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Solo es una etapa por YisusCraist-Of-Yaoi

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Notas del capitulo:

Al terminar este capitulo da por inicio el arco del futuro. Ya quería iniciar esta etapa [?]

 

Perdón por no actualizar ayer, las cosas se me salieron de control. Disfruten el cap.

 

Solo faltaban unos cuantos días para la gran competencia de fin de curso. A esas alturas el club de Natación de la escuela Iwatobi era bastante afamada y querida tanto entre sus estudiantes como entre los espectadores del distrito y regiones anexas. Rei Ryugazaki era de cierta forma reconocido por ser un gran capitán, por continuar el legado de Makoto Tachibana a mano dura y crear un gran equipo. Sus aptitudes, carácter y determinación hicieron del equipo un rival digno para otras instituciones. Tan pronto pisaban la zona de las piscinas la gente murmuraba “Es la escuela Iwatobi” “Ellos han vencido a Samezuka en relevos” “Son sorprendentes” e internamente, en el pasado al menos, Rei presumía mentalmente con su risilla altiva lo geniales que eran.

 

Pero eso es algo que actualmente no pasaba.

 

Posiblemente, por haber ‘perdido’ a su mano derecha Rei se había vuelto esa clase de hombre correcto y serio, justo como en sus años en atletismo. En aquel entonces donde era frio, calculador, teórico y no tan libre de pensamiento. Gou le sacaba de vez en cuando de su estado metódico de concentración  y le retornaba a ser el mismo Rei presuntuoso y divertido pero esos momentos cada vez eran más reducidos.

 

Saliendo ese día de clases fue al club y dirigió al equipo dando un discurso motivacional sobre las siguientes competencias.

 

—No pido más que lo que siempre les he pedido…. No sean mejor que otros, sean mejores que ustedes mismos y lo lograrán todo —con esas últimas palabras los ánimos emergieron y los nervios se disiparon. Los chicos aplaudieron al capitán y retornaron a los vestidores mientras Rei se acomodaba los lentes y perdía el equilibrio ante un manotazo.

 

—Rei…—Gou a su lado se inclinó mirándole. Por un momento sintió de aquel acto una familiaridad, cosas como esas que siempre hacia Nagisa y pudo verlo a él por un segundo para después disiparse ante la imagen de la pelirroja— ¡Rei!

 

—¿Qué sucede? —preguntó volviendo a la realidad.

 

—Alguien ha venido a verte…—sonrió sutil. Rei giró la cabeza y justo unos pasos detrás de él la imagen de un viejo conocido se dibujó ante sus ojos. El peliazul abrió los ojos con sorpresa y algo extrañado ante la presencia.

 

—Rin-senpai…—susurró. El pelirrojo se tallaba la nuca y fue hacia el chico sonriendo con algo de confianza.

 

—Veo que has hecho un excelente trabajo. Makoto estará muy orgulloso de ti —espetó — ha pasado tiempo.

 

—Sí, ha pasado tiempo —dijo Rei haciendo una pequeña reverencia de respeto, no podía evitarlo después de todo Rn era uno de los causantes de que él llegase tan lejos y tan alto como para ser un líder apto de un equipo.—me sorprende verle aquí…

 

—Vengo de vez en cuando a visitar a mi hermana y mi madre…—dijo despeinando los cabellos de la pelirroja quien sonrió divertida. Rin había crecido un poco, su cuerpo lucía más ancho a causa del ejercicio aunque por lo demás no parecía haber cambiado mucho. — lamento no haber venido antes.

 

—Descuide…—negó sonriendo, no había necesidad de tal disculpa después de todo Rin era más su aliado y el amigo de la infancia de sus amigos.

