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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

¡Hola! Si pequeñas criaturas, ya es viernes, viernes de nuevo capítulo, admito que, me he dado cuenta que últimamente he empezado así las notas, me he emocionado con el capítulo y si no es porque me obligo a cortarlo todavía lo seguiría escribiendo.

 

Bueno ya al grano, disfruten del fic. 

Capítulo XVII

 

Último día

 

-Vete- dijo serio al chico frente a él, aprovechando que el resto era atendido por Aqua y Aeris.

-Terra…

-No Ven, nada de excusas, nada de explicaciones, nada de comentarios confusos, sólo vete- decía al momento que se ponía de pie para darle la espalda. –Nos traicionaste y decides aparecerte, para colmo, con Vanitas.

-¡Hey! Tú sabes como soy Terra y aun así recurres a mi ayuda, no tienes derecho a decir algo así sobre mi persona.- se quejó el aludido.

-Van… ¿podrías por favor esperar con los demás?...necesito hablar con Terra- decía viendo al castaño- aunque no quiera.

Soltó un suspiro, sabía que cuando Ven se ponía así no era buena idea el discutir con él. –De acuerdo, pero si veo algo extraño, lo que sea, me tendrás aquí de nuevo.

-Tranquilo Vanitas, no le haré nada.-Comentó Terra con tono burlón.

-No me preocupo por él, idiota, tú corres más peligro.

-Van, por favor.

-Vale, vale, ya me voy.

Esperaron a que el otro se fuera para alejarse un poco más de los demás y que no escuchasen lo que sea que fuesen a decirse.

-No es la gran ciencia Ventus, nos traicionaste ergo debes irte.

-Escúchame primero.

-No importa lo que digas, no harás que cambien de opinión- se sentía molesto y decepcionado, ahora no podía ver al rubio sin sentir un gran resentimiento hacia su persona.

-No quiero que cambies de opinión Terra, regresé por dos cosas, para decir que me iba del grupo y para entregar esto- dijo tendiéndole su keyblade. –No soporto quedarme más tiempo con ustedes.

Se quedó un momento callado sosteniendo el arma del menor -¿Por qué nos traicionaste Ven?, eres un buen apoyo para nosotros, alguien fundamental y has decidido traicionarnos.

Se enfureció, esas palabras hicieron que se molestara- ¿Por qué los traicione? Es sencillo descubrirlo, ¡por el simple hecho de que tú y todos los Keyblade masters son una panda de idiotas!- exclamó en un tono de voz algo alto, no lo suficiente como para alertar al resto pero si para sorprender a Terra, Ven siempre había sido muy tranquilo.- Por el hecho de que son unos imbéciles al no ver más allá de su nariz, por obligarme a hacer algo que sabías perfectamente no quería hacer, por dejarme de lado como un maldito objeto que ya no se necesita, por pensar que no era lo suficientemente bueno y por ponerme como el malo de esta estúpida historia. ¡Entiéndelo de una vez, los Keyblade master no son más que una mierda! ¡Ya no valemos nada, y lo sabes perfectamente!- Calló, no por gusto, no porque ya hubiese terminado, calló por el golpe que dio de lleno en su mejilla obligándolo a trastabillar un poco, cerró las manos a modo de puños soportando el dolor, se irguió de nuevo colocándose frente al castaño.

-Ya no perteneces a nosotros Ventus… ya no puedes estar aquí- dijo apretando los dientes, estaba furioso había actuado por impulso y ahora podía ver como Vanitas se acercaba a paso rápido a ellos dos. –Desde hoy has dejado de ser un KM.

-No Terra… deje de serlo desde el momento en que me pediste que me encargara de Roxas.- sentía arder sus ojos, también algo de sangre en el labio, posiblemente a causa de una mordida dada en el momento del golpe, pero se mantuvo firme frente al otro, sin bajar la mirada. –No volveré con los KM, no volverán a verme por aquí, así que… de favor… no vuelvan a aparecerse frente a mí, eso incluye a Sora, dales ese mensaje Terra si es que ese si puedes comprenderlo.

-¡Ven!- gritó acercándose.

-¡Espera Van!- le detuvo, todavía no terminaba. –No pasó nada, todavía no termino esto.

-Pero…

-Todavía no termino Van, espera un poco.

