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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

Eeee, hola, hola, ¿cómo las trata el dia? 23-09-2015,  a mi bien XD.

Ya respondí los comentarios que dejaron. Pensaba subir una imagen,- pero creo que es bastante grande- bueno si algun@  lo quiere ver en mi face está en el albun de NaruSasu que tengo ahi. Podrán darse una idea de como son los personajes principales :D.

Un Sasu muy doncel y un Naruto...¿ bien dotado? Naaaa, jajaja, pero la calzas que lleva...*.*

Los personajes son de Masashi Kishimoto sensei.

Si hay faltas de ortografia, a su tiempo lo corregiré :D

—No.—miró de reojo a Naruto.

—Apóyate en mis hombros, y cuando te diga, abres las piernas—Pero el azabache con las orejas algo rosas, negaba con la cabeza, suspiró

—No puedo hacerlo. Es muy grande —y ocultó sus manos tras la espalda.

—¡Dame tus manos y sostente fuerte-ttebayo!—Pero Sasuke se negaba  e intentó apartarse de Naruto.

 —Creo que no podré… —susurró, el rubio  suspiró y aprovechando el nerviosismo del ojinoche lo tomó de la cintura levantándolo por sobre encima de sus hombros.

— ¡Ah!

— ¡Abre las piernas!—Sasuke se sonrojó otra vez al escucharle decir eso pero las abrió. Naruto lo dejó caer suavemente en la montura.

— ¡Es incomodo!

—Pues claro, si no estás acostumbrado. Creo que después de esto tendrás que usan un cojín  jejeje—Sasuke frunció sus cejas y le golpeó las manos trigueñas para que Naruto las apartase de su cintura,  hizo un puchero  y trató en vano de acomodarse la ropa y alisar las arrugas del pantalón para montar, estaba  molesto por las dos últimas visitas de Hyuuga, pero no lo diría. Se alegró de que tuvieran autorización y saldrían a dar un paseo en la mañana, al fin unos momentos a solas, pero su modo caprichoso estaba tomando el mando de su actitud, tenía que pensar en algo más que esta escapada por los territorios de su castillo para llamar la atención de Naruto y que éste  no  miraba a nadie más que a él, se sentía desplazado cada vez que Hyuuga Hinata se presentaba en el edificio y una pequeña y sutil batalla se libraba entre ellos para captar la atención del joven embajador, ayer mismo ella inventó esa tonta excusa de no conocer el pueblo para que Naruto terminara acompañándola y  él no pudo salir del castillo. Hizo una mueca de mala gana. Kyuubi levantó la cabeza un par de veces notando la actitud del ojinoche.

Naruto vestido con sus típicas ropas, calzas marrones, botas bucaneras, camisa azul y chaleco con los colores de su nación, estaba embobado, su moreno lucia radiante con el sol tras su espalda y el chaleco azul que acentuaba su silueta sobre la camisa blanca, el pantalón negro algo ajustado y esas botas de cuero del mismo color hasta su rodilla, le daban ganas de ser él el que pasara la mano sobre la tela del pantalón  hasta llegar a esa zona de la entrepierna Ya comenzaba a tener ganas de echarle mano. El caballo dio unos golpes con sus cascos.

 — ¿E-entonces que hago?

El rubio salió de su ensueño. — Ahm…—tragó duro —Yo… te guiaré, cuando tire de las riendas, te sostienes de la montura para no caerte, Kyuubi no está acostumbrado a ti y como es tu primera vez iré contigo— y luego de decir eso Naruto se subió a su caballo de un salto sentándose detrás de Sasuke.

—¡Arre Kyuubi!—el caballo espoleó elegantemente sus cascos y a trote veloz salió de las caballerizas. El ruido de los bolsos a cada lado del animal y el movimiento de su andar asustaron más al pelinegro.

—¡Ay, nooo!—Sasuke trataba de acomodarse en la montura y cerraba los ojos un tanto aterrado, y con razón, el caballo de Naruto era más grande que los que veía habitualmente trotar hacia las caballerizas tras su ventana dentro del castillo, y al verle tan de cerca no solo le pareció hermoso por el color negro  de su pelaje sino por la actitud serena y majestuosa que mostraba, su dueño si se empeñó en  cuidarle y adiestrarle, anteriormente pudo observar entusiasmado los trucos que de potrillo había aprendido, fue  más que excelente. Pero una cosa era ver y otra estar en arriba de semejante semental,  Naruto sintiendo el miedo de Sasuke, le rodeó la delgada cintura con su brazo apegándolo a su cuerpo. Ambos eran seguidos por dos de los jóvenes guardias a una prudente distancia.

