El viaje empezaba, Neji solo podía confiar en las instrucciones de Hana, con sutileza se movía entre las calles siempre pendiente de cada movimiento a su alrededor, el seminario terminó y estaba completamente agotado mental y físicamente, constantemente podía ver aquella cabellera platinada en cada lugar que visitara, las notas debajo de su puerta e incluso en sobres con mensajes, apenas y hace algunos días lo volvió a ver y ya era una pesadilla, le recordó el amargo trance que vivió en su juventud
Recuerdos dolorosos….
-vamos Neji, te han solicitado exclusivamente, ¿por qué no te unes a nosotros? – Kidomaru solía insistirle de vez en cuando para que al igual que él, perteneciera a esa poderosa organización
- déjame en paz, no quiero hacerlo – con fastidio solía negarse, y esperar la típica discusión que se aproximaba
-dime un buen motivo
- no quiero involucrarme con criminales Kidomaru
-pero si eres más aterrador que uno de los nuestros, acaso crees que no me he dado cuenta de la mirada que pones, pareces un puto animal destrozando a su presa
- eso es diferente – trató de evitar el tema, no le gustaba recordar las sensaciones de éxtasis que sentía, la culpa lo invadía después de recuperar su propia cordura
- ¡peleas como un salvaje!, eres poderoso y además inteligente, vamos niño de mierda, únete – golpeó el hombro del castaño con fuerza pero éste seguía negándose
- yo no tengo intensiones de seguir a ese desquiciado, sé bien en lo que trabajan, si se le puede llamar así – tal vez no conocía todo con exactitud pero tenía varias cosas claras, robo, estafa, intimidaciones… eso no era correcto
- me has ayudado antes, ¿qué tiene de malo?
-es porque te he ayudado solo a ti, es una forma de apoyarte aniki, pero no pasare de ahí
-disfrutas mucho de las batallas y si te unes, tendrás pelea a donde vayas
- es un asunto completamente diferente… simplemente no deseo hacerlo
- a veces no te entiendo – suspiró cansado mientras de refilón observaba detrás de él
- no quiero que lo hagas – bufó sin darse cuenta del extraño comportamiento de su compañero
- sabes… te lo advierto cuando Orochimaru se obsesiona con algo, termina obteniéndolo a como dé lugar – habló un poco más bajo mientras rodeaba a Neji con su brazo
- ¿En este caso… sería yo? – se burló mientras se dejaba “consentir”
- Si, él te quiere a ti, no me preguntes por que…. Pero ha exigido tu presencia – la voz seria del moreno alertó al castaño
-Me importa un comino – pero aun así no aceptaría esa oferta
-si Kimimaru viene por ti… no me culpes – chasqueó su lengua soltando a su “hermano” y volviendo a la normalidad
-se defenderme muy bien – sintió una mirada extraña sobre sí, pero la ignoró y continuó discutiendo con el moreno
-él es diferente Neji, él es… un sádico, jugará contigo hasta cansarse
- resistiré
- ok si no quieres unirte te ayudaré a que tal vez te dejen en paz, pero no te garantizo nada
- gracias
- ahora vamos por unas cervezas – se animó despeinado las hebras castañas
-sabes que no bebo – odiaba que hiciera eso, si ya era un problema mantener un cabello largo, el que lo despeinaran era desagradable
- nunca terminaré de entenderte, no sé si eres malo o bueno, o solo eres idiota
- me gustan las peleas eso es todo, pero por lo demás no quiero nada
-¿robar?, ¿estafar?, ¿mujeres?, ¿alcohol?, ¿dinero?, ¿poder?, ¿porno?, ¿algo? – enumeró cada cosa con ironía, ¿acaso ese chico era anormal?
- eres demasiado insistente, estas cansándome – frunció el ceño disgustado – ya basta de ese tema
- ¿solo dime que te interesa? ¿Mujeres?, ¿hombres?, ¿gatos?, ¿perros?, no se… algo, maldita sea te conozco ¿desde hace cuánto?, un año ¿dos?, no sé nada de ti – trató de sonar lo más normal posible, riéndose estruendosamente e incluso relajándose y bostezando, aunque sabía que alguien estaba cerca
-sabes lo suficiente
-que… veamos… eres un idiota que le gusta el dolor de las heridas en una buena disputa, que tienes limites en todo lo que son vicios, amas a tu familia, tienes un trauma con las armas blancas y que me costó mucho enseñarte a usarlas, que eres fiel a tus creencias y que de vez en cuando viajas a tu ciudad natal y dejas una flor en la tumba de tus padres pero jamás miras las lápidas… que las mujeres te importan una mierda incluso si se te lanzan encima, que eres virgen y no es por falta de opciones – se burló en cada frase
- sabes demasiado, ¿qué más quieres?
