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Cuando el amor vuelve a tocar el corazón por lady_chibineko

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Título: Cuando el amor vuelve a tocar el corazón

Autor: chibineko

NOTA: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de Rurouni Kenshin son propiedad exclusiva de su autor Nobuhiro Watsuki.

Advertencia: Este es un fanfic del tipo yaoi, lo que quiere decir relaciones chico-chico; si no es de agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

Capítulo VIII: Una apasionada noche de ópera y fiebre

-"¡NI SE TE OCURRA INTENTAR ALGUNA IDIOTEZ!, ¡¡¡TE LO ADVIERTO!!!..."- Matt miraba furibundo a Steven, mientras que Kamatari y Kate miraban mudos la escena.

Steven se había sentido en el paraíso momentos antes, era cierto; pero las bruscas advertencias de Matt lo hicieron aterrizar de manera violenta hacia la realidad. Steven se sentía de nuevo miserable al recordar lo mucho que de seguro Kamatari lo odiaba. Miró de reojo a Kamatari, pero al instante desvió la mirada al darse cuenta que Kamatari ni siquiera le dirigía una pequeña mirada.

Mientras tanto Matt continuaba con su discurso...

-"¡...ME ESCUCHASTE....TE VOY A ESTAR VIGILANDO DE CERCA!!!"

-"No tienes de que preocuparte Carter...ninguno de ustedes...no habrá ningún problema de mi parte."

Matt miró con bastante desconfianza a Wildfire; y era obvio que deseaba continuar con la discusión, aún cuando era evidente que Steven hablaba con veracidad en sus palabras, por lo cual por fin Kamatari se decidió a intervenir en la discusión.

-"En ese caso, ahora que todo ya esta aclarado; lo más conveniente sería organizarnos un poco en relación al trabajo."

Tanto Matt como Steven miraron a Kamatari asintiendo; tras lo cual hubo unos segundos de incomodo silencio, el cual fue interrumpido por Steven quien dijo...

-"Tenemos cuatro semanas; sugiero que la primera semana la empleemos en búsqueda de información, por lo menos en lo posible... tal vez unos 10 días como máximo... luego reunir todo lo que hayamos encontrado, y armar el trabajo con lo mejor."

Un nuevo silencio inundó el ambiente, más fue interrumpido de manera calmada por Kamatari nuevamente, quien luego de aceptar la propuesta como buena, se dirigieron a la siguiente clase que de seguro estaba a punto de empezar, si es que no había empezado ya.

**********

Esa noche, en su habitación, tanto Matt como Kamatari estaban cada uno enterrado en un enorme libro que habían sacado durante la tarde de la biblioteca, sacando notas en papeles regados por doquier sobre el piso y las camas, y ni que decir del escritorio. Matt revisaba con ahínco aún entre líneas; mientras que Kamatari, para variar, se enredaba a más no poder con las palabras que no podía traducir.

Mientras tanto, Steven, había estado revisando libros en la biblioteca en la tarde, y había sacado buenas anotaciones, pero estaba aprovechando el sacar el mayor provecho de su biblioteca personal; la cual, por cierto, le estaba ayudando más de lo que creía. Algo que agradecerle a su familia, después de todo... y a él, nunca hubiese tomado conciencia de todo lo que poseía si aquella noche... El pecho le dolió al recordar aquello... otra vez su infierno interior lo estaba absorbiendo de manera irremediable... Steven revisó la cantidad de aceite de su lampara de noche y le aumentó un poco más. Era cierto que se había prometido no más de aquello, pero el dolor era insoportable... solo una noche completa de trabajo podría quitar de su cabeza todo aquello, por lo menos hasta que pudiese caer exhausto en su cama para dormir sin tener que pensar en nada más.

**********

Los días eran cada vez más fríos. Kamatari se abrigó un poco más dentro de su saco... ya llevaba tres días desde que comenzó el trabajo grupal. Debería sentirse incómodo, era cierto, eso era lo que Matt-san le había dicho, y lo que él mismo se había repetido... un par de veces; pero ya no sentía ninguna incomodidad al estar cerca de Steven, al contrario, sin darse cuenta, en los reportes diarios que se daban los tres al final de cada día y antes de retirarse, de pronto se encontraba pensando en lo eficiente que este se estaba comportando, o en lo triste que se seguía viendo a veces.... o de lo contrario se quedaba perdido en los ojos color cielo, los cuales se veían tan cansados...

Kamatari sacudió la cabeza con violencia... ¡OTRA VEZ!...¿Qué rayos era lo que le estaba pasando?... No se suponía que debiera pensar de esa manera...no se suponía que ...

-"¡Achooo!...-Kamatari sacó su pañuelo una vez más.... *Por que a mí* sollozó internamente el joven olvidando así cualquier pensamiento anterior.

Al parecer el clima frío de América del Norte era en alguna manera diferente al clima invernal de Asia; pues el frío jamás le había chocado de manera tan violenta antes, al punto de haberse enfermado prácticamente recién comenzado este; y eso era mucho decir, teniendo en cuenta que nunca jamás se había enfermado antes...

*Pero no dejaré que algo como esto me venza--- ¡HABRASE VISTO!!... una miserable gri... gri... * - " ¡¡¡ACHOOO!!!"

El nuevo estornudo fue tan fuerte que Kamatari, quien estaba de pie en ese momento, estuvo a punto de perder el equilibrio, y tuvo que sujetarse de un árbol cercano para no caerse. No solo era una simple gripe, sino que era tan fuerte que por momentos el pobre oriental terminaba mareado, y hasta con dolor de cabeza y nauseas (¡lo que digo es cierto... a mi me vienen gripes así!!!!... además; no importa lo que piensen.. no puede ser... ¡¡ES UN HOMBRE!! =¬.¬=vv).

- "¡Ay Kami-sama!, ¿qué hice yo para merecer algo como esto?" - se preguntó a sí mismo el joven mientras terminaba de guardar su casi integro almuerzo de nuevo... ¡y encima de todo ya ni siquiera tenía ganas de almorzar!... tal vez un té fuerte y bien caliente... y un bañito caliente también... ¡Y su camita caliente con su cómoda almohadita y sus dos gruesas frazadas! T_T

De pronto Kamatari estaba soñando con sus ojitos llorosos... pensando en lo rica que sería la vida si aquello pudiese hacerse realidad.... snif.

**********

Cuando Matt y Kate se dirigían al lugar de siempre para almorzar (si, es en el bosquecito, donde de paso los espera Kamatari), encontraron en su camino (en algún lugar del campus) a Wildfire sentado en un rincón mirando tanto lo que parecía ser su almuerzo dentro de una bolsa, en una mano; así como un montón de hojas sueltas llenas de garabatos (léase anotaciones) en la otra; y de no ser porque Matt tenía que dirigirle la palabra debido al trabajo que hacían en común, la pareja hubiese seguido de largo, sin embargo...

- "¡Wildfire!" - le paso la voz Matt a Steven, sin muchas ganas de hacerlo en realidad.

Steven levantó el rostro para encontrarse con aquel par, pero para su desgracia, el ángel de sus sueños no se encontraba con ellos.

- "¿Si?"- respondió de manera calmada el rubio.

- "No olvides que después de clases comparamos las anotaciones de hoy... en la biblioteca como siempre".

- "No lo he olvidado; allí estaré"

Matt continuó su marcha, ya que aparte de eso no había ningún motivo por el cual debises quedarse allí, sin embargo...

- "¿Y por que no aprovechan la hora del almuerzo para hacer eso?. Creo que desperdician mucho tiempo de la otra forma; y además... es tan tarde a veces...". - dijo de manera pensativa Kate, sin percatarse de la casi mirada asesina que le lanzó su novio; pero no así Steven, quien a pesar de haber comenzado a escuchar pequeños angelitos tocando arpas alrededor por aquel comentario, captó la mirada en los ojos de Matt; y muy a pesar de lo que realmente quería dijo...

- "No creo que esa sea una buena idea, no quiero interrumpir el almuerzo de nadie"

- "Pero..."

- "Ya oíste Kate. Vamos, que nos está esperando" - dijo Matt de manera seca, al tiempo que empezaba a prácticamente, arrastrar a la pobre Kate.