Naruto sonrió feliz con el viento en la cara casi escapando del castillo y sintiendo el aroma del corto cabello de Sasuke que se le arremolinaba en  su barbilla, un momento de paz al lado de la persona que amaba, además fue una  manera de escapar de la indeseable compañía de su exprometida. Durante dos días seguidos el insoportable ambiente había aumentado de manera irritable, la joven Hyuuga trataba de “visitar” a Naruto en la casa de su abuela pero éste estaba a primera hora reunido con el rey Itachi para platicar sobre el comercio de la zona, aunque el compromiso estuviera roto, ella iba al castillo y eso era un problema, pues no le gustaba esconderse como un crio, la excusa …“oh, qué casualidad” …de ella desde el vamos era un tonta mentira. Y la cara de Sasuke era indescifrable cada vez que se enfrentaban en un saludo respetuoso pero frio, intuía justificadamente que no le hacía nada de gracia la voluptuosa presencia. Además de que ese chico Neji, el otro excomprometido, la acompañaba y no era muy discreto con la mirada que le daba a Sasuke cada vez que éste le daba la espada, eso le hacía rechinar los dientes y más cuando el ojinoche en estos días de calor usaba atuendos bastantes cortos (hasta la rodilla) mostrando demasiada piel, según la conciencia de Naruto. Así que con la excusa de dar un paseo y luego de sortear el tramite engorroso de responder preguntas y salvar precauciones por parte del primogénito, ambos salieron a dar un  paseo  al arribo del amanecer para evitar la ya casi matutina presencia de la pelinegra.

 

El señor Minato había partido junto con Tsunade, con varios documentos hacia el país Del Rayo, ambos habían insistido que Naruto debía acompañarlos pero éste se negó, porque de ir, lo haría pero junto a Sasuke para demostrarle a su rey que hablaba en serio, pero luego de consultar con la médica Chiyo decidieron no tomar el barco y esperar, pues el clima en su país en esa época del año se estaba volviendo bastante frio y húmedo, algo malo para la salud del segundo príncipe.

 

 

Shikamaru Nara sentado con varias hojas frente a sus ojos leía y releía en silencio en la habitacion, su trajecito oscuro de trabajo le incomodaba , no era habitual que lo usase sino para algún acontecimiento importante, generalmente vestía camisas sueltas y un pantalones holgados, el nudo de la corbata le apretaba y tenía ganas de tirar de ella pero si lo hacía seria como mostrar un signo de nerviosismo, miraba el libro contable a su lado de vez en cuando, pero se sentía cada vez más incómodo al levantar la mirada y encontrarse con los ojos del señor Hatake vestido formalmente de traje con los colores del reino que le observaba casi sin pestañar estudiando el más mínimo movimiento o reacción de su parte, y más si uno de sus ojos lucía una cicatriz todavía no sanada y agregándole una tela cubriéndole la mitad de abajo de la cara. Carraspeó:

—…Según veo los movimientos de las arcas parecen estar bien,  pero los números de la semana pasada son erróneos, hay que corregirlos—Hizo unos tachones y reescribió el en libro contable a su lado—  se debería revisar los números desde meses atrás para verificar la cantidad perdida.—El capitán asintió sin ganas y se dispuso a seguir rascándose el vendaje en su brazo izquierdo.

—Bien…creo que es todo…Ah , no, debemos esperar…

—¿Eh?, …bueno…

Luego de un buen rato que a Nara le pareció interminable y luego de contar las rejas de la ventanas , los libros de los estantes, las rayas del escritorio, miraba casi con desesperación la actitud  casi pastosa del capitán de la guardia, sentado, no,  casi acostado en el asiento, le observó de reojo, el  máximo líder de las tropas del país de La Hoja, casi podía decirse que era el segundo en sucesión después del primogénito, si no fuera porque  no es de sangre real, en silencio le escrutinió de arriba abajo, el otro también lo imitó, a veces se preguntaba de donde salía tanta fidelidad, torció la boca y observó que Hatake también lo hizo, le salió un tic en la frente por eso, ..Qué problemático...pensó para sí y desvió la vista, prefirió mirar de nuevo al techo para ver si encontraba alguna araña, el capitán sonrió.

 

 

Luego de acostumbrase al movimiento acompasado del semental, Sasuke trataba de permanecer en silencio y daba solo monosílabos en respuestas a las preguntas que de  a ratos Naruto hacía sobre si estaba cómodo o si necesitaba algo. El rubio trataba de darle conversación para distraerse del rozamiento que el trasero del pelinegro hacía con su entrepierna y vaya que se contuvo  mordiendo sus labios para  no despertar más a su amiguito.

El caballo de Naruto trotaba elegantemente sobre la hierba fresca y se adentró a un bosquecillo más frondoso luego de un tironeo de riendas hacia  un sendero casi olvidado, después de andar un trecho bastante largo  Sasuke pudo ver la magnífica vista que ocultaban los arboles desde arriba del corcel. Un paisaje digno de pintura según él. Por un momento olvidó toda su frustración.