-¿Crees que no puedo comprender tus mensajes Ven?- preguntó haciendo caso omiso del pelinegro. -¿Crees que no me percate de todas tus señales? Lo hice Ven, pero decidí dejar que ese enamoramiento de colegiala acabara por sí mismo. No puedo centrarme sólo en ti… mucho menos ahora, no puedo centrarme en un traidor como lo eres…. Alguien que simplemente no vale la pena- cuando termino de decir aquello fue que se dio cuenta de su error, ahora comprendía aquella frase que hace mucho tiempo había escuchado, nunca digas nada cuando estés molesto, las palabras pueden herir más que lo actos y justo en ese momento lo comprobaba. Ven luchaba por no llorar pero veía dolor en su rostro, un infinito dolor que podía asegurar ya estaba allí, sólo que el chico se había negado a mostrarlo o tal vez había sido él y el resto de los KM quienes se habían obligado a no verlo. –Ven…

-Has dicho suficiente- cerró los ojos, tomo aire y lo soltó  de forma lenta- gracias por aclarar ese punto- el tono de su voz había caído notoriamente,- ya no tengo nada más que hacer aquí.- Dio la vuelta fingiendo no haber visto como el otro hacia el intento por levantar el brazo, para decir algo más. Se acercó a Vanitas- ¿podrías acompañarme?- pidió al llegar a su lado- no quiero estar aquí.

-Claro Ven- decía mientras lo rodeaba por los hombros, acompañándolo a la entrada ante la atenta mirada de todos los heridos. Cuando llegaron a la puerta dejo que el chico saliera primero- espera un momento ¿sí?, olvide algo- pidió volviendo a adentrarse en el lugar para llegar a la sala. Se detuvo cuando estuvo frente a todos, tomo aire antes de hablar- ¡Todos ustedes no son más que una panda de imbéciles, bien pueden irse a la mierda, seguro que allá les hace falta alguien como ustedes,- gritó a todo pulmón volteado a ver a Terra- Y tú, tú puedes joderte y si no basta contigo ve con tu maldita madre!- gritó molesto dejando sorprendidos a todos. –Te lo advierto Terra, si algo le pasa a Ven por las estupideces que dijiste, te aseguro que lo que recién experimentaron hoy te parecerá la mar de lindo comparado con lo que te hare.- Y sin decir más, sin dejar que alguien le reclamase, en especial Riku que se veía tenía ganas de hacerlo, salió para encontrarse con Ven quien le sonreía.

-Eres un idiota Vanitas- era obvio que había escuchado el grito.

-Mira Ven si siendo un idiota puedo hacer que mejores, voy a serlo sin importar que o quien se me aparezca.

Sonrió de nuevo a modo de agradecimiento pero a Van no termino de convencerlo, podía ser un idiota tal como decía el rubio, pero podía verlo, podía ver que esa sonrisa era falsa y más que denotar alegría o alivio era tristeza pura.

-¿Tienes algo que hacer Van?- preguntó en voz baja sin moverse todavía, no le apetecía mucho estar solo en esos momentos.

-No realmente, ¿por qué preguntas?- preguntó rodeándole los hombros para que comenzaran a moverse, no tardarían en salir para desquitarse por lo que recién les había gritado.

-¿Quieres ir a mi casa?

-¿Seguro?-preguntó no creyéndose eso del todo.

-Seguro… eso si quieres.

-Por mí no hay problema- dijo a Ven tomando camino hacía la casa de los Strife- no es como si tuviese mucho que hacer en realidad.

-Será sólo un rato.

-No hay problema, está bien para mí.

El camino a casa del rubio fue lento y en silencio. Ventus todavía sopesaba lo dicho por Terra, debía admitir que sus palabras habían dolido, pero no lo culpaba, ambos estaban molestos y eso es lo que llega a suceder cuando alguien está molesto. No puede controlase tan fácil y es más sencillo dejarse llevar por los impulsos. Cuando llegaron a casa del menor ninguno había dicho nada, sólo entraron al sitio yendo al sillón a sentarse.

-¿Estás bien Ven?

-La verdad… es que no. Aunque uno no quiera darle importancia Van, algunas palabras son bastante hirientes.

Suspiro, iba a ser un trabajo pesado el tratar con ello, pero tenía que hacerlo por el rubio. –Tú también dijiste algo hiriente.

-Lo sé, pero créeme, eso es lo que está sucediendo. Los KM han cambiado por completo, no sé la razón…

-El poder corrompe Ven, eso es lo que suele pasar.

-Pero… Terra no era así, él era distinto… prometía que eso no le sucedería, era muy justo, sincero y le preocupaban los demás.

-Por eso te gustaba.

Dejó salir una risa,- sí, por eso me gustaba, pero ya ves, resulta que soy una persona que no vale la pena- se sentía devastado, esas palabras sí que le habían calado hondo. Y por más que se esforzaba en no prestarles atención, no le era posible. Sus ojos comenzaban a arder de nuevo, algunas lágrimas se acumulaban en sus ojos, luchaba por no dejarlas salir pero algunas estaban ganando la batalla.

Van lo observaba detenidamente, estudiando, de alguna forma, todos los cambios que el otro estaba demostrando, le tomo las manos obligándole a que las quitara de su rostro. –Vales la pena, muchísimo la pena y si Terra no se da cuenta de eso pronto, habrá perdido toda oportunidad. –Lo tomo del mentón- sólo es cuestión de que tengas algo de confianza. Nada más.

