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¿Hermanos? por Fullbuster

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Sasuke Uchiha POV


 


Odiaba a mi hermano, eso lo tenía claro pero también es cierto que era mi hermano… y en el fondo le quería y quería verle bien. Era idiota perdido, porque yo sí tenía mis sentimiento claros y en orden, pero él se había distanciado tanto de este pueblo que había perdido el rumbo, su corazón había sido siempre para Deidara, ese vecino que le tocaba las narices, que lo llenaba de barro pero que también se metió en peleas por él para defender a mi hermano, Deidara siempre amó a mi hermano pero él era un maldito cazurro que no se daba cuenta, pero me iba a ocupar de abrirle los ojos, iba a reconducir su camino hacia ese chico rubio que ahora lo sostenía para que no viniera a seguir golpeándome y me daba igual cuántos golpes recibiera de él si conseguía que Deidara se lo llevase, que estuvieran juntos y hablase, porque ni siquiera habían hablado aún los dos solos y no entendía por qué.


Sé que Deidara sentía algo por mi hermano, no era idiota, podía decirme mil veces que no le amaba, que sólo fue un amor pasajero de su más remoto pasado pero era mentira, yo aún podía ver como miraba a mi hermano, como le sonreía, como se alejaba de su vida tratando de no obstaculizarle con sus parejas o los sentimientos que él decía tener por Naruto, Deidara era demasiado bueno, no quería meterse en medio de nada, se callaba sus propios sentimientos para no herir a nadie a cambio de sacrificarse él y no podía soportarlo más. Sabiendo cómo los dos se querían y ninguno era capaz de decírselo al otro, sólo… Deidara pasaba olímpicamente para no herir a nadie y desde luego Itachi… prefería fijarse en Naruto que era casi como un sustitutivo de Deidara porque según él… “odiaba a su vecino que le hacía rabiar” al final por una cosa o por la otra, ninguno de los dos daba el paso definitivo y yo los había calado ya.


- ¿Qué narices te pasa a ti Sasuke? – me gritó mi hermano enfadado por los golpes mientras Deidara lo sujetaba.


- ¿A mí? ¿Qué te ocurre a ti? ¿Cómo te atreves a besar a mi chico? – pregunté – Sabías que amo a Naruto pero no eres capaz de mantenerte alejado, odio el día en que decidiste volver, te odio a ti porque ni siquiera eres capaz de ver tus propios sentimientos ni teniéndolos al lado – le recriminé mirando hacia Deidara y no creo que ninguno de los dos me entendiese, pero me quedé a gusto soltándolo.


- Sasuke por favor – me pidió Naruto que aún me sujetaba con fuerza para que no volviera a pelearme con mi hermano – ya basta, por favor, sois hermanos, estamos en un hospital, dejad de pelear, maldita sea – me gritó llorando y me detuve.


- Lo siento Naruto – le dije calmándome y abrazándole para consolarle – ya paro, cálmate, ya sabes que no me gusta verte llorar.


- Es que tienes demasiado carácter y yo no sé cómo calmarte cuando te pones así.


- Lo lamento, ya está, se me ha pasado, de verdad. Volvamos a casa.


- Yo no puedo volver – me dijo con esa voz triste.


- Sí puedes volver Naru, Karin ha sido detenida, Deidara se ocupó de todo gracias a la firma de esos documentos que le diste. Ya ha pasado.


- ¿Y Fugaku? – me preguntó por el enfado de la última vez.


- No te preocupes por él, lamenta mucho haberte tratado así, ya sabes que Karin aprovechó su momento de debilidad para utilizarle pero ya está, todo ha pasado, puedes volver cuando quieras, te recibirá con los brazos abiertos. ¿O es que no quieres volver conmigo?


- Si quiero volver contigo – me dijo de forma apresurada intentando sonreír.


- ¿Sabes que te amo, verdad? – le pregunté cogiendo su rostro entre mis manos para que me mirase.


