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Amor entre mundos diferentes, pero pasados parecidos por GaaNasu17

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Notas del capitulo:

Disculpen, en serio, disculpen por no actualizar el domingo como había dicho, sin embargo todo me salió mal, todo lo contrario a mis planes.

 

AVISO: NO PODRÉ ACTUALIZAR EL FIC HASTA EL 17 DE AGOSTO PORQUE SALDRÉ DE MI CIUDAD Y NO TENDRÉ COMO ESCRIBIR NI COMO PUBLICAR, GRACIAS.

 

Las dejo leer♥.

POV’S DEIDARA

Mi hermano tuvo otra vez esas pesadillas de siempre, desde lo acontecido no ha parado de culparse por no poder proteger a nuestra hermana, pero él no tuvo la culpa.

Ellos apenas tenían diez años, como siempre fueron a la escuela los dos juntos, sin embargo no regresaron. Los buscamos por mucho tiempo hasta que recibimos una llamada:

“Quiero dos millones de pesos por Naruto e Ino, rápido o los mató”

Dijo el hombre al otro lado del teléfono y colgó, supongo que nos vigilaba porque apenas conseguimos el dinero, él volvió a llamar:

“Muy bien, quiero el dinero hoy en la tarde en el barrio chino, lo dejarán con un hombre que estará al final del barrio, estará vestido de negro, apenas se lo den yo liberaré a sus hijos”

Mi padre tomó el dinero y fue rápidamente a dejarlo, al poco tiempo de eso llegó Naruto a nuestra casa, golpeado y herido casi de muerte. Pero jamás… llegó Ino.

Intentamos buscarla una y otra vez, Naruto no recordaba nada y para nosotros era complicado porque no teníamos pistas, así que esto se alargó casi cinco años.

Desayuné lo más rápido que pude, tomé mis cosas de la escuela y me subí a mi bicicleta para ir a la escuela lo más rápido posible.

Llegué completamente agitado y no tardaron mucho en recibirme cuando les dije mi nombre. Entré a la escuela; yo no había ido cuando mi tío me había inscrito.

Subí las escaleras, al menos ésta si estaba más amplia que la de Naruto. Subí lentamente observando todo, la escuela estaba pintada de color blanco, la cual, se estaba cayendo por lo desgastada que estaba.

Llegué al segundo piso y caminé hasta el último salón que había, me paré frente a la puerta y todos voltearon a verme.

-          ¿Puedo pasar, maestra? –Dije ignorando a todos mis “compañeros”-.

-          Imposible, has llegado tarde y aquí no aceptamos a chicos que lleguen después de la hora acordada, ¿cuál es tu nombre? –Me dijo muy enojada-.

-          Deidara, Deidara Uzumaki –Le dije sin turbarme por su enojo-.

-          ¿Uzumaki? Ah, ya veo, de seguro se te ha presentado algo, ¿no? Pasa, pasa, hijo -¿Hijo? Casi no me aguantaba la risa-.

-          Ah, sí… gracias –Le dije yendo hasta una butaca un poco desagradable e incómoda, pero al parecer para ellos era una buena butaca-.

Tomé las clases normal, sin embargo ya me sabía de memoria todo lo que la maestra decía, así que dejé de ponerle atención y volteé hacia la ventana, estaba jugando un equipo de voleibol de mujeres y un equipo de fútbol de hombres. Todos corrían mucho, gritaban, saltaban y hacían muchas cosas, sin embargo ninguna de esas me atraía.

Tocaron para el receso y unos chicos se me acercaron, creí que iba a tener problemas por ser el nuevo, en mi otra escuela era el más popular, tenía un sin fin de chicas y chicos tras de mí pero ninguno y ninguna me llamaban la atención, no sentía emoción alguna cuando estaba con ellos y si iba a estar en una relación quería algo que en serio me hiciera sentir algo en mi interior para saber que esa persona era la indicada.

