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Cuando el amor vuelve a tocar el corazón por lady_chibineko

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Título: Cuando el amor vuelve a tocar el corazón

Autor: chibineko

NOTA: Todos los personajes de este fanfic pertenecientes a la serie de Rurouni Kenshin son propiedad exclusiva de su autor Nobuhiro Watsuki.

Advertencia: Este es un fanfic del tipo yaoi, lo que quiere decir relaciones chico-chico, y además contiene escenas lemmon (descripción de escenas sexuales), no es apto para menores de edad; si no es de su agrado este tipo de lectura, por favor no sigan.

Capítulo IX: Mientras tu así lo quieras.... estaremos juntos para siempre

Una mano acariciaba suavemente aquella desnuda piel temblorosa; los labios hambrientos se acercaban de manera inexorable hacia aquel apetecible cuello, expuesto sobre la camisa casi por completo abierta, el cual daba señales de ser lo necesario para satisfacer las ansias impuestas; una sola frase... "No tengas miedo"... y todo temor se desvaneció, haciendo que Kamatari se mostrase deseoso de complacer al dueño de aquellos labios, ante lo cual el rostro de Steven Wildfire apareció entre los lienzos de oscuridad impuestos ante aquella incomprensible noche. El cuerpo más grande cubría al otro frágil y tembloroso; los pulsos se incrementaron, las respiraciones se aceleraron....

Kamatari se levantó jadeante en medio de la noche, y mientras trataba de hacer que su respiración tomase su normalidad, alargó una mano sobre su propio cuerpo, descubriendo con vergüenza que la sensación de dureza de sus partes bajas no era solo obra de su imaginación... esta era la tercera noche que le pasaba lo mismo, la verdad que ya no lo podía soportar; miró hacia donde se encontraba Matt... *Por favor que Matt-san no se despierte... que no se de cuenta de nada*; suplicó en silencio el joven mientras se cubría el rostro con las frazadas al tiempo que sentía una ola de rubor inundarlo.

Desde que se despertó el domingo por la mañana, aquella 'pesadilla' lo había estado atormentado una y otra noche.... y no solo de noche. Todo comenzó cuando al despertar sintió un aroma familiar inundando su propio cuerpo, y luego ropas extrañas cubriéndolo... el pijama de Steven-san... ¿cómo?... Matt-san se lo explicó... él se había desmayado y Steven-san lo había asistido... en todo el sentido de la palabra... incluso le habían cambiado la ropa... y Kamatari se estuvo imaginando durante todo el día y hasta el lunes como le 'habían' cambiado la ropa... hasta que el lunes por la tarde llegó el doctor que Steven-san aseguró haber llamado por la tarde del sábado... y Kamatari quiso creer que fue el doctor quien había hecho todo... pero aún así aquello siguió.

Matt-san no lo había dejado incorporarse en tres días... ni el domingo, ni el lunes, ni el martes... y no había podido asistir a clase alguna... encerrado entre esas cuatro paredes se estaba volviendo loco... en especial porque se sentía 'tan caliente'; y no precisamente por la fiebre, la cual encima había sido su única compañera durante los momentos de soledad... pero ya no aguantaba nada más.

Kamatari lo decidió ese mismo día... dijeron entre tres a cuatro días en cama... tres eran suficientes; además... necesitaba utilizar sus energías; gastarlas por completo.... ¡¡¡NECESITABA UN DESFOGUE RÁPIDO!!!. Ese mismo día volvía a clases.

Aún estaba oscuro afuera; Kamatari trató de encontrar su reloj de bolsillo. Una vez localizado lo tomó y asomó ligeramente por la ventana, tratando de captar un rayito de luna... solo necesitaba ver donde estaba la manecilla pequeña. Un poco a la derecha... no, a la izquierda... así.... ajá.... hmmmmm, casi las 5:30 a.m.; Kamatari suspiró, y al reacomodarse volvió a sentir su miembro aún un poco endurecido, y al recordar el motivo este se endureció por completo, haciendo que esto le produjera un dolor en la entrepierna... necesitaba desfogarse rápido de verdad... ¿pero como?.

Con sus ojos ya acostumbrados a aquella oscuridad, Kamatari comenzó a arrastrar su mirada por la habitación, hasta que sus ojos sin querer chocaron contra aquello que había comprado sin siquiera estar seguro de por que lo había hecho. Desde un cajón asomaba insolente una de las mangas del uniforme de gimnasia que se había comprado la semana pasada... jamás creyó que aquello le hiciera falta en realidad; pero el mismo Matt-san le había dicho que le ayudaría a dejar de sentirse tan 'duro', y el joven oriental pensó en ese momento que su amigo no se llegaría a imaginar nunca que tanta veracidad pudieron llegar a tener sus palabras. Por otro lado, Kamatari estaba casi seguro que era su inactividad la causa de su mala aquella temporada... era porque había hecho de todo menos permitir que su cuerpo se aclimatase a aquél clima extraño para él. Una pequeña carrera de unos cuantos kilómetros durante la madrugada por algunos días, y mataría dos pájaros de un solo tiro; la aclimatación, y también....

Kamatari se mordió el labio inferior mientras que se volvía a tapar el rostro avergonzado, al mismo tiempo que sentía aquel dolor en sus zonas bajas; todo esto en conjunto no hizo más que afianzar su decisión; y, aplicando la mayor destreza posible, se deslizó de entre sus propias frazadas, y se cambió en sumo silencio... diez minutos después abandonaba la habitación ataviado por primera vez con aquellas extrañas y a la vez cómodas ropas de tela holgada; además de un par de botines de cuero flexible que había utilizado para correr durante las competencias interfacultades, y que por haber ganado en tantos eventos se los habían dado.

Al llegar al exterior del edificio, Kamatari pudo sentir una ola de frío golpear de manera brusca contra su cuerpo entero, a la vez que un escalofrío recorría su espina dorsal; así que no pudo evitar un estremecimiento violento ante dichas sensaciones. Definitivamente tenía que comenzar cuanto antes para calentase un tanto. Kamatari empezó a trotar de manera suave al principio, y luego poco a poco fue aumentando la velocidad, y pronto se encontraba corriendo a gran velocidad en medio de la noche, y sin rumbo fijo; mientras que sentía que con cada gota de sudor se iban esfumando poco a poco todos y cada uno de los motivos de sus tensiones. Kamatari corrió y corrió adonde sus piernas lo llevaran, hasta caer rendido por completo casi una hora después. Definitivamente había perdida gran parte de sus habilidades y su forma para haberse cansado después de tan solo una hora de correr a su mayor velocidad. Kamatari se dejó caer al suelo, mientras que inhalaba bocanadas de aire para regularizar su respiración, y trataba a la vez de orientarse un poco para saber en que lugar exacto del campus se encontraba en ese momento; y estaba en dicha empresa cuando el sonido inconfundible de un grito llegó hasta sus oídos.

Olvidando su cansancio, el joven oriental corrió a toda velocidad hasta el origen de aquella exclamación, cuando para su sorpresa se topó de pronto con que estaba en frente del gimnasio del campus; y fue entonces que volvió a escuchar un grito, y este provenía del interior del gimnasio.