- Sí, lo sé – me dijo sonrojado – yo… siento lo de Itachi, yo…


- Tranquilo Naruto, lo sé. Estabas deprimido y no sabías qué hacer ni dónde ir, no querías llevar la contraria a nadie, ya está, yo lo entiendo, pero no puedo comprender a Itachi por aprovecharse de una situación vulnerable para ti. No tenía que haberte besado en ese momento.


- Quiero ir a casa, por favor – me pidió.


- Vale, venga recoge lo que hayas traído y nos marchamos.


Observé a Naruto como iba a recoger su chaqueta y volvía poco después hacia mí. Le pasé el brazo por los hombros y me lo llevé al coche. No entendía como Itachi sabiendo lo influenciable que era Naruto después de lo que le habíamos hecho pasar cuando era pequeño decidiendo entre los dos… ahora se atrevía a confundirlo más, pero yo esperaba y rezaba para que él siguiera sintiendo todo ese amor por mí y no por mi hermano, esperaba que aquel beso no hubiera cambiado nada, pero no quise forzar la situación con Naruto.


En casa le ayudé a preparar de nuevo su antigua habitación, aunque básicamente hicimos de nuevo la cama, yo no había tocado nada de sus cosas, todo seguía tal y como lo dejó. No habría permitido jamás que Karin tocase sus cosas.


- Sasuke – me llamó Naruto – te quiero y siento mucho todo lo que ha pasado, yo… lo siento de verdad.


- No pasa nada Naruto – le dije – ven aquí.


- Le abracé contra mi pecho y agarró sus manos con fuerza a mi espalda arrugando mi camiseta, pero me daba igual, sé que  necesitaba ahora mismo un abrazo por todo lo que había pasado y yo por él hacía cualquier cosa.


- Aquel beso con tu hermano – empezó – no significó nada, se disculpó conmigo.


- ¿Qué? – pregunté sorprendido.


- Dijo que se había confundido, dijo que me besó porque me vio demasiado triste y tuvo un momento de debilidad, trataba de consolarme pero cuando terminó el beso, no me veía a mí, él estaba viendo a otra persona.


- ¿A Deidara? – le pregunté.


- Creo que si, no me dijo exactamente qué estaba pensando, pero imagino que quería estar con Deidara y me besó a mí sólo por un impulso. Él no quería besarme a mí, de hecho no sintió nada cuando lo hizo y lo dejamos simplemente como un error. ¿Puedes perdonarme? – me preguntó.


- No tengo nada que perdonarte Naruto, sé que Itachi fue una parte de tu pasado pero que ya no sientes nada por él y yo seguiré luchando por ti, porque aunque sé que tienes miedo a dejarte llevar por tus sentimientos, puedo apreciar que me amas y mientras sienta eso… jamás dejaré que te escapes. Aún tengo esperanzas de que me elegirás a mí Naruto como yo te elegí a ti hace años.


 


No hablamos mucho más tiempo porque escuchamos la puerta principal abrirse y a mí me extrañó un poco, pero al sentir la voz de mi madre, los dos sonreímos y bajamos corriendo las escaleras para saludarla. Qué alegría era volver a tenerla por casa y sin Karin por aquí rondando para fastidiar el momento. Me lancé a abrazarla y ella me abrazó con dulzura besándome en la cabeza mientras le decía a Naruto que se había quedado paralizado al final de la escalera, que se acercase también a ella a darle un abrazo y sentí los brazos de Naruto a través de mi cuerpo abrazándonos a los dos, tanto a mí como a mi madre uniéndose al abrazo.


Miré hacia mi padre que ahora había recuperado su sonrisa y su buen humor de antes y es que sabía perfectamente cuánto amaba mi padre a su esposa. La necesitábamos todos en esta casa, ella era el alma y la alegría. Sabía que Naruto había recuperado esa vitalidad por vivir, esa sonrisa que perdió cuando sus padres fallecieron por mi madre, porque siempre le apoyaba, siempre estaba atenta a él y ambos tenían una gran complicidad. Estaba seguro de que Karin quiso acabar con mi madre solamente por destruir esa complicidad que tenía con Naruto, para hacerle más daño a mi chico y agradecía que no lo hubiera conseguido esta vez aunque lamentaba que sí lograse sus objetivos con los padres biológicos de Naruto.


