Después de un silencio cómodo el ambiente cambió de inmediato, a penas y habían empezado con las demostraciones físicas de sus sentimientos en cuando la primera preocupación llegó….
-Neji… - el pelirrojo se incorporó de manera calmada, el sonrojo en sus mejillas aún persistía, admiró los ojos aperlados del castaño que lo miraban con ternura, sintió la leve caricia en su mejilla y el casto beso recibido de repente
- ¿Qué sucede? – repitió el ósculo una vez más para memorizar el sabor de los labios que ahora tenían un tono rosa un poco intenso
- ¿por qué nunca vas hasta el final? – su duda más grande necesitaba respuestas claras, ¿acaso no había confesado que lo deseaba intensamente?
- ¿a… a que te refieres? – trato de hacerse el desentendido pero el pequeño chasquido emitido por su novio le hizo entender que no tenía ninguna oportunidad de evitar el tema
- Neji yo también puedo leerte muy bien – el más alto desvió su mirada, sabía que debía responder pero le ganaba la vergüenza o la duda, ya ni siquiera sabía que sentía en ese momento
- lo sé… pero dime, ¿acaso esto no es suficiente?
- no – claro que no era suficiente al menos no para calmar su curiosidad – Neji sé muy bien que esto no es ni el principio
- es bastante complicado
-quiero una razón convincente Neji, te dije que quiero tener sexo contigo pero tú… no lo has hecho
- ¿quieres hacerlo? – admiró el rostro apacible que le fascinaba
-si – lo anhelaba, sabía que había más cosas que una simple masturbación, quería hacerlo… quería llegar más lejos
- no puedo, no ahora… - suspiró profundo presintiendo que los problemas se avecinaban – solo llegaremos hasta aquí
- me niego Neji, quiero hacerlo – no le gustó nada aquella respuesta, ni siquiera era una respuesta solo palabras ambiguas
- ¿me obligarás? – en el fondo pensaba que sería interesante pero…
- si tengo que hacerlo, lo haré – estaba decidido, le molestaba las frases del castaño, aquellas que ni siquiera tenían sentido
- si te doy una razón, ¿lo dejarás hasta aquí?
- no prometo nada
- tengo un par de dudas Gaara – rozó la mejilla del pelirrojo con su pulgar
-las aclararé si me las dices
- conoces lo que es un doncel ¿verdad? – el menor asintió – ¿sabes si eres uno?
- ¿esa era tu duda? – Neji asintió débilmente y el pintor solo pudo suspirar ¿solo era eso? – Pues no lo soy
- ¿te has hecho un examen?
- muchos y nunca me han dicho nada al respecto
- ¿estás seguro? – su mente recordaba las palabras de Kankuro ¿por qué tanta sobreprotección?
- ¿por qué dudas tanto?
-porque… conozco los detalles del doncelismo uno de mis alumnos lo es, y tu Gaara reúnes las características
- soy delgado y de baja estatura, viene de familia mi tío Yashamaru lo era, tengo facciones finas y otras marcadas al igual que Kankuro, no soy demasiado musculoso porque no hago deporte, eso es todo – se llenó de paciencia para explicar pero al parecer el otro todavía tenía dudas
-aunque me digas eso, yo tengo mis sospechas
- ¿acaso te molestaría si yo fuese doncel? – admiró los ojos perlas que lo miraban atentamente
- ¿por qué lo haría?
-porque ellos son aún más discriminados que los propios homosexuales – había escuchado mucho de ello, en las noticias, en la prensa, en internet y para él… era demasiado tonto, ellos también eran humanos
-nunca me atrevería a ofender o despreciar a un muchacho que fuese doncel
-¿entonces?
-si por algún motivo tu fueses doncel quedarías en estado Gaara y no quiero perjudicar tu carrera ahora que estas ganando tu fama – su sinceridad estaba a flote, no podía quedarse con cada pensamiento revoloteando su cabeza, su joven novio necesitaba respuestas y ahora estaba dispuesto a dárselas
- ¿perjudicar?, ¿Eso es lo que crees que haría un hijo? – el pelirrojo se apartó de inmediato, sintió una punzada, no le gustó esa palabra
-no quise decir eso – trató de explicarse pero el otro no dejó que lo tocase
- si yo tuviese un hijo contigo, seria… maravilloso, me gustaría que tuviera tus ojos – solo imaginarse esa posibilidad lo llenaba de satisfacción
-a mí también me gustaría pero… – una vez más intentó aclararse
- pero nunca lo tendré, soy un hombre en toda mi fisionomía Neji, ¿acaso desconfías de mí?
