La noche avanzaba y el frio calaba hasta los huesos, una grácil silueta camina por los pasillos del instituto Celes, camina buscando al dueño de sus pensamientos, lo encuentra sentado a medio patio contemplando la luna como un viejo lobo que esta hechizado por su resplandor, escucha que los pasos se acercan a el y gira lentamente su rostro, voltea y allí esta, tan bello, tan perfecto, con esos ojos de cielo y esa piel tan blanca como la nieve, lleva puesto solo la parte superior de la pijama, dejando al descubierto sus sensuales, largas y estéticas piernas, camina hasta llegar a su lado, el viento helado se anida en sus dorados rizos, está justo a su lado y se coloca ahorcadillas a un lado suyo, le mira como preguntando qué haces allí, esta descalzo y a pesar de que hace un frio tremendo el chico sigue como si estuviese en pleno verano, un tierno y dulce oji plata le mira y con sus suaves manos acaricia su rostro, le regala una dulce sonrisa, mientras se acerca más hasta tocar sus delgados labios, el bello ser de ojos azul cielo entre abre sus labios para recibir aquel beso, se abraza a su heraldo mientras profundiza más aquella unión, el chico de plateados ojos acerca más el grácil cuerpo de su amo y señor, haciendo que este suba a su regazo sujetándole con fuerza por la cintura.
----Amor, ¿Qué haces aquí? Ven entra te puedes enfermar----
Decía el bello rubio a su adorable Hogo-sha, el cual le mira con una sonrisa de lado mientras repasaba con la mirada el atuendo que llevaba puesto su ojos de cielo.
----Creo que, quien se va a resfriar es otra personita, ¿Qué no tienes frio? Por suerte todo mundo está durmiendo que si no… le sacaría los ojos a cualquiera que te viera en esas pintas.
Decía con un brillo especial en sus ojos el heraldo mientras con astucia y sensualidad recorre las largas y suaves piernas de su Yuui, acariciando cada centímetro de su piel, grabando en la memoria la dulce sensación que es recorrer aquel hermoso ser, con sus manos.
Le besa el cuello mientras sube sus delicadas manos por la espalda de Yuui, provocándole un escalofriante placer, ya que el pequeño heraldo tenía las manos frías de estar tanto tiempo afuera, bajo la luz de una resplandeciente luna.
-----ahhh…Owen…!!! Tienes las manos frías…. N-no… ahhhmmm…----
----Pues caliéntamelas con el roce de tu piel… Yuui, te amo… quiero que seas mío----
---Ahhh… a-aquí no… es…. Estamos a medio patio de la…. Ahhh… ahhh….mmmmhhhh….-----
--- Todos duerme, así que está bien… ----
---N-No… ahhh… Ow… mmhhh… Owen, vamos, vamos al dormitorio, ¿sí?... ahhh… ahí, ahí haces de mi lo… lo que quieras, Ahhh…hhha…. ¡¡OWEN!!----
Las palabras del rubio no fueron escuchadas por su Hogo-Sha, quien desabotono la filipina de su pijama descubriendo así su dorso, y con agilidad se deshizo de su prenda íntima, dejando al bello ser expuesto, le recuesta en el pasto mientras lo devora a besos, mientras con sus manos lo acaricia elevando así la temperatura de su piel.
Yuui aunque complacido por las acciones de su guardián aún se niega a ser poseído por Owen a medias del patio, y con sus manos le toma de los hombros intentando empujarlo de encima de su ser, el heraldo se molesta un poco por aquella oposición a sus designios, y pese a que su querido rubio lo empuja para quitarle de encima el dulce y angelical crio no le permitirá hacerlo, le toma ambas manos, sujetándolas por las muñecas y pasándolas por encima de su cabeza, Yuui siente aquella presión en sus muñecas y se queja un poco, mas Owen no presta atención a eso y prosigue en lo suyo.
----Ahhh… ahhggg…. Owen, no seas cabezota!!! Ahhhh …. N..nhhh…ahhh… ohhh.. Owen, ahhhh… esta… esta, me…. Hhhmmm… me la pagas….ahhh… ahhhh… ahhgggg….nnmmhhhhhh…----
Sus quejas fueron acalladas con los besos y las ardientes caricias que le imprimía Owen con pasión a su ojos de cielo, sometiéndolo a sus deseos y por fin cediendo a sus caprichos, el oji plata deja de poseer aquellos dulces labios que tanto le fascinan y baja beso a beso por el cuello del Yuui, mientras que con sus manos toma la intimidad de su rubio, el cual al sentir aquellas manos en su ser eleva un poco la cadera y entre laza sus piernas al cuerpo de Owen, el heraldo disfruta con demasía de los sonoros gemidos que provoca en su querido amo, mientras le estimula su hombría, Yuui está cada vez más y más excitado, siente que en cualquier momento se vendrá en la mano de Owen, el rubio se cubre su boca tratando de callar sus gemidos para que así no les descubran, pero eso no le gusta para nada a Owen y provoca en Yuui sonoro gemido al morder uno de sus pezones e introducir una de sus falanges en su entrada, el agitado rubio no puede contra aquel inmenso placer que le produce ser poseído por su heraldo, baja las piernas de alrededor de Owen y eleva un poco más las caderas, se abraza a su oji plata mientras siente como se va tensando todo su ser, una electrizante y deliciosa sensación pasa por su espalda arqueándole, es eminente se correrá en las manos de su Hogo-sha.
Owen, contempla complacido a su extasiado rubio al llegar al clímax y verle de esa manera tan sensual y excitante, el cuerpo de Yuui está todo perlado en sudor, a pesar que la noche es endemoniadamente fría, el rubio siente que su cuerpo arde cual braza al fuego, Owen quiere más, mucho más que solo eso, desea verle delirar de placer, después de que aquella substancia blanquecina escurrió entre sus manos decide seguir prolongando el placer de su bello oji azul.
