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Come Clean por girlutena

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Notas del capitulo:

Lamento mucho por tardar en actualizar.

Muchas gracias por el apoyo y la espera...pues después de aquel accidente, mi mente se nubló y cuando quise seguir escribiendo...pues me vino la gripe T_T 

así que ahorita tengo a mi costado todo el papel higienico que pude encontrar T_T

Naruto escondió sus manos en los bolsillos anchos de su pantalón, mientras se apoyaba sobre la pared de concreto de la entrada del centro comercial, fijo sus orbes azules en el oscuro cielo y frunció levemente sus labios al saber que probablemente volvería a llover,  soltó un suspiro cansado al ver que ya habían pasado veinte minutos desde que hablo con el moreno.


Podía ver el vaho de su aliento extinguirse en el aire frío, su cuerpo tembló levemente al recibir otra corriente de aire frío, cerró lentamente sus ojos intentando descifrar la extraña actitud de su hermano.


Tomó su celular entre sus dedos al sentirlo vibrar dentro de su bolsillo, no pudo evitar soltar un fuerte suspiro al ver el nombre que brillaba en la pantalla.


-Amor ya llegue. –El doncel frunció su ceño al oír la tranquila voz del moreno.


-¿Dónde estás? Hace frio-ttebayo


-Estoy saliendo del estacionamiento, espérame en el Starbucks que está cerca a las escaleras eléctricas. –Aunque sabía que el moreno no podía verlo, arrugo fuertemente su ceño, pero se abstuvo a soltarle una sarta de palabras.


 


Un joven varón, con cabellos castaños se le acerco con una sonrisa en su jovial rostro y deposito suavemente un pequeño plato con un cup cake en la mesa del rubio doncel, Naruto arrugo suavemente su ceño y levanto su mirada de la pantalla de su celular para ver los ojos verdes del joven.


-Disculpe yo no he pedido nada.


-Lo sé, es cortesía de la casa. -Naruto observó la sonrisa coqueta que el joven varón le mostró, frunció suavemente su ceño al percatarse que el joven intentaba acercarse para besar su mejilla.


-Puede llevárselo, cualquier cosa que mi novio desee, yo me encargare de comprárselo.


Naruto pudo jurar que el cuerpo del joven castaño salto unos milímetros del duro suelo, empezando a temblar levemente en su sitio.


-Muchas gracias-ttebayo. –El joven tan solo pudo forzar una sonrisa y sin esperar más salió con demasiada prisa de aquel lugar.


-Vaya Uchiha con esa voz y ese rostro, ahuyentas a cualquiera.


-No debiste haber hecho eso, él solo intentaba ser amable-ttebayo. -El rubio frunció notablemente su ceño al ver como el moreno se cruzaba de brazos sobre su pecho, despreocupado por casi haberle causado un infarto al joven.


-Dobe, si estuvieses más atento te hubieses dado cuenta que ese tipo te estaba coqueteando.


Gaara se sentó entre la pareja al ver que la atmosfera se estaba volviendo pesada, negó levemente con su mano, intentando despejar aquella pesada atmosfera.


-Bueno, ¿Qué nos querías decir Naru?


-Cierto. –El doncel movió suavemente su cabeza intentando despejar la tonta pelea con el moreno. –Es sobre Konohamaru. Hace un momento me llamo y pude notar que estaba lleno de miedo, pero al llegar a su casa, prácticamente me corrió; como si no hubiese querido que entrara.


La mesa que habían ocupado era la más alejada de toda la cafetería, dejando que el olor cargado de las semillas de café llenara el ambiente, mientras que las voces de los demás clientes se perdían antes de llegar a sus oídos; Gaara tomo el envase de su café, intentando que su frustración no le afectara al oír aquello.


-Hace poco recibí una llama desde Okinawa. Mi padre encontró el lugar céntrico donde Orochimaru oculta sus equipos de seguridad. –El menor fijó su azulina mirada en el rostro apacible del moreno, sin poder evitar sentir un leve dolor en la parte baja de su vientre.


-Pero no podemos dejar solo a Konohamaru. –Naruto intentó persuadir al mayor, mientras que viraba su mirada hasta su pelirrojo amigo.


-Él estará bien. Mañana viajare a Okinawa para rastrear los pasos de esa serpiente. –Naruto había tensionado sus hombros, sintiendo como le volvían las ganas de vomitar. –Naru ¿Estás bien?


Pero el menor no dijo nada, trastabillando se puso de pie, para salir corriendo al baño.


-No creo que esa idea le haya gustado. –El pelirrojo dejó suavemente el envase con su café sobre la mesa, mientras el par de carbones del mayor se perdían entre la pequeña espalda del doncel.


