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Mi cita conmigo. por Dashi Schwarzung

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Notas del fanfic:

Debo decir que estoy pasando algunos problemas con mi laptop, lo que seguramente me retrasaré con la actualización del fic "Hogar dulce Hogar" -n- mi ventilador murió, y por el momento no tengo oportunidad de conseguirlo, así que es difícil para mi mantener prendida la pc por un largo tiempo, aún así trataré de escribirlo y subirlo en cuanto lo tenga.

Este fanfic contiene la idea inicial de una autora genial: Dwindling-flame y la idea final de mi genialosa y magnífica beta Reader Ina Escalante.

Espero que les agrade el fanfic xD porque no saben cuánto me divertí escribiéndolo.

 

Feliz día 5x5!!!!

Notas del capitulo:

Oh sí! También debo decir que he creado un grupo AoKaga en facebook porque YOLO (?) Así que si quieren unirse serán totalmente bienvenidos a este mundo loco :v <3

…:::Mi cita conmigo:::…

..::::..

.:..

.

La luz de las velas se mostraban en el lugar, parpadeaban con movimientos clásicos, haciendo que las sombras de las cosas a su alrededor se movieran incesantemente.

Era una hermosa noche, ideal para tener una romántica cena. Exquisita comida, vino o champagne, pláticas amenas, y tal vez… culminar el día con una buena sesión de sexo. No había nada mejor que eso.

 

Sus ojos se encontraron con los de la otra persona, ambos curvaron sus labios en una pequeña sonrisa sin dejar de mirarse, contemplándose sin poder ocultar la admiración en los ojos de ambos.

—Eres hermoso. ¿Lo sabías?— La voz del chico peliazul no se hizo esperar, no podía despegar sus ojos de los de la otra persona.

—Haha. Claro que lo sé.— La respuesta rápidamente llegó, sin dudar un momento.

—Eres igual de modesto que yo… Somos una muy buena combinación.— El moreno sonrió y llevó una mano hacia su copa de vino que se encontraba frente a él para sorber un poco del vino que yacía en ese objeto de vidrio.

—No estoy seguro. ¿Eso piensas?

Aomine recargó su codo en la mesa y posó su mejilla sobre la palma de su mano, denotando una pequeña sonrisa coqueta, mientras dejaba la copa en su lugar y volvía la vista a donde el otro.

—Creo que eres perfecto.

La misma sonrisa coqueta adornó los labios del otro, imitando exactamente los mismos movimientos que Aomine.

—Creo que podría comerte ahora mismo.— El tono sugestivo del peliazul no se hizo esperar, no quería perder la oportunidad de decir lo que estaba pasando por su mente en ese preciso instante.

—¿Y qué esperas para hacerlo?— La otra voz, con el mismo tono se escuchó, después de mostrar un pequeño guiño.

 

—Aomine...¿Qué rayos estás haciendo?— La voz potente de Kagami no se hizo esperar, y los ojos de los otros dos no dudaron en mirarlo. Aomine denotó una mirada de suma sorpresa al ver a su novio parado justo frente a él, con dos platos servidos de comida –uno con más comida que el otro, por obvias razones– mientras con movimientos demasiado lentos el pelirrojo dejaba dichos platos sobre la mesa, con una mirada de pregunta en sus ojos.

—¡¡Ka-Kagami!! ¡Esto no es lo que tú crees!— Aomine permaneció en su asiento, haciendo un ademán, tratando de negar todo.

—…—Kagami no podía apartar sus ojos rubíes de los zafiros de su novio, con una mezcla de curiosidad y sorpresa.

—¡¡Él no significa nada para mí!!— El moreno gritó, señalando al otro tipo que se estaba sentado junto a él.

—¿Cómo?— La voz del pelirrojo permanecía tranquila, pero denotaba una gran incredulidad.