-Van, ahora no, en serio, no estoy muy….- dejo de hablar al sentirse recostar en el sillón; con el pelinegro encima de él- en serio Van yo…- un beso lo dejo sin palabras, sintió como el otro tomaba sus muñecas y las dejaba sobre su cabeza. -…Van- llamó separándose del otro, observándolo, viéndolo a los ojos. Era una mirada que demostraba todo el deseo que guardaba.

-Lo estas- dijo en voz baja, cerca de sus labios- estás perfectamente, estás en tu mejor momento, estás exactamente en la misma situación que cuando terminamos.

Quedó callado un momento- ¿estás de broma verdad?, ¡Van, no puedes decir eso ahora… no en un momento como…!- otro beso que lo dejo callado esta vez más profundo, se estaba dando un roce de lenguas, uno que se sentía obligado a seguir. Sintió como una mano del otro lo soltaba, manteniéndolo todavía preso con la otra, de un momento a otro la mano ajena paro a dar dentro de su playera, haciendo contacto directo con la piel. Eso le causo un sobresalto. Intento articular el nombre del otro entre el beso, logrando con ello que se separaba. Jadeaba, no comprendía del todo como la situación había dado ese giro.- ¿Qué intentas Van?

-Yo no intento nada Ven, eres tú quien tiene la culpa.

-¿Cómo voy a tener la culpa?- preguntó intentando mover sus brazos- ¿podrías soltarme?

-Tienes la culpa por ponerte así, me provocas Ven y que no te des cuenta de ello me molesta, me molesta bastante…y no, no pienso soltarte, no todavía.   

-Van, lo digo en serio, suéltame.

-Eso dices, pero me cuesta trabajo creerte, sólo mira qué pasa si toco aquí- dijo subiendo su mano hasta la altura de uno de sus pezones y pellizcarlo un poco, logrando que el de abajo se arqueara.

– ¿Lo ves?, con esto no hay quien te crea.

-Van… en serio… no quiero hacer esto.

-Sí, sí. Pero si no lo quieres, ¿por qué simplemente no te sueltas?- preguntó acercándose de nuevo a sus labios- sabes tan bien como yo que no estoy poniendo la suficiente fuerza como para detenerte del todo, ¿entonces por qué no lo haces?- preguntó mordiéndole el labio inferior de una forma suave, saboreando todavía un poco de sangre que había quedado en el mismo.

-…Porque… porque…

-Porque también lo quieres, Ven, hasta ahora has aceptado todos y cada uno de mis besos, incluso ahora estas aceptando que te toque como yo quiera, aunque sabes que conozco perfectamente todos y cada uno de los lugares erógenos que tienes, como este- toco los pezones- o este- dijo besado en la curvatura del cuello.- También sé que si toco aquí- dijo llevando su mano libre a la pelvis del otro provocando que levantara las caderas- tu cuerpo reaccionará solo y terminarás dejándome la entrada libre.

-… Van…en serio… deja eso…- pidió aunque no de la forma que quería, el pelinegro estaba atacando en todos sus puntos débiles y así no había ni cómo convencerlo.

-¿No te agrada acaso?- preguntó levantando la playera del otro para dejarla por encima de su cabeza, a la altura de los codos, logrando usarla de forma tal que el chico no pudiera separar los brazos aunque los bajara de donde estaban. Así iba a poder tener más movilidad sin preocuparse de que el otro interfiriera –dime Ven, ¿no es así?- preguntó para después morder la clavícula, de la forma en la que sabía al otro le encantaba, dejando una marca de dientes. Él estaba en contra de las marcas en lugares visibles, para ello tenía sus sitios establecidos, por ello en los lugares que eran fácilmente expuestos dejaba sólo la marca de mordidas porque sabía que desaparecerían en cuestión de minutos.

-No Van… no es así- dijo en voz baja. Todo eso le incomodaba, pero a la vez no. Era una pelea en su mente, bien podía mandar lejos a Vanitas, levantarse y tirarlo de encima suyo pero su mente le jugaba una mala pasada, estaba viviendo la situación como si todavía fuesen pareja, como si nada de lo de recién hubiese pasado.

-Lo es y lo sabes. Además- se acercó a su oído- sabes cómo me pone el que intentes resistirte.- dijo bajando ambas manos hacía el pantalón del otro, desabrochándolo y bajándolo un poco.

-Van… de verdad… yo…

-Ya no voy a aceptar nada de lo que digas Ven- dijo concentrado en quitarle al otro los pantalones, aprovechado la situación para tocar su trasero- porque ya no tienes nada que decir, sólo repites lo mismo una y otra vez, aun sabiendo que no lograrás nada con ello, así que sólo dedícate a disfrutar esto.- dejo por fin al otro en ropa interior. Se incorporó un poco tomando la pierna derecha del rubio, la que no estaba pegada al sofá, levantándola, dejándole a disposición la cara interior de su muslo.