Las cocineras también salieron enseguida a darle la bienvenida a mi madre y es que ella siempre era una persona muy querida en la casa… más bien diría que era una persona muy querida en el pueblo, a ella siempre la respetaban y sabía que ahora que su hermana ya no estaba por aquí, aprovecharía en limpiar el buen nombre de Naruto, porque ella era así, siempre con ese carácter amable, compasivo y dispuesto a ayudar a los demás.


Mi padre llamó a Naruto al despacho y aunque él me miró con esos ojos asustados, yo le sonreí para calmarle, no creí que fuera a reñirle ni a discutir con él, simplemente querría disculparse por su mal comportamiento. En el coche había hablado algo con mi padre, aproveché para explicarle la situación y cómo habíamos confundido a Naruto cuando era pequeño, cuando aún no sabía nada sobre las relaciones sentimentales, el sexo o los besos, fue nuestra culpa haberlo puesto en esa situación pero aún así… él nunca perdió esa inocencia que tenía, esa ternura y es lo que me había hecho que me enamorase de él, porque fui capaz de decirle a mi padre todo lo que sentía por Naruto y pareció empezar a entenderlo. Yo amaba a ese chico rubio de ojazos azules.


Naruto siguió a mi padre hacia su despacho y entró con él mientras yo me quedaba un rato hablando con mi madre. Ella me sonreía y creo que suponía que amaba a Naruto porque me preguntó por él a la vez que acariciaba mi cabello con suavidad. Supongo que quería saber qué había ocurrido en el tiempo en que Karin estuvo aquí y empecé a contarle las cosas que habían pasado, hasta cuando echaron a Naruto de la casa y la forma en que lo hicieron. Sentía en parte que le haría daño a mi padre, pero traté de dejarle en claro a mi madre que en aquel momento, Fugaku no estaba para pensar las cosas, se encontraba demasiado preocupado por ella y Karin se aprovechó. Mi madre lo comprendió enseguida y me comentó que a partir de este momento, todo volvería a la normalidad, ella se encargaría de todo, Karin jamás pisaría de nuevo esta casa aunque saliera de la prisión, para ella, su hermana había fallecido para ella después de todo lo que había hecho a esta familia.


Naruto salió poco después algo más tranquilo mientras mi padre le cogía el hombro y lo traía hacia nosotros sonriendo. Mi madre fue la primera en levantarse y darle un gran abrazo a Naruto. Al menso pude ver a Naruto sonreír después de tanto tiempo y es que había estado muy preocupado por mi madre. No podía entender cómo habían llegado estos dos a hacerse tan cómplices en estos años, pero me alegraba de que Naruto ya la sintiera casi como a su propia madre.


Por primera vez en mucho tiempo, cenamos juntos de nuevo en la cocina y mi madre aunque no quiso comer mucho por su bajo estado de ánimo que aún traía, sí nos acompañó y disfrutó viéndonos comer mientras intentaba hacer sonreír a Naruto con su conversación. Mi madre no dejó de acariciar el cabello de mi chico, sonreía y por fin se sentía en casa de nuevo, todo volvía a la normalidad poco a poco y eso era algo bueno.


Cuando acabamos de cenar, nos fuimos Naruto y yo a dormir o al menos yo lo intenté, pero con todo lo que había pasado en el día de hoy, no podía conciliar el sueño. Estaba dando vueltas en la cama cuando la puerta de mi habitación se abrió y vi a mi madre entrar a darme las buenas noches como siempre hacía ella. Sonreí cuando sentí sus labios en mi frente y se marchó a dormir. Ya estaba casi dormido, cuando sentí un brazo que me atrapaba y al girarme, me di cuenta de que Naruto había entrado y se había tumbado. Sonreí y me di la vuelta hacia él besándole con suavidad viendo como él cerraba los ojos cansado de las emociones de todo el día.


 


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