La curiosidad del joven pudo más que cualquier otra cosa, incluyendo su instinto de la prudencia y el de autoconservación, de los cuales, el último le indicaba que la voz que exhalaba aquellas exclamaciones le era demasiado familiar, y que tal vez lo más conveniente sería no entrar. Solo por si acaso, el joven entró prácticamente a hurtadillas al recinto, arrastrándose por los suelos, y sintiéndose torpe de a momentos; más su cuerpo y su corazón se detuvieron en seco ante el espectáculo que de pronto se extendió ante sus ojos.

Digamos que el lugar es como un anfiteatro; uno de esos donde el que está en escena no puede ver a los espectadores que están en ciertas posiciones, más no hay espectador que no pueda ver al que está dando el show. Pues bien; Kamatari se aseguró de situarse desde una posición donde no pudiese ser detectado, y en aquellos momentos daba gracias por eso; pues justo frente a sus ojos, un muy sudado Steven Wildfire estaba en medio de una Kata (1) que dejó al pobre oriental peor de cómo se había levantado esa mañana.

Por el aspecto del suelo cubierto de sudor (todo un charco diría yo), Steven debía de llevar allí varias horas ya; y afuera recién estaba amaneciendo. Kamatari no podía dar crédito a sus ojos al presenciar los movimientos suaves pero firmes que expresaban el cuerpo del rubio; era casi perfecta la manera en la cual equilibraba su cuerpo en cada arremetida contra el oponente imaginario que en ese momento luchaba contra él. Kamatari hubiese dado un poco más de énfasis en estos puntos, en relación al profesionalismo que demostraba el joven como luchador, si no hubiese estado tan ocupado en contemplar anonadado la perfección de aquel cuerpo que se dejaba vislumbrar sin dejar nada a la imaginación debido a lo pegadas que estaban las húmedas ropas; al, en exceso, sudado cuerpo del muchacho americano. Kamatari podía sentir el calor inundando de manera preocupante su cuerpo; calor que estaba llevándolo a tocar partes de su propio cuerpo en las cuales le daba vergüenza de tan solo pensar, por lo menos de la manera en la que se estaban llevando las cosas; aunque no se dio cuenta hasta que sintió su propia mano masajeándo su, de nuevo, endurecido miembro entre casi imperceptibles suspiros ahogados. Tal fue el susto que se llevó el propio muchacho, que ante un movimiento brusco, se dejó oír un perceptible alboroto por todo el lugar; haciendo que este se escondiera aterrado ante la posibilidad de ser descubierto por aquél hombre; la cual en dichas circunstancias era más que 100% seguro.... estaba perdido.

Steven para con sus práctica... no podía ser... no podía creer que incluso en ese lugar lo encontraran... ¿Es que acaso los muchachos no se cansarían nunca de mandarle esos 'regalitos' que ya tan claramente había expresado que no deseaba?; después de todo, no por las puras se estaba matando cada mañana en esos entrenamientos privados; pero él lo había prometido... no volvería a involucrarse con nadie más, por lo menos no como antes... la próxima vez que alguien volviese a entrar a su cama... y viceversa... sería con un verdadero sentimiento de amor de por medio, se lo había prometido... por él, se lo había prometido... aunque de la manera en que el pequeño ángel oriental se había metido en su corazón, una siguiente vez no se daría en corto plazo... ni siquiera a mediano plazo. Y para poder cumplir con aquella promesa, debía de esforzarse de esa manera todas las mañana; y es que después de todo, él era humano... y tenía necesidades.

Steven suspiró una vez más, recordando lo que habías pasado tan solo un par de días antes, ese mismo lunes, aquel jovencito de ojos dulces y cabellos claros se había acercado hasta él con las mejillas arreboladas y la mirada baja. Michael Ross... un jovencito bastante tímido, bastante lindo... de tan solo unos 23 añitos... bastante inteligente, un pequeño ratoncito de biblioteca; un novato de primer año de leyes, ... un novato que había mirado y admirado en su totalidad a Steven desde el día que sus ojos se posaron sobre este; hecho que no paso inadvertido ni para Steven ni para su grupo... ¡Como se habían divertido por este hecho más de una vez!. Más de una vez, debía admitirlo, por la mente de Steven había pasado la idea de que aquel jovencito hubiese sido un bonito trofeo para si mismo... su primer virgen... no hubiese estado mal; al niño seguramente, no le hubiese importado. Sin embargo, la manera de pensar de Steven había cambiado de manera radical; esos ya no eran sus pensamientos con respecto al tema... el ya había tenido al primer virgen de su vida... y literalmente hablando, la experiencia fue un arma de doble filo que cambio su vida... ahora ya no podía pensar en nadie más... y sin embargo una gran cantidad (demasiados en realidad, incluso para alguien como él) de chicas, y chicos, se habían presentado ante él, y de manera literal se le habían puesto en bandeja de plata. Sin estar muy seguro de lo que sucedía a su alrededor, el rubio los había rechazado a todos... a unos de manera directa, a otros con suavidad, a otros simplemente los había mirado y los dejaba con la palabra en la boca, y el regalo de deseo que le ofrecían entre las manos y sin desenvolver. Pero no había sido hasta ese lunes que lo había comprendido.

*****Inicio del Flash Back*******

El pequeño Michael de pronto se presento la noche de lunes frente a él, justo en su propia puerta... casi en un susurro le había pedido permiso para entrar. Steven no dijo que no, no tenía por que hacerlo. El niño entró... tomo aire como por cinco minutos seguidos, y luego dejo a Steven sin aliento cuando en un tierno gesto unió sus labios a los de él mismo... Steven no podía creerlo; y cuando se deshizo de la sorpresa inicial, una nueva se apoderó de él al notar al niño tratando de quitarse a si mismo la camisa con manos temblorosas que no lograban sostener los botones lo suficiente como para lograr su objetivo.

Con una mano firme posada sobre la más pequeña y temblorosa, Steven detuvo al muchachito de sus infructuosos intentos; y trató de decirle de la manera más dulce que pudo que aquello no era lo que deseaba, que era algo que no iba a suceder. Pecho le falto para contener el llanto que se inicio en los ojos del niño frente a él; abrazos y susurros fueron necesarios para detener los temblores del pequeño; y casi dos horas después, luego de hablar a conciencia con el niño, luego de decirle que alguien más estaría esperando allí afuera por un amor tan puro como el suyo... luego de sacarle entre suspiritos ahogados que prometía guardarse puro para aquel o aquella que estuviese destinado/a a llenar su vida; Steven averiguó que era su antiguo grupo de 'amigos' el que había estado mandando a toda aquella 'horda' de gente detrás de él. Mientras de manera mental el rubio comenzaba a pensar en mil y un maneras de hacerles entender que su antiguo yo ya no existía; Steven y Michael encontraban cada uno un buen amigo en el otro; Steven ayudó al pequeño a acomodar su ropa y limpiar su rostro; y luego lo acompañó hasta uno de los edificios al otro lado del campus, que era donde estaba la habitación del niño; y no paró de hablar con él hasta dejarlo en la puerta de su propio cuarto...

