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Te digo adios por Shiochang

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Te digo adiós


Adonde fue tu amor y tus caricias
porque se escapa de mis labios la sonrisa

Como se arrepentía de haber partido así aquella amarga mañana hace casi una año ya, pero el dolor era más grande en su pecho que el amor que le tenía, no pudo perdonar las palabras mal dichas y el orgullo pudo más que su cariño. Y se fue sabiendo que no podría olvidarle y su felicidad se había fugado en la distancia, porque en vez de olvidar, el recuerdo se hizo más grande y doloroso.

Si he de seguir sin ti el resto de mis días
no quiero así la vida.

Y la llamada de Quatre lo había alertado, su amado estaba internado en un sanatorio, lo habían declarado loco, hablaba solo y no conocía absolutamente a nadie, era como si la gente a su alrededor fueran meros adornos y lo escuchaban llamarlo y preguntarle cuando se lo llevaría a casa.

No habrá quien borre de mis ojos tu recuerdo
y el tibio roce de tu piel que no se olvida.

Recordaba las dulces noches a su lado, los gemidos de placer, las palabras de amor, la lujuria con que se entregaban el uno al otro, como se movían unidos en un solo cuerpo, ardiendo de deseo, sintiendo que podían tocar las estrellas con la mano y que estallaban en miles de luces de colores mientras perdían el aliento y el sentido.

Si en este corazón no ha de cerrar la herida
no quiero así la vida.

Y la herida crecía con los recuerdos, había amado tanto a Dúo que cuando este le dijo que sólo compartían la lujuria en la cama y que le alegraba ser libre, que no hubiera lazos entre ambos, se sintió completamente destrozado, él había pretendido confesarle su amor, enseñarle su corazón esa mañana, pero lo hizo añicos de un certero golpe.

De que sirve la vida sin ti
de que sirve la vida

Llegó al hospital y se dirigió a la recepción, allí una enfermera lo derivó al pabellón del norte donde estaba interno Dúo, allí estaban con él Quatre, Trowa y Wufei, pero el trenzado no los perecía ver, para él no había nada a su alrededor. Sin embargo, cuando él entró, lo vio, sus ojos se iluminaron y corrió a su encuentro abrazándolo con fuerza besándolo en los labios con la misma pasión con que lo hiciera siempre.

Si no es la vida que yo conocí
no sé como vivirla

Y Heero miró a sus tres amigos preocupado, pero era como si el resto del mundo no existiera para Dúo, sólo era él dentro de su mundo y el japonés no tenía idea de lo que iba a hacer para traerlo de regreso. ¿Acaso su hermoso trenzado había enloquecido de amor?

Adonde fue tu aroma en las mañanas
y el frágil beso cada tarde a mi llegada

Y él médico le dijo, le advirtió que aquello podría no tener remedio alguno, los meses que llevaba allí no daba señal alguna de mejoría, no tenían respuestas de su parte, así que no sabían que clase de tratamiento darle. Pero a Heero parecía responderle, él preguntaba y obtenía respuestas, pero cualquier cosa ajena a el trenzado y a él no tenían cabida en su mundo. Lo comprobó cuando se puso a conversar con Quatre en su presencia, el trenzado simplemente se acomodó en su regazo y comenzó a acariciarlo sin ningún recato.

si he de seguir sin ti llorando madrugadas
vivir sirve de nada

El médico le permitió llevárselo un tiempo a su casa, Dúo no reaccionaba más que en su presencia y cada vez que Heero desaparecía de su vista lloraba como una Magdalena y le daba fiebre. Heero sabía que sería difícil cuando tuviera que ir a trabajar dentro de un par de meses, cuando se terminaran sus vacaciones, pero esperaba obtener alguna mejoría en su amado. Por lo mismo el médico le entregó un cuaderno en que debía llevar minuciosas anotaciones sobre el comportamiento del trenzado, aunque no lo creía posible.

de que sirve la vida sin ti
de que sirve la vida

Pero Dúo no mostraba mejoría, si ahora, ya en su casa, no se le despegaba ni para ir al baño, no lo dejaba por nada y Heero debía comprar los alimentos o por teléfono o cuando estuviera profundamente dormido, e incluso entonces se le enfermaba literalmente de angustia y lo encontraba sentado junto al tarro de la basura llorando que lo había abandonado, así que tenía que cuidarse de todo lo que dijera, incluso hasta los gestos, y ya no podía más, no quería reventar, pero su paciencia se agotaba.