Aomine se levantó rápido de su asiento y alcanzó la muñeca de su novio, en un agarre tranquilo y suave, sin querer lastimarlo, simplemente quería que le permitiera explicarle todo lo que estaba pasando en ese momento.

—Kagami, amor tú sabes que tú eres a quien yo más amo… tú eres lo—

—Aomine… es un espejo…—

—que yo más amo y…¿Eh?— Ojos azules chocaron con los rojos que no dejaban de míralo con incredulidad.

—Tú… tú..¿Has estado hablando… con… el espejo?— Kagami no podía creer lo que su novio había hecho, trató de no reír, trató con todas sus fuerzas, y parecía que estaba funcionando.

 

Aomine parpadeó un par de veces, luego giró un poco su rostro y su vista se posó en su reflejo, que se dejaba mostrar por un espejo de cuerpo entero que se encontraba junto a la mesa.

Y quedó mudo por algunos segundos, al notar que Kagami estaba esperando algún comentario de su parte, dijo lo primero que se le había pasado por la mente.

 

—Ya lo sabía.— Por fin habló el moreno, posando ambas manos sobre su cintura, en son de superioridad, mostrando una ligera sonrisa. —Solo quise que no te sintieras celoso porque soy muy sexy.— Claro, eso ni siquiera tenía alguna coherencia con el tema, pero como el buen idiota que era, tenía que decir algo.

 

Kagami trató de disimular una enorme sonrisa que empezaba a nacer en sus labios, desviando la mirada de Aomine, hizo de cuenta que nada había pasado y se sentó a la mesa, tomando uno de los platos que hacía minutos había traído; de nuevo enfocó su mirada en el moreno regalándole una mirada demasiado penetrante.

 

—¿Qué?—

 

Kagami hizo caso omiso a la pregunta recién hecha por su novio, en su lugar tomó un tenedor y sin mirar siquiera la comida empezó a cogerla con el tenedor. Todo eso sin despegar la mirada inquietante de Aomine, era como si sus ojos traspasaran el alma de Aomine.

 

—¡¿QUÉ?!

 

Kagami nuevamente no respondió, sino que llevó la comida que había cogido con el tenedor a su boca, mordiéndola y empezando a masticar el bocado en su boca, lento… silenciosamente…sin nada más que una mirada en la que juzgaba a Aomine.

 

—Tch. No puedes juzgarme, no me conoces, ni conoces mi vida...—

 

Kagami masticaba… masticaba y tragaba el bocado de su boca, hasta que por fin miró hacia otro lado, intentando no romper en risa en ese mismo instante.

 

—Muérete, Kagami.—

 

Ni siquiera se molestó en responder a aquella ofensa, lo único que salió de los labios del pelirrojo fue un intento de risa que pasó casi desapercibido por el peliazul. Trató de olvidar el suceso y no mofarse más de su novio, poniendo especial atención en su comida.

Aomine suspiró resignado y se sentó en la silla del otro lado de la mesa, tomando el tenedor y empezando a comer de la misma forma que el pelirrojo, saboreando el exquisito sabor de la comida que su novio había preparado. La bella luz de las velas no dejaba de presenciarse en el cuarto, era una escena muy romántica, y pensó que solo debía enfocarse en el momento, disfrutando de la compañía del pelirrojo.

 

El silencio no se tornó incómodo, y Kagami aún quería explotar en risas ante lo sucedido, pero parecía que la comida era un buen pretexto para no hacerlo. Sin saber por qué, enfocó sus ojos en el enorme espejo que se encontraba a su lado, vislumbrando el reflejo de Aomine en éste.

Dejó el tenedor a un lado y se recargó un poco en la mesa, una sonrisa traviesa se denotó en su rostro y sin despegar la mirada del espejo empezó a seguirle el juego al moreno.

 

—Hey guapo. ¿Vienes mucho por éstos lugares?— La voz sexy de Kagami se hizo presente, haciendo que Aomine lo mirara sorprendido, enarcando una ceja al saber que no era a él a quien le estaba hablando.

