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Amor Forzado por redangel

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Notas del capitulo:

perdoooooooooooooooon  de verdad perdon :C por demorar tanto

al terminar mi semestre de universidad reprobe un ramo y eso me bajoneo demaciado, no quise hacer nada por un tiempo, pero al fin estoy de vuelta y comenzando mi segundo semestre con atraso, despes de muchos problemas y artercados puedo decir que estoy viva? ok no aqui esta el siguiente capitulo :3 disfrutenlo   

Luego de lo que le contara el joven amigo de su hija, aquel hombre quedo muy pensativo, esa muchacha llamada Marianne desde que su hija el pronuncio por primera vez le dio mala espina, tanto que  la mando a investigar a ella y a su familia. Tal y como lo supuso, tenía una estabilidad económica buena, vivía con ambos padres y como habían mandado a espiar a esa muchacha en el colegio, se mostró muy interesada en su hija, eso no debía permitirlo.

Su hija podría odiarlo y pensar que tal vez a él no le interesaba  su vida, pero la verdad es que su mocosa se había ganado su lugar, podría contestarle mal, desobedecerle, insultarlo incluso golpearlo, pero no quitaba el hecho de que era su hija y también quería su bienestar, claro uno con ciertas condiciones, después de todo a él, le toco vivir de igual forma, ese era el destino de ciertas familias de alta sociedad, por eso debía ser fuerte en muchos ámbitos y no estar con cualquiera.

Debía tomar medidas drásticas con ella, después de lo escuchado, sabía que se estaba interponiendo entre su hija y su prometida, justo cuando apreciaba cada vez más, que algo surgía entre ambas. Se sentó en su es silla favorita dentro de su escritorio, y observo con cuidado las fotos de la muchacha, que había trajo su investigador y amigo suyo.

-          ¿Qué debería hacer contigo?- se preguntó tirando las fotos-¿matarla? No se vería mal y no me convendría… ¿hacerla desaparecer a ella y a su familia? Tampoco sería demasiados líos, ¿amenazarla? Tal vez… podría funcionar,  ¿hablar con ella? pensaba que tal vez ella lo enfrentaría y eso lo hace enojar.

Luego una sonrisa malvada se asomó por los labios de aquel hombro, una sonrisa igual a la de su hija, pero la de él era peor, sabía lo que debía hacer luego de evaluar todas las posibilidades con sus pros y contras.  Primero hablar con la involucrada sin que su hija y Sarah supiese y para eso las enviaría de viaje, uno en que los ayudaría su mejor amigo y padre de Sarah.

Ahora debía observar que pasaba con Sarah y Jill esta semana, que ambas estarían de vuelta en el colegio.

 

 

Una semana había transcurrido y una Marianne caminaba nerviosa con las calles en dirección en la casa de Jill, pero no para verla, luego de lo ocurrido Jill había sido muy clara en lo que ella quería y a quien quería. Suspiro resignada, mientras se acercaba más y más. Increíblemente el padre de la persona que le gustaba la había llamado para hablar, no tenía  idea de que seria, tal vez Sarah le contó lo sucedido ayer, pero no él no tendría por qué meterse, aun que Jill le había comentado que él era muy estricto y odiaba a la persona que se interponía en lo que él quería.

Al llegar a la puerta, toco y el mismo padre de Jill le abrió la puerta, él era un hombre extremadamente serio y alto. Con Jill compartían la misma mirada fría. El hombre le pidió que lo siguiera hasta una habitación, que el supuso que sería su lugar de trabajo, ya que poseía un escritorio amplio con papeles y carpetas perfectamente ordenadas,  la invito a sentarse, para luego sentarse en su silla favorita.

-          Jill ¿sabe que estoy aquí?- pregunto Marianne

-          No… no lo sabe, espero comprensión de parte tuya señorita Marianne y espero que no le comentes nada a mi hija- dijo mientras se inclinaba sobre su escritorio y se apoyaba sobre su codos y entrelazaba sus dedos

-          ¿Dónde está ella?- pregunto

-          Ella esta con su prometida de viaje con los padres de esta- sonrió satisfecho- esas dos últimamente han estado muy cariñosas la una con la otra-

-          No quiero sonar descortés ni nada por el estilo… pero podría decirme porque me llamo- dijo dolida, ella aun quería a Jill y saber que estaba “cariñosa” con Sarah y más en un viaje en la que nadie las interrumpiría, de verdad le molestaba y la lastimaba.