---- ¡Ya vez amor, sé que lo estas disfrutando tanto como yo… pero ahora te hace sentir mucho mejor!!----
Dice el oji plata mientras empieza a lubricar la entrada de su adorado Yuui, quien trata de recuperarse de ese último orgasmo, cortesía claro de las habilidosas manos de su tierno Hogo-sha. Su pecho sube y baja estrepitosamente tratando de controlar su respiración, mas eso no será posible así de fácil, pues el adorable heraldo no le dará tiempo a que se recupere, pues introduce un par más de falanges en la entrada de Yuui, que entran y salen cada vez más y más aprisa, de vez en ves haciendo movimientos circulares hasta llegar a ese punto tan sensible y placentero de su bello amo.
-----Ahhh…..ahhh…. ahí! Si, si, ahhhhh… sigue, sigue… n-nhhhggmmm…. No te detengas amor… ahhhh … hazme tuyo de una vez.. ohhh… Owen…. Hazlo…. Hazlo ya!!! Te necesito…. Ahhh…..ahhhmmm…!!!-----
Solicitaba extasiado el bello mago mientras que su querido Hogo-sha atendía diligente a sus suplicas, introduciendo en su ser su latente erección que suplicaba por ser atendida, más para el malicioso angelito plateado lo primordial era hacer que su amo llegara al borde de la locura, que le pidiera a gritos por aquella unión de sus cuerpos, le fascinaba verle delirar de placer, que alcanzase aquel punto entre el éxtasis y la locura, cabe mencionar que dicho heraldo alado tiene un porcentaje de demonio patrocinado por la deliciosa sangre del demonio de fuego, su muy querido hermano Wolfram, por lo que Owen de angelito solo tiene la cara, pero por sus venas corre sangre de demonio.
Owen va poseyendo a su bello mago, con premura y desbordante deseo, Yuui se muerde el labio inferior mientras va recibiendo las embestidas por parte de su querido y enternecedor Hogo-sha, esta vez su querido conejo blanco lo posee sin transformarse a su forma original, por lo que Yuui está recibiendo diferentes caricias y contactos pues como su adorable conejo, es más dulces sus labios y más suaves sus manos, más la perversión es en el más grande, su ferocidad es más directa y no cede ni un poco a sus caprichos o deseos, si quiere hacerlo suyo en el patio lo hace, si desea comérselo a besos en la biblioteca igual, el pequeño Hogo-sha a pesar que tiene ese dulce aspecto tierno e inocente es un demonio deseoso de comerse a su amo en cualquier instante.
A diferencia de cuando está en su fase real, ya que cuando está en su forma original, sus caricias son más tranquilas y pasivas, aunque igual de apasionadas, pero es más suave al momento de estar con su oji azul, sus manos son más grandes y masculinas y su voz es aterciopelada y varonil, su manera de amar a Yuui estando en su modo original es más dulce y protector, le toma como si este fuese a romperse, como si se tratara del ser más puro y delicado que existiese, más cuando esta de forma dulce y tierna, con ese aspecto de niño bueno, allí saca toda su ferocidad, y su lado más perverso y agresivo tomando a Yuui con más vehemencia y ansiedad, el rubio de ojos de cielo está fascinado con su heraldo ya que sea dulce y gentil o voraz y feroz, la pasión y deseo que siente es la misma, sea en la forma que sea, le ama de igual manera, en cierta forma es como si Yuui tuviese dos amantes uno joven e intenso y otro más maduro y amoroso, las dos facetas enloquecen a Yuui, si le pidiesen escogiera alguna de las dos fases de su heraldo simplemente no podría elegir entre una y la otra.
Owen sigue con sus frenéticos embistes llevando nuevamente a Yuui al punto máximo de su excitación, acelerando sus latidos y embriagándolo de pasión, amor y deseo. El rubio está a punto de correrse, por tercera ocasión, su adorable conejo blanco lo ha hecho suyo más de una vez, por lo que este simplemente está a su entra disposición, sumergido en el éxtasis y el frenesí de su amante Heraldo, Owen esta por correrse una vez más dentro de Yuui siente como todo su cuerpo se tensa y sus pupilas se dilatan, una descarga de adrenalina le hace embestir con más ferocidad a su querido amo quien se arquea y eleva su pelvis, está a poco de venirse, se aferra con desespero a la espalda de Owen mientras siente aquel electrizante orgasmo recorrer por todo su ser, su corazón bombea sangre con violencia acelerando sus latidos sus piernas se tensan y los dedos de sus pies se encojen al igual que sus pies se curvan, la deliciosa sensación de llegar al clímax alcanza también a Owen dando unos últimos coletazos mientras va pasando aquel exquisito sentimiento de placer embriagador que lo hace encorvarse y sujetar con fuerza las caderas de Yuui, sus cuerpos caen al pasto agotados por aquella entrega entre ambos, Yuui tiene sus ojitos cerrados mientras que trata de acompasar sus respiraciones , Owen sigue dentro de su rubio mientras termina de dejar su semilla en él, el sentir el palpitante miembro de Owen dentro de su ser y la calidez al correrse dentro suyo es tan gratificante para Yuui, desearía sentirle siempre dentro de su ser y convertirse en uno solo, una clara sonrisa de satisfacción se va dibujando en los labios del bello mago mientras que poco a poco va abriendo los ojos, esas bellas orbes azul cielo que tanto enamoran a su Hogo-sha, termina de abrir sus azules ojos solo para encontrarse con aquellas enormes lunas de plata que le miran fijamente, con aquel destello único que solo él puede despertar en la mirada de su adorado Heraldo.
----Te amo Yuui…. Nunca dejare que te vallas de mi lado… si es preciso te encerrare dentro de mi corazón!! Y tú sabes que lo puedo hacer…-----
---Hehehehe…. Que cosas dices?!!... Yo también te amo, te amo más que a mi vida, nunca me alejare de ti… así que… deja de decir que me encerraras en tu corazón, hehehe… aunque puedas hacerlo, sé que jamás me obligarías a hacer nada que yo no quisiera!!!-------
---¡¡ ¿Ah... no?!! ¡¡ ¿Y… que se supone que hice hace unos instantes mi amado Yuui??!!----
Le dice con una sonrisa burlona a su adorado amo, el cual solo sonríe y se abraza más a él.
