Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El "nya" que nos unió por 1827kratSN

[Reviews - 129]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaaaaaa

tengo tiempo libre así que decidí subir otro capi

Bueno debo dar una advertencia EMPEZARÉ CON UN LEMON, jejeje adivinen de quién? .... ya lo sabrán

 

Disfruten de su lectura 

 

La casa en dónde se hospedaban los aliados de Kabuto tenía varias plantas, podía considerarse como un pequeño edificio departamental. No era el único inmueble ya que estaban estratégicamente ubicados para distribuir sus componentes. Algo que caracterizaba a cada lugar eran sus integrante, Kabuto solía tener mucho cuidado para distribuir sus fuerzas tanto en las habitaciones como compañeros. Ese hombre daba algo de miedo en cuanto estrategias se refería, demostrando ser digno sucesor o al menos un reemplazo perfecto para Orochimaru. Al edificio que hacemos referencia tenía ocupados todos los cuartos, al menos las tres primeras plantas ya que todo el cuarto piso les pertenecía a un par muy… como decirlo… un par de personas bastante especiales, que necesitaban un amplio lugar para disfrutar de su libertad

 

 

Aunque también carecían de personas dispuestas a quedarse mucho tiempo debido a… para explicarlo solo se tenía que pararse cerca del cuarto piso y esperar… con suerte al primer indicio de lo que sucedía ahuyentaría a cualquier invitado no deseado o… la amenazante mirada de uno de los ocupantes terminaría por darles la mejor advertencia

 

 

 

-ah… ah… mgh… ah – el sudor resbalaba por su cien. Sus manos temblorosas se sostenían de la cabecera de la cama con fuerza, sus ojos cerrados y su respiración agitada mecía los cabellos largos que caían de forma desordenada – Za… Zabu…sa – su voz sonaba muy bajita, casi no podía hablar, su aliento irregular no lo dejaba terminar ni una sola palabra

- no digas… nada ahora – con fuerza sostuvo las caderas del jovencito con el cual compartía la habitación y siguió con el vaivén. El sonido de sus pieles al chocar resonaba de vez en cuando mientras no era acallada por los gemidos o roncos gruñidos

- ah… ah – un pequeño hilillo de saliva se escapaba de sus labios, poco le importaba en ese momento, se concentraba únicamente en mantener sus piernas firmes. Apoyado en sus rodillas y con las manos sujetas a la parte más firme de su lecho para evitar caer, mantenía sus caderas levantadas para brindarle un mejor acceso a su amante – me… yo me…

-aun no… aguanta un rato más – gruñó con fuerza desde el fondo de su garganta al sentir como las paredes de su joven amante lo apretaban, lo incitaban a ser más salvaje. Incrustó sus dedos en las caderas contrarias y empujó aún más fuerte, con rapidez. Amaba sentir su miembro aprisionado tan deliciosamente mientras escuchaba los gemidos sonoros de Haku, los sonidos que evidenciaban el placer, aquellos que solo él podía ser capaz de producir. Se introdujo lo más profundo que pudo y vio la espalda arquearse junto con un grito de placer inundar su habitación. Besó y mordió aquella blanca piel, marcándola como su pertenencia sin dejar de penetrarlo tan fuerte como le era posible

- tan… grande… - su voz estaba un poco rasposa después de gritar de tanto placer por quién sabe cuánto tiempo. No tenía idea de cuantas veces derramó su esencia o cuantas fue penetrado con brutalidad, su cuerpo estaba tan acostumbrado al placer que el dolor inicial no le importaba en absoluto. Ese hombre que abusaba de su cuerpo… era el amor de su vida, lo amaba demasiado tanto que estaba dispuesto a darle su vida sin recibir nada a cambio

- así que… quieres provocarme – su voz ronca era tan sensual ante los oídos de Haku – entonces –  los movimientos se detuvieron. Zabusa salió del interior apretado y el pelilargo cayó en contra del colchón, de inmediato, sin delicadeza fue volteado para quedar de frente con aquel imponente hombre de cabellera marrón y ojos amenazantes

-Zabu…sa… - su pecho subía y bajaba con rapidez, aun sentía su erección punzarle y supo lo que tenía que hacer – entra… en… mi – separó sus piernas y se mostró dócil, tal y como le gustaba a su amante, el mismo que sonrió satisfecho antes de atacar aquellos labios rosados mordiéndolos con necesidad

- ruega un poco… Haku – torturar un poco al jovencito era su placer más grande, sabía perfectamente que estaba a punto de venirse. Apretó la punta del pene de Haku viéndolo contraerse debido al placentero dolor al mismo tiempo que rozaba su propia erección contra la entrada dilatada – soy todo oídos – jugó con los pezones ajenos y mordió la clavícula con delicadeza

- te quiero… a ti – sus cabellos largos se pegaban en su frente, brillaban debido al sudor. Sostenía los hombros amplios de Zabusa con desesperación – por…favor… entra – admiró aquellos ojos llenos de lujuria y sintió los dedos rasposos del mayor retirar las estorbosas hebras de su rostro – penétrame… haz que… me venga – sus palabras entrecortadas parecían funcionar al escuchar el pequeño gruñido del mayor

- qué lindo… - sonrió lascivamente antes de entrar de un solo empujón disfrutando del grito del pelilargo y de las uñas incrustadas en su piel. Podía ver los ojos semi abiertos y las pequeñas lágrimas derramarse, la espalda contraída y el apretón de las paredes que lo albergaban – te daré placer… Haku

- Zabusa… Zabu…sa – cada penetración expandía sus entrañas y torturaba su punto de mayor excitación. Sentía miles de sensaciones agolparse en cada poro y no le importaba gritar sin vergüenza el nombre de su amante, pedía más, mucho más y era respondido inmediatamente. Arañaba la espalda contraria y la marcaba… ese hombre era suyo, podía sentirlo cada vez que hacían el amor. Besó al mayor jugando con la lengua contraria mientras sentía que la electricidad recorría su columna vertebral, solo un poco más y al fin se liberó. Derramó su semen mientras gritaba el nombre de su amante y éste le respondía con un gruñido gutural, la sustancia del mayor llenó su interior. Haku adoraba sentir aquella calidez derramándose entre sus nalgas, estaba completamente lleno… se dejó caer encima de las sábanas respirando con dificultad y temblando después del orgasmo, sintiendo como su compañero salía con suavidad y se recostaba a su lado. Era el silencio quien se apoderaba del lugar después de cada acto indecente, a Haku no le molestaba, comprendía perfectamente que su amante no era expresivo o cariñoso así que jamás replicó, le bastaba con sentirlo a su lado

 

 

-Haku… ni creas que te irás solo – después de recuperar el aliento, el mayor impuso su voluntad absoluta – me iré contigo

-sabes que la orden fue solamente para mí, además tú tienes otras cosas que resolver – sentía su garganta seca y su voz estaba más baja de lo normal – estaré bien

-Kabuto te ordenó averiguar todo acerca de ese tal Neji – Zabusa se levantó de pronto enfrentando la angelical sonrisa que el jovencito le brindaba

- él quiere unirlo al grupo, solo me ha mandado a investigar su vida y familia, será sencillo

