Capitulo 10
Así con una nueva determinación los cuatro se dirigieron hacia su aula para comenzar la clase. Por parte de Sasuke y Neji solo les quedaba pensar en qué hacer para ayudar a ese par de tontos a que no metiesen la pata otra vez. Uno lo hacía para no ver a su lindo rubio enojado y triste y el otro por lo mismo pero por un lindo e hiperactivo moreno.
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Ya habían pasado las primeras horas de clase y ya era la hora de la comida. El grupo del lindo y adorable kitsune se dirigían hacia la azotea para discutir sobre lo sucedido entre pelirrojo y moreno y entre el castaño y el moreno de gafas. Tanto Lee como Naruto estaban muy preocupados por sus dos amigos, puesto que nunca los habían visto tan deprimidos. Ni siquiera Ibiki-sensei se había atrevido a regañarles al darse cuenta de que no prestaban la más mínima atención a su clase. El castaño se la había pasado con la cabeza apoyada sobre los brazos sin decir absolutamente nada, mientras que el pelirrojo miraba hacia la ventana con gesto ausente, mirando pero sin mirar nada, rememorando las crueles palabras del moreno hacía él.
En más de una ocasión sus dos amigos habían intentado que dijesen algo pero ninguno respondía a nada. Estaban más que ausentes y eso les dolía mucho a ambos, puesto que ellos ahora ya salían con sus sempais y no pudieron evitar pensar que no era justo para ellos.
-Yo...de-debería dejar a Sasuke...-comentó en un susurro el kitsune, pero esas palabras llamaron la atención del castaño y pelirrojo.
-¿Por qué?-preguntó el chico perruno mientras dirigía su vista al rubio pero estaba estaba mirando hacia el suelo haciendo que el flequillo le tapase los ojos.
-Naru... si estás muy feliz con él.-dijo ahora el de ojos aguamarina.
-Pero... no lo veo justo.-respondió mientras levantaba levemente la mirada dejando entrever unas leves, finas y cristalinas lágrimas.
-Naru...-susurraron ambos al verle llorar.
-Yo... estoy con Naru.-comentó ahora el moreno.
-¿Lee?-le miraron sorprendidos al ver que el moreno estaban en el mismo estado que el rubio. Ambos se sintieron culpables. Sus amigos estaban preocupados por ellos y no habían hecho nada más que autocompadecerse ellos mismos e ignorar todo a su alrededor, incluso a sus mejores amigos que lo único que querían era ayudarles.
El pelirrojo mirón con cariño como el rubio no dejaba de intentar para de llorar secándose la cara con ambas mangas del uniforme pero sin resultado alguno. Mientras que el moreno hacía esfuerzos titánicos por contener las lágrimas aunque más de una ya se habían escapado.
El de ojos aguamarina de acercó al rubio y le abrazó tiernamente sorprendiendo al ojiazul, mientras que el moreno le acariciaba un poco el cabello al moreno que levantó la mirada sorprendido.
-¿Gaara?-preguntó el rubio sin saber que decir al ver como su amigo le sonreía cálidamente.
-Lo siento...-susurró y apretaba levemente el abrazo.- No debimos preocuparlos tanto. No es culpa vuestra y si dejaseis a Sasuke y Neji por nuestra culpa nos sentiríamos muy mal.-dijo mientras se separaba levemente del rubio y le secaba los restos de lágrimas que aún recorrían su linda carita.
-Que lo nuestro no haya podido ser no significa que sea menos justo o no. Simplemente las cosas salieron así y no es culpa vuestra ni mucho menos.-dijo ahora el castaño mientras les miraba con una sonrisa perruna que solo él sabe hacer.
-¿Estáis seguros?-les preguntó Lee.
-Pues claro.- respondieron ambos a la vez.
-Mejor nos animamos y dejamos de preocupar a los demás, ¿no crees?-le dijo ahora el castaño al pelirrojo, esta solo asintió de acuerdo. No podían dejar que sus amigos se sintiesen mal por algo que no era culpa suya, además sabían que si les necesitaban estarían allí para ayudarles por lo que mejor era animarse y no deprimirse por un rechazo.