- Gaara yo no quise decir eso, no te enfades – perdió el control de la situación, estaba empezando a desesperarse
- ahora lo estoy – se levantó para dirigirse a la cocina
-espera Gaara, yo solo quise darte a entender lo que pensaba – siguió al menor a una distancia corta, sin invadir su espacio personal pero tampoco dejarlo alejarse tanto
- no me gusta que desconfíen de mí y lo sabes, no me gustan las mentiras – su voz se tornó dura, la furia lo estaba invadiendo, algo que venía de familia al parecer
- no es desconfianza, no dudaría de tu palabra es solo que…
-¿hay algo más verdad? – lo interrumpió de inmediato
- bueno…
-dímelo
- te enfadarás
-no me importa, solo dímelo – la exigencia firme convenció al castaño
- le prometí a Kankuro que no lo haría, que no tendría sexo contigo, al menos no sin protección – vio a Gaara fruncir el ceño y supo que toda la burbuja de felicidad había explotado
- ¿y tú le haces caso ahora? – su hermano las pagaría, como se atrevía a involucrarse en su vida
- creo que tiene razón… en parte
- desde cuando tienes que tomarte sus exigencias y aceptarlas, eso es algo que yo decido – estaba indignado, ahora resultaba que no solo Kankuro estaba sobreprotegiéndole sino que Neji se le había unido
- él solo quiere protegerte – con calma trató de explicarse pero era constantemente interrumpido
-¿acaso me vas a traicionar con otra persona?, ¿acaso no soy tu única pareja Neji? – su mente trabajaba a mil por hora, cada posibilidad por absurda que tuviera se convertía en razones palpables
-eres el único, Gaara nunca dudes de eso
- ¿entonces por qué usar un condón?… no me trasmitirás alguna enfermedad ¿verdad? – se mantuvo a una distancia prudente observando cada gesto, la tristeza en la mirada perla
-claro que no… pero quiero que entiendas lo que piensa tu hermano y yo…
- no quiero saber… si tienes dudas Neji… te he dicho que no soy doncel, eso debería bastarte
-no solo es eso Gaara, es por…
-no quiero escucharte ahora – estaba enfadado, más de lo que desease, se sentía ofendido, lastimado, insultado hasta rechazado, su mente no andaba bien
-espera Gaara yo…
- arruinaste esto Neji… vete por favor
- Gaara espera, yo no quise…
-quiero pensar Neji… quiero estar solo un rato – calmarse le haría bien, solo mirar la melancolía en los ojos blancos lo hizo recapacitar y darse cuenta que estaba hiriéndolo y a su vez dejando que la ira que sentía lo dominara
-está bien, me iré entonces, descansa… Gaara
Con un suspiro Neji tomó sus cosas y a su mascota que de repente apareció en el pasillo, vio al pelirrojo por última vez, estaba realmente enfadado y ni siquiera le devolvió la despedida, salió sin desear hacerlo, había arruinado el momento, lo que debería ser una emoción intensa se había convertido en un extraño dolor en el estómago
Gaara vio salir a su novio y la ira que sentía estalló, con rabia se dirigió a su cuarto y tomó el teléfono marcando el contacto de nombre “Kankuro ni-san”, esperando que alguien contestara, mandaría al demonio a su hermano ¿Quién se creía que era para intervenir en su vida sexual?
-¿diga? – una voz bastante familiar se escuchó del otro lado y no era su hermano
- quiero hablar con Kankuro – se llenó de paciencia momentánea después de todo no tenía que desquitarse con alguien que no estuviera al tanto de la situación
- ¿Gaara?... Gaara ¿cómo has estado? – la alegría de la mujer al teléfono resonó en cada palabra
-Matsuri hace mucho que no te escuchaba – había perdido contacto son su amiga de infancia desde que salió de su casa, a veces le hacía un poco de falta sus pequeñas pláticas
-me alegra saber de ti, dime ¿que necesitas? -
- a Kankuro, ¿Por qué tienes su celular? – era extraño que su hermano olvidara algo tan necesario para sus negocios, el castaño nunca dejaba de lado su celular, era demasiado precavido sobre eso
-vino a platicar conmigo y se le olvidó, ¿es algo tan importante? – la chica sonaba un poco ¿nerviosa?, tal vez se estaba imaginando cosas
- no… solo… si te llama dile que necesito hablarle – su hermano tenía mucha suerte caso contrario habrían peleado de manera muy brusca
-¿estás enfadado?
