Capítulo 14. El decreto real…
Osado es quien se atreve a entrometerse en mi camino, mi astucia y me elegancia se encargarán de eliminarlos del mapa, y si no es posible… Bah… claro que es posible, tengo la mejor persona a mi lado para erradicar la basura y ese por supuesto soy yo mismo…
Cuando fui recibido en la gran comisaria de mi padre, bueno, para mí era una triste sede mundial de agentes ignorantes, entre por la puerta grande, no sería como esos cretinos que creen que por nacer en cuna de oro le demostraran a todos que no es su dinero quien los lleva lejos sino ellos mismos, ¡pobres diablos!, yo no tenía la culpa de nacer entre los lujos más exquisitos, y tampoco le demostraría nada a nadie, era algo que todos los trabajadores de mi padre no se merecían, el vigilante me saludo con mucho respeto, yo me burle de él porque se le notaba a leguas la molestia de verme parado enfrente de lo que algún día sería totalmente mío, le dije que era un pobre diablo que me tendría que soportar día tras día, si quería pagar su hipoteca y darle de comer a sus tontos hijos era su obligación atenderme como yo quisiera, su sueldo estaba en mis manos.
Seguí mi camino, el sitio era grande y pues la secretaria de mi padre me dijo cuál sería mi puesto de trabajo, la muy hija de puta me llevo al área de balística, supuestamente seria el jefe de esa área, cuando estuvo a punto de entrar yo la detuve, le argumente que yo era el hijo legitimo del dueño y merecía un puesto mejor, la chica me contradijo, me dijo que eran ordenes de Carl Tennyson, yo la abofeteé, ¿Cómo se atrevía a ser tan insolente conmigo?, la tipa cayo con varios documentos, yo le di una patada a los papeles para que se desorganizaran más, ella me miro desde el suelo como la vil basura que era, “así está mejor”, le dije mientras veía como recogía los documentos como una rata miserable, aquello me gustaba, era agradable ver como estaba por encima de los demás, “lo lamento señor Tennyson, no quería sonar grosera”, me dijo la estúpida esa, “ Te perdono…”, le dije a lo que ella rompió en llanto y se largó dejándome en frente de lo que sería mi grupo de trabajo, la estúpida se quejaría o algo por el estilo, pero daba igual, cuando yo subiera al mando más de medio lugar se quedaría sin empleados, ¿para qué tantos incompetentes si los detesto a todos?…
Luego abrí la puerta, solo encontré a tres tipos haciendo sus cosas, me imagino que entrenaban o algo así, me quede parado mientras ellos se sorprendieron, tal parece que no se esperaban a un chico de 19 años tan astuto y tan inteligente como yo, “bueno trio de bobos, desde hoy seré su jefe, y si no les gusta quéjense con recursos humanos”, les aclare las reglas, no me haría amigo de ellos, eran lo suficientemente patéticos como para llamarlos siquiera compañeros de trabajo...
“Si mi capitán”, me dijo un tipo de 24 años, yo me le acerque algo curioso, tenía su chiste, era alto de pelo castaño, buen cuerpo y pues el uniforme me dejo analizar su cañón que por supuesto estaba bien y fornido, “¿Cómo te llamas cretino?”, le pregunte muy intimidante, yo por supuesto debía ser quien gobernara esa y todas las áreas, de todos modos debía saber sus nombres… “¡Me llamo Piers Nirvans Señor!”, me dijo con un tono algo alto para mi gusto, se me hizo muy insolente y pues yo me moleste y él lo noto, “si me vuelves a gritar te mato”, de amenace, ¿Quién se creía el estúpido?, “lo siento señor, no volverá a pasar señor”, me dijo a lo que le advertí con mi hermosa mirada que no me había caído bien y que por supuesto haría lo imposible por convertir su vocación en una desgracia…
El tiempo comenzó a transcurrir y pues nunca empaticé con mi equipo, les dije lo tristes que eran sus vidas, lo mediocres que eran, lo tontos, lo babosos y sobre todo lo imbéciles, un día me agarre de golpes con uno de ellos, al otro día salió en las noticias muerto en un rio flotando sobre las aguas acantiladas de la ciudad, nadie se explicaba su muerte, les parecía algo raro, obvio que yo lo mate y mi arte no dejo rastro ni para los de criminalística, con ayuda de Frio, mi alíen fantasma, le perfore el abdomen de un solo golpe y destroce sus órganos internamente, mis compañeros pidieron ir al velorio y por supuesto que no los deje ir, si quería salir de este pútrido agujero y avanzar, debía convertir a mi equipo en el mejor y no en una panda de perezosos…