Ambos chicos dejaron de llorar para mirar a sus amigos y sonreír sinceramente, la final ellos habían terminado por animarles cuando debía ser al revés. Ese pensamiento hizo que el rubio soltase suna leve risita sin poder evitarlo.
-¿Naru?-preguntaron los otros tres confundidos por la actitud del menor.
-Es solo que... jajajja.. al final.... jajaaj... nos tuviestéis que animar vosotros... jajaja.-respondió mientras seguía reyéndose sin poder evitarlo.
Los otros tres se mirando entre si y comenzaron a reírse al darse cuenta que lo que decía su rubio amigo era cierto.
-Tienes razón.... ajajajajajjaaja.-dijo ahora el moreno.
-¿No debería hacer sido al revés? Jajajajajaja.- preguntó ahora el castaño.
-Jajajajajajaja va, que más da... jajajajaja.- dijo ahora el pelirrojo riéndose también.
Después de que los cuatro consiguiesen tranquilizarse y dejaron de reír se miraron entre ellos con una gran sonrisa al darse cuenta de que siempre estarían para cualquiera de ellos y siempre se apoyarían y ayudarían mutuamente.
Detrás de la puerta que daba a la azotea estaban el grupo del azabache. No pretendían escuchar solo querían hablar con el rubio y el moreno para ver que podrían hacer, pero al escucharles hablar solo se quedaron allí.
Por un momento al azabache y al castaño se les paró el corazón al pensar que no podrían estar con sus novios pero al escuchar toda la conversación el aire volvió a sus pulmones y sus latidos volvieron al ritmo normal.
Por otra parte ambos morenos se sintieron horrible al pensar que sus amigos se quedarían sin pareja por su culpa, pero al escuchar que ambos chicos se negaban a que renunciasen a su felicidad por ellos se dieron cuenta, verdaderamente, de lo que valían esos chicos y se reafirmaron en su convicción por recuperar su cariño y demostrarles lo especiales que eran. Sin más los cuatro bajaron las escaleras poco antes de que el timbre sonara. No podían encontrarse con los menores hasta saber que era lo que iban a hacer y como.
Pero tanto azabache y castaño vieron las sonrisa, leve por parte del de gafas, que llevaban sus amigos y no pudieron evitar sonreír de lado al entender lo que eso significaba.
Solo quedaba esperar a que las clases terminaran para poder pensar en todo aquello, resolver todos esos problemas y, si tenían suerte.... tal vez conseguirían una sonrisa por parte de los chicos por los que no podían conciliar el sueño.
~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~ Mas tarde ~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~/////~
Ya eran las diez pasadas de la noche y el grupo del kitsune se encontraba sentados en un a mesa rodeados de música, gente y alcohol. Si, señoras y señores, se encontraban en una discoteca.
¿Cómo llegaron allí? Eso es fácil de responder.
*Flash Back*
Ya habían terminado las clases y los menores se disponían a recoger sus cosas para luego salir del recinto.
-Nee.... ¿por qué no hacemos algo esta noche?-preguntó el rubio.
-¿Algo como qué?-preguntó ahora el castaño mirandole con una ceja alzada.
-Pues... por qué no salimos a divertirnos un rato.-comentó con una linda sonrisa.
-No nos iría mal salir a bailar un rato y olvidarnos de todo.-concedió el moreno con su rubio amigo.
-Mmm... no sé. No creo que me dejen salir después de lo de ayer.-comentó el pelirrojo. Después de todo su hermano le había echo un favor y todo había terminado de aquella forma. Estaba seguro de que no le dejaría salir así como así.
-Ya veo... ¿y si le dices que te quedarás en mi casa?-preguntó ahora el rubín un su ojitos llorosos. Modo súplica activado.
-Está bien....-aceptó mientras suspiraba. No podía negarle nada a su amigo cuando ponía esa carita lastimera suya.
-¿Y tú Kiba?-preguntó ahora el moreno al castaño.
-Bueno... creo que realmente me iría bien despejarme un poco.-aceptó mientras sonreía levemente.
-¡Yaaaayy! ¿Vamos a pasárnosla bien, si?- gritó y peguntó el rubio mientras se colgaba del cuello del castaño.
Los otros tres solo rieron ante lo infantil que podía llegar a ser el rubio, hasta que el pelirrojo se dio cuenta de cierto detalle.