-mucho… Matsuri no quiero charlar ahora, cuídate… te veré después
- está bien, no veremos otro día, cuídate
A veces pensaba que su hermano podía presentir cuando lo buscaba para pelear, se frustró tanto que terminó lanzando su celular pudo verlo caer debajo de su cama, suspiró y se alejó del lugar, necesitaba relajarse un poco y tal vez un baño lo ayudaría, se desnudó con lentitud y con cada prenda en el suelo, dejaba que alguna sensación negativa se fuera, al final solo podía recordar el dolor en la mirada perla, había sido muy duro y había exagerado… pero que desconfiaran de su palabra era simplemente horrible, basó su vida en la sinceridad, honestidad y todos los valores que su tío le enseñó, era normal que se ofendiera
En la bañera dejó que el agua caliente se deslizara sin control sobre su piel, sin pensarlo de pronto estaba recordando cada caricia que hace poco le habían ofrecido, se llenó de vergüenza incluso sintiendo sus mejillas arder, era espectacular que sintiera una inmensa paz al derramar su esencia al alcanzar el orgasmo, la profunda excitación al sentir la dura excitación de su amante entre sus dedos, el roce intimo entre sus miembros, las caricias en su pecho y espalda, los besos hambrientos y llenos de deseo sin control, la piel caliente y la pequeña capa de sudor en sus cuerpos, los gemidos propios y ajenos, los suspiros y los gruñidos, había disfrutado tanto de ese momento… ¿por qué demonios se había tenido que arruinar todo?, con rabia abrió más la llave de agua y sintió el intenso frio invadir su piel, se apoyó en una de las paredes y dejó que el líquido helado se llevara su enfado, después de eso solo necesitaría platicar un poco con Neji y arreglar las cosas… pero primero hablaría con su hermano
Los secretos de mi vida….
Sasori se encontraba sentado en el sofá de su estudio, en su casa había tanta calma que a veces era deprimente, necesitaba compañía y en ese momento se puso a pensar en su futuro, una familia sería perfecto y solo podía pensar en una persona para una ocasión así de especial, a pesar de lo malhumorado que fuese Kankuro podría ser una grata convivencia, seguramente sería divertido tenerlo junto a él, suspiró profundo, si las cosas no mejoraban el castaño terminaría enterándose de todo y ni siquiera le dirigiría la palabra, eso sería lo mínimo que haría, estaba perfectamente consciente de que el castaño había luchado por sacar a flote la empresa para cumplir los sueños de su difunto padre, admiraba la tenacidad y gran resolución que tenía Kankuro, correcto, leal y confiable un perfecto prospecto para padre de familia, incluso uno de los accionistas estaba considerando unir a su hija con Kankuro, ¡ja! como si el pelirrojo fuera a permitirlo, pero era evidente que si no lograba retener al castaño para él… se lo robarían de inmediato
Su celular lo sacó de tantas meditaciones y lo agradecía, era su subordinado informándole que todo salió a la perfección, el involucrado fue enviado a lo más recóndito del mundo sin comunicación alguna, con amenazas permanecería bajo extrema vigilancia, la evidencia había sido destruida y ahora mismo los bomberos apagaban el fuego, sonrió satisfecho podía estar en paz un rato más pero… debía pensar en una forma de salirse de todo eso, necesitaba estar limpio para concentrarse en su castaña obsesión sin preocupaciones, el problema era que el nuevo “Orochimaru” sustituto no se las dejaría tan fácil, ya se había reunido con ese hombre y era como ver a la copia de la serpiente, analizándolo y tomándose su tiempo para responder, era horrible pero claro él nunca se dejaría intimidar por un miserable como ese “solucionaré todo este lío pero quiero que me dejes en paz de una buena vez, sabes que me gusta llevar mis negocios de manera independiente” recordar sus palabras y la risa sonora del peliplata lo hacía sentirse asqueado, la respuesta simplemente fue… “estás unido a nosotros, si caemos tú también lo harás, así que… llevémonos bien Sasori-kun” , odiaba a ese tipo aún más que al propio Orochimaru, era tan… idiota y arrogante, solo había una solución para salirse de ese lío y era dejarle el cargo a otro, a alguien lo suficientemente bueno para que el tal Kabuto ni Orochimaru se quejara del abandono y lo dejaran en paz, además tenía que borrar cualquier rastro que ligase su existencia con relación a esa banda de criminales, le llevaría tiempo… aun nada estaba listo, claro que había comenzado a borrar los detalles desde hace tiempo pero las cosas no eran tan fáciles y peor aún, buscar un reemplazo era casi tarea imposible, solo le quedaba tener fe en su buena suerte y sus habilidades de manipulación, tenía que salir de ese agujero negro sea como sea
Por otro lado….