- iré contigo y me importa un carajo si les gusta o no – el mayor se puso el pantalón que reposaba en el suelo y salió del cuarto diciendo – no me perderé una noche de sexo contigo… jamás

- está bien – sonrió ante aquella declaración oculta, para muchas personas podía parecerles algo irrazonable pero para ellos era su manera de demostrarse que se necesitaban mutuamente. Se entendían demasiado bien como para preocuparse por decir lo que en verdad pensaban, los sentimientos eran algo innecesarios al menos exteriorizarlos lo era. Se les daba mucho mejor demostrarlo de manera física, Haku lo entendía aunque… daría lo que fuera porque el hombre que amaba se quedara con él toda la noche. Después del sexo el mayor solía salir a fumar o ducharse y al regresar ocupaba su respectiva cama sin decir nada, sin explicación alguna. Solo una vez Haku pudo saber la razón, cuando fingía dormir escuchó en un susurro “creo que si me quedo a dormir a tu lado pueda llegar a contagiarte la oscuridad de mi alma y manchar tu pureza” no era la mejor razón pero le hacía sonreír cada vez que lo recordaba, claro que jamás mencionó nada, era su pequeño secreto

 

Ahora solo debía concentrarse en cumplir con su nueva misión aunque  a Haku le producía una profunda tristeza al saber que pronto ayudaría a Kabuto a destruir la vida de aquel hombre… pero no podía hacer nada más, su prioridad era proteger a su persona especial

 

 

 

 

Sus sueños… eran una tortura…

 

 

 

 

-Vamos Neji, deja de dudar como si fueras un mocoso sin sentido de libertad – aquel moreno de cabello oscuro y de ojos llenos de fuerza combinados con malicia lo miraban fijamente

- déjame en paz Kidomaru – un jovencito de cabello largo caminaba sin preocupación hacia su preparatoria acompañado de un enfadado moreno con pintas de gamberro

- vamos niño, ¿acaso no dijiste que te avisara si tenía alguna misión? – su ceño fruncido estaba marcado – maldito crio deja de jugar y ven conmigo

- te he dicho que no me saltaré un día de clases – con simpleza respondió de inmediato

- ¿y ahora que te digo? maldito hijo de puta… puedes pelearte con una banda de matones a mi lado y no quieres faltarte a una estúpida clase de literatura – aquel sujeto estaba furioso agarrando el uniforme del joven, amenazándolo con la mirada

-es un maldito viernes. Si quieres… espera a que termine mi día y con gusto iré – se zafó del agarre y prosiguió con su camino mientras varios estudiantes los observaban aunque trataban de ignorar la escena antes de meterse en problemas con alguno de los involucrados

-vamos Neji, deja de tratar de fingir que eres un estudiante normal – se interpuso en el camino del ojiperla y levantó su voz para que los estudiantes asustados lo escucharan – aquí todos saben que eres un maldito delincuente como yo

- no me pongas en tu nivel – empujó al moreno quitándolo del camino – ni que fuera la misma mierda que tú

- que duro – fingió enfado pero se rio sonoramente asustando a los presentes. Estaban a escasos metros de la escuela y todo el mundo los miraba de refilón – escúchame idiota si quieres una buena batalla encuéntrame en la estación después de tu estúpida clase de historia y de cocina. Te daré el mejor fin de semana de tu asquerosa vida, un batallón al que eliminar y aparte un poco de dinero – lo último lo dijo en voz baja, solo para que el interesado lo escuchara

- ahí estaré Kidomaru, no perdería una oportunidad como esa – la sonrisa maliciosa de Neji aterró a los estudiantes que entraban presurosos al edificio – ahora vete… me darás problemas si te ven aquí

-ok… no te tardes cariñito… o me divertiré solo – se burló mientras se alejaba, Neji ignoró lo dicho y retomó su vida estudiantil con calma, aunque no podía evitar emocionarse por lo que haría ese fin de semana

 

 

La hora pactada era una ley  y tanto Kidomaru como Neji se encontraban presentes. Sin dirigirse palabra, el moreno le lanzó una maleta a Neji y éste a su vez le lanzó sus implementos escolares, con rapidez se cambió el uniforme y le arrojó la bolsa de nuevo. Lucía las mismas pintas que su compañero, a uno de los novatos se le fue asignada la tarea de guardar todo lo perteneciente al pelilargo, tomaron el primer tren que llegó y al cabo de un par de horas estaban en el sitio de la futura masacre

 

 

-Orochimaru me ha dicho que necesita reclamar este lugar como de nuestra propiedad, a pedido tu ayuda directa, ¿no sé por qué no te unes a nosotros aún? – el moreno empezaba la caminata por el desconocido lugar y Neji observaba atentamente cada detalle, memorizando el camino para evitar el riesgo a perderse de repente

-porque son un grupo de malnacidos, no quiero relacionarme con ustedes – a pesar de todas las cosas idiotas que hacía, Neji tenía un poquito de buen juicio para no involucrarse directamente con ese grupo

-aun así vienes conmigo y me ayudas en la tarea de limpieza, eres extraño Neji

- tengo mis razones

-tu maldita adicción al dolor de una buena batalla, al menos eso me gusta de ti, niño

- ¿si me hieren me dejarías tirado y escaparías? – en clases le vino esa pregunta a la mente, ¿cómo reaccionaría Kidomaru llegaran a tener problemas graves?

- ¿a qué viene esa extraña pregunta?

-curiosidad

-Neji… - el moreno se detuvo momentáneamente para mirar directamente a los ojos perlas y hablar con seriedad – lo más importante para mí es la hermandad y la lealtad, por eso te respeto niño, aunque llevas esta doble vida jamás haz dejado a tus hermanas sin cuidados y… me has considerado como tu hermano brindándome tu lealtad

- ¿eso quiere decir que te agrado?

-eso quiere decir que te acepto como mi hermanito menor Neji – su seriedad demostraba la confianza que sentía por el joven – más te vale apoyarme en lo que necesite

- tenlo por seguro Kidomaru… jamás te traicionaría – su palabra bastaba como juramento, nunca sería capaz de romper su promesa, su padre se lo había enseñado

- llámame aniki idiota, te has ganado el derecho – se burló del más joven, sonriéndole con superioridad – ya va más de medio año en la que me ayudas, así que es hora de formalizar

- ni que fuera a casarme contigo imbécil – las carcajadas adornaron el callejón en donde se adentraron, advirtiendo al enemigo de su llegada – sería horrible ver la horrible cara de mi aniki en las mañanas

- no te pases Neji y ahora deja todo de lado… tenemos que patearle el trasero a todos estos malditos

- te cuidaré la espalda… aniki – Neji sacó un par de manoplas con las cuales la fuerza de sus puños causaban un grave daño al oponente, se había acostumbrado al uso de cualquier arma blanca, todo cortesía de su aniki

- y yo evitaré que te maten ototo – por su parte Kidomaru sacó un tubo de metal largo que podía separarse en dos partes, sonriendo con malicia al verse rodeados por al menos un grupo de 10 individuos – BUENO… LES EXPLICARÉ LA SITUACIÓN… AHORA ESTA ZONA LE PERTENECE A OROCHIMARU-SAMA… SI SE VAN AHORA PROMETO NO MANDARLOS AL HOSPITAL

 

 

