Capítulo XI
Decisiones
En cuanto llego a su casa pudo percatarse de dos cosas, la primera era que tal parecía sus padres habían salido de nuevo y no regresarían hasta el día siguiente bien entrada la noche y la segunda, que no tenía nada que ver con su familia, es que a pesar de la situación en la cual parecía encontrarse, el pequeño encuentro con Axel lo había dejado ligeramente, por no decir demasiado, sensible. Así que en esos momentos se encontraba un tanto agitado por saberse solo en casa y poder desahogarse como “dios le dio a entender”.
Aun así entro con todo el sigilo posible, cuando paso por la habitación de Ven se dio cuenta que la puerta estaba cerrada haciéndolo dudar de si de verdad estaba solo o no en casa. –Ven- llamó, quería estar cien por ciento seguro de sus suposiciones. Escuchó un ruido sordo lo cual tomo como señal de que no, por desgracia suya y de sus ansias no estaba solo. Soltó un suspiro y camino directo a su habitación. Se sentía relativamente cansado, con la misión junto a Xion en la cual se enteraron de quien era el que mandaba dentro del barrio de la bestia y lo que Axel le dijo había quedado agotado, al menos de forma psicológica también. Se cambió la ropa para ponerse la pijama y dejarse caer en la cama por sobre las cobijas, aspiro el aroma de sus cobijas recién lavadas, eso le saco una sonrisa. Su madre se había tomado la molestia de cambiarlas aun cuando él le dijo que no era necesario. Se levantó de nuevo para sacarlas y poder recostarse de la forma correcta, al menos la que sus padres le habían enseñado por correcta y recostándose de lado decidió dar la espalda a la puerta. Si lo que Axel le dijo era cierto, y no lo dudaba, Ven no tardaría en entrar diciendo que su sueño era inquieto y querría charlar con él.
Estaba en su cuarto, recostado en la cama intentando pensar bien en todo lo que había descubierto a lo largo del día, tenía que acomodar sus ideas, pensar la forma en la cual charlaría con Roxas, pero su encuentro con Axel, por fin había conocido a Axel, le había confirmado que Terra y Riku no estaban tan alejados de la verdad. Se estaba negando a aceptarlo, pero el hecho de que esos dos chicos lo hubiesen confundido con Roxas y peor aún que hubiesen seguido con su trabajo como si nada; le ponían un poco en alerta. –Ven- escuchó que le llamaron, Roxas por fin llegaba, dio un vistazo rápido al reloj a un lado de la cama moviéndolo un poco provocando un ruido de golpe. Diez de la noche, igual que los últimos días. Espero un poco, todavía no pensaba bien en lo que haría, se levantó de la cama, ya desde hace un rato se había cambiado y estaba listo para dormirse. Salió de la habitación yendo a la de su gemelo. No se molestó en llamar, abrió la puerta de forma lenta sin ruido alguno y caminando a paso tranquilo llego al borde de la cama.
-¿Sucede algo?- preguntó Roxas sin voltear, ya había sentido a su hermano entrar.
-No puedo dormir.
-¿Quieres hablar un rato?
-No- dijo mientras se sentaba en la cama- no todavía- continuó recostándose debajo de las cobijas a un lado del otro.
-¿Ventus?- se extrañó un poco por lo que estaba sucediendo, hace tiempo que su hermano no hacía aquello, al menos no desde que empezaron a tener habitaciones separadas.
-¿Puedo dormir contigo?- preguntó en voz baja.
-¿Acaso tuviste una pesadilla?- cuestiono con un tono de burla. Su hermano sonaba muy serio, demasiado para su gusto y también resignado, eso no le agradaba en ningún sentido.
-Algo parecido.
-Ven- llamó de nuevo dándose la vuelta para encararlo. – Sólo dilo.
-No sé cómo decirlo.
-Con palabras de preferencia.- dijo con mofa.
-Roxas, estoy tratando de ser serio con esto- dijo frunciendo un poco el ceño a causa del mal chiste del otro.
-Lo sé, pero a ti no te queda nada bien lo de ser serio- puso una mano sobre la cabeza de su hermano- no pienses tanto las cosas, sólo dijo y deja de darle tanta vuelta al asunto.
