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Lolita por Kuran Mikaode

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Notas del capitulo:

Son las 23:25 en Colombia, oficialmente adelante el capitulo.

Como la Nana ya salió a vacaciones pues tratara de actualizar cada domingo durante estos dos meses para ver hasta donde avenza esto XD

Me gustó mucho el cap y me di cuanta que para mejorar mi escritura no debo dejar de escribir, no me gusto mucho el final, quería algo más elaborado pero no se me dió. No creo que las conversaciones entre amigos sigan una linea de secuencía y sean extrictamente lógicas y no tiene sentido que en el fics lo sean solamente por que yo lo quiero.

Por otro lado, creo que se les hará confuza la relación de Naru y Sasu y es porque así es, no son amigos no son amantes, se agradan y se desagradan, es un revoltijo de cosas. 

Gracias a todas a las personas que me dejaron un rev dandome su apoyo, son más buenas que el pan integral... Responderé ahora mismo los revs, solo que quería subir el cap primero pues luego de tanta ausencia ni yo me aguanto.

Capítulo ocho.

Medias mentiras, verdades a medias.

El calor seco y adusto oscilaba su piel en un recorrido lento y tortuoso que relamía sus poros e irritaba su mente empañándola, dificultando su manera natural de proceder. Podía sentir con precisión aquella traviesa gota que con audacia descendía de la cara interna de su muslo  izquierdo; refregó sus muslos entre ellos, sintiéndose incómodo por el ligero rastro de sudor que impregnaba su piel. Estaban a mitad de Agosto, el calor era cada vez más denso y sinuoso; para esa fecha las temperaturas eran las más altas del verano, a finales del mes, marcando el comienzo de las clases, la temperatura descendería por las noches, luego mermaría en las mañanas, y así irían descendiendo hasta que los rastros de calor no fueran más que remilgos al principio del otoño. Vaya consuelo. Sasuke no odiaba el calor, sólo odiaba la sensación enfermiza que el brusco calor producía en su cuerpo y mente. Le irritaba, los vientos que arrastraba el pacifico eran tan o más candentes que el aire que pululaba a su alrededor, era igual que estar dentro de un horno. La sensación no era para nada agradable.

Sus ojos se mantenían fijos en la mujer adyacente a sí, las personas a su alrededor seguían inmersas en sus asuntos. Hashirama, quien había seguido atentamente el pequeño intercambio de palabras que había tenido con Kushina-san –que para satisfacción de Sasuke, no podía ser llamada señora Namizake-, se había envuelto en una conversación con su abuelo y padre a la que pronto se unió Umiko-obasan, lo cual aligeraba un poco la tensión en el cuerpo de Sasuke.

Uzumaki Kushina. El nombre había quedado suscrito a fuego en su mente; sus peores deseos ya podrían ser acompañados de un nombre y un rostro. Podía sentir la fija y seria mirada de Minato sobre su cuerpo, pero no le importó, nadie obligó a Minato a traer a su esposa a casa de su amante, por mísero sentido común se deduce que algo como esto podría ocurrir.

—¿Ah sí? —Sasuke se sorprendió de esta aseveración, siempre creyó que su existencia era un secreto para la mujer.

—Sí —Ella rio un poco, su cabello era tan largo que casi ni se movió—, quisiera ver que tan buen trabajo ha hecho Minato en ti, porque hasta ahora no ha podido con nuestro hijo.

Kushina y él eran muy diferentes, eso le preocupaba a Sasuke. No tenía nada en común con la mujer que Minato decidió que se acoplaba con su vida. Tanto en el físico como sus personalidades, nada en ellos concordaba. En él no había nada de aquellas cosas que Minato deseaba en una pareja y eso le incomodaba.

—Es más que cristiana influencia —Sasuke sonrió ladino—, quizás sea por eso.

Kushina rio nuevamente, no podía negarlo, la mujer era jodidamente agradable, como su hijo. Sasuke maldijo en su mente, sí era como Naruto posiblemente sus recelos se aplacaran. «No», inmediatamente sonó en su mente, Kushina-san, parecida o no a Naruto, era su rival; no existiría simpatía de su parte para aquella mujer.

—Tal vez sea eso —La mujer volteó a ver a su esposo y poso con infinita familiaridad su delicada mano sobre su hombro—. Deberíamos intentar lo que sea que haces con Sasuke-chan con ese hijo nuestro.

—No creo que eso funcione con Naruto, amor.

Sasuke sintió esa oleada de docilidad nuevamente, pero no mirar a Minato le ayudaba, solo la miraba a ella, analizándola, encontrándola cada vez más perfecta. Si no pensaba en todo lo que aquello implicaba, incluso llegaba a sentirse feliz por Minato, parecía una buena mujer.

—No seas grosera, Sasuke. Deja de mirar a Kushina-chan fijamente.

—Me gustan las pelirrojas, recuerdas —Algún día Sasuke sabría porque razón siempre reaccionaba de esa manera—. Además a ella no parece molestarle.

—¿Eres homosexual? —Kushina volvió el rostro hacia él un tanto intrigada.

—Aún no lo tengo definido. —Si teníamos en cuenta que Sasuke es un hombre, él sí era gay, o eso pensaba puesto que no se imaginaba en una relación con ninguna mujer.

—Sasuke… —Su padre le miro seriamente.

—¿Qué? Muchas personas lo saben, ¿por qué Kushina-san no? —Fingió inocencia.

El ambiente se tornó ambiguo tras esas palabras. Hashirama parecía no querer darse por enterado y Sasuke pretendió ignorar que todos le estaban mirando. En cierta parte le gustaba generar discrepancia. Estaba dispuesto a decir algo más cuando sintió una mano sobre la parte de atrás de su muslo, su cuerpo se tensó en fracciones de segundo, estaba a punto de reaccionar cuando escuchó aquella dulce risa seguida de su cantarina voz.

