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Hokoron Maal: Pequeño Enemigo por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Buenooo... un poco tarde esta vez :P pero aqui esta el capitulo.

Una vez, en mi primer escrito alguien me llamo "la señorita del tiempo despues"... y aun no he podido quitarme esa maña de hacer largos saltos en el tiempo en lo que escribo.. XD. Mi respuesta siempre ha sido "no paso nada relevante en ese tiempo" 

Y bueno, de aqui se pone interesante la cosa con estos dos, y la sopresa del final.

Slayer se inclinó por la ventana cuando escucho un auto detenerse. Estaba esperando a Rein, quien obstinadamente le había hecho esperar, y de no ser por todo el tiempo que habían convivido desde que se mudaran, lo habría ignorado. Habían pasado varios meses ya desde que huyera con Rein, y si bien, el inicio de toda esa travesía había sido bastante difícil,  pues a pesar de que Rein ya tenía la edad legal para hacer cualquier cosa y dinero suficiente para igual hacerlo, el hecho de que ninguno de los dos tenia identificación alguna había dificultado cualquier cosa que quisieran hacer. Cuando por fin logro dar con las personas adecuadas para reponer todo documento olvidado, él se había negado a hacerse pasar por humano, aunque fuera un pedazo de papel el que lo dijera.  Así, por fin,  había hecho que Rein comprara una casa, no tan lejana de la capital y grande, muy grande. Rein había conseguido un trabajo poco después de eso y él se había limitado a recorrer la zona.

En la calle, Rein bajo del taxi que momentos antes se había detenido en la calle. Abrió la reja que separaba el jardín de la calle.

.- estaba a punto de irme.-

.- llegue temprano.-  la voz de Rein tembló un poco. Seguía teniéndole algo de miedo, no lo miro cuando dejo las cosas.

.- no diría nada si ya hubieras comprado un auto.-

.- no quiero comprar un auto.- Rein entro en la cocina.

.- como digas. Luego lloraras por no obedecerme.- no hubo respuesta, pero escuchaba el rozar de las cosas que Rein movía.- el tren sale en una hora.

.- me lo dijiste esta mañana.-

.- ¿y aun así me sigues haciendo esperar?-

.- lo siento.-

.- ¿estás haciendo esa porquería otra vez?-

.- es solo café.-  odiaba el café. El olor le picaba en la garganta y el sabor le quemaba la lengua. Rein lo tomaba mucho, solo lo toleraba por el hecho de que Rein se encargaba de todo. Vivir con humanos no había sido tan desagradable como pensaba, pero eso no evitaba que siguiera quejándose.

.- sigue siendo una porquería. Muévete o te dejare. No sé a qué demonios quieres ir.-

.- solo…-

.- muévete.- estaba atardeciendo. Camino hasta la parada de autobús más cercana, que de cercana no tenía nada, a su parecer. Rein no dijo nada, y hacia bien o le reclamaría de nuevo por no querer un auto. Tenía muy claro el recorrido que haría.  Tomaría un tren hasta el pueblo más cercano y luego se adentraría en el bosque. Cuando le dijo a Rein que iría al bosque, él había insistido en ir. Le seguía exasperando esa actitud obstinada de niño mimado que Rein podía tener en ocasiones. 

Cuando llevaba cerca de una hora en el bosque había oscurecido por completo. Tras él, Rein se había quitado el abrigo y tropezaba cada poco tiempo, llevaba una mochila con comida y un termo de café.  Finalmente encontró lo que quería: un espacio abierto.  Se adelantó un poco, valorándolo.

.- aquí está bien.- Rein se sentó en el pasto, dejando la mochila a un lado, la abrió y se puso a sacar cosas. El regreso, parándose a un lado de Rein, observando.

.- creí que estaba perdido.- susurro, sacando un sándwich y desenvolviéndolo.

.- yo no me pierdo.-  se burló, mientras le quitaba de la mano el sándwich desenvuelto antes de que le mordiera.

.- yo me perdí en el bosque una vez.- Rein había sacado otro sándwich, después de mirarlo con resignación.