---Bueno, esto… es diferente, jamás dije que no quería hacerlo, me fascinas mi querido conejo blanco, me encanta que me ames así!!----
--- Tonto, ¡¡no sabes cuánto te amo!!----
---¡¡¿¿ Quién sabe, tal vez si??!!----
El cansancio se estaba haciendo presente en ambos rubios, mas no podían quedarse allí así, por lo que el mago de ojos azul cielo uso su fantástico poder y gracias a las novecientas cuarenta idos veces que el sensei Usami le llamo la atención pudo ejecutar correctamente el hechizo de tele transportación, que en esos instantes era más que conveniente por obvias razones, Yuui y Owen aparecen en la mullida cama de su dormitorio, el pequeño conejo está agotado por lo que se hunde en los brazos de Yuui quien lo recibe con alegría, le besa la frente con gran amor y se abraza a él, ambos rubios quedan sumergidos en un profundo sueño, los dos con un mismo sentir, con un mismo palpitar, con un mismo deseo… siempre estar juntos sin que nada ni nadie los separe.
La mañana aparece con un resplandeciente sol iluminado la habitación de un bello oji zafiro que dormía plácidamente en el pecho de su Kuro-riu, el cual ya llevaba un par de horas despierto y solo se la pasaba contemplando a su jinete descansar tranquilo y sereno, desea desde el fondo de su corazón que siempre tenga ese semblante tranquilo y feliz a su lado siempre, aunque a veces le reviente en el hígado sus bromas o el que lo haga rabiar de celos cuando esta cercas de ese peli negro de Ashura.
Kurogane no recuerda la última vez que se sintió así de feliz, ¿ o tal vez si?...
---Fye, mi querido Fye, así tenga que partir el mismo infierno con tal de protegerte lo hare, no importa que pase, ni quien trate de atraparme, yo… yo jamás dejare que me arrebaten lo que más amo, nunca más permitiré que me roben lo más valioso de mi corazón…. Te juro que los protegeré cueste lo que cueste, ustedes son mi vida.---
Decía mientras estrujaba con fuerza en sus brazos a su jinete quien seguía durmiendo y al sentir las fuertes manos de su dragón el rubio solo se reacomoda en su cuerpo y se abraza aún más a su Kuro-riu.
----- ¡Te amo… Kuro… rin!-----
Dice entre sueños el bello hechicero, sacando una enorme sonrisa en el serio rostro de su amado dragón.
----Yo te amo más-----
Le contesta Kurogane y le besa su frente, así pasa la mañana un bello mago con la sensación de seguridad y el amor incondicional de su dragón, sus temores fueron despejados y pronto regresara a Celes a seguir con sus clases, aunque está pensando seriamente en no participar en el torneo en Azgard, todo dependerá de cómo sigua su embarazo y de que su bebe siga estable.
Por su parte Kurogane tiene que pensar en el bienestar de su futura familia no puede dejarlos desprotegidos ahora que sabe que le siguen los cazadores sus preocupaciones y temores han resurgido con gran fuerza, el saber que en cualquier momento le puedan arrebatar a su familia por segunda ocasión le hace erizar la piel su corazón late con gran rapidez y su cuerpo se tensa, la cabeza le duele de tanto pensar de tanto repasar una y otra vez como es que fueron destruidos sus seres amados y el temor que siente de saber que eso se pueda repetir, no sabe con exactitud en que momento del camino llego a enamorarse a tal punto de su jinete ni en qué momento se convirtió ese rubio en el ser más importante para su vida.
Lo único de lo que es consiente es que no podría vivir sin su mirada sin escuchar su voz sin esos estúpidos nombre con el que su jinete le llama, a pesar de que le causan molestia solo a él le permite llamarle de esa manera y está seguro que el día que no le hiciera extrañaría ser llamado así, da un pesado suspiro mientras sigue recostado con su bello rubio durmiendo y abrazado a él, el estar de esta manera le empieza a resultas algo incomoda pero no quiere importunar a su bello durmiente.
Gira su rostro a la ventana y allí ve la fechan en el calendario, 17 de Octubre, sus ojos se abren ampliamente, ¡¿Cómo pudo olvidar una fecha tan importante?!... no es que lo hubiese hecho a propósito pero ahora todo su mundo gira alrededor de Fye, por lo que dejo aquello en el olvido, con delicadeza trata de zafarse de los aferrados y delgados brazos de su rubio, mas este lo tiene bien sujeto por la cintura, Kurogane da un resoplido al ver que su rubio en ves soltarse del se aferraba más y más ahora no solo le sujetaba con sus manos si no que sus piernas se enredan en su cuerpo mientras sube un poco más a su ser.
Kurogane queda en una situación comprometedora de espaldas a Fye y este montado en el tomándolo por el pecho y sus piernas bien sujetas a sus caderas mientas descansa su cabeza en uno de los hombros del dragón, una garita resbala por la frente de Kurogane, se pregunta cómo es posible que su jinete a veces pueda tener tanta fuerza, y como es que se aferra a él, como si supiera que él lo dejara por un momento, tal pareciera que Fye no quiere separarse de su dragón.
----¿¿A dónde crees que vas Kuro-desertor??---
Las palabras de su querido jinete lo sorprenden por que este lo hacía completamente dormido, Fye sigue con sus ojos cerrados más lo aprisiona con más fuerza a su cuerpo reteniéndole para que no abandone la cama.
---Creí que dormías, no deberías hacer esfuerzos de más le podría afectar a mi hijo.------
Dice en tono molesto el Kuro-riu, provocando una ligera risa burlona en Fye.
---¡¡¿¿Y quién te ha dicho que me estoy esforzando??!!----
Termina contestando Fye, dejando sorprendido a Kurogane, ¿Cómo que no se está esforzando? Si el siente una inmensa opresión en su pecho a causa del estrujante abrazo que le brinda su jinete, sin contar que las piernas del rubio lo aprisionan cual cadenas a la cama.
