3ª Parte: En tu búsqueda
Pueblo de Uzushiogakure
Naruto se encontraba distraído, mirando por la ventana hacia el cielo despejado con muy pocas nubes. Suspiró, por enésima vez intentando poner atención al negocio pero como que la gente no le ayudaba mucho ya que apenas si había tenido tres clientes en todo el día. Una cantidad pequeña considerando que él mismo se había ofrecido a atender desde hace una semana el negocio que tenía su familia sólo para intentar sacar aquellas ideas que le atormentaban acerca de su situación y vaya que el tiempo había pasado. Un año, sí, ya había pasado un año desde que volvió a Uzushiogakure, un lugar tranquilo, lejos de la contaminación acústica de la ciudad, del ajetreo diario y lejos de él, de Sasuke.
—Maldición —bufó molesto porque a pesar de todo el tiempo que había pasado, le había sido imposible sacarse al moreno de la cabeza. Aun lo amaba, eso no lo dudaba pero sabía que eso no le iba a traer nada bueno. Lástima que en el corazón no se mande.
Durante el año que había estado viviendo ahí, se volvió a encontrar con sus amigos de la escuela a los cuales conocía desde que tenía uso de razón, ya que al ser un pueblo pequeño todos se conocían y él se alegró mucho de volver a ver a su gente, a pesar de que igual extrañaba a sus amigos de la ciudad a los cuales les envió un mail cuando llegó diciéndoles que estaba todo bien y con los cuales hasta hoy, aún mantenía contacto.
Apenas bajó del autobús, su mamá le fue a recibir entre besos y abrazos exagerados como siempre lo hacía su pelirroja madre y él la recibió con igual cariño ya que la había extrañado. Luego de eso, se puso a trabajar con sus padres en el negocio que más bien, tenía pinta de un pequeño mini-market y así poco a poco fue consiguiendo el dinero para terminar de pagar sus deudas universitarias las que, gracias a ese dinero y al que ya tenía por su trabajo en la ciudad, logró terminar después de tres meses. Aunque de ahora ¿Qué le valía? Ya que estaba ahí, no pudiendo trabajar en lo que estudió que era economía en empresas ya que desde pequeño le habían gustado los números y siempre fue muy bueno en ellos y ahí fue donde estaba el problema ya que gracias a eso conoció a Sasuke quien estudiaba administración de empresas. Suspiró al recordar cuando lo conoció, a él, con el ceño siempre fruncido y con la cara de amargado que siempre se cargaba pero que cambió cuando se hicieron novios ya que Naruto, a pesar de que Sasuke no se lo había dicho, él sabía que a su novio no le gustaba aquella carrera y que sólo la estudiaba porque su padre, muy a su pesar, así se lo había impuesto.
—Disculpe —tan distraído estaba que no se dio ni cuenta cuando alguien entró a la tienda—, quisiera llevar esto —le muestra un poco de pan y un queso—, y también, quisiera que el vendedor me diera el honor de acompañarme a la fiesta que habrá por el aniversario del pueblo a las 7 de la tarde —le dijo un joven pelirrojo de ojos aguamarina sacándole una pequeña risita al rubio.
—Gaara —le dijo—. Dame las cosas para pasártelos por la caja y claro que me gustaría ir a esa fiesta.
—Toma —le entrega los productos—, entonces vendré por ti a las 18:45, así que más te vale que estés lo más lindo posible aunque no creo que puedas estar más lindo de lo que ya eres.
—Gaara —le dice apenado—. Te estaré esperando. Nos vemos —Naruto le entrega las cosas en una bolsa y el pelirrojo sale de la tienda.
Cuando Naruto le vio salir, soltó un suspiro.
Gaara era un joven amable, amigo de su infancia por lo cual Naruto le tenía un gran cariño. Cuando él se fue a estudiar a Konoha, se enteró de que Gaara también se había ido, pero a Suna a estudiar como él y que había vuelto, un mes antes que él llegara. Cuando ambos se juntaron nuevamente, hablaron acerca de muchas cosas y Naruto le había contado lo que le había pasado con su ahora ex novio y Gaara no pudo evitar maldecir a Sasuke por haberle hecho eso tan horrible a su rubio, porque él amaba a Naruto desde que eran pequeños, pero sabía que su amigo sólo lo quería como eso, como su amigo y para no romper con eso, prefirió quedarse sólo de esa manera ya que al menos tendría el consuelo de que podría estar cerca de su gran amor, por eso lo apoyó en todo ese año a que tratara de superar aquella relación, la cual sabia, Naruto aun recordaba a pesar de que mintiera y dijera que ya era pasado. Él sabía que Naruto, aun amaba a ese hombre con todo su ser. Gaara pensó que la única manera de que Naruto lo olvidara y se pudiera fijar en él era que se le declarara. Y así lo hizo, hace dos meses, ante la cara desencajada del rubio, le confesó sus sentimientos y esto fue lo que pasó.