.- no es raro.-

.- ¿eh?-

.- que no me extrañaría que te perdieras, eres muy torpe.- Rein hizo un gesto de disgusto, pero no le dijo nada. No sabía si en realidad era torpe o solo su nerviosismo lo volvía torpe en algunas situaciones, aun así Rein no le desagradaba, era muy sencillo convivir con él: casi nunca se quejaba, no cuestionaba nada y cocinaba bien.

.- hoy había una fiesta.- comento de pronto, distrayéndolo.

.- ¿y a mí qué? Si querías ir me da igual.-

.- a-aun… aun no me… siento cómodo con las personas.- eso no le sorprendía, después de pasar unas noches en diferentes hoteles, Rein le había contado que a pesar de tratar de vivir normalmente, no confiaban en las personas. El plural se refería a la madre de Rein. Su propia aversión a los humanos parecía haber incrementado el recelo de Rein. Se levantó, mirando al cielo. La luna llena era impresionante en ese lugar, y el cielo tapizado de estrellas lo llamaba de una manera intensa. Avanzo, haciendo un gesto para que Rein no lo siguiera. Por ese motivo había ido a ese lugar, deseaba volver a volar y sentir la velocidad.  Siguió caminando, mientras dejaba que su forma cambiara. Para cuando paso el centro del claro, sus alas ya se habían extendido. Avanzo más, antes de volar. La velocidad, la altura, el viento… bajo hasta las copas de los árboles y voló rozándolas, aun a mucha velocidad.

Volvió al claro cuando se sintió completamente satisfecho.  Volvió a subir, más y más… y luego descendió en picada hasta el claro, para posarse elegantemente en el pasto. Rein seguía ahí, observándolo con asombro y se había puesto de pie. El único motivo por el que había dejado que Rein fuera con él era porque quería comprobar el motivo por el que los ojos de Rein cambiaban. Había pensado que el ver a otro dragón en su forma original era la causa, pero en esos momentos los ojos de Rein seguían siendo normales.  El viento era frio, podía sentirlo, y llevaba con él un olor que tardo en ubicar. El olor le trajo el recuerdo lejano ya de cuando había caído en el bosque. En ese entonces no había prestado mucha atención, y su olfato como humano no tenía la misma capacidad que en ese momento. El olor de Rein era… interesante. Tenía un poco del olor dulce y algo metálico de los humanos, aunque no era completamente humano, y no podía compararlo con otra cosa. Se movió, acercándose a Rein, tratando aun de averiguar que era ese olor. Rein no se movió.  Lo miro, notando que era la primera vez que se encontraba frente a un humano de esa manera. Vio como Rein levantaba la mano, dudoso, y luego la extendía lentamente. Supo lo que pretendía aun antes de que la mano de Rein lo tocara.  Rein suspiro, aliviado. Seguramente había pensado que no le permitiría tal acción, ante tal pensamiento resoplo, moviendo los cabellos de Rein. Luego, levanto su cabeza, empujando a Rein, quien tropezó y cayó sentado hacia atrás.  Se acercó de nuevo a Rein, oliendo a Rein, aun tirado en el pasto.

.- ¿e-esta to-todo bien…?- el sonido tan cercano de la voz de Rein le volvió  a sacar de su mundo. Se apartó, dejando que Rein se sentara. Y no, no estaba bien. Que permitiera que lo tocaran de esa manera, sin que se negara indicaba que algo andaba mal… muy mal.

 

Rein no podía quitar la vista del gran dragón que estaba a unos pasos de él.  Había esperado por un buen rato mirando al cielo, hasta que volvió a ver la sombra negra de Slayer. No logro ver del todo como llego, de un momento a otro ya estaba ahí, a unos metros de él.

No podía negar que le impresionaba. Era completamente diferente al recuerdo que tenia de su madre en esa forma.  Slayer era más grande, de un color negro metálico con algunos tonos cobrizos y las alas como las de un murciélago. En la oscuridad era fácil perderlo de vista, y de no ser por sus ojos, que resaltaban en la oscuridad, probablemente lo habría confundido con el fondo oscuro del bosque. Pese a lo que esperaba, no tenía miedo. Sentía una extraña comodidad, como si estuviera con alguien que lo conocía de mucho tiempo. Slayer se movió un poco, y luego camino hacia él. El suelo tembló un poco bajo sus pies, y luego Slayer estaba a unos pasos de él, tan cerca que podría tocarlo con solo estirar su mano… quería tocarlo. Levanto su mano, no muy seguro de intentarlo, después de todo, su brazo tenia ahora tres cicatrices bastante notorias hechas por el mismo dragón. Slayer no se movió, y lo interpreto como una aceptación. Estiro la mano, y la dejo en la parte alargada de la nariz, acariciando un poco. El tacto era frio, como si tocara metal rugoso.