- que me respondas las preguntas
- ¿si lo hago me dejarás en paz?
- me lo pensaré…
- los vicios me tienen sin cuidado – se resignó a responder, caso contrario jamás lo dejaría en paz – mi padre… era boxeador, sé bien lo que destroza mi cuerpo, por eso las bebidas alcohólicas o psicotrópicas están prohibidas, mi madre era una persona maravillosa… jamás trataría a una mujer como un juguete o la usaría para satisfacer necesidades banales como el sexo, no soy como tú – Kidomaru era conocido por meterse con cualquier mujer si ésta lograba satisfacerlo correctamente
- eso suena ridículo, si tienes ganas entonces encuentras unas buenas curvas y…
-no lo es… - interrumpió a su hermano, a veces podía ser demasiado vulgar – por respeto a la memoria de mis padres no dejaré que sus enseñanzas se vayan por el caño
- te respeto por eso, pero ¿cómo demonios terminaste siendo un maldito bastardo adicto al dolor?
- venganza, vergüenza, dolor, odio, todo junto hizo que mi personalidad se revolviera un poco
- ahora entiendo… un poco
- mi padre murió por culpa de mi tío, mi madre fue una víctima en un accidente el cual pudo evitarse si las personas supieran cumplir a la perfección su trabajo, hice llorar a mis hermanas y a mi tía, humillé a quien se cruzara en mi camino y destruí cada lazo de amistad que aún tenía, todo para que nadie se hundiera en el camino que estoy tomando
- eres un maldito… así que tú mismo te has arruinado la vida por razones inentendibles, estás completamente loco
- no exijo que me entiendas, ni siquiera yo lo hago, solo… solo haciéndome daño me siento vivo, es lo único que se
- no te deprimas Neji, te acompañaré en tu tormento, mocoso – con rudeza revolvió los cabellos largos entre sus toscas manos
- solo te ayudo porque me recuerdas un poco a mi padre, y no voy a casa porque su rostro me persigue
- oye… estas muy profundo y poético hoy
- mi tío es el hermano gemelo de mi padre – declaró isin mirar el desconcierto de su aniki
-oh… eso… lo siento… no lo sabia
- pierde cuidado, eres el primero en saberlo, más te vale que sea un secreto
- bien… todo lo que me digas será un secreto… ahora dime tus intereses
- ¿por qué quieres saber?
- curiosidad… ¿te gustan las mujeres o qué?
- me tienen sin cuidado, nadie ha llamado mi atención – acomodó sus cabellos atándolos con una cinta mientras veía como el moreno estaba sorprendido
-así que eres…g…
- los hombres tampoco me interesan… donceles tampoco – aclaró ante los pensamientos de su compañero
-entonces eres asexual – se burló escandalosamente mientras trataba de ver a la persona que se mantenía en las sombras, pero ese tipo sabía esconderse bien
- me gustan los gatos – soltó de pronto para callar las risas de su aniki
- al fin algo bueno… Tengo con que molestarte, con eso puedo chantajearte
-idiota
- Neji… eres bastante inmaduro aun
-mira quien me lo dice
- escucha, debes estar pendiente de cada paso que das – de pronto se pudo serio susurrando
- ¿a qué viene eso?
-cállate y escucha… nos están asechando – y la persona se estaba acercando sigilosamente
- ¿Kimimaru?
- seguramente… oye niño, te has metido en una grande… ahora empieza el tormento, te recomiendo que te alejes aún más de tus amigos
- lo se
- no sé como pero has que ese tal Lee, o la niña castaña incluso tu hermana dejen de seguirte… o ellos se verán incluidos en esto – se puso tenso al sentir aquella sed de dolor que se acercaba
- ya se… el problema es mío
- me voy ahora, trataré de interceder por ti – si seguía ahí lo acusarían de traición, su misión era de lograr que Neji aceptara no que se pusiera a charlar con él, como sea debía mantenerse al borde del asunto y a su vez proteger a su ototo – pero si fuese tu… yo huiría de esta ciudad o me uniría, al final daría lo mismo, esta gente no te dejará en paz
Con paso firme Neji salió del lugar en donde solía encontrarse con su aniki, se mantuvo calmado durante unos minutos a falta de evidencias que delataran que alguien lo seguía pero en cuanto se cumplieron los quince minutos alguien chocó de frente contra él, la cabellera platinada era conocida, había estado presente en algunas reuniones que organizaban y en las cuales explicaban el proceso de sus fechorías, Neji se veía en la obligación de mantenerse callado frente a los líderes e incluso evitar las miradas directas pero en ciertas ocasiones podía observar a cada uno con detalle en especial a Kimimaru que se mostraba bastante serio y lo miraba constantemente, jamás le gustó esa mirada llena de frialdad sobre su persona, lo hacía sentirse incomodo, ese hombre lo observaba de forma extraña
-Novato, que coincidencia – aquella voz lúgubre podía asquearlo
- si me disculpa tengo prisa – con altanería se apartó siguiendo su camino
- eso fue grosero – el ojiverde se acercó al lado del castaño cruzando su brazo por el cuello del joven – no te han enseñado a tratar de mejor forma a tus sempais
-no tengo nada que ver con usted – intentó zafarse del agarre pero fue inútil
-pronto lo harás
-ni creas… - se calló al sentir algo en sus costillas, por la apariencia parecían un par de amigos charlando y abrazándose amigablemente, todo era mentira, el peliplata mantenía presionada una daga pequeña en las costillas de su compañero – ¿acaso me vas a herir en frente de toda esta gente?