Y Kate, quien para ser sinceros, lo último que es, es ser una noviecita dulce y frágil, estaba a punto de enviar bien lejos a Matt (no importa cuan enamorada esté, ni así se deja la niña), cuando una figura femenina conocida se interpuso ante la pareja (y debo de agregar que 'para variar', porque eso había estado sucediendo de manera bastante frecuente últimamente). Eve miró a Matt como lo había estado haciendo últimamente, con aquella mezcla de sentimientos negativos expresados en la mirada. Era cierto que la habían estado evitando; pero solo por evitarse ellos mismos un mal rato; y la verdad que la situación estaba llegando al límite.

- "Vaya, vaya. Pero que tenemos aquí. ¿La parejita perfecta tuvo un lío?"- la voz sarcástica de Eve lo decía todo... *Si yo no puedo tenerte no dejaré que nadie te tenga, seré tu peor pesadilla hasta que vengas a mi*; y para Kate, cuyo mal humor asemás se había prendido con el jalón que le dio Matt hacía solo unos instantes, esta había sido la gota que derramó el vaso.

Kate respiró profundo... pero solo para tener suficiente aire en los pulmones para quitarse de encima a esa arpía de una vez por todas, aún cuando eso significase hacer una escena delante de todo el mundo... eso le importaba un rábano, estaba harta; y justo cuando se disponía a gritarle de todo a aquella víbora de cascabel; otra voz, una masculina, la voz de Wildfire, se extendió serena y cansada en el ambiente.

- "Eve... si vas a hacer una de tus escenas, por favor escoge otro lugar... estoy tratando de tomar mi almuerzo".

Las tres personas que se encontraban en aquella batalla privada en esos momentos voltearon de pronto, y encontraron a Wildfire sentado en su rincón, con un par de emparedados encima de sus piernas, y lo que parecía ser una cantimplora en una de sus manos.

Eve miró iracunda a Steven... sabía que este lo hacía hecho a propósito, ya se vengaría de él por aquello; miró a la pareja, el odio emanaba por cada una de sus poros, pero otra sería su ocasión, al parecer no era el momento ni era el lugar. Luego de sostener una batalla silenciosa durante un tiempo más con tan solo las miradas, la joven se retiró mientras continuaba interiormente con su rabieta.

Tanto Matt como Kate miraron alejarse a Eve, en cierta manera aliviados. Matt entonces continuó con su camino, ya se habían retrasado demasiado; más Kate dio una última mirada hacia atrás, y observó con sorpresa como Steven guardaba toda la comida de nuevo en la bolsa, al tiempo que hacía un gesto de desagrado al observar por última vez la comida antes de cerrar la bolsa. Kate volteó hacia donde Matt se suponía estaba, pero al verlo varios metros adelante tuvo que correr para alcanzarlo, dejando a Steven atrás.

- "Matt, espera...."- susurró la joven al tiempo que alcanzaba a su novio. - "¡Matt!."- volvió a repetir la joven, logrando que esta vez el aludido se detuviera. -"No tenías por que dejarme atrás, no fue muy galante de tu parte" - expresó algo molesta.

- "No tenías por que quedarte allí... junto a ese"

- "Pero Wildfire nos ayudó, por lo menos debimos agradecerle por ello"

- "¿De que estás hablando?, ¿qué no lo escuchaste?. Solo lo hizo para 'poder comer tranquilo su almuerzo', no es más que un..."

- "¡¡MATT!!"

- "Lo siento cariño"- expresó apenado el joven, pero no podía evitarlo; Wildfire hacía que la sangre le hirviese; y el hecho de no poder romperle la cara a golpes no ayudaba mucho.

- "¿Es que acaso no lo notaste?, ni siquiera tenía ganas de comer, eso era más que obvio cuando nos lo encontramos... su expresión al ver la bolsa era de todo menos de hambre; y cuando Eve se fue comenzó a guardar su comida de nuevo... casi ni la tocó. Matt... tal vez no sea tan malo después de todo... quiero decir "- se apuró a decir la joven ante el rostro de enojo de su novio- "quiero decir que, bueno, es obvio que hizo algo muy malo; pero no me puedes negar que su cambio ha sido notorio... y además esta diferente.. como más, no lo sé... tal vez... tal vez Kamatari signifique para él algo después de todo y..."

Matt no podía creer lo que escuchaba de labios de su amada... ¡PRACTICAMENTE LO ESTABA DEFENDIENDO!!... y todo por que... porque les quitó de encima a esa molestia de encima una sola vez.

-"¡No puedes estar hablando en serio Kate!" - cortó Matt a su novia tratando de no ser demasiado brusco al hacerlo -"¡Que demonios!... ¿acaso me tratas de decir algo así como que Wildfire tuvo un cambio repentino por amor o algo así?... No te engañes cariño...eso no puede pasar, porque ese sujeto no tiene la más mínima idea de lo que significa esa palabra, mucho menos el sentimiento. Mira, tengo que tratarlo por el trabajo impuesto... ya parece una cruel broma del destino que esto esté sucediendo... y por sorteo... pero una vez que todo esto termine, será como si ni siquiera lo conociésemos, de acuerdo... mira, es por el bien de Kamatari"

Kate quiso replicar algo, pero no pudo hacerlo. Matt parecía demasiado seguro de sus palabras con respecto al tema... pero en cuanto a que Wildfire no supiese lo que el amor significaba... no había querido decírselo a Matt antes porque sospechaba una reacción como la que acababa de demostrar; pero la verdad era que había estado observando a Wildfire últimamente, y había captado en más de una ocasión aquellas extrañas miradas que el rubio le lanzaba a su amigo; eran miradas llenas de dolor y de nostalgia, y también de algo más... mucho más... cariño, ternura... ¿amor?... ¿es que acaso ella misma no podía reconocer aquello que estaba viviendo en aquellos momentos?

Kate calló cada uno de aquellos pensamientos mientras caminaba de manera silenciosa al lado de su pareja. Era cierto, no podía negarlo; las acciones de Wildfire aquella noche fueron demasiado lejos como para pasarlas por alto, pero... ahora ya no estaba tan segura.

La pareja paso por el camino de árboles, y al llegar al claro pudieron ver a Kamatari en medio de este; más al notar el extraño comportamiento de este (ojitos llorosos, mordiendo su pañuelito y en deformet mientras soñaba con su camita calientita), no pudieron más que quedarse en sus lugares con una gran gota sobre la cabeza... y es que ese muchacho nunca cambiaría. Al poco rato, Kamatari estaba siendo obligado a comer su almuerzo, quisiera este o no; de lo contrario, sería llevado de una u otra forma directo a la enfermería para que le colocasen una gran inyección por su resfrío. -_-V

**********

El sábado y el domingo pasaron tranquilos (bueno, tan tranquilos como ahora podían ser), lo único interesante fue que Matt encontró un libro del que prácticamente podrían sacar, con toda la calma del mundo, por lo menos la mitad del trabajo completo; y el que Kamatari se comprase un lindo uniforme para correr, debido a una ligera sugerencia de Matt... bueno, ligera para Matt, porque para Kamatari...

********Flash Back**********

Kamatari y Matt se encontraban en su habitación; domingo, apróx. 10 de la mañana; y cada quien se encontraba en su lugar favorito; Matt sentado en su cama con todos sus libros y papeles de anotaciones desparramados por cada centímetro del lugar, y Kamatari en el escritorio, donde usualmente se desvivía tratando de entender alguna frase que se le enredaba en la cabeza. Pero no esa mañana, Kamatari no tenía tiempo de pensar en frases intraducibles desde hacía ya dos domingos.