- "... y no lo olvides... nada de tonterías como estas de nuevo, ¡¿Me oyes?!.. o allí si me molestaré contigo de verdad"

Michael sonrió feliz mientras que asentía, y trataba de abrir su habitación; y ese rostro iluminado fue lo que Steven vio hasta que la puerta se cerró; que fue cuando se dirigió nuevamente hacia su habitación, preparándose para lo que viniera... preparándose para enfrentar a esos tres... y tratando de no preocuparse demasiado por su pequeño ángel quien aún se encontraba delicado en cama.

******fin del Flash Back******

Steven sonrió meneando la cabeza de manera ligera; las cosas si que habían cambiado... tan solo un par de meses atrás él jamás hubiese dicho que no ante una situación como la del lunes, y sin embargo... su mente volvió al presente... de seguro que habían enviado a otra chica o chico; aunque ignoraba como se habían enterado de sus prácticas diarias durante la madrugada. La sonrisa se alejó de sus labios cuando idea la manera de alejarse de la casi inminente situación.

Luego de estirarse ligeramente (de manera algo fingida pero que se le iba a hacer), Steven dijo en voz alta...

- "Hmmmm.... creo que ya es suficiente por hoy..... Aaaahhhhh... bueno... creo que mejor me retiro" - y tomando sus cosas... las cuales estaba en una bolsa de tela a un costado... se dirigió fuera del gimnasio... lamentándose por no haber podido cumplir con su horario habitual de nuevo entrenamiento... y suplicando que las energías gastadas ese día fueran suficientes para mantenerlo 'tranquilo' por el resto del día... y es que, una vez más lo repito, es tan solo un ser humano... y uno con 'demasiadas' necesidades en lo relativo a cierto campo... no es fácil pasar de su modo de vida al celibato... eso era algo que el mismo Steven estaba viviendo en carne propia.

Cuando Steven salió del lugar, Kamatari pudo sentir claramente como le volvía el aire al cuerpo... y es que todo el aire se le había escapado del cuerpo durante aquellos tensos segundos... o tal vez minutos... quien podría decirlo. Casi sin pensarlo, el joven oriental también emprendió la retirada, corriendo sin dirección fija y hacia ningún lugar, mientras trataba de alejarse lo más posible de aquel rubio y todas sus consecuencias. Y no paró hasta llegar a algún lugar donde se sintiera tranquilo; no paró hasta darle prácticamente la vuelta completa a todo el gimnasio y situarse justo a la espalda del lugar por donde había ingresado. Tomó algo de aire y comenzó a caminar de manera un poco más natural... pero nuevamente quedó parado en seco detrás de unos matorrales al extenderse frente a él la perfecta figura de un hombre de espaldas que se encontraba completamente... desnudo.

El hecho de quedar paralizado en su sitio, y el haber estado detrás de unos arbustos fueron lo único que evitó que el joven oriental fuese descubierto por el rubio... quien unos segundos después se metió a la regadera. En el gimnasio habían dos lugares donde se encontraban las duchas... uno de esos lugares era en el interior; en un bonito baño con todos los lujos que alguien pudiese desear... incluyendo una bella y enorme tina para relajarse después de los ejercicios. El otro lugar estaba afuera, eran pequeñas regaderas cubiertas con paredes de madera; el agua salía fría y estaba en medio de la nada, cada quien tenía que acordarse de llevar su propio jabón, su toalla, y aguantar el hecho de desnudarse en medio de la nada... este era el que Steven prefería, le gustaba bañarse en medio de plantas y aves cantando, no importaba si el agua estaba fría, no importaba si la regadera tenía una que otra pequeña oruga buscando donde convertirse en mariposa (a las cuales siempre dejaba convertirse en crisálidas en paz), o si un avecilla instalaba un nido en una de las vigas superiores (lo que siempre era un gusto observar), o si encontraba pequeñas sorpresitas de aves o de ardillas por allí ... siempre le gustó sentirse libre.

Ante aún atónito Kamatari, una melodía suave se dejó oír desde debajo del agua que corría toscamente en aquella regadera; y de pronto las piernas ya no le respondían al pobre chico, y cayó de lleno sobre el piso de tierra y hierbas que estaba debajo suyo, y se quedó mirando aquella puerta de madera cerrada en la nada, mientras suspiraba pesadamente. Por alguna razón, ese día, el destino había empezado empujándolo hacia Wildfire... en aquellos momentos Kamatari estaba odiando al destino... ¿Cómo podía ser que lo tratase de esa manera tan cruel?. Sacudió la cabeza con incredulidad ante sus propios pensamientos... eran estúpidos, lo único que tenía que hacer en aquel momento era pararse e irse, así de simple. Y fue lo que hizo, se paró y empezó a irse cuando un peso familiar se poso sobre su cabeza... Hime... y el sonido característico de su gorgojeo se dejó escuchar; pero claro, el gorgojeo de una paloma no era nada demasiado increíble, Kamatari continuo su camino, cuando la puerta de madera se abrió haciendo que Kamatari se escondiera rápido en algún lugar .... ¿Qué demonios había hecho él para tener aquella maldita suerte?... entonces las palabras que se distendieron en el aire lo dejaron frío.

- "Hime bonita... ¿eres tú?"

Y el ave voló de la cabeza de Kamatari hacia el origen de aquella voz.

*¡¡Traidora!!*- pensó de pronto Kamatari, arrepintiéndose casi de inmediato por pensar eso de su pequeña. Entonces escuchó.

- "¡Si eres tú!... vienes a buscar más ramitas... eso podría jurarlo.... Hmmm, ¿cómo esta tu papito?. ¿Ehhhh?... yo no lo sé.. tal vez le pregunte a Carter hoy... esperemos que no me mande lejos... ¿Lo extrañas?... yo sé que si; yo también lo extraño... le mandas saludos de mi parte y un piquito, de acuerdo?; y prometo guardarte más migajas de los bollos que me compro... solo tienes que pasar por mi ventana como siempre... bueno, ahora me tengo que terminar de bañar para llegar a clases."- y entonces un aleteo se dejó oír, al igual que aquella puerta de madera cerrándose de nuevo; y Kamatari de pronto se sintió en un mundo diferente; y fue en un estado casi de trance que volvió a su habitación.

Mucho fue lo que el joven tuvo que concentrarse para no hacer ruido y darse un buen baño para quitarse todo el sudor... un buen baño de agua fría que le quitara algo más que el sudor; y al salir de la ducha vio a Matt mirarlo mientras se tallaba los ojos con pereza y le preguntaba en un hilo de voz que era lo que hacía; Kamatari solo pudo contestarle que volvía a clase, porque estaba demasiado atontado observando a su querida Hime parada en el alféizar de la ventana; y Kamatari solo pudo sonreír al abrir la ventana para dejar entrar al animalito, y recibir cierto encargo puesto en el piquito del ave... era extraño sentir tan diferente en un acto tan cotidiano; y sin embargo, ya ni siquiera se preguntó a si mismo que estaba haciendo, eso ya no importaba.