Ofendidos, los asistentes también se preparaban. Todos sonreían al ver que sus atacantes eran un par de… inútiles que según ellos estaban dementes por venir y decir tantas estupideces. La lucha empezaba de manera brutal, Neji amaba esa sensación de adrenalina recorrerle tras haber dado sus primeros golpes y a su vez recibir un par de ellos. La sangre goteaba por la comisara de sus labios, el dolor en sus muñecas al asestar un golpe brutal y ver al enemigo caer era su adicción personal e incomprensible. Algo oscuro en su interior lo dominaba en la batalla y sin importarle el daño que causara seguía luchando, de vez en cuando recordaba los movimientos en el ring de su padre y sin pensarlo los imitaba con resultados excelentes. Podía llorar de la felicidad al ver que había logrado aprender cada uno de ellos con solo haberlos visto cuando era niño, pero en ese momento lo único que le importaba era su pelea… era el quinto hombre que derribaba y estaba sonriendo como maniático , tan distraído estaba que no se fijó que uno de ellos tenía un arma en sus manos y le apuntaba “Neji despierta maldita sea, te matarán, ten cuidado” solo la voz de su aniki lo hizo reaccionar aunque demasiado tarde porque solo alcanzó a escuchar el sonido del cañón

Neji cerró los ojos instintivamente esperando el impacto pero nunca llegó, al mirar al frente pudo ver a Kidomaru sosteniendo con fuerza su brazo. La sangre resbalaba por uno de sus dedos y se dio cuenta que su aniki se había interpuesto entre la bala y su cuerpo “maldito… no te atrevas a tocar a mi ototo”. Neji  vio como el moreno sacaba un arma de entre su ropa y apuntaba con precisión. Otra bala voló por el lugar e impactó en el objetivo, el cuerpo del oponente cayó al suelo soltando una queja dolorosa

 

 

-¿Kidomaru, qué demonios hiciste? – estaba asustado. Su cuerpo tembló al ver el cuerpo de Kidomaru en el suelo sin movimiento, miles de imágenes se le venían a la cabeza…

-salvándote idiota – el moreno cayó al suelo cubriendo su herida y apretándola para detener la hemorragia

- Kidomaru… ¡demonios! te llevaré a una clínica – salió de su letargo e inmediatamente analizó la herida de su compañero, asqueándose al ver aquella sustancia rojiza

-  espera… ¿qué demonios le dirás a la enfermera?

-que nos asaltaron, vámonos – como pudo cargó a su compañero sacándolo del lugar, pasando a lado del cuerpo en el suelo. Trató de no pensar en nada más que en su aniki pero… recordó la muerte de su padre. Extinguió sus ganas de vomitar y llevó a Kidomaru a urgencias

 

 

Cuando pudo al fin ver al herido se quedó estático. Ver a Kidomaru con la venda en el brazo y una leve mancha de sangre lo hizo marearse un poco, recordar el cuerpo en el suelo… había sido su culpa… no se había dado cuenta y por eso… ese hombre había…

 

 

-Hey… ¿Neji que te pasa? – el moreno notó el desconcierto del más joven

- ¿lo mataste? – fue un susurro lastimero, podía sentir el nudo en su garganta

- claro que no, solo le di en el hombro y se desmayó – respondió en un susurro – ¿eso te preocupa?

- si – el castaño suspiró aliviado mientras se acomodaba el cabello

-¿por qué?

- ¿alguna vez te dije que mi padre fue asesinado? – el moreno negó ligeramente – ahora lo sabes, me aterra esa idea

- escucha Neji, la gente muere, solo tienes que intentar vivir mientras puedas hacerlo. Toma decisiones y vive las consecuencias. Yo decidí mi vida, puedo estar errado pero no me arrepiento de lo que hago, con el dinero que gano mantengo a mi hermana menor, a pesar de que no la vea e incluso de que me odie, pero es mi familia y por ella estoy aquí haciendo todas estas estupideces

-lo sé… es solo que… aun no lo supero, y si te viera morir o a alguien más… me derrumbaría de nuevo. No lo soportaría

- tienes que sobrellevar tus debilidades Neji, solo así terminarás con el miedo que está en tu corazón – a veces el moreno podía ser bastante maduro y aconsejarlo. En ese momento alivió su alterado corazón

-lo sé… gracias Kidomaru

- mientras yo pueda hacerlo te protegeré idiota, después de todo tú no tienes nada que ver en esto, solo eres mi ayudante

- más te vale – Neji sonrió forzadamente mientras el mayor le revolvía el cabello con rudeza

- será mejor que regreses ahora, me encargaré de lo demás

- jamás – se sentó al lado del moreno – prometí que te ayudaría y lo haré

-eso me gusta de ti Neji, un hombre de palabra – el moreno se reía – entonces no me queda de otra que tenerte a mi lado por los días restantes. Sólo no te distraigas de nuevo, ahora que estoy herido necesitaré que alguien me cuide la espalda

- lo sé…

 

Una ventana se rompió tras ellos y un hombre de cabellos largos y plateados se adentraba, apenas y pudieron reaccionar. Lo último que Neji vio fue aquellos ojos verdosos y amenazantes. La luz emitida por el reflejo del arma en sus manos y al final un disparo que oscureció todo el paisaje…

 

 

 

Se acabó…

 

 

 

 

Neji se despertó agitado, su frente estaba mojada debido al sudor, su respiración agitada y su corazón acelerado. Había sido una pesadilla y a la vez un recuerdo antiguo, maldita conciencia que lo mantenía aterrado, sus noches se habían vuelto un martirio y siempre a las cuatro de la mañana ya no podía volver a dormir. Momo se subía a su cama y lamía su mano con la rasposa lengua, lo reconfortaba un poco pero no le quitaba el arrepentimiento de su alma. Si no se hubiese involucrado tanto con Orochimaru podría haber evitado miles de desastres en su vida

 

 

-ahora entiendo que me mentías para tratar de protegerme – Neji estaba hablando consigo mismo, después de tantos años de reflexión acabó por darse cuenta de cada pequeño detalle – en realidad mataste a ese sujeto, era tan iluso en ese tiempo. Para ti debió ser fácil manipularme en algunas ocasiones Kidomaru – el ojiperla acariciaba las orejas de su pequeño gato mientras su mente volvía a recordar cada pelea al lado de su aniki. Muchas de ellas vio disparos y siempre sintió esos deseos incontrolables de gritar que se detuviese pero siempre se calló, no era su problema – si me hubiese dado cuenta de que  te estaba ayudando a preparar los robos y estafas me hubiese detenido de inmediato Kidomaru. Ahora entiendo la melancolía en tus ojos de vez en cuando, tratabas de protegerme a tu manera descabellada – suspiró al sentir ese nudo en el estómago cada vez que recordaba el sonido del cañón y la bala incrustarse en la carne. Era horrible, se levantó con momo en sus brazos encendiendo las luces, su reloj marcaba las cuatro y media de la mañana pero él estaba consciente de que no lograría volver a dormir por más que lo intentara. Dejó que al menos su pequeña mascota volviese a retomar su descanso y él en cambio se adentró a la cocina a limpiarla  un poco, así al menos se distraería.