-Sabes Kimimaru… parece que tu queridísima presa ni siquiera sospecha que está siendo acorralada – Kabuto permanecía parado en frente de la ventana de la habitación que usaba para comandar a todo el grupo – Haku y Zabusa me han mandado la información, tenemos bastantes flancos donde atacar, será divertido
- ¿ya recolectaron todo? – no podía evitar sentirse emocionado incluso mostrando una leve sonrisa, su queridísimo “amigo” llegaría pronto
- aún les falta un poco, pero alégrate Kimimaru… pronto lo tendrás aquí – se burló el hombre de lentes – prepárate irás a la siguiente ciudad, necesito que prepares el siguiente cargamento
- ¿me quitarás la satisfacción de admirar como Neji viene a ofrecer sus servicios por sus propios medios? – reclamó el ojiverde algo molesto
-para nada – se acomodó los lentes y ocultó esa siniestra sonrisa – digamos que quiero que te relajes un poco
- ¿y eso que tiene que ver? –
- muchas cosas pasan por alguna razón, solo sigue mis órdenes y no te arrepentirás
Kimimaru siguió las órdenes dadas con desgano pero sabía perfectamente que su jefe se traía algo entre manos, casi podía decir que en ciertas ocasiones podía ver el futuro o algo así….
Decisiones…. dolorosas
El mismo día en donde Gaara y Neji pelearon, cierto castaño se había puesto de mal humor tras haber sido acosado por cierto pelirrojo en la oficina y no estaba exagerando, ese día el muy maldito lo había acorralado en la sala de reuniones después de que todos se retiraran, no era nada agradable que lo apretaran en contra de una pared y lo besaran con agresividad, sin ninguna explicación sin siquiera advertirle o darle una mínima señal para poder escapar, además ¡con un demonio, estaban en la oficina!
Como pudo se liberó y le propinó un golpe en el estómago a su agresor, no dijo nada, salió de ahí rumbo a su oficina para encerrarse y recostarse en el sofá, “pero en que está pensando el maldito bastardo” dejó caer todo su cuerpo y terminó viendo el techo con interés, se había mareado, no le gustaba nada esa sensación, desde que descubrió su estado los síntomas estaban empezando, fue como si ese simple papelito con la palabra “positivo” hubiese encendido algo en su interior o que su pequeño hubiese reaccionado de repente, suspiró cansado cerrando las ojos para así aliviar su cabeza al menos lo intentaría
-Señor, tiene visita – la voz de su secretaria en el intercomunicador era molesta y gruñó, no tenía ganas de ver al maldito que seguramente venía a fastidiarle más la vida
- no quiero tratar con nadie – a penas y pudo levantarse para sentarse en su escritorio y contestar
-pero dice que es muy importante
- ¿quién es? – se frotó la cien en busca de paciencia
- es Haruno-sensei – la sorpresa más grande del día estaba empezando
- hazla pasar – no pudo controlar la inmensa curiosidad al ver a la mujer en su oficina, ¿no se supone que era una persona ocupada? ¿Qué hacía aquí?
