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La caja en el pastel por lady_chibineko

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02 de Setiembre - 20:25 hrs.

Pastelito olisqueó el pasillo antes de sacar la cabeza del rincón oscuro donde se había metido cuando un humano había dado la vuelta justo por donde el pasaba. Ese lugar era enorme y raro, y olía a humanos y magia... pero era acogedor y le gustaba. Estaba satisfecho de que ese humano lo hubiese recogido, aún cuando al inicio haya puesto bastante resistencia a que el de ropas negras lo capturase, había sido una lucha feroz (o por lo menos todo lo feroz que pudo ser con un gatito trueno cachorro con la panza llena y mucho sueño) pero ahora entendía que había sido para bien.

El humano de mal carácter y ropas negras finalmente lo había llevado con el humano joven que le acariciaba las orejas y lo llenaba de comida y eso le parecía algo bueno, ambos humanos le gustaban y había aprendido a confiar en ellos, pero es tampoco significaba que iba a ir saltando feliz hacia cualquier otro humano... no todos eran fiables. Pero luego de tantos días encerrado había tomado la primera oportunidad para escaparse cuando el humano joven había llegado a las habitaciones donde él se encontraba y había entrado y salido a gran velocidad, aparentemente apurado por tomar unas cosas pesadas y rectangulares llamadas 'textos' de algo... no podía recordar bien las cosas que salían de las bocas de los humanos, pero estaba aprendiendo.

En fin, camino despejado, a ver si encontraba algo de comer que ya llevaba muchas horas deambulando y su pancita sonaba.

Continuó con su camino, volviendo a rememorar los días anteriores.

Los humanos eran criaturas muy extrañas. Se lamentaban por su soledad un día (el humano más joven), renegaban al otro día por causas como la edad, los mocosos calenturientos, el cariño, el cómo iba a notar que no era la mejor opción (el humano de más edad) y tras eso ambos reían y se apareaban como si el mundo se fuera a acabar. Luego se gritaban y volvían a aparearse... se retaban, volvían a aparearse... Como que ya entendía, a su muy corta edad, porque había tantos humanos en el mundo.

Era todo demasiado complicado para un cachorro de gato trueno, así que no iba a pensar más en cosas de humanos. Iba a capturar un ratón y ser feliz... Hmmm, algo se movió en la esquina... ¿un ratón? ¿Un insecto?

- "¿Y tú qué haces aquí?."- escuchó entonces decir a una voz conocida por él, al tiempo que era levantado por el cogote y quedaba con los ojos a la altura de un par de ojos humanos oscuros como pozos sin fondo. ¡Uh! El humano de mal carácter lo había atrapado y él ni cuenta de cuando se acercó, pero no se sentía tan amenazado como para enviarle una descarga, así que todo bien. ¿Sería que tenía algo de comer para él?

02 de Setiembre - 20:33 hrs.

Snape entró al salón de profesores ahora por completo lleno y con el ceño tan fruncido como siempre, y se dirigió de frente a Potter, poniéndole casi en la cara al pequeño gato trueno.

Harry por supuesto lo miró sorprendido.

- "Estaba vagando por los pasillos del segundo piso. Supongo que es cosa de todos los gatos eso de estar donde no se suponen, a la hora que no se supone, solo por el hecho de que al parecer, pueden hacerlo."- y si, todo eso fue dicho con un tinte de sarcasmo y un gruñido al final.

Harry solo sonrió mientras tomaba a Pastelito entre sus manos y era recompensado con esa sensación de cosquilleo que tanto había aprendido a querer.

- "Mis más sinceras disculpas profesor Snape, me aseguraré de que este pequeño no vuelva a irse de parranda por allí a solas. La siguiente vez lo acompañaré en sus escapadas."

Snape solo resopló, rodó los ojos y sacudió la cabeza justo antes de irse a sentar a la que todos sabían era su esquina en la mesa del salón. Harry sonrió por lo bajo y colocó a Pastelito sobre sus piernas antes de reanudar su trabajo.

- "Harry, no sabía que te habías hecho de otra mascota."- fueron las palabras encantadas de Hagrid.