Con calma realizó su tarea escuchando algo de música alegre y recordando los buenos tiempos con su madre y padre, sonrió al recordar su pueblo y a su familia. Mentalmente buscaba la fecha indicada para visitar su lugar natal y tal vez llevar a Gaara que seguramente quedaría fascinado con la quietud del pueblo. Cuando terminó se sentía cansado, la falta de sueño constante le estaba trayendo consecuencias a su cuerpo, decidió entonces tomar un baño para luego intentar dormir. El agua caliente en su piel logró relajarlo y pronto sus ojos se sintieron cansados, se mantenía envuelto en una simple toalla y se recostó en su cama, no supo cuándo pero se había quedado dormido, las memorias volvían… pero antes de que cualquier cosa lo arruinara y se transformara en una pesadilla, una caricia suave en su mejilla lo hizo dejar parte de sus recuerdos en sus sueños. Con lentitud abrió sus ojos perlas y diferenció algunas hebras rojizas

 

 

-si duermes así te resfriarás – Gaara lo observaba mientras en sus dedos deslizaba uno de los mechones húmedos del castaño

-¿Gaara?... qué… - se levantó con lentitud mientras se acostumbraba a la luz del sol que levemente se colaba por las cortinas semi abiertas – buenos días – bostezó levemente mientras se quitaba los cabellos revoltosos de su rostro

- no es bueno que te quedes dormido con el cabello mojado – el pelirrojo lo observaba atentamente con un ligero rubor

- lo recordaré – le brindó un casto beso y una caricia en la mejilla mientras terminaba de arreglar el desastre de su cabello. Al parecer había dormido una hora más o menos, aún estaba un poco aturdido

- deberías… vestirte – las palabras de Gaara hicieron que el castaño observara su cuerpo y se sobre exaltara al ver su desnudez. Apenas y llevaba la toalla en su cintura cubriendo lo mínimamente necesario, ahora entendía la vergüenza del más joven

- lo siento, lo haré en seguida – el sonrojo llegó a las mejillas del castaño que se levantó para buscar sus prendas

-parece que estabas demasiado cansado

-lo estaba, no he podido dormir adecuadamente -

-¿por qué?, es por lo de…

-recuerdos de mi juventud – Neji no podía mentirle al pelirrojo, tampoco quería hacerlo – me atormentan de nuevo… pero  no te preocupes ya pasará

- dejaré que te vistas, te prepararé algo para desayunar – el pelirrojo se encaminó a la salida, deteniéndose para admirar la melancolía en el más alto

-gracias

- Neji… deberías olvidarte del pasado

-lo sé pero es bastante difícil – sonrió débilmente

- apresúrate, llegarás tarde al trabajo – Gaara se retiró de inmediato si seguía ahí retrasaría aún más el itinerario de su novio

- ¿que? – al ver su reloj verificó que era verdad, estaba tarde – me cambiaré en seguida, gracias por despertarme Gaara – levantó su voz para que el otro lo escuchara desde el pasillo. Sonrió con ternura antes de empezar su carrera contra el tiempo, su vida… le gustaba su vida, no quería que nada se interpusiera

 

 

Así era su hogar…

 

 

 

Kankuro disfrutaba de su libertad pero en la oficina el asunto era diferente. Temari se veía frustrada ante tantas cosas que hacer, no imaginaba la carga y el estrés que su hermano llevaba en sus hombros, ahora sí reconocería todos esos esfuerzos de parte de Kankuro. ¡Era horrible! En un solo día había tenido tres reuniones y varios problemas con los suministros y equipos para la venta. Era un caos, al menos cuando llegaba a casa las empleadas le tenían todo listo y…. se encontraba con un Kankuro sonriente y relajado. Era demasiado extraño pero cuando quiso preguntar, su hermano ocultó todo y se zafaba de la conversación “Akazuna-san quería saber si estabas bien, pero parece que estás mejor que bien” le había dicho la rubia y solo recibió una carcajada como respuesta seguido por un “digamos que encontré algo interesante en medio de la calle” de parte de su hermano menor. ¡Qué alguien le explique!

 

Uno de esos días el pelirrojo ya se hallaba completamente molesto. Sasori intentó sacarle información a la rubia, eran ya cinco días de soledad sin el castaño gruñón y estaba fastidiado, pero al parecer la rubia sabía lo mismo que él. Pero no se iba a quedar ahí, estuvo escrutando un plan minucioso, así que inventó la excusa perfecta para llamar al castaño y verlo aunque sea unos minutos. “Necesitamos que Kankuro coordine el proceso de exportación y la investigación sobre la asociación con la empresa en Korea” era un plan perfecto, sabía bien que Temari no tenía idea de ese negocio y acertó. Temari se quedó como pasmada al escucharlo, ahí estaba ahora marcando el número del segundo Sabaku. Tras una pequeña discusión por teléfono la rubia se giró y… “estará aquí en unos quince minutos, aunque estará de mal genio. Parece que lo interrumpí mientras hacía algo importante”

 

En el tiempo que esperó, el Akazuna acumuló ansiedad por ver a su adorada cabellera castaña. Cuando lo vio entrar se quedó prendado, era la primera vez que veía tan informal a su joven socio, usando ropa deportiva que delineaba su cuerpo en ciertas partes, además de un cabello algo despeinado con símbolos de haber estado practicando algún deporte o esforzarse en algo. Unas pocas manchas de tierra en su atuendo lo hacían ver algo infantil, notó que había algo distinto, estaba más brillante, algo más feliz… estaba  contento, ¿Qué había sucedido en ese corto lapso de tiempo separados? pues Sasori lo averiguaría como sea.

 

Pero había algo más frustrante que sentirse excluido de la vida del castaño, y era que no solo él había notado el cambio repentino de Kankuro. Las mujeres en el lugar, incluso algunos colaboradores, miraban al presidente con curiosidad y algo de interés. Cuchicheos se escuchaban “¿en verdad es Kankuro Sabaku? parece que ha cambiado de sobremanera. Le sentó bien el descanso. Se ve muy atractivo”

 

 

-Dime cuál es el problema Temari, y espero que no sea alguna tontería porque he venido en este atuendo solo por ti – reclamó el castaño al estar en frente de su hermana en uno de los pasillos del edificio, ignorando cada mirada y los comentarios

- pues es algo que yo no entiendo así que me pareció necesario que vinieses – le respondió la rubia al mismo tiempo que observaba a su hermano – te queda muy bien el atuendo que te di

-así que usted escogió ese atuendo para su hermano – comentó el Akazuna que fue ignorado por el castaño – me parece que tiene gustos excelentes Temari-san

-¿verdad que si? Mi hermano se ve más guapo y joven

-debería vestirlo más seguido – bromeó el pelirrojo a sabiendas que eso le traería problemas

-dejen de conversar sobre mí, y vamos al punto de una buena vez que necesito regresar – se quejó Kankuro con un pequeño tic, odiaba que hablaran de él como si no estuviese presente

-¿a dónde Kankuro –chan? – Sasori intentó obtener alguna información pero fue en vano

-no le interesa…. – el castaño frunció el ceño al entender las intenciones del pelirrojo, pero claro no diría nada de nada. No mataría su tranquilidad por nada del mundo

-que malvado

 

 