— ¿Qué dijiste Gaara? —preguntó Naruto no pudiendo creer lo que había escuchado.
—Eso mismo que oíste, que… tú me gustas Naruto, desde que éramos niños que yo me di cuenta que te amo pero jamás me atreví a decirte nada por miedo a que me rechazaras y me alejaras de tu vida.
—Claro que no, yo jamás te hubiera alejado de mi lado si me lo hubieras dicho, eres mi amigo y te quiero pero… sólo como amigo.
—Ya veo, ¿tú aún lo amas no es así?
—Yo…
—Naruto, se honesto conmigo.
—Sasuke fue mi primer amor, mi primera ilusión y mi primer novio, claramente es alguien especial para mí a pesar de todo, yo pensé que si venia aquí podría distraer mi mente y olvidarle pero no he podido Gaara, no he podido por más que he tratado.
—Naruto —le toma ambas manos con las suyas—, por favor, dame la oportunidad de hacerte feliz, de que vuelvas a creer en el amor y que olvides a esa persona, yo te puedo hacer muy feliz claro, si tú me das la oportunidad.
Naruto se la pensó, tal vez no sería mala idea darle una oportunidad a Gaara, pero no se sentía bien el usarlo para olvidar a Sasuke.
—Gaara yo… no puedo aceptar tus sentimientos, lo siento —Gaara puso un semblante triste.
—Pero al menos, podemos seguir siendo amigos.
—Claro.
Pero estaba más que claro que Gaara no se iba a rendir por lo que igual siguió adelante con su plan e invitó a salir a Naruto constantemente con la excusa de que iban a salir sólo como amigos y el rubio aceptaba. Así, poco a poco se fue ganando la confianza de Naruto y ahora se llevaban mucho mejor que antes y Gaara estaba seguro que pronto él y el rubio serían novios, no, más bien, esa noche lo serían, de eso no cabía duda.
Naruto volvió a suspirar y se volvió a meter en sus pensamientos. Es que simplemente le era imposible distraerse y olvidar lo que le había sucedido hace una semana ya que había sido demasiado shockeante aquello.
Naruto estaba en su casa, sus padres habían salido a no sé qué cosa que él no entendió pero decidió sentarse en el sofá a ver la tele con un platón de ramen cuando de repente alguien tocó la puerta. No eran sus padres, de eso estaba seguro así que pensó que podía ser Gaara por lo que, confiado, fue a abrir. Gran error. Cuando abrió había una mujer parada en la puerta, una conocida para él, ya que como olvidar esa cabellera rosa; era ella, la mujer que se había metido con Sasuke.
—Tú —le dijo y la mujer le miró.
—Por favor, necesito hablar contigo.
—No, que yo sepa no tenemos nada que hablar, vete —le empieza a cerrar la puerta.
—Por favor, se trata de Sasuke —Naruto frena—. Es importante, de verdad, es necesario que sepas toda la verdad —Naruto lo meditó un poco y al final accedió.
—Está bien, pasa —se hace a un lado dándole a indicar a la chica que entre.
—Gracias —entra y Naruto cierra la puerta.
—Y bien, habla rápido por favor ya que debes de entender que tu presencia no me es muy agradable.
—Lo sé pero yo… antes que nada, quisiera pedirte disculpas.
—Ah sí ¿y por qué? ¿Por involucrarte con mi novio? Oh, qué sorpresa.
—Por eso y por, haber acabado con su relación —Naruto mostraba indignación ya que ¿Cómo era posible que esa tipa tuviera el descaro de ir hasta su casa?
— ¿Cómo supiste donde encontrarme? —buena pregunta, definitivamente debía saberlo. Lo único que esperaba era que no hubiera sido Sasuke el que le dijo y que esa tipa ahora venía a decirle que se iban a casar, por Kami, si le decía eso, él se moría al instante.
—Yo… le pregunté a Itachi —Itachi, ¿el hermano de Sasuke? ¿Qué tenía que ver él con esa mujer?
— ¿Por qué?
—Porque él está igual de desesperado que yo.
— ¿A qué te refieres? —esto ya no le estaba gustando.
—Hace una semana, fui a visitar a Sasuke y te aseguro que lo que vi, no era a Sasuke, lo que vi era a una persona deplorable.
— ¿Qué quieres decir?