----No debes hacer movimientos innecesarios y permanecer en reposo, además tengo que Salir así que, deja de abrazarme para poder salir.-----
---Por qué no intentas zafarte Kuro-tan? Si logras salir de mis brazos te dejare ir sin preguntar nada, pero si no lo consigues te quedaras aquí, ----
----¡¡¡NO DIGAS ESTUPIDECES!!! ¿¿ COMO PUEDES CREER QUE VOY A FORZARTE CUANDO ESTAS TAN DELICADO CON UN JUEGO TAN ESTUPIDO COMO ESE?? -----
Termina estallando el dragón mientras un par de venas se hacían presentes en la frente del azabache, el rubio ríe un poco más bien sabe que su dragón jamás podría zafarse de su agarre pues a pesar de ser el un chico de apariencia frágil y débil guarda en su ser un inmenso poder, más le encanta ver como su dragón cuida de él, como si se tratase de la presea más valiosa e importante para su moreno.
----- Esta bien Kuro-puu te dejare ir solo por esta vez, pero no pienses que no te preguntare a dónde vas, así que suéltalo de una vez, ¡¿Qué es ese algo tan importante que debes hacer como para dejar aquí a tu bello jinete?!----
Fye suelta a Kurogane de su agarre mientras se sienta en la cama y ve como Kurogane se levanta de está dando un aliviado suspiro, le mira con malicia y algo de gracia, el gran dragón . Kurogane no es capaz de librarse del abrazo de su jinete por más que lo intentase.
Kurogane mira de reojo a Fye, mientras trata de recuperar disimuladamente el aliento pues a pesar de que no quería caer en el juego de “a ver quién gana” le resultaba sumamente difícil separarse del agarre de su amo.
---- Tengo que ir a un lugar muy importante para mí, y por un momento y gracias a ti estuve a punto de no asistir, así que debo irme, no tardan en llegar Yuui y Owen así que no estarás solo por mucho tiempo, así que estate tranquilo.-----
Decía el dragón mientras abría la ventana de la habitación de Fye y se disponía a salir por ella de aquel sitio, Fye no comprende muy bien que le pasa a Kurogane, por lo que hace un puchero y con uno de sus dedos crea una cadena dorada con la que sujeta del cuello a Kurogane haciendo que este se moleste a mas no poder.
---¿¿¡¡PERO QUE MIERDA ES ESTO!!??----
Termina gritando a todo pulmón el dragón mientras intenta liberarse del collar, Fye recarga su mano en la mesita de noche de su habitación y de un leve tirón asía atrás, trae de regreso a su Kurogane con tanta fuerza que el moreno termina impactándose al suelo y siendo arrastrado a los pies de Fye. Este se levanta despacio pues aún se siente un poco adolorido de su anterior estado, se sienta en el pecho de Kurogane y le dice con una voz seria.
--- ¿A dónde y con quien piensas ir? No creas que me veras la cara de idiota, mientras dormías te escuche llamar varias veces a una mujer… ¿Acaso tu… piensas irla a ver?-----
Decía Fye, mirándole recriminatoriamente a su dragón, del cual una gotita de sudor frio pasaba por su sien, ¿ acaso Fye piensa que lo está engañando? Kurogane gira su rostro tratando de evitar el contacto visual con su jinete, lo cual molesta a Fye, el rubio aprieta con su mano la cadena y lo forzó a girar su rostro para así le vea de frente.
------Dime de una puta ves quien es Zukoyomi, ¿acaso tu y esa…?----
-----¡¡¡NO TE ATREVAS A DECIR NADA DE ELLA!!----
Contesta furioso Kurogane cuando Fye estuvo a punto de hablar pestes de aquella mujer, levantándose de golpe y haciendo que su rubio callera de espaldas al piso, el dragón se trata de levantar pero la cadena mágica lo hace caer al piso una vez más, está furioso y mira con recriminación a Fye, quien le mira sorprendido, nunca lo vio tan molesto como esa vez y mucho menos había visto esa mirada en su dragón.
----¿¿ Por qué es tan espacial? Por qué la defiendes así?? Kurogane, contéstame, ¿¿TU AMAS A ESA MUJER??----
Dice Fye dolido y a la ves molesto, los ojos de Kurogane se abren como platos y empuña sus manos, mira con tanto coraje a su jinete y se golpea a sí mismo el rostro se sienta en el suelo mientras trata de contener su furia y le contesta.
---Tu, si quieres un estúpido!! ¡¡Por supuesto que la amo, le amo con todo mi corazón!!----
Aquella franca y descarada declaración por parte de Kurogane le parte el corazón a Fye quien suelta la cadena mágica de su mano desapareciendo así el hechizo sobre Kuro, el rubio baja la mirada y mira asía un lado a punto de llorar cuando Kurogane se acerca a él.
----No me mal intérpretes, ni saques conclusiones a apresuradas estúpido Fye, es normal que ame a esa persona, ¿no lo harías tu si estuvieras en mi lugar? -----
Le dice con un tono más serio y relajado el moreno después de todo, Fye no sabe de quién estaba hablando mientras dormía y seguro pensó de mas, aparte de ver aquellos ojos a punto de llorar con aquella tristeza que reflejaban, no podía permitirse que su querido jinete pensara cosas que no eran.
Por parte de Fye voltea y le mira con extrañeza y dolor, ¿Cómo es eso que si estuviera en su lugar también le amaría? Por supuesto que no, él lo ama por sobre todas las cosas ¿Cómo podría enamorarse de alguien más si lo tiene a él? ¿A qué se refiere con eso? No comprende cuando le voltea a ver y miera en sus destellantes ojos rojos una serenidad y amor con el cual no puede evitar sentirse aún más confundido, ¿Por qué dice que ama a aquella mujer y lo mira a él con tanto amor?
----Tu sí que eres el más grande estúpido que he conocido-----
Termina diciendo Kurogane mientras acerca a su cuerpo a Fye el cual intenta resistirse, los celos y sentimientos encontrados le juegan en contra, mas sucumbe ante las fuertes bazos de su dragón, lo abraza a su cuerpo haciendo que Fye quede recargado a su pecho, mientras Kuro lo abraza gentilmente, recarga su cabeza en la de Fye y le dice al oído.