—¡Oww! ¡Que falda tan corta! —Era Haku quien le estaba manoseando.

Giró un poco su cuerpo encontrándose con la familiaridad de sus delgados brazos de su amigo. Quiso alejarse un poco, ya había conocido a la esposa de Minato y no era necesario que coexistieran juntos tanto tiempo, pero Naruto apareció detrás del cuerpo de Haku volviéndolos a integrar en un mismo grupo.

—¿Seguro que tu esposo te deja hacer eso? —Dijo Naruto con una sonrisa calmada en el rostro. Sasuke frunció el ceño, Naruto no se preocupaba de su cercanía a Minato con Kushina alrededor, puesto que era ella quien tenía su mano sobre el hombro del hombre, era a ella a quien Minato sostenía con delicadeza por la cintura. Era a ella a quien Minato llamaría su esposa y todos lo reconocerían y aceptarían. Sasuke comenzó a sentirse agobiado y su respiración se volvió rígida.  Minato presumía su perfecta esposa ante sus ojos y lo único que él obtendría sería media tarde follando el día siguiente.

Haku rio tras el comentario de Naruto pegando a Sasuke a su cuerpo, él era más bajo y mucho más adorable, por lo que era imposible malinterpretar la escena.

—Zabuza hace mucho que dejó de tener celos a Sasuke —Haku hizo una mueca como si por fin se percatara de las personas a su alrededor, soltó el cuerpo de Sasuke e hizo reverencias a las personas a su alrededor, saludándolas cortésmente; cuando saludó a Fugaku se acercó un poco al hombre, pero fue con Hashirama a quien demostró verdadero cariño. Se aferró fuertemente de su camisa blanca de lino, en lo que pretendía ser un abrazo, Hashirama también le rodeó el cuerpo y le susurró un par de cosas al odio—. Vuelve pronto. —Le dijo separándose sin querer hacerlo realmente.

Sasuke tomó el hombro de Haku con la esperanza de irse. No era como hace unos instantes, ya no miraba a Kushina, tampoco a Minato, su vista estaba fija en Naruto. Antes no le importaba que fuera el hijo de Minato, es más lo encontraba natural. Pero ahora la congoja invadía su pueril e insensato corazón, porque mientras más veía a Naruto no sólo notaba lo idéntico de sus rasgos físicos a los de Minato, sino que comenzaba a notar un millar de similitudes con Kushina, no sólo en su apariencia, sino también en su forma de proceder. Haku volteó a mirarle, le sonrió y comentó algo acerca de conocer la banda de Itachi, pero cuando comenzó a avanzar agarró la mano de Naruto llevándolo consigo; Sasuke se resignó a caminar tras ellos, en ese momento Naruto era el menor de sus pesares.

—Sasuke… —La voz seria e inescrutable de su abuelo le interceptó a unos cuantos pasos— Deberías a empezar a desencapricharte de ese hombre.

Sasuke inmediatamente volteó el rostro hacia él, los demás estaban inmersos una conversación trivial por lo cual dudaba que hubieran escuchado. Madara no le dio tiempo para replicas, se volvió sobre sus pies y comentó algo que Sasuke no pudo discernir estaba algo aturdido, tras sus palabras la abuela Umiko, Kushina y su padre le siguieron al interior de la casa. Sasuke fijó su mirada en Minato esta vez, parecía estar tranquilo y relajado pero Sasuke podía ver en sus claros ojos que estaba preocupado. Giró su cuerpo tratando de evitar su mirada, nunca le perdonaría que hubiese llevado su esposa a su casa; sus ojos impactaron de lleno en figura de Hashirama a su lado. Su abuelo lo sabía y probablemente se lo diría a su padre, aún con su mente increpando en la noticia, no tuvo que ser ágil para atar los cabos.

—Espero que te lo haya mamado muy bien. —Le increpó con veneno, estaba bastante dolido.

—Espera Sasuke —Hashirama le tomó de ambos brazos y Sasuke se soltó del agarre de inmediato—. Yo no le dije nada, él ya llevaba un tiempo sospechándolo.

—Pero tú se lo confirmaste —Le reprochó y Hashirama no dijo nada para defenderse—. Debe ser muy bueno con su boca como para que me hubieras traicionado.

Se alejó rápidamente y con fiereza, la falda de su vestido bailaba con más vigor y la plataforma de sus tacones hundía la tierra bajo sus pies. Necesitaba un cigarrillo. Atravesó el jardín esquivando personas e ignorando a algunas. Su mente estaba atontada y encasillada en un mismo pensamiento, nunca hubiera esperado eso de Hashirama; Sasuke nunca diría a nadie que Hashirama se follaba a su abuelo, que llevaba años haciéndolo; él no haría algo como eso, porque Hashirama era su amigo y no haría algo que le perjudicara. Más que enojado, Sasuke sin lugar a dudas se encontraba dolido.

—Hey… —Una mano grande y un poco áspera le sostuvo el brazo con gentileza. Estaba tan aturdido que sus ojos tardaron segundos en enfocar la borrosa figura— ¿Estás bien? —Juugo le soltó suavemente el brazo y se acercó un paso a su persona mientras su mirada lo escrutaba sin reparo alguno.

—¿Tienes un cigarrillo?

Los castaños ojos del chico se tornaron dudosos, pero aun así asintió sacando de uno de sus bolsillos una cajetilla de cigarrillos y de su bolsillo trasero un encendedor.

—¿Sabes cómo encenderlo? —Le dijo incitándolo a que se alejaran de la muchedumbre, para evitar cualquier inconveniente. Sasuke negó con los ojos y Juugo le sonrió dulcemente. Puede que a Sasuke no le gustara Juugo como hombre, pero sin lugar a dudas le gustaba mucho como persona; era un hombre de dos metros, fornido, resultaba una persona intimidante, pero su mirada gentil y la bondadosa sonrisa que siempre bailaba en sus labios lo delataban— Discúlpame. —Dijo torpemente mientras se llevaba el cigarrillo a los labios y lo encendía. Sasuke asintió suavemente.