Bueno... o por lo menos trató de reanudar su trabajo... pero teniendo en cuenta que se trataba de Hagrid y un animalito nuevo, algo le decía a Harry que iba a tardar un rato en reanudar nada. De reojo pudo ver la media sonrisa con sorna de Severus, quien ya tenía desplegados varios pergaminos que parecía dispuesto a atacar con la pluma en cualquier momento. Harry alzó una ceja ¡Condenado seas Severus Sexy Snape! grrrrr...

- "¿Como se llama?"- fue la nueva pregunta, esta vez de parte de Remus. Harry suspiró.

- "Si bien, se llama Pastelito... por... bien, me inspiré en ustedes ya saben que."

Eso fue suficiente para hacer que un silencio incómodo se instaurara en todos los demás. Harry captó el movimiento de hombros casi imperceptible que le indicaba que el profesor murciélago del demonio estaba suprimiendo muy a su estilo el estallar en risas. ¡Claro, diviértete a mis costillas!... ya me divertiré luego yo a las tuyas... con las tuyas... encima de ellas.

Y le mandó todo ese mensaje en una mirada a Snape, una de ojos entrecerrados que lo miraban mal.

Severus levantó una ceja casi de manera imperceptible como retándolo a cumplir sus amenazas.

Harry se estremeció. Si así iba a ser de ahora en adelante el estar en el Salón de Profesores, pues bienvenido sea. Aquello era supremamente entretenido.

- "Entiendo... buen nombre Harry."- expresó Remus con una sonrisita. Hagrid sin embargo no dijo nada.

*¡Al parecer si iba a poder avanzar el trabajo que quería!* fue el pensamiento de Harry.

*Debo dejar de pensar tan positivamente* fue lo que cruzó justo un minuto después por su cabeza cuando Sirius se apareció así sin más ni más y se acercó tentativamente a Harry, sentándose en la silla que estaba frente al chico.

- "Hola Harry."- inició el padrino del muchacho de manera calmada.

Harry reprimió un suspiro.

"Hola Sirius."- fue su respuesta, mientras ordenaba pergaminos con la resignación plasmada en el rostro.

Sirius aspiró aire en gran cantidad y luego lo expulsó con lentitud, luego pasó la mirada por la habitación, deteniéndose ligeramente en Snape mientras decidía que no la presencia del grasiento no iba a arruinarle el momento que necesitaba con su ahijado, luego volvió la atención a Harry, quien a su vez también lo observaba.

- "Lo siento Harry... creo que metí las patas hasta el fondo ¿verdad?”- fue su manera de romper el hielo. Mejor ir de frente al asunto, o Harry no iba a perdonarlo nunca.

El ojiverde asintió.

- "Sip, creo que lo hiciste."

Sirius se puso pensativo un momento, tenía que elegir sus palabras con cuidado.

- "Mira Harry, admito que hice las cosas de la manera equivocada, pero ya no va a ser así."

- "Me alegro Sirius, ya era hora que te dieses cuenta de ello."

- "Si... es por eso que bueno... tengo este amigo que tiene un hijo que es casi de tu edad y que estoy seguro te va a caer bien..."

Harry abrió los ojos con desmesura mientras Remus tan solo negaba y giraba los ojos al techo antes de hundir el rostro en las manos. Y el resto miraba a Sirius como... bien, estaban asintiendo y poniendo rostros pensativos pero alentadores para el animago.

- "¡¿QUE?!... ¡Sirius!."

- "Harry, mira... se que te va a agradar, solo tienes que darle una oportunidad y..."

- "¡Sirius no!"- dijo entonces Harry mientras se paraba casi como si tuviese un resorte en el trasero y miraba furioso a su padrino, tanto que ni se percato del salto mortal doble que dio el minino en su regazo para no caer de frente al suelo y más bien aterrizar sobre la mesa- "¡Que parte de que no necesito ayuda tuya para conseguirme un hombre no entendiste!"- exclamó ya el otro entre gritos sin importarle quien lo veía u oía, esa había sido la gota que derramó el vaso- "¡YO SOLITO ME BASTO Y ME SOBRO PARA METERME EN LOS PANTALONES DEL HOMBRE QUE QUIERO!"- terminó de decir absolutamente fuera de sus casillas.

