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Una cicatriz en mi alma por rynu

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Notas del capitulo:

Bueno este es el final de esta historia asi que espero que os guste. Como me lo pidieron aquí está el esperado Lemmon. Es la primera vez que hago uno completo así que espero que os guste. Este capítulo final se lo quiero dedicar a dos chicas que me comentan siempre   Dimitrians y Hana Anath    muchas gracias en serio sois estupendas :D

Os dejo con el capítulo. Disfrutarlo  J y perdonar como siempre mis faltas de ortografía  :P

*Pov Narrador*

Tras aquel día donde Sabo y Luffy confesaron sus sentimientos, pasaron  seis cortos meses donde desde entonces eran una pareja completamente feliz y dulce. Pocas parejas eran tan dulces como lo eran aquellos dos. Además no escondieron desde el primer momento su relación, si las personas con las que se juntaban no los aceptaban es que eran todos unos hipócritas.

La primera que se entero fue Koala, que al enterarse, se alegró un montón por ellos y les dio un gran abrazo en muestra de su apoyo.

Después de ello se enteraron Zoro y Sanji, el primero estaba totalmente sorprendido por aquello, mientras que el rubio sonreía cómplice a Sabo. Los dos aceptaron igualmente su relación sonrientes. Y así fue con todos con los que se relacionaban.

Ya sin nada que ocultar se convirtieron en una pareja envidiable. Sabo consentía a su pequeño Luffy en todo lo que le pedía, además de que era sobreprotector y le encantaba mimarle. Luffy se dejaba mimar encantado, además era muy amoroso por lo que siempre buscaba contacto del rubio de alguna FORMA, ya sea abrazándolo, ir cogidos de la mano o dándole besos en diferentes zonas de la cara.

Aquel día era especial PARA ambos porque ese día era su aniversario.

Sabo tapo los ojos del pequeño, mientras este impaciente preguntaba todo el rato a donde lo llevaría, porque lo iba a llevar a un lugar muy especial que seguro le gustaría.

Sabo se rio suavemente mientras besaba los dulces labios de su pequeño monito por unos segundos.

-Es una sorpresa Luffy, tendrás que esperar a que lleguemos- Dijo el chico rubio con una gran sonrisa, aunque el azabache no pudiera verlo.

-¡JOO! ¡ERES MALO SABO! Bueeeeenoo vaaaaleee pero más vale darme por el camino mucha comida- Hizo un puchero Luffy mientras su estómago protestaba por el hambre.

-Jajajajaja, tu Luffy nunca cambiaras, anda vamos que por el camino te comprare un montón de rica carne-Se rio Sabo por la actitud de su novio.

En ello monto a Luffy en un taxi y este junto a él, se disponían a ir rumbo al mar, donde le esperaría a Luffy una gran sorpresa.

En el mundo espiritual...

Se encontraban Ace y Marco sentados en un banco mientras miraban el horizonte que estaba lleno de niebla blanca.

Ace tras marcharse Luffy de aquel lugar, donde habían hablado meses antes, perdió su sonrisa para transformarse en un rostro lleno de seriedad y preocupación. Marco entendió enseguida la situación por lo que se dispuso a rodearle con el brazo y atraerle hasta su pecho para que se apoyara en él. El pecoso no se quejó, solo suspiro cansadamente mientras marco le acariciaba el pelo.

-¿Te arrepientes de no habérselo dicho?- Pregunto Marco dando en el clavo de la cuestión.

Ace volvió a suspirar. Cerró los ojos mientras pensaba en la respuesta.

-No me arrepiento, creo que es lo mejor, deben vivir sus vidas ignorantes a lo que sucederá en un futuro no muy lejano, si se lo hubiera dicho... quien sabe cómo hubiera reaccionado, pero bien desde luego no- Dijo entristecido mientras apoyaba la cabeza en el hombro de Marco.

-Las cosas suceden por alguna razón... Ya verás como todo sale bien- Dijo Marco dándole un beso en el cabello del pecoso.

Una ligera sonrisa se mostró en los labios de Ace.