—Te ves jodiadamente sexy mientras fumas. —Dijo aceptando el cigarrillo y observando nuevamente como Juugo encendía otro.

El chico le miró un tanto atrevido y sonrió con el cigarro bailando entre sus labios.

—No tienes ni idea de lo candente que te ves tú. —Sasuke le devolvió el gesto, sonriendo de esa forma coqueta que sabía que enloquecía a todo el mundo.

Pero, contrario a lo que pensó, Juugo le tocó suavemente la nariz, prolongado el roce a una tenue caricia.

—Se te arruga tenuemente está parte de la nariz cuando sonríes.

Entonces Sasuke dio una calada a su cigarrillo y se obligó a bajar la mirada recordando que Juugo no era cualquier chico, no era como aquellos con los que se besuqueaba cuando las cosas con Minato no iban como él quería. Juugo era su amigo, el chico que llevaba mucho tiempo enamorado de él, él chico tímido que le gustaba mirarlo y conocer sus gestos. A Sasuke no le gustaba enfrentarse a este hecho, prefería dejarse hacer como si no supiera los sentimientos de su amigo.

“Si no se ha declarado por algo será.”, se decía Sasuke cuando se enfrentaba a situaciones como esa.

—Eres la primera persona que me lo hace notar. —Comentó cuando sintió que el ambiente entre ellos comenzaba a cambiar y condensarse.

Juugo no dijo nada, sólo asintió. Sasuke levantó la vista y comenzó a mirar a su alrededor, las personas comenzaban a tomar asiento, además, avistó que ya estaban repartiendo la comida. Esa era su señal. Se despidió sin mucha ceremonia de Juugo y se encaminó al reverso de la tarima. Cuando llegó su hermano y los demás lo estaban esperando. Sasuke caló con entusiasmo su cigarrillo esperando acabarlo con premura.

Antes de que pudiera acercarse más, Itachi le tiró el cigarrillo de la mano.

—¿Desde cuándo fumas? —El tono inexorable de Itachi le divirtió en cierta manera.

—Es la segunda vez que lo hago. —Respondió pasándole de largo.

Sasuke subió al escenario con Yahiko, las manos le hormiguearon cuando notó todas esas miradas sobre su cuerpo. Se sentó en el taburete tras el piano y sonrió un poco más tranquilo cuando Yahiko, tras hacer lo mismo, le tomó la mano apretándola alentadoramente. Siendo así, comenzó a mover suavemente sus dedos sobre las teclas del piano, notó la mirada interrogante de Yahiko, pero este al ver que no le respondería se unió a la tonada siguiéndole el son. Sasuke no se sentía con ánimos de entonar esperanzadores canciones de amor como lo tenía en un principio planeado y aunque las canciones no se acomodaban a su sentir, no podía permitirse algo más trágico. Además no quería ponerse en evidencia con Minato, aunque le era claro que él hace mucho había notado que no le hacía gracia el verlo con su esposa.

 

***

 

—A mí tampoco me agrada que haya traído a tu casa a su esposa ¿Pero qué más podría hacer? —Haku le miró fijamente aunque estaban sentados uno al lado del otro en las escaleras— No creo que la mujer hubiera tomado a bien que la excluyera de evento familiar.

—Pero tú mismo los viste —Sasuke movió sus manos tronándose las muñecas—. La mantenía agarrada todo el tiempo, no se despagaban para nada ¿Hay razón para que me lo presuma de esa forma? —Haku iba a decir algo pero Sasuke hizo un gesto para que se callara— No creo que no pudiera separarse un poco de ella por respeto a mi presencia, total al llegar a su casa se la podía follar.

—Tienes razón. —Le concedió.

—Es como si me dijera, mira esto es lo que puedo hacer con ella y contigo no —Sasuke se llevó una mano a la cabeza echándose el cabello hacia atrás—. Maldito Minato.

—No pienses tanto en eso, quizás él no lo hizo con esa intención —Le consoló—. Tú mismo lo dijiste, ella casi nunca está en casa, tal vez la extrañaba mucho.

—Mientras me penetra no parece que la extrañe tanto.

Haku se sonrojó ligeramente.

—La verdad yo no entiendo nada de esto —se levantó cuando vio el auto de su esposo atravesando la calle.

—Ni yo —confesó levantándose él también.

—Ven a almorzar a mi casa —comentó Haku mientras caminaba hacia la banqueta, Zabuza ya iba a aparcar el auto.

Sasuke le siguió no queriendo dejarlo ir, no quería enfrentarse a su hermana, a Yahiko, a Hashirama, a su abuelo y mucho menos a Minato y Kushina. Haku siempre había sido como el chocolate caliente en el frío invierno, y es que Sasuke no sabía cómo más describirlo.

—No puedo —le expresó tomándolo del hombro—, tengo una — hizo una pequeña pausa para entonar la risible palabra— “cita” con Namizake-san.

Haku le miró con sus grandes ojos avellana como si se estuviera cerciorando de que realmente fuera él. Su mirada consternada le taladraba como si quisiera encontrar algo que antes no había visto.

—No creo que sea buena idea —dijo luego de un suave suspiro. Zabuza ya había aparcado frente a ellos, pero se había abstenido de hacerse notar.

—¿Qué pensaba que harías? —preguntó Sasuke un poco confundido— ¿Crees que es estúpido que continúe mi relación con él? ¿Qué estoy encaprichado? O ¿Qué al conocer a su esposa me iba a echar para atrás? —ese era el mantra que, entre su abuelo y Hashirama, le habían recitado.

 —No —respondió Haku y sonó bastante sincero—. En realidad creí que harías las cosas más complicadas —Sasuke levantó una ceja y Haku se vio en la tarea de detallar sus palabras—. Pienso que deberías mostrarle a ese hombre que no eres un juguete, que sí creyó que era muy buena idea enfrentarte a su esposa, pues bien, que se atenga a las consecuencias. Tú no eres algo que él siempre tendrá su disposición.