- claro que no, sería un desperdicio – soltó una pequeña risita – solo es una pequeña diversión
- ¿qué quieres?
-Orochimaru-sama quiere tenerte como pupilo
- no me interesa
-¿seguro?
- a un lado Kimimaru… san – con rudeza se zafo del agarre a pesar del riesgo que corría con el arma corto punzante cerca de él
- oye… tu hermanita es muy linda – sonrió con malicia al ver detenerse al castaño y girar a verlo – ¿me la presentas?
- ¡vete!…. –retomo su camino – si quieren mi ayuda para algo, manden el recado con Kimimaru
- tienes que pertenecernos, o te obligaremos, son dos caminos diferentes el fácil o el difícil, decide – exigió con enfado sin importarle que los transeúntes lo miraran con terror
- me crearé otro, se llama “vete al infierno”
- que infantil, me enferma que te parezcas a Kidomaru, tu querido aniki – se burló y soltó cada palabra en tono asqueado – yo sería un hermano mayor mucho más…
- ¿es chiste verdad? – Se burló Neji – él es único, ni siquiera oses a compararte con el
- hmp … - un gruñido salió de pronto – entonces quieres de la forma difícil, solo te diré una cosa novato, se mi subordinado y te daré todo lo que desees, te convertiré en un digno sucesor de…
- no me interesa –interrumpió nuevamente
- luego me suplicarás… tenlo por seguro
- ¿Qué? ¿no me digas que es la primera vez que rechazan tus ofertas? – soltó una sonora carcajada – pues acostúmbrate, me negaré siempre
- te veo después novato, haré que te tragues esas palabritas
Y cuanto se arrepintió, sus amigos sufrieron las consecuencias y al final… casi al final terminó presenciando la muerte de su aniki, acusado de asesinato, destrozado y sin nadie que creyera en él… si tan solo hubiese escogido mejor sus amistades
En la época actual….
El camino empezaba y Neji solo tenía una opción y era jugar sucio, había aprendido de Kidomaru el extraño arte de engañar a las personas y en ese momento lo aplicaría, no le gustaba hacerlo pero tal y como en juventud se vio obligado, debía despertar esa segunda personalidad que escondía en lo más profundo de su ser y sacarle provecho, aunque eso le tomaría un poco de tiempo ya que después de todo, revivir esos traumas del pasado no era nada sencillo, compró el boleto para su viaje de regreso o al menos eso parecía ya que la ciudad escogida estaba muy lejos de su destino real, sabía perfectamente que cierto peliblanco lo seguía constantemente averiguando cada acción sospechosa, fingió no saber nada y a la vez ser precavido para no levantar sospechas, sus acciones eran tan contradictorias que el propio Kimimaru termino por confundirse
Siempre pendiente de las personas que lo rodeaban y a su vez sonriendo con gentileza a quienes se le acercaban, evitando calles solitarias y a su vez acudiendo a lugares frecuentados por la suficiente gente como para perderse como una aguja en un pajar, escapando pero a la vez mostrándose en los lugares más obvios, sus acciones no tenían ninguna conexión hasta parecía que eran dos personas diferentes, cada día un comportamiento diferente, “para confundir a tus perseguidores simplemente tienes que hacer lo que ellos quieren y a la vez lo que ellos ni se imaginan, un día se tú mismo, el otro se diferente, el siguiente vuelve a ser despreocupado y luego observa con cuidado tu alrededor, solo así confundirás a tu cazador” esas palabras que Kidomaru solía decir parecerían absurdas pero en realidad era la más grande estrategia, lo había comprobado en su juventud y ahora al aplicarla de nuevo sabía que era efectiva “el primer día haz lo que creas que tu perseguidor piensa que harás, el otro piensa en lo que jamás harías y simplemente hazlo porque nada es más peligroso mostrar tus hábitos diarios”, aplicó todas las enseñanzas apenas y empezó a moverse, ahora mismo había pasado dos días de viaje, parando en cualquier lugar inadecuado y sintiendo esa aura negra siguiéndolo, su mente estaba cansada, era demasiado estrés para cualquier persona pero en ese momento solo había una cosa que lo mantenía firme “quiero verte Gaara, aunque sea una sola vez antes de irme definitivamente”, se mantuvo activo sin descanso alguno, ocultando sus rasgos faciales o al menos intentándolo, ya que por más que intentaba no lograba dejar de ser perseguido, varias veces el peliplata lo acorraló amenazándolo con que dejase de jugar, y él solo ignoraba las advertencias