El moreno giró el rostro hacia el espejo y miró su reflejo, luego miró a Kagami a través de dicho espejo, encontrándose unos orbes rubíes y una sonrisa de dientes blancos que lo miraban insinuantemente.

—Por ti, baby… vendría las veces que quieras.— El otro chico le respondió, sin despegar sus ojos de él, relamiéndose los labios insinuantemente.

—Ummm tal vez pueda pensar en pasar un tiempo contigo... ya sabes, cuando mi novio no esté en casa.—

 

Aomine enfocó sus ojos en los de Kagami, mientras éste seguía aún mirando su reflejo.  Frunció el ceño y frunció la boca.

—Kagami… ¿¿¡¡estás flirteando con otro tipo en mi presencia!!??—  Vislumbró cómo los orbes rojos se fijaban en él con la misma curiosidad y sorpresa de hacía unos minutos —¿¡Cómo te atreves a insinuártele a éste!?— Señaló su propio reflejo, mirando con dolor al pelirrojo quien no podía desaparecer la sorpresa de sus ojos —¿¡¡Qué tiene él que no tenga yo!!?—

 

Kagami por fin desapareció su sonrisa y tapó su boca con su mano, intentando no reír pero esta vez no había tenido éxito. Las risas audibles del pelirrojo llenaron todo el lugar, no podía dejar de reír; llevó sus manos hacia su estómago, tratando de controlarse pero no podía, incluso unas lagrimitas salían de sus ojos y sin pensarlo las limpiaba con sus dedos.

—Haha… lo siento es solo qué…—Mudó sus palabras sin dejar de reír —…Eres tan estúpido…— Sus risas incontrolables habían hecho que Aomine quitara esa cara de pocos amigos y mostrara una pequeña sonrisa.

 

Aomine sonrió tiernamente, para luego levantarse de su asiento y lentamente caminar hacia un Kagami que no podía dejar de reír, tomó sus manos y lenta y delicadamente lo hizo levantar de su asiento, sin obtener ninguna objeción al respecto.

Kagami por fin pudo controlar su risa y miró a su novio, sintiendo cómo aquellos fornidos brazos rodeaban su cintura y lo atraían hacia el cuerpo contrario. Pudo sentir la respiración del moreno muy cerca de su rostro; miró esos ojos color zafiro chocar con los suyos y en ese instante las risas desaparecieron, dejando lugar al calor desmedido que empezaba a adueñarse de todo su cuerpo.

 

—¿Qué te parece si seguimos esto en la recámara?— La divina voz de Aomine sonó como un susurro, Kagami tembló ante el poder de ese sensual tono de voz; por ese momento no le importaba que la comida quedara olvidada y que las velas se consumieran. No le pareció tan mala idea seguir aquello en la habitación.

—Creo que sabes mi respuesta, ‘vaquero’— Sonrió seductoramente, rodeando el cuello de Aomine con sus brazos, atrayéndolo más hacia su cuerpo.

El moreno no perdió la oportunidad y cargó a Kagami, sintiendo las hermosas piernas del as de Seirin rodear su cintura, mientras él se encargaba de afianzar su agarre en el trasero de infarto de éste.

 

Antes de que pudiera caminar hacia su destino, giró el rostro hacia el espejo y guiñó un ojo.

—Amigo, lo siento pero éste tigre es sólo mío… búscate a alguien más. El único que puede tenerlo soy yo.—

Después de otras risas por parte del pelirrojo partieron hacia su destino, donde Aomine le haría entender completamente que Kagami era sólo de él, y de nadie más.

 

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, fue algo muy corto, y en realidad iba a ser un drabble, pero mi Beta me dio una idea mejor y lo alargué c:

Gracias por sus comentarios alentadores y gracias a esas personitas que me han seguido en todo este proceso por el que he pasado.

Un abrazo y nos vemos en el siguiente escrito ;) <3


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