Los tres se tomaron un instante en el que pasearon entre los pasillos hasta llegar al despacho. Mientras los hermanos se concentraban en intercambiar información  y solucionar el problema, ignoraban cada sonrisa de las secretarias que veían al presidente Kankuro de manera diferente, quien notó todo fue el Akazuna, el mismo quién se estaba enfadando. Al parecer demasiadas personas se estaban dando cuenta del pequeño secreto del castaño, la personalidad oculta y los gestos que solo debían ser para él, los demás los estaban apreciando. Sólo entonces se dio cuenta de que… Kankuro estaba feliz lejos de él. Sasori pudo apreciar la relajación del castaño, además de la radiante sonrisa que le brindaba a su hermana, la misma que a él jamás se le permitió observarla, al menos no dedicada hacia él. Pasó todo el tiempo tan distraído que ni siquiera se dio cuenta del momento en que lo estaban llamando

 

 

-Akazuna-san deje de estar en las nubes y escuche bien. Usted sabe los beneficios que tenemos con esta asociación así que haga lo mejor que pueda, se lo encargo, ayude a mi hermana a concluir con el negocio – el castaño realizó una pequeña reverencia

-no te preocupes Kankuro-kun… la ayudaré en todo lo necesario – Sasori sonrió levemente al sentir el aire de sinceridad que rodeaba al castaño y es que a pesar del mal carácter que tenía siempre demostró preocuparse por el bienestar de sus hermanos

-bueno creo que eso es todo, me retiro – el castaño admiró su reloj, sorprendiéndose con la hora

-pero si acabas de llegar – le criticó su hermana con un leve puchero – Kankuro has estado raro últimamente  ¿te pasa algo? – Temari se atrevió a preguntar pero el otro permaneció calmado sin dar muestras de nada

-nada nuevo Temari, ahora me retiro

-pues parece que te han sentado bien las vacaciones, te ves radiante – alagó el pelirrojo ganándose la atención de ambos hermanos

-seguramente es así – el castaño se despidió y salió de ahí con prisa para evitar ser perseguido por aquellos dos pero…

 

 

Empieza el rastreo…

 

 

-Akazuna san…. ¿Me guardaría un secreto? – la rubia tenía una mirada maliciosa que inquietó al pelirrojo

-¿a qué se refiere Temari-san?

-creo que mi hermanito tiene algo escondido…. Así que espiaré un poco – la mujer le sonrió con malicia mientras se acercaba a la puerta – no se lo diga a nadie

-suena interesante – al parecer Sasori no era el único en darse cuenta

-¿en verdad? …. Y si lo seguimos juntos – sugirió la rubia con una sonrisa

-me encantaría – los dos interesados, con sigilo siguieron al castaño hasta casi verlo salir del edificio en donde uno de los empleados lo detuvo para saludarlo con una sonrisa. Claro que al pelirrojo no le pareció nada agradable, al mismo tiempo una de las secretarias se unía a la conversación y la rubia que tenía como compañera se reía bajito

-solo mírelo, esta fastidiado, pronto estallará y se irá si despedirse – pero no fue así y por el contrario el castaño les sonrió levemente a sus acompañantes correspondiendo a la plática y despidiéndose con cortesía. Lo vieron girar para salir cuando…

-Kankuro  te demoras mucho, ¡vamos! que no tengo paciencia – un jovencito había entrado en la planta baja. Tal escándalo sorprendió a todos, y esperaron la furia del demonio de Sabaku no Company pero… nada sucedió…. Extraño

-deja de quejarte, solo vine para arreglar un asunto – el castaño discutió pero no parecía verse enfadado, además ahora que los veían… tenían las mismas fachas…. ¿Acaso ese par estaba?…

- vamos, vamos. Akamaru está esperando fuera, nos perderemos la presentación canina… ¡apresúrate! – el chico jaló al mayor con rudeza, mostrando un ceño fruncido – tu dichoso trabajo tendrá que quedar de lado, hoy sales conmigo, así que ¡muévete!

-Kiba deja de portarte como un niño – regañó Kankuro desordenando el cabello de su compañero con algo de rudeza, todos se quedaron callados, ¿acaso era verdad?   ¿Esos dos eran bastante cercanos como para tratarse con tanta familiaridad?

-pero si son tus vacaciones… te explotan mucho, deberías dejar la empresa

-eso es una buena idea –sonrió el castaño, tal y como lo hacía con los seres que más amaba…. NO PODÍA SER CIERTO… ¡¿acaso ellos?! … Todos los presentes los vieron salir mientras discutían y sonreían al mismo tiempo

-acaso…. ¿Estoy soñando? – Temari estaba perpleja – mi hermano…. Estaba…. ¿Sonriendo?

-es verdad – habló con rabia el pelirrojo – parece que se llevan bien

-es más que bien… tal vez ellos…. Estén SALIENDO – se alarmó la rubia

-¿a qué se refiere? – no podía ser cierto, se le habían adelantado. ¡No! jamás lo permitiría

-todo concuerda…. La felicidad, la relajación… nunca está en casa… por Dios, Kankuro está saliendo con un chico y es muy joven – la rubia daba vueltas mientras negaba con la cabeza

-no puede ser verdad – señalaba Sasori también en shock

-creo que Gaara le dio consejos – se alarmó la chica mientras dramatizaba – pero…  me alegro por él, al menos ya no esta tan solo – esa mujer podía ser bipolar, no podía ser posible que cambiara tan rápido su estado de ánimo

-¿usted de verdad cree que ellos son pareja? – el pelirrojo trataba de ocultar su pesar

-seguramente sí, es muy raro verlo tan feliz con extraños, así que deben estar saliendo o algo… mi hermano no pierde el tiempo… tal vez por eso quería vacaciones

-tengo que verlo yo mismo – ahora su enfado era notable. Sin que nadie lograra detenerlo, Sasori salió a la calle para ver alejarse a ese par que se mantenía charlando, peleando y riéndose, a su lado caminaba un pequeño cachorro blanco, daba la imagen de una escena familiar. El pelirrojo se quedó parado observando como su adoración se iba… sin él, pero claro Sasori no era de esas personas que se rendían fácilmente. Él había estado luchando por años hasta lograr que Kankuro estuviese en su cama y nadie más se lo iba a arrebatar, mucho menos alguien más joven e inexperto

 

 

 

Lo que pasó poco después…

 

 

 

Al finalizar la tarde Kankuro llegaba a su hogar con una sonrisa radiante, disfrutó mucho ese día, la exhibición fue divertida y más cuando Akamaru se unió al espectáculo siendo el centro de atención e incluso superó a los participantes. Kiba por su lado estaba orgulloso de su pequeño cachorro y aunque recibió un regaño por parte de los organizadores no se disculpó y exigió que el premio se lo tenía que llevar su mascota. Todo fue un lío en el cuál ambos se vieron involucrados, habían estado en la comisaría por interferir con la paz en un lugar público, y aunque estaban enfadados ¡se la pasaron increíble! Hana había llegado al rescate y estaba tan enojada que emitía un aura negra, aunque cuando Kiba le explicó todo ella… ¡reclamó el premio para Akamaru! En verdad ese par era de lo más interesante. Kankuro iba recordando todo cuanto sintió que alguien se le lanzaba encima y sin poder evitarlo cayeron encima del sofá de la sala

 

 