Las horas se le hacían eternas y al tercer día se sintió desfallecer, con solo 3 horas de sueño diario desde que dejó su hogar lo agotaban de sobremanera, sentía como sus instintos lo advertían cada momento y estaba harto, cuando se sentía lo suficientemente seguro llamaba a Hana usando un teléfono público informándole en donde estaba y en seguida ella enviaba a agentes en cubierto a seguirle los pasos pero ninguno lo alcanzaba, la chica lo retaba pero él se negó a cambiar de ritmo, era la única manera de lograr su objetivo, al final del tercer día su cuerpo le gritaba que necesitaba un largo descanso y una comida hogareña, sus ojeras se marcaban arruinando los hermosos iris heredados por generaciones en su familia, estaba sentado en una mesa en algún restaurante escondido en la tercera ciudad a la que acudía, sus manos temblaban debido al hambre, pidió lo más sencillo del menú y disfrutó de la calidez de la sopa insípida deslizarse por su garganta, suspiró cansado pensando en que otro boleto compraría para salir esa madrugada, Hana le había asegurado que personalmente hablaría con su jefe informándole de la situación, después de todo a pesar de su edad ese hombre había estado involucrado en la resolución de algunos casos en la policía
Parecía un chiste malo pero era una realidad tan estúpida, cuando al fin huyó de su pasado encontró empleo y seguridad bajo el manto de su “jefe” aquel que nunca diría su verdadero nombre pero que estaba enterado de toda su vida y con una sonrisa lo ayudaba siempre, Hana lo dejó a su cuidado y desde entonces la paz llego a su alma, “no te preocupes chico, se bien lo difícil que es borrar un delito de tu historial, pero aquí no juzgamos a nadie y por el contrario te ofrecemos una oportunidad de reivindicarte, somos una academia pequeña pero estarás seguro y tendrás un salario con el cual vivir” esas palabras habían sido dichas con una enorme sonrisa, y ese día había llorado en silencio sentado en medio de un parque solitario, seguramente su jefe lo regañaría cuando todo terminara, no podía evitar esbozar una sonrisa al imaginarlo
Sintió el calor excesivo en la taza de café que solicitó, unió sus manos con aquel objeto y dejó que sus sentidos saltaran y reaccionaran, solo las apartó cuando el ardor era demasiado grande como para ser incómodo e insoportable, con molesta emprendió de nuevo su viaje sintiendo que al fin lograría despistar a su odioso cazador, tuvo una idea loca, pero si salía bien podría evitarlo durante unos días, compró un boleto al sur, y seguramente Kimimaru compraría uno igual, se colocó una chaqueta holgada, agarró su cabello y lo escondió en una gorra, tomó sus pocas pertenencias y se dirigió a la estación, se ocultó en un tumulto de gente, con cuidado se escabulló entre el gentío, vio a un viajero adelante y usando las malas mañas enseñadas por su aniki, robó el boleto pero enseguida lo intercambió con el recién adquirido, salió del lugar y de nuevo buscó un sitio concurrido, cambio su chaqueta y se la regaló al primer adolescente que encontró, el mismo que tenía su altura y complexión, solo pidió algo de dinero por ella y el jovencito gustoso aceptó ya que no era cualquier cosa sino, algo que hurtó en el camino una prenda de una marca reconocida , se quitó la gorra y ocultó su cabello debajo de un saco con cuello, tiró sus pertenencias en un callejón junto a un vagabundo tomando solo lo mínimamente necesario, eso incluía sus documentos, vio el destino de su nuevo boleto y sonrió al entrar al que sería su transporte, un bus que simplemente viajaría al siguiente pueblo, de ahí solo debía tomar un vuelo a casa, como supuso, tantas cosas en apenas dos horas lograron confundir al peliplata, sus sentidos se calmaron, la cabellera sobresaliente no apareció de nuevo, sintió el alivio y dejó que el viaje continuara, lo había visto en una película pero al parecer en la vida real también puede llegar a funcionar , ahora estaba libre para ver a su novio y despedirse de él, “solo tres días, solo pido eso ” susurró para si antes de empezar a acurrucarse, y dormitar siempre pendiente de que el maldito no lo hubiese descubierto