----¿¿ acaso está mal amar uno a su madre??---
Los ojos de Fye se abren por la impresión y sorpresa.
__<<¿¡¡Entonces , Zukoyomi es la madre de Kurogane!!? Realmente soy un idiota, como puede sentir celos de ella, y aun mas, pensar que mi querido Kurogane me traicionara, si el me ama como nadie en el mundo, hehehe que patético soy, yo creía que me engañabas Kurogane, perdone, por favor!!>>__
Fye se abraza con fuerza a Kurogane, mientras siente su rostro ardiendo de la vergüenza, pues por un momento creyó que la persona de la cual Kurogane hablaba en sueños era con quien el moreno le engañaba, al saber que hablaba de su madre se siente como un grandísimo idiota.
-----¡¡Gomenasai Kurogane!! Yo… yo no sabía, yo… te juzgue mal, gomen… Kuro… hhhmmmmm!!----
No termino su disculpas cuando su dragón le tomo del mentón e imprime en sus delgados labios un sublime beso, el rubio queda prendado al moreno mientras corresponde a su beso un par de lágrimas se escapan de aquellas orbes zafiro, Kurogane le sonríe y le da un ligero golpe en la cabeza, y lo vuelve a besar.
-----¡¡Tu sí que eres todo un caso Fye, ponerte celoso de algo así!! Pero está bien, no es como si lo supieras, es verdad nunca he hablado de mis padres y menos sabias el nombre de mi madre, creo que yo hubiera hecho lo mismo o quizás peor.-----
Decía el moreno, mientras seguía refugiando en sus brazos a su querido Fye, el oji azul ríe por su actitud tan boba y se aferra a el cuerpo del azabache, mientras que el dragón lo consolaba.
---- Escucha, en un día como hoy mi madre abría sus ojos al mundo, como un hermoso ser místico, según me contaba mi padre, ella nació bajo la estrella del quinto sol, con un talento único, era capaz de anticiparse a cualquier evento, cuando mis padres se conocieron fue en el décimo sexto cumpleaños de mi madre…
FLASH BACK
Una mañana de Octubre en el bosque de Zuwa un bello dragón de agua bajaba por la cascada de los silencios llegando al lago de la luna, un Kuro-riu dormía tranquilo en el pasto cuando emerge del lago aquel bello dragón, el Kuro-riu se levanta del pasto y va donde aquel otro, está a punto de embestirlo cuando el dragón de agua se transforma en una bella mujer, el Kuro-Riu queda fascinado con la apariencia de la bella chica, deteniendo su embiste, mas esta le mira con desafío y de su pecho saca una enorme espada, El Kuro-riu da media vuelta y se cubre con sus alas al ataque de la bella chica, en eso este se transforma también y aparece ante sus ojos un hombre guapo, gallardo de cabello en puntas y con una coleta negra, era evidente que se trataba de todo un guerrero, pues en sus brazos y piernas llevaba marcas de batallas pasadas, de armadura negra el hombre Dragón saca su catana y enfrenta a la bella doncella, una danza de espadas se hace resonar por todo el valle, los destellos del mental resplandecen por doquier, así se llevan gran parte de la mañana ni uno ni otro cede, la bella doncella tiene unos imponentes ojos marrón con un dulce mirar, el hombre de cabellera negra tiene uno espectaculares ojos rojos, un rasgo particular entre los Kuro-riu.
La tarde alcanza a este par de fieros adversarios, hasta que en un descuido por parte del Kuro-riu, la bella joven alcanza su mejilla haciéndole un corte en diagonal en el rostro del dragón al ir cayendo las perlas carmín del rostro del Kuro-Riu, la mujer baja su espada un extraño sentimiento crese en su ser, aquel que al inicio pareciera odio se fue transformando, el hombre se toca la mejilla y se inclina con una rodilla al piso bajando así su catana, su mirada está en el piso mientras la mujer aun no puede creer que haya sido la vencedora de aquel combate.
Se acerca al hombre y suelta su espada se inclina hasta él y con su blanca mano le toca la mejilla, el dragón negro alza el rostro y se pierde en aquellos marrones ojos.
-----Tenías que ser tu… solo tu podría vencerme-----
-----No dejas de ser el mismo chiquillo arrogante e imprudente, siempre tratando de ser el mejor, aun tienes que aumentar tu defensa en tu flanco izquierdo-------
---- No digas más, ¿crees que no lo sé? ¿Por qué estás aquí?----
----- Te vi en mis sueño, sabía que vendrías a vengar la muerte de los tuyos, pero…. Aun no es el tiempo Kurogane, tus heridas aun no sanan y sin jinete quien te complemente tu estirpe desaparecerá en cuanto tu mueras-----
----- No me interesa tener ningún jinete, los dragones negros hemos vivido libres por generaciones sin la necesidad de los estúpidos humanos, ellos solo buscan de nosotros nuestra magia, mientras les seamos útiles nos tendrán en cuenta pero cuando ya no les somos necesarios nos sacrifican, ¿acaso no es eso lo que ha pasado en tu linaje? Que acaso no tienes rencor contra todos esos despreciables humanos-----
---- Es verdad, mas no está en mi mano hacer o decidir el futuro de los nuestros, eso lo decidirá las siguientes generaciones, déjame sanar tus heridas.-----
La mujer trata de con su poder curar y cicatrizar aquellas laceraciones más el dragón se levanta y se aparta de ella.
----Tú no puedes hacer tal cosa, mi mayor herida la tengo dentro de mi pecho, no existe ni existirá alguien quien pueda sanarla, borrar el sufrimiento de mi pueblo de mis dragones el dolor que me aqueja no es físico sino más bien del alama, ¿¿Dime mujer acaso tu puedes sanar esta herida?-----
Le decía el dragón negro a la bella chica que mira a un lado con tristeza comprende a la perfección lo que el dragón negro trata de expresar, sus ojos están llenos de dolor y sus manos las empuña con frustración la era de los dragones está sucumbiendo, son pocos los que aún sobreviven y se ocultan en las cordilleras y en las profundidades de mares, lagos, volcanes, el ultimo dios dragón del trueno murió hace centurias y los únicos que quedan deben ocultarse y ganarse la fama de asesinos aunque así no lo fueran, de otra manera los humanos, los terribles humanos acabarían por extinguir su raza.