**********

El día pasó tranquilo; lo único diferente fue que Kamatari volvió a clases... desesperado por ponerse al día de todo lo que estaba atrasado por haber faltado. Eso y el hecho de que Kamatari se sonrojaba ligeramente cada vez que Steven se cruzaba por el camino de su mirada... pero nadie se dio cuenta, ni siquiera el mismo Steven, fueron lo único diferente del día... por lo menos hasta que llegó el descanso de las 4 de la tarde, el cual el grupo de trabajo estaba aprovechando para avanzar un poco del trabajo; sobre todo Kamatari, quien se sentía terrible por no haber ayudado en nada... aunque para ser sinceros, el trabajo no solo no estaba atrasado, sino que como por acuerdo común tácito, tanto Steven como Matt habían adelantado bastante, cada cual pensando por su lado en dejar lo menos posible para Kamatari, quien seguramente no estaría de muy buena salud que digamos; era por ello que ahora estaban trabajando de tarde y no de noche, lo último que querían ambos chicos era que Kamatari volviese a recaer enfermo.

Estaban los tres chicos trabajando, ya armando el trabajo de a pocos, sacando lo mejor de la información para cada punto... cada quien con un punto de diferente; cuando llegaron Kate, Vivian y Mallory se acercaron a los tres chicos llenas de emoción, pero ninguno se dio cuenta hasta que la joven enamorada se abrazó efusivamente a su hombre por la espalda.

- "Hoooooooolaaaaaa"

- "Hola"- respondió el joven acomodándose los lentes con una sonrisa, pues el movimiento brusco casi hace que estos caigan al suelo.

- "Hola también a ustedes chicos"- saludo feliz la chica, recibiendo los respectivos saludos de cada uno de estos y al igual que para sus amigas.

Luego de los respectivos saludos (muchos en verdad, ya me estaba mareando), Kate de pronto se puso delante de Matt, con una actitud increíblemente sumisa, sobre todo teniendo en cuenta que de sumisa ella no tiene absolutamente nada; e incluso puso unos ojitos de cachorrito completamente adorables, que pronto hicieron que Matt se quedara babeando e incluso empañara los lentes.

- "Matt"- dijo la joven arrastrando de manera lenta aquel nombre.

- "¿S-s-si?" - preguntó el joven con la voz en un hilo.

- "¿Me harías un favorcito?"

- "Cla- claro"- aceptó el muchacho sin siquiera preguntar de que se trataba; y es que una de las cosas que había aprendido Kate con su chico, era que eso de el arte de controlar a los hombres era por completo una realidad, e incluso un don con el cual se podía nacer.

Tanto Kamatari como Steven miraban la escena con sonrisas disimuladas, más antes de que cualquiera de los dos pudiese pensar en algo más, Kate se acercó de manera arrebatadora hasta el rostro de Kamatari y le hizo exactamente la misma pregunta; más el joven si sentía curiosidad por saber en que se metía, y aunque de antemano sabía que aceptaría, quiso saber de que se trataba.

En pocas palabras, Kate explicó que ella y algunas otras chicas de otras facultades habían estado en la comisión organizadora del fin de año; y que justo su grupo había estado a cargo de la decoración del ambiente, y la verdad era que esto había gustado muchísimo, así que las habían vuelto a elegir a ella y Vivian, que habían sido las principales encargadas de esto; y tenían que hacer las compras de los artículos necesarios... y para eso se necesitaba de cierta fuerza... para poder acarrear todo lo que iba a ser comprado.

- "¡Vamos de compras!; que emocionante"- exclamó a esto Kamatari con emoción; la verdad que no había tenido mucha oportunidad de comprar cosas desde que llegara a aquel lugar; la verdad que nunca en su vida había ido a un día de compras, su antigua profesión no le permitía lujos como aquellos; una sola presentación en el mercado y un número ilimitado de policías se hubiese arremetido contra él... y antes de aquello, pues no había tenido oportunidad alguna. Ah!, un día completo en el mercado solo para comprar; para comprar cosas lindas para una noche especial; esas eran la clase de cosas con las que alguien como Kamatari soñaba de vez en cuando, momentos tranquilos, haciendo cosas simples y sin mucha importancia... sin muchas preocupaciones.- "¡¡¡CLARO QUE ESTARÉ ENCANTADO DE IR KATE-SAN.... PUEDES CONTAR CONMIGO!!!" - expresó emocionado el joven, sin importarle mucho las miradas que se posaron sobre él luego de sus alegres gritos.

- "¡¡¡Bien!!!"- dijo a su vez con entusiasmo la joven - "Entonces Kamatari, tú irás conmigo; y Matt ira con Vivian; y con Mal también ..." - dijo la joven refiriéndose a la tímida Mallory, ahora escondida detrás de Vivian- "... ya que ella también esta dentro de la comisión, las tres somos las encargadas principales de la decoración este año. Será este viernes, nos vamos desde el mismo medio día para aprovechar todo el día"

Ante tales palabras, Kamatari no pudo más que sorprenderse; no entendía porque Kate-san no quería ir con Matt-san; más con algo de sonrojo Kate despejó sus interrogantes en un murmullo, tras lo cual también Matt se sonrojó.

- "Es que... si voy con Matt.... al final no voy a comprar mucho... o nada"

No hacían falta más palabras; Kamatari entendió muy bien a lo que Kate se refería, y no la culpaba; si él pudiese pasar todo un día junto a la persona con la cual estuviese su corazón, poco le importarían una lista de compras o un baile... lo único en lo cual pensaría sería en caminar al lado de aquella persona, en respirar el mismo aire que él... en sentir su fortaleza sosteniéndolo en cada paso... si, eso sería lo único importante después de todo.

- "De acuerdo"- dijo entonces el oriental con una gran sonrisa en el rostro; pero en ese momento se acordó de algo... importante - "¿Dijiste el viernes?, ¡pero no podemos!... y las clases..."

- "¿Es que no lo sabes?.... Matt" - dijo entonces la joven con el ceño fruncido y mirando a su novio.

- "Jeje... creo que se me olvido decirle".

- "A veces eres tan distraído... por los preparativos para el baile, siempre dan desde el mediodía de los viernes del último mes de clases libres; y las clases que se dictaban los viernes por la tarde pasan a cualquier otro día que este libre... creo que esta vez pasa a los martes por la tarde para los alumnos de derecho del segundo año, porque es el día que más horas libres tenemos la mayoría... los que tengan alguna actividad extracurricular o problemas de otra naturaleza ..." - Kate paró un rato para tomar aire -"...pueden pasar a los grupos de recuperación de los sábados."

- "¡¡OOOHH!!!" - expresó con asombro Kamatari, mientras que su cerebro trataba de resumir todo lo que Kate le había dicho; y fue entonces que se dio cuenta de que ... -"Ay, no!!; entonces también perdí mis clases del viernes por la tarde porque se dictaron ayer... snif... tendré que recuperar el sábado T_T"

Y durante un ratito más, Kate se tuvo que quedar para, entre risas, consolar a su amigo.

**********

Luego de dejar a los muchachos, las tres chicas se dirigieron hacia el edificio de las damas; y allí cada quien se separo del grupo tomando su propio camino. Kate fue por un par de cuadernos, pues tenía que estudiar para su próximo examen, y pensaba hacerlo en la tranquilidad del bosquecillo; por lo menos hasta que se fuese el sol, de verdad que le gustaba ese lugar.