-Tienes razón el tiempo decidirá la suerte de ellos dos, solo queda observar cómo se desarrolla todo...- Murmuro mirando hacia arriba a la nada.

Volviendo con Sabo y Luffy...

Ellos dos acababan de llegar al mar, donde Sabo había reservado una lujosa cabaña con una playa privada por una semana, aunque Luffy aún no sabía dónde se encontraban porque aun llevaba tapado los ojos.

-Luffy... hemos llegado- Dijo Sabo con una sonrisa mientras le destapaba los ojos y ampliaba aún más la sonrisa.

Luffy abrió los ojos como platos y abría la boca en forma de o por la gran sorpresa.

Una gran sonrisa ilumino toda la cara del pequeño. Con ojos brillantes por la emoción miro a Sabo que esperaba impaciente su reacción. Luffy sin pensar se tiro a los brazos de Sabo y le planto un suave beso en los labios del rubio, que gustoso correspondió a esa muestra de agradecimiento.

-¡¡¡Me encanta!!! ¡ARIGATO SABO! ¡Eres el mejor!- Dijo Luffy muy alegre mientras observaba todo el lugar con emoción.

-Sabía que te gustaría, por eso te traje aquí Luffy, tenemos toda una semana esta playa para nosotros dos solos y nos hospedaremos en aquella cabaña- Dijo Sabo con una dulce sonrisa, mientras pasaba su brazo por la cintura de Luffy para apegarlo junto a él.

-¿¡DE VERAS!? ¡Es el mejor regalo de todos! Yo también te daré un regalo esta noche- Dijo tímidamente al final, con un ligero sonrojo en las mejillas, que hacían ver al pequeño, en opinión de Sabo, demasiado tierno y adorable.

-Ya quiero saber en qué consiste mi regalo, será paciente hasta entonces... ¿Qué te parece si vamos a desempaquetar las cosas a la cabaña y vamos a bañarnos al mar?- Pregunto Sabo dando un  pequeño beso en la mejilla del pelinegro.

-¡SI!- Dijo alegremente, mientras corría en dirección a la cabaña como una bala. Sabo se rio por la acción del chico.

Minutos después ambos estaban jugando en el mar; salpicándose, persiguiéndose, dándose besos salados por el sabor del mar, lanzando el uno al otro al agua...

Luego de ello fueron a la arena donde Luffy insistió en enterrar a Sabo en la arena, a lo que este no le quedó más remedio que acceder a su petición.

Fueron unas horas preciosas en las que estaban jugando como auténticos niños, cuando empezó a anochecer. Así que se fueron a la cabaña para ducharse, ya que estaban llenos de arena hasta arriba, y cenar a continuación.

La cena fue un ajetreo como siempre, Luffy comiendo sin parar y Sabo hacia casi lo idéntico que este.  Cuando acabaron de cenar y limpiar, entre protestas, esto último por parte del menor,  fueron al saloncito de la cabaña para ver una película.

Los dos se acomodaron y se acurrucaron juntos  en el sofá para ver la película. Alrededor de unas dos horas después se vio a un Luffy durmiendo en el hombro de Sabo.

El rubio sonrió, y con cuidado, lo cogió en brazos y lo llevo a la habitación en donde dormirían para que descansara del día tan agotador que había sido hoy.

Sabo una vez acomodo a Luffy en la cama empezó a desvestirle para que durmiera más cómodo. Pero mientras lo hacía disfrutaba acariciando la piel del menor. Tenía una piel suave y delicada, que invitaba a probarla.

Sabo se mordió el labio inferior, las ganas de lamer esa piel y marcarla le estaba llamando con fuerzas.

El corazón empezó a latirle con gran velocidad cuando lo dejo solamente en bóxer. Verle tan indefenso y tan sensual hizo que su cuerpo empezara a reaccionar de manera alarmante.

Sabo transpiro fuertemente para poder controlarse y no abalanzarse sin control sobre el pequeño moreno. Luffy abrió los ojos y vio a Sabo sonrojado, ya que este le estaba mirando fijamente con deseo y lujuria.

-S-Sabo- Dijo su nombre avergonzado, pero mirando sus ojos fijamente.