- he venido a chequear tu estado – la pelirosa le había dado una explicación sencilla y en el fondo le agradecía ya que estaba a punto de sentir el mundo moverse de manera extraña, ya le había pasado con anterioridad
- dígame que tiene algo para evitar estos horribles malestares – se quejó mientras trataba de recuperar su compostura
- algo así – sonrió la mujer al ver a su paciente en un estado bastante problemático para un hombre que jamás se hubiese imaginado pasar por todo eso
-entonces dígamelo – se paró para regresar a su cama improvisada y sintió que su cuerpo perdía el equilibrio, fue socorrido de inmediato por la doctora
- ¿estás bien?, al parecer estas empezando a tener problemas – analizó las expresiones de molestia del castaño y de inmediato pudo adivinar cada síntoma exagerado
- no me he sentido bien últimamente – confesó al llegar al mueble
- ¿por qué no has ido al consultorio?, te lo dije Kankuro esto es muy complicado y necesitas cuidados especiales – el regaño no debía faltar, necesitaba ser dura con sus pacientes difíciles y Kankuro era un cabeza dura
-he tenido muy poco tiempo libre sensei no puedo darme el lujo de dejar todo así – esa semana llegaban los pedidos y necesitaba programar varias reuniones con los inversionistas para decidir una nueva fuente de ingresos, ese era su día a día
-bueno… dime que síntomas tienes – comprendía la situación de su paciente pero también debía discutirle el hecho de que necesitaba un descanso
- mareos, ahora son más comunes, no puedo soportar más de 4 horas sin tenerlos – gruñó ante la incomodidad que sentía, estaba siendo muy complicado sobrellevar eso
- ¿qué más? – mientras revisaba en detalle al castaño, escuchaba atentamente cada síntoma redactando en su memoria un historial médico
- cansancio, tengo la necesidad de dormir a cada momento a pesar de que cumplo con las 8 horas diarias, los antojos son leves en ciertos días pero en otros son un problema, es muy extraño que pida un postre de fresas y moras a las 10 de la noche, mis empleadas me han estado preguntado si tengo algo malo – sonrió al recordar la noche pasada cuando la cocinera estaba preparando su pedido en pijama y a su vez le interrogaba para tratar de encontrar algo malo con él
- ¿solo eso? – había algo que evidenciaría su teoría y con cuidado abrió la camisa del hombre para examinar si tenía algún tipo de cambio
- nauseas… en especial cuando veo a… cierta persona – para ser específico al pelirrojo, solo con observar esos ojos marrones sentía su estómago revolverse, no sabía si era normal pero hasta era un poco gracioso que su pequeño hijo odiara a su padre tanto como él
- te advertí que no sería nada fácil – un suspiro cansado salió de los labios de la mujer – como pensé, tu cuerpo está cambiando drásticamente, incluso ya tienes una pequeña curvatura en el vientre – la mujer le sonrió con ternura retirando su mano del estómago del castaño
- ¡no bromee sensei! – se levantó incrédulo, ¿acaso había cambiado tan rápido?, eso era ¡imposible!
- puedes notarlo ¿verdad?, aquí – la doctora señalo el estómago del castaño y éste con algo de duda acarició con delicadeza la zona, de inmediato sus ojos se abrieron con sorpresa
-es… verdad – no era muy notorio, ni siquiera se había dado cuenta, pero ahí estaba una ligera curva… ¡no podía ser cierto!
- tienes un metabolismo acelerado Kankuro – la doctora se paró para estirarse un poco y de paso pensar en el método más indicado para la presente situación
-¿y eso es un problema? – el miedo de pronto se apoderó de su cuerpo haciéndolo olvidarse incluso de los malestares de los cuales se quejaba hace poco
-no, cada embarazo es diferente pero debemos tener cuidado, te quiero de inmediato en el hospital para algunos exámenes, quiero saber cómo está tu presión y tu nivel de anticuerpos
-no puedo sensei tengo algunas cosas que… - se calló al sentir la poderosa mirada verdosa sobre sí
-no quiero peros Kankuro, ¿acaso no dijiste que cuidarías de ti y del pequeño? – la mujer estaba con los brazos cruzados sobre su pecho mirándolo con reprobación
-si lo hice… pero…
- vamos – ordenó mientras se dirigía a la salida – avisaré a tu secretaria, alístate nos vamos ahora mismo…. Kankuro nunca debes olvidar que ahora tu prioridad es tu hijo
- es cierto, perdone mi estupidez – se golpeó mentalmente ante cada palabra que salió de su boca, era cierto ahora debía priorizar al pequeño – solo déjeme avisarle a mi socio para informarle de mi salida
-te espero afuera – la doctora salió y en seguida le ordenó a la secretaria cancelar las citas de ese día, que se llevaría a su paciente, aunque la mujer estaba preocupada la pelirosa logró calmarle con un simple “parece que su estrés le está jugando una mala pasada”, Kankuro ya se lo había advertido, por el momento es un secreto entre ellos dos
-Akazuna-san… - a Kankuro no le gustaba llamar a ese tipo pero en esos momentos debía tomar la responsabilidad – necesito que…
-¿acaso vas a reclamarme por lo que te hice hace rato? – el pelirrojo parecía bastante enfadado y su voz seria confirmaba su estado
- no quiero hablar de eso y menos por teléfono – mientras hablaba terminaba de acomodar su ropa y tomaba las cosas necesarias para salir de inmediato
- escucha Kankuro… no vuelvas a juntarte con ese niño – la última frases sonó como una amenaza
- tú no me ordenas nada, idiota – levantó un poco su voz para dejar en claro su disgusto
- no permitiré que salgas con él – los celos del pelirrojo podían ser bastante intensos y en ese momento lo único que tenía en mente era que jamás dejaría que su castaño lo abandonara
-deja de decir tonterías… - una idea llegó de pronto ¿acaso la razón de la reciente estupidez del castaño fue solo porque Kiba…? – solo por eso me… - ahora sí que no estaba para soportar tantas tonterías, el jueguito del pelirrojo estaba yendo demasiado lejos – ¿eres imbécil acaso?