Ven se estremeció, sabía que significaba eso, lo había experimentado las veces necesarias como para que su cuerpo se pusiera ansioso, esperando a que pasará. Vio como el otro comenzó a bajar y llegó, primero un beso, uno tierno que lo preparaba para lo siguiente,- ngh…- una mordida, una succión y así empezaba la serie de posibles chupetones que el otro le dejaría en esa parte tan íntima. Era como si quisiera que se quedarán escondidas, que sólo él fuera capaz de verlas.

Siguió con su tarea, dejando una marca tras otra, llevando un camino, deteniéndose al llegar a la altura de la rodilla, no había dejado muchas sólo las necesarias para deleitarse viéndolas. Le encantaba hacer eso, más bien adoraba hacerle eso al rubio, dejarle marcas en sus sitios favoritos, de los dos. Subió un poco escuchando como el otro jadeaba de a poco, dejando ahora una mordida en su cadera. Amaba eso, adoraba todo lo que tuviera que ver con Ven, recientemente se había preguntado porque maldita razón había terminado con él, pero lo pensaría en otro momento, esa no era la situación para cuestionarse aquello. – Van…- escuchó que el otro le llamó, con la voz alterada y eso que apenas comenzaba, dirigió su mirada hacía él, todavía se mantenía en la posición en la cual lo había dejado, con los brazos por arriba de la cabeza, con la playera en el mismo sitio sirviendo de soga, una muy improvisada soga. –No te has quitado nada.

-¿Quieres que me lo quite?- preguntó acercándose para besarlo de nuevo. –Pídemelo Ven, pídemelo y puede que lo haga.

-…Van… quítate la playera- ¿vergüenza? No, hace mucho que no la tenía si se trataba de ese pelinegro, porque sabía que estaba siendo compasivo en ese momento y no le exigía demasiado, todavía. Faltaba que llegaran al momento cumbre.  

-Si prometes no moverte hasta que te diga, lo haré con todo gusto- decía separándose del otro, quedando sentado sobre su abdomen, recargando parte de su peso en sus piernas para no dejar que el rubio cargara con él al completo.

-…lo prometo.

Sonrió con la respuesta dada- entonces con todo gusto voy a hacerlo. –De forma lenta comenzó a levantarse la playera, comenzando a quitársela sin dejar de ver al otro el mayor tiempo posible, quedando por fin con el torso desnudo. Le dio una sonrisa de lado bajando de nuevo para morder ahora su costado a la altura de las costillas.

-ngh... Van, no tan fuerte- se quejó, ahora recordaba todo el ritual, el otro se encargaba de prepararlo, dejando besos, mordidas y marcas en partes específicas de su cuerpo, siempre en las mismas, técnicamente fue Van quien comenzó a crear esas zonas erógenas en su cuerpo. Sintió como nuevamente levantaba su pierna, besándola ahora en toda su extensión.

-¿Lo ves? Tú también querías que esto pasara- dijo tomando ahora la pierna izquierda, para dejar una marca de mordida bastante profunda, esa duraría más que un par de minutos, posiblemente unos días. Escuchó otra queja del otro, de esas que le encantaba escuchar. No podía dejar de sonreír en ese momento, después de mucho tiempo sin poder tener a Ven ahora se le presentaba esa oportunidad y sabía que ninguno de los dos iba a desaprovecharla, aunque el rubio se hiciera el difícil al principio. –Ven, no sabes cuánto quería esto- dijo jugando con el resorte de la ropa interior del contrario, bajándolo sólo un poco para después soltarlo y que quedará en su lugar.

-Si lo sé… estuviste mucho tiempo insistiendo por esto.

-Demasiado para mi gusto, pero es que- bajo de nuevo centrándose en el abdomen, precisamente en su ombligo, mordiendo alrededor, provocando otra arqueada en el otro. – tú te haces el difícil.

-No me hago el difícil- comenzó a explicar al momento que sentía como su ropa interior comenzaba a bajar de forma lenta- es que… se supone que ya no tendríamos que hacer esto.

-Hay muchas cosas que se supone ya no tendría que hacer,- justo en ese momento acababa de dejar completamente desnudo a Ven, sabía que llevaba un ritmo lento pero es que a él le gustaba disfrutar de la situación lo más que pudiera- por ejemplo esto,- lo tomo de las caderas levantándolas, dejándole espacio suficiente para acercarse, simulando las penetraciones, todavía llevaba puestos los pantalones, así que el roce de la tela ponía más sensible a Ven.

-¿Podrías dejar de hablar… de ejemplos?- pidió viéndolo.

-Puedo… dime Ven, ¿tienes lubricante?- preguntó mientras se desabrochaba los pantalones, bajándolos un poco- ¿o prefieres que improvisemos?

No fue cuestión de pensarlo, no había que, asintió tal vez de forma muy enérgica pero no quería arriesgarse- tengo un poco de lubricante en mi cuarto… donde siempre.

-Eres un aburrido Ven- dijo soltándolo para ponerse de pie.

-Lo dices sólo porque no eres tú quien sufre las consecuencias- reclamó en un tono de molestia.