Slayer resoplo, y una vaharada de aire caliente le sacudió el cabello, antes de que sintiera un empujón y cayera. Al tratar de levantarse, Slayer se lo impidió. Por unos momentos sintió temor al ver tan cerca los filosos dientes del dragón, pero Slayer se limitó a olfatear.

.- ¿e-esta to-todo bien…?- Slayer se movió, dejándolo. Se sentó, buscándolo con la mirada. Slayer estaba volviendo a ser humano, a unos metros de él. El cambio era bastante impresionante, y cuando Slayer giro hacia él la imagen del gran dragón no desapareció de su cabeza.- ¿paso algo?- pregunto, extendiendo una bolsa con ropa,  se giró, tratando de dar algo de privacidad.

.-  nada. Será mejor irnos.-

.- ¿eh?-

.- que ya nos podemos ir.- asintió  y se puso a recoger las pocas cosas que tenía por ahí.- vamos.- Slayer ya lo esperaba en la orilla que hacían los árboles.

.- ¿s-sabes cómo… como regresar?-

.- por supuesto. Ya te dije que yo no me pierdo.- Slayer avanzo, y de nuevo se adentraron en el bosque. Para él era imposible distinguir si era el mismo camino por el cual habían ido.

.-umm…-

.- ahora que…-

.- b-bueno es solo…cuando te encontré llevabas ropa, y ahora….-

.-practica.- Slayer no se detuvo, ni lo miro.- con el tiempo se aprende, no puedo explicártelo porque nunca te has transformado. Hoy no quería esperar.-  no respondió, porque era verdad que no entendería, por lo que se limito a seguirlo por el invisible camino.

Después de caminar por un rato el cansancio de hizo presente, le dio sueño. Entre tropezones y bostezos, no tuvo la fuerza para sorprenderse cuando efectivamente salieron del bosque. No supo cómo llego a la estación, ni cuando subió al tren.  Solo recordaba que el asiento del tren nunca le había parecido tan cómodo.

.- Rein… Rein… joder, despierta.- despertó, sobresaltado.  Slayer lo sacudía, tratando de despertarlo. Se encontraba en el tren, detenido.

.- ¿Dónde estamos?- se levantó de prisa.

.- acabamos de llegar, si no bajamos nos llevaran. Bueno, te llevaran. si no despertabas te dejaría.-   se tallo los ojos, tratando de despertar. Slayer le tomo la mochila y lo jalo del brazo.- de verdad que eres tan…- un suspiro completo la frase. Salieron de la estación.

.- ya no quiero caminar.- murmuro, aun sentía su cabeza aturdida y soñolienta. Slayer solo gruño y lo dirigió a la fila de taxis.Ya en el taxi volvió a dormirse. Él no se cansaba con facilidad y por eso en la escuela solía tener buenas puntuaciones en atletismo,  pero nunca había caminado tanto tiempo. Cuando volvió a despertar se encontraba en el suave sofá de la casa. Se sentó, bostezando.

.- ¿ya estas despierto?- Slayer apareció en la sala. Se levantó, tratando de caminar, solo logro tambalearse y casi caer. Slayer lo detuvo.- parece que no.  El baño está listo para que lo uses, aunque parece que terminaras ahogándote en la bañera.- sacudió la cabeza, negando. Aun con sueño, se dirigió al baño. Al menos ya se sentía más despierto, pero no quiso arriesgarse y decidió usar la regadera.  No había visto que hora era, pero era tarde, se limitó a secarse y ponerse la ropa interior y un pantalón de pijama, se tiro en la cama sin ponerse camisa y con el cabello húmedo, el sueño volvió a él, solo pensó en jalar una cobija antes de dormirse.