- tú me perteneces – el castaño se sintió completamente ofendido, ¿pertenecer? ¿Acaso solo lo quería como un trofeo?, ya sabía que el pelirrojo se enorgullecía de cada una de sus conquistas pero él no formaría parte de su colección
- ¡vete al infierno!… - él no era un juguete, trofeo o algo por el estilo, nunca se esperó que el maldito pelirrojo llegara a verlo de esa forma, en el fondo tenía esperanzas de que… ¡jamás!, él lo odiaba – solo quería avisarle que lo dejaré a cargo de las reuniones de hoy, me ausentaré sin fecha de retorno – cada palabra cargada de odio fue pronunciada en voz calmada para no alertar a la pelirosa que lo estaba esperando
-espera… ¿qué te sucede? – de inmediato la voz de Sasori se tornó preocupada
- demuestra tu eficiencia, no me llames, no quiero escuchar tu fastidiosa voz – colgó el teléfono y salió con la doctora ante la atenta mirada de su secretaria, se despidió con cortesía y le aseguró que la llamaría para informarle cuando regresaría aunque al parecer se tardaría más de un día de trabajo
El camino hacia el hospital fue silencioso, la doctora lo llevó en su auto y él lo agradeció no se sentía en condiciones de conducir, después enviaría a alguien para recoger su propio auto o mejor aún contrataría un chofer, al parecer ahora lo necesitaría, en el camino relató algunas malas experiencias con sus estragos y hasta le platicó de su nuevo amigo el cual lo llamaba ciertos días para preguntarle sobre el pequeño, Sakura sonreía ante la idea de que alguien con la misma característica especial compartiera el proceso de gestación “te ayudará mucho tener a alguien que puede entenderte y a su vez tienes que ayudarlo mucho a aceptarse”
Apenas y pudo llegar al hospital antes de desmayarse de repente, asustando a las enfermeras y a la propia sensei, se despertó en una habitación privada, estaba cansado de ese deja vu, se quedó ahí recostado observando la ventana y las nubes hasta que su doctora personal entró con su típica bata blanca, ella le sonreía con dulzura y se sentó a su lado
- ¿Estas bien? – los ojos verdes lo observaban con detalle y él se incorporó para sentarse y empezar con la odiosa rutina médica
-creo que sí, lamento haber sido tan repentino – suspiró y a su vez daba gracias que eso no hubiese pasado en la oficina
- es normal, además así tuvimos el suficiente tiempo para realizar los exámenes Kankuro – esa doctora podía dar miedo pero podía aprovechar cada oportunidad y su eficiencia era reconocida por los más grandes en el campo de la medicina
- ¿cuánto tiempo he estado aquí? – se fijó en la posición del sol, no podía ser verdad
- toda la tarde –
- ¿tanto? – acaso las sorpresas no terminaban, jamás le había sucedido
- Te seré sincera Kankuro… esto es bastante difícil, tu presión está un poco elevada, tus defensas han bajado y en general desde tus últimos exámenes has deteriorado tu salud, tu cuerpo está cambiando de manera acelerada y necesito cuidar de ti constantemente – la seriedad de su doctora le daba mala espina
- ¿a qué se refiere?
- tus síntomas están siendo bastante extremos, basta con ver tu desmayo para darme una idea
- ¿eso es malo?
