Todos tenemos secretos, generalmente son sólo nuestros y nadie más es capaz de saberlos, son un tesoro o un martirio personal pero ¿qué pasa si más personas se ven involucradas en este enredo? Cada secreto tiene un origen, puede ser una travesura infantil, una broma pesada, o algo más grave como locuras por el deseo de riquezas en momentos difíciles. Todos alguna vez nos vimos cegados por la avaricia y un pequeño grupo representaba el horror que ocasionaban ciertas decisiones. Después de tener lo que más desearon sin tomar en cuenta las consecuencias de sus deseos banales, tuvieron un camino lleno de espinas que atravesar
Sasori, Deidara e Itachi se conocían prácticamente desde que empezaron la primaria, su amistad fue duradera y sobre todo demasiado fuerte a tal punto que podían apoyarse el uno en el otro sin ni siquiera dudar un momento. En la niñez compartieron juegos absurdos, bromas, aventuras, disfrutaron de su energía ilimitada. Al llegar a la juventud y empezar a formar su carácter, descubrieron sus gustos, las primeras relaciones sentimentales, los primeros desamores, las primeras derrotas y fracasos, las depresiones ante las crisis, el deseo de triunfar y seguir sus sueños aunque fuesen los más idiotas. A cada uno le fascinaba algo distinto. Itachi amaba las artes marciales y las investigaciones complicadas, era un joven de gran intelecto y estratega nato. Deidara amaba las aventuras y el arte, siempre veía la hermosura en cualquier cosa sencilla. Al final estaba Sasori, de gustos variados pero su pasión más grande era también la más simple, las marionetas, amaba fabricarlas, dedicaba tiempo a cada una y lo hacía con detalle hasta casi ser capaz de lograr una pequeña minimización de su modelo, su astucia para evitar problemas, conseguir senderos fáciles y productivos era su habilidad más representativa y su mayor error. Cuando terminaron sus estudios básicos y era la hora de la verdadera vida independiente decidieron mantener el contacto, cada fin de semana se reunían a beber una copa, a contar su vida, a reírse de cualquier idea descabellada, en ese entonces eran presa fácil
Un nuevo integrante llegó al grupo y arruinó su estabilidad, aunque en ese entonces no parecía tan mala idea. Aquel hombre de mirada intensa, de largos cabellos e inteligencia extrema, se presentó como un simple médico interesado en las investigaciones. Ya ni siquiera podían recordar cómo demonios lo conocieron “ni nombre es Orochimaru es un placer conocerlos” les ofreció una posibilidad de hacerse millonarios a costa de pequeños negocios e inversiones. Mintió diciendo que necesitaba capital para empezar sus investigaciones, que solo le interesaba ganar algo de dinero y que con el tiempo cada uno tendría su parte, los convenció de que al pasar cierto periodo podrían realizar sus sueños sin problemas debido a las jugosas ganancias. Había otros, claro está, pero lo que nunca se imaginaron fue que ellos tres eran los únicos ilusos que no se imaginaban de las oscuras artimañas que ese grupo usaba para tener efectivo. El dinero produce la ceguera, la carencia de buen juicio en las personas y ellos eran la clara evidencia. En cuanto empezaron a obtener ganancias ya no les importó adentrarse más y más en un viaje sin retorno
Ahora, tras varios años de lucha constante, cierto pelirrojo se encontraba bebiendo una copa de tequila mientras revisaba por milésima vez la pantalla de su celular. Maldecía entre dientes y dudaba, su mayordomo le trajo una nueva botella y algunos bocaditos salados, Sasori ni siquiera lo miró o agradeció. El hombre conocía a su jefe y sabía que era un hombre alegre, amable aunque mujeriego pero cuando se encontraba de ese ánimo era mejor no molestar y evitarse pleitos innecesarios. Silencioso salió del salón a realizar sus labores correspondientes. Después de tanto beber, leer y gruñir enfadado, Sasori decidió ponerle fin a sus problemas, necesitaba ayuda y sabía quién se la podría brindar
-Deidara necesito reunirme contigo y también con Itachi – no era una petición era una orden y el rubio ya presintió de que no se trataba de nada bueno – los veré dentro de una hora en el bar de siempre
- ¿Es algo malo? – trató de averiguar algo que lo preparara mentalmente
- se los diré allá…. Pero si no resolvemos esto… caeremos todos
A la hora pactada ya se mostraban los involucrados en aquel lío, sentados y muy tensos pidiendo la primera ronda de bebidas, al menos eso los calmaría un poco
-Sasori si no empiezas de una vez me dará un ataque – empezó el pelilargo de mirada negruzca
- suelta todo de una buena vez Sasori, estamos en una habitación privada nadie sabrá nada – el rubio movía su pie en señal de ansiedad
- necesito que Itachi me dé toda la información sobre cierta persona y que Deidara prepare todo para desaparecer una enorme evidencia – soltó de golpe mientras bebía el líquido de su vaso con rapidez
- ¿tan grave es? – se asustó Itachi mientras imitaba la acción del pelirrojo – ¡demonios!