Si no es la vida que yo conocí
no sé como vivirla

La vida daba crueles giros, bien lo sabía Heero, pero sabía que tenía que girar en su favor en algún momento, Dúo tenía que regresar a ser lo que fue, aquel chico alegre a quien estuvo dispuesto a entregarle el corazón en bandeja.
"¿Recuerdas nuestra primera cita?" le dijo teniéndolo apoyado contra su pecho, el trenzado no habló, como siempre desde que lo sacara del hospital, simplemente negó con la cabeza "¿Te gustaría recrearla?" Dúo asintió "Bien, busquemos tu ropa y luego la recrearemos aquí, ese restaurante está en la Tierra y no quiero llevarte allí". Heero se levanto con Dúo pegado a su costado y comenzó a arreglarlo, le puso un delicado vestido de seda de un color violeta que resaltaba sus ojos, le soltó el cabello y lo cepilló con cuidado, luego lo maquilló y lo sentó frente al espejo de pie detrás de él.
"¿Por qué visto de mujer?" le dijo Dúo al fin mientras se arreglaba el entalle de la cintura coquetamente "me veo muy bien así ¿verdad?", Heero sólo le sonrió, ese era el Dúo del que se había enamorado, al menos sabía que seguía su esencia allí. "¿Acaso no vas a cambiarte? Una dama merece un caballero" Heero asintió y se puso su frack negro. "¿A dónde iremos?" le dijo de improviso abriendo la puerta de calle y toparse con su peor pesadilla frente a frente.

de que sirve la vida sin ti
de que sirve la vida

Heero se detuvo a esperar la reacción de su amado, no todos los días dos rivales se encuentran vestidas con sus mejores galas cuando esperan ver en ruinas al contrario. Reelena Darlean estaba allí en la puerta con su mirada furiosa sobre Dúo que pestañeó antes que la ira apareciera en sus ojos y la reconociera "Señorita Vice ministro" le dijo con gran sarcasmo, siempre la odió por tratar de quitarle el amor de Heero "¿A que desgracia debemos su desagradable visita?"
Heero abrió la boca sin emitir sonido alguno ¿por qué a las personas que lo querían no las reconoció y en cambio a ella sí? La volvió a cerrar con una respuesta en la mente, Dúo siempre pensó que ella sería capaz de separarlos por más que le juró que nunca sintió nada por ella.

Ya no es la vida que yo conocí

"¿Cómo te atreves a ponerte esas ropas, remedo de hombre?" le contestó ella sin mirar a Heero "ni siquiera tienes con qué rellenar un vestido así y tiene el descaro de ponértelo, de seguro Heero está contigo sólo porque te tiene lástima del ridículo que haces así" le dijo burlona fijando su mirada en el elegante Heero que le lanzó una furiosa mirada que la hizo temblar de pies a cabeza.
"Yo lo único que siento por Dúo es amor, Reelena, nada más, tú dices que no llena el vestido que lleva, pero yo considero que se ve mucho mejor que tú con tus feos atuendos ajustados, ya no tienes sentido de la decencia" replicó Heero poniendo la mano sobre el hombro de Dúo que tenía los ojos arrasados de lágrimas "Digas lo que digas, jamás te amé, jamás me gustaste, nunca he sentido nada de nada por ti, sólo lástima, porque te encaprichaste conmigo porque no me podías tener; en cambio Dúo se adueñó de mi corazón sin ningún esfuerzo", lo atrajo hasta su pecho abrazándolo "No llores, corazón mío, esta arpía no nos separará jamás, te lo prometo" le dijo inclinándose apenas para besarlo en los labios y ambos escucharon el portazo que dio Reelena al retirarse.

Ya no es la vida que yo conocí

Pero, pese al pequeño gran avance de Dúo, no hubo más señales de mejoría, nada más cambio, el trenzado no tenía curiosidad, no buscaba íntimamente a Heero pese a que no quería que lo dejara ni sol ni a sombra, aún sentía que el mundo se lo quería quitar, alejarlo de su lado, y sentía que se marchitaba sin esperanzas dado que el tiempo comenzaba a agotársele a ojos vistas.

no sé como vivirla

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Amiga, sé que me recomendaste una canción de Ricardo Arjona, veré que hago, lo que pasó fue que ya había comenzado con esta cuando recibí tu mensaje, pero veré para el gran final.
La canción es De qué sirve la vida y es de Santos Chávez.
Shio Chang (¿Quién quiere comprar la piezas de Wing Zero?, las vendo baratas)

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