Era la madrugada del cuarto día y una semana estresante estaba por terminar, su cuerpo estaba devastado, su mente no estaba completamente sana, se sentía desfallecer pero ni así se detuvo, con paso firme se dirigió a casa, no lo pensó dos veces y aunque era la peor hora para tocar el timbre de un departamento ajeno no resistió, necesitaba verlo, necesitaba sentir su aroma, necesitaba besarlo, tocó el timbre levemente con las ansias invadiéndole todo el cuerpo, sus manos temblaron al escuchar ruido dentro del departamento, cuando el pelirrojo abrió la puerta sus problemas desaparecieron y solo vio aquella cabellera roja y esos ojos enigmáticos, el tatuaje resaltaba y le pareció la imagen más bella que había visto, aun con su ropa desordenada, cabellos fuera de lugar, somnoliento y con signos de estar un poco aturdido, bostezando ligeramente, solo pudo sonreír
-lamento tocar a estas horas – se disculpó de inmediato observando como el menor se despertaba por completo
- Ne… Neji – no lo pensó dos veces, hace una semana que no lo veía, lo abrazó con fuerza hundiendo su rostro en el pecho del castaño quien correspondió el abrazo en el portal del departamento
- estoy en casa – besó los cabellos rojizos como el fuego, y acarició la espalda que parecía frágil
- me alegra verte – se separó ligeramente para observar aquellas iris extrañas fijándose en las ojeras y el semblante cansado del mayor – es de madrugada, no has dormido
- tenía urgencia por llegar – sonrió con dulzura – lo siento debo tener el hedor del viaje y de la gente con la que me topé, tenía prisa y no fui a mi departamento
- no importa, me alegra de que hayas llegado conmigo primero – lo arrastró dentro del departamento, no lo dejaría irse
- pero debo estar demasiado… - se detuvo al sentir aquellos dedos finos acariciar su mejilla y arrastrarlo
- Neji… - lo obligo a agacharse, que le importaba el aroma del sudor, o cigarrillo, el hedor de suciedad no se comparaba en nada con el aroma nato del castaño, lo besó con dulzura pero a la vez con necesidad, cuanto había extrañado ese contacto, se aferró al más alto abrazándose a su cuerpo y disfruto del ósculo sencillo
- en verdad te extrañé… Gaara – acarició la espalda del menor, sus cabellos, su mejilla y repitió el beso introduciendo su lengua para poder sentirlo más cerca
- yo también – susurro entre suspiros, estaba emocionado, estaba feliz, no sabía que la nostalgia fuera tan fuerte, permanecieron en medio de la sala demostrándose la añoranza, el amor, que ambos sentían
- ¿puedo quedarme contigo hoy? – fue una súplica
- no permitiría que te fueras
- debería darme un baño… antes – susurró en el oído del jovencito
- está bien – le otorgó el permiso de usar sus cosas, vio al castaño deshacerse de las prendas superiores, luego ingresar a la ducha y escuchó el agua descender, esperó con paciencia a que de nuevo apareciera en la habitación y cuando lo hizo disfrutó de la visión de aquel bello hombre envuelto por na simple toalla, a propósito no le había brindado las prendas necesarias
- ¿Gaara tendrás algo que me quede? – podía percibir las intenciones del contrario, pero como molestarse con aquel ser que mostraba un leve rubor
- …- podía decir que no y obligarlo a estar desnudo pero… se veía tan agotado, ya tendría tiempo de acosarlo – ten – le ofreció un par de cosas que tenía guardadas, una pijama que no era de su talla, se dio media vuelta para que el otro se cambiara con tranquilidad, acaricio las cobijas de su cama y admiró el cielo que permanecía oscuro –
- ¿te parece si duermo a tu lado esta noche? – preguntó con tranquilidad observando el asentimiento de Gaara que se ruborizaba levemente, se escondieron entre las mantas para cubrirse del frio, el castaño olía a humedad, y el joven se abrazó al cuerpo fornido, de inmediato Neji dejo que su cuerpo tomara el descanso que tanto necesitaba y que mejor manera de hacerlo si era sintiendo el cuerpo cálido de su novio, de su persona especial, de su... todo
Continuará………….