—¡Naruto , mira!—Le señaló con el índice hacia una pequeña cascada que rugía cada vez más fuerte a medida que se acercaban. Naruto sonrió complacido y aliviado. La mano que ahora estaba sobre el pecho del azabache podía sentir la emoción en cada pálpito, sin duda su idea fue muy buena. Miró hacia atrás hacia los guardias y con un gesto  de cabeza les dio a entender que quería que permanecieran allí. Lejos para darles algo de privacidad pero lo suficientemente cerca por si hay algún infortunio. Obligó a su caballo a acercarse al pequeño rio y desmontó, pudo ver grandes rocas a cada lado de la orilla, luego estiró los brazos en dirección al ojinoche y le sonrió:

—Vamos Sasu, salta.—Sasuke le miró sin comprender.

—¿Así nada más? ¿Y si me caigo?

—¡Te atraperé-ttebayo!.—El pelinegro frunció la boca, indeciso se cruzó de brazos. Naruto suspiró y acercándose al caballo le tomo de la cintura y lo atrajo hacia él.

—¡Naruto!

—Hoy estás muy poco cooperativo-ttebayo.—Sasuke agachó la cabeza ni bien tocó el pasto con las botas, en verdad no quería pasar un mal rato junto al rubio, pero recordar  las ya constantes visitas de la señorita Hyuuga  sus suaves arrumacos tratando de acercarse al ojicielo y de solo pensar que luego de regresar la verían por el castillo le hacía hervir la sangre y ya estaba cansándose de aguantarla.

—Hum.

—¿Es un sí o un no?— El azabache levantó los hombros restándole importancia y caminó hacia la orilla. Naruto negó con la cabeza y luego de sacar los bolsos de la montura del animal. Le dijo al oído—No te alejes Kyuubi.—y el caballo dio unas coces en la hierba para luego separarse en busca de algo de comer.

 

 

—Bien, eso esto todo.

— ¿Eh?

—Solo estaba probándote. Necesito a alguien paciente, y tu ni siquiera has preguntado cuánto tiempo o a quien deberíamos esperar, eres bueno en contabilidad viste el pequeño error donde otros no lo hicieron,  sospecho que detrás de todo ese cabello recogido hay una mente sagaz.

El Nara le miró como si fuera un espectro, como toda bestia de cuento  tenía una meta. Y le asustaba el método que empleaba para lograrlo. Ahora comenzó  a entender el porqué era el segundo, casi la sombra del rey Itachi. Y pensando en eso le surgió una duda.

—Capitán.—El otro le miró serio

—¿Cuándo será la ceremonia de asunción de su majestad?—Hatake le miró y sonrió o eso creyó ver Shikamaru tras la tela que cubría su boca.

—Aun no lo tenemos pensado, pero será pronto.—El capitán se levantó de su asiento, acto seguido por el joven. El capitán le tendió la mano.

—Felicidades Nara, Shikamaru, serás no solo el contador del Pais de La Hoja sino también el mayordomo principal.

—¡¿EH?!

—Significa que también  tendrás parte de potestad sobre la región.—al Nara casi se le cae la quijada, había ido al castillo luego de ver  los panfletos que habían en la plaza mayor, y por insistencia de Naruto que se lo cruzó en una de las calles, pedían un contador, una ayuda para revisar las cuentas, pero ni en sus sueños más locos creyó tener ese puesto dado solo a personas con excelentes recomendaciones y/o  de máxima confianza,… ¡seria como ser el tercero después del rey! ¡Tendré voz y voto en las reuniones reales! ,… ¡Hasta podré viajar! …Nunca había abandonado su país .¿Qué carajos hizo para caerle bien a ese hombre con su rostro oculto? Oh, ya lo recordó: solo fue sincero.

Tambaleó hasta la puerta procesando lo escuchado y  saludó al ahora compañero con un fuerte apretón de manos, una sutil sonrisa se fue formando en su cara, tenía que agradecer la insistencia del embajador del Remolino a que se presentara.

 

 

—Ven.—Palmeó la tela usada a modo de mantel. Sasuke le miró agachado al lado del rio moviendo la mano dentro del agua cristalina, se levantó y fue  a sentarse de rodillas en frente de Naruto que silenciosamente  sacaba del bolso pan, queso y algunos otros utensilios. El pelinegro le miraba y apretaba la mandíbula. No entendía la tranquilidad de Naruto, tenía tantas ganas de gritar y patalear pero debía comportarse, era el segundo príncipe, pero…¡maldita sea! ¡¿Por qué Naruto le sonríe a  esa Hyuuga si ya no tienen nada que ver?!...inflaba las mejillas reteniendo sus ideas y apretando los puños sobre su regazo. Luego de unos segundos largó todo el aire retenido, al levantar la vista vio a Naruto que le miraba fijamente.

