Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Esperma, dinero, peleas y amor? por 1827kratSN

[Reviews - 40]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiii

primero y antes que nada, me disculpo con todos *se inclina ante los lectores* he tenido muchos problemas de inspiración y tiempo, me esforcé porque estas vacaciones tenía tiempo libre, así que junto a una ayudita de parte de 1827Forever1827 y algunas ideas departe de mis amigos les tengo listo el capítulo, que será el último

 

En verdad agradezco que me hayan soportado, gracias por sus reviews, los amo a todos!!!

Era extraño estar rodeado de flores pero poco a poco se estaba acostumbrado después de todo su nuevo y dedicado novio adoraba estar rodeado de diversas especies de plantas, en las horas que tenía libre se quedaba con él, no sabía cómo terminó fijándose en el amigo de la chica a la cual estaba empezando a admirar, eso había sido bastante confuso

-no que te quedes mirando a la nada – se quejó su acompañante mostrando un leve puchero – si no te gusta estar aquí deberías dejar que termine con mis tareas y luego nos encontraríamos en otro lugar

-no es eso Naoki – se disculpó de inmediato – es solo que recordaba cómo te confesaste – sonrió al ver el enorme sonrojo del más bajo – nunca me imaginé que lo harías

-yo… yo tampoco, pero deja de recordar esas cosas – estaba dispuesto a irse en cuanto sintió el agarre en su muñeca

-eres bastante lindo Naoki – se acercó despacio analizando la vergüenza en aquellos ojos azules y depositó un suave beso en los labios ajenos – una de las razones por las que acepté salir contigo – susurró mientras retiraba un mechón rojizo

-un chico no debe ser denominado lindo – el rubor se extendió en su rostro – ¡Sora deja de avergonzarme de esa forma!

- está bien – se alejó de Naoki tomando la regadera correspondiente para realizar aquella labor que le fue confiada – sabes… no fue la única razón por la que te acepté

- ¿me lo dirás?

- eres bastante decidido, inteligente, respetas tus creencias y la de los demás, eso es lo que más valoro de ti – sonrió a sabiendas de su novio era un bombillo andante, le gustaba molestarlo un poco – ¿y tú? ¿Que viste en mí?

- ¿debo decirlo?

- sí, tengo curiosidad

- me gusta la mirada que pones cuando estás serio, eres excelente en todo lo que haces pero también eres amable y… eres un buen hermano mayor

- si sigues diciendo cosas así te besaré en frente de toda el instituto – dictaminó el azabache mientras volteaba a verlo – no dejaré que mires a nadie más que a mí

-pe-pero que di-dices Sora…. Eso no-no tiene sen-sentido – hablaba nervioso y avergonzado

- las personas que se me confiesan generalmente halagan mis dones atléticos o mi inteligencia o dicen cosas como “eres genial” pero tú… parece que elegí bien – se acercó al más bajo robándole un beso pequeño – y no te dejaré escapar – estaba a punto de profundizar el contacto pero lamentablemente los interrumpieron

-Sora ya sé que quieres mucho a Naoki pero deja que termine sus tareas – se quejó la chica que en un principio Sora estaba analizando, al final de cuentas lo que ella hacía era ayudar a su amigo nada más – ¡ahora vete! – lo regañó y no tuvo más opción que salir de ahí o ella se encargaría de sacarlo, debería ser más precavido la próxima vez

- te veo mañana Naoki, hoy tengo que volver temprano, seré tutor de mis hermanos – no tenía opción, después tendría tiempo para atacar a su novio

Aún tenía tiempo suficiente así decidió caminar por las calles hasta encontrar una pastelería, seguro a ese trío les gustaría como bocadillo, cargaba con la bolsa, sonriendo levemente antes de que fuera interceptado por alguien, al ver a aquella persona en frente de él sintió un escalofrío recorrerle, no podía asegurarlo pero esa mujer se le hacía conocida, demasiado

-Ha pasado mucho tiempo… Sora – aquella voz la escuchó en algún lugar pero su mente no ayudaba

-me disculpa pero no logro recordar quién es usted –

-es normal, después de todo ha pasado más de 10 años – el cabello largo de aquella mujer era bastante llamativo, de color rosa tanto como su…

-¿madre?... ¿eres tú? – esos ojos verdes eran idénticos a los suyos y pequeñas fracciones de su memoria estallaron

- qué bueno que me reconoces… hijo mío – sonrió de forma dulce pero Sora sabía que no era totalmente honesta

-lamentablemente no he escuchado cosas buenas sobre usted – Sora se puso serio, claro que su padre le había contado la razón por la que nunca más vio a su madre y tenerle ahí no era una buena broma – si me disculpa tengo que regresar a mi casa, mis hermanos me esperan

-¿hermanos?... ¿tienes hermanos? Es decir que tu padre… ¿que Sasuke se casó? – el azabache vio la rabia en los ojos ajenos

-algo así – se arrepintió de mencionar a su familia, pero no estaba demasiado centrado en lo que decía, solo quería alejarse de ella, presentía que si seguía ahí algunos traumas de su infancia regresarían – ahora me despido

-¿no te quedarás a hablar con tu madre?