-Temari… ¿qué rayos haces? – se quejó al reconocer los cabellos rubios

- ¿POR QUÉ NO ME DIJISTE QUE TENÍAS UN NOVIO?…. O AL MENOS ME UBIESES DICHO QUE SALÍAS CON ALGUIEN – la rubia estaba tan alterada que empezó a gritar con desesperación mientras  golpeaba despacito en el pecho de su hermano

-¿De qué hablas? ¿Qué novio? – el castaño estaba confundido por la extraña actuación de su hermana mayor

-del chico de hoy – se quejó fingiendo que lloraba

-¡me espiabas! – Se enfadó Kankuro levantándose y apartando a su hermana – no soy un niño, puedo hacer lo que se me plazca y con quién yo quiera

-ya sé, pero… creí que al ser tu hermana me lo dirías primero – sollozó la rubia, fingiendo tristeza

- ¿decirte qué? – el castaño estaba confundido, sabía que su hermana estaba algo loca pero esto superaba sus expectativas

-lo de tu novio… - Temari usó un tono infantil y dibujó un pequeño corazón en el aire

-¿te refieres a Kiba? …. – el castaño no aguantó la risa y se carcajeó hasta que le dolió el estómago

-oye, ¿de qué te ríes? – se quejó la mujer –  y mejor cuéntame

-nosotros no… somos nada – el castaño se limpió las pequeñas lagrimillas que le produjeron tanto esfuerzo – bueno al menos no lo que te imaginas

-¿cómo qué no? te estabas riendo con él, estaban taaaaan cariñosos juntos

-¿y eso que tiene que ver? – Kankuro se sentó en el sofá seguido por su hermana,  trataba de recuperarse del dolor que le produjo reírse tanto

-pues que tú solo lo haces con las personas que más aprecias y amas

-Temari…. Kiba es un amigo, me lo encontré en el parque y coincidimos en algunas cosas. Estamos disfrutando de la compañía del otro, solo eso – el castaño golpeó la frente de su hermana con delicadeza

-¿en verdad?…. ¡Mentiroso! – la rubia tenía un puchero leve mientras miraba a su hermano

- es verdad, si quieres pregúntale tu misma

-dame el número

-¿piensas hacerlo en verdad?

-claro, así que ¡dame el número!

- espera lo llamaré – el castaño tomó el celular y luego de saludar, alguien le quitó el celular de inmediato

-¿dime tú eres Kiba? – la rubia hablaba presurosa mientras escuchaba la afirmación del otro lado – ¿eres el novio de mi hermano? – un silencio corto dio paso a una carcajada sonora mientras Temari se ponía colorada de la vergüenza

-Kankuro podría ser mi aniki, él solo me lleva de paseo y nos pasamos jugando con cualquier cosa. Somos buenos amigos – el jovencito del otro lado de la línea sonaba tan tranquilo

-yo… lo siento no quería molestar – se  disculpó de inmediato, al parecer su hermano no le estaba mintiendo

-no hay problema – el muchacho en la línea se rio bajito mientras esperaba una explicación

-si ya estas contenta… devuélveme el teléfono – exigió Kankuro y ya cuando tuvo el celular en su poder le explicó al más joven – es mi hermana y está algo loca, disculpa la molestia

 

 

La rubia se quejó un par de minutos antes de calmarse y dejar el sonrojo de la pena que tenía al haber molestado al chico. Las dudas estaban despejadas para ella, pero para cierto pelirrojo no y ya planeaba algo para separar a Kankuro de ese joven. Sus celos lo estaban matando, solo tenía que esperar la oportunidad perfecta

 

 

 

El sol brillaba de manera intensa ya casi se terminaban las dos semanas llenas de diversión y Kankuro se veía brillante. Sonreía de manera grata, jamás pensó que pasar con una persona de clase baja fuera tan divertido, podían hacer tantas cosas que ni siquiera había hecho en su juventud. El parque acuático fue lo más entretenido, nadar en cada piscina y los toboganes, aunque lo que no les gustó fue las miraditas de algunos, que habían estado al pendiente de sus actos, aunque como negarlo, ese par se llevaba demasiado bien, tanto como para parecer una pareja de homosexuales… o tal vez sospechaban que eran donceles, ¡qué demonios! … a ellos les importó un comino y se pasearon por cada lugar.

Las diversiones de Kiba eran sencillas, la playa, cascadas, de compras en el centro comercial, el parque de diversiones, el karaoke, ese chico era tremendo, artes marciales, voluntariado en un centro de mascotas…. Y podía seguir mencionando detalles, en fin… fue demasiado extraño pero fascinante a la vez, en cuanto a él… se dio ciertos lujos exclusivos, paseo en helicóptero y paracaidismo, carrera de autos de alta velocidad, canotaje y buceo…. Sus gustos eran más extraños pero el jovencito estaba más que entusiasmado y en ciertos instantes Kankuro pensó que le iba a dar un ataque al ver al jovencito gritando y peleando con los instructores para que lo dejaran hacer ciertas locuras. Claro que esos dos se parecían, Kankuro había hecho lo mismo cuando era joven

 

 

Y ahora solo faltaban dos días del descanso y estaban acostados en medio de un parque en el centro de la ciudad. Akamaru dormía entre ellos y la brisa era agradable

 

 

-parece que he vivido una vida entera estas dos semanas – susurró el joven castaño viendo las nubes pasar

-lo mismo digo… fue divertido – una pequeña sonrisa adornó cada rostro

-¿cómo que fue?... podemos seguir haciendo esto en otra ocasión – se entusiasmó Kiba levantando sus brazos al aire

-no puedo descuidar mi empleo de esa forma

-entonces renuncia – Kankuro adoraba la sencillez de cada pensamiento de Kiba

-como si fuera fácil

-¿tanto te gusta el trabajo?

-la paga es buena – Kankuro había estado ocultando su verdadera identidad, no le apetecía declarar que era un millonario dueño de una empresa en desarrollo

-me imagino…  para pagar todas esas cosas debe ser una graaaan cantidad. No siempre te das el lujo de viajar en helicóptero

-es un cargo bastante importante – explicó con naturalidad

-¿y de qué es? – el chico se levantó un poco para admirar a su compañero

-ayudo a los jefes…. Los altos cargos – mencionó Kankuro sin darle importancia

-eso es genial… pero debe ser aburrido estar en esa oficina – el chico se acercó al mayor y lentamente colocó al cachorro en el regazo de Kankuro

-solo un poco – al tener a Akamaru sobre él, abrió sus ojos con lentitud, se quedó acariciando al pequeño animal y suspiró

-quiero conocer el lugar – el más joven también acarició al pequeño cachorro blanco que se removía acomodándose mejor

-no creo que sea buena idea, ese lugar está lleno de gente… demasiado formal, te estresarías de inmediato

-¿y tú como aguantas?

-lo hago desde joven, es mi profesión

-yo espero no quedarme en un lugar así cuando trabaje, tengo fe para cuando me convierta en maestro no sea tan aburrido – se quejó Kiba

-hay partes buenas y malas – confesó el mayor pensando en la felicidad de sus empleados cuando los felicitaba por el buen desempeño o cuando escuchaba que lo llamaban demonio en los pasillos

-y en tu caso ¿cuál es la buena? – se interesó Kiba en el relato

-cumplir con el sueño de mi padre

-ya veo, pero ¿y tus sueños?