Luego de aquella ocasión en la cual Kamatari le dio de lleno a Steven un par de buenas patadas voladoras delante de un número X de testigos; pues el entrenador del equipo de Artes Marciales del lugar se mostró bastante interesado en adquirir un nuevo miembro para el equipo (es cierto, no es muy común para la época; pero sea en la actualidad o en cualquier época, un lugar con plata puede hacer lo que le venga en gana, y nuestro centro de estudios superiores es uno de aquellos donde los hijos de los más adinerados van a estudiar, por lo menos en el plano general, así que por allí va el asunto). Bien, de por si nuestro protagonista se había negado en un primer momento en aceptar, debido a que presentaba demasiadas cosas que hacer el tan solo ser estudiante de segundo año, como para que encima le vengan con las actividades de un club; y luego se alegró de haberse negado, al descubrir que el capitán y miembro estrella de dicho equipo era ni más ni menos que el mismo Steven Wildfire. Pero el entrenador del equipo no aceptó un no por respuesta.

Sin importar de que manera Kamatari le pintara el asunto, el susodicho entrenador insistía; así que ya algo cansado, Kamatari le hizo ver por último, que ya estaban terminando el año; que el unirse a último momento era una pérdida de tiempo... pues a esto le salió que si no era para este año, para el siguiente sería perfecto, ya que a Kamatari le quedaban otros cinco años para estudiar, a lo que el joven oriental llegó a la conclusión de que el tipo en si era un cabeza dura; más luego de un par de discusiones más, Kamatari dejo bien en claro que no quería, creyendo así que obtendría un poco de paz mental... gran error.

El viernes por la tarde de la misma semana que sucedió aquel asunto y el susodicho entrenado decidiera incluir como a de lugar a Kamatari en el equipo, el entrenador le dejó bien en claro que no se rendiría. Al día siguiente, el equipo de Artes marciales había sido convenientemente 'reubicado', justo en el patio frente de la ventana del cuarto de Kamatari; y esta era la segunda semana que Kamatari tenía que soportar ver a aquellos musculosos y sudorosos muchachos haciendo aquellos ejercicios de calentamiento justo frente a sus ojitos.... que martirio (nótese que esto lo escribo de manera sarcástica =@.@=vvv). Pero esta segunda semana era aún peor que la primera; porque por algún motivo (Kamatari se argumenta a si mismo que debido al mal estado de salud que presentaba), Wildfire no había estado presente la semana pasada; sin embargo ahora...

Kamatari miraba embobado por la ventana y con la respiración semi entrecortada, como un impresionante rubio cortaba el aire con soberbias patadas a invisibles contrincantes, mientras perladas gotitas de sudor caían de su rostro, y pecho; al tiempo que su cuerpo dejaba notar el hecho de no solo ser perfecto, sino de que no había ni un ápice de grasa de más en él (aquí aumento el hecho de que aún en invierno, los chicos practican con la ropa tradicional, la cual hasta donde recuerdo, deja el pecho al descubierto... ¡¡¡KAWAAAAAIIIIIII!!!!!). Kamatari estaba que ardía el pobrecito (¡quema... quema!!!)

Pues bien; así estaba nuestro protagonista, cuando la voz de su amigo cortó sus pensamientos con una frase que lo dejó no solo helado en su sitio; sino que después lo encendió a temperaturas que iban más allá de las fiebres con que había despertado ese día, suplicando casi inmediatamente después que la tierra se lo tragase.

- "¿Sabes que Kamatari?, creo que estas un poco duro"

Kamatari se acercó un poco más al escritorio; preguntándose por cuanto tiempo lo habría estado observando su amigo como para llegar a la conclusión de que se encontraba 'duro'.

- "¡¿Du- du- duro?! - preguntó el joven oriental con la mayor vergüenza del mundo.

- "Si, tu sabes"- contestó el otro chico con la mayor naturalidad del mundo - "¿O es que acaso tu mismo no me dijiste una vez que antes hacías mucho ejercicio allá donde vivías antes?; supongo que tu cuerpo debe de resentir el hecho de que ya no lo ejercites."

*Ahhhhh!!!!!.... ese 'duro'*

- "Errr.... si, bueno; yo.... ¡achooo!... si un poco creo yo" - contestó el oriental sin mirar a Matt, suplicando por que este no notase el rubor que había inundado su rostro.

- "¿Sabes que?"- dijo el otro muchacho entonces; dejando un poco de lado el libro en el que se encontraba embebido - "Creo que el equipo de gimnasia estaba reuniendo algunos fondos para no se que proyecto, y entre todo lo que hacía, estaban vendiendo unos uniformes de esos que usan ellos para correr en las carreras... hasta donde se son bastante cómodos, aunque tú debes saberlo mejor que yo, ya que te prestaron uno la otra vez para las competencias. Creo que aún están vendiéndolos; tal vez deberías de comprarte uno, para tu sabes, salir a correr de vez en cuando... aunque primero debes de mejorarte."- terminó de decir el otro muchacho; y allí terminó la conversación, con Kamatari asintiendo, y volviendo su atención ante aquel espectáculo una vez más... aunque tratando de hacerlo ahora de manera un poquito más disimulada.

*******fin del flash back*******

Pues bien, el mismo lunes en cuanto tuvo un poco de tiempo, a la hora del almuerzo; Kamatari se compró uno de aquellos uniformes, aún cuando en su momento no tuvo la más mínima idea de porque lo hizo.

**********

La semana continuó apacible después de eso (excepto porque el martes Kamatari tuvo que salirse de la clase del profesor Jhonson durante casi diez minutos a causa de un terrible ataque de tos que casi hace que se atragantase, para completa vergüenza posterior del mismo... nunca se había sentido tan mal), hasta el día miércoles.

Una de las cosas que últimamente hacia el joven oriental, casi siempre de manera inconsciente, era quedarse viendo la manera en la que sus dos mejores amigos muchas veces quedaban embebidos el uno en el otro, como si aquello fuese lo más importante en sus vidas; y Kamatari estaba seguro de que si no lo era, era por lo menos una de las cosas que estaban en la lista de las 10 cosas más importantes de ambos. Entonces venía aquellas preguntas que al parecer no lo iba a dejar en paz... *¿Por qué yo no pude encontrar a alguien que me quisiera tanto?... ¿Qué se sentirá?*. Kamatari miraba a sus dos amigos con dolor en el pecho, era cierto; pero siempre lo disimulaba muy bien... hasta que...

Miércoles, hora del almuerzo; y Kamatari planeaba darle algo de espacio a la parejita, así que ya estaba planeando una buena excusa, cuando de pronto sintió el familiar abrazo de Kate-san detrás suyo.

- "Hola, hola desde aquí hasta donde sea que tu mente te haya llevado"- dijo Kate con algo de travesura al saludar a su amigo.

Kamatari le respondió con una sonrisa, la cual se desvaneció al ver que Matt no se encontraba cerca de allí, cosa que teniendo en cuenta las circunstancias, no era muy común.

- "¿Y Matt-san?"

- "Me hizo el gran favor de ir a buscar una información por mí a la facultad de historia... él es un sol"- terminó de decir la chica con ensoñación, tras lo cual aumento -"Así que hoy nos toca almorzar a ti y a mí juntos".

Kamatari, quien nunca había almorzado a solas con Kate, se preguntó si ella no preferiría almorzar mejor junto a sus amigas, y al final terminó preguntándole lo mismo a ella; más recibió una fuerte negativa por respuesta, y un posterior jalón al lugar de siempre para almorzar... además de que al llegar Kate argumentara que lo quisiera él o no, debía de tener alguien que lo cuidase.

Para gran sorpresa de Kamatari, quien estaba muy preocupado porque no sabía si la chica se sentiría cómoda estando con él a solas; ambos la pasaron muy bien durante los minutos de almuerzo, riendo y charlando de diferentes asuntos, tanto así que Kamatari ni cuenta se dio cuando terminó su respectivo almuerzo, cosa que no había hecho sin que lo obligaran desde hacía días.

- "... entonces salió esa enorme señora con voz chillona, y yo le pregunté a mi abuelito que porque gritaba así, que si le dolía la barriga o algo. A él le costó mucho no reírse de mi pregunta, y luego me explicó en que consistía en si la ópera... la verdad que lo pasé muy bien, creo que fue uno de los mejores momentos que pasé con él. De todos en mi familia es con quien mejor me llevo; por eso me encanta ir a visitarlo durante las vacaciones."