Sasuke deslizó lentamente su mano del hombro de Haku delineando apaciblemente la extremidad para tomarle primorosamente la mano.

—Haz muchos onigiris —susurró con la suavidad de sus sentimientos.

—No vayas a cambiar de parecer —en realidad, Sasuke nunca había dejado de lado a Haku para irse con Minato, pero al parecer el chico siempre había temido que sucediera algo como eso—, yo te quiero muchísimo más que ese hombre.

—Yo también —dijo besándole la mano y, ante este gesto, Zabuza sonó el claxon del auto repetidas veces—. Tranquilo hombre me gustan más machos, como tú.

—Tú tampoco estás nada mal —Zabuza le regaló una sonrisa galante y un giño.

—Se suponía que estabas celoso —Haku rio un poco mientras entraba al auto. Sasuke sonrió también, Haku era así, no podía estar serio por mucho tiempo.

Sasuke dio una palmaditas al techo del auto y se alejó. Ninguno dijo adiós, se verían al día siguiente. Entró a la casa buscando despejarse un poco antes de volver con la multitud, si desaparecía mucho tiempo seguro lo irían a buscar. Se descalzó los tacones en el gekan e inmediatamente sintió como sus piernas se lo agradecían. De forma inherente hizo el mismo recorrido que siempre hacía y se dirigió a la cocina. A medida que se acercaba se oía cada vez más preciso el sonido susurrante que provoca quien está buscando algo.

—¿Qué haces aquí? —desde el comedor sus ojos divisaron a Naruto revolviendo los estantes. El chico dio un respingo y se volteó sorprendido hacia la voz de Sasuke.

—Es una buena oportunidad para ingerir alcohol gratis.

—Eres menor de edad —acotó Sasuke simplemente por tener algo que decir, él había visto a Suigetsu y a Juugo fumar y beber desde que los conoció en primero de preparatoria.

—Tú también lo eres y eso no te lo impide.

—La verdad —comenzó a decir una vez a su lado, señalándole con la mano la gaveta donde había una caja llena de licor—, tienes el placer de haberme invitado mi primer trago.

Naruto sacó una botella de color verde que Sasuke no reconoció y, procurando dejar todo como estaba, tomó dos vasos de la isla para sonreírle galante.

—Tienes suerte —Naruto desenroscó la tapa de la botella para abrirla—, hoy planeo emborracharte —Medio llenó uno de los vasos y se lo tendió a Sasuke observando gustoso como él recibía y probaba la bebida.

—¿Qué es esto? —dijo con la vos algo rasposa. Había sido exactamente como la primera vez que probó el licor, la bebida bajó candente y rasposa por su garganta dejándole la sensación de que el fuego se expandía y quemaba todo su interior haciendo de su estómago el centro de aquella caldera.

—No tengo ni la menor idea —respondió bebiendo también de aquel líquido.

Sasuke rodeó la isla hasta llegar al lado de Naruto para luego sentarse en el suelo, en el comedor se encontraba la puerta corrediza de vidrio que daba al patio trasero y, al ser un espacio abierto, era bastante factible que los encontraran in fraganti, en esa posición podrían permanecer encubiertos y desaparecer la evidencia si se presentara el caso.

“Esto es estúpido” se reprendió Sasuke cuando Naruto se sentó a su lado, “no tengo nada que esconder”. Por qué muy en su interior, Sasuke quería mostrarle a todos que él no era para nada un ser perfectible, que era de la peor calaña.

—¿Tienes cigarrillos?

Naruto le volteo a mirar, le miró fijamente por unos segundos con esos ojos tan azules como aquellos que le atormentaban y aquejaban el sentimentalismo que románticamente le inquiría a su corazón, no había sonrisa ni expresión amable en su rostro, sus facciones estaban en blanco, parecía que simplemente lo analizaba; luego se encogió de hombros y preguntó:

—¿Cigarrillos o porro? —Naruto usó un tono bastante tonto para proferir esas palabras.

—¿Tienes marihuana? —Preguntó Sasuke bastante divertido aunque se tenía que reconocer bastante sorprendido, no se esperaba aquello del buen Naruto.

—¡Claro que no! —rio con fuerza como si Sasuke le hubiese contado un muy buen chiste—… Sólo tengo marlboro —Sasuke se encogió de hombros, lo que menos le importaba era la marca. Naruto sacó un maltratado cigarrillo de uno de sus bolsillos, Sasuke levantó una ceja con intriga— No suelo fumar, la verdad éste me lo dio Shikamaru en la tarde —Naruto le sonrió—. Ni siquiera tengo un encendedor.

—Es lo mismo que no tener cigarrillos —dijo Sasuke un poco ofuscado mientras se levantaba a buscar el mechero de la cocina.

—No te quejes, por lo menos hoy tenía uno en el bolsillo —le tendió el cigarro a Sasuke cuando éste llegó a su lado con el mechero en la mano— ¿Quieres qué te lo encienda?

—No creo que ya sé cómo hacerlo —y en efecto, Sasuke encendió el cigarrillo imitando los movimientos de Juugo.

Naruto bebió un poco más de su vaso mientras observaba a Sasuke dar una profunda calada destensando los hombros y serenaba la expresión en su rostro.

—¿Desde cuándo fumas? —comentó embriagándose de la imagen de Sasuke, parecía tan tranquilo que se le antojó diferente.

—Es la —se detuvo un segundo para meditarlo mentalmente— tercera vez que lo hago.

—Te vez muy sexy haciéndolo —le sonrió.

—Lo sé —Sasuke sonrió coqueto y se mordió sutilmente el labio inferior, Naruto tragó grueso ¿Qué se supone que significa eso? Se preguntó—, ya me lo han dicho —Sasuke dejó el cigarrillo reposar en sus dedos para beber el también— ¿Desde cuándo fumas tú?