-no… ya no quiero esto –se quejó el rubio que se tiraba los cabellos con frustración – Sasori en verdad me asustas cuando hablas así
- he tratado de mantenerlos alejados de esto pero necesito ayuda, es urgente – un suspiro largo acompañó el sonido de los papeles al ser sacados de un paquete – este hombre… nos vendió a la policía, al menos les dio la suficiente información para arruinar el último envío
- te conseguiré todo para mañana mismo, me infiltraré en la red policial – lo último, Itachi lo susurró con temor a que alguien lo escuchara, estaba asustado pero le debía todo a su amigo. Sasori se había encargado de sacarlo a él y a Deidara del negocio con la simple condición que tomaría riendas de todos los negocios que en conjunto los tres administraban. Odiaba pensar en lo horrible que debía ser tener todo ese peso en sus hombros y peor aún tener contacto directo con ese tal Orochimaru – éste hombre se me hace conocido
- era la mano derecha de Konan, se quebró en cuanto ella lo abandonó y desapareció sin dejar rastro – el pelirrojo había aceptado la carga debido a que de cierto modo él empezó con todo, fue el primero en creer las mentiras de esa serpiente y convencer a los demás, pero en momentos como ese no tenía opción y debía involucrarlos
- ya veo – el rubio admiraba a Sasori debido a tamaña proeza, estaba en deuda de por vida ya que solo alejándose de todo ese mundo oscuro pudo seguir sus sueños artísticos – dime las dimensiones de lo que debo desaparecer y conseguiré el equipo
- toma – Sasori le entregó otro sobre mostrando un pequeño caserón antiguo – lamento tener que obligarte a eso Deidara pero nadie es mejor que tú en los explosivos
- tranquilo, haré que parezca que fue accidente – el rubio le sonrió débilmente para disimular su preocupación – al menos algo bueno saqué de todo ese lío – Deidara aprendió de uno de los colabores de la serpiente, al principio fue un juego pero ahora le servía bastante
- ¿todavía sigues con esas extrañas formas de “pintura explosiva”? – Sasori se reía bajito matado toda la tensión que se había creado
-ahora es arcilla – se burló Itachi observando el tic que tenía el rubio
- es bastante divertido y me emociona hacerlo, parece que logré encontrar mi inspiración de nuevo – se alegró el rubio recordando las ultimas figuras que realizó, aquellas que aún no las mostraba a nadie y por el contrario estaban ocultas en su taller, les faltaba detalles
- me alegro Deidi – el pelirrojo retomó su carácter normal, el peso que tenía por resolver ese asuntito problemático estaba casi a la mitad – y tú – señaló a al azabache – ayuda a venderlos por una fortuna
Las risas tomaron el lugar, a veces simplemente el estar con sus amigos calmaba sus penas, problemas o lo que fuera. Sasori podía confiar en ellos y agradecía por tenerlos cerca, solo esperaba que nada les arruinara la vida
Pasado el mal trago y acordando los detalles de aquel “asuntito” se dedicaron a preguntar por la obsesión de Sasori. El ambiente se volvió deprimente de nuevo, después de todo el pelirrojo estaba sin ideas para lograr sus objetivos. Sus amigos ofrecieron su ayuda, consejos no muy sanos también “porque no simplemente lo amarras a tu cama o lo encierras en tu cuarto”, “¿y si vas a su casa y lo secuestras?”, otras eran demasiado… extrañas, tal vez en ese punto ya estaban ebrios, ya nada se podía tomar como algo razonable, pero algo si podía hacer. Visitar a Kankuro en su casa, no era tan mala idea… pero eso lo haría después de estar lo suficientemente confiado de que no estaría en riesgo de ser sorprendido por la policía. No podía dejar que la reputación de su empresa se arruinara, Kankuro jamás se lo perdonaría y ese si sería el final de todo
Cada cosa buena…. Trae otra mala….