----- Tal vez, si me dejaras, si tu… si tú me permitieras llegar más a ti, yo…. Quizás yo podría llegar a aliviar un poco tu pena...------
Decía aquello la bella mujer causando en el Kuro –riu un sobresalto a su corazón, el siente como le late estrepitosamente aquel dolido corazón, se siente nervioso y es como si algo dentro de su ser le indicara algo, voltea a ver a la bella Mizu no riuu, esta le regala una gentil sonrisa y le extiende la mano, la cual toma entre las suyas el Kuro-riu.
Se acercan uno al otro mientras sus ojos se funden en su mirar, la bella mujer acaricia nuevamente el rostro del Kuro-riu y este le toma un mechón de su largo cabello, lo acerca a su rostro disfrutando de su sutil fragancia, sonríen al mismo tiempo y la bella dama se refugia en los brazos del dragón negro.
----¿¿Estas segura de esto?no te arrepentirás después de esta decisión?? Si sigues adelante… ya no podrás tener un jinete, si realmente deseas esto, que sea porque así lo has decidido no porque te sientes forzada por la circunstancias que ahora vivimos… porque yo…---
---Hablas mucho, para ser un Kuro-riu dime mejor ¿¿estás dispuesto a vivir conmigo a pesar que soy más fuerte que vos?---
----¿¿Qué dices?? Hahahahaha mujer, desde que te vi nacer aquella fría mañana y me vi reflejado en estos bellos ojos lo supe, sabía que debías ser tu… tu, y nadie más…. Cuando un dragón elije a ese ser especial, lo reconoce con solo verse a los ojos, es por eso que nadie puede domarme, es por eso que nadie puede doblegarme, solo tú, siempre has sido tu bella Zukuyomi. A nadie más la pertenece mi corazón.-----
----Kurogane…!!! Te amo, siempre te amare, cuando nuestro tiempo termine, deseo de todo corazón volver a encontrarnos en otra a vida y unirme una vez más a ti----
---Entonces… está decidido, el clan del norte y el del sur se unen con nuestro enlace, ahora llevaremos a cuestas el destino de los nuestros------
-----Mientras estemos juntos lo lograremos Kurogane----
FIN DEL FLASH BACK
----Kuro-rin… es verdad eso de que si se ven reflejados en los ojos de quienes los dragones aman es un amor para siempre? Eso es lo que paso con nosotros?? Tú te viste en mis ojos?? Te enamoraste de mí a primera vista??------
Decía un jinete muy curioso y algo vanidoso le veía con malicia y a la ves con alegría, le encantaba poner en situaciones difíciles a su dragón le gustaba verlo avergonzado pues al conocerle lo recio y de duro semblante, que dijera cosas tan sentimentales no están dentro de su parámetro de chico rudo o al menos eso pensaba el rubio, y por otra parte le encantaría confirmar si en verdad desde el primer día que se vieron en el bosque fue que el dragón quedo prendado de él.
----No te basta con tenerme aquí? No te es suficiente con saber que te amo? Que mas prueba quieres estúpido rubiales para saber que eres el dueño absoluto de mi ser?-----
Las palabras que daba Kurogane a Fye lo hacían sentir feliz, y a la vez le sorprendían pues era de las pocas ocasiones que decía sus sentimientos tan libremente, sin pena ni tapujos, algo que siempre le ha admirado a su dragón es la franqueza que tiene, el jamás le ha mentido, siempre habla con la verdad y dice lo que piensa y siente, es por eso que aunque a veces se muestre fiero y frio en realidad arde de amor por su jinete.
------Eso no contesta mi pregunta Kuro-pon, ¿dime, dime, te enamoraste de mi a primera vista? Cuéntame, cuéntame… como fue, como es que los dragones eligen a quien aman dime más sobre ti, sobre tu familia.-----
----Mi familia ahora solo eres tú y nuestro hijo, son el centro de mi universo Fye, por qué quieres que te cuente algo que ya lo deberías saber-----
----Porque quiero saber todo de ti, porque a pesar que somos pareja, a pesar que nos amamos, aun y a estas alturas en la situación que vivimos, pronto seremos padres y yo… yo quiero saber más de ti, saber más de cuando eras un Kuro-rin chiquitín, de cómo era tu madre, tu padre, que me cuentes todo de ti… yo!..-----
Fye se detiene de sus peticiones al ver la mirada triste que tiene Kurogane, nunca en todo el tiempo de conocerle lo había visto así. Guarda silencio el oji zafiro y baja la cabeza, siente que ha dicho algo que no debía, o que quizás le exige más de lo que el dragón negro puede dar.
Da un pesado suspiro Kurogane y se levanta del piso, extiende su mano para que Fye se levante, a lo que su rubio acata al momento la petición levantándose del piso también, Kurogane lo deja sentado en la cama y acaricia su rostro, sonríe de una manera relajada aunque su mirar sigue presente aquel dolor.
----- ¿¡quieres saber más de mi pasado?! Está bien te lo contare todo, aún es temprano para que den el rondín los médicos, ven te llevare al lugar donde nací, y donde descansan mis padres, allí te contare todo lo que quieras saber de mí.----
Fye le toma la mano y Kurogane resplandece por completo envolviendo al rubio en un fulgor rojizo, desapareciendo en el acto y reapareciendo en una enorme cascada, Kurogane cae de rodillas muy, muy cansado, al parecer hacer ese tipo de tele transportaciones le resultan extremadamente difícil a los dragones, todo dependiendo de la distancia en la que se encuentren de punto a punto.
-----¡¡Kurogane!! ¿Estás bien??----
---ahhh….ahhh…. si… solo necesito recuperar el aliento….hhhhaagg…----
---Wow, que lugar tan hermoso!!¿¿Aquí vivías Kuro- puu??---
---Ya… ya te he dicho que mi nombre es…----
Kurogane se queda por un momento callado y recuerda algo muy importante, nunca le ha dicho su verdadero nombre a su jinete, solo aquel que heredó de su padre.
