestuario mientras veía como se tocaba el cuello y se quejaba de lo bruto que era.

- No me gusta que me cojan – le grité levantándome.

- Pues yo estoy harto de que te saltes ésta clase.

- No quiero venir ¿No puedes entenderlo?

- ¿Por qué no quieres venir?

- Porque no quiero ver a mi antiguo equipo de baloncesto – le dije ante el asombro de todos los que se estaban cambiando

Naruto se quedó un segundo pensando en aquello y pareció darse cuenta. El equipo de baloncesto siempre entrenaba a esta hora en el pabellón de al lado, me veían por narices en esta clase y no quería encontrarles.

Lo único en lo que podía pensar ahora es que tenía que salir de aquí antes de que me pasara algo, antes de que pudiera excitarme y con Naruto allí quien aún tenía que cambiarse… era lo más probable que me pasara, así que no podía quedarme aquí, pero ahora tampoco podía salir, porque estaba mi antiguo equipo en la cancha de al lado.

Me quedé sentado allí mientras todos se cambiaban y desde luego, yo intentaba no mirar, sobre todo hacia Naruto. Si es que todo lo malo acababa pasándome a mí. Tenía miedo de que me pasara lo mismo que hace un año en el vestuario de los de mi equipo, porque se darían cuenta de que era gay y empezarían las burlas. Naruto terminó de cambiarse y se acercó hasta mí.

- ¿No te cambias Sasuke? – me preguntó.

- No – le dije

- ¿Por qué no? No puedes hacer gimnasia en vaqueros.

- Ya lo sé – le dije – me cambiaré luego.

- ¿Luego cuando? Venga que hay que salir

- He dicho que me cambiaré luego, deja de agobiarme.

Naruto se marchó con el resto de la gente y cuando estuve seguro de que estaba solo, me cambié rápido y salí fuera al pabellón. No pude evitar mirar hacia la cancha de al lado donde ya estaba mi antiguo equipo practicando. Sé que me vieron y sonrieron, pero yo me fijé en la profesora Kurenai y en su retintín en la voz como dándome la bienvenida después de un año entero sin pisar su clase ¡pero es que no quería venir! ¿Tanto les costaba entenderlo? Yo hacía los exámenes teóricos y aprobaba, ¿Para qué iba a venir entonces?

Nos hizo dar unas vueltas al campo y aunque en mi clase, la mayoría eran empollones y se cansaron enseguida, yo alcancé a Naruto con facilidad y hasta le adelanté dejándole sorprendido.

- Pues no eres tan malo en gimnasia – me dijo cuando dejamos de correr.

- No vuelvas a traerme a esta clase ¿Te queda claro? – le pregunté enfadado mientras me marchaba hacia otro compañero, bastante tenía ya con aguantar hoy estar aquí.

Para colmo a todo lo que me faltaba, nos tocó baloncesto y yo no quería jugar a baloncesto, lo dejé hace un año y en el pasado estaba muy bien. Kurenai me lanzó uno de los balones y tuve que cogerlo para que no me golpease, aunque me giré hacia mis antiguos compañeros viendo como seguían sonriendo.

- Pasa de ellos – escuché a Naruto decirme – a menos que quieras un uno contra uno

- No gracias – le dije – toda tuya – le indiqué acompañando la pelota con mi mano hasta que tocó su pecho.

Naruto cogió la pelota y cuando la tuvo sujeta, solté mi mano de ella. Quería que acabase de una vez esta clase, pero supongo que aún faltaba un buen rato.

- Juega contra mí Sasuke – escuché a Naruto.

- No quiero – fue mi contestación

- ¿Eres un gallina o qué?

- No quiero tener que machacarte, ni siquiera eres un desafío para mí, sólo sabes jugar a Hockey – le dije.

- Bueno, pues enséñame a jugar a baloncesto – me indicó - ¿De qué jugabas?

- Escolta

- ¿Y eso es importante?

- No voy a explicarte todo el juego ahora Naruto.

- Yo te enseñaré a jugar a Hockey, venga, quiero verte jugar – me dijo sonriendo con aquella sonrisa suya tan pegadiza, al final acabé resoplando y explicándole el dichoso juego.

Tampoco se le daba muy mal, pero en un uno contra uno, pues no podía conmigo, yo llevaba muchos años jugando y él acababa de empezar. En una de aquellas veces que lancé a canasta y Naruto saltó para intentar bloquearme, acabé marcando, pero Naruto se me cayó encima por el impulso que llevaba. Cerré los ojos cuando sentí el golpe pero cuando los abrí, Naruto seguía encima de mí quejándose por el golpe y aunque me habría encantado decirle cuatro cosas, su rostro estaba tan cerca del mío que creo, me estaba poniendo rojo como un tomate.