-Si las sufro, ¿crees que no duele  entrar en un sitio tan apretado?- se quejó yendo hacía la habitación- no te muevas ¿entendido?

-Sí, sí, como digas, no pienso moverme- dijo levantando un poco la voz al escuchar al otro alejándose bajo un poco los brazos para dejarlos sobre su pecho viendo como había dejado su playera entre sus brazos- maldita sea Van, ¿por qué siempre tienes que improvisar con mis playeras?, ya rompiste una en una ocasión- más que reclamarle al otro se quejaba sólo para sí, esperando a que el pelinegro regresara para continuar con lo que estaban.

-No puedo creer que todavía lo tengas- dijo llegando con una pequeña botella en su mano- ¿no lo has usado?

-Eso no es de tu incumbencia- contestó ladeando el rostro, evitando verlo.

-Mientras que me digas que no lo has usado con nadie más, seré feliz- dijo dándole un beso rápido para volver a posicionarse sobre él, quitándose los pantalones y la ropa interior en el proceso.

-No pienso decirte algo como eso.

-¿Entonces, tomo eso como un “si lo he usado con alguien más”?- preguntó al momento dejando caer bastante de la sustancia sobre su mano para llevarla a la entrada de Ven.

-Cállate, ya dije que no diré nada- contestó sin voltear a verlo, pero al sentir como comenzaba a pasar sus dedos por su entrada se sobresaltó un poco, más por sentir el líquido frío. -… eso está frío.

-Lo sé pero o es aguantar esto o lo otro- dijo comenzando a meter un dedo de forma lenta, buscando y esperando no lastimarlo, se tomó su tiempo observando detenidamente todas las reacciones de Ven, era curioso cómo habían pasado de un momento de sinceridad y tristeza por parte de Ven a… eso.

Mordió sus labios al sentir esa intromisión, era un poco incómodo. Pero sabía que sólo sería en ese momento o al menos eso esperaba.

-Ven, ¿hace cuánto que no lo haces con alguien?

-Deja de… preguntar sobre eso ¿quieres?

-Así que no lo has hecho con nadie desde que terminamos- dijo introduciendo un segundo dedo comenzando con el movimiento de tijeras, debía de admitir que comenzaba a ponerse ansioso.

-Van, ya cállate.

-Bien- dijo divertido acerándose para besarlo de nuevo- pero retomaré el tema en otro momento- introdujo el tercer dedo, comenzando a sentir como el otro cooperaba más, era más sencillo entrar. Empezaba a sentir la desesperación.

-No lo hagas, en serio. Deja el tema de una vez.

-Tal vez, ahora con esto lo deje- dijo al momento que sacaba sus dedos para tomar un poco más de lubricante y esparcirlo sobre su miembro. - ¿listo?- preguntó al momento que dejo su miembro en la entrada del rubio.

Asintió con la cabeza de forma lenta. Esperando, ansioso, tenía que admitirlo, a que el otro comenzará a entrar.

-Ven- dijo inclinándose al momento en que comenzaba a entrar- ¿ya lo has pensado?

-¿Pensar… qué?

Entró la mitad, tomo aire para impulsarse y entrar al completo volviendo a inclinarse en el mismo movimiento para llegar de nuevo al oído del otro. –Lo de quedarte conmigo.

Movió los brazos después de haber apretado lo más que pudo los dientes, logrando mover la playera, dejándola olvidada en el bracero del sillón, llevando sus brazos alrededor del cuello de Van, para acercarlo logrando susurrar muy cerca de los labios del otro –lo he pensado- y no era mentira, en los momentos que no se preocupaba por todo lo que comenzaba a pasar con los KM, pensaba en su situación con Vanitas, pero no sabía muy quien que hacer todavía.

-Al menos lo has pensado- dijo comenzando a moverse.

-Van… es… ahh…-bajo los brazos, dejando que los dedos se aferraran a los hombros del pelinegro.

-No me pidas cosas… que no puedo hacer.

Fue con eso que comenzaron las estocadas sin detenerse, bajando el ritmo, por ratos subiéndolo, con Ven dejando la marca de sus dedos, sobre sus hombros, así como algunos rasguños ocasionados en los momentos en que Van daba una estocada más profunda.

-Hahh… nghh… Van…- llamaba por ratos, una manera de recordarse con quien estaba, con quien volvía a estar.

No paso mucho para sentir por fin, si por fin, como el rubio se arqueaba de una forma descontrolada, eso lo hizo sonreír, era ahí, justo ahí que necesitaba centrarse, procurando que todo llegara de lleno a ese punto. Aumentó la velocidad, llevando una de sus manos al miembro del menor, comenzando a marcar un ritmo coordinado entre su mano y su miembro.

