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Suplicando tu amor por Fullbuster

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Deidara Uzumaki POV


 


Estaba enfadado con Itachi y es que no sé como narices se dejaba convencer por mi hermano para hacer estas idioteces ¿qué iban a resolver dándose de leches en el campo? Pues nada, no iban a resolver nada, se estaban comportando como niños y por lo menos, hasta Sasuke pensaba igual que yo, menos mal que había alguien maduro entre la familia Uchiha, porque me estaban sacando de los nervios.


¿Y mi hermano? Le doy un voto de confianza diciéndole que le dejaba la casa, vivir solo y estar con Sasuke y me salía con esto… yo intentando tratarle como alguien maduro y ahora me venía con esta situación infantil. De verdad que no entendía por qué Itachi había aceptado encima todo esto.


Fui con Sasuke al campo de la universidad y lo que vimos, no nos gustó nada. Allí estaban los dos equipos jugando el maldito partido, aunque yo los veía más por el suelo y pegándose contra las barreras que jugando realmente.


- El número cinco – me dijo Sasuke – ese es Itachi – me confirmó, porque no podía verles la cara con el casco puesto – el diez es Naruto -  me indicó.


El número y uniforme de Naruto lo conocía, vivía conmigo y lo había visto en casa, a Itachi no le reconocía, pero bueno, menos mal que Sasuke sí conocía el uniforme de su hermano. De verdad que esos dos no paraban de pegarse ¡Esos dos eran increíbles! No me extraña que Sasuke estuviera igual de enfadado que yo, es que ni siquiera se les ocurría contarnos las cosas, hacían lo que les daba la gana.


Sé que Itachi nos había visto y que había parado un poco ese juego bruto que tenían esos dos, hasta Naruto acabó mirando hacia nosotros cuando creo… que Itachi se lo comentó. Ni siquiera me quedé a esperar a que detuvieran el juego, total… no harían caso, nunca lo hacían, eran demasiado cabezones.


- Me voy – le dije a Sasuke


- ¿Enserio? ¿No vamos a pararles?


- Mírales – le comenté - ¿Crees que van a parar porque se lo digamos? Son imbéciles – le dije enfadado.


- Eso es cierto – me dijo Sasuke – de verdad que no lo entiendo, bueno sí entiendo que se odien pero es que… esto es estúpido, no lo entiendo.


- Pues bienvenido al club, porque yo tampoco sé en qué están pensando esos dos.


Salí del pabellón y caminé por el pasillo para marcharme. Sasuke me siguió al final y cuando ya estábamos saliendo del edificio, escuché primero a Itachi pidiéndome que me parase donde estaba y luego a Naruto corriendo tras él y empujándole de mala leche para ir hacia Sasuke ¡Se llevaban mal hasta cuando no estaban enfrascados en sus juegos! No le dije nada a Naruto por el empujón a Itachi y dejé que siguiera, prefería que se quedase Itachi a solas, porque tenía cuatro cosas que dejarle claras a este tío y es que me tenían harto de sus jueguecitos.


- Dei… escúchame un segundo – me pidió corriendo tras de mí por el pasillo y me detuve.


- No quiero escucharte – fue lo único que pude gritarle en este momento por lo enfadado que estaba - ¿En qué narices estáis pensando los dos? ¿Habéis vuelto a la guardería para hacer estas estupideces o qué? ¿No pensáis? ¿Por qué narices no podéis sentaros como las personas normales y solucionar las cosas hablando?


- Te quiero – me gritó como si eso solucionase todo el problema – y no quiero que te vayas a Ohio con mi hijo, quiero vivir contigo, quiero levantarme todas las mañanas a tu lado, preparar los desayunos, llevar a nuestro hijo al colegio o a la guardería o donde sea.


Me quedé paralizado unos segundos y es que sus palabras me afectaban, me habría encantado creerle y estar con él, me habría gustado tirarme a sus brazos y besarle, pero es que estaba hasta arriba de problemas y mentiras, me cansaba escucharle decir una y otra vez que me quería y que luego hiciera estas cosas a mis espaldas.