Ya había salido del edificio y estaba en camino cuando al pasar por un sitio algo apartado, se dio cuenta de que la estaban siguiendo; así que apuró el paso un poco, pero se percató de que su seguidor hacía lo mismo; así que hasta de aquel jueguito tonto, se dio media vuelta para esperar a aquel/la que la estaba siguiendo... pero nadie apareció. Demonios!!!, ¡Aquello ya estaba colmando su paciencia!.

- "¡Muy bien!, esto ya fue suficiente... ¡¡¡Salga quien quiera que este allí!!!"

Y la persona que estaba escondida detrás de los arboles que adornaban uno de los lados del camino salió....

- "Eve... debí suponerlo..." - murmuró con desgano la joven.

- "Hola Kate... tiempo sin vernos"- dijo la chica rubia de manera... ¿seductora?.... en fin...

- "¿Qué demonios quieres ahora Eve?"- preguntó sin ganas la joven... tal vez esa rubia al principio, del asunto que se estaba desarrollando, llegó a asustar un poco a Kate, sin embargo ahora solo era motivo de fastidio... el juego había ido demasiado lejos para la fiera muchacha... era hora de que terminara.

- "¿Qué modales son esos Katty?"- respondió de manera zalamera la otra joven - "¿Sabe acaso tu noviecito que tienes una boquita tan maleducada?"

- "Si Eve... 'mi novio' sabe perfectamente como soy... y le encanta" - dijo la joven de manera tajante, haciendo que la otra chica cambiara su expresión de altanería por una de enojo, mientras se acercaba de manera amenazadora a Kate.

- "Te lo advierto Kate... más te vale recapacitar acerca de lo que te he propuesto; de lo contrario... "

Oh, por Dios!; Kate simplemente ya estaba hasta la coronilla de ese... 'de lo contrario...'

- "¿De lo contrario QUE Eve?" - preguntó la chica con un tono de aburrimiento único en la voz; y esta pregunta dejo por completo fuera de foco a la chica rubia.

Ahora era Kate la que se acercaba de manera amenazadora a Eve, y mientras lo hacía volvió a repetir una vez más... "¿De lo contrario que...?"; y ahora fue Eve la que no sabía que decir, y Kate pudo constatar en ese momento que sus suposiciones no estaban del todo erradas, y que las amenazas de aquella mujer solo iban de la garganta hacia fuera. Ya era hora de acabar con aquello de una vez por todas.

Kate arrinconó a Eve contra un árbol; y se acercó a ella lo suficiente como para que cada una pudiese oír los latidos del corazón de la otra (los de Kate por completo calmados; los de Eve sonaban por el contrario como el galope de un corcel desbocado). Eve pudo sentir contra su cuello el aliento de Kate cuando esta volvió a repetir una vez mas la misma pregunta... "¿De lo contrario que...?", la cual fue dicha con tanta frialdad que la dejó casi congelada.

Kate entrecerró los ojos, y luego dijo aquello que había deseado decir desde hacía ya mucho...

- "Es suficiente Eve. Aquí se acaba todo"

- "No!" - Eve trató desesperadamente de utilizar cualquier recurso que pudiese, pero no encontró ningún argumento que utilizar.

- "¡Ya basta por el amor del cielo!... Entiéndelo Eve; tú no me gustas... enfréntalo, ¡ni siquiera tienes lo suficiente como para poder con alguien como yo!."

- "Pero..."

- "¡Pero nada!. ¡Mírame!, yo quiero a alguien que pueda luchar contra mi carácter, alguien que me pueda dominar, que sea más fuerte que yo... y tu no cumples los requisitos... y además de eso, a mi no me gustan las mujeres. Mira Eve, te lo digo por tu bien, busca a alguien que se sienta feliz de estar contigo... tal vez alguien con menos carácter, alguien más fácil de dominar... por que conmigo... tu no puedes."

Y sin decir una palabra más, Kate se alejó a paso firme de aquel lugar, dejando a la rubia con lágrimas de amargura en los ojos, sobre todo porque sabía que lo que ella el había dicho era verdad.

**********

Jueves, mediodía, y Kamatari prácticamente había huido de Matt y Kate... no sentía ganas de estar con nadie, quería estar solo. Llego hasta el edificio de habitaciones, pero la verdad que ni siquiera quería entrar a su cuarto. Suspiró y con un movimiento rápido se sentó sobre uno de los dos muros semialtos que se encontraban al frente del edificio, y que eran lo suficientemente anchos como para que una persona se sentase cómodamente en ellos. Kamatari suspiró. De pronto el familiar a aleteo de Hime se dejó oír, y pronto esta se encontraba posada sobre sus piernas.

- "¿Hola Hime-chan, viniste a acompañarme?... ¿Trajiste algún otro encargo para mi?"- terminó de preguntar el oriental casi sin pensar. La verdad que desde el día anterior después de haber presenciado y oído todo aquello; besar el piquito de su Hime era ahora algo por completo diferente a lo que siempre había sido.

Hime gorgojeó de manera natural sobre las piernas de Kamatari, y luego emprendió el vuelo una vez más, dejando a Kamatari con un suspiro ahogado en los labios.

- "Ahhhhh!!!.... (suspiro)... a veces me gustaría saber que es lo que debo de hacer"- se quejó el joven ante su propia inutilidad para resolver su vida en aquellos instantes.

- "A veces la mejor manera de resolver algo es simplemente dejando que suceda" - dijo de pronto una débil vocesita a espaldas de Kamatari; y al voltear este se preguntó si no estaba viendo una ilusión... tal vez un fantasma... ¿Pero a pleno día?

De pronto Kamatari vio a su costado el sonriente rostro de un muchachito que la verdad no parecía ser de este mundo. Era bastante menudito, y estaba bastante bien abrigado, pero era notorio que la ropa llenaba más que él mismo su abrigo; de ojos claros, tez increíblemente pálida, cabello rubio, aunque era tan delgadito y claro que más bien parecía translucido, como hondas de viento y nieve acomodadas sobre aquella cabeza por arte de magia; al parecer bajito (no podía asegurarlo ya que el niño estaba sentado al igual que él), y se veía tan frágil que parecía que a la menor ráfaga de viento fuerte se caería y rompería en mil pedazos (mismo Hompty Donty). Kamatari tuvo que parpadear varias veces e incluso pesñiscarse, para asegurarse de que en realidad no estaba soñando despierto.

- "Hola" - dijo de manera natural el niño.

- "Hola"- saludó Kamatari aún medio atontado.

- "Ryan Merrel... primer piso; estudio Arte y también Historia" - se presentó el niño extendiendo una mano... entonces... ¡¿Él estudiaba allí?!.

- "Kamatari... eeerrr segundo piso, Leyes" - se presentó simplemente Kamatari algo confundido.

- "Si, sé quien es usted señor Kamatari; lo he visto varias veces subiendo y bajando las escaleras... además ganó varios de los concursos deportivos durante las fiesta... cuando lo vi de veras que quise poder correr como usted... aunque fuese una sola vez; lástima que no me pude quedar a verlo en todas sus competencias... Josh me trajo de vuelta a la habitación porque dijo que no debía seguir expuesto durante tanto tiempo."