- "Ahhh!!!, ¡que lindo Kate-san!"- expresó el joven con emoción mientras mordía su pañuelito -"¿Y dices que hay un ciclo de ópera ahora?" - el joven miró a la chica asentir, entonces tomando una actitud cómicamente decidida (y en deformet) añadió- ¡¡Pues bien, entonces yo me encargaré de que tú y Matt-san vayan a por lo menos una de esas óperas" - y acto seguido añadió con cariño y como recordando algo de su pasado - "... ¿sabes que?, también fue con mi abuelo con quien mejor me llevé de toda mi familia; era el único que me comprendía y aceptaba tal y como era." - dijo el chico con un poco de tristeza en la voz.

- "¿Era?, ¿Acaso él...?"

- "Hai... murió hace ya varios años, por lo menos pude estar a su lado en ese momento. Estoy seguro de que ahora esta en un lugar mejor, tal vez ya viviendo una nueva vida." - y al ver la cara de pregunta de la joven agregó - "Es que nosotros creemos en las reencarnaciones".

- "Ahhhh..." -luego de eso la chica estuvo un rato en silencio, más luego preguntó- "¿Quisiera saber....si no es mucha molestia?"

- "¿Hai?"

- "Pues bien; he notado que a veces te nos quedas mirando, y.... no te molestes conmigo, pero.... pareces tan triste... solo quería que supieses.... pues, a riesgo de meterme en donde no me llaman.... que si necesitas hablar con alguien, no dudes que puedes hacerlo conmigo."

Ante las palabras dichas, Kamatari se quedó sin habla un momento, más luego dijo...

- "Lo siento Kate-san... es que yo... bueno, la verdad... la verdad creo que si me gustaría poder conversar con alguien, y creo que aunque Matt-san siempre es muy bueno conmigo no puedo hablar de ciertas cosas con él. Yo... yo siento mucho haberte incomodado... pero, a veces me pregunto... que hubiese sucedido si las cosas fueran diferentes."

- "¿Diferentes?"- preguntó únicamente la joven que hasta ese momento se había mantenido en silencio, mientras prestaba atención a las palabras de su amigo.

Kamatari asintió en silencio, y tras un breve silencio añadió

- "Si él me hubiese correspondido..."

- "¿Él?"

- "Aa; Shishio-sama... el hombre del cual estuve enamorado por tanto tiempo..."- y sin poder evitarlo, aunque obviando el hecho de que hablaba de un sanguinario asesino, y de la relación en el campo profesional que había tenido con este personaje; Kamatari le contó, y no en pocas palabras, lo mucho que Shishio Makoto había significado para él; y como sin embargo, jamás logró llegar a nada, ni llegaría tampoco; no solo por el hecho de que en cierta medida era un hombre comprometido, ya que desde mucho antes de conocerlo, Yumi ya pintaba en la vida de dicho hombre; sino por el hecho de que él.... ya estaba muerto.

Kate escuchó a su amigo con paciencia, y al final del relato, varias lágrimas asomaban por aquél par de bellos ojos... y sin embargo, aún seguía escuchando a su amigo hablar...

- "... y a veces me pregunto.... me pregunto si no hubiese sido mejor morir yo también a su lado...." - dijo con pesar el muchacho, y hubiese continuado hablando de no ser por el grito de terror y disgusto que la joven a su lado profirió.

- "¡NI SIQUIERA SE TE OCURRA VOLVER A DECIR ALGO SEMEJANTE!"- lo cortó de pronto la joven, abrazándolo y dejándolo mudo de la impresión - "¿Cómo se te ocurre..." - continuo diciendo la joven entre sollozos - "... decir algo como eso?, ¿qué no sabes lo mucho que Matt y yo te necesitamos?, ¿Qué si no fuera por ti ninguno de los dos sería tan feliz como lo somos ahora?... ¿Qué es gracias al hecho de que tu estás junto a nosotros que tantas cosas maravillosas nos han pasado?"

Kamatari casi y sentía vergüenza de tan solo el haber llegado a decirle todo aquello a Kate, sin embargo trató de animarla diciendo.

- "Vamos; que conmigo o sin mi ustedes dos hubiesen terminado el uno con el otro... Matt-san hacía ya mucho que te miraba con sus ojitos de cachorro apaleado; yo solo le di una manito al destino apurando un poco más lo que ya era obvio; en cuanto a mi... tengo mucha suerte de tenerlos a ustedes dos conmigo ahora; pero si he de ser sincero, a veces me siento solo, y lo peor es que se que voy a estar así por el resto de mis días... con él se fue mi oportunidad de compartir con alguien mi vida".

Kate miró a su amigo, y una vez más lo abrazó con fuerza, y besó en la mejilla.

- "Kamatari... no te apures sacando conclusiones acerca de tu destino... por que no sabes que es lo que te espera. Aunque tu no lo quieras, hay un corazón allí afuera listo para que, en el momento apropiado, se encuentre con el tuyo y le haga compañía por el tiempo que e cielo les haya deparado juntos".

Kamatari se alejó un poco del abrazó de su amiga, mirando directamente a aquellos ojos que le demostraban sinceridad en cada una de sus palabras, cuando los suyos propios se llenaron de lágrimas, y entre frases entrecortadas dijo con dolor...

- "Pero... yo ya no tengo nada más que ofrecer Kate-san... ni mi cuerpo, ni mi alma, ni mi corazón son lo suficientemente puros para ser entregados a alguien más... ¡yo ya lo perdí todo!"

Kate no pudo más que abrazar al muchacho de nuevo, susurrándole palabras de conforte al oído, tratando de hacerle entender que de alguna manera, sin importar que hubiese sucedido en su pasado, habría alguien allí listo para él, en alguna parte; porque a pesar de todo, el amor sabría como llegar una vez más hasta su corazón... e internamente, la joven pensaba que tal vez ese amor podría estar más cerca de lo que todos pensasen, y así como Kamatari le había ayudado al destino con su caso; era hora de devolverle el favor... aún cuando no fuera de una forma tan directa.

**********

Viernes por la tarde y todo estaba tranquilo... bueno, casi todo.

Kate corría feliz mientras buscaba a su chicos favoritos (osea a Matt y Kamatari, en ese orden); no podía creer lo que acababa de conseguir... ¡¡Tenía entradas para la ópera para los sábados de las tres siguientes semanas!!!, era un verdadero sueño hecho realidad; y todo gracias al buen Kamatari, él le había dicho que tenía amigos que le podrían conseguir las entradas fácilmente, y no había mentido... y pensar que todo sucedió porque Kate hizo una ligera mención acerca de lo mucho que le gustaría ir de nuevo para revivir una experiencia maravillosa que tuvo de niña una vez que su abuelo la llevó, sobre todo porque estaban estrenando un ciclo especial de óperas durante todo el mes, ¡una diferente cada semana!, y entre estas estaba la misma obra que su abuelo la había llevado a ver aquel día. Sin querer terminó contándole a Kamatari lo hermosa que le había parecido aquella experiencia, lo mucho que se había emocionado, incluso hasta llegar a las lágrimas. Media hora después tenía a Kamatari llorando mientras la escuchaba, mordiendo el pañuelito que ahora llevaba a todas partes debido al resfrío que estaba sufriendo; y emocionado hasta más no poder. Lo siguiente que pasó fue que un decidido Kamatari le estaba prometiendo conseguirles entradas a ella y a Matt para, aunque fuese, una de las funciones, le dijo que intentaría con unas personas que el conocía; y esa tarde un agradable señor, de notoria procedencia asiática, tocó a la puerta de su habitación entregándole 6 entradas, para tres de las cuatro óperas.

Kate llegó como una ráfaga hasta la biblioteca donde sabía que ambos chicos, y Wildfire estaban haciendo aquel reporte diario que tenían ya casi establecido como un ritual para cada final del día. Disminuyó un poco su carrera y comenzó a buscar hasta encontrarlos; tras lo cual se abalanzó feliz contra la espalda del muchacho oriental, susurrando despacito contra su oído... "Gracias, gracias, gracias..."

Kamatari volteó con una sonrisa en el rostro, al tiempo que decía, también en susurros... "De nada, de nada, de nada...." y sonreía complacido más que nada por la actitud de su amiga; todo esto ante las confundidas miradas de los otros dos jóvenes; duda que fue disipada cuando Kate salió de la espalda de Kamatari para sentarse al lado de su novio y contarles los sucesos del día.