El miembro de Sabo se endureció completamente. El rubio cerro los ojos para intentar controlarse definitivamente.

"¡¡Piensa en otras cosa, en otra cosa!!"-Se dijo en su mente, intentando desesperadamente no perder el control de sus cuerpos.

Entonces todo el autocontrol se fue a la mierda cuando Luffy pronuncio las palabras mágicas;

-Sabo...Hazme tuyo.. Ese es mi regalo para ti, por favor acéptalo….- Susurro lleno de deseo Luffy, igual que el rubio.

Sabo miro a Luffy que lo observaba desde la cama con sus orbes negros llenos de determinación y de deseo.

Sabo dijo adiós a su conciencia y reaccionando a sus palabras se abalanzó hacia el cuerpo del menor.

Una vez encima de él, empezó a lamer su cuello lentamente, mientras Luffy soltaba pequeños suspiros de placer.

Aquellos suspiros solo hacían más que excitar al rubio cada vez más. Después de lamer su cuello empezó a mordisquear su oreja derecha, mientras que con sus manos empezaba a acariciar sus delgadas piernas con suavidad.

-S-Saboo ¡U-Umm!- Gimió Luffy cuando sintió que le mordían el lóbulo de su oreja.

Sabo se retiró de su cuello para mirar un momento a la cara de su adorable azabache.

Sabo se relamió los labios con lujuria al ver todo el sonrojo en las mejillas de Luffy.

-Seré cuidadoso, solo disfruta- Ronroneo Sabo en el oído del azabache, antes de darle un pequeño beso en los labios y retomar su exploración por el cuerpo de su amado.

Luffy volvió a gemir ligeramente ante las caricias del rubio.

Esta vez Sabo dirigió sus labios al pecho del menor. Empezó a lamer todo su pectoral de arriba abajo, consiguiendo que Luffy arqueara levemente su espalda en busca de más contacto.

Sabo sonrió levemente antes de proseguir con su recorrido. Esta vez con su lengua acaricio las tetillas de Luffy.

Luffy estaba desorientado por tanto placer, en un momento dado gimió en voz alta al sentir como una de sus tetillas era mordida e intentaban absorber de ella.

* Pov Luffy *

Mi cuerpo estaba muy caliente, sentía que me quemaba con cada roce que me daba Sabo. Mis bóxer empezaban a apretarme con fuerza y aunque no sabía que era exactamente deseaba que pasara algo.

Grite en voz alta el nombre de Sabo al sentir como su boca mordía uno de mis "botones rosados" e intentaba succionar de ellos, como si esperara que saliera leche de ellos...

-¡¡S-SABO...!! ¡¡A-Ahh...!!- Gemí de nuevo al sentir como mordía mi otra tetilla. Un gran escalofrió recorrió mi piel, mientras mi piel empezaba a arder con más fuerza que antes. Pase mis brazos alrededor de Sabo para acercarlo más a mí. Necesitaba sentir más su piel junto a mi cuerpo.

Cuando hice aquello sentí que nuestros miembros se rozaron. Gemí con fuerza por ese suceso.

Quería más de aquel contacto, así que empecé a mover más mis caderas haciendo que se rozaran entre ellas. Los dos al sentir aquello gemimos con fuerza. Mi cuerpo suplicaba por más de aquel contacto así que seguía moviéndome para que se rozaran.

Sabo me observo con lujuria. Yo gemí frustrado al no sentir más aquel contacto.

-Ten paciencia...- Ronroneo, haciéndome estremecer por completo...

Sabo siguió lamiendo mi pecho hasta que llego a mi ombligo, una vez allí metió su lengua en él.

-¡S-Sabo!- Gemí roncamente mientras arqueaba mi espalda para sentir más su lengua en mí.

El placer dominaba mis sentidos. Ya no sabía ni donde me encontraba. En lo única que podía pensar ahora en aquel placer tan ardiente que estaba recibiendo...

*Pov Sabo *

El cuerpo de mi Luffy se sentía también... su cuerpo me llamaba, me excitaba de una manera que no podría ni imaginar... sus gemidos hacían que quisiera penetrarlo ahí mismo sin preparación ni nada. Pero no quería hacerle daño, así que ganando un momento la razón a mis impulsos empecé a prepararle paso a paso.