Minerva, Sybill y Sinistra perdieron el aliento, Dumbledore se atragantó con el caramelo de limón que tenía en la boca, Flitwick resplandecía de lo sonrojado que estaba y Hagrid trató de hacerse chiquito. El resto... bueno, estaban absolutamente escandalizados. Remus miraba a Harry bastante sorprendido y Severus... bueno, parecía estar disfrutando mucho del espectáculo de ver a Sirius atragantarse con su propia saliva mientras observaba a Potter con una ceja alzada como recordándole que tanto no se había sobrado, pero que igual había bastado. Lástima que Harry no lo estaba mirando en ese momento.

- "Harry, entiéndelo. No cualquiera puede ser ideal para ti, soy tu padrino y estoy preocupado."- dijo finalmente Sirius mientras trataba de recordar el discurso que se había hecho para la ocasión- "Solo estoy velando por ti."- dijo con aire paternal- "Eres un chico tan bueno e inocente y..."

- "¡¿Disculpa?!"- Fue la respuesta de un Harry completamente indignado y listo para irse de allí y dejar a su padrino con la palabra en la boca.

Sirius trató de detenerlo, de sujetarlo por la manga de la túnica, cuando el pequeño minino de pronto se puso entre los dos en la mesa y empezó a emanar chispas de su cuerpo, que pronto se transformaron en haces de energía que fueron tomando forma, hasta que una enorme pantera hecha de electricidad le rugió a un Sirius casi paralizado por el miedo. ¡Nadie se metía con su humano!.

Todos miraron alucinados al minino, incluyendo a Harry y hasta Severus.

- "Un gato trueno."- fue la exclamación sorprendida de Hagrid, quien a pesar de su habilidad con las criaturas mágicas, nunca había estado tan cerca de uno.

Fue en ese momento que Severus se decidió. Era obvio que Harry estaba respetando el hecho de que Severus era un hombre que apreciaba mucho su vida privada y no iba a decir nada sobre su relación y, bien, Severus hubiese estado conforme con eso en una situación un poco más 'normal' si es que eso existía en su día a día, pero el hecho de que estuviesen rodeados de metomentodos todos los días y sobre todo el hecho de que el idiota de Black se creyese con derecho a meterse en la vida privada de Harry que ahora también venía a ser su propia vida privada... su muy privada y en estos días, definitivamente establecida como satisfactoria, vida sexual; clamaba a gritos que algo fuese hecho. Pues bien, era hora de poner un alto.

Así que antes de que Pastel dejara al otro achicharrado... pero no tan rápido tampoco porque como buen profesor tenía que poner a buen resguardo esos desastrosos exámenes de entrada de los alumnos de primer año, ordenarlos en un montón fácil de llevar... ¿Estaba Pastel a punto de clavarle una electrizante garra entre los ojos al perro?... si, tenía que juntar todos los pergaminos, anudarlos. Oh si, buen nudo. ¡Ah!, al parecer Pastel estaba por saltarle encima al pulgoso, Severus suspiró, tampoco era para dejar entrar pulgas luego a las habitaciones, uno tenía que cuidar la higiene del lugar donde se vive.

- "Pastel ¡Quieto!"- fue la orden del profesor de pociones y la enorme pantera desapareció en el acto, dejando al gatito mirando al humano malhumorado con curiosidad antes de sentarse sobre su sitio, mientras Severus avanzaba hacia el meollo del problema.

Extendió el brazo y el gatito se subió por este, hasta llegar a su hombro donde se acurrucó con naturalidad, tal y como lo había aprendido incluso antes de que lo metieran en ese lugar de paredes de madera y fuese llevado donde el humano más joven unos días atrás. Pastelito sabía bien que luego recibiría un premio por comportarse así, siempre recibía un premio al final, y eso lo ponía alegre.

Sirius miró alucinado a Snape y no fue el único, pero Severus los ignoró a todos, incluso a Harry quien lo observaba con sorpresa, instaurando así toda su atención en Black.