 

Recordó que tras conocerle se sintió algo desplazado y solitario.  Rei no tenía un pasado enternecedor ni complicado con Makoto, Haruka y Nagisa como lo tenía Rin. A pesar de ello le encaró, prácticamente le reclamó que tenía lo que él hubiese deseado tener y lo tiró por la borda. Esos gritos hicieron eco en Rin quien sentía que Rei se había vuelto en un gran ancla y apoyo para retomar sus antiguas amistades.

 

—Me gustaría hablar contigo de la próxima competencia — miró a su hermana, ella entendió que sería una conversación privada y asintió.

 

—Te esperaré en la entrada, onii-chan —dijo la chica saliendo de ese lugar dejando al par solo.

 

El reflejo de ambos se plasmaba en la alberca, el clima era agradable. El verano parecía próximo y el fin de curso estaba a escaso tiempo. Había muchas cosas en la cabeza de Rei pero ninguna borraba e recuerdo de Nagisa, de sus palabras, de su despedida. Ni los meses pudieron borrarlo y estando dentro del agua su recuerdo solo se hacía más vivido.

 

—Supe que Nagisa se ha ido…Gou me contó pero no entró en detalles —dijo Rin. Aun con su actitud en la que constantemente finge no preocuparse por otros vive pensando en aquellos que para él son importantes.

 

—Makoto-senpai y Haruka-senpai dicen que él está bien —dijo lo más natural que pudo y remarcando sin quererlo el hecho de que ellos no habían hablado.

 

—¿No se ha comunicado contigo? —Rei negó y rápidamente se excusó.

 

—Debe ser difícil para él y yo…no quiero escucharle mal—Rin creyó de aquello después de todo era probable que Nagisa llorara un mar si hablaba con Rei ya que eran tan unidos.

 

—Bueno, no he venido aquí para hablar de ello si no de tu futuro —hizo una pausa y clavó sus orbes rojo fuego en Rei —¿Ya has decidido algo?

 

El peliazul tragó saliva, claro que lo había pensado aunque su corazón parecía dividido. Él era un hombre de ciencia, quería estudiar alguna ingeniería y ser de provecho para el mundo, ser un científico capaz de inventar algo asombroso pero la natación había hecho un lío en su cabeza. Quería seguir nadando, avanzando en ese mar mental y superar muchas metas, ser mejor, aprender más. Estando tan solitario esos meses solo podía pensar que de seguir nadando pronto los alcanzaría a ellos, pronto se reuniría con sus amigos.

 

“Mientras nademos bajo el mismo cielo estaremos conectados”

 

Aquella frase dicha por Haruka hacia un eco en su mente. Era tan clara y exacta que su corazón se encogía de solo pensar en que aquella conexión se rompería si dejaba de nadar. Aquí influenciaban tantas cosas, era un punto cúspide de su vida entre ver por su felicidad o por la conveniencia.

 

—Lo he pensado…Rin-senpai pero yo no puedo decidir —el pelirrojo sonrió sutil, le dio un par de palmadas en el hombro como acto de comprensión.

 

—No puedo decir que entiendo cómo te sientes porque yo solo he amado nadar y nunca tuve otra opción. Tú en cambio tienes talento para ser grande en lo que te propongas —el de lentes se sintió halagado de recibir esas palabras del excapitán de Samezuka. El pelirrojo no era afectivo, para nada, pero cuando tenía que hablar serio y abrir su corazón lo hacía de una forma tan hermosa que solo hacia erizar su piel.

 

—Gracias, Rin-senpai —susurró contento.

 

—Pero…si decides por la natación tengo una propuesta para ti…—el de lentes le miró curioso, Rin sacó un tríptico de su bolsillo trasero y se lo entregó. Rei apenas lo tomó en sus manos se percató de que estaba todo en inglés y que el hermoso paisaje de Sidney estaba plasmado en aquel papel — Es donde yo estudio y tienen las puertas abiertas para talentos como el tuyo…

 

—Pero yo…mi inglés es malo —Rin rio fuertemente.