-          La razón por la que te llame, es que quiero que no te sigas metiendo en la relación de Sarah y Jill, que la olvides, no le hables, no la mires, no la toques- dijo fríamente el padre de Jill

-          Y qué pasaría si digo que ¿no?- pregunto dudosa Marianne

-          Esperaba que dijeras eso- sonrió con malicia- creo que debes saber que soy un hombre muy poderoso- ante el comentario, él puso sobre su escritorio dos  fotos de dos personas, un hombre y una mujer-¿supongo que sabes quiénes son?-

-          No se atrevería a hacerles daño a mis padres- dijo entre asustada e impresionada

-          Daño… no seas ridícula niña, no arriesgare mi prestigio por un amorío de colegio- rio con ganas, pero de la nada se puso serio- pero si podría hacer que despidieran a tu padre, después de todo su jefe es un amigo mío muy cercano, así que considéralo-

-          Pues…- a Marianne un escalofrío e recorrió todo el cuerpo- pues… señor- luego de esto sonrió tratando de esconder su temor y su nerviosismo, no iba a dejarse a vencer por alguien que usaba influencias y dinero para completar su objetivo- pues entonces… me veré en la obligación de no mantener silencio, de hecho a apenas le vea me veré en la obligación de decirle que para alejarme de ella me amenazo con despedir a mi padre y alguna que otra mentira- el padre de Jill se sorprendió levemente y rio con ganas, hasta la misma Marianne se sorprendió ante su respuesta  

-          Vaya…- rio- ¿entonces en qué quedamos?-

-          En nada, solo que esta conversación nunca existió- dicho esto se levantó- y no me rendiré tan fácilmente-  luego se fue veloz

Aquel hombre sonrió y tomando su celular procedió a hacer una llamada a un viejo amigo. Un amigo que le seria de utilidad, en aquel momento en que cito a Marianne, quería probarla, no es como si fuera el personaje malo el, como para despedir a al padre de ella, era estúpido, su mejor opción siempre fue, dar una pequeña oportunidad de trabajo y que con eso se fuera de la cuidad o del país, con eso siempre alejaba competencia o peleas. De mantener  no la presión del trabajo eso era su problema no de él.

 

Mientras que en la casa de Marianne ella llego, bastante nerviosa, tanto que no quiso comer, apenas llego se fue a su cuarto a pensar, ¿Qué pasaría si a su padre lo despidieran por su culpa? Era correcto no rendirse, ella amaba a Jill, pero la ¿amaba a cualquier costo?

Pasaron las horas y pensó en lo sucedido hasta no poder más, por más que quisiera no podía hallar respuesta, por unos momentos pensaba que estaba haciendo lo correcto pero al siguiente o dudaba.

Pasaron las horas hasta que llego su padre y armo un gran alboroto, tanto que asusto a su hija quien de inmediato fue a ver qué pasaba, al llegar ve a su papa llorando abrazando a su madre, le invadió el miedo, pero inmediatamente descarto la idea, al ver que su padre la abrazaba y le daba la noticia.

-          Hija… me han ascendido-  dijo llorando

-          F-felicidades papa- dijo feliz Marianne

-          Gracias… hija- dijo el soltándola- hija… es momento de empacar… nos vamos del país- el entusiasmo de su padre era tanto que tuvo que disimular la tristeza que le invadió, en aquel momento supo que esto se trataba del padre de Jill, no lo despidió, pero si la aparto ayudando a su padre. Ahora ella se iría y no molestaría a Jill, como podría quejarse de eso- ¿Jake mate?- dijo muy bajo, imperceptible para sus padre quienes felices hablaban

-          ¿co-como sucedió?- le pregunto a su padre

-          Hace un tiempo le estaba pidiendo a mi jefe ascender, pero siempre me lo negaba, con la excusa de que no había suficiente fondos o que me faltaba experiencia, pero hoy… me llamo y dijo que después de evaluarme y ponerme pruebas, lo había convencido con mis actos que era merecedor de ascender un puesto más- realmente su padre se veía emocionado, estaba feliz por él, pero la idea de dejar a Jill, así como si nada, simplemente dándose por vencida le dejaba un extraño malestar en su pecho-

Opto por sonreír y mostrar su mejor cara, no quería aguarles la fiesta a sus padres. Por una chica.