-lamento ser tan grosero pero… yo ya tengo padres y una familia, usted no se incluye en mi vida

-tienes el mismo carácter que tu padre, bastante directo y cruel

-si no mal recuerdo usted desapareció de mi vida cuando yo tenía unos 5 años o algo así… ahora tengo 16 y no me apetece involucrarme de nuevo con usted Haruno-san

- eres cortante como él, pero… ya nos veremos de nuevo hijo mío

- por si tiene dudas, sé perfectamente que usted me golpeaba cuando era apenas un niño, que me usó para atar a mi padre y que hizo muchas cosas más – cada palabra fue dicha con la mayor calma – pero eso ya no importa, espero no volverme a encontrar con usted Haruno-san

 

 

 

 

Llegó un poco melancólico a su hogar, no era fácil aceptar que su madre nunca lo quiso pero así era la vida, cruel a veces, solo la sonrisa de sus hermanos le alegró el día, se concentró en ellos y por la noche les contó a sus padres el suceso vivido, lo que nunca se esperó es que su rubio oto-chan se preocupara tanto, algo raro había ahí y al parecer su oto-san también se dio cuenta, se lo dejaría a él para que averiguara todo, por ahora él solo quería descansar, el encuentro no le había sentado nada bien, de solo recordar a aquella mujer sentía su estómago apretarse

 

 

 

Naruto se había escapado de la habitación mencionando que tenía hambre, estaba sumamente inquieto al momento de enterarse que la madre de Sora había regresado, la pareja sabía que algún día esa mujer debía regresar pero Naruto no esperó que directamente buscara a su pequeño, el rubio caminó a paso largo evitando a toda costa que cierto azabache lo viera en ese estado pero le era imposible mantenerse normal cuando muchas cosas se agolpaban en su mente, suspiró pesadamente mientras tomaba una manzana y se sentaba en una de las sillas

-¿dobe qué estas ocultando?

-Sa-Sasuke – debido al susto casi se cae de su cómodo asiento pero debía mantener la calma, era necesario – ¿de qué ha-hablas? – ok no fue buena idea en ese momento, su lengua se trataba inconscientemente, ¡estaba en problemas!

-te conozco demasiado bien… o debería decir que eres un libro abierto, dobe – la voz amenazante hacia que el rubio se tensara cada vez más

-yo no sé de qué hablas – debía relajarse con urgencia… debía respirar profundo

-dime… ¿qué fue lo que hiciste con Sakura?

-créeme que no deberías saber nada – ya no había caso, el azabache lo descubrió, así que mejor se ponía serio

-quiero que me informes… ¿qué diablos fue… - admiró el cambio repentino en su pareja, no le gustaba que le ocultaran la información que necesitaba saber

-te dije que no es necesario que lo sepas – el rubio habló con seriedad, el tono de voz frio y calculador aquel que solo usaba en las negociaciones en el mundo bajo – Sasuke, te encargas de todo, debo atender cierto asunto – dejó al azabache atrás mientras se disponía a salir de la mansión

-oye… - esa mirada no le daba buena espina, estaba impresionado por aquella actitud – espera, ¿qué vas a hacer?

-es algo personal – susurró antes de salir dejando al azabache completamente confuso, ¿qué tan grave era el asunto?

 

El rubio tomó su auto y salió con prisa, no estaba dispuesto a que lo interrogaran, pero cuando ya se encontraba lejos dejó salir el aire contenido “casi me atrapa” susurraba para sí mismo mientras se reía con nerviosismo, no podía ocultar eso, pero tampoco podía revelarlo así como así, lo que hizo fue un impulso nada mas pero no se arrepentía de nada, absolutamente de nada porque aunque a él lo torturaran, lo humillaran, ofendieran… con su familia nadie se metía, NADIE

 

 

 

Esa noche Sasuke durmió solo, por más que esperó, el rubio jamás puso un pie en la mansión, lo llamó varias veces pero al parecer no estaba dispuesto a contestarle, eso le estaba dando mala espina, ¿qué demonios había hecho ese dobe con Sakura? La verdad sabiendo lo blando que era el rubio no le preocupaba pero… ¿y si estaba equivocado?, llamó a Kakashi para intentar averiguar algo pero al parecer tampoco sabía, dejó que la preocupación se le fuera por las manos y decidió descansar después de todo su día no era nada fácil en esas fechas

 

 

 

Sin ganas se despertó para alistar a sus pequeños, el dobe no estaba a su lado así que significaba que le tocaba tomar riendas en el asunto, pero cuando salió de su cuarto, Naruto estaba ahí en medio del pasillo, sentado sin decir nada mientras devoraba un pedazo de chocolate, algo demasiado extraño estaba pasando

 

 

-DOBE

-mgh… - estuvo a punto de atorarse con su comida especial cuando escuchó aquella mota que odiaba tanto – mhg… TEME – le costó tomar su compostura normal pero respondió con un puchero mientras volvía a retomar su delicioso manjar – buenos días – relamió sus labios hasta que fuera lo suficiente para quitar el sabor dulce

-¿solo eso me dirás dobe? – se puso a la altura del chico que le sonreía como siempre – acaso no piensas decirme porque estabas aquí sentado y… - de pronto le fue robado un beso cálido sabor a chocolate

-solo tenía que pensar un poco – se relamió los labios antes de sonreír – los siento debía avisarte pero es que… todo fue tan repentino

-dobe – le devolvió el beso un poco más profundo – no debes ocultarme nada

-lamento interrumpirlos pero creo que se nos hará tarde – habló el joven azabache, Sora, que mantenía una sonrisa divertida al ver a sus padres suspirar y levantarse para cumplir con su labor

-después hablaremos de ese asunto Naruto – gruñó levemente el azabache mayor mientras ingresaba al cuarto de sus trillizos