-Oye Naru...-le llamó haciendo que este volteara a verle.
-¿Dime?-preguntó con curiosidad.
-¿Y Sasuke estará de acuerdo en que salgas a bailar sin él?-preguntó algo divertido al ver como su rubio amigo comenzaba a ponerse nervioso.
-Etto.... bueno.... si no lo sabe.... está bine, ¿no?-respondió algo nervioso.
Todos se habían dado cuenta lo celosos y posesivos que eran los Uchiha y con un novio tan despistado, ingenuo e inocente como el rubio sabían que el menor de los Uchiha tenía motivos para serlo aún más.
Los otros tres no pudieron evitar soltar un leve risita ante el semblante nervioso del menor y volvieron a cuestionarle algo sumamente importante, aunque esta vez fue el castaño quién lo hizo.
-¿Y tú padre?-le preguntó ahora al rubio. El semblante de este se ensombreció por unos instantes.
-Etto.... ¿y si le digo que me quedo en tu casa a dormir?-le preguntó en modo súplica a su pelirrojo amigo.
-Mmm.... bueno puede ser bueno. Si ambos padres creen que sus hijos están en casa del otro. Sobretodo sabiendo lo sobreprotectores que tenemos ambos por padres. Sip. Puede funcionar.-accedió este diciendo todo en murmullos para él mismo, pero que los demás escucharon.
-¡Gracias!-gritó el rubio saltando esta vez a abrazar al pelirrojo.
Una vez todo decidido los cuatro se encaminaron a sus respectivas casas para convencer a sus padres y para arreglarse.
*Fin flash Back*
Y así es como ellos consiguieron poder salir a divertirse esa noche. Claro que el rubito no lo tuvo tan fácil para convencer a su padre pero gracias a su madre lo logró.
Ahora estaban los cuatro sentados en una de las mesas del prestigioso club Akatsuki, siendo devorados por la mirada de la mayoría de las personas del lugar, aunque no era de extrañar.
-Gaara llevaba una camisa casi transparente negra de manga corta y encima una red del mismo color. Llevaba unos pantalones cortos un poco por encima de la rodilla de color rojo y algo rotos, junto con unos botines negros, y con unas pulseras de cuero en la muñeca derecha.
-Kiba llevaba unos pantalones cortos marrones algo apretados, una camisa de color azul junto con unas zapatillas del mismo color. En su mano izquierda llevaba una muñequera marrón.
-Lee, bueno.... él seguía llevando ropa verde. Una camisa de manga corta verde junto con unos pantalones por las rodillas amarillo apagado. Llevaba también una muñequera del mismo color y unas zapatillas del color de la camisa. Aunque pareciese raro le quedaba muy bien ese tipo de ropa.
-Por último, el que más llamaba la atención era el lindo rubio. Este llevaba una camisa sin mangas blanca con una corbata negra. En el final de esta llevaba un imperdible en forma de cruz junto con una cadena. Llevaba un pantalón rojo a cuadros junto con un cinturón negro con tachuelas y un par de cadenas que colgaban. De zapatos llevaba unas botas hasta media pierna negras. Para acabar llevaba en ambas manos unos guantes negros sin dedos y con una cadena en cada muñeca.
Estos estaban conversando tranquilamente ya que la música no estaba particularmente alta al ser temprano, aunque no por ello había menos gente en el lugar.
Ya varias personas se habían acercado a la mesa para invitarles a una copa y poder charlar un poco, aunque el 95% solo se acercaba al rubio.
Pero todos y cada uno de ellos eran rechazados de la misma forma. Con un leve sonrojo, un lo siento y una leve sonrisa como disculpa, aunque esto no les desanimaba mucho que digamos.
Mientras tanto sus amigos no dejaban de reírse de lo lindo al ver al décimo octavo chico alejarse de la mesa al ser rechazado por el rubio el cual no podía estar más sonrojado.
-Podríais dejar de reíros ¿no?-se quejó el ojiazul aún con el sonrojo pero haciendo un tierno y lindo puchero. Sus amigos solo rieron con más ganas si es que se podía.
-Pero Naru... es que es muy divertido el ver como se te acercan como si desprendieras feromonas.-dijo el castaño cuando pudo controlar su ataque de risa.