Eran cuatro chicos los que vinieron hacia mí, sus nombres eran: Sasori, Hidan, Zetsu y Tobi. El primero era muy serio y un poco indiferente, el segundo era un poco mal hablado y muy religioso, el tercero era un poco raro y misterioso, mientras que el último era un poco tonto pero caía bastante bien.

Fuimos todos a las canchas, estaba contando sobre mí otra escuela cuando llegó un chico alto, tez morena, cabello negro y ojos del mismo color a darme un balón de fútbol todo sucio y manchado, yo no lo tomé y sólo lo miré con cara de confusión.

-          ¿Qué es esto? –Le pregunté sin entender-.

-          Itachi, el jefe del equipo de fútbol te lo regala. Siéntete afortunado, ese balón lo acompañó en varias victorias –Me dijo sin mostrar expresión alguna y yo saqué unos guantes de gala de mi mochila para tomar el balón-.

-          ¿Y qué se supone que tengo que hacer con él? –Le dije cuando ya había tomado el balón-.

-          Yo que sé, guárdalo en la repisa de tu recámara o algo así –Me dijo y se fue-.

-          ¿Quién es ese tal Itachi? –Les pregunté a mis nuevos amigos-.

-          El más popular de por aquí, es el jefe de policías de la comunidad y el presidente escolar, él decide cómo manejar a los alumnos, arregla los festivales, ayuda a resolver problemas, etc. –Me dijo Sasori tan indiferente como siempre-.

-          ¿Y por qué me dio éste balón? Yo no juego fútbol, en todo caso sé un poco de patineta y bicicleta y ya –Les dije extrañado, en verdad no entendía la razón de darme un balón sucio-.

-          Deidara, eres un poco ingenuo. Verás, te lo dio como un obsequio y, si no te conoce, ni tú a él me imagino que te lo dio porque al verte le has gustado ¿entiendes? –Me dijo Hidan que tenía una cara de aburrido-.

-          Vaya que eres suertudo, Deidara. La mayoría quiere llamar la atención de Itachi –Me dijo Tobi riendo-.

-          Ah, era eso. Que divertido me parece –Dije riendo porque recordé mi otra escuela-.

-          ¿Por qué es divertido? –Dijo Tobi un poco confundido-.

-          En mi escuela también me daban obsequios para que me agradaran, pero eran cosas de oro, plata, diamantes, joyas o cosas así. Nunca me dieron un balón sucio, al menos esto es algo nuevo –Dije sonriendo un poco-.

-          Aquí es muy diferente, soñaríamos con tener dinero para eso, pero ya verás que pronto tendremos el dinero suficiente para vivir como ricos, como tú –Dijo Sasori volteando a verme-.

-          Ser rico no lo es todo, nunca olviden sus raíces o el dinero los acabará –Dije recordando que mi situación no era muy buena a pesar de todo el dinero que poseíamos-.

-          Claro que no, nunca lo haremos, ayudaremos a nuestra comunidad –Dijo con una sonrisa muy grande Tobi-.

-          Ustedes son mejores que todos esos chicos ricos que no valoran lo que tienen –Dije sonriendo nostálgicamente-.

-          Pero si tú eres uno de ellos ¿no lo crees? –Dijo una voz gruesa detrás de mí y volteé un poco molesto- Mudándote a un lugar donde no perteneces, ni tú, ni tu familia riquilla.

-          ¿Y quién te crees tú para hablar sin saber? Maldito imbécil –Le dije enojado a un chico de cabello gris y corto, lentes, ojos color violeta y cuerpo delgado-.

-          Miren, el niño rico ya se enfadó ¿qué vas a hacer? ¿aventarme billetes a la cara? ¡No, no! ¡Espera! De seguro serán monedas, ustedes no dan nada a la maldita gente de mierda como nosotros –Me dijo enojado-.

-          Púdrete –Le dije levantándome y yéndome, no quería tener una pelea-.

-          Espera, juguemos un poco –Dijo tomando mi hombro bruscamente y tirándome al lodo, ya que esa escuela no contaba ni con césped, ni con piso-.