 

—Aprenderás, vas a crecer, te pulirán y serás un nadador olímpico, Rei. —los ojos del peliazul brillaron ante la imagen de él nadando a lado del pelirrojo y ganando competencias — no digo que aceptes ahora, puedes considerarlo un tiempo y si finalmente lo decides puedes llamarme o buscarme.

 

Con aquella propuesta en mano Rei se quedó estático mientras Rin salía del lugar. Irse a Australia significaría superación, crecimiento, lograr cumplir ambiciones que pocos logran, oportunidades pero también significaba más distancia…mucha más distancia. Apretó los labios ¿Estaba preparado para ser ahora él quien partiera?

 

Se tiró ese día en la cama con el tríptico en mano. A su lado el celular seguía en un silencio sepulcral como lo había estado durante esos meses y por unos leves instantes se preguntó si debía esperar por algo o alguien que ni siquiera había hecho intento en dar rastro o señal de vida.  Entrecerró los orbes, debía borrar esa clase de ideas, sonaba como si estuviese molesto con Nagisa y no podía estarlo cuando él era víctima, cuando debía estar pasándola muy mal.

 

Sus exámenes de aplicación serían dentro de poco, debía estudiar y tomar una decisión rápido, sus padres imponían presión, algunos conocidos le motivaban a seguir su camino y Rin había dado, entre todas, la propuesta más interesante que pudo recibir en los últimos meses.

 

Las finales habían arribado. Con dos equipos entre la tensión y la emoción frente a frente, con el olor a cloro levemente emanando de la piscina y los preparativos de los organizadores para tan magno evento. Nitori estaba que no soportaba los nervios, Momotarou era todo un caso de efusividad desmedida. Por parte de Iwatobi estaba Gou quien ignoraba de más los gritos y porras del mismo Moomotarou a pesar de no ser ella ni participante ni del mismo equipo. A su lado el capitán Rei limpiaba sus googles preparándose psicológicamente para la competencia.

 

—¿Estas bien, Rei? —el peliazul le miró y asintió suavemente.

 

A lo lejos, en las gradas, el pelirrojo observaba usando una gorra y ropa casual. Iba con deseos de apoyar a su exequipo cosa que tenía emocionados a los de Samezuka. A su lado estaba el excapitán Mikoshiba  lanzando gritos a Momotarou como siempre hacia. Era genial recibir apoyo de tus superiores, era fantástico tener amistades que superaran todo, que fueran tan fuertes y estables que no importa cuanto cayeran siempre se volvían a levantar. Rei tenía una así, quería albergar la esperanza de que la amistad que tenía con Haruka, Makoto y Nagisa lo superara todo.  Bajó la cabeza con una sonrisa triste, una voz, su nombre en un grito lo sacó de sus cavilaciones. Alzó la vista y se encontró con un par en las gradas.

 

—Ma…Makoto-senpai…Haruka-senpai…—susurró el peliazul al ver como Makoto alzaba la mano y seguía gritando su nombre. Haruka a su lado estaba serio como siempre pero atento al chico.

 

—¡Rei! ¡Esfuérzate mucho! —gritaba el chico totalmente emocionado. Rei alzó levemente la mano y sonrió saludando a sus senpais deseando que ellos estuvieran ahí a su lado, deseando romper esa pequeña distancia y saludarlos.

 

Después de tanto una sonrisa sincera y real salió de los labios de Rei y más motivado alzó la mano saludando al par.

 

—Gracias…—dijo en voz baja, ellos no pudieron escucharle pero pudieron sentirle. Realmente estaban ahí bajo el mismo cielo y era hora de Ryuugazaki Rei brillar.

 

Se pusieron en sus posiciones, el nado era estilo libre. Haruka observaba atento al chico, era demasiado juzgador cuando de su estilo trataba. Makoto sonreía ladino al ver la concentración de Haru y giró la vista encontrándose con la mirada de Rin a quien saludó  amistosamente. Ya habría tiempo de charlas, de ponerse al corriente, de las efusivas palabras que auguraban un montón de “Les extrañé” al menos por parte de Makoto y Rei quienes eran más abiertos para expresar esa clase de cosas.