- "Black..."- dijo casi escupiendo la palabra con todo el desprecio que su hígado podía generar- "Aún cuando estoy seguro de que el cerebro de perro que tienes te sugiere que tus acciones son absolutamente loables y bien recibidas, tengo que informarte, con absoluta satisfacción de mi parte, que no es así."- expresó con voz sedosa y traicionera, como el deslizar de toda buena serpiente y pudo notar el deseo comenzar a aparecer en los ojos del niñato que esta noche se iba a tirar si o si... y mañana también. Mejor acabar con el asunto cuanto antes- "Así que dejemos los puntos sobre las íes de una vez por todas, y grábate bien esto porque solo lo diré una vez. El chico se las arregló para meterse, efectivamente, ya en los pantalones de alguien... y sin tu ayuda."- bueno casi, pero el perro no tenía que enterarse de todo- "Así que te sugiero que le digas al hijo de tu entrañable amigo, que se vaya a buscar a otro para pasar el rato, que del niñato dorado de Hogwarts me encargo yo."

Y si, las exclamaciones ahogadas de todos y cada uno de los presentes fue como música para sus oídos. Lástima que el viejo ya no tenía ningún caramelo en la boca, hubiese sido absolutamente satisfactorio verlo atragantarse una vez más. Sin embargo en bonito color morado que estaba adquiriendo el rostro de Sirius, quien al parecer había dejado de respirar, compensaba todo lo demás.

Así que Severus tomó los apuntes desordenados que Harry había dejado en la mesa y juntándolos con los suyos propios se los pasó al chico mientras que con un movimiento de cabeza le decía que era hora de irse. Y solo para dejar bien en claro todo, justo después de abrir la puerta y antes de pasar por ella, se las arregló para darle un muy vistoso pinchazo en el trasero a Potter, lo cual él sabía muy bien que dejaba al otro como gelatina y mirándolo con adoración en los ojos. Es que significaba que Severus estaba de buen humor y la noche iba a ser memorable.

- "Oh, Merlín. ¡Sirius!"- fue el cuasi grito de Minerva justo después de que Black perdiese el conocimiento. Si, definitivamente los ánimos estaban por las nubes esa noche.

Poco después de que ambos profesores habían dejado en absoluto apuro el salón de profesores, estos se encontraban camino a las mazmorras, donde Severus le había indicado a Harry que tenían que ir si es que querían terminar lo que tenían pendiente, para luego estrenar el lugar. A lo que por supuesto Harry accedió encantado... aunque ahora se lo veía algo reservado. Severus, como siempre, no se ando con rodeos.

- "¿Te molesta el hecho de que ahora la relación es pública?"- preguntó sin tapujos y Harry lo miró con sorpresa un momento, justo antes de negar.

- "Nah... Está bien. Es solo que... de los profesores va a pasar a los alumnos, de los alumnos a sus padres..."- y aquí hizo un además con la mano como para indicar que la cosa seguía y seguía- "De allí en algún momento a la prensa y ¡BUM! de pronto todo el mundo va a meter su cuchara, tanto conocidos como desconocidos. Y no sé si luego vas a querer continuar..."- si, Harry estaba inseguro y eso a Severus no le gustaba, mientras Harry continuó- "Y pues, aunque igual iba a darse el caso... esperaba tener algo más de tiempo antes de que... ya sabes."

Y si, ahora se trataban de tú cuando estaban solos en lugar de usted... a menos que Severus comenzara a molestar a Harry de usted y el otro le siguiese el juego, lo cual también había probado ser muy divertido. Había que volver a lo divertido.

- "Bueno señor Potter, como le dije alguna vez, me importa muy poco si es que nada, lo que los demás opinen de mi... o de lo que hago. Si quieren gastar sus voces, pergamino y tinta en quejas sin sentido, adelante. Es problema del resto, no mío."

Harry se paró en seco, mirando a Severus con ojos absolutamente emocionados. Severus sintió un bonito nudo en el estómago.

- "¿En serio?"

- "Mocoso, sabía en lo que me metía cuando decidí recogerte del hueco donde te metiste y enseñarte cosas de adultos. Y siempre voy en serio."- y esto último lo dijo con una voz suave poco común en él.