Dos semanas ese era el tiempo que le quedaba en la cuidad junto a su amada, era frustrante no decirle a nadie que se marcharía, suspiro profundo mientras miraba a lo lejos a su querida Jill  junto a otra persona que no era ella.

Le molestaba demasiado verla tan feliz al lado de Sarah, podía notar que esta última tenia algunas marcas en el cuello, había que fijarse bien, para notarlo y había que ser tonto para no darse cuenta que con tremendo sol ella estaba usando bufanda, eso significaba que ellas habían tenido relaciones, eso le dolía, tan solo imaginarlo, le era una tortura. Dirigió su mirada a otro lado y se encamino a fuera del salón, eso era todo, había perdido. Le hubiera gustado decirle a Jill que se iba, que su padre intervino en que desaparecería de su vida.

 

Una semana había pasado y a duras penas había logrado estar alejada de Jill, la miraba de lejos y la observaba como se divertía con Jake y como se acurrucaba en los brazos de Sarah.  Muchas veces quería correr a ella,  abrazarle y decirle que la quería, apartar a Sarah y ser yo quien la tomara entre mis brazos. Pero ya no estaría para luchar por ella. Hoy el padre de Jill me había llamado otra vez, estaba asustada un poco de él.

Al llegar pude notar que Sarah y Jill no estaban en casa, fui exactamente al mismo sitio donde conversamos, él se notaba bastante contento. Podría adivinar el por qué.

-          Es un placer verte de nuevo Marianne- sonrió de lado aquel hombre

-          …- omití comentarios al escuchar eso, realmente yo no quería verle de nuevo

-          Te llame debido a que no has cumplido del todo, lo que acordamos- trato de fingir dolor- y eso que te di un regalo bastante bueno- exclamo feliz, como si le honrara  el haberle dado un ascenso a mi padre-

-          Lo he cumplido, no me he acercado a su hija- respondí

-          No lo has hecho… te has acercado a ella en dos ocasiones, tal vez debería darte un pequeño recordatorio- dicho esto saco un par de fotos  y las coloco en el escritorio, al verlas sentí que mi corazón se estrujo, mis ojos se llenaron de lágrimas pero supe contenerme.

El padre de Jill sonrió enormemente al ver la reacción   de la joven, si estas fotos las veía su hija, se iba a morir de vergüenza y de paso reviviría solo para matarlo a golpes. No le gustaba invadir su privacidad, bueno tal vez un poco para ver que todo estuviera bien, de acuerdo a lo que el mando.

Las fotos  que tenía en la mesa era de Jill y Sarah en un momento demasiado romántico en un pasillo de la casa de vacaciones de los padre de la última, Jill estaba besando el cuello de Sarah mientras sus manos se deslizaban por los muslos, la otra era de ambas durmiendo juntas en una cama.

-          Veo que te dolió…- sonrió arrogante el padre de su amada Jill

-          Era para mostrarme esto- dijo al fin Marianne con una gran nudo en la garganta

-          Ya te lo dije, aléjate de mi hija- dijo tajante el padre de Jill

-          Me queda poco tiempo y me iré de su vida- miro a otro lado Marianne

-          Escucha… Jill es una buena chica, es bastante atractiva, como su padre, pero no es una chica normal, tiene una responsabilidad, sin decir que ha vivido ciertas cosas bastante fuerte-  el semblante de  aquel hombre cambio a uno serio- ahora está feliz con Sarah, no la molestes, no le hables, no la mires… sabes lo que nos costó al padre de Sarah y a mi unirlas, se odiaban. Espero… que no me obligues a hacer algo malo, porque lo are y créeme no me va a pasar nada-