 

La competencia era muy cerrada, el participante de Samezuka era muy bueno además de todos los de otras escuelas. Rei apretaba el ritmo, aumentaba la velocidad y con un último esfuerzo sus dedos y finalmente su mano se estamparon con la meta. Tomó aire  y giró la cabeza un par de veces totalmente agitado, fue el vencedor de aquella modalidad algo digno de un capitán y aplaudible por parte de sus senpais. Celebró alzando la mano, entonces pensó que en ese instante Nagisa estaría gritando su nombre con emoción pero las gradas que ahora estaban llenas de su pasado se veían tan vacías sin él.

 

Una mirada triste en medio de todo ese éxito. No tenía tanto sabor el ganar.

 

—Lo has hecho excelente, Rei —dijo Makoto dándole una palmada en la espalda. Haru asintió afirmativo ante lo dicho por el castaño mientras Rei agradecía con una leve reverencia. A lo lejos Rin felicitaba a Samezuka por su gran trabajo y miraba ladinamente a los tres chicos. Entonces Rei recordó la propuesta de ir a Australia, de hacer un futuro allá tan lejos de ellos, más lejos de lo que actualmente estaba — ¿Rei?

 

—Me siento muy agradecido de que estén aquí…—dijo el peliazul — ¿Se quedarán a ver las premiaciones?

 

—Por supuesto. Terminando podemos ir a comer algo… ¿Verdad, Haru-chan? —el ojiazul asintió de nueva cuenta y los eventos siguieron.

 

Medallas, palabras de éxito, una gran ceremonia para dar fin a sus años como nadador de ese nivel. Una carrera prometedora para todos y cada uno de los participantes y un Momotarou lloriqueando tras saber que su senpai y capitán pronto se graduaría, que la batuta de capitán pasaría a su mano y que debería dirigir al equipo como había hecho su hermano.

 

Los agradecimientos a todos por ser unos grandes compañeros y la promesa de más éxitos venideros. Rei se fue con la cabeza en alto y los ojos rebosantes de lágrimas mientras alzaba la mano al equipo de Iwatobi como el grande que era, como el gran capitán que fue.

 

La noche había arribado instantáneamente y después de una ducha y un cambio aun en todo su cansancio no desistió de reunirse con sus amigos, después de todo hacia tantos ayeres que no se reunían en aquel lugar que hace un año era el punto de encuentro del club. Apenas tocó la puerta y esta fue abierta por un sonriente Makoto quien le invitó a pasar. La casa de Haruka se mantenía igual que en el pasado, tan minimalista y solo con lo necesario para sobrevivir. El olor a comida invadió sus fosas, ese calor de hogar que emanaba el estar ahí. Al fondo observó al pelinegro concentrado en su labor de cocina mientras tomaba asiento frente a la mesilla.

 

—Estoy muy agradecido de que vinieran—volvió a decir Rei. Makoto rió suave.

 

—Nosotros lo hacemos por toda esa estima que te tenemos, Rei. No podíamos perdernos la gran competencia —comentó en nombre de ambos — hiciste un gran trabajo como capitán, incluso mejor que el mio.

 

—No diga eso, senpai —comentó avergonzado mientras el otro reía nuevamente y un plato de comida aparecía en la mesa. Rei miró a Haruka delante de él quien traía un mandil y su inexpresividad de siempre.

 

—Es un felicidades —dijo el azabache tomando asiento delante de Rei — cuando iniciaste en la natación mis esperanzas y expectativas sobre ti no eran muy altas…

 

—¡Haru! —Makoto le reprendió por su gran sinceridad.

 

—Descuide, Makoto-senpai. Sé que al principio no fui lo mejor —dijo riendo tímido.