-¿qué es lo que pasa oto-chan? ¿Tan grave es? – susurró Sora a lo que el rubio solo sonrió negando con la cabeza

-para nada, solo… digamos que tengo que resolver un problema a escondidas de tu padre

-¿tiene que ver con mi madre? – a veces agradecía tener la arrolladora intuición de su oto-san

-no, lamentablemente no, ya que con eso sería más fácil – el blondo se rió mientras se ponía de pie

-¿ya te encargaste de mi madre anteriormente? – quería saber detalles, así que no estaba demás insistir un poco

-yo no… tu padre te separó de ella hace mucho, no tuve contacto con Haruno Sakura

-dejaremos eso de lado, no creo que se vuelva a aparecer – decidió parar, no le gustaba ver a su oto-chan demasiado tenso

-por lo que me contaste puede ser que si – sonrió a su hijo mayor – ella al parecer tiene cierta obsesión por tu padre y para ello es capaz de hacer cualquier cosa

-¿debo tener miedo?

-entiendo que desees saber más de tu madre pero lo único que tienes que saber es que esa mujer es muy falsa, ten cuidado – fue lo último que le dijo antes de irse a cumplir con su tarea, dedicarse a la familia

 

 

Las cosas en los siguientes días estaban mejor de lo normal al parecer esa mujer no deseaba aparecerse de nuevo al menos eso es lo que creía Sora, compartía el tiempo con Naoki y con sus hermanos como siempre lo hacía, podía ayudar en diversas tareas en la escuela y en casa, sus padres actuaban normales o casi, ya que al parecer su oto-chan había empezado una tendencia a salir de casa pasadas las 12 de la noche en cuanto todos dormían y regresaba en la madrugada, eso fue descubierto cierto día en donde Sora iba por un vaso de agua. Los misterios de su oto-chan empezaron, acordó con su oto-san tratar de tener información pero el rubio parecía escurrirse de cualquier intento de investigación, era demasiado extraño

 

 

 

 

 

Cierto día en la entrada de su instituto se encontraba una mujer con aquellas características distintivas, cabello de tono rosa opaco y ojos verdes maliciosos, sin buenas intenciones, Sora ni siquiera se había dado cuenta debido a que estaba más preocupado en molestar al jovencito de cabellos rojizos a su lado, solo se percató cuando lo llamaron por su nombre

-Sora… - aquel la voz melosa le causo escalofríos – hijo mío

-disculpa Naoki pero parece que tengo visitas – admiró la sorpresa del más bajo mientras esos ojazos azules se mantenían admirando a la mujer de porte elegante en frente de ellos – discúlpeme que sea grosero Haruno-san pero no le permito que me llame “hijo”

-qué falta de respeto es esa Sora, soy tu madre después de todo

-Sora… no conocía a tu madre, no puedes tratarla así – regañó en un susurro el pelirrojo

-después te lo explico – le respondió besando esos cabellos – puedes adelantarte solo, me parece que tengo que resolver un problema –

-¿estarás bien? – Naoki no quiso adentrarse en ese tema después de todo aquella mujer lo miraba de forma extraña – entonces avísame cuando llegues a casa

 

Vio a su novio retirarse, no quería involucrarlo en tan odiosa situación, tenía un mal presentimiento pero no podía hacer nada, permaneció callado hasta que su madre se dignó a hablar invitándolo a pasear con ella, se negó claro está pero después de tanta insistencia terminó aceptando “me disculpa pero no me apetece involucrarme con usted, tengo mi vida muy bien formada, no quiero que nada cambie” le había soltado cuando la pelirosa le estaba insinuando una convivencia más amena, algo que los conectara de nuevo, no creía en ninguna de las palabras que ella soltaba, por el contrario sentía que solo necesitaba alejarse de esa persona lo mayormente posible. Sora creyó que ese sería el único encuentro con esa mujer pero estaba completamente equivocado, cada dos días su progenitora lo esperaba cerca del instituto, insistiendo porque paseara con ella, con la excusa de recuperar los años perdidos, lo que más le disgustó fue una suave frase que le fue regalada “ese chico parece muy apegado a ti… no es bueno ya que te traerá mala fama” el azabache quiso mandarla al demonio pero por respeto a sus mayores se contuvo “me disculpa Haruno-san pero es mi vida y hago lo que deseo hacer, no permito restricciones ni siquiera de mis padres en estos casos” quiso enfrentar todo solo pero se dio cuenta que no era la mejor opción, a riesgo de que su oto-chan se pusiera extraño nuevamente les contó todo lo que ocurría, la reacción no se hizo esperar y al siguiente día su propio oto-san enfrentó a la mujer que decía ser su madre. El azabache de ojos verdes no supo que pasó pues su padre lo obligó a irse y dejarlos solos, Sora decidió contarle la situación a Naoki, quién le brindó su apoyo y  el más alto simplemente se quedaba abrazándolo mientras hundía su nariz en el agujero de su cuello, ese  cabello rojizo le gustaba, ni muy  chillón ni tampoco opaco, solo con él podía quitarse esa tormenta de su cabeza

 

 

 

 