Neji se veía tan relajado cuando dormía, Gaara podía quedarse admirándolo por horas si fuese posible pero no quería quedarse sin material. Estaba sentado en medio de la sala trazando delgadas líneas en el lienzo que permanecía en su soporte, la pintura en sus dedos evidenciaban su trabajo y las pequeñas gotas en el piso cubierto de periódicos y plástico se adornaban de diferentes colores, era simplemente maravilloso. Nunca se imaginó estar tan relajado, desde su posición podía ver a su novio suspirar entre sueños. Era fin de semana y el día libre del mayor, era una oportunidad perfecta para descansar. Neji había estado jugando con momo y kichi cuando de repente se quedó dormido. Los felinos se entretenían con el ratoncito de hule encima del pecho del más alto y éste ni siquiera se inmutaba ante los movimientos o los maullidos bulliciosos, incluso kichi podía ronronear y acurrucarse en el cuello descubierto de Neji y nada lo despertaba. En verdad debía estar muy cansado como para no darse cuenta de nada, según sabía, Neji había estado teniendo pesadillas constantes por culpa del recuerdo de su pasado y aunque Gaara no supo toda la historia, tenía cierta idea de lo que le ocurrió a su novio en la triste juventud en la que pasó
Gaara lo dejó dormir con tranquilidad y aprovechó para realizar un cuadro con aquella imagen. Últimamente se sentía bastante inspirado, solía estar envuelto en sus pinturas, retratos eran pocos y ahora solo podía pensar en las mariposas que vio en su viaje anterior. Sus pinceles estaban manchados de colores llamativos, su lienzo estaba lleno de vida, se sentía feliz, simplemente eso, desde que Neji había regresado del viaje de una semana todo había mejorado o al menos eso parecía. Kankuro y Temari no estaban sobre él todo el tiempo, lo llamaban siempre pero las conversaciones eran cortas y sin peleas, no volvió a saber del Uchiha y eso le tranquilizaba. El pelirrojo no quería volver a pasar por algo tan horrible de nuevo. Sai lo visitaba para informarle de una nueva exposición en el centro, una en las cuales estaría aquella persona que le enseñó a usar la arena para dibujar con sus dedos. Himawari lo había visitado esa semana, la dulce niña le había alegrado mucho, esa pequeña compañía le mantenía contento ya que compartía las cosas que le heredó su tío Yashamaru, así al menos su legado seguiría vivo. Kakashi también lo visitó junto con el joven que era su pareja, una persona educada y alegre, de carácter dócil y fácil de tratar
Cada cosa iba mejorando y Neji lo volvía todo más… brillante, esa era la palabra perfecta para describirlo. Mantener al castaño a su lado, disfrutar de su compañía, de su paciencia, aquel pequeño problema con el hecho de que no soportaba que las personas se le acerquen de improvisto había desaparecido por completo, y sabía que el hombre que dormía en su sofá fue quien lo hizo posible. Gaara se emocionaba cuando recordaba que era SU novio, el simple hecho de tenerlo a su lado era suficiente
Neji tardó un poco en levantarse, al menos porque su pequeña siesta se vio interrumpida por una brisa que de repente ingresó al departamento. Todo eso daba señales de que el otoño estaba empezando, una forma desagradable de despertar siendo que el más alto solo usaba una prenda delgada. Se levantó quejándose un poco por el frio y cerró la ventana, se colocó un suéter que traía consigo, estaba un poco aturdido por levantarse tan inesperadamente pero se dio cuenta que su joven novio se encontraba de nuevo sentado en medio de la sala con un lienzo a medio terminar. Con algo de curiosidad Neji se dispuso a sentarse detrás del pintor y abrasarlo por la espalda, el menor tornó sus mejillas de un leve carmín acentuado por su piel clara, se había avergonzado por ese simple contacto
-¿te molesta si me quedo así? – la voz adormilada del mayor chocó con la nuca del más joven causándole un pequeño cosquilleo en la piel expuesta
-puedes hacerlo – ¿cómo negarse a esa tranquilidad que el otro le transmitía?