-Pero...-se iba a quejar cuando el pelirrojo le interrumpió.
-Además es tu culpa por verte así.-dijo mientras señalaba su ropa, a lo cual el rubio no pudo evitar sonrojarse aún más por ello.
-Eso no fue culpa mía. Mamá se dio cuenta de que iba a salir y pensó que sería una cita por lo que se esforzó en que me viese perfecto, según ella.-se quejó el menor.
-Pues no ha echo un mal trabajo.-dijo ahora el moreno para volver a reír.
-Jooo....-se quejó el rubio con otro lindo puchero.
-¿Os imagináis que el Uchiha estuviese aquí?-preguntó ahora el castaño.
-De seguro ya habría montado la escena más sangrienta de Kill Bill.-comentó ahora con gracia el de ojor aguamarina.
Ante ese comentario comenzaron a reírse nuevamente con muchas ganas, mientras que el rubio se preguntaba qué demonios era Kill Bill.
Después de un buen rato de reírse pudieron parar y decidieron pedir algo de beber para calmar su agitada respiración.
-Bueno... ¿ y por qué estabas tan raro al llegar Kiba?-le preguntó el rubio al mencionado.
-¿Eh? Bueno... ¿recordáis que volví a clase por una libreta que olvidé?-les preguntó sonrojándose levemente.
Los otros tres solo asintieron mientras que el castaño suspiraba para poder continuar.
-Pues veréis....
*Flash Back*
El castaño se dirigía tranquilamente hacia su salón. Se había olvidado una de las libretas en su cajón e iba a por él. La razón por la que no tenía prisa era que sus amigos se habían marchado ya que por parte del rubio y pelirrojo sería lago complicado el conseguir el permiso para poder salir. Por su parte sabía que su madre le dejaría por lo que solo tendría que cambiarse.
Llegó hasta el tercer piso puesto que la última clase fue química y debía ir al laboratorio. Una vez llegó entró tranquilamente y se acercó hasta el que fue su sitio y se agachó para recoger lo dicho.
Estaba a punto de levantarse cuando oyó la puerta corrediza abrirse y por esta entró la castaña de aquella mañana, la cual se sentó sobre la mesa del profesor en el centro de la clase, al principio.
El castaño por su parte solo se agachó aún más, escondiéndose detrás de las mesas.
Lo fácil habría sido levantarse e irse pero su cuerpo no respondía a lo que le decía, además esa chica no terminaba de gustarle y, mucho menos por la mirada de odio que le había dirigido aquella mañana al interrumpir el beso entre ella y el moreno.
Por lo tanto solo esperó a que ella se marchara pero parecía que estaba esperando a alguien por lo que se debatía mentalmente en si levantarse e irse o esperar.
Su respuesta llegó en cuanto oyó cómo la puerta se abría un vez más y la voz de la muchacha llamó su atención.
-Shino... ¿por qué me citaste tan de repente?-preguntó ella con la voz algo melosa. Al oír ese nombre el castaño no pudo evitar encogerse aún más y volver a sentirse triste por lo que había pasado, además de que le resultaba algo obvio el porqué el moreno la había citado. De seguro quería terminar lo que él había interrumpido aquella mañana.
-Ten ten... seré claro por que no tengo tiempo.-habló con voz fría. Lo cual desconcentró a la chica. ¿No se supone que habían vuelto? ¿Por qué le hablaba tan fríamente? Se preguntó la castaña.
-¿Dime?-pregunto ella todavía confundida.
-No voy a volver contigo.-dijo el moreno rápida y claramente.
-¿Qué?-preguntó ella sorprendida y negándose a creer lo que había escuchado.
-Lo dije muy claro. No voy a volver contigo.-volvió a decir mientras volteaba para irse pero ella le detuvo agarrándole le brazo.
-¿Por qué? Se supone que me querías y lo dejamos por qué yo me iba a mudar.-dijo ella sin entender el porqué no quería volver a estar con ella. El moreno solo suspiró para girar a verla.
-Solo dije aquello para no hacerte sentir mal.-respondió francamente.- La verdad es que intenté dejarte antes de enterarme que te irías pero nunca querías escucharme, así que aproveché aquello para que no te sintieses tan mal por ello.-terminó de explicar.