Sasuke había amenazado a Sakura para que dejara en paz a Sora pero ella no daba el brazo a torcer “es mi hijo tengo derechos” claro que no los tenía, el azabache le había quitado todos esos beneficios desde que ganó la custodia total de su hijo “tratar de usar esa mentira en mi contra es patético” tan rudo como siempre, se defendió con palabras simples, esa mujer le fastidiaba la vida, no supo cuánto tiempo quedó discutiendo con la pelirosa, la misma maldita que se le insinuaba en cada oportunidad que tenía “podemos reanudar una vida en familia” Sasuke  se rio de esa frasecita tonta, absurda “atrévete a acércate a mi familia y las pagarás muy caro” fueron sus últimas palabras antes de darle la espalda a esa pelichicle, escuchó reclamos chillones pero los ignoró, estaba fastidiado de escucharla, al menos la advertencia estaba dada, ahora tenía otro problemita que atender, pasó por la oficina de su mayor problema, desgraciadamente no estaba, muy extraño ya que todavía no era demasiado tarde, llamó a casa pero le dijeron que tampoco estaba por allá… esto se estaba saliendo de sus manos

 

 

 

Sora era el encargado de recoger a sus hermanos en la escuela, según supo su padre tuvo una seria plática con su madre, así que sería normal que su progenitora no apareciese nunca, junto con Naoki se dirigían al lugar correcto, se rio bajito al recordar la reacción de su hermana menor cuando les presentó a su novio, Shin y Yukio se lo tomaron muy bien ya que tenían a alguien más con quien jugar pero Haru… al principio creyeron que se iba a poner a llorar pero solo armó un leve berrinche ya que exigía que su hermano se convirtiera en su esposo “yo quiero mucho a tu hermano, prometo cuidarlo… pero tú eres su hermana, eres mucho más especial para él” Naoki había tenido mucho tacto con la pequeña que terminó mirándolo con reproche mientras pronunciaba “cuando sea más grande te quitaré a ni-chan” a su parecer el asunto terminó en buenos términos, llegaron unos minutos antes de que la campana sonara a pesar de que esos tres ya tenían diez años siempre eran recogidos por sus padres, hermanos o las empleadas, era un gesto de cariño que tenían claro que sin quitarles la libertad, así que sin preocupaciones la pareja se quedó sentada cerca de allí, para poder sentarse un rato, conversaron amenamente mientras esperaban con paciencia, sin descuidarse de reconocer a los más pequeños pero solo bastó un segundo para que algo muy feo pasara

 

 

-Sora… ¿ella no es tu madre? – Naoki señaló a la mujer pelirosa que en ese mismo momento estaba hablando con sus hermanos

-demonios – gruñó el azabache levantándose de inmediato con el pelirrojo siguiéndole de cerca

-hola pequeños, seguramente esperan a su oni-chan – los pequeños se habían colocado juntos en modo de defensa ante la desconocida, incluso la maestra se había acercado para verificar a esa mujer

-me disculpa pero los niños solo pueden hablar con sus familiares – regañó la maestra con una sonrisa mientras acariciaba las cabelleras de sus pequeños alumnos que no se acercaban a la mujer que les estaba hablando anteriormente

-entonces no hay problema – sonrió con falsedad – porque soy la madre de su hermano mayor – la profesora se sorprendió al escucharlo, pero aun así no dejó de sentir que algo no estaba bien

-usted es la madre de nuestro oni-chan – Yukio fue el primero en hablar, entusiasta como siempre - ¿entonces es nuestra mamá también?

-claro que no lo es – gruñó Sora molesto interviniendo justo antes de que esa mujer dijera algo inadecuado – recuerdan lo que les conté en esa historia – con una sonrisa atrajo la atención de sus hermanos

-el hijo del Dios de la guerra  tenía otra mamá – habló Shin con timidez, al recordar cuando Sora les volvió a contar la historia añadiendo otras cosas, a pesar de ya tener la suficiente edad para comprender muchas cosas, todavía preservaban cierta inocencia

-así es, esta mujer no es su madre – les habló mientras los mantenía cerca de él, incluso Naoki había tomado la mano de Yukio  a sabiendas que la pelirosa ahora estaba furiosa por ser tratada de esa manera descortés y fría – espero que lo recuerden bien – Sora le sonrió a la maestra quien entendió que jamás debía dejar que esa mujer se acercara a sus alumnos de nuevo, esa mirada fría de jovencito era la misma que mantenía el padre de los niños, cuando la amenazaba para que cuidara muy bien de los trillizos

-entonces dijo una mentira – añadió Haru cuando su hermano la cargó en brazos mientras que colocaba a Shin a su lado

-claro que no he dicho mentiras pequeña – la pelirosa se contuvo las ganas de llamar “mocosa” a esa niña que estaba en brazos de su hijo y que debía ser fruto de la nueva relación de SU Sasuke, claro que planeaba arruinarles esa vida llena de dicha – yo soy la madre de Sora

-este asunto no se debe tratar en frente de mis hermanos, si me disculpa debemos irnos – amenazó Sora mientras se despedía de la maestra con una ligera inclinación, Naoki lo imitó y procedieron a irse

-no hemos terminado aún – la mujer no pensaba dejarlos irse así de fácil pero cuando iba a agarrar al muchachito pelirrojo fue detenida por alguien más

-no te atrevas a tocar a mis hijos – esa voz fría le causó escalofríos – aléjate de ellos – apenas un susurro detrás de su oreja, la pelirosa se giró despacio para apreciar un par de ojos rojizos que la miraban con rabia, tardó unos instantes en lograr percibir que no eran rojos sino azules intensos

-tu voz la reconocería en cualquier lado – habló Sakura mientras recomponía su estado calmado – maldito – dijo entre dientes