Marianne miro al padre de Jill por última vez y se marchó deprisa sin decir nada, sin duda esta era una situación que le sobrepasaba, era difícil, sin duda debía hacerse a un lado y dejar a esas dos vivir tranquilas, después de todo aun que le doliera Jill sentía algo por Sarah y lo noto cuando la veía celosa y le hacía recorrer los pasillos buscándola, por si hablaba con algún chico, la situación era clara, pero simplemente, quería cerrar los ojos ante ese hecho, quería disfrutar de Jill como si fuera de ella, pero no pudo y ahora ella se va.

Un día para irse, había al fin recogido los últimos papeles de traslado que le faltaban, le habían cerrado el semestre y pronto se iba a ir, su profesor jefe había hablado con ella, pero por más que le rogara poder decirle a sus compañeros para que pudieran organizar una despedida, ella se negó, le dijo que para que fuera menos doloroso prefirió hacerlo así, aparte con las redes sociales, no era tan trágico por así decirlo, el resignado acepto a regaña diente la voluntad de su alumna. Las clases transcurrieron normal, pero para Marianne fueron las clases más rápidas del mundo, trataba de grabarse cada detalle del rostro de Jill, por más que quisiera no podía sacarle la mirada de encima, eso lo había notado Jill, quien incomoda miraba a otro lado.

-          Quisiera abrazarte una última vez- pensó, aquel pensamiento la invadía a cada momento, sé que había prometido algo pero era el último día en que la vería estaba bien un último deseo. Con convicción la llamo antes que se marchara a su casa, Sarah la miro feo, pero ignorándola como siempre se acercó a Jill, quien nerviosa, solo atinaba a sonreír de lado.

-          Jill… quiero…- dijo mientras sus ojos se llenaban de lagrimas

-          D-dime…- dijo nerviosa Jill

Sin previo aviso Marianne la abrazo fuertemente, Jill se sorprendió bastante, tanto que retrocedió unos pasos.

-          Quiero… decirte adiós- miro a Jill a la cara y sonriendo tristemente corrió hasta la salida lo más que pudo hasta perderse de vista.

-          ¿adiós?- se preguntó confusa Jill

-          Jill…- le llamo la persona que estaba atrás, se sentía un aura asesino tanto que Jill dejó de pensar y sintió miedo

-          S-Sarah…- rio mostrando las palmas de las manos en señal de que no había pasado nada

-           Eres una idiota- miro a otro lado enojada

-          Oye… vamos… no hice nada malo- se excusó Jill

-          Dejaste que te tocara-

-          No lo espere, aparte dijo adiós… eso es raro-  se rasco la nuca mientras se acercaba a Sarah y la abrazaba- vamos no te enojes-    

 

Marianne corría hasta su casa mientras estrujaba los papeles, trataba de no llorar, pero le era inútil lagrimas traicioneras resbalaban por sus mejillas. A perdió, definitivamente la perdió, ¿pero como perder algo que nunca se tuvo? Después de todo Jill siempre miro a Sarah no a ella, pero eso ya no importaba después de todo dentro de unas horas ella se iba, sin decir nada, desapareciendo como si su existencia fuera nada, algo pasajero que con el tiempo se olvida y con eso ultimo pensar dijo adiós a la cuidad. 

Notas finales:

gracias por leer  y esperar :3 son los mejores 

me quiero disculpar por tardar tanto es solo que a veces uno se deprime pero la idea es volverte mas fuerte ¿no? 

en fin dejenme sus comentarios para saber si les gusto o no  el capitulo.

pd: estoy trabajando en el siguiente capitulo y creo que les gustara por que viene lo zukulento XD por asi decirlo jajaja hubo un cometario pidiendolo eso y a peticion de ese comentario el siguienta cap habra zukulencia entre jill y sarah, esperenlo con ancias :D por que esta historia no la abandonare asta terminarla.

 si quieren hablarme para putearme por no subir cap rapido o simplemente hablar dejo mi face siempre estoy en las noches horario de chile XD conectada

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