 

—Pero superaste mis expectativas y por mucho. Eres un gran nadador Rei y tu estilo libre es muy bueno —recibir un halago así de una persona como Haruka tocaba fibras delicadas de su interior. Rei asintió lloroso y miró el plato de comida mientras apretaba los puños. Tal vez ganar tenía ahora un poco de mejor sabor.

 

—Gracias, senpai —unió sus manos al frente — provecho —dijo para probar la exquisita comida de su antiguo senpai. Makoto y Haruka sonrieron entre sí, era bueno ver a Rei siendo tan feliz nuevamente después de todas las cosas que estaban pasando.

 

Terminada su comida y algunas pláticas casuales la noche parecía hacerse más espesa. Se pusieron al día con las cosas, comentaron de la presencia de Rin y que su ausencia en ese momento, además de la de Gou, era porque ambos deseaban pasar tiempo con su madre. Gou estaba dirigiendo su vista al extranjero, más específicamente a Estados Unidos para poder estudiar algo relacionado al fisicoculturismo y por ello mismo pasaban más tiempo con su madre pues ella estaría algo sola mientras sus hijos se superaban.

 

—¿Qué hay de su familia Makoto-senpai? Seguro debería pasar tiempo con ellos —Makoto asintió.

 

—Ran y Ren han hecho una fiesta al verme y estuve con ellos un buen rato. Pasaré unos días aquí, igual Haru, así que el tiempo no es problema —comentó.

 

—Ya veo… —dijo bajando la cabeza. Cuando él tuviera que irse se separaría de su familia de igual forma, tal vez debería de pasar más tiempo con ellos ahora antes de que eso pasara, charlar sobre las propuestas aunque seguro le apoyarían y tomar una decisión junto con ellos. Rei se mordió el labio inferior pensando sobre ello hasta que su divagación fue interrumpida por el castaño.

 

—Rei ¿Ya decidiste sobre tu futuro? —el ojiazul alzó la vista y dudó de contarles sobre Australia y la propuesta de Rin.

 

—Tengo algunas propuestas interesantes y estoy viendo por cual inclinarme —comentó a medias. Tal vez decir que tenía muy plasmada la idea de irse a aquellos lares seria incómodo para ambos, seguro una parte de ellos querían que Rei estuviera en Tokio lo cual también era opción.

 

—¿Seguirás nadando? —preguntó Haruka curioso.

 

—No lo sé… —hizo una pausa— amo nadar así que lo tengo contemplado pero la ciencia también es lo mío.

 

—En la universidad donde voy hay estudios deportivos relacionados con el ramo científico —Makoto se apena intentando explicar — es algo complicado, a veces ni yo mismo entiendo a los de aquella carrera, así que no podría darte muchos detalles.

 

—Lo tendré en cuenta, senpai —dijo cayendo en la conclusión de que, efectivamente, sus amigos querían tenerle en Tokio.

 

—Nagisa…—la atención de Rei se concentró en las palabras del castaño, el nombre del rubio había salido a la conversación — ha decidido estudiar en Tokio. Parece que ha seguido con la natación aunque va por el ramo de la medicina. —ríe divertido — ¿Quién lo pensaría? Parece que quiere ser un Doctor.

 

—Creo que Rei le ha influenciado mucho —comentó Haruka bebiendo el té mientras Rei se ponía tenso. Nagisa estaría estudiando en Tokio y además de todo una carrera tan complicada como esa. ¿Qué clase de persona se había vuelto Nagisa en esos meses para tomar una decisión tan abrupta?

 

Recordó al Nagisa de hace un año. Ese chico que quería ser entrenador de pingüinos, nadar con delfines y ser un explorador. Aquel chico que aun soñaba con ser astronauta y descubrir nuevos planetas y civilizaciones de una manera tan infantil que era difícil creer que tuviese 16 años. Ese Nagisa que parecía no tomar en serio nada ahora quería ser un médico deportivo en una Universidad donde las exigencias iban al por mayor.