Y a pesar de que aún no llegaban a las escaleras que daban a las mazmorras y que siendo apenas un poco más de las 21 horas con probabilidad de cruzarse con prefectos patrullando o pequeños Gryffindor haciendo de las suyas, ambos se acercaron hasta fundirse en un suave beso poco común pero no por ello no deseado.

- "¡Oh, Merlín!."- se escuchó una exclamación ahogada y si... las prefectas de Hufflepuff y Ravenclaw miraban con ojos a punto de salirse de sus cuencas a los dos profesores.

¡Y hablando de acelerar el proceso de chismorroneo!.

Severus sin embargo solo miró con absoluto desprecio a ambas alumnas, las cuales prácticamente salieron volando de allí antes de que Harry pudiese volver a parpadear.

- "Vamos señor Potter... vamos a calentar un poco las mazmorras."- dijo entonces el mayor, con aquella voz sedosa que volvía loco a Harry, mientras retomaba el paso con el Salvador del Mundo Mágico justo detrás de él, sonriendo como nunca pensó hacerlo, mandando al diablo al resto.

Y esa noche, las mazmorras definitivamente le parecieron a ambos hombres más cálidas que nunca.

The End

Notas de la autora:


Bueno, llego con la cabeza gacha y la cola entre las patas... pero por lo menos terminé. A tod@s quienes siguieron este fic, quienes me escribieron sus reviews, quienes me pidieron que continuara: ¡Gracias! Gracias por seguir confiando en mi y mi musa, a pesar de ser unas demoronas, igual trabajamos y hacemos lo que podemos; pero el asunto es que me la he pasado terminado la redacción de mi tesis así como haciendo trabajos de investigación científica... la verdad es que la realidad me atrapo pero de la manera más salvaje... espero tener tiempo ahora para terminar con varias cosas. Pero bueno, no quieren leer eso, así que les contaré cosas que si les pueden interesar:

Harry y Severus ahora andan muy felices por allí ante el asombro por parte del staff de Hogwarts y el alumnado y el riesgo de colapso nervioso y muerte cerebral de Sirius, no que a Harry le importe mucho en verdad, anda en una nube como para siquiera notarlo. Pastelito está, además, siendo entrenado en secreto por Severus para hacerle la vida imposible al perro de ahora en adelante, el minino está respondiendo muy bien al entrenamiento y Severus no podría sentirse más satisfecho y orgulloso y aunque no dice nada, Harry lo nota más 'entusiasta' cuando están juntos; no que se esté quejando.

Kingsley y Remus van muy bien, tan bien que el jefe de Aurores está comenzando a pensar en iniciar una búsqueda por el anillo perfecto... y solo para reír en el futuro, se le ha ocurrido que no sería mala idea dárselo a Remus mientras sale de un pastel gigante de chocolate, vistiendo solo un lazo. Y mejor aún, si es en el siguiente cumpleaños del hombre lobo. Kingsley rie mucho cada que la idea atraviesa por su mente y Remus, siempre que está a su lado, le pregunta con cariño de que se rie tanto. El moreno desmerece el asunto entre besos cada vez juguetones y ardientes, Remus parece encantado. Definitivamente habrá una nueva sorpresa saliendo de un pastel de cumpleaños en el futuro.

En cuanto a Sirius... el pobre sigue en shock. Algún día se le pasará... esperemos. Y el staff de Hogwarts ha decidido, en pleno, no meterse más en la vida de nadie.  Veamos cuanto les dura el chiste.

Y en cuanto a Pastelito... nunca pensó un Gato Trueno tener una vida tan feliz. Entregará su vida para el bienestar de su nueva familia de ser necesario, pero por el momento se contenta con mimos y mucha crema chantilly. Sip, es un gatito muy feliz.

En fin, como es obvio se ha llegado al final de otro fic y espero que haya gustado a pesar de que sigo pensando que debió de tener más chispa. La chispa falta ¿donde está la chispa?... ¡Chispa vuelve!

Anyway. Gracias a tod@s por leer, nos vemos en fics futuros.

Besos gatunos y apapachos felinos para mi maravilloso público.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~


Campaña de NO AL PLAGIO

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