—Creó que desde que mi amigo Shikamaru comenzó a hacerlo —Naruto se rascó la nuca con la mano izquierda—, es algo que hago muy de vez en cuando.

—Y tú que te veías tan moralista y bien portado —se burló Sasuke.

—Eso no tiene nada que ver —Le reprochó.

—Quién lo diría —expresó Sasuke echándose hacia él— hasta el buen Naruto tiene un lado oscuro.

—Y eso que no me conociste cuando tenía quince —con un suspiró tomó el cigarrillo de las manos de Sasuke y le dio una calada el también.

—¿Y qué fue lo que te sucedió badboy? —Sasuke recogió su cabello con sus manos tratando de refrescar un poco su cuello y hombros.

—Hay cosas más importantes…

—¿Cómo qué? —preguntó rápidamente, tal vez interrumpiendo a Naruto, mientras seguía jugueteando con su cabello.

—Familia, amigos, no lo sé… —Naruto hizo una pequeña pausa meditando sus palabras para poder dar una respuesta en concreto— fue como enterarme de algo que hace mucho sabía.

—Eres muy extraño, rubio —Sasuke se sentó sobre sus piernas recuperando el cigarrillo de las manos de Naruto.

Naruto se encogió de hombros como si no fuera algo con importancia.

—Ven, te hago una trenza.

Sasuke frunció ligeramente el ceño y negó con la cabeza.

—No quiero quedarme calvo.

—No seas tonta, es para que no te de calor —insistió.

—¡Que no! —Sasuke le manoteó las manos y se removió.

—No seas terco —Naruto comenzaba a ofuscarse, Sasuke se apretó el cabello con ambas manos además que escondió la parte posterior de su cabeza presionándola sobre los estantes detrás de ellos, por lo que tuvo que lanzarse sobre él tratando de apartarlo y dado un ligero e infantil forcejeo entre ellos, Naruto, intentado que la cabeza de Sasuke no se golpeara, empujó su cuerpo sobre el costando de Sasuke haciendo que ambos cayeran al suelo—. No pasara nada, es sólo una trenza o dos —se levantó en sus antebrazos y frunció el ceño. Sasuke era como un grano en el culo.

Sasuke, que había caído de costado, se acomodó bajo el cuerpo de Naruto quedando boca arriba; sacó sus brazos por encima del cuerpo de Naruto y posó sus manos sobre los hombros de Naruto.

Naruto aguardó expectante, con lo poco que conocía a Sasuke supuso que le empujaría hacia el costado para posarse encima de él y proclamarse vencedor. Naruto tensó su posición y siguió esperando el movimiento.

Nunca sucedió.

Los ojos obsidiana de Sasuke le miraban fijamente, como si esperase algo, al igual que Naruto Sasuke también estaba expectante.

—Te dejaré si me das un besito —Sasuke rompió el espeso silencio y le regaló una muy pequeña y efímera sonrisa maliciosa.

Entonces Naruto fue consiente del calor que irradiaba el cuerpo bajó el suyo, del sutil aroma que emanaba el cuello, el cabello y la piel de Sasuke, fue consiente de como los largos y estilizados dedos presionaban y se enterraban ligeramente en sus hombros. Devolvió la mirada a Sasuke con igual intensidad, primero miró sus brillantes ojos negros y luego desvió la mirada hacia sus labios.

Respiró profundo y descubrió el olor a tabaco que desprendía el cigarro olvidado en algún lugar cercano a sus cuerpos. En ese momento Sasuke se relamió los labios y Naruto tragó grueso.

Descendió su cuerpo lentamente hasta que su rostro quedó a escasos centímetros del se Sasuke, primero posó sus labios sobre los de Sasuke deleitándose con su suavidad, no fue hasta que sintió la fría mano de Sasuke sobre la piel de su cuello que abrió un poco la boca y se animó a succionar uno de sus labios. Sus labios se acariciaron suave y tímidamente como si no hubieran hecho eso ya antes. Pero, luego de un buen rato besándose, las caricias tomaron confianza e ímpetu, Naruto abrió otro tanto la boca y la lengua de Sasuke se adentró a explorar de forma lenta y sin prisas la cavidad. Sasuke escrutó cada centímetro, cada forma y cada textura en la boca de Naruto. En un momento dado, Sasuke flexionó una rodilla y, con las ansias de no quedarse atrás, Naruto acarició la piel expuesta de su pierna y con su lengua tanteó el cálido y húmedo musculo de su amigo.

Sasuke se soltó un poco para mover la cabeza y, con sus manos, atraer más a Naruto hacia sí; por lo que Naruto, incomodo por la nueva posición que optó su mano, se decidió por acariciar los gemelos del muslo de Sasuke, descendiendo más y más conforme el ruidoso chapoteó de su beso se hacía más fuerte. Respiró sobre la mejilla de Sasuke sintiéndolo estremecer cuando su mano rosó aquella suave y delicada línea donde el muslo se une con el trasero. Sasuke le acarició con la punta de la lengua el paladar y en medio del cosquilleó Naruto le mordió el labio.

Se separaron y el sonido pesado de sus respiraciones embragó el aire. Sasuke impulsó su cuerpo hacía adelante y Naruto retrocedió el suyo, se sentaron nuevamente el uno junto al otro en perfecto silencio como si callar borrara lo que habían hecho.

Naruto terminó ávido el contenido de su vaso y queriendo cortar el ambiente tenso llevó temerosamente su mano al cabello de Sasuke, al no recibir rechazo alguno, su otra mano hizo el mismo recorrido y comenzó a trenzarle el cabello a Sasuke, notando por fin que lo llevaba más corto. Cuando terminó su tarea, Naruto sintiendo aún la calidez de Sasuke en sus labios, no pudo evitar decirse que todo había sido debido a esa chueca y mal hecha trenza.

—No me gusta el sabor —dijo Sasuke vaciando su vaso.