Mire a sus ojos llenos de deseo mientras daba pequeños besos por todo su pecho, mientras que con mis dos manos hacia dos cosas diferentes. Con mi mano derecha acariciaba uno de sus muslos, y con la otra mano fue hacia el tirante del bóxer de Luffy.

Desvié mis ojos de los orbes negros de Luffy para ver su miembro que estaba completamente erguido.

No pude evitar una sonrisa al ver lo que había conseguido.

Sin meter la mano dentro de la tela empecé a acariciarle el miembro de mi hermoso azabache.

-Ahhh...Ahhh.. ¡S-Sabo! ¡N-Necesito algo...!- Gimió desesperado, sin entender que era lo que necesitaba. Yo le entendí perfectamente así que se lo iba a conceder.

Deje un momento todo lo que estaba haciendo para quitarme toda la ropa que llevaba encima, quedando solo con mis bóxer azules marinos.

Luffy me observaba embobado y con un gran sonrojo en sus mejillas.

Me lamí los labios con  deseo. Ya no aguantaba más las ganas de poseerlo.

Me acomode sentado en sus caderas y empecé a moverme lentamente haciendo que ambos miembros se rozaran a cada movimiento.

Solté un gruñido al sentir el suyo con el mío.

El también gimió fuertemente por aquello. Empecé a moverme más deprisa mientras simulaba falsas embestidas. El placer inundaba por cada por de mi piel. Sentía como mi miembro iba a explotar si no hacía algo pronto, así que decidí pasar a la siguiente fase...

 

* Pov Luffy *

Cuando Sabo empezó a moverse y sentí su miembro rozar con el mío una gran calor cada vez más fuerte recorría toda mi piel.

Pensaba que no podría sentir mayor placer que en aquel momento, pero me equivoque cuando Sabo me quito mi bóxer y empezó a lamer la punta de mi pene con su lengua.

Grite su nombre al sentir tal corriente eléctrica que me cruzo de arriba abajo por todo mi cuerpo. Su lengua lamio cada vez con más ansias por todo mi miembro, mientras yo sentía que algo quería salir dentro de mí.

-S-SABOOO..¡¡¡Umm!!!- Gemí fuertemente. Inconscientemente pase mis brazos nuevamente por su cuello para acercarlo nuevamente a mí.

Sabo sin avisar metió todo mi miembro en su boca y empezó a absorber con fuerza haciendo que mi cuerpo se arqueara por el placer.

Un grito de placer salió de mi boca ante tal acción que hizo.

Sabo empezó a acelerar sus movimientos, consiguiendo que en cada movimiento saliera un gran gemido ronco.

Mi cuerpo estaba al límite. Sentía un gran cosquilleo que recorría mi piel y que me decía que algo quería salir, así que intente avisarle...

-S-Sabo…¡¡Ahhff!! M-me siento ¡¡ummm!! raro... Ahh... Algo ahhh quiere salir de ¡Ummm! de mi...- Dije entre cortadamente porque seguía absorbiendo de mí, y eso hacía que perdiera la cordura de mis palabras.

En cuanto dije eso, saco su boca de mi pene y me dio una mirada llena de lujuria.

-Nada de venirse aún, yo estoy también en mi limite...Ahora relájate Luffy...intentare que no te duela demasiado...-Dijo dulcemente mientras me daba un suave beso en mis labios.

Yo asentí con la cabeza seguro. Desde hace días me sentía preparado para darle todo de mi a la persona que amo, y ese momento había llegado...No tenía miedo por ello...

* Pov Sabo *

Luffy me sonrió tiernamente inocente, y yo casi me quedo embobado viendo sus preciosos ojos negros. Lo amo. Sin el mi vida no tendría sentido ahora. Él es mi todo. Lo que llena mi alma a cada instante.

Yo le bese ligeramente a los labios  antes de empezar a prepararle. Le voltee hacia abajo y alce un poco sus caderas para que la penetración fuera más fácil y menos dolorosa.