- "O- o- ópera???" - dijo Matt con algo de preocupación

- "¿No te gusta?" - preguntó Kate con cautela, no había pensado en esa opción.

- "¡No!. No es eso." - la tranquilizó pronto Matt - "No puedo decir si me gusta o no porque nunca he ido; lo que pasa es que...."

- "¿Si?"

- "Pues bien... a la ópera hay que ir de gala, y yo.... yo no tengo trajes formales para ese tipo de ocasiones"- terminó de decir con tristeza el joven.

Se produjo un incómodo silencio, el cual fue sorpresivamente interrumpido por Steven.

- "En realidad muchas de las personas que van a la ópera tienen el mismo problema que tú Carter; pero no se hacen problemas, para eso existen las casas de alquiler de trajes para toda ocasión; la mayoría no cuesta mucho y son bastante buenos." - dijo el muchacho sin poder evitarlo, más pronto recordó que sus comentarios no eran muy bienvenidos, así que agregó rápidamente -"Se que no es mi asunto; siento mucho el haberme metido"

Más para su sorpresa, Matt no parecía demasiado molesto, al contrario.

- "Supongo... supongo que esta bien Wildfire, en realidad me estás salvando del asunto... creo que ... creo que te agradecería mucho si me pudiese dar el nombre de una de esas casas... si no es mucha molestia."

Asombrado, Steven no dudo en darle al otro joven un par de lugares a Matt; quien teniendo en cuenta que se trataba básicamente de algo que más que nada hacía por Kate, hubiese sido capaz de cualquier cosa. Luego de esto, el trío, en compañía de la joven, terminó de intercambiar la información reunida de ese día, y terminaron la jornada tratando un tema más esa misma noche.

- "Bueno, ya que Katty y yo nos vamos a tomar la noche de mañana libre, no creo que sea justo pedirle a ustedes dos que trabajen"- Expresó Matt con algo de preocupación (sobre todo porque lo último que quería era dejar a esos dos a solas, y en especial un sábado, cuando la biblioteca cerraba temprano... la semana pasada habían tenido que reunirse con una lamparita en el pasillo para no atrasarse, lo cual empeoró considerablemente el resfrío de Kamatari) - "Además, hemos avanzado bastante durante esta semana, y hoy terminamos de reunir la información necesario; considero que sería posible comenzar a trabajar desde la próxima semana para armar el trabajo."

Tanto Kamatari como Steven parecieron considerarlo, al final Steven habló...

- "Está bien, pero yo por mi parte avanzaré un poco mañana de todas maneras, puedo comenzar con el cuerpo de la monografía... "

- "¡Pero no es necesario...!"

- "Esta bien Carter, ya se que no es necesario... pero tengo bastante aceite para la lampara, una gran parte de la información... y por último... bien, ya me acostumbre a dormir tarde de todas maneras, creo que me desesperaría sin hacer nada durante la noche, en fin; les daré el lunes lo que avance"- terminó de decir el rubio tras lo cual procedió a retirarse, pero una constipada voz detuvo su camino.

- "¡Ie!... snif... ahora soy yo el que no considera justo que ... snif.... te quedes trabajando solo en el trabajo... snif"

- "Lo ves"- replicó Matt ante esto.

Más Kamatari continuó

- "Yo también trabajaré contigo. No esta bien que siendo un trabajo de tres, solo uno lo comience; debe de por lo menos representar el punto de vista de dos de los integrantes... snif.... "

Ahora, ante tales comentarios; tres preocupados pares de ojos se posaron sobre el resfriado muchacho. El resfrío de Kamatari había empeorado considerablemente el los últimos días; en realidad, la mayoría consideraba un milagro que este aún estuviese de pie, pero con lo terco nadie había siquiera logrado el que considerase pasar un par de días en su camita.

- "Pensándolo bien.... " - de pronto dijo Steven- "Tal vez lo mejor sería tomarnos el fin de semana para descansar y.... "

"¡IIE!" - volvió a repetir Kamatari, ahora con más convicción - "He dicho que mañana trabajamos; nos vemos en el pasillo a las 6 de la tarde, cada quien lleva las lamparas que pueda"- y diciendo esto se dio media vuelta y se alejó, dejando a los tres mudos, y de pronto un suspiro general se apoderó del ambiente. Matt y Kate lo siguieron perdiéndose en la noche.

Steven se quedó en el lugar pensativo; desde que comenzó a empeorar aquel resfrío, Kamatari no solo se había vuelto un lindo angelito frágil y vulnerable... sino uno muy gruñón y testarudo también, de esos a los que no les puedes dar la contraria una vez que se les mete algo en la cabecita; y aunque era cierto que sonreía una que otra vez como hacía una hora casi, cuando Kate lo abrazó por detrás, la mayor parte del tiempo estaba gruñendo como un pequeño osito al que no le dejan invernar. Steven sonrió para si mismo, la verdad era que se veía increíblemente divino como un osito gruñón; más pronto su rostro tomó un matiz preocupado, solo esperaba que nada malo sucediese el día de mañana... un par de horas en el pasillo helado podían ser todo lo que su angelito necesitase para pescar una pulmonía o algo pero... no debía de olvidar llevar un par de gruesas mantas.

**********

La mañana y tarde del sábado fueron agitados para Kate y Matt, pues ambos fueron a buscar trajes de gala para la ópera; y aunque demoraron, para la tarde volvieron con un par de trajes alquilados bastante bonitos, y lo mejor de todo, baratos. Para las 5 todo estaba listo, y la pareja estaba vestida.

- "Bien, deséame suerte Kamatari, porque no tengo la más mínima idea de lo que me espera, solo deseo que Kate no se desilusione demasiado de mi" - expresó Matt con un leve tono de preocupación.

- "Baka (tonto)"- dijo Kamatari con cariño mientras terminaba de acomodar la pajarita del cuello de Matt - "Ya deja de preocuparte tanto; esto no es una prueba. Lo único en lo que Matt-san tiene que pensar es en lo mucho que se divertirá con Kate-san en esta tarde tan especial, y los momentos que pasaras conociendo un poco más de lo que a ella le gusta"

Matt suspiró y asintió, sabía que su amigo tenía razón, solo que eso no evitaba que se pusiera nervioso; el solo pensar estar entre toda esa elegantes personas lo ponía muy nervioso... ¿Y si Katty decidía que no estaba a la altura de aquella sociedad?, ¿y si se desilusionaba en verdad?... no, no podía dejar de pensarlo aún cuando en su corazón sabía que nada de eso iba a suceder, pues a diferencia de su mente, este si estaba seguro de lo que el corazón de su amada sentía. Matt suspiró, sea lo que fuese, solo esperaba no terminar más aburrido que una ostra, porque eso si era algo que había escuchado por allí. De tan solo pensar en la cara que le pondría Kate si lo pillaba durmiéndose en medio de la obra le ponía la piel de gallina.

Diez minutos después, ambos jóvenes se retiraban en una carroza de alquiler, dejando atrás a Kamatari despidiéndolos de la manera más melodramática con su ahora eterno pañuelito blanco, y deseándoles que les fuera bien.

Kamatari se estiró un poquito cuando el vehículo se perdió de vista; sentía que todo el cuerpo le dolía. Comenzó a caminar hacia el edificio de habitaciones cuando algo se posó sobre su cabeza.