- en el caso de los donceles no, es bastante común que sus primeros meses sean caóticos pero hay ciertas ocasiones cuando el caso se vuelve de cuidado, solo ahí necesitan de medicación
- ¿eso no le afectaría al bebe? – la ansiedad le estaba dominando, todos esos términos médicos no le interesaban, el necesitaba una explicación sencilla
- no, este medicamento es especializado – la mujer sacó de su bolsillo unas tabletitas y se las ofreció –desde ahora debes tomarlas tal cual te las indico, con eso tus estragos disminuirán una tercera parte, pero necesito que no te estreses y si es posible dejes la administración de tu empresa a otra persona
-eso es imposible – apretó el dichoso medicamento, su empresa… solo pensarlo le desagradaba
-Kankuro, el estrés va ser un elemento negativo, necesitas estar relajado y dejar tu cuerpo descansar, debes cuidarte al menos por los tres meses que vienen – la doctora tomó su mano y la apretó con fuerza dándole ánimos
- eso es complicado, necesito seguir al mando de todo – necesitaba seguir… había luchado mucho para llegar al nivel en donde se encontraban
-KANKURO DEJA DE SER IDIOTA – la sensei perdió su tolerancia con su terco paciente – te he dicho que no eres un jovencito, maldita sea… reacciona ya – controló el nivel d su voz, pero era difícil no querer golpearlo y hacerlo entender
- tranquila sensei… - el grito que escuchó lo hizo reaccionar, ¿en qué diablos estaba pensando?, no era momento para fijarse en algo material pero…
- tu prioridad es tu salud, maldición – la ojiverde suspiró, se acomodó el cabello rosa con los dedos, recogiéndolos con una liga, necesitaba tranquilizarse
- sabe que esto es muy difícil para mí, soy una persona que se ha defendido solo por años, que se ha mantenido firme ante cualquier situación y a protegido sus intereses familiares y financieros con toda dedicación, solo intente entender como me siento ahora – observó las pastillitas entre sus dedos con interés
-lo intento… pero no puedo, mi prioridad es la vida de mis pacientes Kankuro – Sakura observaba la inestabilidad emocional de su querido paciente y sentía pena
- sensei… me siento inútil, no me gusta eso… esta situación es… es un asco – confesó un poco dolido, nunca se dio la oportunidad de caer en la desesperación y desde que peleó con su hermanito las cosas se le habían ido de las manos
- IDIOTA – una bofetada sonora se escuchó y Kankuro permaneció quieto sin reaccionar – si dices algo así… ¿cómo demonios vas a creer que esto… es un asco, Kankuro? – su mano el dolía, se había enfadado demasiado y la única forma de liberar su ira fue esa… aunque no fue demasiado adecuada
- ¿quieres saber la verdad sensei? – el castaño no levantó su vista, no podía… se sentía como una escoria
-dímela así tal vez te entienda – Kankuro había evitado decirle el nombre del padre o si quiera mencionarlo, también evitó detalles de lo sucedido y estaba también el pedido para que el embarazo se mantuviese en secreto… eran tantas cosas
- hace poco tenía planeado casarme con mi amiga de la infancia, hace poco tenía planeado una vida sencilla con alguien a quien aprecio mucho – su voz se estaba quebrando de a poco mientras seguía confesándose – hace poco tenía mi vida bajo control… hace poco tenia a mis hermanos a salvo y sin problemas… con un demonio – las lágrimas de Kankuro fluyeron con delicadeza sorprendiendo incluso a la pelirroja que jamás vio la debilidad en aquel imponente hombre, desde que lo conoció pudo admirar la fortaleza y la confianza… pero ahora
- Kankuro yo… no quise hacerte llorar… es solo que – la mujer se sentía la peor basura, no era su intención quebrar a su paciente favorito, ahora no sabía qué hacer para calmarlo
- sabe sensei… hace poco yo creía que era un hombre común y corriente luchando por tener una vida normal – trató de controlar su respiración y mantener su voz firme
- eres una persona como cualquier otra con fortalezas y debilidades – la mujer tomó una de las manos de Kankuro acariciándola con cuidado, tratando de reconfortarlo un poco
-no lo soy y usted lo sabe… - se limpió sus lágrimas traicioneras – soy un idiota que se dejó llevar por una noche de copas y culpas – levantó su mirada, y aún no podía dejar de llorar