Desde mi posición vi el rostro de mi pequeño que estaba completamente avergonzado por la postura en la que se encontraba.

Bese su espalda, para después susurrarle en el oído...

-Confía en mi..., Ahora relájate y muerde la almohada si te duele, pero sobre todo déjate llevar- Le aconseje, y este dócilmente obedeció.

Me lamí tres dedos. Metí el primero de ellos con cuidado en su pequeño agujero. Su estrechez fue más grande de lo que esperaba. Pero eso era bueno, eso quería decir que podría sentir a Luffy intensamente.

-A-Ahhh...D-Duele un poco S-Sabo- Gimoteo Luffy al introducir uno de mis dedos.

-Tranquilo, en seguida se pasara- Le intente tranquilizar.

Empecé a mover el dedo en círculos y de arriba abajo para dilatar su entrada mejor.

Pequeños gemidos escapaban de los labios de Luffy. Introduje otro dedo más y sus gemidos fueron en aumento. Los dos dedos dentro de él los empecé a abrir y cerrar como tijeras, así hasta que se relajara. Una vez que sentí que sus caderas se movían inconscientemente al son de mis dedos en busca de mi dedo, decidí que era hora de meter un tercer dedo..

-¡¡¡Ahhh!!!- Gimió en voz alta, al empezar a similar embestidas con mis dedos.

Estuve a si unos minutos hasta que sentí que su  cuerpo y el mío no resistirían mucho más. Saque lentamente mis dedos de su entrada y este gimoteo triste porque quería seguir sintiéndolos.

Le sonreí. Volteé su cabeza para acariciar su delicada piel suave con mi mano para después darle un beso en los labios, al principio suave, y después con profundidad enredando nuestras lenguas en las bocas de ambos. Un hilo de saliva unía nuestros labios cuando nos separamos.

-Ahora respira y relájate intentare que te duela lo menos posible- Le dije mientras le daba un beso en su desnuda espalda.

Luffy asintió con la cabeza suavemente. Abrí un poco sus piernas para que fuera más fácil entrar. Dirigí mi miembro a su entrada y empecé a entrar lentamente en él.

-¡D-Duele S-Sabo...!- Volvió a gimotear esta vez con mayor fuerza.  Una sombra de tristeza cruzo en mis ojos. Yo no quería hacerle daño.

Para compensarle, empecé a masturbar su pene con rapidez, lo que causo que Luffy se olvidara del dolor y empezar a gemir por el placer que sentía nuevamente en su cuerpo. Mientras yo aproveche para introducirme totalmente en su cuerpo.

Cerré los ojos por el placer que sentía. Su estrechez era exquisita. Su cuerpo caliente rodeando mi pene era una sensación que no podía describir. Lo único que sentía ahora mismo era, que quería empezar moverme con fuerza dentro de él. Pero no quería lastimarlo así que decidí esperar hasta que el estuviera listo.

-Cuando estés listo avísame y empezare a moverme- Le susurre en el oído.

Pasaron dos minutos cuando Luffy me dijo que ya podía moverme. Empecé con estocadas lentas y poco profundas, por unos minutos. Pero no contaba con que Luffy fuera totalmente apasionado.

-¡M-Mas! ¡FUERTE! ¡D-Deprisa..! ¡P-POR FAVOR...! ¡A-Ahhh...!- Suplico entre gemidos por las embestidas que le daba.

Me quede sorprendido por su petición, pero como era tan buena persona decidí ceder a su suplica.

Saque mi miembro para penetrarlo de una sola estocada profunda, y parece que di en su punto débil. Porque grito de tal forma que se oyó hasta más allá de la cabaña.

-¡¡SABOOOO!! ¡¡AHIIII!! ¡M-Mas! ¡Más Duro! ¡¡Ahhhhh!!- Grito Luffy mientras arqueaba la espalda y echaba la cabeza hacia atrás para sentir más el placer.

Obedecí a su orden y seguí tocando su punto débil con tal fuerza que sentía que la cama donde nos encontrábamos se partiría.

