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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


Me metí en la cama y no quería ver ni hablar con nadie, sé que Naruto estaba preocupado, pero sólo quería estar solo un rato, reflexionar las cosas, llorar, porque me sentía el ser más engañado en la tierra, Itachi me había mentido dos veces, confié en él una segunda vez y me mintió, había grabado todo, ¿Iba a enseñar eso a sus amigos? ¿Cómo podía pensar en hacerme algo así? Encima lo había visto demasiada gente, era estupendo estar en la pantalla grande mientras Itachi me violaba ¡Fantástico!


¿Cómo se supone que iba a contarle eso a Naruto? No podía decírselo, me daba vergüenza solo de pensar que tenía que contarle como me habían humillado en aquella fiesta, cómo habían sacado ese maldito video frente a todos y por si fuera poco, para no manchar la reputación de la familia su padre me había despedido, así no estaría cerca su hijo del tío al que violó.


Ahora estaba sin trabajo, enamorado del tío que me violó y había hecho que me despidiesen y con una hipoteca que pagar a fin de mes ¿Qué narices iba a hacer yo? Cogí el periódico de la mesilla de noche y revisé todos los trabajos de nuevo. Cómo no, nadie quería contratarme, para la gente sólo era alguien sin estudios, no encontraría un buen trabajo en la vida, así que al final, me rendí, simplemente cogí el único trabajo al que podía ir, servir de copas de noche en un bar, no pedían estudios ni experiencia, lo malo… odiaba el trabajo nocturno, pero no tenía más remedio.


Lloré prácticamente toda la noche, pero es que no podía sentirme más humillado que en este momento ¿Cuándo me había enamorado de ese cabrón? ¡Maldita mi suerte! Estaba confundido y destrozado, creí que Itachi había cambiado pero no, me equivoqué con él y lo peor de todo, es que estuve dispuesto a dejar a Sasori por él, iba a hacerlo ¿Cómo podía ser tan imbécil? pero tenía una cosa clara… no volvería a pasarme esto, no volvería a confiar en él.


Escuché a Naruto llegar, ni siquiera sabía que se había marchado, pero en este momento me daba un poco igual todo, me sentía fatal conmigo mismo, la humillación, la culpa por Sasori, el sentirme traicionado.


Sentí la puerta de la habitación abrirse y entró mi hermano dejando unos billetes en la mesilla, luego dio la vuelta sin hacer caso a mi llanto y se tumbó a mi lado.


- ¿Has ido a la mansión Uchiha? – le pregunté


- Si – me comentó.


- ¿Y ese dinero?


- Tu indemnización


- Entonces es definitivo – le dije – no volveré a trabajar allí


- Déjame ayudarte – escuché a Naruto decir.


- No, tú ve y estudia, me ocuparé de todo, te lo prometo.


- Pero…


- Pero nada, ya he encontrado algo, tranquilo.


- ¿Dónde?


- En un bar


- ¿De noche? ¿Te has vuelto loco? – me preguntó – sabes que no me gustan los trabajos nocturnos.


- Pues lo siento mucho Naruto – casi le chillé mientras lloraba – es lo que hay, sigo siendo el mayor así que esta decisión está tomada.


- No estoy de acuerdo – me gritó


- Naruto por favor – casi le rogué – déjalo ya – le dije llorando y paró – déjalo ya ¿Vale? ¿Crees que me gusta lo que ha pasado? Sólo estoy buscando una solución, no nos gusta a ninguno de los dos pero es lo que hay que hacer ahora, por favor, no me juzgues ahora mismo, intenta entenderme aunque sólo sea esta vez.


- Lo siento – me dijo – sé que es un mal momento, lo siento, no quería gritarte. ¿Me cuentas que ha pasado?


- ¿No te lo han dicho allí? – le pregunté.


- No mucho, algo de conducta indebida o algo así es lo que me soltó su padre – yo sonreí.


- Sí, algo así, sólo que no fue mi conducta indebida.


- ¿A qué te refieres? ¿te han hecho algo?


- Déjalo Naruto, dejémoslo en que yo pagué la culpa de otra persona, ya ni siquiera importa lo que sucedió, no tengo que volver a ver a esa familia.


- En realidad… Sasuke viene mañana por casa.


- ¿Sasuke? Bueno sé que sois amigos


- Somos un poco más que amigos – me comunicó – estoy saliendo con él


- ¿Enserio?


- ¿Te sienta mal eso? – me preguntó.


- No, para nada, Sasuke es buen chico.


- ¿Enserio no vas a contarme de qué va todo esto? Quiero ayudarte


- Ya has hecho bastante Naruto – le dije – sólo necesito dormir.


Mi hermano pasó el brazo por encima de mi estómago y me dio una sensación extraña, tanta… que me quejé un poco al sentir algo de peso sobre el estómago. Ni siquiera sentía dolor, o no tanto como cuando me caí, pero era raro, sentía que algo no estaba bien.


- ¿Te duele? – me preguntó Naruto.


- No, no lo sé, un poco


- Tienes que ir al médico


- Vale, cuando sepa el día que tengo libre en mi nuevo trabajo, pediré la cita ¿De acuerdo?


- Vale.