- ¿Ligando Sasuke? – escuché que me preguntaba una voz conocida y tan conocida… como era Ukon, uno de los gemelos y se reía, se reía mucho.

Naruto se levantó de golpe aunque yo seguía en el suelo rojo como un tomate y creyendo que aquí, se terminaba todo, porque se enteraría Naruto de lo que estaba ocurriendo.

- ¿Qué problema tienes tú? – Le preguntó Naruto enfadado - ¿No tuviste bastante paliza ayer y vienes a por más? – le comentó mientras le tiraban el balón y Naruto me lo pasaba a mí que me estaba levantando.

- El problema lo tienes tú – le dijo Ukon - ¿Qué hace alguien de Hockey con ese pardillo?

- Daros una paliza es lo que hago – le dijo Naruto – porque no recogéis los huevos que se os cayeron el otro día y os vais por donde habéis venido, porque no creo que queráis meteros con el equipo de Hockey ¿No?

- De verdad que sois agresivos los de Hockey – decía Sakon ahora riéndose – siempre con lo mismo, podrías ser más civilizados.

- Y vosotros podrías jugar a deportes de verdad y no a esas mariconadas, que os dan un pequeño golpe y ya os estáis quejando.

- Ey Sasuke ¿Por qué no juegas contra mí? – me preguntó Haku – cuando entré al equipo ya te habías marchado, me quedé con las ganas de demostrarte que soy mejor que tú – iba a pasar, cuando Naruto dijo de jugar un dos contra dos y por supuesto el cazurro iba en mi equipo ¡perdíamos!

Ellos aceptaron claro, Haku y Kimimaro contra Naruto y yo, vaya paliza nos iban a dar. Cogí a Naruto arrastrándole hacia fuera de la pista alejándoles de ellos para que no me escuchasen.

- ¿Qué narices haces? – le pregunté.

- Darles una paliza – me dijo.

- Nos van a dar una paliza ellos a nosotros, tú no sabes jugar a baloncesto – le dije.

- Pero tú sí – me dijo muy convencido con una sonrisa.

- Sí, dos contra uno es una buena estadística.

- Sasuke… yo confió en ti ¿Vale? Sé que eres mejor que esos tipos de ahí y sé que estás enfadado con tu familia porque no iban a verte, pero yo estoy aquí y sé que puedes ganar. Te falta confianza en ti mismo, eras su capitán, conoces como juegan, les enseñaste tú, demuéstrales que se equivocaron cuando prescindieron de ti.

No me terminó de convencer la idea, pero que remedio…ya me había metido en este lío y por suerte, no le habían contado nada de lo que ocurrió aquella vez. Naruto que era un poco más alto que yo, fue quien se colocó en medio para recibir el saque y cuando saltó, sus dedos tocaron la bola un segundo después que Kimimaro, por suerte yo era más rápido y se la quité de un manotazo pasándola hacia atrás a Naruto.

Corrí hacia la canasta cruzándome con Haku y aunque me dio un codazo a mala leche, el pase de Naruto fue perfecto para encestar los dos primeros puntos. Aún así, me dolían un poco las costillas de la paliza que me dieron y el codazo de ahora no mejoraba mi situación. Naruto se dio cuenta cuando me vio sostenerme las costillas.

- ¿Estás bien? – me preguntó

- Estaría mejor si no hubieras aceptado este desafío – le dije – acabemos anda

- Vale.

Al final tuve que jugar prácticamente yo y recibí codazos, pisotones y patadas por todos los lados, pero íbamos ganando de apenas dos puntos de diferencia, hasta que uno de los codazos en las costillas me hizo caer al suelo retorciéndome del dolor, a lo que ya Naruto no aguantó más y se lió a puñetazos con ellos. Menos mal que la hora terminaba y los compañeros de hockey del equipo de Naruto salían en ese momento de sus clases y al verle en la pelea, se metieron todos pasando de mí.

Si es que no había remedio, sabía que no acabaríamos nada bien, al final me levanté como pude y me fui al vestuario a ducharme mientras los de hockey se peleaban con los de baloncesto y es que… ¡Como para detenerlos! Aún estaba convaleciente y encima… eran propensos a las peleas, aunque les hubiera intentado detener no lo habría conseguido.

 


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