-¡S-Sabo! ¡Algo q-quiere sa.. Ummmmm!!!- Arqueo fuertemente la espalda con un gran gemido mientras sentía que sus paredes interiores me apretaban al expulsar su semen entre nuestros dos cuerpos.

-Y-Yo también... ¡Ahhh....Luffy!- Gemí su nombre mientras dejaba salir todo mi esperma dentro de él. El sintió un escalofrió al sentir mi  semen caliente dentro de él.

Cansados por el esfuerzo físico caímos dormidos inmediatamente, el abrazado a la almohada y yo dentro de él y abrazándolo con mis brazos.

*Pov Narrador*

A la mañana siguiente el primero en despertarse fue Sabo, y al ver en qué posición estaban, sonrió ampliamente recordando la sensacional noche que tuvieron. Con cuidado, para no despertarle, salió de su interior  y fue a darse una relajante ducha. Cuando salió del baño aun vio que Luffy dormía. Se acercó hasta él, acaricio levemente sus cabellos negros y le dio un beso suave en la frente para después ir a preparar el desayuno.

Cuando el olor del desayuno le llego al olfato del azabache, se despertó con los gruñidos de su estómago.

-Comidaa....- Susurro medio adormilado, y cuando se disponía a levantarse para ir a desayunar, un gran dolor de caderas le vino haciendo que gimiera de dolor y callera de rodillas al suelo.

-¿¡Luffy que te sucede!?- Pregunto Sabo preocupado, al verle en el suelo con gesto de dolor.

-M-Me duele la cadera Sabo...- Sollozo ligeramente Luffy.

Sabo se ruborizo, ya que él había tenido la culpa de eso, aunque había intentado no hacerle mucho daño.

-Lo siento Luffy, eso fue culpa mía, pero como compensación te prepare un gran desayuno, mira- Dijo Sabo con una sonrisa mientras le señalaba toda la mesa llena de comida.

A Luffy se le caía la baba de ver toda aquella cantidad de comida. Intento levantarse pero otra vez las caderas le fallaron.

-Te perdono Sabo, pero me tendrás que llevar todo el día a caballitos porque no puedo moverme- Dijo el monito, haciendo un adorable puchero.

-Jajajajaja de acuerdo....de acuerdo... a mí no me importa llevarte en caballito hasta el fin del mundo- Dijo, mientras miraba intensamente a Luffy, que este último se sonrojo levemente por lo que dijo el rubio.

Así pasaron una agradable mañana hasta que llegó la hora del crepúsculo. Luffy ya podía caminar casi bien y Sabo quería darle una gran sorpresa, que esperaba que aceptara.

Estaban contemplando, sentados, las suaves ondas del mar, abrazados en la cálida arena de la playa, cuando Sabo saco una pequeñita caja de su bolsillo.

Luffy miro curioso esa caja.

-¿Sabo que hay en esa cajita?- Pregunto Luffy intrigado.

-Mi felicidad, si es que tu aceptas…- Sonrió, y abrió la caja enseñando un precioso y delicado anillo de compromiso- Luffy, ¿Quisieras casarte conmigo?- Le pregunto serio mientras miraba fijamente los orbes negros de su amado.

Sabo miro nervioso a Luffy, mientras su corazón le latía a mil, nervioso por la respuesta de su amado. Pero por suerte para él la respuesta del pequeño no se hizo de esperar.

Con una gran alegría dentro de su cuerpo salto encima del rubio, lo abrazo fuertemente, y dijo en voz alta muy seguro;

-¡SI, SI QUIERO! ¡TE AMO SABO!- Dijo Feliz Luffy mientras posaba sus labios en los del rubio, dando un beso delicado y profundo.

Sabo estaba radiante de felicidad, nada podría impedir la felicidad que sentía en estos instantes. Devolviéndole el beso todavía más feroz y apasionado le susurro también las palabras de amor.

-Yo también te amo Luffy...- Susurro en su oído, antes de volver a ser solo uno de nuevo en aquella cálida arena donde solo el mar y la luna eran testigos de su profundo amor.

La semana que pasaron allí fue la mejor de todas sus vidas, fue mágico en todos los sentidos. Echarían de menos aquel lugar tan especial para los dos.

