Había pasado un día desde que el padre de Jill le dijo a que le tenía miedo, pero antes de poner en acción su plan macabro, decidió investigar más y para eso necesitaba espiarla, si iba a atacar lo aria con toda la artillería y asustarla con una aguja sería muy poco en comparación a lo que ella me hizo.
Me levante con mucha energía y baje a desayunar, Jill estaba somnolienta y tenia ojeras al parecer anoche se desvelo pero no me importaba el por qué, observó que se toma un café cargado y come de todo un poco de lo que había en la mesa, luego de eso se fue a bañar y salió, yo en ese momento decidí seguirla y poner en práctica mis dotes de espía.
Al salir la observe que se coloco los audífonos y camino en línea recta varias cuadras, aun no sucedía nada interesante, luego de varios minutos de caminata doblo en dirección a una florería entro a el sitio y compro dos rosas, al observar aquella situación pensé que tal vez tenia a alguien pero descarte aquello al ver que después de un tiempo no se juntaba con nadie es más, doblo en varias cuadras y llego a un cementerio, decidí esperarla afuera, para darle privacidad, ya que para mí las personas muertas no había que molestarla. Paso alrededor de una hora en la que no salía, me estaba aburriendo, tal vez debía dejar esto para otro día, mire a los alrededores aburrida, haber si encontraba a alguien interesante y a los segundos así fue, me encontré con mi novio con un amigo del que conocía y una chica, me molesto que esa chica hablara muy animosamente con mi novio y este se lo permitiera, ella le coqueteaba sutilmente, ¿Quién se creía ella para coquetearle así a mi novio?
Cegada por los celos fui hacia donde ellos estaban y salude cortésmente al amigo de mi novio y después de darle un gran beso a mi novio salude con simple hola a la chica. Mi novio frunció el seño y me aparto.
- ¿Qué haces?- me dijo enojado
- Qué crees, estaba caminando sola y me encuentro con una escena bastante desagradable, ¿Qué paso con el que no me dejarías?¿que juntos hallaremos la formar de superar este obstáculo?- le dije enojada
- Lo mismo digo pero bien dejaste que la bruta de tu prometida casi me arrancara el brazo-
- Yo dejarla…¿disculpa? Tu te le lanzaste, no me dejaste terminar cuando te iba a decir que ella sabe pelear y cuando trate de hablarte para solucionar lo que paso, me respondías cortante o no lo hacías. Disculpa Sebastián pero esta vez el que se equivoco fuiste tu…-
- Ok… ahora es mi culpa… sabes que Sarah dejemos esto aquí luego hablamos- se dio media vuelta y se fue
Me molesto que fuera tan terco, siempre fue así pero ahora estaba exagerando, me agarre la sien y trate de calmarme y fue ahí que la vi salir, me escondí para que no me viera, la observe su rostro se veía triste, la seguí y a los minutos se encontró con esa chica con la que estaba cuando Sebastián trato de pegarle, al verla Jill la abrazo y se quedaron unos momentos así, su amiga le acaricio la espalda, al despegarse caminaron mientras hablaban, me acerque un poco más para saber de que hablaban y me dieron ganas de pegarle se estaba mofando de las bromas que me había hecho.
- Si… si… la princesa le tiene miedo a los insectos- escuche que dijo mientras reía, ¿Por qué carajos me llama princesa?- deje en su escritorio un escarabajo y armo tremendo escándalo… tenias que haberla visto fue chistoso… diablos debí grabarlo- la muy desgraciada se reía con ganas, que ganas de pegarle
- Me alegra que te lo tomes con humor- dijo su amiga sonriendo, mientras le acariciaba su cabeza
- Ya que no puedo hacer nada para que se vaya… no tengo más remedio que molestarla, ni creas que me la pasare amargada todo el día como ella- ¿amargada?¿yo? ya verá esa desgraciada en su casa
Por el momento decidí marcharme, encontré inútil seguirla, pero en la noche cobraría venganza, pero averiguaría en algún otro temor. Antes de irme a la casa pase por algo de comer y de compras.
Al llegar salude al padre de Jill y me fui a mi cuarto. Ahora que tenía todo lo necesario tenía que esperar a que llegara. Y así fue, ella llego alrededor de las 9 de la noche, la oí saludar a las personas que estaban abajo, lo más probable es que vaya a comer a la cocina, después de varios minutos me puse impaciente, pero al fin escuche que subía, vi que fue a su habitación, saco una toalla y se fue a duchar. Me metí en su cuarto y me escondí detrás de la puerta, espere en la oscuridad de su pieza, hasta que ella abrió la puerta y entro no me noto debido a la oscuridad de la habitación y por la toalla que tenía en su cabeza, no prendió la luz de su cuarto, mis ojos que en ese momento se habían adaptado a la oscuridad notaron que se había cambiado de ropa, usaba un pantalón gris de pijama y una polera. Tiro la toalla a la silla de su escritorio, cerré la puerta con brusquedad asiendo que ella diera un pequeño salto e inmediatamente giro asía mi ubicación. Al verme trago grueso
- Hola… Jill- dije lento mientras me acercaba con una jeringa con una gran aguja
Ella abrió los ojos y retrocedió con brusquedad chocando con su cama y cayendo, retrocedió aun mas mientras gritaba, retrocedió aun mas y cayo de esta girando mientras pegaba su espalda a la pared.
- Sa-sarah… tu… co-como…- no la deje terminar
- ¿Qué pasa Jill?¿acaso le temes a las agujas?¿ Le temes a que esta pequeña aguja se incruste lentamente sobre las células de tu cuerpo extrayendo sangre poco a poco?- sonreí con maldad
Ella trago grueso y se pego aun mas a la pared, estaba aterrada podía notar en la oscuridad que temblaba de verdad, alguien como ella le temía a una simple aguja.
- Sarah… oye… bonita…guarda eso ¿quieres?- me dijo temblando
- Me niego- sonreí con maldad- tus halagos no me conmueven… has estado haciéndome bromas pesadas toda la semana, es hora de pagar- me acerque a ella y la acorrale en un rincón cerca de su escritorio, temblaba y era satisfactorio para mi.
- Oye… Sarah… por favor- se paro y de su escritorio lanzo algo yo retrocedí y le di espacio suficiente para que escapara por la ¿ventana?, me acerque a la ventana y ella en el techo y entro a la casa por una ventana. Salí de su cuarto y ella corrí por la casa yo procedí a correr tras de ella, esperaba que ella no encontrara nada con que contrarrestar el ataque. A pesar de que odiaba a esa chica molesta, era entretenido molestarla y hacer que tiemble, definitivamente mi nuevo hobby seria verle sufrir y encontrar sus temores.