Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

1 palabra, 1 drabble por Dashi Schwarzung

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Drabble con la palabra "Casados" para Elizabeth Ann Trafalgar. Personalmente me encantó escribir esto, aunque deberán disculparme, pues está muy escueto, eran muchas cosas las que quería explicar y no pude por ser este un drabble ;n; 
No sé si puedan entender totalmente el punto de este escrito que es una verdad en algún momento de un matrimonio o relación, tal vez sea esa la razón por la que este escrito me agradó. 

Espero que les guste <3 Gracias por leer

..::Casados::..

.:.

.

Llevaban 5 años y 3 meses de casados. Y no, su matrimonio no había sido miel sobre hojuelas como ambos habían pensado. La rutina, el trabajo, incluso la falta de sexo entre ellos los habían orillado hasta pensar en el divorcio. Pero no los malentiendan, ambos seguían queriéndose, ambos seguían sintiendo algo por el otro; sin embargo, aquella llama poco a poco se iba extinguiendo.

Y antes de que ambos pudieran pensar en el divorcio, fueron a ver a un especialista: a un consejero matrimonial, que podía ayudarlos a avivar aquella relación que se negaban a perder.

.

La consejera matrimonial, después de tener las típicas terapias con Daiki y Taiga, les confirmó que, durante solo un mes, debían seguir al pie de la letra tres pasos para salvar su relación, y los chicos, sin ninguna objeción lo llevarían a cabo y pondrían todo de su parte para que aquello funcionara.

..::..

.:.

.

Citas”. Afirmó la especialista, diciendo que era muy común la rutina entre ellos dos, que debían retomar la conexión entre ellos, y nada mejor que salir y pasar un tiempo a solas.

.

Durante un mes ambos salieron en dichas citas, justo como cuando eran adolescentes. Taiga no podía recordar la última vez que había tenido una cita con su esposo, de alguna forma le emocionaba, tal y como en su adolescencia.

En ese mes visitaron varios lugares que les traían muchos recuerdos, como la Noria en Yokohama o la playa en Chiba, incluso tuvieron varios partidos 1 a 1 como antes de casarse. Aquellos juegos de basquetbol trajo un poco la chispa perdida.

Aomine sintió su corazón latir al ver el fuego en aquellos ojos rubíes, aquella determinación, aquellos poderosos saltos, ese cuerpo bronceado tan excitante…

Taiga por su parte, podía seguir con los ojos pegados a su esposo al ver esos tiros sin forma y esos movimientos tan rápidos… Daiki era completamente hermoso a su vista.

..::..

.:.

.

Regalos y sorpresas improvisados”. Fue el siguiente punto en la lista de la especialista, asegurándoles que para revivir la emoción de la relación deberían darse regalos inesperados, y no esperar a que fuera un aniversario o cumpleaños para ello; y sorpresas que ninguno esperaba.

.

Daiki pensó que era una buena idea. Muy seguido, durante su adolescencia, llevaba regalos sin motivo a su novio, prueba de ello eran los diferentes y costosos Nike Jordan que regalaba a su entonces novio. Taiga se ponía tan feliz por aquellos detalles.

A Taiga no le iba nada bien con eso de los regalos, sin embargo, era un excelente armador de sorpresas improvisadas, recordaba con detalle cada sorpresa que años atrás había preparado a su esposo: esas cenas a la luz de las velas, esa comida que preparaba sólo porque era la favorita de Daiki, incluso aquella lencería que sabía que ponía loco a Daiki…

.

La chispa seguía avivando con esos regalos. El moreno llegaba temprano a casa con un ramo de rosas que sabía que eran las favoritas de su esposo. Taiga mostraba una enorme sonrisa y las recibía gustoso, sintiendo cómo su corazón bailaba de felicidad por ese simple detalle.

.

Daiki era realmente feliz al probar la deliciosa comida de su esposo que hacía sólo para él, en una rica cena a la luz de las velas, sintiendo por debajo de la mesa, cómo su esposo pelirrojo rozaba sus pies con sus pantorrillas… Esas simples acciones le traían un mar de recuerdos y sensaciones.

..::.

.:.

.

Intimidad”. Señaló la consejera, dejando en claro que después de tantos años de matrimonio era muy normal que el sexo empezara a disminuir, pero la intimidad y el sexo eran puntos clave para reavivar completamente la relación. Y  Daiki y Taiga no tenían ninguna objeción con aquella palabra.

.

A Daiki, durante el sexo le gustaba la espontaneidad, le encantaba saber lo que a su esposo le gustaba, qué posición sería placentera para Taiga, en fin… quería hacerlo sentir en el cielo con su unión.

A Taiga también le gustaban las sorpresas durante el sexo; dichas sorpresas en su repertorio iban desde lencería hasta esposas… y a Daiki muchas veces le encantaba ser sometido por su apasionado esposo.

.

Llevando a cabo el consejo de la especialista, durante un mes hicieron el amor en todos los rincones de la casa: en la cocina, en el balcón -sí, no les importaba un comino que los vieran- o en la regadera.

Aunado a ello, Taiga usaba cualquier cosa disponible, y a la mano para hacer de esas experiencias algo inolvidable, recordándole a Daiki por qué se había enamorado perdidamente de él.

..::..

.:.

.

Ese mes había pasado demasiado rápido, y tal y como la consejera lo había dicho, su relación se había avivado completamente. Ambos reafirmaron por segunda ocasión el fuerte amor que sentían por el otro. Todas las personas alrededor de ellos podían decir que… estaban peor que antes. La palabra ‘tortolitos’ los definía a la perfección.

 ..::..

.:.

.

Se encontraban en una reunión con sus amigos; después de tantos años seguían haciendo ese tipo de reuniones, simplemente para no perder el contacto y pasar un buen rato, pero los ánimos en cierta pareja de esposos estaban subiendo de tono, a tal grado que la ‘información de pareja’ salía a relucir.

.

—¡Yukiocchi ya no me toca! Tal vez debería conseguirme a un amante, esa sería la única forma de hacerle sentir aunque sea celos.— Kise gritaba, sin importarle que todos sus amigos lo miraran extraño.

—Llego cansado del trabajo y lo único que quiero es ir a la cama. ¡Tú no ayudas en nada respecto a eso!— Kasamatsu hablaba con el mismo tono que recibía de su esposo rubio.

—¡Nunca tienes tiempo para mí! ¡¡Ya estoy cansado de esto!!

.

Daiki suspiró derrotado al ver que nadie hacía nada por parar aquella pelea de esposos, así que fue el primero en hacer algo: soltó la mano de Taiga que se encontraba entrelazada con la suya, se levantó del sillón y caminó hasta estar en medio de sus amigos.

—Hay una manera de que ustedes dos dejen de pelear como los niñatos que son.— Kise y Kasamatsu se callaron ante las palabras, si había una manera de hacer eso, entonces escucharían con atención. —Y lo lograrán en solo un mes…— dijo por último, mirando a Taiga aún sentado en el sofá, para luego mostrarle una pequeña sonrisa.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).