..::For blue skies::..
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—Ha pasado un año. — Dije mirando el objeto junto a mis pies, sentí cómo siete pares de ojos se situaban en mi ser, y yo sólo podía regalarles mi vista de espaldas, pues no pensaba girar y que todos ellos vieran mi dolor. Aunque era tan palpable el dolor de ellos también, era un sentimiento de tanta angustia que no se podía evitar en ese momento, en ese preciso lugar…
Aún podía recordar la trágica noticia del accidente de su padre; la única familia de sangre que tenía… su padre había fallecido debido al exceso de velocidad del taxi en el que viajaba. Cualquier estúpido podría saber que ante la nieve, la velocidad debía ser moderada, parecía que el taxista había olvidado aquello por completo.
El deceso de su padre había sido un golpe demasiado fuerte para él, pasó alrededor de una semana encerrado en su departamento, sin salir a la escuela, ni a sus entrenamientos, mucho menos quería recibir visitas… su condición era deplorable y alarmante; ni siquiera a mí, su novio de 3 años quería verme… lo cual era comprensible.
Nuestros amigos dijeron que era parte del duelo, así que permanecimos a raya durante esa semana.
A la segunda semana lo vimos, totalmente renovado, con esa sonrisa brillante de lado a lado, haciendo de cuenta que nada había pasado. A todos nos resultó extraño ese comportamiento, sin embargo estábamos felices porque Taiga se veía mucho mejor.
Aquella misma tarde jugamos todos juntos, inclusive ese estúpido emo se nos unió; habíamos pasado un excelente día, y Taiga parecía disfrutar ese partido.
Durante un mes Taiga se portó un tanto extraño, siempre trataba de tener una sonrisa en su rostro, como si intentara ocultar su dolor detrás de una sonrisa fingida que todos creyeron sincera, pero yo sabía lo contrario.
Los entrenamientos en su escuela seguían siendo muy duros, pero él se las ingeniaba para irse más temprano que de costumbre, sin que nadie lo viera y se dirigía hacia su departamento, donde no salía sino hasta el día siguiente.
El aura que emanaba empezaba a desvanecerse…. Esa aura tranquilizante, poderosa, cálida… se estaba yendo poco a poco y yo no sabía qué hacer o decir para que esas chispas que salían cuando ambos jugábamos regresaran. Esos juegos 1 a 1 se convirtieron en una molestia para él, o es lo que me dejaba saber, y aun así él se daba el lujo de jugar conmigo para aparentar que todo estaba bien.
Nuestra relación también empezó a deteriorarse. Cuando pensaba en pasar la noche con él, Taiga siempre decía que estaba muy cansado, o que mañana debía levantarse muy temprano… las visitas a su departamento no cesaban, pero ya no me dejaba entrar a su hogar… yo pasé a ser un simple amigo al que poco a poco dejaba de frecuentar.
Había perdido la cuenta de cuántos meses Taiga se había portado de ese modo, sin embargo, aún trataba de salir con él, aunque fuera arrastrándolo fuera del departamento para ir a Maji Burger y comprarle las 20 hamburguesas que él ingería, pero la bandeja se quedaba con la mayoría de ellas… su apetito también iba desvaneciéndose poco a poco.
A esas alturas yo estaba demasiado preocupado, y no sólo yo… todos nuestros amigos cercanos; no sabíamos qué podíamos hacer para regresar a nuestro Taiga a la normalidad, pues aunque él se portara tranquilo, aparentando felicidad delante de todos, era obvio que algo malo pasaba con él.
—Hazme el amor. — Una tarde musitó, mientras nos encontrábamos mirando una película americana; y lo hice… le hice el amor tiernamente, sin poder recordar la última vez que lo había hecho; la última vez que mis labios habían tocado su cuerpo; la última vez que mis manos sentían aquella piel tan suave…. fue la última vez en que se lo pude hacer…
Al día siguiente…. La noticia del deceso de Taiga había impactado a todos. Recuerdo claramente mis lágrimas, las lágrimas de Satsuki que caían sobre los hombros de Tetsu, y las de Kise, que eran limpiadas por Kasamatsu.
¿Cómo había podido dejar que esto pasara? ¿Cómo pude dejar que Taiga se desvaneciera de ese modo? Yo había experimentado el dolor de la depresión en carne viva… ¡¡¿Cómo no pude darme cuenta de que Kagami cada vez se iba hundiendo en ese mundo oscuro?!!
Pero la pregunta que más dolía era… ¿Cómo Taiga había osado terminar su vida de esa forma?
¿Cómo había podido dejarme con este dolor tan profundo?
Me preguntaba… Si lo hubiera notado... ¿Podría haberlo salvado? ¿Podría haber hecho que su mundo cambiara como él lo hizo con el mío? ¿Podría haber evitado que él ingiriera todas esas pastillas?
—Te perdono. — Dije mirando aquel objeto frente a mis pies, sin notar que de mis ojos las lágrimas empezaban a salir y no podía soportar aquellos sollozos —Te perdono… —Musité de nuevo, escuchando a mis espaldas, cómo varios de los presentes también comenzaban a sollozar. —Te perdono. — Mencioné por último, antes de que mi dolor ya no me permitiera hablar. Lo perdonaba… lo perdonaba porque sé que él no podría perdonarse a sí mismo por partir de esa forma… por dejarme a mí sufriendo cada día por él, por dejar a nuestros amigos pensando en él, por dejar tantas cosas inconclusas…
Me arrodillé frente a la lápida, dejé la rosa roja que había traído y me incorporé, sentí cómo unos brazos me envolvían por detrás, y girando un poco el rostro, pude ver de reojo cómo Himuro lloraba también. Su rostro descansó en mi espalda y mis manos se dirigieron hacia mis ojos, sin poder parar las lágrimas.
Ha sido un año… un año en el que todos nosotros hemos sufrido, en el que se me privó de sus besos, sus caricias, su cuerpo, de todas aquellas cosas que pudimos hacer…
Quisiera borrar esta película de terror…