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Gripe por Samantha0507

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Todos se quedaron paralizados con la presencia del moreno, pero algo en el corazón de todos se llenó de un cálido sentimiento, Aomine estaba actuando bien y merecería una disculpa por parte de todos

-Kise, debes estar acostado el médico dijo que era una semana de descanso… se harán daño- el rubio escucho las palabras del moreno, pero no era capaz de procesar todo lo que estaba pasando, lagrimas comenzaron a correr como río por sus mejillas.

-Por favor… por favor… Aominecchi por favor…- las suplicas del rubio eran cada vez más fuertes, nadie entendía lo que pasaba- … Aomine yo… yo no te pediré nada… por favor, permite conservar al bebe… si no quieres saber de mi o de él está bien… pero no quiero abortar te lo suplico Aomine,… por favor…- su cuerpo se estremecía, lloraba con desesperación aferrando sus manos a su vientre, sabía que el moreno no le haría daño, pero sentía que si lo cubría la mirada de asco u odio de Aomine no le afectarían y podría ser un niño normal con un papá-mamá- Kise…- fue el susurro de los labios del moreno, en ese minuto el gigante hablo.

-Él bebe necesita que sus papis hablen y se entiendan, deberíamos comer dulces, Takao-chin y Aka-chin, no han comido y los bebes enfermaran…- sentencio el pelilila sacando a todos de la habitación- Kuroko-chin, tú también debes tener un bebe, dile a Kagami-chin que haga bien su trabajo…- todos estaban un poco sorprendidos por la actitud del gigante, siempre fue inocente, pero en ese minuto en realidad sintieron que aquel pequeño en cuerpo de gigante había madura.

Cuando todos hubieron salido del cuarto Aomine instintivamente camino hacia la cama, el rubio al sentir como su pareja se acercaba comenzó a temblar de una manera demasiado notoria, su respiración se aceleró, estaba hiperventilando, sentía que vomitaría en cualquier segundo, Aomine se sentó lo más rápido que pudo junto al rubio

-Ryo… qué pasa? Te sientes mal?.. Tienes un poco de fiebre otra vez- dijo mientras ponía suavemente su mano en la frente de la ahora madre de su hijo- esto es mi culpa Ryo, mira cómo estás?- Kise sentía que estaba en una nube, el moreno lo llamaba por su nombre, y le acariciaba la espalda, pero se estaba culpando, por él bebe, y eso a Kise le dolía más, de lo que lo alegraban las palabras del moreno- Aominecchi, dónde estamos?- al moreno esa pregunta lo lleno de una singular ternura, el rubio no estaba preguntando por ellos dos, si no por él y su bebé- están en su casa amor…- los ojos de Kise se abrieron como platos, y nuevas lagrimas corrieron por sus mejillas, pero esta vez los brazos de Aomine recibieron al rubio y lo acunaron,- Esto es mi culpa Kise, debí ser claro contigo después de que te robara tu virginidad, yo...desde ese día no volví a tener sexo contigo, yo desde ese día Ryota, te he hecho el amor, cada noche, he amado tu cuerpo rubio idiota… y antes que lo preguntes, amo a este bebe, no quiero que abortes a una creatura, a mi hijo, mucho menos si tiene parte de ti…- depositando un suave beso, en la frente de su pareja- Ryo, lo que paso fue una idiotez, todo lo que queria decirte ese día no se entendio... yo te adoro, y el tener algo contigo no fue solo por sexo, créeme, la razón por la que me quedo en tu departamento aunque a veces no tenemos sexo, es que, eres lo unico que quiero ver cada mañana cuando despierto, Kise se mi esposo…- dijo sacando un bello anillo de su bolsillo, era gris y en el interior tenía sus iniciales grabadas, Kise solo fue capaz de mover la cabeza para luego besar a ese moreno que lo tenía muy enamorado.