Tomo aire, no estaba listo para verlo a los ojos y preguntarle directamente y cuando se creyó preparado la cicatriz que dejaba verse en el hombro de Roxas llamó su atención. Paso uno de sus dedos de forma lenta.
-¿Qué pasa?
-¿Lo recuerdas?
-¿Cómo me la hice?
Asintió, él lo recordaba perfectamente y dudaba que Roxas lo hubiese olvidado.
-Lo recuerdo, sería difícil olvidar algo así.
-Lo siento.
-¿Por qué te disculpas?
-Fue culpa nuestra que acabaras así.
-¿De qué hablas Ven? Estoy seguro que Sora y tú hubieran hecho lo mismo de haber estado en mi situación.
-No Roxas, no lo hubiéramos hecho y lo sabes.- Se quedó callado siguiendo la forma de la cicatriz, no importaba cuanto tiempo pasara, él seguía sintiéndose culpable por lo sucedido, seguía creyendo que sólo él era responsable y aunque se había disculpado con su hermano bastantes veces la culpa seguía carcomiéndolo y más en ese momento.
-¿Cuántas veces más piensas hacerlo?
-¿El qué?
-Disculparte por eso… Ven, ya pasaron cinco años, también no es como si hubiesen elegido que me pasara eso, fue decisión mía solamente, así que deja de torturarte. Te lo dije la primera vez y lo digo de nuevo, no tienes que disculparte. Así que ahora dime que es lo que te tiene así.
-No es tan sencillo decirlo.
-Si lo es, ¿o acaso piensas dejarme adivinar?
-¿Qué es lo que haces todos los días Roxas?- se aventuró a preguntar por fin- ¿Qué haces que te tiene tan ocupado?
-Trabajo.
-¿Qué tipo de trabajo?
-Sólo trabajo Ven, cosas sin importancia.
-Y que no puedes decir, ¿verdad?
-Eso mismo- afirmo en voz baja.
-Roxas, ¿has escuchado de ese nuevo grupo?
-¿Nuevo grupo?
-Realmente nadie sabe quiénes son o siquiera si en verdad son nuevos… pero si supieras algo, ¿me lo dirías?
-Ven- eso le puso en alerta- ¿por qué tendría que saber algo?
-¿Me lo dirías sí o no Roxas?- preguntó sintiendo como su tono de voz comenzaba a alterarse.
-… no, no te lo diría.
-Entonces, ¿formas parte de ellos?- alzo la mirada buscando la de su hermano, comenzaba a sentirse desesperado, la poca tranquilidad que había logrado hasta hace unas horas ahora parecía una cruel broma. -¿Formas parte de ese grupo Roxas?
No contestó, no veía caso contestar a eso. ¿Formar parte del grupo? Bueno, sí, si formaba parte de ese grupo pero eso, suponía, era algo que Ven ya sabía. – No lo sé Ventus, ¿formo parte?
-Van a seguirte Roxas- dijo en tono bajo- Riku va a seguirte.
-¿De verdad Ven? ¿De verdad me estás contando lo que planean?- preguntó intentando mostrar una sonrisa, un intento fallido.
-No quiero que te tomen desprevenido.
-Técnicamente estas cometiendo traición ¿sabes?- preguntó tomándolo de la mano. -¿Estás bien con eso?
-Estaría peor si no te lo dijera- contestó afianzando el agarre.- Roxas yo…
-No digas nada,- tomo aire- escucha Ven, no importa lo que pase, de una u otra forma esto podría pasar.
-Pero…
-Sé qué medidas tomarán, sé lo que podría pasarme si alguno de los demás se entera que estoy involucrado de alguna forma. Pero que te quede bien claro esto Ven, eres mi hermano y no importa lo que pase no podría odiarte- decía mientras lo abrazaba- simplemente no podría hacerlo pero escucha- se separó un poco- si llega el momento en que estemos en lados distintos y terminas hiriendo a alguien de los míos, quiero que pelees con todas tus fuerzas Ven, porque en ese momento yo no voy a contenerme así se trate de Sora o de ti, lo entiendes ¿verdad?
