..::Cine::..
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Quería entender por qué todos hablaban de esa película de zombies, y por qué en las redes sociales estaban apareciendo infinidad de imágenes y cosas graciosas rememorando esa obra de ficción. Hasta cierto punto quería saber por qué tanto alboroto por una simple película; supuso que dicha película debía ser estupenda.
Y así se dirigió hacia el cinema más cercano, sin compañía, y mucho menos dinero… no iba a gastar varios miles de yenes comprando palomitas y refresco (porque se conocía y eso conllevaría a comprar hotdogs, dulces y helados) así que sólo pensaba ingresar de contrabando un paquete de galletas; pero… ¿dónde guardar esa comida chatarra para que ninguno de los chicos que laboraba en el cine lo viera?
Un escalofrío recorrió su cuerpo al saber que sólo había un lugar donde meter un paquete de esos sin ser notado…… dentro de su ropa interior.
Sí, iba a ser demasiado difícil caminar, pero, al menos nadie se daría cuenta.
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Compró su boleto para la función y se dispuso a esperar en la pequeña fila para entrar a la sala.
Notó a unos metros de él cómo un chico de cabello azulado, con una hermosa piel color chocolate y demasiado bien parecido era el encargado de revisar los boletos y en dado caso, las mochilas de los asistentes, para que éstos no ingresaran alimentos ajenos al cine.
Pronto fue su turno y se encontró frente a frente con el chico, no pudo pasar por alto observar aquellos ojos color zafiro que tenía éste.
Kagami pudo mirar el gafete del chico, el apellido “Aomine” se mostraba en él, y una pequeña sonrisa surcó sus labios.
—Veo que no lleva nada para comer durante la función. — Musitó el chico peliazul, entrecerrando un poco los ojos, pues el que el pelirrojo no llevara nada era demasiado extraño para él; rara vez las personas entraban sin nada a ver las películas.
—Sólo vine a ver la película. — Aseguró, esperando que con ese simple comentario el chico moreno dejara de mirarlo.
La mirada penetrante e inquisitiva de Aomine hacía sentir nervioso al otro chico; Kagami trató de portarse lo más normal posible para que el trabajador no siguiera sospechando de él.
A continuación Aomine le pidió su boleto de entrada y prosiguió a revisarlo rápido.
—Puede pasar. — Fue lo último que dijo antes de que Kagami diera un paso hacia el pasillo que daba hacia la sala en la que se proyectaría la película; pero cuando dio el segundo paso, un sonido extraño se dejó escuchar.
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Aomine conocía de antemano ese sonido… ese sonido característico de una envoltura de algún comestible y no dudo en girar el rostro y encontrar al chico tratando de caminar rápidamente hacia la sala.
—¡Hey! — Habló con voz alta, pues el pelirrojo no se había detenido. Orbes rubíes notaron cómo el moreno se acercaba a él con cara de pocos amigos; no pudo decir nada, sólo sintió una mano sobre el bolsillo derecho de su pantalón, claramente inspeccionándolo. —Llevas algo…lo sé.
Kagami sonrió traviesamente a la afirmación, sentía las manos curiosas de Aomine sobre su cuerpo y eso era algo muy interesante para él.
—Bueno… —Mencionó, levantando ambas manos, como dándole total acceso al moreno de revisarlo cuando quisiera. —Hay un lugar sobre este pantalón que aún no has revisado.
Los zafiros del de cabellos azules se fijaron en el otro chico y se abrieron grandes; un sonrojo visible no pudo contener, y menos cuando el pelirrojo había hablado de una forma tan sugerente.
—Interesante propuesta… supongo que debo hacer bien mi trabajo. — Dijo finalmente sintiendo cómo su sonrojo iba desapareciendo una sonrisa extraña nacía en sus labios.