Al año y medio me paso algo muy extraño, cuando era navidad Piers se quedó conmigo todo el día en la comisaria, eso me molesto porque percibía cierta tensión sexual, yo era bueno para presentir esas cosas. Yo no quería llegar a casa y ver a los tontos de mis empleados, cuando Salí de la oficina, él me siguió, yo me detuve, ¿necesitaba niñera?, no lo creo. Le dije que se largara para su casa, su presencia me fastidiaba y era desesperante que alguien tan magnifico como yo tuviera perros falderos, me veía más chic en mi soledad absoluta. Era de esperarse, el tipo me tomó de los hombros y me beso, yo me separe de él, fruncí mi ceño, iba a partirle la cara cuando, “Estoy enamorado de ti Ben”, el tipo anulo mis intenciones, yo lo mire a sus ojos y rápidamente encontré que era verdad lo que me confesaba seguido de una cara seria, yo me le reí en la suya, era de las pocas cosas que me hacía gracia, “¿Por qué te ríes Ben?”, me pregunto algo dolido a lo que yo solo limpie una lagrimilla, me detuve porque necesitaba destruir sus esperanzas, a veces era divertido hacerlo. “Escúchame Piers, y escúchame bien, yo soy un lujo que no puedes permitirte, así que mejor no te hagas ilusiones porque detesto la gente patética como tú”, le dije aquello sin oportunidad de dejarle contraatacar, luego me marche, yo siempre debía tener la última palabra, sabía que le había roto el alma, ¿pero acaso a alguien le importa eso?, porque a mí no…
Soy demasiado perfecto para alguien que de seguro no me apreciaría como merezco…
Pasaron los días y él siguió conmigo en el equipo, cada vez que se me acercaba y me miraba a los ojos buscando alguna explicación lo veía, me reía y él se molestaba, eso me daba más gracia y pues me mando cartas de amor, chocolates, ¡e inclusive me llevo serenata! A lo que yo lo despache con un baldado de agua fría, creo que el tonto se cansó y terminó por cambiarse de departamento, el otro que se quedó no se demoró y también se marchó, a la final quedo el mejor equipo, uno que brillaría por sus logros, uno del cual estaba muy conforme…
Uno formado por mí mismo, pues era el único miembro en el área de Balística, no necesitaba a nadie más que a mí para llegar a la cima y acabar con todos…
Salí de mis vagos recuerdos, siempre me detenía a pensar cuando me sentía estresado o algo por el estilo, llevaba más de tres horas caminando por la fría montaña, si no encontraba alguna morada estaría muerto, pues comenzó a nevar y se me habían enfriado hasta los huevos, sabía que Dante no se detendría, el muy hijo de puta estaba cazándome, mientras subía la colina estaba formulando el veneno más efectivo para matar a mi prima, la desgraciada estaba pasándolo de lujo y yo estaba a punto de morir por hipotermia, ¿acaso era justo?.
A lo lejos vi un pequeño por no decir insignificante pueblo, la ventisca se intensifico un poco y para desgracia mía, no sabía si aquellos eran buena gente, camine un poco y cuando me adentre al sitio, note a pocas personas afuera, yo estaba algo agobiado y tenía mucho frio, ¡maldita sea este lugar!, ¡maldita sea todos!, unos cuantos pasos y me desplome en la entrada de lo que parecía un bar, mi vista nublosa me permitió divisar a muchos camioneros, eran desagradables y lo último que recuerdo es que varios se acercaron a auxiliarme…
Cuando desperté, estaba sobre la mesa de billar, yo me asuste y me levante rápidamente, todos me observaron con cierta curiosidad…
_ ¿Qué NO HABIAN VISTO A ALGUIEN TAN PERFECTO COMO YO ALGUNA VEZ O QUE?-, Les grite, no quitaban su cara de babosos…
_ Wow, es muy lindo-, escuche a uno decir a lo lejos…
_Por supuesto que lo soy cabrones-, les dije con tono de obviedad, estaba acostumbrado a que todos me admiraran…
_ ¿Qué haremos?... ¿Por qué no lo tomamos?... déjame ser el primero… debe tener el culo bien apretado…se nota que es virgen…-, escuche murmurar a lo que rápidamente me pare sobre la mesa de porquería…
_ ATRÁS CERDOS, NADIE ME TOMARA A LA FUERZA-, les advertí con cierto tono amenazador, sabía que perdería en número pues eran demasiados, si querían poseerme, debía ser astuto y jugar con sus instintos animales…