Asintió de forma lenta, entendía a lo que se refería, estaba seguro que él haría lo mismo, tal vez en distintas situaciones pero lo haría. – Lo entiendo, pero Roxas…
-Sé lo que hará Terra si se entera, es más, sé lo que intentara hacer cualquiera de ustedes pero te lo voy a dejar en claro. Si Ven, formo parte de ese grupo y no, no planeo dejarlos.
-¡¿Por qué?!- había explotado, técnicamente Roxas había aclarado cualquier sospecha- Roxas tienes que…
-Ven, no puedo prometerte que no me pasará nada, pero lo que sí sé es que daré pelea, la suficiente como para ganar el primer encuentro. ¿Entiendes?
-¡No!, ¡No lo entiendo!-exclamó incorporándose un poco. -¡¿Acaso no entiendes en la posición que me dejas?! ¡No puedo hacerte nada, no quiero hacerte nada y técnicamente ahora me estás diciendo que eso no importa y vaya contra ti de lleno!
-¿Por qué no puedes?- preguntó de lo más tranquilo.
-¡Porque no puedo!- alzo la voz al momento que quedaba sentado. -¡¿No lo entiendes?!
-¿Es por el juramento?
-¿Q-qué?- eso lo descontrolo, se supone que su hermano no debía saberlo, Sora y él habían prometido mantenerlo en secreto de él- ¿Cómo…
-¿Cómo lo sé?- preguntó mientras se recargaba en su antebrazo- Sólo lo sé, pudo ser en casa, pudo ser en el centro comercial, pudo ser en algún callejón oscuro- dijo lo último con mofa- el punto es que lo sé.
-Pero…
-Ven- decía mientras lo tomaba para recostarlo de nuevo- no hagas alguna tontería, yo lo decidí y punto y ahora tanto Sora como tú pueden defenderse solos, no es necesario que sigas preocupado por mí.
-Tu vida ya fue arruinada una vez.- dijo quedo acurrucándose con su hermano.
-Lo fue y lo seguirá siendo, al menos ahora puedo elegir quien la arruine.- dijo abrazándolo, estaba preocupado no podía negarlo, hasta ese momento no había existido ninguna situación en la cual se hubiese visto en contra de su hermano pero siempre hay una primera vez para todo.
-Roxas.
-Ven, díselo también a Sora cuando tengas oportunidad, iré con todo, así sean Riku o Terra. Y en cuanto a lo de investigarme, puedes decirle a los chicos lo que consideres, no tengo problema alguno con ello. Después de todo creo que no hay otra opción.
-¿Podrías pensártelo al menos? Ya sabes lo de unirte a nosotros- preguntó en voz baja de nuevo.
Sonrió, una sonrisa cansada- no, no puedo pensármelo. Aunque creas que no Ven, tú también puedes comprender el porqué de tantas negativas a esa petición. Tal vez no de la misma forma que esos dos, pero si de una forma ajena, desde fuera. Pero ¿podemos dejar el tema por ahora? Estoy cansado, realmente cansado y mañana tengo que salir temprano de casa.
-Igual que todos los días.
-Sí, sólo que esta vez será diferente.- Lo abrazó con más fuerza- iré a ver a Cloud.
-¿Te vas a ir?- se sentía mal consigo mismo. Sentía que Roxas terminaba cargando con todo, aunque a él no le correspondiera, aunque nadie se lo pidiera, siempre cargaba con todo, con las responsabilidades más pesadas, los asuntos más peligrosos.
-¿Crees que sea buena idea quedarme aquí sabiendo que podrían seguirme?
-Pero…
-Ventus, siempre serás mi hermano, sin importar lo que pase. Aunque tú seas un keyblade master y yo…sólo sea Roxas.
-Eres más que sólo tú.
-Puede ser, pero en serio estoy demasiado cansado ahora.
-¿Quieres que me vaya entonces?
-Puedes quedarte, estando así contigo me hace recordar viejos tiempos.
-Sí, un poco.
-Que descanses Ven.
-Que descanses Roxas.
Apenas escuchó la respuesta del otro se dejó vencer por el sueño. No era mentira que estaba cansado pero al menos podría dormir tranquilo, sinceramente el que Ven se quedará con él esa noche le relajaba. No iba a permitir que una disputa entre grupos afectara su relación con su hermano, con su primo tal vez no terminaría tan intacta pero podía darse el pequeño lujo de dejar que se desmoronara un poco.