Cuando llegaron de nuevo a la ciudad inmediatamente Luffy fue a darle la noticia a Zoro y Sanji, cosa que se sorprendieron pero felicitaron al joven azabache sinceramente.

Sabo comunico la noticia a su mejor amiga-hermana Koala, que salto de alegría al enterarse y preparo una gran cena para celebrar el compromiso.

8 meses después...

Faltaban tres días para el enlace entre Sabo y Luffy. Tenían ya todos los detalles preparados. Luffy en esos días estaba feliz y nervioso consiguiendo que todos también se pusieran nerviosos.

Ese día Sabo salía de trabajar tarde porque quería dejar todo en orden para no tener trabajo pendiente para el día de su boda. Era una noche  oscura y fría cuando salió a la calle. Apenas había gente a esa hora, pero a él no le daba miedo aquello. Es más, aquella tranquilidad y oscuridad le agradaba. Iba sonriendo feliz pensando en Luffy, cuando en medio del camino se topó con alguien que le era conocido. Y no de manera agradable.

-Tu... ¿Qué haces aquí?- Susurro Sabo, frunciendo el ceño enfadado.

El tipo sonrió siniestramente.

Sabo retrocedió nervioso.  Algo malo iba a suceder y no se equivocó. El tipo saco una pistola de sus pantalones mientras apuntaba a su pecho.

-Destruir vuestra felicidad...- Y con esas palabras apretó el gatillo, dándole en el corazón a Sabo.

Sabo cayó al suelo desangrándose abundantemente. Su vista se oscurecía. Antes de cerrar sus ojos para siempre, dos lágrimas recorrieron por las mejillas de Sabo.

-Te quiero...Luffy- Susurro inaudiblemente sus  últimas palabras...

Sabo murió a los pocos segundos de decir aquellas palabras.

El desconocido se rio macabramente, antes de irse del lugar, dejando el cadáver ahí en el suelo...

En el apartamento...

Luffy se encontraba solo en el departamento ya que Koala había tenido que salir a hacer unos recados.

Todo ocurrió en unos segundos. Su corazón le dolió profundamente, mientras un mal augurio le recorría por dentro.

Luffy sintió que algo malo le había pasado a Sabo. Y su intuición no se equivocó cuando a los diez minutos llamaron al teléfono.

-¿D-Diga?- Pregunto nervioso Luffy.

-¿Es usted Familia de Sabo Ren?- Pregunto neutral una voz femenina.

-S-Si...- Dijo cada vez más nervioso. Una angustia cada vez más fuerte sacudía su cuerpo.

-Sentimos comunicarle que el señor Sabo Ren ha fallecido- Comunico la voz de la mujer. La chica siguió hablando pero Luffy era incapaz de escuchar nada más.

Su corazón se rompió en millones de cristales, sus ojos perdieron el brillo, y su cuerpo tembloroso cayó al suelo de rodillas.

Un grito desgarrador y desesperación salió de lo profundo de su corazón. Fue tan desgarrador que todos los animales aullaron en forma de desconsuelo.

Tres días pasaron después del trágico suceso. Hoy era el día en el que se suponía que celebraría su boda, pero a cambio de eso se celebraría el funeral de Sabo. Koala cuando se enteró de la noticia no paro de llorar en esos tres días. Perder a la persona que querías como un hermano fue un choque fuerte para ella. Pero lo superaría ya que tenía un novio que la estaba abrazando con fuerza en ese momento del funeral. Los amigos de Luffy también fueron, al igual que todos los conocidos de Sabo. Todos lloraron por la partida del rubio, incluido Zoro, ya que era un gran amigo para él.

El único que no lloraba era Luffy, pero no porque no quisiera, sino que estaba tan vacío que no sentía ninguna emoción en su interior. Era como un muñeco sin vida.

Pasaron los días, las semanas y los meses. Muchos aun seguían afectados por la muerte de Sabo pero lo estaban superando poco a poco.

El problema era Luffy.

El, cada día que pasaba, en vez de mejorar empeoraba con gravedad.