-si quieres arreglar esto ven conmigo – gruñó enfadado mientras le daba la espalda a la mujer después de asegurarse que sus hijos ya estuvieran lejos y no notaran su presencia -

-así que tu estás involucrado con esos niños rubios, no entiendo qué relación tienes con Sasuke pero te diré que este asunto no te incumbe – se burló al pelirosa cuando ya estuvieron cerca del lujoso auto de la mujer

-soy el amante de Sasuke – soltó sin vacilación mientras se reía de la expresión incrédula de esa mujer – y esos son nuestros hijos

- estás bromeando – se rio también pero calló de inmediato cuando percibió la sinceridad en esas palabras – como crees que mi querido Sasuke te tomaría como pareja

-cállate de una puta vez y sígueme – el rubio le dio la espalda para dirigirse a un auto estacionado cerca del otro

-atrévete a llamarme así de nuevo y las pagarás caro, no sabes con quien te metes

-la que no sabe nada eres tú – la miró con furia – zorra – sonrió mientras se acomodaba en auto, en cuanto arrancó la mujer también lo hizo, eso sería muy interesante de discutir, restregarle a la Haruno que se había follado incontablemente a Sasuke sería maravilloso, contarle de su vida feliz la cual incluía a unos hermosos niños, gritarle que el azabache solo tenía ojos para él, ese placer no se lo quitaba nadie, terminaría amenazándola o… ya lo pensaría en el camino

 

 

 

 

 

 

En cuanto Sora  llegó a casa, les explicó a sus hermanitos lo que sucedía, claro que de una manera más simple “verán, ella es mi madre… ella me dejó con oto-san porque me cuidaba mejor de mí, además ella tiene otra familia y es feliz con ella, nosotros también somos felices con oto-chan, nada de eso debe cambiar… pero deben saber una cosa, nunca deben creer nada de lo que esa mujer diga, porque le gusta inventar historias, nunca se vayan con ella porque es una persona extraña, recuerden lo que oto-chan les enseñó” al menos convenció a los pequeños, ahora debía avisar a su padre para que estuvieran más alertas, todo se estaba complicando cada vez más. Naoki lo ayudó con el cuidado de los pequeños, le debía mucho al pelirrojo, siempre gentil, en cierta forma se parecía a su oto-chan, tal vez por eso se había interesado en él, tal y como dijo su padre “cuando llegas a sentirte atraído por alguien no lo dejarás jamás” estaba pensando seriamente en dejarlo participar en la noche de princesas de esa semana, sería interesante

 

 

 

 

 

Sasuke se enteró de lo sucedido, cuando trató de hablar con el blondo, lo único que recibía era el molesto mensaje del celular apagado, lo mataría en cuanto lo viera o mejor aún le reprendería con sexo duro incluyendo sadomasoquismo, sus pensamientos se vieron interrumpidos por cierta persona que acaba de llegar, era tarde, tal vez las diez de la noche, sus hijos estaban ya en cama, el invitado también debía estar dormido y por única vez se alegró de que ninguno estuviera presente ya que pelearía con el estúpido  blondo que tenía por pareja “Sasuke… holish…. Holi… Sashu… teme, idiota” escucharlo decir tanta tontería junta, las palabras trabadas, el aroma a licor barato, las ganas de matarlo se le fueron, la preocupación le llegó claro que jamás lo demostró, si el rubio bebía de esa forma solo significaba que el asunto se le salió de las manos, con paciencia se lo llevó a la ducha lo aseó, y lo llevó a la cama, ya habría tiempo para las explicaciones “Sakura… es una idiota… no te alejará… de mi” podía sentirse enternecido en raras ocasiones por aquellas escenas de celos infantiles del rubio, al menos eso mejoró la noche

 

 

En cuanto acabó la rutina matutina, Sasuke apreció su oportunidad, era hora de saber todo lo que estaba pasando, el rubio no se negó, por el contrario al parecer estaba dispuesto a contarle todo, salieron de la mansión y permanecieron en silencio hasta llegar a una de las propiedades que tenían en las afueras de la ciudad “habla dobe, esto ya me tiene demasiado enfadado” el blondo simplemente le sirvió un buen trago en conjunto con unos trocitos de hielo, para beber tan temprano e incluso cuando la noche anterior llegó demasiado ebrio era porque se demorarían un buen rato en terminar “pon atención y guárdate los comentarios hasta el final, hice muchas cosas, pero no me arrepiento de nada”

 

**Naruto POV***

 