Se separó un poco del abrazo para ver a su hermano dormir. Seguía preocupado, demasiado. No era algo que pudiera quitarse sólo por las palabras dichas por su gemelo. Quería hacer algo al respecto, tenía que hacerlo, pero nada llegaba a su cabeza. Sólo podía omitir datos de lo que recién le había dicho, dejar de lado que estaba confirmado que era parte de ese grupo, que se iría de casa, que sabía lo del juramento. Traicionaría a Terra y probablemente Aqua también se decepcionaría y eso sin duda sería un fuerte golpe para él, pero creyó que ya era tiempo de que él se arriesgara un poco. Nunca podría soportar lo que Roxas había vivido, eso lo aceptaba pero al menos si podía quitarle un peso de encima tomaría cualquier oportunidad. Con ese tumulto de pensamientos se dejó caer en el sueño. Mañana hablaría con Sora. Eso sí que era necesario.
Se despertó temprano, más de lo acostumbrado. Intento moverse en la cama, darse vuelta pero al sentir la orilla del colchón se percató que no podía moverse más. Abrió los ojos de forma lenta, la luz que se colaba por el borde de las cortinas lo deslumbraba un poco. Con la misma velocidad se sentó en la cama para estirarse con más comodidad que estando acostado, recordando en ese momento porque no podía moverse como quería en el colchón, a su lado Ventus dormía plácidamente sin inmutarse por el escaso movimiento que él hacía. Sonrió con una mezcla de tristeza, lo que Axel le había dicho era cierto. Ven le había alertado, aceptaba sin ningún problema la traición hacia Terra y eso era algo que le admiraba. Tal vez en carácter no eran parecidos ni nada, pero si había algo que le reconocía a su hermano era que cuando quería proteger a alguien; lo hacía sin importar las consecuencias que eso conllevara. Se levantó con cuidado de la cama para ir al baño. Tenía que lavarse la cara para despertar bien. En cuanto salió tomo su celular de la habitación y fue hacia la sala, no quería despertar al otro todavía. Él también necesitaba un buen descanso.
-¿Roxas? ¿Tú llamándome? Vaya, esto sí que es nuevo.- dijeron con burla del otro lado de la línea.
-Buenos días para ti también Cloud- dijo con una risa, le gustaba ese Cloud, antes de que se fuera de casa lo veía estresado y aunque no era su intención su mal humor siempre terminaba sacándolo con él. En cambio ahora Cloud era más animado, viviendo lo que podría considerarse como solo, le había ayudado mucho.
-Buenos días Roxas, muy buenos días. ¿No es demasiado temprano para que estés despierto? Tú que eres la persona más dormilona que conozco y además de que nunca te despiertas temprano en fin de semana.
-Bueno, hay días en que pasa. Cuenta la leyenda que es una vez cada tres años.- escuchó como su hermano soltaba una risotada, bueno al menos comenzaban bien el día.
-Bueno Roxas ¿a qué debo el honor de tu llamada?
-¿Estás en casa?
-Sí, lo estoy. Y aclaro que estoy sólo antes de que me lo preguntes.
-Eso es perfecto entonces… ¿podría ir a verte? Necesito hablar contigo.
-¿Está todo bien?- preguntó en tono serio.
-Sí y no. ¿No hay problema con que vaya a verte? Ya sabes, puedo llegar y estar en plena cantaleta y Sephiroth podría llegar en cualquier instante para sacarme a patadas del lugar.
-Tranquilo Roxas, no va a molestarnos, hemos tenido una pelea ayer y dudo siquiera que se aparezca hoy el bastardo ese.
-¿Bastardo? Oh vaya, la pelea sí que ha sido fuerte.
-Un poco, nada de lo que preocuparse, sólo lo de rutina ya sabes- rio- entonces, te espero aquí. ¿Cuánto tiempo tardas?
-Espero que cerca de media hora. Sólo me daré un baño y prepararé mis cosas. Tal vez desayune algo.
-No desayunes nada, podrás hacerlo aquí, porque seguramente esta charla no será cosa de veinte minutos ¿verdad?
-Eso temo.