 

¿Hokkaido habrá cambiado al Nagisa que conocía? Esperaba que no fuese así.

 

—Estoy sorprendido —comentó Rei.

 

—Nosotros también lo estábamos… ¿No ha podido comunicarse contigo? —Rei buscó sonreír fingidamente y negó con la cabeza —parece que la comunicación en Hokkaido es complicada. Ha dicho que está bien, que sus tíos y primos le cuidan mucho.

 

—Esas son excelentes noticias —comentó el peliazul. Dudoso, cuidadoso y pensando en su salud mental se debatía entre preguntar más o truncar la conversación pero si había alguien en ese mundo que pudiera darle respuestas ese alguien estaba frente a él —¿Qué más les ha contado?

 

—Pues…—Makoto hizo mohín de pensar—dijo que estaba en el club de natación de su escuela aunque por ser nuevo no pudo participar en las regionales. Aun así sus compañeros le trataban muy bien…

 

—Me da mucho gusto…—espetó con sinceridad.

 

—Aunque dijo que las cosas en casa no mejoraron del todo… que le habían propuesto volver a Iwatobi en estas fechas pero….—la mirada de Makoto se tornó triste —me da la impresión de que ya no volverá por estos lares.

 

Era comprensible. La confianza de Nagisa y el amor que tenía por su familia a esas alturas debía estar sumamente fracturado. ¿Quién podría volver de buenas a primeras con alguien que le había tratado de esa manera?  

 

Las despedidas siguieron y pronto Rei retornó a casa. Apretó las manos contrala mesa y tomando valor charló con sus padres. Recordó haber hablado por un buen rato, tanto que la media noche había llegado y finalmente había expresado su decisión, lo que quería a futuro. Ellos sonrieron, le dijeron las mejores palabras que pudieron haberle dicho y apoyaron incondicional. Rei asintió agradecido y prometió esforzarse para el examen de admisión, iniciar el papeleo y todo lo correspondiente para partir a aquel camino, a aquel destino.

 

Aquella mañana salió corriendo con ropa deportiva y un gorro. Era día libre y recordó mientras andaba a trote por las praderas ese andar acosador de Nagisa detrás de él. Nagisa a pesar de agotarse, hablar entrecortado y toser de ratos seguía hablando sin detenerse, intentando persuadirle, motivándole por la natación. Rei parecía arto en aquel entonces de la insistencia del chico ¿Quién diría que ese rubio cambiaría su vida? ¿Quién diría que ese rubio se enamoraría de él? Rei se detuvo, detrás de él no había nadie y sin embargo el sol brillaba como esos días del pasado. Suspiró cansado y fue a la estación, aun en su condición no llegaría al lugar que se había propuesto.

 

Apareció en las cercanías de la costa, su celular brillaba con un mensaje y Rei giró la vista en dos sentidos hasta que finalmente vislumbró la figura de un pelirrojo en lo alto de un risco. Frente a él un altar, una especie de lapida a la cual rezaba. Rei fue hacia él y tan pronto llegó supo de quien se trataba. Mostró sus respetos uniendo las manos, cerrando los ojos y pidiendo descanso a la alma del padre de Rin.

 

—Tomaste una decisión? —preguntó cortando el momento. Los ojos de Rei se posaron al mar que se extendía ante sus ojos y sus olas apacibles que ondeaban con el viento al igual que el cabello de Rin. Tomó aire, susurró gentilmente.

 

—Lo hice…

 

Aquel día había dedicado a hablarlo con Rin. Le contó un poco de lo ocurrido, de la presencia de Haruka y Makoto pero principalmente de su futuro. Quería seguirse relacionando a la natación, sin duda. Rin sonrió y le dio una palmada escuchada toda las cosas que Rei quería expresar.

 

—Vas a lograrlo, todos confían en ti —y Rei asintió agradecido por sus palabras.