-los dejé de lado – a veces creía que ese fue su peor error

-deberías retomarlos, aún eres joven

-¿con un hijo en camino? – Ironizó recordando ese detalle de repente –  creo que ya no puedo hacer nada

-si dejaras que tu pareja te ayudara sería un poco más sencillo – Kiba golpeó a frente del mayor – eres demasiado cabeza dura

-ya te dije que no quiero nada que ver con él…. No es mi pareja ni nada por el estilo – se quejó frunciendo el ceño

-eres terco

-igual que tú

 

 

Algo interrumpió sus pensamientos o mejor dicho alguien los sacó de su descanso sin preocupaciones. Una sombra se mostró ante ellos y  Kankuro casi se queda sin aliento al reconocer aquella silueta

 

 

-Parece que disfrutas de tu descanso, Kankuro-kun – el pelirrojo estaba ahí, vistiendo ropa casual. El cachorro despertó y gruñó al recién llegado dando a entender que el tipo no tenía buenas intenciones

-Akasuna-san… ¿qué demonios hace aquí? – el joven castaño se quedó callado analizando el perfil del hombre y sintió algo extraño, algo que le decía que le traería problemas

- solo pasaba por aquí y te vi, vine a saludar, hace mucho que no nos vemos

-cálmate Akamaru – ordenó Kiba pero el pequeño cachorro se mantenía en posición de ataque. Kiba lo tomó en brazos para calmarlo, aunque él también estaba un poco alterado

-¿no nos presentarás? – sonrió el pelirrojo con algo de malicia observando al chico y al cachorro blanco

-¿acaso no puede dejarme en paz ni en mis vacaciones? – Kankuro se masajeó la sien mientras se sentaba. Necesitaba alejarse de ese tipo pero siempre terminaba encontrándoselo en donde sea ¿acaso era un acosador o solo eran coincidencias?

-solo quería saber quién era el jovencito que estaba saliendo con mi…

-a usted no debería interesarle con quien salgo – interrumpió Kankuro evitando que su socio dijera algo estúpido, las palabras “socio o amante” no serían bien interpretadas

- parece que tenemos a un jovencito demasiado interesante – los ojos de Sasori mostraban poderío y a su vez amenaza  

-me disculpa señor pero está interrumpiendo nuestra cita y me molesta su comportamiento – Kiba sacó a relucir su carácter y se fijó en un pequeño detalle, el pelirrojo en frente suyo estaba mirándolo con furia contenida

-¿así que… una cita? – esa palabrita le causó nauseas, jamás permitiría algo así

-Akazuna-san podría dejar de interrumpir nuestra salida, quiero disfrutar mis últimos días en paz – Kankuro no tenía ganas de discutir aunque quería mandar al demonio al Akazuna

- Kankuro… - el jovencito se acercó al mencionado para susurrarle algo al oído y de paso comprobar su teoría – oye ese tipo tiene algo raro – vio al pelirrojo fruncir el ceño y mirarlo molesto…. Así que era verdad, ese hombre esta celoso

-Los secretos son irrespetuosos cuando alguien más está ente ustedes – gruñó el mayor al ver que el par se llevaba demasiado bien

-Akazuna-san me disculpa pero tengo que llevarme a Kiba a su casa, lo están esperando – fue la única excusa que se le ocurrió a Kankuro pero…

-así que eres un niño después de todo – se burló Sasori mientras veía a ese par levantarse

-no lo soy, tengo edad suficiente como para tomar mis propias decisiones – Kiba se defendió inmediatamente

-y eso incluye salir  con alguien que te puede llevar al menos 10 años de diferencia – no pudo controlar sus celos  y su calma habitual se estaba yendo por el caño

-pues yo decido con quien salir y con quien no, señor Akazuna

-paren de una vez, no quiero discutir, vámonos Kiba – Kankuro ya se hartó de ser el maduro de ese grupo, no tenía ganas de nada

-si – el jovencito tomó al cachorro y lo colocó entre sus prendas para seguir al castaño mayor

-no creí que te gustaran los jovencitos, ¿acaso no eras homofóbico? – Sasori tenía que atacar por todos lados y si con el chico no funcionó tal vez con Kankuro si lo hiciera

-yo nunca di a entender alguna cosa de esas – se enfadó al escuchar cada palabra mal intencionada del pelirrojo

-me disculpan pero… no me gusta que interrumpan mis citas – el menor se dio cuenta de todo y decidió jugarle una mala pasada a ese odioso tipo – quiero salir con MI novio en paz – acentuó la palabra posesiva y sostuvo la mano de Kankuro que no entendía lo que pasaba, lo jaló para irse – tenga un buen día

-Kiba ¿qué demonios haces? – susurró el mayor desconfiando de los actos extraños del más joven

-silencio cariñito, tendrás que pagármelas después – el menor sonrió ante el desconcierto de su amigo y por la venita que sobresalía del cuello del pelirrojo que no hizo más que quedarse en el mismo lugar en el que había estado – Akamaru vámonos – sonrió al cachorro que le dio un pequeño ladrido en respuesta

 

 

Entre castaños…

 

 

-oye… - cuando ya estaban suficientemente lejos el mayor intentó razonar un poco – ¿por qué hiciste esas cosas?…. Con un demonio, ¿sabes en lo que me has metido?

-tranquilo Kankuro… solo te hice un favor

-qué favor ni que nada, ese tipo es uno de los principales – gruñó el mayor zafándose del agarre y caminando a lado del jovencito – es uno de los más importantes y acabas de declararme gay en frente de él

- ¿qué tiene eso de malo? – si tan solo Kiba tuviese la más mínima idea

-lo tiene todo

-¿tienes miedo a que te despidan?

-claro que no, mi trabajo es lo suficientemente bueno para que sea una perdida enorme, no se atreverían a despedirme – por algo era el presidente de la compañía

-entonces…

-ese tipo tendrá todas las cosas para fastidiarme la vida – solo de imaginarse al pelirrojo acosándolo con mayor intensidad sentía su estómago revolverse

-pues… ¿no te agrada?

-se pude decir que no me agrada nada de nada

-pues parece que tú eres demasiado importante para él – el más joven acarició las orejitas de su mascota mientras hablaba

-¿a qué te refieres?

-ese tipo está interesado en ti, estaba completamente celoso – su sinceridad sorprendía a todos

- ¿de verdad?.... no puede ser…. Deja de decir tonterías y ponte en mi lugar, ¿cómo diablos voy  a volver a la oficina con tremendo…?

-no te involucres con él…. Tiene algo oculto – la seriedad del más joven alarmó al mayor

-¿cómo sabes eso? – Kankuro sabía perfectamente que su socio traía algo entre manos, esa era la razón principal para quererlo lejos

-incluso Akamaru lo sabe, hay algo raro con él, no me gusta nada

-no te preocupes, de ese tipo quiero distancia

-también te gusta ¿verdad?… - el mayor no respondió – lo sé porque nos parecemos… a mí también me gustan los tipos raros… o con problemas detrás de ellos –se rio mientras el otro lo golpeaba ligeramente en la espalda – tenemos malos gustos – suspiró el jovencito

-él es… es el padre – soltó Kankuro con un tono melancólico mientras se adelantaba y Kiba se quedó quieto sin dar un paso, procesando esa información

-¿CÓMO?.... ¡¡¡NO PUEDE SEER!!! – chilló el más joven asustando al pequeño cachorro que se quejó por el escándalo. Kiba lo dejó en el suelo para correr junto a su amigo y el cachorro lo siguió de cerca

-Silencio – le ordenó el mayor mientras tiraba de él para seguir caminando

-¿pero cómo?.... demonios que… o por Dios…. Tú y el… ¡que rayos!