---Mi nombre, mi nombre es… You-Ou.----
Le dice el moreno a su jinete, el cual se sorprende al escuchar aquello. ¿quiere decir que todo ese tiempo nunca supo cómo se llamaba su amado, que ese nombre Kurogane, no era su nombre?? Fye baja la mirada, después de todo tenía razón, no conocía nada del y a pesar que le dice que lo ama le tenía secretos, quizás para el moreno simplezas más para el rubio eran importantes detalles de la persona que amaba.
Kurogane observa con seriedad las reacciones de su rubio y sonríe de medio lado, piensa cambiar pronto esa tristeza en una dulce sonrisa.
----Cuando mi padre y mi madre caminaban juntos por esta tierra, cuando velaban por el bienestar de los dos clanes del riuu`s los Mizu y los Kuro un buen día decidieron que debían tener un hijo, alguien en quien depositar dicho compromiso y deber de preservar la especie, la estirpe como mi padre decía.
---¿¿por eso es que me escogiste a mí?? ¿¿Solo para preservar tú especie?? ¿¿Entonces… no fue amor a primera vista y tampoco fue que me amabas y por eso querías un hijo en común si no para preservar tu raza??-----
Decía más que triste el rubio sentándose a la orilla un rio donde desembocaba aquella majestuosa cascada plateada y cristalina, Kurogane le mira con seriedad y prosigue con su relato.
---- Mi casa quedaba de aquel lado, justo al norte de este rio, un lugar hermoso no te parece, ven dame la mano Fye, te mostrare algo, quiero que veas mi lugar favorito cuando era un crio.---
Fye mira con algo de molestia a su dragón pues no contesto ninguna de su preguntas anteriores y se sentía algo usado y ofendido, sin embargo decide acompañarlo después de todo él fue quien le pidió le contara todo sobre él.
Kurogane toma en brazos a Fye y despliega aquellas alas negras, sobrevuelan el lugar y llegan a lo que aparentemente son ruinas de un inmenso castillo de corte oriental, muy propio de Kurogane, donde se suponía era la entrada de aquel que alguna vez fuera un imponente palacio creía un enorme jardín de azucenas blancas, todo el lugar estaba atestado de aquellas bellas flores, sorprendiendo un poco a el rubio.
----- ¿Este es… tu lugar favorito Ku…You-Ou?----
Dice Fye con algo de molestia al pronunciar su nombre, Kurogane pudo percibir ese tono entre enojo y tristeza, mas decide pasar por alto todo aquello.
----Si, este era el lugar donde más le gustaba estar a mi madre, este jardín lo planto mi padre, una a una de estas flores las sembró para ella, cuando era niño siempre estaba aquí al lado de mis padres, y es en este lugar que ahora descansan los dos…---
Esa últimas palabras fueron apagándose al igual que el brillo en los ojos de Kurogane, Fye no pudo evitar no darse cuenta de aquel rostro lleno de nostalgia y tristeza en él, quería preguntar pero no se atrevía, Kurogane camino más al centro de aquel fastuoso jardín de flores blancas, se inclina y coloca su mano en algo que no alcanza a ver bien Fye, por lo que decide acercarse más a él, cuando lo ve se queda sin palabras es una enorme garra negra la cual está en ella crecida aquellas flores blancas que cubren la mayoría de su estructura, mas a delante ve un increíble espejo tornasol, de bellos destellos azul, violetas, plata y celeste. Fye no puede evitar acercarse a aquel majestuoso y bello espejo donde se refleja su imagen algo distorsionada más el material de este espejo es bellísimo, Fye no puede evitar tocarlo Kurogane voltea a verle y sonríe.
---Esa es una de las escamas del lomo de mi madre, lo único que pude rescatar de su cuerpo, al igual que la garra de mi padre-----
Fye voltea a ver a Kurogane realmente sorprendido de lo que acababa de decir, aquel espejo de no más de 2 metros de alto y 1.70 de ancho era una escama del lomo de su madre, y aquella inmensa garra negra pertenecía a su padre, se pregunta el mago que tan magnificentes y monumentales eran los padres de su Kuro-riu.
----Ku… eto… yo… Kuro… es decir You-Ou... Gomen...----
----Si te resulta difícil llamarme por mi nombre puedes seguir llamándome con esos estúpidos nombres, aunque preferiría me llamaras como a mi padre, Kurogane----
Cuando dijo aquello Kurogane se pone por completo de rodillas y saca su catana la entierra a un costado de la garra de su padre mientras la empuña con fuerza, tratando de contener unas ganas terribles por llorar, no pudiendo hacer aquello , el gran y poderoso dragón negro termina liberando de sus ojos aquellas fugitivas perlas cristalinas que crean surcos por las tostada piel de aquel hombre, Fye esta atónito, es la primera vez que ve llorar a Kurogane.
Es la primera vez que lo ve débil y vulnerable, le muestra aquel hombre gallardo y fuerte una faceta sensible que no conocía, Fye siente una terrible opresión en su pecho y no pudiendo soportar más ver sufrir a su dragón se acerca a él y lo trata de consolar dando un par de caricias en su espalda, Kurogane siente aquella cálida caricia por parte de si jinete y de un movimiento rápido captura en sus brazos a Fye, mientras sigue vertiendo de sus ojos aquellas lagrimas cargadas de dolor y desesperación, de una terrible tristeza y un miedo porque se pudiese repetir la historia.
Después de un rato de estar abrazado a su jinete y de sentirse por primera vez descubierto su corazón ante el decide seguir con lo que tenía planeado y mostrar todo de si a su muy amado Fye, se levanta y le toma la mano a Fye, este solo le mira mientras aún siguen escurriendo de vez en vez aquellas lagrimas muestras de que su dragón por dentro tiene un gran corazón y que siente y sufre tanto o más que él.