Un gemido, más alto que los anteriores lleno del todo la habitación, Ven bajo los brazos, dejándolos caer en el sillón, tomándolos de apoyo para poder levantar más las caderas. Quería que el otro entrara más a fondo, pero en ese tipo de situación no es como si pudiese decir algo. Dirigió su mirada hacía la de Vanitas, lo curioso era que lo seguía pensando, ¿era buena idea regresar con Vanitas?, ¿darle otra oportunidad?, ¿perder todo interés en Terra?, ¿dejar todo de lado?, vio el deseo de Vanitas reflejado en su rostro, echaba la cabeza hacía atrás, una arqueada igual a las que él tuvo. Era verdad, había perdido el significado de tenerlo entre sus piernas, de forma literal. Levantó un brazo para poder tomar al otro del cuello. Agradeció a que el otro no se extrañara por eso, mucho menos por el hecho de haberle obligado a que se agachara de nuevo, sentía todavía el movimiento en ambos lados, por ello se esforzaba por mantenerse aunque fuera un poco consciente de lo que hacía. Beso a Van, lo besó con desesperación latente, jugando con sus labios, dejando que sus lenguas se rozaran, mordiendo su labios con fuerza al sentir como una embestida daba de lleno en él, decidiendo mandar todo al diablo. Se separó, echando la cabeza hacía atrás, se sentía llegar, logró escuchar entre sus propios gemidos que Van decía lo mismo, estaba por llegar, aumentó la presión en su entrada sonriendo por su triunfo al ver al otro casi, gritar su nombre, pero un casi ya era algo. Aunque podría ser que por su misma emoción no había logrado escuchar.

Van llegó, dejando que todo quedara dentro de Ven, bajo un poco, dejando sus brazos a cada lado de Ven, a la altura de sus costados. Jadeaba, disfrutando todavía de lo último de su orgasmo, al igual que el de Ven, casi había olvidado que también lo masturbaba, ahora lo recordaba al sentir en su mano un poco de pre-semen, llevó su mirada a su abdomen y si, ahí estaba el resultado. Se incorporó de nuevo sin salir todavía del rubio tomando con sus dedos algo de la sustancia. –Me manchaste bastante Ven- dijo buscando molestar al que estaba debajo de él.

-Tú culpa- logró contestar todavía entre jadeos, con la respiración acelerada. –Tú…empezaste…esto.

-De acuerdo con eso, pero te perdonare por una sola razón.

-¿Cuál?

-Por ese beso tan fantástico que me diste.

Sintió como el color subía a su cara, si, en el momento había parecido una buena idea, ahora ya no tanto. Ladeo el rostro maldiciendo por haberse dejado llevar en ese momento por haberse obligado a mandar todo sentido común a la basura. –no volveré a repetirlo.

-Hazlo o terminaré dejándote sólo aquí en tu…- se detuvo pensando mejor en lo que diría, no creyó que fuera buena idea abandonar a Ven en ese momento, claro que le importaba su estabilidad emocional pero también le importaba su integridad física. Si Roxas se llegase a enterar de eso, bueno ahora conocí a Axel y a la organización y no estaba en buenos términos con ellos, eso podía presentar un problema. Luego estaba Cloud, seguro que se enteraba lo que había pasado con los KM por Zack y Sephiroth. No tenía una ruta de salida.

-¿Me dejarás solo entonces?- preguntó Ven, algo extrañado por el tiempo que tardó en contestarle.

-No, me importa mucho mi vida como para dejarte solo.

-¿A qué ha venido esa respuesta?

-Nada, nada.- dijo quitándole importancia- hoy me quedaré contigo. ¿Cuándo llegan tus padres?

-Dentro de dos días.

Sonrió ante eso- eso significa entonces que tengo bastante tiempo para hacerte esto- dijo señalando hacía el sitio donde se encontraba su miembro, el cual seguía dentro del rubio- por toda la casa.

Negó con la cabeza- ni se te ocurra.

-Venga Ven- dijo tomándole las piernas para darle a entender que le rodeara con las mismas mientras que lo tomaba de las caderas, -tengo energía para un buen rato- decidió cargarlo de improviso, logrando ponerse de pie con algo de dificultad.

-¡Van, bájame!, ¡Ya no quiero hacerlo!- reclamaba, no sabiendo muy bien si era buena idea el tratar de soltarse o no.

-Pero yo sí, así que ahora intentémoslo en tu habitación, podría ser en el escritorio primero y luego en la cama- decía mientras se dirigía al lugar.

-Tú eres un maldito ninfómano.

-Lo sé, pero también lo disfrutas.

Lo mataría, eso era una verdad, lo haría en cuanto terminaran, si es que no estaba lo suficientemente cansado como para no moverse, pero había algo que le agradecería a Van. Había evitado que llorará por toda la situación, le estaba obligando a des-estresarse, tal vez no de la forma más correcta posible, pero le estaba quitando un peso de encima, al menos eso fue lo que alcanzo a pensar antes de que entraran a su habitación y lo dejara sobre el escritorio, sería una tarde muy larga.