-estas calientito – mencionó mientras se abrazaba a la cintura del más joven reposando su mejilla en el hombro del pintor y cerrando los ojos para inhalar el aroma mezclado de las pinturas
- trata de descansar un poco más – le aconsejó el pelirrojo acomodando sus materiales y retomando su concentración anterior, al menos fue lo que intentó
- tu espalda es muy cálida y agradable, me quedaré aquí contigo – susurró Neji mientras suspiraba, desde esa posición podía sentir cada movimiento de su novio, los músculos moverse ante cada trazo, las pequeñas contracciones de sus tendones ante los delicados movimientos, la respiración suave, y lo que más le gusto es sentir el latido del corazón del pelirrojo que al parecer se había acelerado un poco. Sonrió… al parecer estaba un poco nervioso por la cercanía, tal vez sería bueno jugar un poco con la calma del artista, todo solo para poder escuchar qué tanto se aceleraba su ritmo cardiaco. Con disimulo zafó levemente su agarre y dejó su mano deslizarse un poco, reguló su respiración cambiándola a una más calmada, fingiendo que dormitaba
-¿Neji? – al sentir la pasividad de aquel hombre que lo abrazaba se preguntó si en verdad se había quedado dormido
-mm… – el castaño se removió un poco mientras sonreía, al parecer sabía fingir bien, a su vez levantaba sus manos con lentitud y aparente inocencia, con ello también levantó un poco la camiseta y suéter del más joven que saltó levemente. Deslizó uno de sus dedos apenas rozando un poco de la piel del pelirrojo, de inmediato lo sintió tensarse y dejar sus movimientos con los pinceles, sus palpitaciones aumentaron a un tono muy agradable
-Neji… debes ir a la cama, dormirás mejor ahí – su vientre se tensó al sentir aquella pequeña caricia. Era increíble como reaccionaba ante cada toque por más inocente que éste fuera
-mmm…. Pero aquí es mejor – Neji se abrazó un poco más fuerte y con ello dos de sus dedos se colaron entre las prendas acariciando aquella piel de porcelana con suavidad
-ah… - el pelirrojo no pudo evitar soltar un pequeño gemido de impresión, sentir aquellos dedos en su piel le recordaba aquel día en donde lo había tocado en donde jamás alguien lo había hecho – tus… tus manos están frías
-lo siento… - el mayor sintió la respiración irregular del otro y su ritmo cardiaco aumentar de repente. Su travesura había sido divertida, pero debía dejar al más joven hacer su trabajo. Quitó sus manos… o al menos lo intentó
-no… te preocupes – Gaara sostuvo la mano traviesa en la misma posición, quería seguir sintiendo esa cercanía – si tienes frio… te ayudaré – dejó que una de las manos de Neji se adentrara por completo entre sus prendas, tembló ante el contacto frio pero agradable, lo arropó con su propia ropa y presionó sobre su piel – deberías calentarte rápido
- pero te incomodo, ¿verdad? – podía sentir el calor de la piel contraria, el gesto de cariño removió su corazón y besó la mejilla del pelirrojo
- no, al menos te ayudará a calentarte un poco. Te has dormido en ropa ligera y el viento ha refrescado la habitación – parecía ser la excusa perfecta para que lo abrazara
- entonces me quedaré un momento así –dejó su mano quieta por un rato, admirando el trabajo del menor. Estaba fascinado con la pintura así que no se dio cuenta en qué momento empezó a acariciar con dulzura el vientre del menor, haciendo pequeños círculos con sus dedos – es un cuadro muy bello
- … - el menor no respondió, solo se mantuvo quieto sintiendo su piel caliente y los dedos sobre ella deslizándose con cuidado. Algunas corrientes eléctricas lo invadían y suspiró bajito – Ne… Neji… - en cuanto el mayor se dio cuenta del sonrojo y el movimiento involuntario de sus manos se detuvo de inmediato
-lo… lo siento… no me di cuenta – se apartó un poco, quitando sus manos de su ubicación cálida
- … - el menor se giró un poco mirándolo con un tenue rubor – ¿ya estas caliente?
-… - el castaño tuvo que detener a la vocecita en su cabeza que interpretó esa frase… de una manera no tan sana – si… gracias – en ciertas ocasiones se sentía culpable al tener “esa” clase de pensamientos
- Neji… ¿por qué no me has tocado desde aquella vez? – soltó la frase de improvisto y al parecer desconcertó al mayor que lo miraba confundido y de apoco enrojecía, trataba de evitar su mirada
-porque… - desde ese día Neji no había siquiera insinuado volver a tocar a su joven novio y éste a su vez no se lo había pedido. Era verdad que ambos disfrutaron de aquel íntimo contacto pero Neji sentía que su cuerpo no resistiría tanta tentación y… - Gaara yo no quiero forzarte a nada
- ¿porque piensas que me has forzado? – ¿forzarlo? Pero si él mismo deseaba que algo más pasara
- porque… fui yo quien te… tocó, yo… - el rubor en sus mejillas al recordar ese simple hecho, ¿cómo pudo llegar tan lejos?
