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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Naruto Uzumaki POV


Hoy era el día más feliz de mi vida, estaba contento y supongo que era por Sasuke, la verdad es que no esperaba que él quisiera tener relaciones conmigo, a Sakura le costó bastante más decidirse a dar el paso, pero Sasuke aunque tenía miedo porque era su primera vez, me sorprendió la fuerza de voluntad que tenía, quería hacerlo y lo hizo, no se arrepintió ni se echó atrás en ningún momento.


No quise presionarle y sé que tenía miedo, pero intenté calmarle todo lo que pude, intenté que le doliera lo menos posible porque yo en mi primera vez, no tuve tanta suerte. Mi primera vez, resultó que no conseguía entrar por ningún lado, quizá porque me daba miedo a hacer algo más de fuerza para entrar, tenía miedo de hacer daño a la chica y encima de eso, la sensación dentro fue tan placentera, que al no haberlo probado nunca, prácticamente me corrí en cuanto entré, así que la pobre chica se quedó con unas ganas brutales y yo con una humillación terrible.


Por lo menos ya no me pasaban esas cosas, me había excitado con Sasuke, había entrado perfecto y aguanté sin correrme todo lo que pude para que él pudiera disfrutar más.


Una de las mayores cosas que me sorprendió, es que Sasuke… con todo el mal genio que tenía y ese carácter tan orgulloso y fuerte, me hubiera permitido entrar a mí, porque creía sinceramente, que sería él quien querría dominarme, quizá porque al ser nuevo en esto no quería quedar mal y me había dejado a mí todo el trabajo, pero la verdad… yo creo que lo disfrutó.


El que me preocupaba era mi hermano, le había dicho muchas veces que fuera al médico por esas indigestión que tenía y es que empezaba a preocuparme que pudiera tener algo grave, tenía que cuidarse, pero siempre me decía lo mismo, que iría al médico en cuanto tuviera libre ¡Cosa que pasaba muy de vez en cuando! Porque la familia de Sasuke de verdad… que abusaban de él, le tenían como a un esclavo, siempre trabajando ¿No se daban cuenta de que mi hermano necesitaba también sus días de descanso?


Cuando llegué al instituto, me sorprendí porque no encontraba a Sasuke por ningún lado y eso era raro, él era don perfecto, el empollón, nunca faltaba si no era por un buen motivo y tener sexo anoche conmigo, no era un motivo razonable para no venir. ¿Tenía vergüenza de verme ahora después de lo que hicimos? No creo, conocía muy bien a Sasuke y él no era así, estaba seguro de que había pasado algo para que no viniera hoy y estaba decidido a averiguar lo que era.


Al finalizar las clases, fui a su casa y estaba… el coche de su padre ¡Eso sí era extraño! Pasé de llamar a la puerta, no quería saber nada de su padre, así que di la vuelta por la casa hasta la ventana de Sasuke y me subí al árbol para poder alcanzarla.


- Tenía suerte… porque Sasuke estaba en su habitación y me abrió la ventana al verme allí subido en el árbol.


- ¿Estás loco? ¿Quieres que te pillen o quieres matarte? – me preguntó susurrando


- ¿Qué está pasando? No has venido hoy.


- Tu ex novia ha ido con el cuento a mi padre, sabe que tengo algo contigo y me ha encerrado de por vida en casa, me ha hecho ir a ver a un psiquiatra para que me cure el mariconeo – me dijo sonriendo y empecé a reírme por la forma en que lo soltó.


- ¿Va enserio? – le pregunté.


- Completamente, pero no es lo peor, quiere mandarme al extranjero.


- Ah no, por ahí no paso – me dijo – vale que te manden a ver al loquero eso, pueden intentar lo que quieran, el resultado es el mismo, pero que te manden fuera no, no van a separarme de ti – le dije.


- Pues lo tiene muy claro – me comentó – ha sacado los billetes a Suiza para mañana


- ¿A Suiza? – le pregunté – no me gusta Suiza, está muy lejos – fue lo que se me ocurrió para animarle.


- Enserio Naruto, no sé qué hacer y se me acaba el tiempo.