-Lo sé, pero si no lo hago... –Sasuke cerro sus ojos y negó suavemente su cabeza para ver como el pelirrojo fijaba sus orbes aguamarina en el gran ventanal. –Gaara necesitare tu ayuda. –El pelirrojo asintió.


 


El menor se había arrodillado en un pequeño cubículo del baño, colocando sus manos fuertemente en el inodoro, sintiendo como su estómago era vaciado rápidamente, dejándole un sabor amargo en su garganta; apoyo su cabeza sobre la pared, pasando un clínex por sus labios, intentando quitar todo aquel sabor amargo.


Cerró sus ojos al escuchar como la puerta de su cubículo era golpeada suavemente, tapó sus oídos, sintiendo como el suave golpe, traspasaba sus finos oídos.


-¡Ocupado!


-Naruto, soy Sasuke. –El menor aun arrodillado en el suelo extendió su brazo para abrir la pequeña puerta, observando con sus ojos cansinos el cuerpo alto y fornido del moreno, sintió como su cuerpo era aprisionado por los fuertes brazos del moreno, quien lo ayudo a ponerse de pie, para llevarlo al lavado de manos, donde se encargó de mojarle y limpiarle el rostro y la boca con el agua fría.


-¿Mejor? –Pero el menor sin decir nada, apoyo su frente aún húmeda sobre la fina tela de la camisa del moreno, sintiendo sus brazos rodearle su cintura. –Ven, salgamos de aquí.


Naruto tan solo se dejó guiar, sin siquiera prestar atención de la ausencia del pelirrojo, arrugo su ceño al sentir la cálida esencia de menta que provenía del automóvil de Sasuke, sintiendo como sus manos pasaban por su cuerpo, colocándole el cinturón de seguridad.


-¿A dónde vamos? –El moreno observó por un instante el rostro pálido del doncel, oyendo como su voz sonaba cada vez más apagada.


-Te llevare al hospital. No quiero irme sabiendo que te dejo enfermo.


-¿Si estoy enfermo... ya no te irías?


Sasuke soltó suavemente el aire contenido en sus pulmones, deteniéndose en un semáforo en rojo, viró lentamente su rostro para ver los ojos rojos y las mejillas suavemente sonrojadas, debido al calor del interior del auto, pasó suavemente sus dedos por las mejillas del menor, acercándose para darle un pequeño beso pero lleno de amor.


-Te quedaras con Kisame y con mi oto-chan, así que no te preocupes. -El menor cerró lentamente sus ojos, sintiendo aquella suave caricia.


Las luces del letrero se veían fuertemente, alumbrando toda la calle, el menor tan solo sintió el aire helado chocar contra su rostro y loa brazos del moreno apresar su cuerpo para envolverlo contra su cuerpo.


-Necesito que alguien vea a mi novio. No se ha sentido bien desde hace unos días. –El moreno se acercó con pasos rápidos hasta la pequeña recepción donde se hallaban algunas enfermeras.


Naruto intentó cerrar sus ojos, al oír la voz de Sasuke que se oía alejada, sintió como era apoyado suavemente sobre una camilla pero en ningún momento soltó la mano del varón.


-Teme. –La voz del doncel se oía adormilada, sintiendo las suaves manos del varón sobre sus cabellos.


-¿Cuáles son los síntomas?


-Desde hace unos días ha tenido nauseas, ha dormido mucho, sus emociones han volado demasiado, hace un momento ha tenido un poco de fiebre.


-Ya veo. –Sasuke arrugo notablemente su ceño al ver como el galeno mostraba una leve sonrisa, mientras que sin ninguna preocupación lo ingresaba a una habitación vacía.


-¿Qué le va a hacer?


-Tengo una sospecha. –El galeno subió levemente la camisa del doncel dejando la piel del vientre desnuda, colocándole un gel frio, que hizo que el menor soltara un suspiro frustrado al sentir como pasaba un aparato sobre su vientre.


-Exacto, está aquí. –El doctor palpo la zona levemente hinchada, haciendo que el menor frunciera suavemente su ceño, mientras que el mayor pausaba la imagen.


-¿Qué?


-Su pequeño –El galeno se retiró de la pantalla, observando divertido como el moreno aun con el ceño fruncido se acercaba a la pantalla para observar una mancha plomiza, aun sin forma.


-Quiere decir que el Dobe está...


-¿Usted es su esposo?


-No... Digo, soy su novio. –El moreno acaricio levemente la pantalla, intentando acariciar aquella pequeña manchita que ya era una parte suya.