-Neji… fui yo quien quiso eso – el menor hablaba con sinceridad mientras observaba a los ojos blanquecinos de su novio – caso contrario jamás te hubiese dejado hacerlo
-pero…
- quise comprobar si te sentías tan ansioso como yo – en una de sus pláticas Sai le había dicho que necesitaba ser directo para obtener lo que quería y al parecer el que tomaría la iniciativa sería él
- ¿ansioso?... – el cerebro del castaño trabajó a mil por hora tratando de interpretar de la mejor manera lo que escuchó – ¿Gaara quieres que te sea sincero? – todos sus análisis llegaban a la misma respuesta y era que… Gaara también lo deseaba
- dime, ¿qué sientes? – necesitaba respuestas sinceras y prontas
- te deseo… - el mayor se puso serio – te deseo y no de una forma sana – al diablo la vergüenza, necesitaba sincerarse. Neji sabía que pronto no podría controlarse y debía advertírselo
- ¿desearme? – su corazón latió con intensidad, esa palabra despertó en él un deseo carnal
- Gaara tu despiertas en mi… despiertas instintos primitivos en mi… no tienes idea de cuánto te deseo Gaara y eso me asusta un poco. No quiero hacerte daño
- ¿por qué no me lo dijiste antes? – ¿acaso pudieron evitarse tanta espera?
-porque estas cosas no se dicen así de fácil – admiró los ojos turquesa enfrente de él, lo miraba con algo… que no sabía identificar
-¿desde cuándo?
- desde… desde la primera vez que te vi. Lo siento pero yo me siento atraído por ti desde la primera vez… sé que es demasiado… - se calló de pronto, había muchos términos y palabras para describirlo pero no podía encontrar algo adecuado
-¿pervertido?
-se escucha demasiado feo si lo dices de esa forma… - había sido horrible escucharlo de una forma tan sincera – yo en verdad lo siento
-¿has estado aguardando desde ese entonces? – Gaara no sabía si sentirse halagado, feliz, enfadado o frustrado, tal vez todo ello a la vez
-Gaara yo te amo, nunca te haría nada que no fuese correcto, pero… creo que te mereces sinceridad
- ¿sabes qué es lo que pienso?
-me da un poco de temor escuchar lo que me tienes que decir – cerró sus ojos esperando ser insultado o peor
-…- el pelirrojo se acercó de modo tal que Neji tuvo que soportar su peso con uno de sus brazos, retrocedió instintivamente cuando al abrir sus ojos vio al más joven acercarse pero… – he estado deseando tener sexo contigo desde hace mucho – el menor lo besó con necesidad, abrazándose al cuello del mayor
-… - Neji no podía creer lo que escuchó, a veces adoraba tanta sinceridad, en esa ocasión le encantó que su novio fuera tan directo. Sus fuerzas flaquearon y se dejó caer suavemente al suelo manteniendo a Gaara consigo, encima, era un sueño – Gaara… – se separó por un momento para admirar el adorable sonrojo del más joven, ahora identificaba el brillo en los orbes turquesa… era deseo
-yo también te deseo Neji – el pelirrojo no escondió sus emociones en esta ocasión. El rubor en sus mejillas, la respiración algo agitada, sus manos estrujando la ropa del castaño, se sentó en el vientre del más alto para tener un soporte. Neji lo miró por unos segundos sin decir ni hacer nada
- … - no necesitaba palabras en ese momento, atrajo al menor hacia él, con suavidad tomó su nuca y lo besó… lo besó con dominio, sin llegar a ser salvaje, le demostró la necesidad que tenía, sus lenguas moviéndose a compás. Lo pegó más a su cuerpo usando una de sus manos y apretando la cintura contraria, deslizándola cuidadosamente en la espalda del pelirrojo que se estremecía poco a poco. Sentía los dedos temblorosos de Gaara en su pecho y otros deslizarse en la extensión de su vientre tocándolo con curiosidad – me gusta que seas sincero – confesó el castaño en un susurro
-¿puedo…tocarte? – la voz temblorosa del pelirrojo resonó en la cabeza del pelilargo
- tienes toda la libertad que desees – estaban recostados en el suelo, todo estaba en silencio y solo sus respiraciones se escuchaban. Neji acarició la espalda del pelirrojo adentrando un par de sus dedos entre las prendas, podía ver como el más joven cerraba los ojos y se arqueaba levemente mientras suspiraba bajito