- Kankuro todos los problemas se solucionan – ahora Sakura podía entender la falta de tacto que tuvo hace un momento, muchos de sus pacientes tenían problemas con su doncelismo pero Kankuro… él tenía problemas más graves, al parecer… ni siquiera conocía al padre del pequeño o…
-éste no… lo siento sensei pero en verdad tengo un problema grave – estrujó las sábanas blancas con sus mano y se alejó de la sensei que se mostraba triste
- tu hijo no es un problema, reacciona Kankuro – con suave voz maternal, intentó hacerlo entender
- mi hijo es por lo que debo luchar, es lo único que me ha mantenido en pie… - la doctora se asombró ante la confesión, estaba equivocada, Kankuro no estaba dudando de su embarazo – debí haber caído desde hace mucho… pero… siempre soñé con ser padre… - las lágrimas se derramaban una vez más y el nudo en su garganta volvió, estaba feliz y eso no lo negaba, esa pequeña vida dentro de él… era un maravilloso regalo, sonrió con dulzura – maldita sea… yo quería tener una familia… yo quería un hijo… y ahora lo tengo, está aquí conmigo – se agarró el vientre con fuerza limpiando el rastro salado en sus mejillas– ahora es la única razón para mi
- tranquilo Kankuro – la pelirosa lo abrazó de forma maternal compartiendo la sonrisa que el castaño mantenía – me hace feliz escuchar eso
- me siento… por Dios sensei… ¿qué voy a hacer? – estaba feliz pero también estaba preocupado por su futuro
-debes seguir adelante, yo te ayudaré en todo, cuidaré de ti con dedicación – la mujer sostuvo el rostro de Kankuro y usando sus dedos limpió las gotitas que resbalaban, le sonrió y reconfortó, no había duda que Kankuro era su paciente especial
- estoy solo sensei… soy un idiota – alejó con suavidad las manos de la mujer y trató de guardar su compostura
-tus hermanos están contigo
- ellos no lo saben aun sensei – evitó la mirada reprobatoria de su doctora
-y ¿por qué?, me dijiste que hablarías con ellos -
- sensei debe prometer no decirle nada a nadie – sus palabras eran en realidad una súplica
-eso es tonto Kankuro… ahora más que nunca necesitas apoyo, son tu familia
- escuche sensei, mi hermana está a punto de anunciar su matrimonio y está triunfando con sus desfiles y creaciones… y Gaara… él es un excelente artista no puedo impedirles nada, quiero que sigan con lo suyo – sus prioridades estaban bien claras pero su mayor dificultad era que su hijo estaba en el mismo nivel que sus hermanos
- entiendo eso pero…
-sensei si ellos se enteran de mi situación dejarán sus sueños de lado y eso… es lo más doloroso que puede haber… lo sé porque yo abandoné los míos Haruno-sensei – cuando tomó riendas de la empresa dejó sus marionetas, sus anhelos de viaje y aprendizaje cultural, todo y eso lo destruyó… sabía que era doloroso, no quería que nadie pasara por lo mismo – esto es una decisión mía, por favor mantenga esta información entre nosotros
-lo prometo, pero tendrás que decirles en algún momento -
-lo haré cuando sea necesario – al menos cuando su estado ya fuera demasiado evidente como para esconderlo
- ¿y el padre? – hasta ahora no había preguntado pero debía saberlo todo, si quería mantener a Kankuro en un buen estado de salud necesitaba informarse de la inestabilidad emocional
- él… sensei este hijo es mío solo mío – su melancolía se notaba
- ¿qué sucedió? – podía darse una idea pero no le bastaba necesitaba escucharlo
- no quiero decirle nada de esto, es un maldito que se aprovechó de la situación
-así que tienes contacto con él
- para el maldito solo soy un juego más… es lo único que tiene que saber sensei – la rabia en sus palabras dejaron que la sensei sintiera curiosidad
- entiendo pero… está bien Kankuro, esto es entre nosotros, pero promete seguir con mis indicaciones al pie de la letra – al menos debía exigir eso
-lo haré
-y también debo contárselo a Tsunade-sama para que me ayude
-le dirá todo
-sí, también tengo que hacerle saber acerca de la discreción acerca de todo esto
-gracias sensei… creo que de verdad necesito ayuda
-nos tienes a nosotras – la ojiverde sonrió divertida al pensar en el pequeño lio que tendría con su maestra aunque al final terminaría aceptando todo
- me refiero a la empresa… la dejaré – sería difícil hacerlo, se había acostumbrado a su vida pero ahora tenía prioridades mayores
-haces bien, necesito que permanezcas en calma y en vigilancia constante
-arreglaré eso hoy mismo
Lágrimas… llanto… tristeza… ¿todo valdría la pena?
Continuará…………….