Me reuní con Kakashi justo después de enterarme todo lo ocurrido en el pasado de Sasuke para solicitar ayuda, las ideas maestras las daba él, uno de los más fieles a la organización, miembro activo desde la época de mi padre, el asesinato era la opción más adecuada para el castigo, un accidente podía pasar en cualquier lugar… el hecho fue que era demasiado fácil y simple como para aplicarla a esa mujer que le causó tanto daño a un niño pequeño de apenas cinco años, la rabia me consumía a niveles inimaginables de solo pensar en la carita asustada de ese pequeño, sabía perfectamente la vida dura del hijo de Sasuke en un hogar disfuncional no tenía esperanzas de superación, el hecho de que su padre lo sacara del sitio apenas obtuvo las pruebas suficientes para evidenciar dicho maltrato, me hacía respetarlo de sobremanera, tal vez podía plantearme ser gentil y bastante paciente, perdonar era una habilidad nata de mi familia pero en ese momento me dejé llevar por la ira… me sentía capaz de hacer cualquier barbaridad con tal quitarme ese mal sabor de boca. La información llegó rápido, siempre confiaría en las habilidades de mi subordinados para tales tareas, una fotografía bastante clara me decía que dicha mujer sin gracia no merecía consideración, cabello rosado, figura delgada y sin curvas, presencia difusa, nadie recordaría ese rostro con facilidad, lo único bello que tenía eran esos hermosos ojos verdes, los mismos que estaban reflejados en la mirada del pequeño Sora, sin conocerla ya la odiaba… necesitaba hacerla sufrir diez veces más de lo que MI niño había sufrido, un ángel al cual trataron de cortarle las alas. Kakashi me dio una copa de coñac para que me calmara, estaba demasiado agitado, no podía pensar con claridad “si quieres venganza podemos hacer una lluvia de ideas” se había burlado un poco para quitarle toda esa tensión acumulada “si conocieras a Sora estarías tan enfadado como yo” ese día tenía un itinerario demasiado apretado, pero no me importó retrasar las primeras reuniones solo con la intención de contarle a Kakashi lo que quería hacerle a esa zorra de cabello rosado, el peliplata solo me sonrió dándome un par de días para que pensara con claridad, no tuve más opción que hacerlo

 

 

Ya había pasado una semana, me sentía un poco más calmado, mis subordinados ya habían empezado a planear un buen escarmiento para la muy maldita, me explicaron cómo y yo sonreí con satisfacción, aquella mujer se arrepentiría eternamente, lo único malo era que tenía que tener paciencia ya que el proceso sería largo, esperé una semana más, las visitas del pequeño Sora hicieron que me calmara lo suficiente como para tener la mente fresca, ver al teme hacía que mi alma se relajara un poco, odiaba sentirme así con él pero no podía negar que amaba a ese idiota, dejé eso de lado ahora mi mente solo estaba en el odio que me carcomía por dentro, así que al empezar una nueva semana planeé una pequeña venganza, tal vez demasiado infantil pero era mejor calmar toda esta ansiedad, después disfrutaría de todo el dolor de Sakura lentamente

 

 

-parece que necesitas compañía – aquella voz chillona, melosa me causaba nauseas, ver ese rostro hizo que mi sangre hirviera, apreté mis puños para controlarme y sonreí como siempre solía hacerlo, una expresión falsa pero ella ni se fijó, me había tomado solo un par de horas en cambiar mi apariencia, con ayuda de mis estilistas personales, aquellos que cumplían mis caprichos sin chistar ya que me adoraban como a un lienzo experimental, mi cabello dejó de ser rubio y cambió a uno azulado, mis ojos azules se perdieron en lentes de contacto oscuro, mis marquitas en las mejillas desaparecieron por el maquillaje, yo mismo me sorprendí cuando me ví al espejo, estaba irreconocible – ¿quieres que me quede a tu lado un momento? – sonreí satisfecho, ignorándola para comprobar que estaba interesada en mí, traía un traje formal, fino, estaba en medio de un bar común y corriente que sabía que esa zorra frecuentaba, aparentaba tener dinero suficiente como para que mi pareja no se preocupara por los gastos, exactamente lo que quería lograr – eres un hombre muy guapo como para estar en estos lugares

-no me interesas – sonreí divertido al ver a la chica recorrerme con la mirada, a propósito dejé que mi reloj de fina calidad resaltara en mi muñeca, quería comprobar que esa mujer solo le interesaba el dinero – vete…

-no dejaré a un hombre solo y desahogando sus penas en alcohol, soy una buena compañía ¿sabes? – la voz melosa que usaba me causó gracia, lo que ella quería era ligar conmigo para obtener un poco de dinero

-las mujeres como tú… son tan insistentes, no entiendo por qué – a pesar de que la trataba como a cualquier desperdicio la chica siguió insistiendo, insinuándose para que la llevase a algún hotel y pasar una noche juntos, estaba pensándolo, llegué a la conclusión que esa era la estrategia de esa mujer, ver la oportunidad de atrapar un buen partido, embarazarse o al menos intentarlo, al final sacar provecho de la situación, mi odio creció

-puedo ser tu compañía esta noche – se me apegó hasta que sus diminutos pechos rozaron mis brazos, era una insinuación clara, yo fingí estar un poco ebrio y dejé que me siguiera seduciendo, quería ver hasta donde llegaba – te haré sentir muy bien – susurraba en mi oído, no podía evitar sentir asco pero por ahora eso me tenía sin cuidado

-si te doy mi reloj, ¿pasarás una noche conmigo? – ofrecí arrastrando un poco mi lengua, ella me sonrió insinuante

-quiero más que eso cariño – al final terminó llevándome a un motel, yo me apoyaba en ella, tenía que seguir con mi papel de un ebrio al quien podía estafar, la besaba de vez en cuando aguantándome el asco que me producía, acariciándole los pechos, ella se dejaba, era una completa ramera capaz de usar su cuerpo solo por dinero, quería estafarme, claro que no se esperaba lo que le haría, yo sabía todo sobre ella – vamos a tener una noche de pasión desenfrenada – se rozó contra mi entrepierna, fingí un gruñido de placer, nada más lejano a la realidad, odiaba a esa idiota