- empezaré – con un sonrojo en sus mejillas empezó a adentrar una de sus manos debajo de la camisa de Neji, deslizando sus dedos en la piel, delineando cada musculo bien formado, ascendiendo por el estómago. Su otra mano se unió al recorrido delineando el camino que formaban las costillas, dudó un poco en tocar los pezones contrarios pero no se detuvo, escuchando los pequeños gruñidos que su novio soltaba – están… duros – los masajeó con cuidado observando cada reacción del otro, quien se mordía el labio inferior. Gaara podía sentir claramente como el pelilargo apretaba la mano que agarraba su cintura
- es normal – sonrió ante la vergüenza del más joven que siguió con su tarea, podía sentir la delicadeza de cada roce, subiendo por su pecho. Neji deseaba que nadie más viese la expresión que Gaara tenía en ese momento, solo él tenía el derecho de observar cada faceta oculta – ¿quieres… que me lo quite?
-lo haré yo – subió todas las prendas con tranquilidad disfrutando del cuadro, era como una película y quería memorizarlo. El castaño levantó un poco su cuerpo para ayudarlo en la tarea de retirar las prendas, Gaara deslizó sus manos por los brazos de Neji recostándose sobre él en el proceso. El mayor lo besó mordiéndolo de vez en cuando y apretándolo con cuidado, sin causarle incomodidad, enredó sus dedos en aquellas hebras rojizas, aunque Gaara estaba usando el atuendo manchado de pintura para Neji nunca dejó de verse hermoso, por el contrario
- ¿puedo acariciarte también? – nunca dejaría de pedir permiso para actuar, era una costumbre que había creado. Al ver el asentimiento del más joven llevó su mano a uno de los muslos del pintor para masajearlo con sutileza, delineando el contorno y acariciando cada zona sin explorar
- hazlo – exigió el más joven avergonzado por cada toque sinvergüenza – quiero sentir tu dedos en… mi piel – las manos de Neji se deslizaron con cuidado hacia arriba acariciando sus nalgas por encima de la ropa y Gaara no pudo evitar jadear e incrustar sus uñas en el pecho del mayor. Su mente se estaba nublando debido a la excitación, podía sentir su miembro apretado por la ropa interior. Una de las manos del castaño se deslizó por debajo de su camiseta tocándolo con rudeza, desviando su camino hacia su vientre y ascendiendo. El pelirrojo se separó un poco para que esa mano no tuviera dificultades en seguir con su camino y uno de sus pezones fue atacado con delicadeza. Sentía temblores ligeros recorrerle por todos lados y sin querer aruñó un poco el vientre de su atacante que jadeó profundamente – lo siento… es que…
-¿te gusta? – la voz profunda de Neji demostró su estado, estaba dejando que la lujuria contenida saliese a flote; se levantó ligeramente sosteniendo al pelirrojo contra su cuerpo – Gaara, ¿no vas a seguir tocándome? – preguntó al no sentir movimiento alguno sobre su cuerpo. Lo besó con pasión entrelazando sus lenguas con necesidad y apretando las caderas del más joven mientras aun acariciaba el pezón contrario y pellizcaba el otro. Esa acción hizo que el pelirrojo gimiera arañando los brazos bien formados que sostenía con desesperación. Neji descendió dándole pequeños besos por el cuello, lamiéndolo y mordiéndolo con delicadeza, levantó la camisa del más joven y besó el pecho expuesto que se mostraba tentador
- ahh… Ne…ji – el pelirrojo se arqueó al sentir una de las manos del otro acariciando su miembro y sin evitarlo movió sus caderas de forma pausada. Pudo sentir la erección del pelilargo chocando con la suya y aprisionó a su novio con sus piernas para acercarlo más. Sentir el calor en sus intimidades era lo más excitante, desearlo y a su vez sentirse deseado, los jadeos del mayor y los suyos propios no se hicieron esperar – estás… duro