-          Entonces juguemos –Dije con una sonrisa de lado y es que la verdad yo si me alocaba un poco cuando me enojaba-.

Me levanté, tomé rápidamente su cabeza con mis manos y le di un rodillazo que lo tiró al suelo, después me abalancé sobre él y empecé a golpearlo lo más que pude, estaba muy enojado y empecé a recordar mi situación con mi familia, así que decidí desquitar mi dolor y frustración con él.

Le levanté y él estaba un poco mareado o eso parecía porque no respondía muy bien, dio unos pasos para atrás y después corrió hacia mí, pero yo le di una patada en el rostro que lo aventó a un charco de lodo y es que el sensei que tuve sí que era muy estricto.

Creí que estaba inconsciente, así que me di la vuelta y empecé a caminar, ya había dado unos cuantos pasos cuando sentí una cortada en mi cintura, me volteé, tomé el brazo del chico que todavía aguantaba estar parado y cuando estaba a punto de quebrarle ese brazo llegó una mano que me detuvo.

-          ¿Qué es lo que estás haciendo? –Me dijo una voz un poco más gruesa que la del otro chico-.

-          Golpeando a un chico ¿acaso no ves? –Dije enojado, ya sería el colmo que a mí me echaran la culpa-.

-          Sí, lo estoy viendo. Así que suelta su brazo y vamos a dirección, soy el presidente escolar y todos los alumnos me deben obedecer –Me dijo y yo solté el brazo del chico que cayó al suelo inconsciente-.

-          Vamos –Le dije volteándome y vi al jefe de policía que había estado en mi casa-.

-          Cárgalo y llévalo a un hospital, tienes media hora para regresar –Me dijo soltando mi hombro-.

-          Imposible, yo no pienso cargar a éste imbécil –Dije enojado, tomé mi celular y pedí una ambulancia-.

-          ¡No quiero una maldita ambulancia, te dije que lo cargaras! –Me dijo enojado-.

-          Cárgalo tú, a mí no me molestes –Dije enojando caminando, él tomó mi brazo fuertemente pero yo me solté y me fui-.

Mis amigos fueron tras de mí y no dijeron ni una palabra, sabían que estaba completamente enojado. Me recosté bajo un árbol y cerré los ojos, me dolía el brazo por el apretón de ese imbécil pero hice caso omiso. Estaba pensando en qué haría en mi nueva escultura cuando sentí una presencia, abrí mis ojos y, era el jefe ese.

-          ¿Sí? -Le dije levantando mi mirada-.

-          Dei, hiciste mal hace un momento, deberías entender mejor a ese chico –Me dijo con una voz dulce y cariñosa, se sentó a mi lado y me dio una sonrisa que… a decir verdad era muy bella, pero era algo extraño que hiciera eso después de su actitud anterior-.

-          ¿Eres bipolar?

-          No.

-          ¿Trastorno de personalidad?

-          No.

-          ¿Imbécil?

-          Cuando me lo propongo –Dijo soltando una pequeña risa y yo también reí-.

-          Lo siento por lo de hace un momento, no me gusta que me cataloguen sin siquiera conocerme –Le dije un poco sonrojado-.

-          Sí, me di cuenta cuando sonreíste, parecía como si quisieras matarlo.

-          ¿Viste la pelea desde un principio? –Dije sorprendido-.

-          Sí, te estuve observando desde que Kakuzu te dio el balón.

-          ¿Y por qué no me detuviste?

-          Kabuto… es un chico con muchos problemas, es un gran amigo mío, pero tiene mucho rencor en su corazón y cree que el dinero es lo peor que puede existir en el mundo.

-          Ya entiendo, trataré de ser más comprensible -¿¡Pero qué demonios estaba diciendo!? Yo jamás había sido así-.

-          Gracias y… por cierto –Me dijo sonriendo-.

-          ¿Qué pasa?