Varios se acercaron mientras se apretaban el bulto de su pantalón, yo ponía cara de nervioso pues sabía que eso los calentaría más, si quería salir de aquí, debía rebajarme un poco y permitir que puercos como esos admiraran algo que nunca tendrían, sentía lastima por esos hombres…
_ Bien señores-, trate de tranquilizarlos, conté alrededor de 25 y todos me querían dar por atrás, - no me opondré a sus suplicas, sé que soy muy hermoso y que esta piel tan virgen será entregada sin protesta alguna-, todo marchaba de acuerdo al plan, pues se detuvieron y escucharon mis palabras, animales como esos eran fáciles de convencer y más cuando les muestras carne de calidad…
_ ¿Qué nos tratas de decir niño?-, me cuestiono un caminero de 1,90 m, era peludo y bastante acuerpadote, - te tomaremos de todas formas-, al parecer el tipo genero polémica entre la mierda, pues estaba rodeada de mucha…
_ Que te parece si en vez de obligarme, dejo que me tomes, hago unas mamadas sensacionales y puedes metérmela toda si deseas-, de propuse muy coquetamente, calentarle la verga a los hombres era otra de mis grandes habilidades, me hacía gracia la cara de tontos que ponían ante un caramelito tan exótico que era…
Los bastardos sintieron mi sensualidad, pues se apretaban el gran bulto que cada uno tenía, yo los miraba y les coqueteaba aún más, era denigrante pero no dejaría que Dante me atrapara, el muy cabron cocinaba de la verga y no quería ser la única persona que probara sus “delicias” como le decía él a la porquería de desayunos, en realidad los odiaba tanto como a Gwen y a Kevin…
_ Solo tengo una condición-, al parecer la atención de todos era mía y si manipulaba tanta basura a la vez es que era el rey del engaño, - el primero en tomarme será quien la tenga más grande- ataque el punto débil de todo hombre, y ese era el tamaño de su hombría, todos aceptaron sin protesta alguna, yo sonreí triunfante pues habían caído en mi trampa…
Todos comenzaron a bajarse los pantalones y pues yo no les ponía cuidado, se reunían en grupos a presumir de la “erección tan grande que tenían” nótese el sarcasmo porque algo tan pequeño como lo que veía no me haría ni cosquillas, baje con ayuda de dos chicos, parecía una diva entre tantos tontos, el camarero me ofreció un trago de su mejor Wiski, ¡por fin una bebida de clase!, yo acepte y acaricie su rostro, el imbécil se había quedado bobo con mi belleza, lo comprendía, porque hasta yo me enamoraría de mi mismo…
Después de 45 Minutos de ver a una panda de tarados medir lo “bien dotados que estaban”, apareció entre la multitud un tipo de 2,1 m, yo me sorprendí un poco por su altura, ara muy acuerpadote mas no atlético, todos estuvieron de acuerdo con que su miembro de 27 cm era el indicado para comenzar con la orgia, yo me asuste un poco, pero se me paso, todo marchaba como yo quería, me baje del asiento de donde estaba y pues me acerque a él, apestaba a sudor, era de pelo y barbas rojas, sus ojos eran azules y se le veía muy salvaje…
_ ¿Porque no lo hacemos en un cuarto más cómodos?, así todos podrán agarrarme el culo cuando me estén penetrando-, los imbéciles aceptaban todo lo que yo les pedía, no se me hacía raro pues estaba acostumbrado a que cumplieran con mis caprichos…
Todos rieron mientras me morboseaban, sus miradas lascivas no se retiraban de mis piernas y glúteos perfectos, el camarero me indico el sitio perfecto para que el tipo y yo pasáramos un momento agradable, no sé si mi acompañante fuera a tenerlo, pero yo de seguro que si…
Mis peticiones eran ley, sabanas limpias, un lugar confortable, buen ambiente, es como un decreto real, yo era su majestad y todos mis esclavos, tal y como debía ser, de seguro las perras de sus mujeres no se acostaban con tremendos mastodontes, por eso me buscaban a mí, pobres tontas, que engañadas Vivian bajo el brazo de sus maridos pues todos eran unos maricones que baboseaban por un tipo tan especial como yo…
Cuando nos quedamos solo yo solo le sonreí, el cerdo comenzó a desvestirse mientras yo simulaba hacerlo, cuando él estuvo desnudo se explayó sobre la cama, el tipo era tan grande que ocupaba las dos plazas, se masturbaba mientras me divisaba con sus orbes marino…