- tú causas esto en mi – susurró en el oído del más bajo mientras mordida levemente el lóbulo derecho, Gaara se abrazó al más alto con fuerza deslizando sus dedos por los omoplatos desnudos. Esa espalda amplia estaba caliente, moviéndose de manera irregular debido a la necesidad de aire, mordió el labio inferior del contrario que se encontraba disfrutando y hundió sus dedos en las largas hebras castañas que se deslizaban en el cuerpo del más alto. Le gustaba aquel cabello porque le daba un toque informal y rudo
- me gusta eso – el pelirrojo susurró entre el beso, sintiendo como la mano que masajeaba su intimidad intentaba ingresar entre sus prendas inferiores, escuchó el zíper y gimió sonoramente al sentir los dedos en su miembro – hazlo – de inmediato sintió el vaivén tortuoso, aquel que había estado soñando con repetir, el mismo que le hacía perder la cabeza. Apretó el agarre en la cabellera contraria retomando el pasional ósculo, explorando la cavidad del más alto que gruñía bajo, deslizó su mano por el vientre ajeno. Él también quería tocarlo
- ¿qué haces? – la masturbación se había detenido y el pelirrojo se quejó
- no te detengas… yo solo… quiero intentarlo… también – tenía derecho de hacerlo
-no es necesario
-si lo es
-Gaara…
- también debes disfrutarlo… la última vez… tú – la última vez no pudo tocar a Neji, quería hacerlo, quería sentir su piel, quería sentir el miembro entre sus dedos
- está… bien – el más alto retomó su tarea con suavidad mientras sentía las temblorosas manos del pintor deslizarse por su vientre, desabrochando los botones que impedían su paso. Gruñó alto y apretó la punta del miembro que masturbaba cuando pudo sentir uno de los dedos del pelirrojo adentrarse en su ropa interior, besó al más joven que se mantenía agitado y sin moverse más – si no quieres hacerlo… está bien… puedes detenerte
-no – Gaara adentró sus dedos sintiendo claramente el vello púbico rozar su piel y al final… estaba el miembro del castaño, caliente, duro, palpitante. Gimió al sentir otro apretón en su erección, pero no se detuvo e imitó con torpeza los movimientos del más alto. Neji jadeó en cada movimiento, acompasando el vaivén y disfrutando del placer en su cuerpo, deleitado por los gemidos profundos de su novio
-Gaara… te amo – aumentó el ritmo de su mano haciendo que el cuerpo del más joven se arqueara de placer y a su vez esos dedos delgados dejaran de tocarlo, en vez de eso Gaara lo agarró por los hombros para sostenerse. Los gemidos fuertes eran música para sus oídos y sintió el líquido pre seminal mojar sus dedos
-Ne...ji… tú también… yo – el más joven intentaba hablar pero su respiración agitada y sus gemidos descontrolados no se lo permitían. El mayor sonrió captando la idea y se detuvo un momento. Se sentó apoyándose en el sillón cercano y colocó a Gaara encima de él lo más cerca posible para que sus erecciones se unieran
- ¿así… está bien? – tomó las dos erecciones y las movió juntas. Gaara gemía más alto en cada movimiento, incluso movía sus caderas con agilidad. El ruido obsceno que ocasionaban su miembros goteantes al ser masturbados adornaban el lugar, los gemidos y gruñidos combinados, las respiraciones agitadas… daban muestra de la tremenda necesidad, del profundo deseo mutuo
-Neji… ya… viene – sintió su cuerpo arder, temblar, sentía la electricidad llenar su vientre bajo, sabía que terminaría por correrse pronto y observó la sonrisa de su acompañante que aumentó el ritmo de su mano y lo acercó para besarlo con salvajismo. El grito de placer al dejar salir su esencia se ahogó entre sus bocas, el clímax los dejó exhaustos y permanecieron sentados en el mismo lugar hasta calmarse un poco
Neji besó con ternura la cabeza de su novio que al pasar unos minutos ya podía respirar con normalidad. Se arregló y prosiguió con el pelirrojo que no quiso separarse de él, lo limpió con cuidado borrando las evidencias de su descaro. Sonrió ante la felicidad que lo embargaba, sabía que era correspondido, que su joven artista disfrutó del contacto y seguramente lo repetirían. Acarició con delicadeza la espalda del otro que mantenía su rostro escondido en el espacio de su cuello, la respiración cálida chocaba con su piel como una brisa veraniega
Continuará……