—Que Sasuke está mal, ya no trabaja, sólo bebe y está todo maltrecho, ya no queda nada de la persona que era —Naruto no podía creer lo que oía, ¿de verdad que Sasuke estaba así de mal? En verdad que no lo podía creer—. Él quedó mal cuando tú te fuiste, Itachi me dijo que junto con su madre han intentado hablar incontables veces con él pero ha sido en vano, no han podido, y ya no saben qué hacer.
— ¿Y viniste a echarme la culpa?
—No, vine a decirte que fue un error, que no fue culpa de Sasuke, ese día nosotros estábamos mal y nos pusimos a beber y ya luego no supimos más hasta que tú te apareciste esa mañana, en verdad, sé que nada justifica lo que hicimos, después de todo yo también perdí a mi novio cuando le dije lo que había hecho aun así… no quiero que Sasuke esté mal, y mucho menos por mi culpa… —se puso a llorar desconsoladamente— y yo sé que tú eres la única persona que lo puede traer de vuelta, al viejo Sasuke, a aquel chico amable que conocí así que por favor… —se pone de rodillas ante la mirada atónita de Naruto— habla con él por lo que más quieras, no te estoy pidiendo que vuelvas con él, sólo que le hables, sólo eso.
Naruto no sabía qué hacer. Sinceramente la visita de esa chica jamás se la hubiera esperado, ni mucho menos que le viniera a decir esas cosas. En esos momentos la cabeza de Naruto era una completa enredadera pero aun así, le tenía que dar una respuesta a aquella mujer que seguía de rodillas en suelo llorando desconsolada.
—Levántate por favor —la aludida levantó la cabeza mostrando su rostro todo lloroso—. Mira, yo ya no tengo nada que ver con Sasuke, él es algo que dejé en el pasado y muy enterrado ¿entiendes? Ahora lo único que quiero es empezar de nuevo y si hago lo que tú me pides no me habría servido de nada todo el esfuerzo que he hecho en este año así que sólo te voy a pedir que te vayas y añadiré que no acepto tus disculpas y que nada me hará cambiar de opinión. Para mí, Sasuke ya no existe —dijo esto último mientras se le formaba un nudo en la garganta y una punzada en su corazón—. Vete —se dirige a la puerta y la abre dándole a entender a Sakura que debía salir a lo que ésta se levanta y se limpia un poco las lágrimas con la manga de su chaleco.
—Entiendo a la perfección tus sentimientos y te agradezco que me escucharas —comienza a avanzar hacia la puerta pero al llegar se detiene—. Sólo déjame decirte una última cosa: espero que lo que me dijiste sea cierto porque de no ser así… un día vas a terminar por arrepentirte y lamentarlo —finalmente se va.
A Naruto le quedaron rondando las últimas palabras dichas por Sakura. Ya que ciertamente en el fondo de su corazón, él aun amaba y recordaba a Sasuke con todo su corazón, y eso era algo que sabía, jamás cambiaria.
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Eran las 18:45 y Naruto por fin ya estaba listo. Se tardó más de una hora en poder escoger la ropa que llevaría puesta y lo peor era que estaba con la duda entre dos ropas que eran una camisa negra con rayas blancas y unos jeans algo rasgados y el otro conjunto era una camisa azul con diseños blancos y un pantalón negro, pero al final después de tanto embrollo se dijo a sí mismo que para que se complicaba tanto la vida siendo que no estaba en la ciudad y daba lo mismo como fuera, nadie lo criticaría, así que al final se decidió por una polera naranja que tenía el dibujo de una espiral en negro, una chaqueta de cuero negra y unos jeans normales oscuros. Ahora se encontraba tirado en el sofá de su casa esperando a Gaara quien aún no daba indicios de querer aparecer.
—Así que vas a ir con Gaara, eh —se acercó su madre a su lado y le empezó a dar codazos en el brazo al decir eso.
—Sí, pero mamá, ya deja de hacer eso ¿quieres?
—Pero si yo sólo te estaba dando ánimos, aparte, me pone muy feliz que tú y Gaara se estén llevando tan bien-dattebane —sonrió—. Sabes que a mí nada me haría más feliz en este mundo que tú puedas encontrar tu felicidad y estoy segura que Gaara lo es.
—Mamá —le reclamó—, Gaara es mi amigo y nada más.
—Pero yo creo que deberías reconsiderar darle una oportunidad. Te aseguro que si se la das vas a ver que él es un buen chico y perfecto para ti —le sonríe—. Naruto, yo soy tu madre y me doy cuenta que ese chico en verdad que te quiere, y mucho, así que no desperdicies esta oportunidad que la vida te está dando nuevamente, deja el pasado atrás y sigue adelante —de repente tocan la puerta—. Debe ser Gaara, iré a ver-ttebane —se levanta del sofá dejando a Naruto muy pensativo acerca de las últimas palabras—. Hola Gaara.