- No confío en ti – le dije casi llorando – no quiero tener que verte más – le comenté volviendo a caminar hacia el parking.


Quería irme de allí y había una parada de autobús justo enfrente, justamente la línea en la que habíamos venido Sasuke y yo. Estaba tan enfadado, tan dolido en este momento y tan confuso por todo lo que sentía, que no me di cuenta de que estaba cruzando la calle hacia la parada del autobús. Cuando me di cuenta de que estaba a mitad camino, ya veía las luces de un coche acercarse hacia mí. Sinceramente… yo no vi pasar mi vida por delante, ni siquiera me dio tiempo a pensar en algo, solo estaba paralizado, no supe qué hacer, mi cuerpo no reaccionó, pero sentí el empujón y como mi hermano sorprendido me cogía al otro extremo de la carretera.


Escuché el golpe tras de mí y no veía las luces. El coche se detuvo y bajó el conductor asustado sin entender nada y es que yo me había metido en medio sin mirar y ahora veía a Itachi tirado en el suelo lleno de sangre. ¡Joder que era mi culpa!


- Itachi – grité acercándome hacia él y tanto Sasuke como Naruto también se acercaron para comprobar si aún estaba vivo y lo estaba, al menos respiraba.


Sasuke llamó a la ambulancia y los del equipo cuando salieron nos ayudaron con Itachi preocupados. Por suerte no tardó mucho la ambulancia en llegar y empezaron a tratarle, pero no pude dejar de llorar y es que pensaba que se moría.


Fui al hospital en la ambulancia con él y Sasuke y Naruto se fueron en el coche de uno de los compañeros de Itachi. Cuando ellos llegaron, yo ya estaba en la sala de espera tratando de no volverme loco por no saber nada y es que no podía creerme que si moría allí, mis últimas palabras hubieran sido que no confiaba en él cuando le amaba.


Naruto se acercó hacia mí a paso apresurado y me abrazó intentando que me calmase, diciéndome que no era bueno para el niño el estrés y que tenía que relajarme. Lloré sin soltar a mi hermano y al final, acabé notando que Sasuke también se unía al abrazo.


- Vamos a tomar algo Dei – me dijo Sasuke – Naruto puede quedarse aquí y esperar noticias, nos avisará si pasa algo ¿vale?


- Vale – le dije y bajé con él a la cafetería a tomarme algo.


Incluso las manos me temblaban cuando iba a coger el vaso, pero Sasuke no dijo nada, se le notaba preocupado por su hermano, pero es tal y como él decía, ahora mismo no podíamos hacer nada excepto esperar noticias.


Fugaku también entró por el hospital corriendo y de verdad que ese hombre había cambiado. Vino enseguida hacia nosotros cuando nos vio sentados tomando algo y se preocupó tanto de verme tan nervioso, que llamó a una de las enfermeras pidiendo que me echaran un vistazo preocupándose por su nieto… de verdad que no me lo creía ¡Menudo cambio! Hasta me acompañó para asegurarse de que todo estaba bien después del estrés que había sufrido.


El que me extrañó que apareciera fue Pain, porque era de madrugada y no sé cómo se había enterado, pero me dio igual en este momento, me importaba más que estuviera aquí conmigo que en su casa. Tenía que aclarar un par de cosas con él.


Se acercó hacia mí en cuanto me vio y me abrazó preguntándome si estaba bien ¡claro que no estaba bien! El amor de mi vida se estaba muriendo en una camilla por salvarme, me iba a ir a Ohio con alguien a quien no amaba y estaba estresado, pues no estaba precisamente bien.


- Tenemos que hablar de algo – le dije a Pain.


- Creo que sé lo que quieres hablar – me comentó - ¿Es de Itachi?