—Ya pronto te acostumbraras —Naruto rellenó ambos vasos y con algo de afán volvió a beber.

—No entiendo por qué le gusta tanto a la gente —volvió a decir— ¿A ti te resulta agradable?

—Claro que no, no creo que a nadie le guste —Naruto dejó de mirar a Sasuke—. Llevó años haciéndolo, ya ni siquiera me molesta.

Sasuke le miró dejando entre ver en sus ojos una chispa centellante que permitió a Naruto conocer una de sus cualidades: era un curioso.

—¿Por qué bebes?

Naruto hizo una pausa para ingerir un poco más de licor y clavó sus expresivos ojos en los inocuos de Sasuke.

—Cuando te vi hablando con mi mamá realmente te odie, Sasuke.

Y por la forma en la que lo miraba y la manera en que Naruto le dijo aquellas palabras, Sasuke supo que odio era la palabra lapidaria en la oración.

 

*

 

—Si realmente somos amigos como dices —expresó Sasuke con una sonrisa en su rostro, llevaban la mitad de la botella y sus comisuras hormigueaban incitándolo a sonreír.

—Lo somos, conozco dos de tus secretos —afirmó Naruto rápidamente como si fuera necesario recalcarlo.

—Pero tú no eres mi amigo.

—Si lo soy —volvió a interrumpirlo Naruto con ardua convicción.

—Yo no conozco ningún secreto tuyo —le reprochó cruzándose de brazos.

Naruto suspiró y con la expresión de su rostro le dio a Sasuke la razón.

—¿Recuerdas a Hinata? —preguntó aunque ya sabía la respuesta.

Sasuke ladeó una sonrisa y dijo:

—¿Tu novia la guarra? —señaló dibujando sus prominentes curvas con sus manos. Naruto se rio pero negó efusivamente con la cabeza mientras detenía las manos de Sasuke— Bromeo, desde lejos se le nota lo santurrona. No me extrañaría que andes de célibe.

—¿Recuerdas el día que nos conocimos?

Naruto seguía haciendo preguntas tontas y Sasuke no sabía si se debía al licor o si quería ambientarlo en la escena.

—Sí, me emborrachaste y me metiste mano —Sasuke hizo una pequeña y burlona reverencia—. Muy astuto Uzumaki.

—No sucedió nada que tú no quisieras… Bueno, el punto es que ese día le pedí a Hinata que fuera mi novia.

—Oww —exclamó Sasuke— eso es lo que se diría un secreto a gritos. Vamos rubio, dime algo que no sepa.

—Hinata es una chica extraña, se sonroja todo el tiempo y tartamudea al hablar —Naruto se echó el cabello hacía atrás con ambas manos—. Es una buena mujer, dulce, amable y muy atenta —Sasuke le miró sin entender, no le veía el problema—. Hace ya casi un mes se me confesó, aunque no lo creas me tomó dos años reconocer los sentimientos que tenía por mí, y cuando ella tomó el valor para decírmelo me sentí encerrado, o le rompía el corazón o le daba una oportunidad.

—Serás capullo, Naruto.

—Una persona tan buena y de sentimientos puros, se merece estar con la persona que quiere.

—No —le contradijo Sasuke—, eres tan poco hombre que no pudiste enfrentarla. Eres un cobarde que no pudo simplemente decir la verdad.

—¿Eso es lo que piensas de mí? —Naruto dejó caer su cabeza hacía atrás golpeándola ligeramente contra el horno.

—También que eres tan idiota que crees que le haces un bien a tu amiga y prefieras verla feliz aunque sea a tu costa porque sabes lo que es amar sin ser correspondido.

Naruto giró la cabeza para clavar sus ojos en el cuerpo de Sasuke, aún cuando este no le miraba.

—¿Con cuál te quedas?

—No lo sé —vaciló un poco—, dime la correcta.

 

 

—Te diría que la segunda pero ya no lo sé.

Sasuke asintió y le dio un suave beso en los labios. Naruto le sonrió como si besarse cobijara la confianza en su amistad. Se sentía placido y liviano, las cosas a su alrededor se veían en tenue movimiento, pero se sentía bien. Se levantó de su lugar para acercarse al refrigerador, tenía sed y le escocía la garganta.

A Sasuke le gustaba estar con Naruto, él era del tipo de persona que desbordaba amor por cada uno de sus poros y Sasuke era del tipo de persona que haría cualquier cosa por sentirse amado.

Tomó un vaso grande de la isla y lo apretó contra la palanca del dispensador, trató de serenarse, alguien abrió la puerta del comedor que daba hacía el patio, si tenía suerte se trataba de algún invitado. Sasuke relajó sus facciones tensando sus labios para evitar la lánguida sonrisa que quería rezurcir en su rostro. Giró su cuerpo luego de asegurarse de que su expresión era serena y enfrentó a la persona que ya iba por la mitad del comedor.

Era Minato.

—Sasuke… —le llamó como si las silabas de su nombre fueran brazas ardiendo en garganta. Sasuke dejó el vaso sobre la isla con temor de que se escurriera entre sus dedos  y el cristal se rompiera. Contuvo el aire en sus pulmones y maldijo su suerte, había estado tratando de evitarlo y ahora tendrían una confrontación en privado— ¿Podemos hablar?

—¡Oh vaya! —exclamó. Minato caminaba decidido hacia a él y Sasuke sabía que lo mejor era evitar tener al hombre demasiado cerca— Te cansaste de tu esposa y ahora vienes a entretenerte con tu amante.

—Sabes que no es así —Minato se veía claramente ofuscado y enojado, más consigo mismo que por las palabras de Sasuke, él ya estaba acostumbrado a que Sasuke fuera así—. Trata de ponerte en mi lugar, ¿tú qué harías en mi puesto?

Sasuke le miró ofendido ¿en serio pensaba jugar esa carta con él?

—No tener un amante para empezar.