 

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 Todo se sentía confuso. Sabía que algo andaba mal, pero no podía averiguar qué.

.- ¿Rein?- alguien lo llamaba, escuchaba la voz muy lejana…- hey… ¿sigues vivo?-

.- ¿umm?- abrió los ojos, lentamente. Slayer estaba a un lado, llamándolo. Parpadeo, notando la claridad del día. Usualmente se levantaba temprano y preparaba el desayuno. Aun tenia sueño, sus parpados pesaban, le dolía el cuerpo y tenía frio.- ah… es tarde. Lo siento.- su voz sonó bastante débil, trato de levantarse lentamente. Se sentó en la cama, deslizándose al borde. Una mano en su cabeza le impidió levantarse. Cuando levanto la cara, la mano de Slayer le cubrió la frente y parte de los ojos.

.- estas enfermo.-

.- ¿Qué?-

.- que vuelvas a la cama.- dio un empujón, y el término de regreso en la cama.

.- yo no me enfermo.-

.- pues eso acaba de cambiar. Tu temperatura no es normal en un humano.  Y si fuiste lo suficientemente idiota como para dormir así, no me extraña. Ten, póntelo.- le aventó una camisa que termino en su cara. Lentamente se la puso antes de que un grueso cobertor le impactara en la cara otra vez.- usa eso también. Si te pones peor no pienso hacer nada por ti. ¿Te duele algo?-

.- umm…- le dio poca atención a sus palabras, pues se había vuelto a acostar, y se sentía bien.- me duele el cuerpo.- le pareció escuchar un gruñido, pero ya se estaba durmiendo de nuevo. No supo cuánto tiempo más paso durmiendo, cuando despertó la luz de la ventaba parecía que estaba atardeciendo.  Se sentía un poco mejor, solo un poco. Se sentó, y un trozo de tela húmedo cayó de su frente.

.- ¿aún no mueres?- Slayer había entrado en la habitación, que tenía la puerta abierta

.- creo que no.- susurro. Sentía la garganta seca.

.- menos mal.  Debes tomar esto.- arrojo una cajita, y cuando la tomo, vio que eran medicina, volvió a mirar a  Slayer.- espera un momento.- Slayer salió, y mientras trataba de averiguar qué hora era, noto el vaso con agua junto a la cama. Se estiro a tomarlo y  lo bebió con tragos pequeños. Slayer volvió, con un plato hondo y humeante.- tienes que comer primero.-

.- ¿ah?-

.- ¿acaso se te ha freído el cerebro? No has comido nada desde ayer. Llame a un médico, por eso era mejor que no murieras, no cobro barato. El caso es que dijo que tenías que tomar eso después de comer. Tienes fiebre. Espero que seas lo suficientemente humano como para que funcione.- le puso el plato en las manos. El contenido era una especie de sopa espesa, de color amarillento y olor picante. Alcanzaba a distinguir algunas inidentificables cosas flotando.-  come.- ordeno, seguramente al ver su expresión. Tomo la cuchara. No tenía caso negarse, no se sentía bien además de que si no lo hacía, era seguro que Slayer le obligara a comerlo.  Cerró los ojos, tragando con rapidez.

.- esta bueno.- para su sorpresa el sabor era ligero, con gusto a pollo, aunque seguía sin ver nada conocido en el plato.

.- ¿Qué demonios esperabas?- prefirió no responder, ahora que comía, notaba que en realidad tenía mucha hambre. Cuando termino, dejo el plato en el mueble, mientras abría la cajita con pastillas.

.- solo dos.- le indico Slayer. Era bastante extraño estar tomando medicina, no recordaba haberse enfermado con anterioridad.

.- gracias…- murmuro, recostándose de nuevo.

.- solo no mueras.- Slayer recogió las cosas y volvió a salir. Por su parte, ahora se sentía mejor. Después de un rato, volvió a sentir sueño y durmió.

Despertó al otro día, sintiéndose completamente bien. Se dio un baño y se vistió, y se puso a hacer el desayuno. En la estufa aún se encontraba la extraña sopa que Slayer le había preparado.

.- ¿de nuevo preparando esa asquerosidad?- Slayer entro a la cocina, frunciendo la nariz en dirección a la cafetera.