No comía, no dormía, no se movía, no hablaba con nadie, no reaccionaba a los golpes. Koala preocupada por su salud tuvo que internarlo en un hospital. La comida se la tenían que meter a través de vías intravenosas, ya que se negaba a probar bocado en las bandejas que le dejaban. Para dormir le inyectaban un somnífero potente para que al menos durmiera ocho horas.

Zoro, Sanji y Koala iban cada día a verle. Le hablaban, le intentaban animar, pero cada día era lo mismo. Su cuerpo estaba vivo pero su alma parecía que hubiera muerto el mismo día en el que lo hizo Sabo.

4 meses después ocurrió un suceso inesperado. Aquel día Zoro y Sanji iban al hospital para comunicarle a Luffy que se iban a casar en una semana, pero cuando llegaron se encontraron con un gran revuelo. Preguntaron qué era lo que había sucedido y lo que les dijeron los dejó atónitos.

Luffy huyo del hospital. Nadie se lo había esperado aquello. Ni nadie se dio cuenta de sus intenciones.

Estuvieron días y semanas buscando al pequeño...Pero nunca lo encontraron...

Koala lloro por la partida de Luffy, al igual que Sanji y Zoro ya que era su mejor amigo y les dolía por lo que estaba pasando el moreno.

3 años pasaron...

Koala se había casado con su novio y había tenido dos hijos. Una niña y un niño. Al niño le puso de nombre Sabo, en memoria de su mejor amigo. Y a la niña Lucy, en recuerdo a Luffy.

Zoro y Sanji también estaban casados y a lo largo de los años adoptaron a una niña a la que llamaron Saffy, en memoria también de sus dos amigos...

En un lugar muy remoto del planeta un hombre se encontraba de pie observando las ondas del mar con melancolía mientras la lluvia empapaba sus ropas.

Se encontraba solo observando el paisaje que tenía delante de él.

Un sombrero de paja le cubría ligeramente de la lluvia. Esa persona era Luffy.

-Sabo, desde que te fuiste no siento ningún tipo de emoción en mí. Ni felicidad, ni tristeza, ni odio, ni enfado, ni amor...Nada...No me queda nada dentro de mí. Pensé que la muerte de Ace y Marco seria lo peor que me pasaría en la vida. Pero estaba equivocado. Tu perdida ha sido lo peor. Siento como la luz se ha apagado en mi vida. No encuentro el motivo por el cual debo de seguir con vida. Mi cuerpo se mueve pero mi alma esta vacía. Cuando te fuiste todo dentro de mi te lo llevaste. He intentado varias veces de reunirme contigo pero nunca lo je conseguido. Parece que la vida se  interpone para nuevamente reunirme contigo. Dime, Sabo... ¿Por qué la vida es tan cruel? Por más que lo pienso menos entiendo el motivo porque me arrebatan todo lo que tenía. Ya nada me ata en esta vida, si tú no estás en ella...

Esperare a mi muerte todos los días para poder rencontrarme contigo nuevamente y para siempre....- Expreso Luffy en un susurro mientras miraba al horizonte del mar con los ojos muertos y sin brillo.

Una suave brisa acaricio la cara de Luffy ante sus palabras, como si fuera una mano invisible que intentaba consolarlo.

Nunca lo sabría pero en todo momento Sabo estuvo a su lado sonriéndole con tristeza por el sufrimiento que consumía a su amado.

Aquella caricia también había pertenecido a él.

"Aunque no me veas, eternamente estaré siempre junto a ti. Velando por ti y amándote. Es una promesa. Porque para el amor no hay tiempo ni distancias"- Susurro Sabo, al lado de Luffy, mirando al cielo, sin que el azabache pudiera verlo ni escucharlo...

 

                     *FIN*

 

Notas finales:

Y ahora es la hora de los insultos hacia mi persona. Fue un final horrible ¿verdad? La verdad es que cuando estaba escribiendo este capítulo también llore y me consideré la persona más horrible por escribir este final. Pero así es como tenia acabar. Ya que desde el principio tenía pensado acabarlo así L así que disculparme y gracias a todos mis lectores y comentaristas por seguirme hasta el final. Nos vemos pronto o eso espero. Besitos a todas T-T


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