Kamatari parpadeó incrédulo... oh, Kami... este niño le hablaba con tanta naturalidad... ¿en serio era real?... ¿qué edad tenía?

- "¿Qué edad tienes?" - preguntó de pronto Kamatari sin poder evitarlo.

- " Tengo 21 años... con suerte cumplo los 22 en enero... pero no se. ¿Quiere venir a mi funeral?"

Ahora si que Kamatari estaba por completo sacado de honda... ¿Funeral?.

- "¡¡¡¿¿Ah??!!!"- preguntó Kamatari sin poder, una vez más, evitarlo.

- "Que si quiere venir a mi funeral... es que me voy a morir, y sería muy triste para mi familia si nadie más que ellos va al funeral; bueno, Josh también va a estar; pero sería bonito que vaya más gente que me haya conocido... solo que no hay mucha gente con la que haya conversado."

- "Bueno..." - comenzó Kamatari sin estar muy seguro de que decir - "... todos al final nos tenemos que morir tarde o temprano; es parte del ciclo de la vida. Pero eso no significa que tú... "

- "Pero es que yo si me voy a morir pronto... bueno, la verdad que se supone que debí de haberme muerto hace mucho, pero aún no lo hago... así que tal vez llegue a los 22... aunque me gustaría por lo menos terminar mis estudios, son divertidos. Me gusta mucho estudiar. ¿A usted le gusta estudiar señor Kamatari?

- "Pues... si, supongo que si..." - terminó de decir Kamatari y de pronto no tenía mucho de que conversar... excepto...

- "Yyyyy... ¿Exactamente por que se supone que te vas a morir? ... ¿puedo llamarte Ryan?"

- "Claro, no hay problema... y se suponía que me tenía que morir desde el día que nací, pero mi mamá me cuidó mucho y por eso sobreviví... pero según mi tío soy un caso perdido y mi mamá perdió el tiempo... de todas maneras me voy a morir. Pero no me importa porque tengo hermanos y hermanas, así que cuando me muera mi mamá y mi papá no se van a sentir solos... también quiero mucho a mi papá... él siempre es muy bueno conmigo... y mis hermanos también... ¿qué edad tiene usted señor Kamatari?"

- "25... creo" - respondió Kamatari algo fuera de foco. - "Entonces... hmmm... no creo que te vayas a morir ahora... has sobrevivido mucho, eres un sobreviviente, por lo menos eso creo."

Ahora Kamatari de verás estaba metido de lleno en aquella extraña conversación de la cual no estaba muy seguro de entender, ni siquiera la mitad; y que sin embargo lo había envuelto por completo, haciendo que olvidase todas sus anteriores preocupaciones.

- "Además..."- continuó Kamatari - "se nota que tienes mucha gente que se interesa por ti... no creo que sea justo que pienses en morirte ahora"

- "Bueno... "- comenzó el pequeño a hablar... ¿en serio tenía 21?... ¡si parece de no más de 16! - "... creo que al final no estoy muy seguro de nada... pero no hay cura para lo que yo tengo, así que de todas maneras me voy a morir pronto."

A Kamatari como que no le cuadraba muy bien el asunto... sobre todo porque él...

- "A ver Ryan-chan" - dijo el oriental sin poder evitarlo... ¡y es que parecía un niño! - "dime exactamente cuales son tus síntomas"

Ryan sonrió.

- "Señor Kamatari... ¿qué significa Ryan-chan?"

Kamatari se cubrió de rubor, no se dio cuenta.

- "Ay!, lo siento; no debí llamarte así sin tu permiso. Es... es algo así como un diminutivo del nombre... se usa en Japón... tal vez Ryan-kun te siente mejor..."

- "No, Ryan-chan me gusta" - dijo el niño con ensoñación - "Hasta ahora el único que me ha puesto un diminutivo aparte de mis papás y hermanos es Josh... pero él más bien dice que soy un duendecito de viento; ... porque nadie se da cuenta nunca del hecho de que estoy a su lado... me encanta ser un duencecito de viento... y también me gusta ser un Ryan-chan..."

Las mejillas de Kamatari volvieron a teñirse de rosa y escarlata; él tampoco se había dado cuenta de que el pequeño estaba a su costado... ¿Y quien era ese Josh a quien tanto mencionaba?.

- "Ryan-chan... ¿quién es Josh?" - preguntó por fin Kamatari

- "Ah!, él... pues es mi novio... como lo es el señor Steven de usted."

Ahora si; ante tal afirmación, Kamatari tuvo suerte de no caerse de espaldas del muro o algo parecido... ¡¡¡¿¿DE DONDE RAYOS ESTE NIÑO HABÍA SACADO ESOOOOO??!!!... Un momento...¿Él tenía novio?.

- "Este... Ryan-chan... eeeeerrrr... Steven-san y yo no somos... novios... ¿De donde sacaste algo como eso?"

- "¿Entonces no son novios?" - dijo el niño con un dejo de ¿tristeza? en la voz - "Hmmm... y yo que pensé que ustedes dos ya se habían amistado por lo que sucedió... el señor Steven parecía muy feliz últimamente... yo creí que... pero parece que no es así... que lástima."

¿Lo que pasó?... ahora si que Kamatari se estaba asustando. ¿Qué era lo que este niño sabía?...¡¿Y QUIEN ERA JOSH?!... (muchas preguntas =¬.¬=UUU)

- "Exactamente que se supone que 'sucedió' Ryan-chan?"

- "Oh, pues lo que sucedió... bueno, solo lo escuché... pero creo que sé lo que escuché ... fue una noche que me sentí con ganas de irme para algún lugar donde Josh no me encontrara (a veces me gusta hacer esas cosas), así que me metí a una de las habitaciones vacías... recuerdo que me vino un ataque y me quedé sin poder moverme hasta la mañana siguiente... Josh estaba muy molesto conmigo cuando lo llegue a ver al día siguiente, hmmmm, si... y luego comenzaron los ruidos encima mío... y reconocí la voz del señor Steven, y luego la suya... bueno, en realidad estaban gritando... creo que así era... ¿estaban haciendo el amor, verdad?... ¿Hmmm, se siente bonito?... yo no puedo hacerlo con Josh, mi salud no me lo permite... y creo que es mejor así, porque él tiene que buscarse una linda novia para después que yo me muera... me prometió que buscaría hasta encontrar a su otra mitad perfecta y quedarse con ella para siempre... la verdad que lo único que hacemos es besarnos... me gusta que me bese, es lindo... ¿a usted le gustan los besos señor Kamatari?" - ahora Ryan-chan lo miraba con ojos expectantes, esperando una respuesta a su pregunta... y Kamatari en todo lo que podía pensa era en lo mareado y avergonzado que se encontraba en aquel momento.

- "Tu nos..." - *Ay!, Kami-sama...*, mejor cambiar el tema - "¿Cómo... como es eso que tu novio se tiene que buscar una linda novia?... no entiendo"

- Ah, pues es que no se va a quedar solo después de que yo me muera... verdad, además él solo es mi novio porque yo se lo pedí, así que supongo que luego de que yo me muera conseguirá una novia."- dedujo alegre aquel extraño jovencito con aquella gran sonrisa siempre iluminando su pálido rostro.