-¿Ven sabe que vienes?
-Le dije anoche.
-Entonces no es por una pelea con él.
-Es… algo más serio. Pero ya te lo diré en un momento. Entonces iré a prepararme.
-Vale, te veo en un rato.
-Nos vemos.- En cuanto colgó fue directo a la regadera, se apresuró a bañarse más al sentir el agua fría caerle de lleno. No contaba con que el agua caliente decidiera irse de un momento a otro. Salió se envolvió en una toalla y con cuidado y en extremo silencio se vistió en su habitación. Ventus seguía perdidamente dormido. Tomo de su armario una de las bolsas deportivas y comenzó a meter toda la ropa posible, algunos accesorios de aseo personal y el cargador de su celular. Tomo una de sus sudaderas azules, una de sus favoritas. En la parte trasera tenía bordado un cuervo blanco junto a una rosa en color plateada. Recordaba que en cuanto la había visto la había querido al momento, igual que Ven, pero la suerte sólo había estado del lado de Roxas. Llevó la prenda a la habitación de su gemelo y la dejo en la cama. Haría un intercambio que estaba seguro no molestaría a su hermano. Tomo una sudadera blanca que tenía una calavera pequeña al frente, en el lado derecho y una extraña cruz alargada que le hacía parecer invertida en la espalda. Ambas en terciopelo negro. Su hermano casi no la usaba, decía que realmente no iba muy bien con él y era cierto, así que supuso que el cambio era justo. Salió de la habitación regreso a la propia por la maleta que tenía sus cosas y salió de la casa silenciosamente. Más tarde le mandaría un mensaje diciéndole que se encontraba bien y que se mantuviera tranquilo. Esperaba que comprendiera que no se verían en un buen tiempo, al menos hasta que la situación se calmase, pero no puedes pedir que algo termine si ni siquiera ha comenzado. Sabía que era mejor salir en ese momento antes de que de verdad Riku comenzará a seguirlo. Porque aunque se llevará bien con él, reconocía que era casi como un bichejo del cual no podías deshacerte. Y con sus padres, también hablaría después con ellos, por teléfono porque lo que ahora importaba era no acercarse a la casa. Posiblemente intentarían seguirlo acabando las clases pero era una de las ventajas de estar en uno de los campus más poblados, era más sencillo perderlos entre tanta gente.
Tardó exactamente los treinta minutos, el cielo comenzaba a aclarar, fue entonces cuando se dio cuenta que la luz que entraba por las cortinas no era exactamente luz natural, sino que era la luz del edifico contiguo. Maldijo entre dientes, bien pudo haber dormido un par de horas más, pero al menos su día rendiría más esa vez, puesto que salir de casa a las seis de la mañana un sábado era algo que nunca más haría. Llego al edifico de Cloud y maldijo de nuevo, su hermano no podía ser una persona normal y vivir en un primer o segundo piso, no, tenía que ser un maniático del esfuerzo físico y había elegido un décimo piso de doce, porque según Cloud los otros ya estaban ocupados cuando llego y para colmo en un sitio en el cual no existía ascensor, se preguntaba siquiera si sabían de la existencia de esa palabra, pero el gimnasio que había a un costado del edificio le hizo entender que sí que conocían la palabra sólo era que pasaban totalmente de ella. Canto victoria, internamente claro, cuando se encontró frente a la puerta de uno de los dos departamentos que había en el décimo piso. Estaba pensando seriamente en decirle a Cloud que no importaba que el barrio fue muy limpio y tranquilo, o si la renta era más que perfecta, incluso si el departamento era bastante amplio, si el edifico no tenía elevador nada de eso valía la pena. Toco el timbre una vez recuperó el aliento, las escaleras se habían vuelto en ese momento su enemigo mortal, esperando a que su hermano mayor abriera.
-Hola Roxas- saludó un alegre Cloud vestido apenas por un pantalón de cuadros azul y blanco y una sudadera blanca. Si, las sudaderas eran manía en su familia. Desde su padre hasta Ventus.
-Hola Cloud, no te pregunte, ¿te despertó mi llamada?
-Para nada, tú tranquilo. Llevaba despierto cerca de diez minutos, pasa anda.- Invitó haciéndose a un lado para darle espacio a Roxas para entrar.