Aomine le explico lo que había pasado, también que ese sería su nuevo hogar y cuando ya pudiera levantarse y estar mejor, terminarían de decorar y de traer las cosas del rubio al nuevo departamento, Kise rápidamente se empezó a dormir, la fiebre había subido un poco mientras más se acercaba la noche, Aomine le dijo que durmiera, que lo cuidaría para que él y su bebe estuvieran bien, luego de que cerrara los ojos, el moreno salió del cuarto, debía hablar con sus amigos, al llegar no pudo evitar sentir que era la escena más rara de su vida, Midorima estaba sentado con un dormido Takao en sus piernas, quien se veía sumamente agotado y pálido, pero con una bella sonrisa en los labios mientras acariciaba su vientre, frente a ellos Murasakibara estaba con la mano en el vientre de Akashi y con cara de sorpresa, Aomine supuso que él bebe pateaba, y en el balcón estaban un Kuroko abrazado fuertemente al cuerpo de Kagami, por los temblores en el cuerpo del menor, Aomine logro entender, lloraba, se paró en la sala y carraspeo, buscando llamar la atención, Midorima puso a Takao en el sillón y se levantó, en una actitud bastante que le recordó a Akashi, en ese minuto comprendió algo que no había visto hasta ahora, Midorima se estaba comportando como su capitán, Midorima de alguna forma se había convertido en ese apoyo para todos, esa era la forma que él peliverde había encontrado para poder disculparse y tener otra oportunidad, no era solo por Takao, era por todos ellos, por Akashi a quien le estaba dando espacio para poder descansar y cuidar a su bebe, sin tener que preocuparse de ellos, le estaba dando a Murasakibara, el tiempo libre de Akashi, para amarlo y poder estar seguro de que su bebe estaría bien, le estaba dando a Takao una familia y la paz de sus amigos, le había dado un lugar a Kagami, para poder ver brillar a Kuroko, que aunque solo era la sombra del tigre, era con el único que Kuroko era capaz de mostrar sus emociones a ese punto, esté le daría una familia a Kise, con sus palabra no solo le había mostrado la amistad que sentía por él y por Kise, sino que también le había mostrado que ambos se habían ganado un lugar en su corazón, Midorima ese hombre calculador e insensible, tan Tsundere, los consideraba sus amigos, y en ese exacto minuto, se disculparía con él a nombre de todos.

-Aomine… Nosotros..-

-No digas nada, ustedes no tienen que disculpar..- la mirada de todos se posó en él, Takao había despertado y tanto como Kagami, como Kuroko habían entrados- Yo fui un idiota, a veces creo que en vez de arreglarlo más lo empeoro… no los culpo por no entender que yo quiero a ese rubio idiota, porque ni siquiera él mismo se había dado cuenta, pero gracias por todo, pero quiero pedirles algo…- por un minuto el corazón de todos se detuvo.- …si algo me pasa, quédense junto con Ryota y el bebe…- lágrimas bajaron súbitamente por las mejillas de la estrella de la generación de los milagros, todos quedaron sorprendidos, Aomine había crecido, había madurado mucho sin ellos saberlo, decidieron que era hora de ir a casa, tanto Takao, como Akashi habían estado demasiado nerviosos, las emociones del día fueron demasiadas.

Cuando la casa quedo en silencio Aomine se dio cuenta que su rubio debía comer, fue a la habitación y un suave sollozo lo asusto se apresuró a la cama al notar que el rubio llorar.

-Kise que pasa? Te duele algo?... – puso la mano en su frente, tenía un poco de fiebre, quizá él bebe tenía algún problema- Aom…Aomine eres tú, soñé algo muy lindo…- el rubio lloraba- Soñé que nos íbamos a casar, pero no te enojes es solo un sueño…-

-Ryo idiota… te amo- y beso su boca – los amo a los dos, poniendo su mano en su vientre- y ya no puedes seguir llorando aun tienes gripe y te subirá la fiebre.

Aomine, dejo dormir al rubio y esa noche velo su sueño, serían una familia y aunque era una decisión que él ya tenía tomada, todo se lo debía a una gripe… y a ese pequeño que crecía en su vientre


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