.- ah, buenos días.- Slayer gruño a modo de respuesta. Se puso a servir la comida en dos platos, giro para colocarlos en la mesa y se sobresaltó al ver a Slayer cerca de él.  Slayer lo miraba fijamente, luego puso la mano en su frente.- ya me siento bien.-

.- menos mal. No pensaba pasar otro día como ayer.-

.- lo siento.-

.- como sea. Muero de hambre.- le quito el plato de la mano y salió de la cocina. Slayer seguía siendo Slayer. Sonrió mientras servía su café.

.- gracias de nuevo…- un gruñido fue su respuesta.- la comida fue buena… no pensé que… que…-

.-  ¿Qué cocinara? Lo hago, cuando no tengo opción.- Slayer sonrió con burla.- solía hacer exploraciones alrededor de las ciudades pequeñas. Acampe mucho, no me quedaba tranquilamente en casa.- ignoro la indirecta.

.- nunca acampe. ¿Es como la noche anterior?-

.- no. Para los humanos es más desvelarse, contar historias de terror, cuentos y cosas así.-

.- ya veo… ¿crees que alguien te viera?-

.- no, soy cuidadoso.- Slayer bostezo.- me iré a dormir.-

.- ¿eh? Claro…-

 Para Rein con frecuencia pasaban inadvertidas muchas cosas, y sumándole la enfermedad que había tenido, no noto la gran cantidad de pequeños detalles que habían cambiado en el trato de Slayer desde la noche anterior, como el hecho de que por primera vez había respondido una de sus preguntas, la comida y el que Slayer parecía no haber dormido la noche anterior.

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Llevaba un buen rato de pie frente a la puerta de madera oscura. Se encontraba en una pequeña sala de espera, si es que se le podía llamar de algún modo.  La puerta se abrió, y por ella solo salió una mujer adulta. Lo miro, sin sonreír y luego salió. Él la siguió. Todos conocían a los que formaban el concejo, y su protocolo al momento de tomar decisiones. En esa ocasión, esa mujer, de largo cabello rojo sujeto en una trenza y ojos oscuros, le daría la respuesta.

.- ¿y bien?- pregunto, sin ocultar más su impaciencia.

.- es curioso que pidas otra salida. Tienes poco de haber regresado.-

.- han pasado ya meses de mi última salida. No es reciente.-

.- no es tampoco exploración, otro grupo ha salido.-

.- no es exploración. Lo deje claro en mi petición.-

.- tu petición es poco concisa.- espero, tratando de ser educado.- pero si dices que puede ser importante para nosotros, no vemos inconveniente en que salgas de nuevo.-

.- gracias.- inclino su cabeza con respeto, antes de dar la vuelta. En realidad no necesitaba permiso, podía irse si quería, pero no quería tener problemas si algún día regresaba y en vista de que no planeaba no regresar lo mejor era hacer todo en base a las reglas.  Ordeno las cosas de la pequeña casa donde vivía. Cuando termino dirigió su atención a la cama, y sonrió al ver el trozo plástico de una identificación en ruso. No quería parecer desesperado por irse, pero había dejado pasar mucho tiempo para una búsqueda sencilla, por lo que ahora seria más difícil.  Aunque pensándolo mejor, nada mejor que un buen reto para probarse. Tenía lo necesario para encontrar lo que fuera en donde fuera. Además, era su presa, su premio. Sabía que algo  raro había en el dueño de esa identificación, porque no era un dragón y sus ojos eran los de un dragón, y nadie mas iba a quedarse con el crédito de su descubrimiento.

Finalmente al atardecer salió de su casa, y se dirigió al espacio libre que usaban para transformarse.  Tardo poco para encontrarse volando, despacio. Tenia que organizar bien su viaje. Después de alejarse de la protección de las montañas, decidió ir al inicio. Dudaba encontrarlo allí, pero para iniciar no estaba mal. Podía intentar seguir el rastro.  Bajo el, siguió la serpenteante línea de un rio. La superficie del agua reflejo parte del color rojo de su cuerpo.

Notas finales:

Errores en el texto son intencion, igual si cambio un nombre de personaje. Y de nuevo invito a leer Delusion, mi otro fic.

¿que creen que pasara de ahora en adelante?...


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