- "¿Cómo así?, quiero decir, nadie puede estar con otra persona sin quererlo... seguro que Josh te quiere... de lo contrario no estaría contigo." - insistió algo confundido Kamatari.

- "Señor Kamatari... ¿me ayudaría a bajar por favor?, me gustaría mucho poder estar en el suelo."

- "Eh?, si claro"

Kamatari se acomodó un poco mejor y tomo a Ryan por la cintura colocándolo encima de sus piernas; tras lo cual bajó suavemente del muro, llevando al muchachito con él... era tan ligerito, casi y no sintió su peso.

- "Gracias señor Kamatari... pues, ¿le aburriría si le cuento como conocí a Josh?... nunca se lo he podido contar a nadie, creo que sería muy lindo poder hacerlo... además me sería más fácil de responder su pregunta."

- "Si... supongo que si... claro"

- "Pues... a ver... yo conocí a Josh cuando mis papás me dejaron en el tren para venir para aquí... yo insistí que quería venir solito... ¡¿Sabe que esa fue mi primera gran aventura?!... No solo fue la primera vez que viaje en tren... ¡Lo hice yo solo!... pero me llegue a sentir mal en el camino, así que quise ir a algún lugar donde alguien me pudiese dar algo para ver si me sentía mejor,... porque yo estaba en un compartimento privado; pero no llegué lejos,... y me caí unos metro después, y Josh me encontró... fue muy amable conmigo, me llevó de nuevo a mi compartimento, me consiguió un té y sacó las medicinas de mi maleta que estaba muy alta y no pude alcanzar cuando estuve solo. Luego hablamos mucho, bueno; yo hablaba y él escuchaba... es muy bueno para escuchar... y, allí me dijo que él también venía para estudiar aquí... él está en la facultad de Letras, estudia Literatura... ¡¿Sabe que quiere viajar por todo el país recogiendo el folclore literario?!... su sueño es hacer una recopilación de las historias de cada lugar de todo el país, y que luego todo el mundo las sepa... dice que es importante que las personas sepan todo sobre su país, y no solo lo que conozcan aquello que se da en su entorno social... Bueno, cuando llegamos aquí, no se como se las arregló para que nos quedásemos los dos en un mismo cuarto... dijo que alguien debía de cuidarme así que era él quien lo haría... y luego se portó muy atento y lindo siempre... así que me llegó a gustar mucho... y un día le pedí que fuese mi novio y él aceptó... así que ahora somos novios y se quedará conmigo hasta que me muera... luego buscará una linda novia."

Kamatari aún no entendía que tenía que ver la historia que el niño le había contado con el hecho de que se iba a buscar una novia luego de que Ryan-chan se muriese... por lo menos ya sabía un poco mejor quien era ese Josh... la verdad que le caía bien.

- "Pero Ryan-chan, ... no entiendo... quiero decir... no tienes fundamento para decir que Josh se va a buscar una novia después de... tu sabes... si no ¿Por qué aceptaría ser tu pareja?"

La mirada del niño fue un claro... '¿Qué?, no es obvio'.

- "Es que me voy a morir" - dijo el niño por toda respuesta, y al notar que Kamatari aún no captaba la idea añadió... - "Es muy difícil decirle que no a alguien que se va a morir... sobre todo para alguien como Josh... él es muy bueno."

Kamatari ya no dijo nada... al parecer el niño estaba muy seguro de aquello...

- "Por eso... "- continuó el pequeño - "Tal vez sea lo mejor morirme al final... aparte del hecho de que no tengo remedio... no puedo atar a Josh a mi lado para siempre." - la hasta entonces risueña actitud del muchacho se tornó de pronto algo triste, pero luego volvió a su antigua actitud y dijo - "Pero por lo menos me moriré habiendo sido feliz... hubiese sido muy triste llegar al otro mundo sin siquiera haber sabido lo que era amar... aunque solo fuese un poquito... y es que nadie tiene derecho a privar a su propio corazón de estar con la persona que te gusta... creo que no hubiese sido justo ... para mi... no decirle a Josh ... lo que sentía... por él... nos hubiese mentido... a los dos." - Ryan de pronto paró de hablar; mientras comenzaba a respirar con dificultad; se notaba que el aire ahora si le estaba faltando de manera preocupante; y eso teniendo en cuenta que el niño no había podido hablar seguido desde un principio de la conversación.

- "¡¡Ryan-chan!!... ¡¿Estás bien?!"- preguntó con preocupación Kamatari.

- "No... no debí de... haber bajado del muro... pero quería hacerlo... lo siento mucho..."

- "Esta bien"- dijo Kamatari con tono conciliador y sujetando al niño una vez más, y subiéndolo con movimientos diestros de nuevo al muro, donde ambos se quedaron por un momento tranquilos, mientras el pequeño recuperaba el aliento.

Aún cuando Ryan pareció haberse tranquilizado ya, Kamatari lo mantuvo contra su pecho; intentando tranquilizarlo un poquito más todavía, más luego de un rato una la débil vocesita surgió una vez más, deseosa de poder dar a conocer lo que aquella mentecita pensaba.

- "Señor Kamatari..."

- "Hmmmm...."

- "Usted también debería de darle una oportunidad a su corazón... suena demasiado triste, creo que necesita que lo deje amar."

Bien, Kamatari no se esperaba aquello; en definitiva no lo esperaba, pero inesperadamente esas débiles palabritas se quedaron en su mente, y comenzaron a hacer eco mientras que revoloteaban insistentes en su cabeza. Pero, tal vez por su propia tranquilidad mental, Kamatari decidió cambiar una vez más el tema.

- "Ryan-chan, ¿me cuentas sobre tus síntomas?... "

- "¿Para que quiere saber?..."

- "Pues... porque tu me recuerdas mucho a un caso al que yo estuve muy cercano cuando era más joven."

- "Y... ¿Esa persona se curó?"

- "Si, ella se curó."

Ryan pareció pensarlo un momento, pero luego le relató al oriental sus síntomas... y Kamatari pudo reconocer que si eran bastante parecido a los de 'La señorita'; y ella se había curado... después de muchos años de tratamiento, era verdad; pero ahora llevaba una vida normal, con un esposo e hijos. Ella era ahora muy feliz.

- "Ryan-chan... si yo te dijese que tal vez haya un tratamiento que puedes seguir para curarte... ¿Te gustaría intentarlo?" - era extraño como ese muchachito había despertado en Kamatari aquel instinto sobreprotector... pero es que se veía tan frágil.

Ryan Merrel levantó entonces la vista hacia Kamatari, con los ojitos de pronto anhelantes de saber más, y al mismo tiempo temerosos de lo mismo.

- "¿Yo... podría curarme?"

- "Esa es la idea... aunque demoraría algún tiempo... no existe cura inmediata para este tipo de casos (estamos hablando de un caso de debilidad física extrema por si acaso)."

- "¿Mucho?. ¿Cuánto?"

- "Bueno... la persona de la que yo te hablo tardó un promedio de 7 años. Pero por si te interesa, conozco a un buen médico en el barrio japonés que te podría tratar."

- "¡Solo 7 años!... Eso no es mucho... Perooo... tal vez sea mejor quedarme como estoy" - de una completa emoción el niño pasó a mostrar un poquito de tristeza.