—Hola Kushina-san, ¿está listo Naruto?
—Claro, ¡Naru, ya vinieron por ti! —grita y de repente aparece Naruto.
—Te ves muy lindo —le dice Gaara en cuanto lo vio.
— ¿Tú crees?
—Claro, te aseguro que serás la envidia de muchos.
—Pero, tú no te quedas atrás.
— ¿En serio?
—Sí —Kushina miraba con satisfacción la escena.
—Será mejor que nos vayamos.
—Gaara, te encargo a mi Naru —dijo Kushina.
—Mamá, no soy ningún niñito para que me cuides —Kushina sólo sonrió ignorando el reclamo de su hijo.
—No se preocupe, que yo cuidaré de él y usted ¿no va a ir?
—No, Minato tuvo que ir a Amegakure y yo siempre voy con él ya sabes que es un festival casi para las parejas —le guiña un ojo a su hijo—, así que prefiero quedarme aquí en la casa a ordenar un poco.
—Ya veo, bueno nos vamos.
—Vuelve temprano Naru —vio la cara reprochadora del rubio—, es broma, tómense su tiempo. —puso una sonrisa pícara.
—Adiós oka-san —se despide Naruto y se va junto con Gaara.
En el camino hacia el lugar en donde se celebraría la fiesta del aniversario de la ciudad Gaara y Naruto llevaban una muy amena plática.
—Y entonces le dije al señor: le sale $11.000 su compra y él me dijo sólo tengo $10.000 a lo que yo le dije que entonces debía quitar algo y él siguió insistiendo en que sólo tenía $10.000. Estuvimos así como media hora hasta que yo le dije que si quería me quedaba debiendo los mil para la otra a lo cual asintió. Fue increíble jajaja.
—Me sorprende la paciencia que tienes a veces.
—Ni tanto, hay muchas cosas que puedo tolerar pero… hay que otras que son imposibles —dijo esto último con algo de rencor—, pero en fin, para atender un negocio se necesita de paciencia ¿no?
—Sí tienes razón, ya estamos cerca.
—Es cierto, ya había pasado tanto de la última vez que vine, el año pasado teníamos pensado venir con Sasuke… —se tapó la boca al ver que estaba hablando de más— yo…
—No te preocupes. Es normal que se te salgan cosas así, pero y dime ¿Por qué al final no vinieron? —preguntó a regañadientes.
—Por varias cosas, pero mejor ya no hablemos de eso. Hay que disfrutar de este festival —le regaló una hermosa sonrisa que a Gaara le pareció lo más bello del mundo en ese momento.
—Sí —por un momento, Gaara pensó que no tendría oportunidad con el rubio esa noche ya que había mencionado sin intención a su ex, pero ahora tenía de vuelta la confianza y la fe, luego de que Naruto prefiriera desviar el tema él mismo. No tenía duda alguna, lo venía planeando desde hace tiempo, esa noche, Naruto iba a ser suyo, como sea y para siempre.
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Un bus venia llegando a la pequeña terminal del pueblo de Uzushiogakure. De él, bajaron alrededor de 8 personas. Seis de ellas venían a por el festival, mientras que las otras dos venían por otro motivo y el hecho de que llegaran aquel día en el cual se iba a celebrar una fiesta, era pura coincidencia. Estas dos personas eran un joven de cabellos y ojos negros, la otra, era una joven de cabello y ojos rojos que llevaban delante unos lentes. Ambos, luego de bajar del bus se quedaron parados ahí, viendo como las demás personas se iban. Tal vez, debieron haber pedido indicaciones a alguno de los pasajeros aunque dudaban que ellos supieran algo, sin contar, de que se notaba que llevaban prisa.
— ¿Estás seguro? Esta es tu última oportunidad de retractarte para evitarte una posible vergüenza o humillación —le dijo la chica al otro mientras se acomodaba los lentes.
—No, estoy completamente seguro de esto Karin, si vine hasta aquí es porque estoy preparado para todo.
— ¿Lo que sea?
—Sí, lo que sea, estoy completamente decidido a hablar con Naruto —dijo con un tono de seguridad.
—Bien, eso quiere decir que pasaste la prueba de valentía, y sabes que cuentas con todo mi apoyo, pase lo que pase, bueno o malo, Sasuke —la chica le sonrió y ambos, decididos se dirigen a su destino, la casa de los Namikaze y Naruto.
Continuará…