 

Días después de eso apenas miró a sus amigos, cada quien estaba en sus asuntos. Había pasado las tardes preparándose para su examen de la universidad, investigando de becas y demás. Los preparativos eran exhaustivos y mientras los días andaban Rei se quedaba con la cara estampada contra el escritorio y con una cobija en la espalda puesta por unos padres sonrientes y orgullosos de su pequeño que daba pasos de grande.

 

Estudiar, concentrarse en su futuro, de cierta forma disipaba un poco el recuerdo y la preocupación de Nagisa o más bien le tranquilizaba saber que seguro el rubio estaba esforzándose de la misma manera. Imaginar a Nagisa estudiando le arrancaba una sonrisa mientras el celular seguía e un silencio sepulcral como hacía meses lo había estado.

 

Un correo de aceptación, una celebración en general y las llamadas de un Haruka y un Makoto que habían retornado a Tokio para la aplicación e actividades de verano. La graduación de Iwatobi, todo parecía tan rápido cuando pensabas mucho en otros asuntos, de repente se encontraba usando un traje elegante y recibiendo altos honores de la misma directiva, alzando los brazos mientras sus kouhais gritaban con júbilo al inteligente y gran capitán Ryuugazaki Rei.

 

Quien le viera sabía que el peliazul estaba triunfando aunque había cosas más importantes para él que un gran promedio y un puñado de trofeos.

 

Las maletas listas, unos besos en las mejillas por parte de mamá mientras el transporte esperaba. Orgullo, emoción y demás tal vez e esas cosas de las cuales Nagisa había sido privado. Estando en ese sitio retornó al día de su despedida y esperaba que de alguna forma tomando la decisión de ser médico sus padres tuviesen piedad y le llamaran de la misma forma que los padres de Rei hacían al de lentes.

 

Un andar al camino, construyendo kilometro a kilometro una nueva aventura de la adultez y del aprendizaje. Los paisajes se disipaban y al cabo de horas se transformaban en ciudad.

 

El tren se detuvo, las maletas en mano mientras miraba  la estación viva con sus ruidos y su gente, con un aglomeramiento de personas como nunca había visto. Giró la vista hacia el gran letrero de color neón y sonrió al ver el nombre del lugar donde estaba. Su telefono vibró, Rei alzó una ceja y recordó que debía avisar a sus padres tan pronto hubiese arribado.

 

El remitente alertó sus sentidos, un click y el mensaje se descubrió.

 

“Bienvenido….Rei-chan”

 

El de lentes miró a todos lados, la gente pasaba con prisas y en su mundo, sin esmero ni tiempo corrían de un lado a otro hasta que finalmente sus orbes se clavaron en aquella persona con celular en mano. Sus ojos rosáceos y ese cabello rubio un poco más largo. Ropa que se entallaba muy bien a él y ese porte d.  El chico alzó la mano, Rei entrecerró los orbes  y de sus ojos nuevamente unos cristales aparecieron mientras paso a paso se acercaba a esa persona.  Esquivando gente, llevando la maleta detrás de él  y procurando que nada se cayera. Re se detuvo frente al rubio, este parecía haber crecido un poco y sus expresiones infantiles lucían más perfiladas y curiosas.  Una arracada en la oreja que sostenía sus hebras doradas y un par de anillos decorativos en la mano derecha,  una sonrisa sutil y una calma extraña. Rei no supo que decir, Nagisa le miraba con felicidad, finalmente el silencio se rompió.

 

—Ha pasado tiempo…Rei-chan

 

Y con solo oír su voz el mundo volvió a tener color.

Notas finales:

Espero que les gustase. Leo cada review y de verdad agradezco que los dejen. Me cuesta contestar a veces por que solo escribo, posteo y escapo pero es por que tengo otros asuntos que atender. 

 

Gracias de todas formas, ustedes son el motor de esto.

 

-Yisus


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