- "Konnichiwa Hime-chan." - dijo únicamente Kamatari, tras lo cual se sentó en un tronco seco cercano y se dijo relajar un poco a si mismo. Levantó con desgano la cabeza en dirección al gran reloj de en medio del campus... aún faltaban cerca de 40 minutos para las 6, pero ya estaba comenzando a anochecer, y estaba haciendo un frío bárbaro. Kamatari se abrigó un poco más sí mismo dentro de su saco, sufriendo un escalofrío que lo hizo estremecerse de manera fuerte e involuntaria; tanto que Hime dio un ligero revoloteo, saliendo de su cabeza y posándose sobre sus piernas. De pronto la palomita comenzó a buscar abrigo dentro del grueso saco de Kamatari. - "Tienes frío, ne?; sé lo que es eso.... ¡Achooo!... snif.... maldito resfrío... (suspiro)... ¿será demasiado tarde para ir a comprar algo a la panadería?... ¿O tal vez a la droguería?... creo que unas hierbas medicinales me caerían bien en este momento... Ah!!!!, si no hubiese quedado con él para el trabajo estaría en mi cama... a veces me pregunto porque se me ocurren esas geniales ideas así de repente... "- Kamatari suspiró de nuevo, cuando su estómago sonó... no había comido casi nada durante el día, y aunque no tenía hambre, hambre, lo que se dice hambre... su organismo le pedía alimento, y además le había prometido a Matt-san y Kate-san cuidarse un poco; sus amigos estaban demasiado preocupados. Kamatari consideró durante un momento el ir a la cafetería y comprarse algo de comer, pero de tan solo pensar en la comida de la cafetería hizo un mohín de disgusto... si iba a comer algo, por lo menos sería algo que le provocara el ser comido... pero ahora solo le quedaban cerca de 35 minutos para las 6 de la tarde, y aún tenía que ir por dinero hasta su habitación y luego a la panadería y por último volver... por lo menos una hora de camino entre todo... eso a paso rápido. Bueno, igual tenía que volver, nada le costaba dejarle una nota a Steven-san (así lo llama ahora, el muchacho lleva la fiesta en paz al fi y al cabo), y decirle que mejor comenzaban a las 7 de la noche. Con un suspiro, el joven se incorporó y se dirigió a paso lento hasta el edificio y su habitación, eso con su siempre fiel Hime posada en uno de sus hombros.

Cuando Kamatari llegó, buscó el dinero y un papelito; donde escribió que se iba a demorar un poco más de lo acordado. Buscó un alfiler también... tenía que poner la nota con alguna cosa en la puerta de Steven-san, ne?, solo esperaba que este no se enojara por andar clavando alfileres en su puerta. Con pesadez el joven subió las escaleras, cruzándose pro el camino con uno que otro conocido que, para su disgusto, le dijeron lo mal que se veía y le recomendaron que mejor se fuese a acostar en su cama... no fue porque se lo dijeran de mala gana, todo lo contrario, ambos chicos parecían de verdad preocupados por él; solo que de un tiempo aquí, Kamatari no se sentía como siempre, a veces incluso se enfadaba por las puras, solo que no lo podía evitar.

Luego de demorar un buen rato en subir las escaleras, Kamatari por fin llegó a la habitación de Steven, y se recargó contra la puerta un rato para tomar aliento. Se sentía en verdad bastante cansado, y a pesar de los escalofríos que sentía, su cara le ardía. Suspiró de nuevo y sacó la nota de su bolsillo, así como el alfiler, más apenas hubo terminado de colocar la nota en su lugar, la puerta se abrió dejando a ambos jóvenes frente a frente.

Steven miró un rato a Kamatari como si se tratase de un sueño, o una criatura mítica; y luego miró a su puerta y vio la nota, la cual leyó casi de inmediato. Volvió a mirar a Kamatari y sus gestos se suavizaron en una sonrisa.

- "De acuerdo, no hay problema"- dijo en un primer momento el rubio, más luego se fijó mejor en aquel que estaba delante suyo, y una ola de preocupación lo cubrió. Kamatari tenía el rostro perlado por el sudor, y sonrojado por la fiebre; además respiraba de manera rápida y descompasada; y para colmo de males estaba tiritando de frío.

- "Vuelvo en una hora, bueno, tal vez un poquito más"- dijo con dificultad Kamatari al rubio.

- "Errr, claro; y si no es mucha molestia preguntar... este, ¿adonde vas?"

Kamatari miró con algo de desconfianza a Steven, pero no tenía nada de especial el ir a la panadería; así que le dijo adonde iba.

- "¡Mira que casualidad!"- expresó Steven de manera 'casi' casual mientras golpeaba uno de sus puños cerrado contra la palma de su otra mano- "A mi se me has estado antojando desde hace días unos bizcochos; pero la verdad que no conozco muy buenas panaderías por aquí, y como que los bizcochos de la cafetería no son exactamente la mejor opción.... ¡si!.... errr.... ¿estaría bien si te acompaño?, ¿O te es mucha molestia?."

En cualquier otra ocasión, Kamatari hubiese dicho con su acostumbrado manera de ser que no hubiese habido ningún problema; aún cuando era obvio que se estaba ofreciendo a acompañarlo para cuidar de que no se cayera por allí (pues entre Matt y Kate habían estado haciendo lo mismo desde hacía días); pero con el actual mal humor explosivo que por momentos se manejaba el muchacho; como que tener niñera, y encima a 'ese' de niñera, no le estaba haciendo demasiada gracia, así que....

- "¡Escúchame bien Steven Wildfire, no necesito que nadie me este cuidando!... " - amenazó el joven oriental con un dedito que se movía peligrosamente justo a la altura de sus ojos y una mano en la cintura "... ¡yo me encuentro perfectamente bien para que te lo sepas... y además yo.... yo.... yo.... ¡ACHOOOOO!!!!" - el estornudo fue tan fuerte que el pobre se fue para atrás y se hubiese caído de no ser por el par de fuertes brazos que lo sujetaron en su casi trayecto hacia el suelo.

- "Si, si; yo sé que te encuentras bien; pero tal vez deberíamos dejar esto para otro día. "- dijo en un tono conciliador el rubio, al tiempo que sujetaba a Kamatari por la cintura con un brazo (Steven estaba en el paraíso **^_^**)- "Vamos, que tu necesitas descansar y creo que al fin de cuentas yo también... te llevo hasta la puerta de tu cuarto y te quedas allí, ¿de acuerdo?; solo promete que te harás un buen té caliente y de frente a tu cama."

Debido a sus constantes cambios de humor, ahora Kamatari estaba con los ojitos anegados de lágrimas debido al repentino comportamiento en exceso amable de Steven; y accedió finalmente a hacer aquello que debería de haber hecho desde un principio; más cuando estaban a punto de bajar la escalera, el fuerte mareo que experimento Kamatari, obligó a ambos jóvenes a parar su marcha, e hizo que Hime, quien estaba parada aún sobre la cabeza de Kamatari volara de esta.

- "Hey!!!, ¡¿Te sientes bien?!"- preguntó el rubio con preocupación, más el otro joven no pudo responderle. Por fin sus fuerzas habían sido doblegadas por la enfermedad, haciendo que este se desmayase en brazos del otro.

Steven se encontraba casi al borde de la desesperación, pues no tenía la mas mínima idea de que hacer, así que optó por hacer por hacer lo primero que se le ocurrió; y alzando en vilo al otro, lo llevó de manera apresurada hasta su habitación, la cual era la más cercana.

Una vez dentro, Steven colocó al otro en su propia cama; y una ola de sentimientos lo invadieron al recordar lo que vivió hacía ya tres semanas en ese mismo lugar y con aquel mismo joven. Pronto quitó aquellos pensamientos de su mente, no era hora de andar pensando en esas cosas; pero entonces... ¿qué hacer?... Tras un momento de deliberar consigo mismo, Steven decidió contactar a su médico de cabecera, esa era su mejor opción; sobre todo porque el doctor Sander era el mejor en su opinión; pero la idea de dejar a su ángel solito en aquellas condiciones no le gustaba, así que luego de cinco espantosos minutos de pensarlo mucho, cogió algo de dinero de uno de sus cajones, y salió de manera presurosa de su habitación en busca de la primera persona que encontrase; y para su suerte no tardó demasiado en hallar a alguien.

Ni bien había llegado a las escaleras que conectaban el tercer y el segundo piso; Steven vio a un muchacho subiendo; y prácticamente voló hasta donde este se encontraba.

- "Disculpa"- dijo casi en un jadeo- "por favor, necesito ayuda"

El otro muchacho levantó la vista y sonrió saludando; Steven lo reconoció como aquel que le había agradecido aquella vez por haber dado las 50 habitaciones del tercer piso para los alumnos. Tras un momento que notar la desesperación en el rostro de Wilfire, el otro chico preguntó con angustia que era lo que sucedía.