— ¿Qué pasa, Sasuke? —el pelinegro hizo oídos sordos y tomó un pan, con un cuchillo lo partió llevándose un trozo a la boca, el rubio solo lo miraba.

—Estás molesto.— Masticaba con bronca

— ¿Estás celoso? —Por poco se atraganta. Se inclinó y tosió  varias veces, Naruto se puso a su lado y le palmeó la espalda, le acercó una cantimplora que el ojinoche tomó y dio un gran sorbo, luego de eso se limpió con la manga de mala gana.

Silencio.

—Eeeh , ¿olvidas tus modales-ttebayo?—el azabache rodó los ojos y se levantó alejándose del rubio que lo miraba expectante. Naruto sabía que algo le tenía así desde ayer y por eso no le contestaría, ¿tal vez fué porque de tanto insistirme tuve que acompañar a Hinata al pueblo? Ladeó la cabeza y  sonrió con socarronería. …¿Sasu celosito-dattebayo?..

Sasuke se sentó y apoyó la espalda en una roca a orillas del rio, un bonito lugar para contemplar y dejar salir  a enfriar a sus pequeños demonios, tal vez le estaba dandole demasiada importancia y su inseguridad se reflejaba cada vez que volvía a verla y recordaba sus palabras hirientes. Cerró sus ojos onix, tenía que confiar más en Naruto , ¡pero diablos, como duele no  estar cien por ciento seguro!

El rubio caminó lentamente para no hacer ruido y se puso de cuchillas en frente del ojinoche, pudo observar en primera persona la pequeña venita en la frente, pero también la belleza que portaba, era pequeño, según él, pues le ganaba por una cabeza y se percató que con sus dos manos casi ponía rodearle la cintura. Parecía tan frágil, pequeño pero orgulloso.  Así que hizo lo que quería hacer desde que salieron del castillo. Pues se estaba aguantando desde que se sentó detrás de Sasuke.

Puso sus manos a cada lado del cuerpo del azabache y acercó su cara.

Te amo.— susurró y le besó.

Sasuke abrió sus ojos impresionado y trató de separarse  para tratar de comprender lo que sucedía a su alrededor. Naruto atrapó sus manos y le mordió el labio inferior, el azabache dejó salir un gemido de dolor y el rubio profundizó el beso  metiendo su lengua hasta el fondo. El cuerpo trigueño lo aprisionó y la falta de aire le sofocaba y atontaba. El rubio al sentir que dejaba de luchar  le soltó las manos lentamente y llevó las suyas hasta el pantalón desabrochándole, mientras con su boca comenzó a bajar al pálido cuello dejando aspirar al pelinegro que apenas podía salir de su aturdimiento. Otro gemido se escuchó y un chupón quedó impreso en la suave piel.

—Sasu…—Lo había desarmado completamente con el sonido de su voz ronca, tampoco quería pensar, tantos problemas mundanos, y ahora solo estaban ellos dos alejados de todos, Naruto le observó con anhelo y le recostó suavemente en la hierba, mientras jalaba el pantalón atacó su cuello y Sasuke  ladeó su cabeza dándole más espacio, con sus pequeñas manos delineó los hombros hasta sus brazos, sus respiraciones y el ritmo de sus corazones aumentaban con el correr de los besos,  con más ganas que antes el rubio le separó las piernas y posicionándose  comenzaba a bajarse su calza, pues su amiguito deseaba también participar. 

—E-espera…—Sintió que algo caliente estaba en su entrepierna y trató de separarse, puso su mano en el pecho y le empujó pero el cuerpo de Naruto no cedió ni un milímetro, estaba como en éxtasis.

—Na…—El rubio le levantó la cadera y su miembro rozaba su entrada a punto introducirse.

— ¡PARA!—y una cachetada le dio vuelta la cara, El ojicielo le miró confundido y luego se avergonzó separándose

 —Lo-lo siento-ttebayo…yo…

Sasuke respiraba entrecortadamente y temblaba ante lo que pudo haber sido un error, un gran error, porque ambos sabían que no estaban comprometidos oficialmente y menos el compromiso  del rubio completamente anulado, a ojos de los  países si llegaban a saberse, no serían  nada gratas  las repercusiones.  Debían, por el bien de sus pequeños reinos, esperar.

Debemos… volver.— susurró apenado, Naruto asintió triste, se dio la vuelta y se acomodó la ropa torpemente, luego se levantó y buscó a su caballo que no estaba muy lejos de ellos. Sasuke se arregló su propio desorden y sus ojos se aguaron... Solo soy un estúpido egoísta…

En un silencio vergonzoso tomaron las cosas y se dispusieron a volver.

Notas finales:

Ay, Naruto le quiere echar manito a Sasu XDDD. Nos leemos prontito :3, esta vez creo que no tardaré tanto pues tengo algo escrito.


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