Minato zanjó casi todo el espacio entre ellos, estaba tan cerca de Sasuke que el olor de su colonia lo ofuscó. Sasuke no lo quería tan cerca, no quería percibir el calor que desprendía su cuerpo, que el vientre bajo se le agitara y cosquilleara al saberlo cerca y sobre todo que su mente se llenara paulatinamente de pensamientos absurdos asociados a los sentimientos que le guardaba.

—¿Eso es lo que quieres?

Sasuke bajó la cabeza y negó; su cabello se mecía con soltura sobre su rostro.

—Dime una cosa Minato —Sasuke sintió bullir las palabras de su garganta sin que él pudiera hacer algo por evitarlo. Sabía que debía mostrarse fuerte y difícil, pero la voz de su razón sonaba hueca y distante en su cabeza—: ¿También tomaste a Kushina-san —sin lugar a dudas el poder decir su nombre ante el rostro vil e infiel de Minato le dio desmesurado placer— entre tus brazos y le susurraste suavemente lo mucho que la amas mientras la embestías con fuerza? —Sasuke acortó la distancia entre ellos y con su índice derecho le empujó el pecho— Me sentiría muy mal saber que tienes preferencias y distinciones entre nosotros.

—¿Por qué siempre tienes que hacer esto? —Minato le agarró del abrazo y lo atrajo más hacia sí, dejándose embargar por el olor a licor que emanaba el aliento de Sasuke— ¿Estabas bebiendo?

—Deja de actuar como si fueras mi padre —Sasuke se zafó del agarre—, eso me molesta.

 Minato se masajeó la cien y dejó escapar un suspiro cansino.

—Mejor hablamos mañana.

—¿Y quién dice que tu tomas las decisiones? Hablemos, Sasuke… Mejor hablemos mañana —Sasuke hizo una pausa para tomar aire, las palabras habían salido atropelladamente de su boca—. Qué te den, Minato. Yo no soy tu hijo, soy tu pareja… ¿lo soy?

—Lo eres —afirmó el hombre, no muy seguro de que respuesta debería de dar—. Vamos a arriba, alguien nos podría escuchar.

—No Minato, no hay nada que hablar —Sasuke retrocedió un par de pasos—. Nunca te perdonare que hayas traído a tu esposa a mi casa.

—¡¿Y qué querías que hiciera?! —Minato comenzaba a enojarse— Tú sabías que estaba casado desde el principio, nunca te lo oculté.

—¡Oh pobre Minato, un malvado chico de quince años lo corrompió y lo sedujo! —reprochó Sasuke ardido en sarcasmo.

—Yo nunca he dicho eso, Sasuke.

—Pues como sí lo hicieras. Haces parecer que con “esto” me haces un favor —y con “esto” Sasuke se refería a su relación.

Minato ya no supo que decir ante eso, así que no dijo nada y estiró su brazo para acariciarle el brazo a Sasuke, quien no mostró desagrado ni agrado por el gesto por lo que un poco más osado le robó un beso, uno que duró tan solo un par de segundos, pero había estrechado el cuerpo de Sasuke tan fuerte que no sólo lo besaba con los labios, lo besaba con la piel bajo su ropa y con sus manos que sin atavismo de timidez no tuvieron reparos en acariciarlo.

El besó se rompió y Minato caminó hacía la salida. Así era todo entre ellos, furtivo.

—¿Aunque sea puedo llamarte?

—No.

Minato se volvió en sus talones y lo miró sin comprender.

—¿No?

—Mírale el lado positivo —dijo Sasuke sintiéndose más en sí teniendo a Minato lejos—, puedes aprovechar el día para follarte con ganas a tu esposa —Sasuke volvió a tomar el vaso, que había traspirado hasta más no poder, y bebió un poco de agua—. Espero sinceramente que mientras lo hagas tengas presente que te la coges igual como me coges a mí y que los lugares donde ella te besara y tocara son los mismos lugares donde yo lo he hecho.

Minato volvió a emprender su camino hacia la salida y no miró atrás.

—¿Qué mierda de relación es esa? —Exclamó sorpresivamente Naruto provocándole un respingo. Sasuke volteó a mirar y lo halló levantándose del suelo con ayuda de la barra horizontal del horno, era obvio que se había olvidado completamente de él.

Sasuke se encogió de hombros.

—No le veo el problema.

—¿Tenías quince cuando comenzas…? ¡Joder! —exclamó Naruto tratando de dirigir todo aquello.

—Cumplí dieciséis hace un par de semanas —explicó, seguramente Naruto pensaba que compartían la misma edad.

—Sasuke, eso no es una relación —Sasuke levantó una ceja inquiriendo: ¿Qué acaso Naruto no sabe qué es una pelea? —. No ven que es más el daño que se hacen.

—Naruto —mal fingió paciencia—, mi relación con Minato es entre él y yo, no hay cabida para ti ni para otros terceros.

—Sasuke —Naruto empleó el mismo tono sufrido de Sasuke mientras se erguía cuan alto era tratando de ejercer un tanto de autoridad sobre Sasuke—, el matrimonio de mi papá y mi mamá es entre ellos dos, no hay espacio para ti ni para nadie más.

Sasuke frunció el ceño y le fulminó con la mirada.

—En las piernas de Minato somos bienvenidas cuantas personas le plazcan, que esté casado definitivamente no es mi problema, es el suyo.

 

***

 

Le dolía ligeramente la cabeza, más que resaca se debía al cansancio. Llevaba un suéter de mangas largas y verdes aunque hacía demasiado calor, la tela era delgada así que realmente no le molestaba. Tenía los audífonos puestos, escuchando música bastante fuerte mientras se miraba a longitud las piernas casi completamente descubiertas por su corto short de mezclilla. Estaban en el aeropuerto y Sasuke estaba enojado con casi todas las personas que estaban ahí, así que en la media hora que llevaban en el lugar no se había movido de su sitio, ni pensaba hacerlo.