- Escúchame… voy a estar siempre a tu lado Sasuke – le dije – no voy a dejar que vayas a ningún sitio, escapémonos – le dije – dame una hora para recoger algunas cosas de casa y nos vamos.


-  ¿Te has vuelto loco?


- ¿Dónde iremos? ¿qué haremos? ¿De qué vamos a vivir?


- No lo sé, hazme las preguntas por partes sabiondo – le dije sonriendo – enserio, vámonos, nos arreglaremos, pero no quiero separarme de ti ¿Vendrás? – le pregunté y pareció dudarlo unos segundos.


- Vale – me dijo


- En una hora en la estación de autobuses, yo me ocupo de los billetes


Le besé antes de irme y volví a bajar por el árbol. Una vez abajo, caminé para alejarme de su casa y llamé a Gaara para que me consiguiera los billetes, su padre trabajaba en la estación de autobuses, así que me los podría sacar sin mucha complicación. El destino… donde fuera, me daba igual un sitio u otro, pero que fuera lejos de aquí.


Recogí un par de cosas de mi casa, lo necesario, ropa y comida, lo metí todo en una mochila y escribí una nota a mi hermano para que no se preocupase por mí ¡aunque lo iba a hacer igualmente! La verdad es que hoy no había visto a mi hermano, había venido antes de lo normal y se había encerrado en la habitación a descansar ¿Estaría bien? Quería preguntarle, pero supongo que tendría que hacerlo por teléfono, porque tenía que ayudar a Sasuke primero.


Salí de casa y cogí el autobús hasta la estación de autobuses, donde ya me esperaba Gaara en la puerta con dos billetes en la mano. Me acerqué a él y le saludé. Supongo que Gaara estaba preocupado, porque me insistió en que era una locura todo lo que planeábamos, que la íbamos a liar aún más, pero yo sólo quería estar con Sasuke ¿Tan malo era eso? Sé que Gaara no compartía mi opinión, pero tampoco trataba de impedirlo, me dio los billetes y vi que eran para Illinois.


- Es lo más lejos que he podido conseguirte a esta hora, pero allí podéis coger otro si queréis e iros algo más lejos – me dijo.


- ¿Crees que esto es una locura? – le pregunté.


- La mayor que se te ha ocurrido – me dijo – enserio… ¿Quieres matar a tu hermano de un disgusto? ¿No decías que últimamente estaba enfermo?


- Sí – le dije


- Creo que deberías quedarte, puede que tu hermano te necesite


- ¿Y qué hago con Sasuke? ¿Dejar que se lo lleven a Suiza?


- No, pero pensar algo que sea menos locura que fugarse – me dijo Gaara – no sé, ve y preséntate formalmente en vez de irte como un fugitivo, se supone que son una familia de bien, adinerada, pues haz las cosas de la forma correcta.


- ¿Hay una forma correcta? – le pregunté


- Sí, hay protocolos.


- No me van los protocolos y lo sabes


- Ya, te van más las fugas ¿Piensas huir toda la vida? – me preguntó – porque te diré lo que va a ocurrir en cuanto subas a ese autobús. El padre de Sasuke y tu hermano se darán cuenta de que no estáis, se preocuparan y llamarán a la policía por vuestra desaparición, os van a buscar en todos los rincones del mundo ¿Vas a estar ocultándote siempre? Eso no es una vida para Sasuke y lo sabes.


- Sé que no es la vida ideal


- No es que no sea la vida ideal, ¿Has visto a Sasuke? Saca las mejores notas, puede ir a la universidad que quiera y tú estás jugando ahora mismo con su futuro ¿No lo ves? Él dejaría todo por ti, pero le estás robando la posibilidad de cumplir sus sueños, de ser profesor, de estudiar y formarse, lo vas a rebajar a un simple chico que se pasará la vida huyendo contigo.


- Ya sé que piensas que es una mala idea.


- Es la peor que has tenido Naruto, las cosas no se solucionan huyendo, se solucionan afrontando el problema.