-          Te queda muy bien parecer una linda chica –Me dijo acercándose a mí oído para después besar mis labios y yo me enfadé, demasiado-.

-          ¿Chica? –Le dije entre dientes y pude ver como dejó de besarme para empezar a apartarse-.

-          Yo… yo no quise decir eso –Me dijo sonriendo y empezó a correr alejándose de mí-.

Detestaba y odiaba que me dijeran “chica”, maldita sea, ese imbécil me recordó una escena que nunca he olvidado.

Flashback

Samui, una chica que se mostraba tan indiferente a todo. Rubia, alta, tez blanca, ojos azules y personalidad perfecta. Siempre la observaba y me sonrojaba cuando se acercaba a mí, yo era muy popular, claro, pero ella nunca se fijaba en mí, siempre andaba con otros dos amigos, una chica muy enojona y un chico muy pesimista.

Ese día me decidí y me propuse a confesarle mi amor por ella, seríamos la pareja perfecta. Me di una ducha al despertar, me recogí el cabello, me delineé los ojos, me arreglé el uniforme para que se viera un poco más loco, todo en mí era perfecto para agradarle a una chica perfecta.

-          Samui –Dije detrás de ella e inmediatamente volteó hacia mí-.

-          ¿Sí? –Me dijo indiferente… como siempre-.

-          Samui, tengo que confesarte algo –Dije sonrojado y emocionado-.

-          ¿Quién eres? –Sentí algo en mi interior, un dolor enorme y me puse nervioso, pero no podía retractarme-.

-          Mi nombre es Deidara, Deidara Uzumaki. Voy en primer año, tengo 16 años –Dije sonriendo-.

-          Ah, ya sé quién eres, la chica popular –Me dijo sonriendo de lado-.

-          ¿Chi… chica? –Dije sorprendido, tal vez se equivocó en dos vocales-.

-          Sí, ¿algún problema?

-          Yo no soy… chica.

-          ¿Qué? ¿Entonces qué eres?

-          Yo… -Dije pero unas lágrimas empezaron a derramarse por mis mejillas-.

-           ¿Qué pasa? ¿Dije algo malo?

-          Yo no soy una chica –Dije cubriendo mi rostro con mis dos manos-.

-          ¿En serio? Disculpa, amiga… ah, es cierto, disculpa… amigo –Me dijo sin nada más y se retiró mientras sus amigas reían-.

Desde ese momento detesté que me llamasen así, muchas veces intenté cortar mi cabello pero mi tío nunca lo permitió, dijo que yo sería como quisiera y, si así me gustaba mi cabello así sería.

Desde ese momento comencé a tener mucho más carácter y cuando alguien me llamaba “chica” lo golpeaba hasta dejarlo inconsciente, por esa razón me solía meter en muchos problemas.

Fin del Flashback

Después de eso me levanté y empecé a caminar hacia mi salón, sin embargo un chico pasó muy cerca de mí y metió su mano en mi bolsa. Volteé pero no le dije nada y saqué el papel que había metido, al abrirlo vi un número de teléfono y en la parte superior decía: “Itachi Uchiha, tu futura razón para no poder dormir”, Fruncí el ceño e hice caso omiso a esas palabras.

Entré a clases nuevamente, después de eso salí inmediatamente en mi bicicleta sin prestar atención a los demás que me observaban como si fuese algo extraño. Llegué a casa y mi hermano comentó que vendrían sus amigos, pero al escuchar el apellido Uchiha me enfadé demasiado.

Le di el papel y arranqué la parte superior, después vimos una película y nos quedamos dormidos. Al poco tiempo Naruto me vino a despertar, comimos todos juntos, sin embargo… después llegaron mis papás haciendo un drama y Naruto tuvo un ataque de pánico. Lo calmamos y se quedó dormido mientras nosotros les explicamos todo a los Uchiha.

FIN POV’S DEIDARA

Notas finales:

Gracias por leer, hermosas♥.

 

Nos vemos el 17 de Agosto♥.


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