Podía sentir la mirada molesta de su padre taladrándolo, pero aún así se hacía el desentendido. Estaba molesto con Minato por obvias razones, con su abuela por su simple presencia, con Naruto por su absurda y pequeña pelea, con Hashirama por traicionarlo, con su abuelo, bueno, no lo sabía pero estaba enojada y por último con su padre porque desde que comenzó la adolescencia siempre estaba enojada por una u otra razón con su padre. El único que podía salvarse de su enfado su hermano, el buen Itachi y los esposos Namikaze, ellos no tenían nada que ver ahí.

Aburrido de mirar las azules venas de sus piernas, levantó la mirada hacia el frente donde estaban todos conglomerados. Todos le estaban mirando y parecían hablarle, se sacó uno de los audífonos.

—Sasuke, el abuelo y Hashirama-san ya se van —le informó Itachi.

Sasuke se levantó del asiento y se sacó el otro audífono sólo para no ser más grosero de lo que ya había sido. Presenció un sinfín de despedidas, todos parecían muy emotivos, su padre abrazó a su abuelo, los ojos de Naruto brillaron acuosos e incluso Tsunade –quien no tenía una buena relación con su padre- lo colmó de buenos deseos.

Era su turno y no tenía nada bueno que decir.

—Buen viaje —les deseó bajo la presión que las miradas de reprochen ejercieron sobre él.

—Sasuke —le reprendió su padre sobándose la nariz.

—¿Qué? —dijo como quien no quiere la cosa— No tengo nada agradable que decir.

 

***

 

La cocina de la casa de Haku y Zabuza era absurdamente grande, ni la cocina de su casa que solía estar concurrida todo el tiempo tenía tales magnitudes. Sasuke estaba acostado sobre la isla con su rostro a escasos diez centímetros de la tabla donde Haku picaba algunos vegetales. Técnicamente había huido del aeropuerto nada más los primeros pigmentos de culpa empezaron a teñir sus pensamientos.

Había llegado mucho antes de la hora en la que Haku lo esperaba, lo había encontrado en pijama y con el cabello recogido a lo alto de su cabeza. Haku odiaba que lo vieran así, se había criado en una casa de geishas y no podía permitirse desencantar y, aunque Sasuke le aseguró que lo encontraba guapo y adorable de esa forma, Haku huyo a la planta de arriba con las mejillas bastante sonrojadas.

—Déjame ver si entendí —lo pausó Haku con la voz tenuemente consternada—, te besaste con Naruto y luego su padre te besó.

Sasuke se levantó en sus codos y balanceó sus pies en el aire.

—No puedo creer que eso sea lo único que captó tu mente.

Haku detuvo lo que hacía para mirarle con reproche mientras sus labios formaban un puchero.

—Que te pelees con Namizake no me extraña para nada, lo que me perturba más bien es tu extraña relación con Naruto.

—Ni que lo digas —suspiró dejándose caer nuevamente.

—¿Qué clase de relación es esa?

—Ni nosotros mismos lo sabemos —habló con toda la sinceridad, la relación que sostenía con Naruto era demasiado ambigua y biservil, ni siquiera él se creía eso de que eran amigos.

—¿Por qué le pediste que te besara? —Inquirió Haku un poco preocupado echando en una cazuela las verduras que había picado.

—Por lo mismo que solía besarte a ti.

—Sasuke —Haku apretó el mandil rosa con un osito estampado en el bolsillo que llevaba puesto mientras su rostro se compungía en una mueca de preocupación—, Naruto no es Minato y no es justo que cuando te pelees con su padre acudas a él para consolarte.

—¿Crees que lo hice por eso?

—Por qué más lo harías, Naruto es sin lugar a dudas muy parecido a su padre, un perfecto reemplazo.

—No —negó con convicción—. Naruto no se parece a Minato —Haku le lanzó esa miradita de incredulidad—, no es como si todos los rubios de ojos azules fueran idénticos. Creo que es por algo diferente.

—¿Diferente como qué? —Haku se lavó las manos y luego de secárselas le acarició el cabello.

—Eso es lo que trato de saber —tomó la mano de Haku para detener la caricia, quería mucho a su amigo pero no estaba para gestos de afecto.

Haku pareció comprender, dejó su mano sobre el cuarzo de la isla muy cerca del cuerpo de Sasuke.

—¿Desde cuando eres tan cercano a Naruto como para besuquearte con él? Hasta donde sabía eran enemigos públicos —preguntó Haku luego de cavilarlo un poco, todo aquello era inconexo para él no entendía nada y se temía que Sasuke tampoco comprendía la situación en la que estaba envuelto.

—Cuando fui a hablar con él el día del cumpleaños de la pechugona de su novia —le comenzó a narrar sin entrar mucho en detalles—; luego de que resolviéramos a medias nuestras diferencias, él decidió que seríamos amigos.

—Ajap —Haku le miró escéptico— y como son amigos van por ahí besuqueándose.

—Argh —gruño Sasuke exasperado—. La primera vez que nos besamos fue el día que nos conocimos ¿Feliz?

—¿Y aún así dices que no te morreas con él por qué es igualito a su papá? —inquirió mordaz.

—Ya te dije que no, que es por algo diferente.

—No entiendo nada de esto, Sasuke. Dices que amas a Minato pero cuando las cosas no van como tú quieres vas y te besas con cualquiera y ahora no es cualquier cualquiera, es su hijo y lo peor, Naruto sabe que eres el amante de su papá —Haku hizo una pausa para respirar—. Eso no es de alguien normal.

 

Notas finales:

No lesw parece que el Naruto Gaiden es algo así como Laura en America o que se yo (?)

La madre, Orochimaru está más que guapo y yo estoy feliz porque aparecio Taka y Naruto y Sasuke siguen siendo más gays entre ellos que quien sabe qué... ¿A qué parecen un matrimonio viejo?

PD: CCB ¿Qué significa CCB?


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