-¿Qué? ¿Y porqué querías dejarme? Yo he sido la mejor novia y no hay nadie que haya podido superarme.-respondió esta mirándole enojada.
-Es verdad que fuiste una gran novia pero... lo que sentía por ti ya no era lo mismo.-dijo este tranquilamente.
-¿Cómo que ya no era lo mismo? ¿Me estás diciendo que estabas enamorado de otra?-preguntó ella todavía más enojada.
-Así es.-dijo como si nada el otro.
-Ha... jajajjajaja ya veo.-se rió sin saber qué hacer o como sentirse en ese momento.- ¿Es ese chico no?-preguntó mientras bajaba la mirada al suelo.
-¿Ese chico?-preguntó sin entender hasta que recordó al castaño.
-El de esta mañana. En cuanto le viste salir corriendo no dudaste ni un segundo en ir tras él. Conmigo nunca hiciste algo como eso.-respondió derrotada.
-Si... es él. La razón por la que ya no podía estar contigo era por que me había enamorado de Kiba.-respondió mientras suspiraba y se recargaba en una de las mesas.
-Hmp. Ese chico tiene suerte, además estoy segura de que haréis muy buena pareja.-dijo ella mientras se dirigía a la puerta para irse.
-Eso es imposible.-dijo este en un leve susurro hacia él mismo pero que ella oyó por lo que se detuvo y giró a verle con una ceja alzada.
-¿Pero qué dices? Por su reacción está claro que siente algo por ti. Solo tienes que pedirle salir.-le dijo ella.
-Ya... pero después de lo que le dije.... no quiere ni verme. Me odia y yo también por hacerle llorar.-suspiró derrotado mientras miraba hacia el suelo.
-Este no eres tú. Puede que hallas sido un idiota, y en parte es mi culpa pero... si te rindes si que no podrá pasar nada entre los dos.-le dijo mientras le daba un leve toque en el hombro.- Solo dile lo que sientes. Solo se sincero como lo fuiste conmigo... aunque intenta ser menos frío.-dijo lo último con algo de gracia.
Sin más se marchó sabiendo que el moreno podría ser feliz y ella... también, solo que tendría que encontrar a su persona especial.
El moreno solo suspiró y pensó en lo que le había dicho su ex-novia.
-Es cierto... solo tengo que sincerarme con él... aunque no sé como exactamente pero tengo que arreglar esto.-se dijo a sí mismo con una sonrisa ladeada pera seguidamente salir del aula.
El castaño por otra parte se quedó allí sentado un buen rato. No sabía qué hacer después de oír todo aquello. Su cerebro todavía no había procesado toda aquella información y lo único que sentía era sus mejillas arder al comprender lo que había sucedido.
Sin saber cómo, logró ponerse de pie y encaminarse a la salida. Su cuerpo se movía solo en dirección a su casa puesto que su mente estaba muy lejos de allí.
*Fin flash Back*
Al terminar de hablar el sonrojo en el rostro del castaño era más que evidente mientras que los otros tres estaban sorprendidos de escuchar todo aquello.
-Entonces Shino...-murmuró el rubio.
-...¿dejó a su novia por ti?-terminó la pregunta el pelirrojo. El castaño solo asintió sin dejar de mirar hacia abajo avergonzado.
-Vaya...-dijo solamente el moreno.
-Y.... ¿qué vas a hacer?-preguntó el rubín.
-Yo... no lo sé.-respondió sinceramente el castaño.
Se quedaron un rato en silencio sin saber qué decir hasta que otro chico se acercó a la mesa a invitar al rubio, lo cual causó otra vez risas entre los chicos una vez este se fue rechazado.
Aunque ciertamente ayudó a que la tensión se marchase del ambiente
-Bueno... por el momento vamos a divertirnos y olvidarnos de todo.-dijo alegre el rubio.
-Exacto. Nada de problemas, novios ni ex-novias.-dijo ahora el moreno.
-Con que nada de novios...-susurró una voz detrás del ojiazul que le erizó la piel.
-Qué interesante...-dijo ahora otra voz que ahora tensó a Lee.
-Sasuke...-susurró el rubio mientras tragaba saliva.
-Neji...-susurró igual de nervioso Lee.
......Continuará......