---Chichiue, Hahaue… él es Yuui D` Flourite, él es la persona en la que me entrego a cuerpo y alma, es quien me dará un hijo y a quien más amo en el mundo, quiero formar con él un hogar y darle a él y mi hijo todo mi amor y protección, desafortunadamente también es mi jinete pero eso es otra historia… Chichiue, Hahaue quiero que lo conozcan y nos den su aprobación, pues cuando todo esto acabe he de casarme con él.
Dicho aquello una enorme ráfaga de viento soplo por todo el campo de flores liberando un sinfín de pétalos de aquellas azucenas, una fresca fragancia se percibía en el aire y los atuendos de Fye cambiaron, traía puesto una yukata blanca con detalles en plata y oro, con un par de dragones bordados al calce se sus pies que iban en acenso el ogui era negro y un anillo con un rubí se materializo en la mano derecha de Fye, fundiéndose con el que ya le había entregado Kurogane el día que le propuso matrimonio en los pasillos del instituto.
----¿¿¿¡¡¡Pero qué es esto!!!??----
Pregunta sorprendido el rubio que no acaba de comprender que ha pasado, de la enorme escama tornasol un destello se hace presente y sale disparado asía el rubio una daga la cual queda suspendida en el aire frente a este, los ojos azules de Fye quedan más que abiertos, la hoja de la daga está hecha de la escama de la madre de Kuro, Fye voltea a ver a Kurogane el cual le sonríe y asintió con su cabeza para que Fye tomase aquel objeto, al tomar con su mano el oji zafiro la bella daga, vuelve a surgir otra metamorfosis convirtiendo la daga en una extraordinaria espada de doble filo.
----Esa, es la espada de mi madre, ellos te dan con esto la bienvenida a la familia----
Dice Kurogane sonriendo de medio lado al ver lo sorprendido y conmovido que se pone su querido jinete, quien aún no acaba de comprender que pasa, cuando siente una energía que se va presentando Kurogane saca su catana de la tierra y la presenta ante Fye, se inclina ante el con la hoja de la misma en sus manos, le voltea a ver y le dice.
---Hago aquí pues mi juramento, ante mi señor, mi jinete, mi único dueño a quien sirvo y amo, aquel quien conoce mi verdadero nombre, aquel quien conoce mi corazón y alma y frente a mis padres, juro mi lealtad y amor para toda la eternidad, como hombre y como el ultimo Dragón negro. Aquí y ahora juro siempre protegerte con mi vida, amarte con mi alma, y no dejar que te apartes de mi corazón.
Fye siente una gran emoción, y una calidez lo invade por dentro allí tenía a su dragón jurándole amor y fidelidad por el resto de su vida, mas algo extraordinario pasa, una luz aparece a espaldas de Fye y siente como unas cálidas manos se posan a cada lado de su ser, el rubio voltea a su lado derecho y allí está el padre de Kurogane, es prácticamente idéntico a su Kuro mas este tiene una coleta y los mechones de enfrente de su rostro son más largos, en eso voltea a la izquierda y esta la madre de Kurogane, de bella tez blanca y ojos marrones, tan grandes y expresivos siempre mostrando una piadosa mirada. Ambos padres le sonríen y asienten con la cabeza, escucha Fye una melodiosa voz al momento que se van desvaneciendo ambos seres de luz.
----En tus manos dejamos a nuestro muy amado hijo, cuida de él, Yuui… cuida y ama a nuestro hijo de la misma manera que él lo hace por ti----
La bella dama desaparece y Fye voltea a ver a Kurogane el cual sigue mirándole con aquella destellante fuerza en sus ojos rubí, otra voz casi tanto o más potente a la de Kurogane se hace resonar.
----No solo te ha escogido a ti como su jinete, sino que te elige como el portador de sus hijos, nosotros los dragones negros, jamás permitimos tener un jinete, tú te has ganado el corazón de mi hijo… confía en él, nunca dudes que él te protegerá de todo mal, Yuui D`Flourite. Mi hijo te ama cuida de el por nosotros.-----
Desaparece aquel otro ser de luz con aquellas últimas palabras, al parecer Kurogane no logro escuchar nada de lo que dijeron sus padres, es más ni siquiera los logro ver, estos solo se mostraron ante Fye, para encargar bajo su cuidado a su muy amado hijo, de los ojos de Fye derraman lágrimas de felicidad, es verdad nunca Kurogane le dice cosas lindas, quizás siempre están discutiendo o cuando se conocieron no se lo llevaron de lo mejor.
Mas ese dragón negro resulto teniendo un gran corazón y un infinito amor por él, y eso le ha conmovido hasta las lágrimas, se siente feliz, tan feliz que no desea nunca le separen de su querido Kurogane, ahora más que nunca tiene bien claros los sentimientos de su dragón asía él y por su parte no le cabe la menor duda, Kurogane es y siempre será suyo.
----Te amo Kurogane, te amo con todo mi corazón----
Fye termina abrazándose a su Kuro-riu y besándole con gran pasión, mientras gruesas lagrimas aún siguen brotando por aquellos zafiros, su corazón late con alegría al saber que es tan amado, no se equivocó su corazón al decir aquello de pequeño, el esperaba a un ser de destellantes ojos y de piel tan hermosa como el bronce y allí lo tenía plantado a sus pies aquel enorme dragón negro de ojos rubí.
-----Entonces… ningún Kuro-riu tiene jinete, y si tienen a un hijo es por que aman a esa persona verdad---
----¿¿¿¡¡¡¡Idiota, hasta ahora es que te das cuenta!!!???-----
----Bueno es que lo que dijo alguna vez Owen, sobre los dragones…. Pues yo…
---- Es verdad la oxidiana representa nuestro corazón y también es verdad que elegimos a nuestro jinete, pero en la raza de los dragones negros jamás hemos tenido un jinete, somos seres libres, que no obedecemos a nadie que no amemos claro está.----
----Entonces, si fue amor a primera vista Kuro-tan!!---
----Como jodes, si, si, si, fue amor a primera vista Fye. Te amé desde el primer instante que te vi….¿¿contento??----
----Seeee….:3 muy contento Kurogane----
La brisa soplaba en aquel campo de flores meciendo las bellas azucenas al compás del latir de un solo corazón divido en dos seres que se aman día a día más y más.