-quédate quieta – le ordené y casi le arranqué la ropa, aguantándome la risa al ver aquel pecho plano, diminuto, simplemente asquerosa – dime tu nombre – le ordené mientras le mordía el hombro, tuve que hacer un esfuerzo tremendo para soportar lo que estaba haciéndole, desnudarla completamente… tendría que bañarme tres veces después para quitarme ese aroma a meretriz

-Sakura – me susurró con voz melosa, cuando le dije que no traía protección ella me sonrió – no la necesitamos… tranquilo, esto es seguro – así que en verdad trataba de embarazarse, sentí la furia recorrerme y terminé de quitarle todo con brusquedad, ella me hacía lo mismo, tirando todo lo que traía puesto con una sonrisa, tal vez pensando que al fin atapó a una buena presa, un hombre adinerado al cual chantarle un hijo

-tomaremos un baño, prepara la ducha, te alcanzaré en seguida – le susurré en el oído, ella simplemente me hizo caso, cuando la escuché llenando la bañera empecé con lo que planeaba, la muy idiota era perspicaz, buscaba hombres adinerados, de buena presencia, seguramente tratando de estafarlos, embarazarse, cobrar pensión, sacar una buena cantidad y después… ni siquiera quería pensarlo, tomé mi ropa, me arreglé con prisa, agarré cada prenda que era de esa odiosa mujer, las envolví sin cuidado mientras la escuchaba llamarme – métete al agua, iré en seguida – había preparado una pequeña nota con anterioridad, la dejé en la mesita de la habitación “dulce o truco” le había escrito, me marché del lugar en silencio, salí de ahí con prisa riéndome en cuanto estuve en la calle, no podía creer lo infantil que me había portado, pero no me arrepentía de nada, esa zorra se merecía mucho más que eso, esa noche solo sería el principio de su desgracia, caminé por las calles consumiendo un cigarrillo, tarareando una melodía y arrojando una prenda en cualquier callejón que encontré, lo hice hasta que ya no me quedaban prendas, adoré mi pequeña travesura. Al final me dirigí a la casa de Jiraiya, le conté lo que hice, él me regañó pero terminó riéndose conmigo, me ofreció su ayuda, yo simplemente acepté con gusto, él era mi maestro, me ayudaría con mi venganza a sangre fría “nunca más podrá engendrar un niño, de eso me encargo yo… pero tenemos que planearlo bien” me dijo como un padre ayudando a su hijo en la primera cita “Kakashi ya se te adelantó, mañana me dirá lo que planea”

 

Esa fue la única vez que traté con ella, nunca más la ví directamente, solo por fotos y videos, Kakashi me citó para explicarme el plan, con cada palabra yo sonreía más, era perfecto, quitarle todo, la haría caer al mismísimo infierno, a pesar del largo año que necesitaríamos, el resultado sería espectacular, mataríamos dos pájaros de un tiro, el plan era sencillo, fácil de empezar complicado de soportar, tenía un par de fieles subordinados, Lee y Ten-Ten una pareja bastante particular, me ayudaban en todo, ahora era turno de ayudarlos a ellos, querían tener un hijo pero por desgracia el vientre de la chica no era suficientemente desarrollado, un mal genético que no tenía remedio, se nos ocurrió una solución excelente, un vientre de alquiler que ni siquiera se diese cuenta

 

Dispuse de Lee, le comenté el plan e incluso  le hablé a Ten-Ten personalmente para que soportaran un poco y al final tendrían al hijo que siempre desearon, el jovencito azabache de cejas pobladas era uno de mis más grandes amigos, le dí todo lo necesario para fingir ser un hombre rico, le pedí que frecuentara los lugares que Sakura solía visitar, la sedujera, la llevara al hotel, la embriagara y dejara el resto a mi equipo, jamás le obligaría a Lee a tener relaciones con esa maldita, lo que hice fue contratar a un gigoló para que se acostara con la pelichicle, solo fue una noche, Lee se durmió en aquella cama desnudo, parecía que de verdad habían acabado teniendo sexo desenfrenado sin protección, la primera parte estaba hecha, coloqué a Ten-ten en aquel barrio inmundo en donde Sakura vivía, se hicieron amigas y confidentes con rapidez, mi empleada cuidó de que la pelirosa no se acostara con nadie más, no esperamos mucho antes de que la ramera empezara a frecuentar un centro médico para revisión, preparamos los óvulos de Ten-ten fecundados con el esperma de Lee con anterioridad, ya que gracias al cielo al menos esa parte de los órganos de mi amiga estaban sanos, sobornamos, amenazamos a los médicos para que realizaran la inseminación en una de aquellas revisiones rutinarias, al mes exacto teníamos a Sakura buscando a Lee, la segunda fase estaba lista

 

 

Lee fue extraordinario fingiendo estar interesado en la pelirosa, incluso ofreciéndose a hacerse cargo del bebé que ella llevaba en el vientre, lo ayudé a que siguiera fingiendo que tenía dinero en grandes cantidades, adoraba ver los videos, fotografías en donde aquella maldita se mostraba feliz creyendo que logró su objetivo, no tenía idea de con quién se había metido, yo podía ser una persona amable, generosa pero ahora solo podía pensar en que la mandaría al infierno, seguía disfrutando de las visitas de mi pequeño niño junto con su odioso padre,  por las noches me informaba como progresaba la situación con la ramera, era mi pequeño y oscuro secreto,  no me arrepentía de nada

 

 

 