_ Discúlpame, entro cinco segundos al baño y ya regreso-, le dije con tono dulce, el tonto se comía cada una de mis palabras…
_ Aquí te espero mi amor-, me dijo como si fuera un trozo de carne y él un tigre hambriento, aparte de grotesco y asqueroso yo solo le sonreí…
Cuando entre al baño del cuarto, vi un espejo, gracias a los cielos que pude reflejar mi belleza infinita, tenía algo de barba, con la navaja quede sexy pues me rasure, no había prisas, la muerte sabría esperar al tipo que yacía excitado sobre esa porquería de cama…
Me asee rápidamente, de mi mochila saque a mi favorita, me guiñe el ojo frente al espejo, que las buenas costumbres no se perdieran y que el encanto por mí mismo tampoco…
Salí del sitio y su barriga explotó en miles de pedazos, definitivamente ´la Magnum revolver era mi preferida, los intestinos, el estómago, el hígado y demás se fueron a la mierda, pues quedaron tirados en el suelo, nunca creí que los camioneros aparte de brutos eran ingenuos…
Escuche varios balazos afuera, yo me sorprendí debido a que no creí que el cretino de Sparda me encontrara tan rápido, gruñí porque el sitio no tenía ventana alguna, no es que meterme debajo de la cama fuera opción, no tenía salida, era mi fin, puesto que los disparos se acercaban cada vez más, cerré los ojos y espere a que tomara el imbécil recogiera su premio, esta vez era un game over para mí, suspire con la vista en tinieblas ya que la puerta se abrió…
_ CAPITAN!!!, exclamo una voz muy reconocida para mí, abrí lo ojos y lo primero que note fue su gran sonrisa y su felicidad…
_ Aishh puta madre-, susurre desviando la mirada, prefería mil veces que fuera Dante el que me hubiera encontrado, pero por desgracia mía era Piers…
_ ¡Capitán!-, exclamo de nuevo con alegría, el cretino me tomo en un gran abrazo, sin pensarlo me beso descaradamente, ¿desde cuándo tenía tanta confianza conmigo?...
Piers me apretó en su abrazo, me besaba sin parar, se detuvo un momento y apoyo su mentón en mi hombro, ¿Por qué me había rescatado él?, no lo comprendía, por muy desgraciado que fuera, le debía una y eso me encabronaba…
_ Ben, salgamos de aquí-, me dijo a lo que me soltó de su agarre, yo quería cachetearlo por atrevido pero no lo hice porque era la única herramienta para salir de este infierno…
Salirnos del cuarto y lo primero que observe fue a toda esa panda de perdedores tirados en suelo sin vida, yo quería ser la persona que hiciera eso, pero no, el puto de Piers me robo el protagonismo esta vez, recorrimos los pasillos como si fuéramos novios, él se veía muy sobreprotector y yo parecía la damisela en apuros, hice una mueca de desagrado, no me gustaba ese papel, llegamos a la sala principal, cuando íbamos a cruzar la puerta principal…
_ ¿A dónde creen que van?-, cuestiono alguien detestable detrás de nuestras espaldas, era el tonto, el bobo, el tarado, el marginal, el cretino, el hijo de puta que yo odiaba con todas mi fuerzas…
Ambos nos giramos y efectivamente era Dante, estaba mirándonos con sus orbes plata mientras bebía directamente de la botella el wiski que me habían ofrecido, se la bogo de un solo trago, cuando termino hizo un gesto de haberle gustado, estaba sentado sobre donde se servían las copas, me observo a mí y me guiño un ojo, eso me molesto muchísimo…
_ ¿Creo que tratas de llevarte algo que es mío?-, dijo el hijo de perra, ¿desde cuándo era suyo?, le apunte con mi magnum, pues note que su cabello comenzó a cambiar de negro a gris, había entrado en modo invencible una vez más…
_ Dante Sparda…- dijo molesto Piers, sabía que era hombre muerto, si ni Chris pudo, mucho menos el, ya me estaba resignando a estar con Dante nuevamente, sabía que me daría una paliza por matarle medio escuadrón, después de todo ellos se lo buscaron y pronto e líder caería, cuando mi Omnitrix estuviera arreglado nuevamente, al fin y al cabo…
Osado es quien se atreve a entrometerse en mi camino, mi astucia y me elegancia se encargarán de eliminarlos del mapa, y si no es posible… Bah… claro que es posible, tengo la mejor persona a mi lado para erradicar la basura y ese por supuesto soy yo mismo…
Continuará…