- "¿Ryan-chan?" - dijo Kamatari mientras el niño se separaba de su pecho.

- "Tal vez sobrevivir no sería no mas justo para Josh... no sería justo atarlo a mi." - terminó de decir una vez más el niño con dejo triste.

Kamatari miró al niño, y el corazón se le encogió. Si él no quería no podía obligarlo; así que Kamatari trató de cambiar a un tema un poco más alegre.

- "¿Así que eres un duendecito de viento, ne?" - dijo Kamatari con una sonrisa... y el niño también sonrió - "Pues en verdad debes serlo para que yo no me hubiese dando cuenta de tu presencia esta vez"

- "Si... y con esta ya van dos veces."- dijo el niño entusiasmado.

- "¿Dos?"

- "Aja!, también la vez que el señor Steven se desmayó encima de usted no se dio cuenta de que estaba en el descanso de la segunda escalera, Josh me dejó allí cuando tuvo que ir a hablar con alguien que ahora vive en el tercer piso." - la alegría del niño solo podía equipararse en aquel momento con el rubor de Kamatari, quien no podía creer que encima de todo el niño también se hubiese ganado con ese momento.

Kamatari estuvo a punto de contestar algo, cuando una masculina y seria voz se dirigió hasta donde ellos estaban.

- "Ryan; ¿te encuentras bien?"

- "¡Josh!"- exclamó con emoción el pequeño, y Kamatari pudo ver justo debajo de él a un joven de unos 23, alto, no muy delgado; de cabello oscuro, de tez bronceada; y que en esos momentos lo miraba de una cierta manera algo desconfiada.

Ryan hizo el intento de bajar el muro, pero al final fue asistido por Josh, a quien no pareció hacerle mucha gracia que su novio intentara aquello.

- "Hola Josh; mira, te presento al señor Kamatari, él es mi nuevo amigo. Señor Kamatari, le presento a mi novio Josh."

- "Un placer." - dijo el muchacho extendiendo una mano hacia Kamatari, y sin parecer afectado por el título que obtuvo en la presentación que le hizo Ryan. - "Joshua Hiking, para servirlo."

- "Honjo Kamatari, el placer es mío."

Y después de las presentaciones, el joven se disculpó al tiempo que alzaba en vilo a su noviecito, y lo llevaba al interior del edificio. Kamatari no podía creer el haber conocido a una pareja como aquella, que verdad que era peculiar... y ese muchachito, esperaba que la vida no fuera muy dura con él... era tan risueño.

Kamatari volvió entonces a la realidad, al escuchar el sonar del timbre de reloj, que anunciaba que ya eran las dos de la tarde... ¡Oh, Kami!... ¡Tenía clases!... ¿Cómo se pudieron pasar hora y media tan rápidamente?, no importaba. Kamatari corrió hacia su clase, sin pensar en nada más que en llegar a tiempo.

**********

Ya eran las cuatro de la tarde; y todos salían del salón. Kamatari, Matt y Steven se iban a reunir una vez más para seguir arreglando el trabajo, faltaban poco menos de dos semanas para entregarlo, y tenían que utiliza ahora cada momento libre si es que deseaban presentar solo lo mejor.

Matt y Kate estaban preguntándole al joven oriental el porque de su tardía llegada a la clase (de suerte llegó como 5 segundos antes que el profesor), cuando de pronto un alboroto a espaldas del grupo interrumpió la conversación; y al voltear pudieron ver a un jovencito aferrado al cuello de Steven mientras que colocaba la mayoría de su peso sobre la espalda del mismo.

- "Hola Steven." - saludó alegre el muchachito, a la vez que agitaba un papel frente a las narices del rubio. - "Mira lo que me saqué... ¡Mira, mira, mira!"

- "De acuerdo Miky, de acuerdo... estoy mirando... veamooooossss.... ¡Oye, que buena calificación!... ¡felicidades!"- exclamó Steven con el muchacho ya parado a su costado, al tiempo que le desordenaba el cabello, para completa felicidad de 'Miky'.

Steven de pronto pareció volver a la realidad al ver a Miky observar a las tres personas que lo observaban con tanta curiosidad... y casi de inmediato como que se medio escondió detrás de Steven, mientras que susurraba un "Hola". Steven volteó y muy divertido presentó a todos.

- "Les presento Michael Ross, del primer año; Michael es un buen amigo mío, ¿verdad Michael?" - preguntó con suma diversión Steven, a lo que el muchacho asintió con la cabeza, aún mirando al grupo por detrás del hombro de Steven. - "Y ellos Michael, son Matt Carter y su novia Kate Wallace; y él" - dijo refiriéndose con algo de cariño hacia su ángel- "...es Honjo Kamatari."

Michael saludó una vez más... ahora con un poco más de confianza; y luego volvió a colgarse del cuello de Steven, y en voz bajita (mucho, muy bajita) le murmuró...

-"¿Él es tu novio... verdad?, dile que no se enoje conmigo."

Steven observó a Miky, y una gotita apareció en su cabeza mientras en el mismo tono de murmullos que el pequeño había utilizado para con él le respondía...

- "Miky... él no es mi novio; y aunque lo fuera... no hay razón para que se moleste contigo..."

Y el pequeño observó nuevamente a Kamatari, y asintió sin estar muy seguro de creer del todo que Kamatari no estaba molesto con él; pero por otra parte no tenía porque no creerle a Steven... Steven nunca le mentiría.

Por su parte Kamatari en realidad no estaba muy feliz de ver a aquel muchachuelo colgado del cuello de Steven como si este fuese un perchero o algo parecido... *¿Es que ese niño no tenía nada mejor que hacer?*... claro que eso Kamatari no lo iba a admitir por nada del mundo; ni siquiera hacia si mismo (=V.V= UUU); pero fue un gran alivio para el oriental cuando Matt señaló que se les pasaba el descanso y que debían de avanzar un poco del trabajo si es que querían terminarlo para antes de Navidad.

- "¡Es cierto!" - y con ello Steven volvió a despeinar al alegre niño de ojos color caramelo; mientras le aseguraba que se volverían a ver pronto, y le decía de paso que quería seguir viendo tan buenas notas como la que le había mostrado.

Ya en camino hacia un aula vacía para avanzar, Kate le señaló a Steven que ese niño actuó como si fuera su hermanito menor; a lo que Steven respondió divertido que era justamente así como sentía al pequeño Miky, a quien llamó con cariño 'ese revoltoso'; y Kamatari tuvo que suspirar para ahogar esos feos pensamientos que surcaban por su mente, en los cuales 'el revoltoso' tenía que enfrentarse solo a todos los Juppon Gatana (incluyéndolo a él) con una espada de bambú; después de todo, el niño no tenía la culpa... aunque culpa de que... no existía culpa de nada allí... simplemente tuvo que admitirlo al final, estaba celoso. Y con este terrible descubrimiento a cuestas; Kamatari y el resto del grupo trabajaron y discutieron sin parar hasta las 6 de la tarde, que era cuando tenían de Historia del Derecho Romano... ¿quién manda poner los curso más aburridos siempre al final del día cuando la gente ya esta con sueño y a punto de dormirse?

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