- "Necesito por favor que me consigas a este médico"- dijo el rubio entregando un papel al otro con el nombre y la dirección del doctor en cuestión.- "Se que es tarde, y te pido perdón por las molestias, pero es una verdadera emergencia. Mira yo te doy el dinero para el vehículo de ida y vuelta. Le dices al doctor que yo lo estoy llamando, que venga al campus y él lo hará... ¡¡¡Por favor!!!"- casi suplicó el rubio al borde de las lágrimas.

Para su suerte, el otro muchacho accedió de buena fe; e incluso se apresuró debido al estado de desesperación que Wildfire dejó notar en sus actos. Acto seguido, Steven bajo hasta el segundo piso y dejo, tal y cual Kamatari había hecho, una nota en la puerta del cuarto de este, pero dirigida hacia Carter, donde en pocas palabras le trataba de explicar que era lo que había sucedido. Por último subió como un rayo las escaleras y volvió al lado de aquel que se encontraba en su cama.

Steven no tenía la más mínima idea de que hacer ante una emergencia de ese tipo; el jamás había tratado a persona alguna en un estado tan crítico, sin importar lo que sucediese, siempre hubo un tercero que hiciese las cosas por él... ¡¿Por qué demonios tenía que ser tan inútil?!. El rubio se paseó durante un momento por la habitación, tratando de pensar en que hacer, cuando un jadeo de parte del muchacho de cabellos oscuros hizo que parase con su vaivén y se acercase al lecho.

Kamatari, para gran alivio inicial de Steven había abierto los ojos, así que Steven trató de explicarle lo que estaba sucediendo; más luego de un momento Steven captó el hecho de que Kamatari no lo estaba entendiendo, este último estaba delirando.

Steven acercó entonces su mano a la frente de Kamatari, este hervía en fiebre; así que puso sobre la primera frazada con la que había abrigado al muchacho otras dos frazadas más, y luego pensó que más de una vez había escuchado que por lo general lo primero que se intenta es bajar la fiebre mediante pañitos de agua fría en la frente y el rostro; así que trayendo un recipiente de agua fría y todos los pañuelos que pudo encontrar en menos de cinco minutos, comenzó a tratar de enfriar a Kamatari, al tiempo que le susurraba dulces palabras como tratando de calmarlo un poco; pero sucedió que cuando el joven oriental fijo su vista un poco mejor en el que lo estaba atendiendo; un súbito estremecimiento se dio en todo su ser, y empezando a inquietarse de manera visible, comenzó a murmurar que no se acercara a él... que no le hiciese más daño.

El corazón de Steven se contrajo ante aquellas palabras. Era cierto que Kamatari lo había estado tratando de manera más casual desde que empezaron con el trabajo grupal; pero Steven había empezado a desear que las cosas fuese más allá, que por lo menos lo dejase ser su amigo aunque fuese... que tal vez, luego de un tiempo se pudiese presentar una nueva oportunidad; pero a quien engañaba, eso era pedir demasiado, sin embargo en aquellos momentos...

Steven tomo con cariño el sonrojado rostro de Kamatari con ambas manos, y ante los estremecimientos de este le plantó un dulce beso en la sien y comenzó a susurrar .

- "Escucha... sé que lo que hice fue en verdad imperdonable, que sin importar lo que haga jamás las cosas volverán a ser lo mismo... o más bien dicho que nunca llegaran a ser lo que en estos momentos yo tanto he soñado contigo... pero te juro que nunca te haré daño... no otra vez... y no permitiré, en la medida de lo que me sea posible, que alguien más te lastime... Se que no me crees, no te culpo... pero en verdad te amo, con el corazón, con el alma, con cada fibra de mi ser. Ahora no soy más que la mitad de un alma, porque la otra mitad eres tú mi amor; y acepto mi castigo de nunca más poder estar a tu lado, porque me prometí que jamás te volvería a tocar, aún cuando ese castigo que me he impuesto consuma mi alma... pero te suplico, te lo imploro... confía en mi esta vez, deja que atienda tus fiebres; te lo he prometido antes y te lo vuelvo a prometer ahora, yo no te haré daño."

De pronto, y para completo éxtasis de Steven; Kamatari se relajó de manera visible bajo las tiernas caricias que este, mientras que cerraba los ojos quedándose finalmente dormido. Steven miró a aquella frágil criatura, y un deseo enorme de protegerlo hasta el fin de los tiempos comenzó a rugir en su interior como un fiero huracán, el cual se aunó a toda la pasión contenida dentro de su pecho. Más Steven se controló de aquella manera en la que solo él podría lograrlo, limitándose tan solo a acercarse un poco más al ser dormido en el lecho, y acariciando sus cabellos húmedos por la fiebre, mientras que los acomodaba de manera gentil; luego cambió la improvisada compresa fría de la sien de su amado, y espero pacientemente a que el médico llegase. Y no tuvo que esperar demasiado, pues un cuarto de hora después, el galeno llegaba junto con aquel que fue tan gentil de ir a buscarlo.

- "Gracias, te pasaste. Ya sabes, cualquier asunto en el que yo te pueda ayudar, no dudes en pedirme ayuda." - terminó de decir el rubio, tras despedir a Erick, su vecino de piso.

- "No hay problema. La verdad que si no nos ayudamos entre nosotros, no habrá nadie que lo haga"- dijo el muchacho por toda contestación antes de retirarse, sin llegar a aceptar nada a cambio, a excepción del reembolso del dinero utilizado en los viajes de ida y vuelta.

Cuando Steven volvió a su habitación, el doctor Sander ya se encontraba revisando a paciente, y su rostro presentaba un aire de preocupación. El doctor Sander conocía muy bien a Steven; su hermano mayor, el cual también es médico, es el médico de cabecera de la familia Wildfire, y fue quien trajo a luz a todos los miembros de la nueva generación de aquella casa; casi, casi, y podría decirse que el hombre que se encontraba en esos momentos en frente de Steven podría ser considerado algo así como un tío lejano.

- "Hmmm"- señalo el galeno meneando la cabeza - "Steven, muchacho ven aquí a darme una mano con esto"- indicó el doctor haciendo ademanes para que el joven se acercara.

- "Es... es muy grave doctor"- preguntó Steven al acercarse, con una audible notar de temor en su voz.

- "Grave, grave no es; pero al fin y al cabo es un estudiante; y para variar de los que no se cuidan una vez que llega la época de exámenes, como siempre. Pero a este le afectó mucho en verdad el clima. Por ahora lo importante..."- comenzó a decir el doctor mientras le desabrochaba la húmeda camisa a Kamatari- "...es bajarle la fiebre en la medida de lo posible; una vez que se logre eso, solo descanso y una buena alimentación; que no salga de la habitación en por lo menos 3 a 4 días, a excepción de que tenga que dar algún examen; y eso es definitivo, me importa muy poco lo mucho que se queje luego por perder clases... con eso será suficiente, de seguro que entonces se pone bien." - terminó de decir el doctor mientras terminaba de desabrochar la prenda, sin darse cuenta que aquel a quien le hablaba a las justas y lo escuchaba debido al espectáculo que presenciaba de aquel frágil pecho de marfil japonés que se daba ante sus ojos. - " De acuerdo muchacho; ven aquí a ayudarme, necesito que me ayudes a enfriar un poco a este joven. Primero seca por completo el sudor de su rostro y pecho, y luego pasa un paño húmedo por las mismas áreas. Mientras tanto prepararé un tónico para este jovencito, para por lo menos un par de días... luego le daré más. ¿Te molesta que use tu cocina?"

Cuando el galeno terminó de hablar, levantó la vista solo para encontrarse con el sonrojado rostro de Steven ante sí. Y es que si nada más por el hecho de ver aquel pecho desnudo, su cuerpo comenzaba a experimentar unos ardores increíbles; el solo pensar en tocar y humedecer a aquel dulce ser era suficiente para poner al joven al borde de un ataque. Pero como siempre, el hombre mayor ni cuenta se dio, atribuyendo el rubor a otras causas.