 

Se encontraba en la sala, limpiándose las pocas heridas que había tenido. Debía de admitir que habían sido condescendiente con él. – Gracias Zexion- dijo al chico al momento que aparto el algodón de su rostro.

-No ha sido nada Roxas, has sido de los pocos que no ha resultado del todo herido.

-Bueno, creo que tuve una buena defensa, al igual que tú.

Sonrió con eso- sí, Demyx no dejo que nada se nos acercara. Aunque ahora está pagando las consecuencias.

-Eres cruel Zexion, mira que dejarlo a su suerte con Vexen.

-¿No hiciste tú lo mismo con Axel, Roxas? Además yo siquiera deje que Demyx fuera por su propia cuenta, tú llevabas a tu chico batallando y rogándote que no lo llevarás con él, que ya se curaría. Eso es ser cruel Roxas, que lo hayas llevado tú mismo a su tortura.

-Bueno, Axel es un exagerado.- dijo quedándosele viendo al otro. – Te ves más feliz Zexion.

-¿Eso crees?- preguntó no comprendiendo muy bien de que iba la pregunta. –No me siento distinto.

-¿No te sientes distinto estando con Demyx?, mira que toda a organización lo sabe. Lo de que ustedes dos son pareja.

-Aquí no existen los secretos ¿verdad?

-Verdad, ¿acaso no recuerdas que a Axel y a mí; el gusto nos duró dos semanas.

-Sí, lo recuerdo. Pero es que era demasiado obvio Roxas, él siempre iba a tu habitación o tú terminabas yendo a la suya y nadie los veía salir hasta la mañana siguiente.

-Bueno, contigo no es como si fuese mejor, ¿no te has preguntado porque nadie entra a la biblioteca a eso de las cuatro de la tarde hasta las seis que por fin ustedes dos salen? Eso también es ser obvio Zexion.

-Bueno Roxas, ¿qué esperabas de un ratón de biblioteca? Necesita sentirse cómodo y que mejor que sea en su ambiente natural.

Soltó una carcajada al escuchar eso, era divertido, aunque le hubiesen advertido de lo contrario, tener una conversación con Zexion era divertido. –Así que ya te dijo que se refiere a ti como ratón de biblioteca.

-Sí, aunque no fue una sorpresa, esos dos- dijo refiriéndose a Axel y a Demyx- son muy dados a ponerle sobrenombres a los demás.

-Te creo, además de que tienen una forma rara de declararse.

-Bastante- dijo recordando cómo le había hecho el rubio con él- Demyx me amenazo para que saliera con él.

-¿Te amenazó?- preguntó sin creérselo. -¿Cómo está eso?

-No fue tan malo- dijo entre risas- dijo que si no salía con él incendiaría la biblioteca, así que si quería que los libros se quedarán tal como estaban, sin chamuscar, tendría que quererlo y cito: “desearlo” como él me deseaba a mí.

-…Eso es tan… típico de él.

-Lo sé, pero pues, decidí contribuir a la seguridad de los libros.

-Sí, claro, cómo no.

-Bueno Roxas, el chico ya había hecho su lucha y se estaba esforzando demasiado, era justo que le diera una oportunidad.

-Fuiste bastante justo con eso entonces.

-Sí, ¿y cómo fue la increíble declaración de Axel?

La pregunta lo tomo desprevenido pero comenzó a hacer memoria- fue extraña- dijo sonriendo- me pidió ayuda con una apuesta que había hecho con Demyx.

-¿Qué tipo de apuesta?

-Quería demostrarle que es más fácil ganarse la lealtad de un gato que de un ratón de biblioteca.

-… ¿es en serio?

-En serio.

-Un gato.

-Un gato- confirmo.

-Esos dos sí que son un caso ¿no?

-Bastante, pero bueno, ahora estamos con ellos y no nos queda de otra más que soportarlos.

-Esa es una obligación que todavía no sé si quiero tomar- dijo a modo de broma.

-Pues más vale que la tomes, después de lo que batalle y sufrí para que no te hicieran nada, es justo que la tomes- dijo Demyx uniéndose de pronto a la conversación rodeando a Zexion, que en ese momento estaba de pie, por la cintura.

-Pero no quiero tomarla todavía.

-Tendrás que tomarla Zexion- dijo Axel mientras tomaba asiento a un lado de Roxas- no tienes de otra, y tú- dijo jalando al menor hacía sí, obligándole a que se sentara en sus piernas- también tendrás que tomar esa responsabilidad, después de haberme abandonado con Vexen.

-Venga ya Axel, no pudo ser tan malo- dijo moviendo algunos mechones del otro para ver la herida ya cerrada- es mejor eso a que todavía siguieras sangrando.

-No importa, tomarás la responsabilidad y punto.

-Bien, bien, la tomaré. No tengo problema con ello.- dijo percatándose de cómo los otros dos comenzaban a alejarse- Demyx ira a cobrarse lo de protegerlo ¿verdad?

-Él que puede.

-¿A qué viene eso?- preguntó viéndolo con una ceja alzada.