-Gracias- cuando estuvo dentro dio un rápido vistazo al lugar, era la primera vez que visitaba a su hermano directamente a su departamento y se veía bastante limpio, cómodo. Pensó que tal vez tantas escaleras valían la pena.
-¿La situación es muy grave Roxas?- preguntó cuándo se percató de la bolsa que llevaba el menor.
-Algo así Cloud, pero tranquilo no vengo aquí a pedir hospedaje- aclaró dejando caer la mochila a un lado del sillón. –Es por otra cosa.
-Pues bien, tenemos tiempo para charlar.- Dijo dirigiéndose a la cocina,- ¿quieres café?
-Un té estaría bien, si tienes, sino café.- contestó siguiéndolo.
-Tienes suerte enano, sí que tengo.
-¿Y eres tú quien me llama enano? Eres como cinco centímetros más alto que yo.- dijo con mofa.
-Si bueno, pero no quita que sea más alto.
El mayor se encargó de llenar dos platos con lo que momentos antes había preparado y dos tazas con líquido diferente. Había querido comenzar con un ambiente tranquilo y relajado, porque el hecho de que Roxas llegase a su departamento con una mochila en la cual llevaba toda su ropa le decía que la situación era más complicada de lo que pensaba.
-Entonces, ¿qué ha pasado?
Suspiro dejando la cuchara en el plato vació y tomando la taza para darle un sorbo. – Hace unos días hable con mamá y papá.
-¿Sobre qué?
-Les hable de la opción de salirme de casa.
-¿En serio?- preguntó sorprendido- No me lo esperaba.
-Ni ellos. Pero, me pidieron que esperara un poco.
-Al menos hasta que consigas un trabajo o termines de estudiar ¿no?
Asintió- lo mismo que te dijeron a ti.
-Mira Roxas, no estoy en contra de papá y mamá, pero en lo que si estoy de acuerdo es en lo de esperar al menos hasta que tengas un trabajo.
-Ya lo tengo Cloud. Desde hace casi dos meses.
-¿De verdad? Bueno me has sorprendido. Has cubierto con todo. Pero si ya tienes todo eso ¿cuál es el problema?
Se quedó callado, técnicamente Cloud era alguien neutral pero no podía estar del todo seguro, tampoco podía confiar en él, no del todo. –Los KM están buscando un grupo, al parecer uno que les representa muchos problemas.
-Algo he oído, han estado por todos lados indagando un poco de ellos.
-Tal parece creen que pertenezco a ese grupo. Y están planeando seguirme hasta dar con ellos.
-¿Y lo eres Roxas? ¿Perteneces a ellos?
Se quedó observando la taza entre sus manos, de la cual seguía saliendo el humo indicando que seguía caliente. Quería decirle a Cloud, necesitaba ese apoyo, pero ya había hablado de más con Ven.
-¿Perteneces a la organización XIII Roxas?, ¿También tienes un número?
Se sorprendió ante lo dicho, ¿cómo era que su hermano sabía de eso?- Cloud, tú…
-Supongo que ya conociste a Valentine ¿no?, digamos que los dos hemos acudido a la organización.
-¿Te mueves dentro de los barrios de mala muerte Cloud?
-En ocasiones, parte del trabajo.
-Ya veo.
-Así que por eso decidiste salir de casa, porque planean seguirte hasta la base central.
-Y porque en palabras de Ven corro peligro.
-¿Peligro?
-Los chicos están empeñados en destruir la organización y si yo me encuentro en medio simplemente se librarán de mí.
El silencio se hizo presente después de eso, la situación era algo compleja por las relaciones que existían entre los afectados, no por la misma situación en sí.
-Siempre supimos que Terra era de armas tomar… pero ¿Ven y Sora?
-Sora no sé qué piense, pero Ven estaba preocupado, en verdad preocupado. Hablo conmigo anoche, y me advirtió. Sé que realmente no es una gran amenaza pero no quiero arriesgarme ¿sabes?
-Te entiendo Roxas, te entiendo. No puedo decirte mucho, pero si necesitas cualquier cosa puedes venir aquí cuando quieras.
-Gracias… ahora el problema va a ser decirle a ellos.