- "Steven... ¿te sientes bien muchachito?... buen Dios, solo falta que este joven te haya pasado la gripe"

- "Ya quisiera..."- susurró bajito el rubio ante dicho comentario.

- "¿Qué dijiste?" - preguntó el galeno, quien no escuchó lo último que dijo el rubio.

- "Ah?!, no nada, yo dije 'que Dios no quiera', y no, no se preocupe que yo estoy bien"- dijo apresurado Steven mientras que se acercaba al muchacho de cabellos oscuros - "Utilice la cocina el tiempo que lo necesite; no se preocupe, si encima lo estoy haciendo venir un sábado y a estas horas... yo me haré cargo de todo aquí... si... yo me encargo de todo"

Y aplicando el dicho al hecho, Steven comenzó a hacer exactamente lo que el médico le había indicado; sintiendo tras cada segundo transcurrido, que si tenía que morir algún día, ese era el momento ideal para hacerlo.

Casi una hora después, el galeno abandonaba la habitación del tercer piso, no sin antes dejar las indicaciones del tratamiento que debía seguir Kamatari en relación al tónico que estaba dejando para él, y de la manera en que debía de cuidarlo su compañero de habitación (esto previa dolorosa explicación de parte de Steven de que él no era la persona que lo iba a cuidar), y diciendo que no aceptaría ningún pago hasta ver a ese jovencito totalmente repuesto (claro que Steven es el que va a correr con todos y cada uno de los gastos). Para esto eran ya poco más de las 8:30 de la noche.

Steven volvió al lado de Kamatari una vez más; y lo miró allí en su cama, dolorosamente hermoso, dormido en su cama y utilizando uno de sus pijamas (por que la ropa de Kamatari estaba completamente húmeda de lo mucho que había sudado el chico, y el doctor había ordenado ponerle ropa seca de inmediato). Steven se quedó entonces allí, sin otra cosa en mente que cuidar de su pequeño tesoro, por lo menos hasta que Carter regresase; y, como era de esperarse, lo llevara de su lado.

**********

Eran casi las diez de la noche cuando la puerta de la habitación de Steven fue golpeada fuertemente, despertándolo, pues se había quedado dormido en una silla, mientras tenía entre la suya, una de las manos de su amado. Steven se estiró un poco, tratando de reacomodar su columna un poco. Sabía de quien se trataba, solo podía ser Carter el que tocase a su puerta a esas horas.

Cuando Steven abrió la puerta, tal y como lo había esperado, se encontró con un jadeante Matt, quien seguramente había subido la escalera al trote; y al ver sus manos, pudo ver la note que él mismo dejase unas horas antes, arrugada en la derecha.

- "Pasa" - fue todo lo que murmuró haciéndose a un lado, y no fue hasta que Matt entró por completo en la habitación, que dijo -"Está en el cuarto, dormido en la cama" - Steven no creyó conveniente recordarle a Carter que eran SU habitación y SU cama.

Cuando Matt entró a aquella habitación, pudo ver a su amigo dormido de manera pacífica en la cama; y vino a su mente el hecho de que hacía poco menos de un mes, vio por primera vez llorar a Kamatari por algo que había sucedido en aquel mismo lugar, en aquella cama. Volteó para enfrentar a Steven, pero lo vio en otro punto del lugar; recogiendo lo que parecía ser un frasquito de vidrio con una sustancia ámbar dentro de este, y un papel con algo escrito.

En pocas palabras Steven le explicó a Matt, antes de que este siquiera pudiese increparle nada, lo que había sucedido y lo que el doctor había recetado. Le dio el papel con las indicaciones, y dijo que el lunes el doctor volvería en la noche para volver a revisar a Kamatari, asegurándole que ya todo estaba pagado, así que no valía de nada que se negara a ello, y diciéndole que le diga a Kamatari lo mismo, porque desde hacía casi ya cuatro horas que el muchacho estaba inconsciente. Por último sacó a la pequeña Hime de un rinconcito cálido que había improvisado con una caja de madera cubierta por un par de pañuelos, y calentada debido a que se encontraba cerca de la lampara.

-" Bien Carter, creo que eso es todo"- decía al tiempo que colocaba a la pequeña Hime sobre el pecho de durmiente; logrando que esta se acomodase con ganas en dicho lugar. - "La ropa de Kamatari la mandé a lavar cuando el doctor se la terminó de quitar; tú mismo puedes ir a recogerla mañana a primera hora, eso también ya está pagado; y no te procupes en devolverme la pijama, porque hace años que deje de utilizarlas."

Matt asintió de manera lenta ante todo el torrente de información dado a su persona, y miró la salida de la habitación, luego a Kamatari, y por último a Steven.

- "Wildfire"- dijo entonces Matt no muy seguro en realidad de lo que hacía - "no voy a poder con todo yo solo; así que... ¿podrías ayudarme llevándolo a nuestra habitación mientras que yo voy yendo y abro la puerta?; tengo la maldita suerte de que no puedo arrugar mas de lo que ya lo hice este traje" - indicó Matt de mala gana, y era cierto, pues por la carrera que dio del segundo al tercer piso, todo lo que había cuidado de no arrugar el traje durante la velada que pasó con Kate, no había servido de mucho... si no fuera por aquello, ni siquiera le habría pedido aquel favor a Wildfire.

Sorprendido, Steven no dudo en asentir; y ante el cuasi asombro de Matt; levantó al aún dormido Kamatari con el mismo cuidado con el que un coleccionista levantaría una valiosa figura de porcelana; y, teniendo cuidad de tenerlo lo suficientemente bien arropado, los tres chicos hicieron el corto pero lento viaje hacia el segundo piso, exactamente hasta la puerta de la habitación que compartían Matt y Kamatari; donde Matt procedió a abrir rápido la puerta para que Steven depositara suavemente a Kamatari, todo bajo la siempre atenta mirada de Matt; quien también notó los casi 10 segundos que el rubio se tomo para despedirse silenciosamente del otro, tras lo cual se retiró de la habitación sin decir palabra alguna.

Matt cerró la puerta pensativo, en realidad repasando por su mente todas aquellas conversaciones en las que últimamente Kate se desvivía argumentando que tal vez Wildfire no estaba actuando, y que lo que sentía era verdadero. Demasiado cansado para seguir con aquello, Matt desechó aquellos pensamientos, y se dirigió hacia su lado de la habitación, donde sacó su ropa de dormir y se cambió lentamente, no sin antes echarle una última mirada a su compañero de habitación, preparándose mentalmente para lo que sería una gran lucha a la hora de decirle a Kamatari que el doctor le había prohibido asistir a clase por dos o tres días... además de tener que cuidarlo; algo le decía a Matt que Kamatari no era un modelo de paciente.

Fin del octavo capítulo

Notas de la felina autora:

Agradezco los lindos reviews recibidos aqui por este capitulo n-n en serio, me emocionan MUCHO!, y pues agradezco a Mikki-chan (mi adorable y gruñona ama hechicera :p) por el fanart ya que es de ella y de nadie mash, grashiaaaaash.

Ahora sí... para el próximo capítulo... pues Kamatari va dándose cuenta cada vez más de que aún en medio de personas que lo quieren y aprecian, personas a las que puede llamar amigos... aún así se esta sintiendo solo... a la vez que sus sentimientos cada vez se vuelven más fuertes, dejando de lado aquella indecisión que hasta el momento ha estado corroyéndolo... no es fácil después de todo, darte cuenta de lo que sientes cuando es algo que desde un principio has querido negar; así que decisiones importantes se vienen por delante. En cuanto a Steven... que les puedo decir excepto que cada quien tiene derecho a una nueva oportunidad; y aunque él la desea con toda el alma, ya está resignado a no obtener más que la amistad de Kamatari, tal y como se lo confesará a una persona a la cual le tiene mucho aprecio ... ¿tendrá él una nueva oportunidad?. Además veremos que tanto es capaz de hacer Matt por una mirada feliz de Kate, entre otras tantas cosas... incluyendo un par de sesiones de ejercicios... estos chicos necesitan desfogar toda esa energía de alguna manera =^.~=.

Espero que sigan conmigo... así que un bechito felino de mi parte para todos.

chibineko =^.~=

 


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