-Los malestares que ha estado sintiendo son normales en su estado. –El galeno le entrego un puñado de papel para que limpiara suavemente el vientre del menor. –Pero le daré unas vitaminas ya que sus defensas están algo bajas.


Sasuke dejo al menor en la camilla para acercarse al escritorio con el galeno.


-¿Pero van a estar bien?


-Si, al parecer el pequeño va a ser demasiado energético, ya que le está quitando la energía a su papi. –El moreno giró levemente su mirada para observar al rubio sumido en un profundo sueño. Recibió las notas de indicaciones y la medicina que debía comprar.


-Déjelo una noche aquí, ya mañana podrá ir a casa. –El moreno asintió levemente viendo como el galeno retiraba de la habitación.


Sasuke se sentó sobre el sofá que se encontraba al costado de la camilla, acariciando suavemente el vientre del rubio, manteniendo una pequeña pero notable sonrisa, apoyo su rostro, para darle unos suaves besos sobre aquella fría piel, observando embelesado aquel leve bultito, donde se estaba formando su pequeño.


-Hola, pequeñín. Estoy muy feliz de saber que estas aquí, seguro de todos estos problemas; pero estoy seguro que cuando tu oto-chan se entere de que estás aquí, se pondrá muy feliz.


El moreno sintió las suaves manos del rubio sobre sus cabellos, acariciándolos suavemente.


-Sasu... ¿Qué pasa? –El menor pudo ver como las hermosas gemas azabaches del varón brillaban con emoción, haciéndole sonreír, aun sin saber porque.


-Mi Dobe, cada día me haces más feliz.


Sasuke se acercó a los labios del doncel, para darles un suave beso, sintiendo la mano del menor en su mejilla.


-Vamos a ser padres. -El menor abrió sus ojos azules, sin saber que sentir, la suave mano del moreno sobre su mejilla, mientras la otra acariciaba su plano vientre.


-¿un niño? –Lentamente llevo su mano acariciando su vientre, sintiendo como algo cálido le llenaba en su pecho. -Nuestro... nuestro pequeño. -El moreno apoyó suavemente su frente con la del menor, sonriéndole suavemente.


-Pero... te iras-ttebayo.


-Oh, mi amor. Pero voy a regresar, además te quedaras con Kisame y con mi oto-chan, ellos te cuidarán. –El menor se dejó acunar sobre los fuertes brazos de Sasuke, apoyando suavemente su cabeza sobre el pecho del moreno, absorbiendo el suave aroma a limón, que le tranquilizaba enormemente.


 


 


Konohamaru intentó cerrar fuertemente sus ojos al oír como un fuerte rayo caía muy cerca de su ventana, cubrió su cabeza con la almohada intentando acallar el sonido del relámpago, mientras que la fina tela limpiaba las lágrimas que resbalaban por sus finas mejillas.


Escuchó el sonido de su celular, sonar afuera de su habitación, se mordió el labio inferior al saber que aquella –especial- melodía era de Gaara.


Kenshin abrió la puerta, mientras caminaba lentamente por toda la habitación, haciendo que el cuerpo del menor empezara a temblar


-No pensé que otro varón pudiera ocupar tu mente, aparte de mí. –El varón se sentó en el borde de la cama, mientras pasaba suavemente su mano sobre la almohada que cubría la cabeza de su hermano. –Pero al parecer todos tus “amiguitos” te han abandonado.


-Mientes. –Kenshin sonrió al escuchar el suave susurro del doncel.


-Querido Konohamaru. Lo lamento mucho pero en estos momentos no puedo ir a buscarte; tengo una reunión importante que atender en Shiga.


-Eso no lo ha escrito Gaara-kun. –El varón acercó la pantalla del celular, viendo como los hermosos ojos de su hermano brillaban por las contenidas lágrimas.


-Ya vez pequeño, yo soy en el único en que puedes confiar.


El mayor salió con una sonrisa en su rostro, escuchando los suaves sollozos de su hermanito, cuando cerró la puerta, apoyó suavemente su espalda en la madera de caoba, cerrando lentamente sus ojos, sintiendo como aquel inmenso dolor empezaba a aturdirle nuevamente.


-Te amo mucho, Konohamaru. –Aquel suave susurro fue opacado por el fuerte sonido del relámpago. Para luego caminar lentamente por todo el pasillo hasta llegar a la habitación donde mantenía su computadora prendida. 

Notas finales:

y ¿que les parecio?

¿que opinan de kenshin?

¿que creen que hara minato?

waaaa...nos leemos en el siguiente capitulo ;)!


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