-deja de hablar como retrasado me estás sacando de quicio

-pero es que no puedo creerlo –  ¡era imposible!

-esa es la razón por la que quiero distancia. Sé bien que el pelirrojo tiene algo que me da mala espina, lo sé desde que lo conocí hace años

- ¿entonces por qué te acostaste con él?... quiero una respuesta sincera

-no lo sé…. Ese día estaba deprimido y bebí demasiado… pero ni así tengo excusas para no haberme sabido defender

- te gusta…. Esa es la razón

- ese tipo es un mujeriego de título, solo soy una más de sus miserables conquistas… pero yo no pienso seguirle el jueguito

-¿y si no está jugando?… al parecer de verdad le interesas, por algo nos buscó ¿no?

-aunque fuera así… jamás se enterará de mi hijo. No permitiré que se acerque

-pero tiene derechos y lo sabes

-me importa un comino, haré lo que sea para alejarme… yo no quiero nada con él – sus palabras eran sinceras. Kankuro no quería sufrir con el pelirrojo y algo le decía que si se involucraba mucho terminaría en la ruina

-bueno con lo que acabo de hacer, tal vez te deje en paz

-no lo creo… empezará a acosarme de nuevo o peor

-solo tienes que decir que tienes pareja y ya… te seguiré el juego

-harías eso  por mí… pero nadie creerá que salimos – se reía el mayor ante tan infantil solución

-¿quién dice?…. Sabes bien que no parezco un doncel… así que puedo ser el padre de tu hijo – Kiba empezaba a dramatizar algunas caras extrañas

-jamás dejaría que un chiquillo lo fuera

-quien es el chiquillo ¡¡¡eeeehh!!!

-tú y ese saco de pulgas de ahí – se quejó mientras apuntaba al pequeño cachorro que le gruñó

-oye no te pases –se quejó Kiba

-gracias de todos modos, creo que por ahora podría funcionar… después veré que hacer

-encuentra a otra persona interesada en fingir…. No sé a alguien que conozcas…. Un amigo íntimo, algo

-no tengo muchos amigos… pero se me ocurre alguien…. Además desapareceré cuando ya se note los cambios físicos…. Pediré ayuda a Matsuri

-¿Una mujer?... si se oculta todo, podría funcionar…. Pero  y después… si es una mujer tendrás que dejar al pequeño con ella

-hablaré con ella…. Tendré que hacerlo – Kankuro suspiró mientras pensaba en la forma que su amiga reaccionaría no sabía si lo iba a matar o lo ayudaría

-¿te casarás para aparentar?

-puede ser

-eso es demasiado estúpido

-pero funcionaría bien… además creo que tengo otra oferta de matrimonio

-¿de quién? – se interesó el jovencito

-uno de los altos mandos me ha estado mandando indirectas sobre su hija – y como olvidarlo, ese hombre se la pasa halagando los logros de su bella hija, buen comportamiento, belleza sin igual, carácter y mucha inteligencia

-¿un matrimonio arreglado? ¿Aún existen esas cosas? – se burló el más joven

-aunque no lo creas si existen… veré que hago con eso

-si tienes que desahogarte pasa por mi casa, serás bienvenido… además no olvides que yo seré el padrino de esa criatura… quiero consentirla como se debe

-ya te lo prometí… así que deja este tema hasta aquí y no me saques de quicio que apenas y son dos días más de descanso y no quiero estresarme más….

-¿quieres ir a comer algo? cocinaré en casa… aprendí a hacerlo hace poco – Kiba cambió de tema, quería olvidar a ese pelirrojo

-¿no me intoxicaré? – se burló el mayor con una sonrisa irónica

-idiota… soy bueno – se defendió tomando al cachorro entre sus brazos

-presumido

-yo soy el mejor en que me proponga hacer

-entonces vamos quiero saber si tu ego alcanza el sabor de tu comida

-te deleitarás con mi cocina

 

 

Y el pelirrojo

 

 

 

Mientras el par de supuestos novios se dirigía a disfrutar de una agradable comida, un pelirrojo buscaba la mejor manera de desquitar toda su frustración y golpear el árbol más cercano sirvió para dejar su mente en paz por unos instantes. El dolor en sus nudillos le causó gracia en ese momento, era un hombre con un orgullo tan grande que el simple hecho de ser rechazado no estaba en sus planes. Siempre recibió plantones de parte del castaño, estaba acostumbrado al carácter difícil de su adoración pero el hecho de que éste se atreviera a dejarlo así sin más… por otro jovencito no le pareció agradable, pero debía contrastar sus emociones, no dejaría que sus instintos bajos lo dominaran. Era un adulto y podía controlarse pero…. No estaba mal dejar salir su necesidad, el alcohol y la primera compañía que encontrara servirían como consuelo esa noche pero antes necesitaba arreglar un asuntito pendiente. Sasori tomó su celular y marcó el contacto registrado como “gato”

 

 

-¿está todo listo?, sabes que no me gusta la impuntualidad, dile que si no está en una hora se cancela el trato y la mercancía se queda en nuestro poder – su tono autoritario era mucho más severo de lo normal. Sasori se veía aterrador

- bien… pero ¿si no llega qué hago? – la voz del otro lado también tenía una voz profunda y segura

-ya sabes que no me gusta las fallas, dale un buen trato, sabes a lo que me refiero – el pelirrojo chasqueó la lengua ante tantas preguntas

-me divertiré mucho, hace mucho que no uso a alguien como bolsa de box

-no dejes huellas, o la pagarás tú – la amenaza fue escalofriante, daba gracias que nadie estaba a su alrededor

-tranquilo jefe lo tengo cubierto, no se enfade

-es tarde para eso

-usted es el mismo demonio…. Hasta me da escalofríos al imaginarme su mirada en este momento

-cállate y haz tu trabajo – el pelirrojo colgó con bastante agresividad, se apresuró a dejar el lugar, no valía la pena permanecer en ese sitio desolado, al menos no por ahora – no dejaré que te me escapes Kankuro… aunque supongo que me odiarás cuando te enteres de esto – suspiró mientras sonreía melancólicamente. Sasori ocultaba un secreto, pero todos tenemos secretos…. La única diferencia es que el suyo … podría destruir su imagen y más que eso… podría arruinarle la vida a él, a sus amigos y… no, jamás dejaría que algo perjudicara a su joven castaño, al menos Kankuro estaría libre de todo eso…

 

 

 

 

Continuará………

 

 

 

 

 

Notas finales:

Kyaaa me gustó hacer un lemon con ese par jejeje, creo que la historia necesitaba un poco de picante asi que salio eso

 

Bueno poco a poco las cosas se rebelan....

espero que les haya gustado

Nos veremos la próxima ^_^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).