Naruto no tardó mucho tiempo en dormirse, pero yo no podía hacerlo, mi cabeza no paraba de dar vueltas a todo lo sucedido, ni siquiera sabía con qué cara iba a mirar a Itachi si me lo cruzaba de nuevo, aunque realmente… era él quien debía sentirse peor que yo, porque fue su culpa, yo sólo fui el humillado en todo su plan. Desde luego ahora sí se reirían de mí sus amigos como me los encontrase, por suerte… puede que no tuviera trabajo, pero me ahorraba la vergüenza de volver a esa casa después de que todos hubieran visto el video.


A parte de no poder dejar de llorar por todo lo sucedido y pensar en ese cabrón de Itachi, me dolía el abdomen. Sé que tenía que ir al médico, pero no me habían dado aún ningún día libre para poder ir y no podía permitirme el lujo de no ir a trabajar, la casa y las facturas no se pagaban solas, así que esperaba que mañana en el bar me dieran el horario de trabajo y poder planificar las cosas.


Apenas dormí, seguramente un par de horas habría podido descansar, pero me levanté más cansado de lo que me había acostado. Naruto se fue a clase y ni siquiera quiso hacerme levantar para prepararle el desayuno. Me quedé en la cama toda la mañana, sin moverme y es que realmente, no tenía ganas de hacer nada excepto llorar.


Me sorprendió que sonase el timbre de la puerta y aunque no respondí a la primera, cuando sonó una segunda vez fui a ver quien llamaba a estas horas. Miré por la mirilla de la puerta y al ver a Itachi tocando el timbre, rehusé de abrir la puerta, no quería verle, notaba como el corazón quería salirse de mi pecho por los nervios y es que todos me estaban estresando, sólo quería que se marchase.


- Dei ábreme por favor – me pidió y me dejé resbalar por la puerta hasta sentarme en el suelo. Me agarré la cabeza con las manos y esperaba que se fuera – vamos Dei, ábreme, tenemos que hablar.


Hablar… hablar era lo que menos quería yo porque… ¿Habían dudas? No, él había grabado un video mientras se divertía como le daba la gana con mi cuerpo para luego ir a enseñárselo a sus amiguitos ¡Si muy divertido! Me parecía exactamente eso… ¡Divertido y gracioso! Era un maldito capullo, yo no tenía nada que hablar con él, sólo quería que saliera de mi vida cuanto antes.


Para mi suerte, escuché la voz de Sasori preguntándole a Itachi que hacía aquí ¡menos mal que acabó convenciéndole de que se largase! En realidad… más bien le amenazó con que se fuera, que no tenía nada que reclamarme después de que me hubieran despedido, así que simplemente se marchó. Supongo que Sasori se enteró por Naruto que me habían despedido y cuando estuve seguro de que Itachi ya no estaba, le abrí la puerta a mi novio.


Se lanzó a abrazarme mientras cerraba tras él y me dejaba llorar en su pecho. Me agarré con fuerza, no quería soltarle y tampoco quería que me soltara. Intentó calmarme y sentía su mano acariciar mi espalda mientras me empujaba con suavidad hacia el sofá.


- Ven siéntate – me dijo - ¿Estás bien?


- No – le dije


- Ya está, no te preocupes, no tienes por qué volver a verle, arreglaremos esto.


- He encontrado trabajo en un bar.


- Me lo ha dicho tu hermano – me dijo – pero no pagarás con él la casa entera – me afirmó – he hablado con un viejo amigo, tiene una tienda no muy lejos de aquí, por las tardes necesitaba a alguien, aunque no pagan mucho, son un par de horas. Puedo hablar con él si te interesa, quizá entre los dos trabajos, puedas pagar las cosas.


- Vale – le dije


- Entonces voy a llamarle.


Sasori llamó a su amigo y no paré de mirarle todo el tiempo. Itachi tenía razón en algo, no me excitaba tanto como lo hacía él, pero era mi novio, estábamos bien y éramos felices, podía vivir sin amor, podía vivir sin sentir lo mismo que sentía por Itachi, sólo quería esto, estabilidad, estar bien, no dudar de él y me sentía fatal por pensar así, por saber que estaba enamorado de otro hombre teniendo a alguien tan maravilloso a mi lado.


- Sasori… lo siento – le dije cuando colgó el teléfono.


- ¿Por qué? – me preguntó.


- Porque… - una lágrima resbaló por mi mejilla – porque besé a Itachi


- Me lo imaginaba – me dijo – sé que estaba confundiéndote, tuve una conversación con él. Los ricos como él se divierten confuendiendo a la gente como tú, no te preocupes, yo estaré contigo.


- Lo siento, lo siento mucho.


- Ey… no puedo decirte que no me duele, pero… ¿seguro de que quieres estar conmigo?


- Sí – le dije – por favor no me alejes de ti, no quiero perderte.


- No lo harás Dei, yo voy a cuidar de ti, ya lo sabes.


- Gracias.


- Toma – me dijo – es la dirección del local, puedes empezar esta tarde, pero por favor… descansa también ¿Vale? No te agotes demasiado.


- Vale


Aquella tarde, empecé a trabajar en dos trabajos, no estaban bien pagados, tampoco eran los trabajos de mi vida, pero al menos pagaría las facturas y eso era lo importante, no quería que Naruto tuviera que renunciar a su vida por mi culpa. Yo no tenía vida alguna, no iba a amargarle la vida a él también, con una de las dos era suficiente.


 


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