- Sí – le dije – le quiero, no quiero alejarme de él


Lloré porque no podía evitarlo, tenía tanta tensión dentro que tenía que sacarla de alguna forma y aún diciéndole todo eso, Pain me abrazó.


- No quieres venirte a Ohio ¿Verdad? – me preguntó con una sonrisa casi forzada.


- No – le confirmé.


- Mira Dei, es algo que suponía, tú sitio está aquí con él, es su verdadero padre y aunque me habría gustado estar contigo y formar una familia, también entiendo que le querías, lo sabía cuando decidí intentarlo contigo, sabía que podía pasar esto pero quería intentarlo igualmente, así que no debes de sentirte culpable, todo está bien.


- ¿Enserio?


- Sí, tranquilo. Me voy a Ohio en una semana ¿Quieres que me quede contigo aquí hoy a hacerte compañía hasta que salga Itachi? Como amigo – me comentó como si intentara relajarme.


- Sí por favor.


Estuvimos todos esperando en la sala hasta que el médico salió a confirmarnos que estaba bien, más o menos, quitando algunas contusiones, en unos días esperaban poder mandarle a casa, pero hoy se quedaría aquí por si acaso, por tenerle controlado y verificar que todo estaba bien.


Aunque estuvo dormido mucho tiempo por la anestesia, no quise moverme del sitio, no quería apartarme de él por miedo a perderle, no quería que pudiera pasarle algo y sentirme culpable por todo lo que le había dicho. Fugaku me pidió un par de veces que me fuera a casa a descansar, que lo necesitaba y me avisarían si había algún cambio, pero me negué, no quería irme y tampoco necesitaba que me llevasen a ningún sitio, sólo quería quedarme un rato más, sólo hasta que despertase.


Lo hizo cuando ya estaba dormido, porque me despertaron sus manos acariciando mi cabello. Cuando le miré después de despejarme un poco, estaba sonriendo.


- Buenos días – me dijo sonriendo – enserio quiero despertarme todos los días a tu lado


No pude evitar sonreír y coger su mano entre las mías.


- Vale – le dije


- ¿Vale? ¿Qué es vale?


- Vale es… acepto despertarme todos los días a tu lado.


- ¿Eso va enserio? – me preguntó dudando – porque lo último que recuerdo es que te aparté de una carretera – entonces pareció asustarse - ¿Y el niño? ¿Estás bien?


- Sí – le dije – estamos bien, nos apartaste – le dije cogiendo su mano y poniéndola en mi vientre para que notase como se movía el niño.


- Menos mal – me dijo.


-  Itachi… oye siento lo que te dije


-  ¿Lo de que no te fías de mí?


- Sí, eso. La verdad es que… acabo de renunciar a irme a Ohio y no sé si esto es una locura, pero… te quiero, no puedo poner distancia contigo y no entiendo por qué después de todo lo que me has hecho, pero quiero estar contigo.


- Dei, confía en mí una última vez, te quiero y no voy a defraudarte, ni a ti ni a ese niño, lo prometo, voy a enmendar todos mis errores.


- Voy a darte una oportunidad y espero que esta vez la aproveches, así que si tienes algún secreto más que contarme que no sepa… hazlo ahora.


- ¿Sabes que no me llevo bien con tu hermano? – me preguntó.


- Sí


- Entonces creo que no hay nada más excepto… que las comidas familiares van a ser un poco… moviditas.


- Con eso ya contaba – le comenté sonriendo y antes de que él pudiera decir algo, me lancé a besarle.


Aunque fui yo quien le besé, Itachi ni siquiera quiso apartar la mano de mi vientre. Tampoco se apartó de mis labios, incluso profundizó más el beso, le sentía mucho más apasionado, como si se hubiera quitado un gran peso de encima. Realmente se había quitado un peso de encima desde el momento en que le elegí a él.


- Te quiero Dei – me dijo aunque tosió un poco al intentar incorporarse.


- Y yo Itachi, pero tómalo con calma, aún estás convaleciente por el golpe.


 


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