No hablamos mucho más porque vi a Sasuke entrando por la estación con una mochila a cuestas y Gaara volvió a suplicarme que pensara las cosas dos veces en frío, que no tomase una decisión tan importante a la ligera. Tampoco le hice mucho caso, sonreí al ver a Sasuke y le llamé para que me viera.


Caminó hasta nosotros y le conté que nos íbamos  Illinois. Gaara no volvió a decir nada, pero se le veía poco conforme con la decisión que estaba tomando. De todas formas, supongo que eso era tener un buen amigo, el que te decía las cosas malas y no solo las buenas.


Hablábamos de qué haríamos cuando Sasuke se quedó helado en el sitio, creo que ni siquiera me estaba escuchando lo que le decía, miraba al fondo de la estación y pude ver a un hombre de cabello oscuro a media melena y vestido con un elegante traje que caminaba hacia nosotros.


Tal y como llegó, le dio tal bofetada a Sasuke que se calló al suelo mientras la gente de alrededor nos miraba sorprendida de lo que sucedía ¿Qué narices hacía este tío? La verdad… es que creo que era su padre, porque se parecían mucho. Fue a volver a pegarle cuando me puse en medio y se detuvo.


- No vuelva a pegarle delante de mí – le amenacé.


- Como no, el chico pobretón defensor del pueblo, apártate – me dijo – es mi hijo y ahora mismo me lo llevo a casa.


- No quiero volver – escuché a Sasuke tras de mí intentando reponerse del golpe mientras se levantaba – no voy a volver – le gritó – nunca estás en casa ¿Qué más te da lo que haga? Vuelve con tu empresa – le gritó.


- Eres mi hijo y vendrás conmigo te guste o no


- No soy tu hijo, soy tu negocio, igual que lo es mi hermano


- No sois un negocio – le dijo su padre


- Si lo somos, sino como explicas su compromiso con Konan.


- Itachi está muy feliz con ese asunto, no te metas en los asuntos de tu hermano.


- ¿Feliz? Pero si no quiere casarse, no le gusta Konan, la detesta, lo hace por ti, porque tu le obligas a casarse, pero yo no voy a ser tu hijo perfecto como él intenta demostrarte, quiero a Naruto y me iré con él donde haga falta.


- ¿Y de qué vas a vivir? – le preguntó su padre – del aire no se vive y tú estás muy acostumbrado a las comodidades de nuestra familia.


- Me adaptaré – le dijo – puedo hacerlo


- No, no puedes. Además no pienso permitir que tires tu futuro por la borda por un caprichoso amor adolescente, estas relaciones nunca llegan a nada, pasará más gente por tu vida y entonces te arrepentirás de haberte ido con él.


- No me arrepentiré, sé que es Naruto el amor de mi vida


- Oh por favor, también yo pensaba lo mismo a tu edad en cada chica de la que me enamoraba, en la adolescencia no se sabe lo que se quiere.


- Yo lo sé – le dijo Sasuke y aún así, yo pensaba en las palabras de su padre, porque gran parte de ellas, tenía razón aunque no estaba dispuesto a dejar que se lo llevase al extranjero.


- Recrinaré la oferta de marcharnos si usted me promete que no se lo llevará al extranjero – le dije a su padre y él me miró – puede llevárselo de vuelta si me promete, que no lo va a mandar lejos, como usted dice… si es sólo un amor de la adolescencia, no tiene de qué preocuparse… acabaremos rompiendo ¿Verdad? – le pregunté y él sonrió.


- De acuerdo, trato hecho. Sasuke se queda, veremos cuánto dura vuestro amor – me dijo cogiendo a Sasuke del brazo para llevárselo.


Sasuke me miró extrañado de que hubiera aceptado eso, pero es que no quería arruinar su futuro, no quería que tuviera más problemas por mi cuenta y al final… habíamos conseguido lo que queríamos, que no se lo llevara lejos. Gaara puso su brazo en mi hombro como intentando consolarme a la vez que me indicaba, que hacía lo correcto ahora. Miré a Sasuke con aquellos ojos de duda, porque no entendía lo que estaba haciendo.


- Durará, te lo prometo – le dije hacia Sasuke y éste sonrió cuando yo lo hice.


 


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