-A que yo todavía no puedo cobrarme los favores de la misma forma que él lo hace.

-Ya será Axel, no desesperes.

-Pero Roxas, ya quiero experimentar eso contigo, no sabes cuantas veces te he imaginado debajo de mí, gimiendo y…- dejo la frase inconclusa al sentir las manos del menor sobre su boca.

-No digas nada, ¿vale?, no quiero imaginarme en las quien sabe cuántas posiciones me hayas imaginado. No quiero oírlo.

Se permitió reír un poco ante eso, sabía que si quería escucharlas y si no le dejaba contarlas, cunado tuviera la oportunidad haría que el chico hiciese todas y cada una de ellas, sólo para que sus imaginaciones no quedarán sólo en eso.  Rodeo al chico por la cintura, observándolo fijamente, apreciando la manera en que se ponía nervioso, a veces cuando corría con suerte el rubio se sonrojaba, otras comentaba a tartamudear y otras veces, donde su suerte era nula, se llevaba un buen golpe por parte del otro y una noche en solitario. Con su mano libre quito las del chico- ¿tú estas bien?

-…Si, eso creo… no es como si siempre hubiese querido pelear de esa forma con Sora y Riku, pero eran ellos o eras tú.

-De verdad gracias por haberme apoyado de esa forma, tú eres un enano que puede llegar a ser peligroso con un tubo en sus manos.

-No sólo con un tubo.

-De acuerdo- dijo entre risas- no sólo con un tubo, con muchas cosas que pueden llegar a ser consideradas como armas.

-¿Cómo crees que este tu hermano?

-¿En este momento?- preguntó viendo como Axel asentía- seguramente Vanitas está aprovechando toda la situación de manera tal que le sea posible convencerlo de que regresen. Me gustaría que regresaran.

-¿Vanitas y tu hermano?

-Sí, aunque tenga ciertos asuntos con la organización; cuida mucho a Ven, a su manera claro está, pero lo cuida.

-Es difícil no querer cuidar a algunos de ustedes, incluso Cloud tiene un aire que cualquiera querría proteger.

-Que no te escuche o puedes darte por muerto.

-Todos los Strife son iguales- dijo dándole un beso en la mejilla- pueden ser demasiado dóciles por ratos, pero cuando hay algo que no les gusta sacan los colmillos y las garras. Son bastante peligrosos.

-Lo somos, pero tú tienes ventaja de haber controlado a uno.

-Sí, soy bastante afortunado. ¿Quieres ir a comer algo?

-Sí, sí quiero.

-¿Qué te parece si invitamos a Xion? Últimamente ha estado muy rara.

-Me parece bien- dijo levantando la cabeza para comenzar a buscar a la chica.- pero, ¿dónde está?

Axel imitó al menor, buscando también a la chica por el lugar- tendría que estar aquí atendiendo sus heridas.

-Pero no está.

-Ve a buscar a su habitación, yo iré a preguntarle a Saix, tal vez él la vio.

-De acuerdo.

Camino a paso apresurado a la habitación de la chica, era verdad que la chica se había estado comportando extraño, más de lo normal. Tal vez era por eso que tanto Axel como él intentaban mantenerse cerca de la chica, intentos que terminaban en fracaso. Llegó a la habitación de la número catorce, tocando de forma ansiosa, -Xion- llamó, repitiendo en su mente una y otra vez la frase “por favor que este”. –Xion- volvió a llamar suspirando aliviado al ver la puerta abrirse.

-Hola Roxas- saludó con tono bajo.

-Hey Xion, Axel y yo vamos a comer, ¿quieres venir?

-No creo que sea buena idea, yo…

-Anda, sería la quinta vez que nos dejas plantados. Vamos- insistió- salgamos los tres juntos, piénsalo te quedarás a solas con tu pareja favorita.

-Pero.

-Anda Xion o terminaré llevándote a la fuerza, no me obligues.

Suspiro- de acuerdo- dijo abriendo más la puerta para salir de la habitación, -suena divertido.

-Lo será, vamos.- decía al momento que tomaba la mano de la chica para ir a la entrada y encontrarse con Axel, esperando claro que estuviese allí.

La chica se dejó hacer, se sentía cansada, abatida, pero pasar un rato con esos dos podría servirle, después de todo se había prometido que sería el último día que estuviese así y pesaba cumplirlo por mucho que le costara. 

Notas finales:

Aclaro, porque tengo que hacerlo, tengo que aclararlo, el lemon no estaba dentro de mis planes, cuando menos me di cuenta Van ya estaba sobre Ventus intentando bajarle los pantalones, de verdad que no estaba planeado pero me ha ayudado a relajarme en cuanto al capítulo, sinceramente tenía planeado hacerlo más tenso, más como que dramático, pero me ha gustado el resultado, más porque ha sido un respiro previo para lo que sigue.

Ya no sigo más, nos leemos la próxima semana

 

Drakarfox


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