-Puedo cubrirte por un tiempo si quieres.
-¿De verdad?
-Sí, podría decirles que te estás quedando conmigo. Eso podría calmarlos por una semana o dos. Después tendrás que hablar con ellos.
-Planeo hacerlo.
-Supongo entonces que ya tienes un lugar donde quedarte ¿no?
-Sí. Ya hace tiempo que lo tengo, pero apenas me decidí a quedarme en el sitio- dio otro sorbo a la taza –pero es algo raro sabes. Siento que en cuanto me quede ahí voy a correr un tipo de peligro distinto.
-¿Y eso por qué?
-Digamos que tengo un tipo de pegoste parecido al que tú sueles tener.
-Ah, ya te entiendo. Sólo procura dejar la puerta de tu habitación con seguro, por dentro- aclaró- así no correrás muchos riesgos en la noche.
Suspiro- creo que haré eso, tal vez después de la primera noche.
El mayor mostro una sonrisa- Así que buscas algo más.
-Pues- dijo llevando la mano detrás de su cuello- llevamos un tiempo juntos, cerca de un mes, creo.
-¿Crees?- preguntó levantando una ceja.
-Sí. Ya sabes que soy malo para las fechas. El punto es que… nos hemos acercado poco a poco, pero…
-No sabes si es muy pronto ¿verdad?
-Eso mismo- dijo en un murmullo- no se Cloud, admito que estoy ansioso, pero. No lo sé. Ya no sé nada.
-Hey Roxas- dijo levantándose para colocarse a su lado- deja de preocuparte por esas cosas. Cuando pase simplemente va a pasar ¿sí?- se agacho para quedar en cunclillas frente al menor- vas a dejar de pensar en todo lo demás y sólo se va a dar. No apresures las cosas, siempre le dices a Ven que se deje llevar. Pues tú vas a hacer eso.
-¿Así de fácil?
-Así de fácil- contestó sonriendo- sé que tienes experiencia nula- dijo sacando un sonrojo al chico- pero es normal que estés tan nervioso. Además, dime Roxas ¿confías en él?
-…sí, sí confío en él.
-¿Es Axel?
Sólo asintió, se había olvidado que su hermano ya lo había conocido.
-Estarás bien entonces. No sé ve mala persona.
-No lo es.
-Además, me alegra que sea él.
-¿Por qué?
-Porque estas volviendo a confiar en la gente y no creo que nadie más lo haya logrado.- dijo por fin poniéndose de pie para revolverle el cabello. –Pero recuérdale que si te sucede algo se las verá conmigo.
-De acuerdo- dijo con una sonrisa- de acuerdo se lo recordare. ¿Y tú? ¿Qué sucedió con Sephiroth?
Tomo aire para dejarlo salir en un suspiro resignado- es un idiota.- Dijo yendo a la sala.
-Bueno, es pariente de Riku, ¿qué esperabas?- comentó con burla siguiendo a su hermano al sofá.
-Se puso celoso.
-¿De verdad?- preguntó sarcástico- ¿Y ahora por qué?
-Por Zack.
-¿De nuevo?
-Ya lo sé, no importa cuántas veces se lo repita, entre Zack y yo ya no hay nada. Pero parece que así como lo digo se le olvida. Ya no sé cómo convencerlo.
-¿Y qué tan grave fue la pelea?
-Tomo sus cosas, salió del departamento azotando la puerta y gritando que jamás regresaría.
-Tómatelo con calma Cloud, también intenta entenderlo. No es como si alguien estuviese contento de ver a su novio con su expareja mucho tiempo.
-De eso hace dos años Roxas, además Zack esta con Aeris. No entiendo cómo es que no lo entiende.
-Simple, es un Villiers. No trates de entenderlo.
-Sí, simple. Pero es algo fastidioso.
-Proponle que vivan juntos- propuso alzando los hombros- tal vez lo calme.
Se quedó observando a su hermano.- Eso es un paso grande.
-No lo pienses, sólo hazlo- dijo tranquilo.
-Eres un enano malvado.- dijo al ver que le devolvía la jugada que hace unos momentos le había hecho.
-Lo sé, estoy aprendiendo del mejor.- Si haber ido con Cloud había sido sin duda una buena idea.