Los meses siguieron pasando, tenía la oportunidad de admirar los ecos en mi escritorio, un pequeño fuerte, saludable, creciendo en un vientre alquilado, impuro, sentía pena por Ten-Ten que vivía junto a la muy maldita fingiendo no saber nada y apegándose a su futuro hijo, sentía pena por Lee que se tenía que soportar a la melosa pelirosa que solo lo veía como un generador de billetes, pidiéndole mil un cosas como caprichos, nunca conoció a nadie como esa mujer, descarada, sin escrúpulos… si siquiera en el bajo mundo del tráfico llegó a tratar con alguien de esa calaña

 

 

Ya había pasado los ocho meses, la hora llegaba y yo estaba desesperado por tener a mi sobrino en brazos, mis futuros hijos también estaban en proceso, ¡por todos los cielos!, estaba más que fascinado por la idea de tener a los pequeños conmigo, a pesar de que en esos meses la maldita hizo que gastáramos una enorme porción de efectivo en joyas, departamento, ropa… me importaba un comino darle todo lo que deseaba, luego se lo quitaría absolutamente todo, Lee sonreía cuando hablaba de su futuro hijo, no negaba que yo compartía su felicidad, Ten-ten era la más emocionada estaba incluso más que Lee y yo juntos. Cierto día cuando mi teléfono sonó en medio de la reunión, mis socios me miraron como si quisieran matarme, me valía un comino lo que pensaran, yo me salí de la sala y contesté “ya es hora” solo eso me bastó para excusarme de dichosa reunión mientras sonreía emocionado, salí directamente al hospital, me reuní con Lee, juntos esperamos a que los médicos nos informaran que todo terminaba, Ten-ten había ingresado a la sala de partos, fueron las horas más largas que esperé tratando de calmar a un asustado Lee mientras bebíamos café, cuando una castaña llorosa vino hasta nosotros fue un caos, todo esto había terminado, dejé a la feliz pareja festejar mientras yo me encargaba de los detalles oscuros de ese proceso “Kakashi ya terminó, puedes empezar con la verdadera diversión… trae a los abogados, ordenaré de inmediato la prueba de ADN y la extracción de los ovarios de la maldita” aquel peliplata era un genio, pensó en cada detalle de la operación y claro que su noviecito Iruka era otra mente brillante, ambos se encariñaron con Sora cuando se los presenté, fueron ellos quienes se ofrecieron inmediatamente a ayudarme, podríamos ser unos malditos infelices que irían al infierno por hacer todas estas barbaridades pero me daba igual… la zorra caería en el agujero más conocido como su “infierno personal”

 

 

El pequeño fue registrado con los nombres de sus padres biológicos, Lee había hecho firmar un documento a la pelirosa en donde admitía que fue solo un vientre alquilado y no tenía relación con el pequeño, fue fácil obtener la firma después de todo la muy idiota firmaba lo que fuera siempre que estaba entretenida buscando joyas de alta calidad, me divertiría al quitarle absolutamente todo. Lo primero fue cuando quiso ver a su hijo, con la voz melosa, fingiendo interés en el bebé, se lo prohibieron debido a ciertos “chequeos de rutina”, toda una mentira, claro que la habíamos grabado cuando admitía que su interés solo era el dinero “el mocoso solo me dará pase a una vida de lujos” esa noche reí como loco, al imaginarme la expresión de la maldita al siguiente día cuando le dijeran que podía salir del pero sin el niño, me di el lujo de ir esa mañana, quedarme detrás de la puerta y escuchar con atención, eso fue lo más divertido que escuché “cariño… escucha lo que dice este estúpido médico, nuestro hijo… trae al fruto de nuestro amor” me tuve que morder el labio cuando Lee le confesó cada cosa, la risa que quería escaparse de mis labios me delataría, después vino la muestra de todo, la grabación en donde la pelichicle confesaba, ella estaba hecha una furia e incluso comenzó a tirar todo lo que estaba a su paso “esto no se queda así… el mocoso es mío, tiene mi sangre, maldito te dejaré en la mayor miseria”  tuve que salir corriendo a los servicios para poder reírme como demente, no tenía idea de con quien se había metido… era el mismísimo demonio cuando me enfadaba

 

 

 

El pequeño estaba en brazos de Ten-ten, delicado, finas facciones como las de su madre pero azabache como su padre, muy bello, en el fondo yo daba las gracias al cielo porque no heredara las pobladas cejas, aunque claro, no dije ni una sola palabra por ese detalle, no fue duro probar que el niño estaba en las manos correctas, la justicia les dio la custodia sin pensárselo y dejando en la más completa ira a cierta zorra que no se creía como pudieron usarla de esa manera, un mes había tardado en quitárnosla de encima, al menos legalmente, lo mejor fue cuando la echaron del departamento en el fino edificio, ordené que sacaran todo, que durmiera en el suelo por unos días, después simplemente la eché de patadas de mi propiedad, aunque ella no sabía que yo era la mente maestra, me odiaba, para ella yo era “el puto dueño del maldito cejotas, un maldito ricachón que se divertía a sus costillas”  en parte tenía razón, la filmaron solo para que yo tuviera el placer de verla en medio de la calle con una sola maleta y sin ningún centavo, ¡que dichoso me sentía al verla así!

 

 

 

Sakura trató de atacar a Ten-ten y a Lee encontrándolos en medio de la calle, claro que se llevó una mala sorpresa cuando la castaña la golpeó, esa mujer era experta en lucha, ¡por Dios, a quien se le ocurre!, además aproveché para que la acusaran por dañar a un menor, porque sí… casi daña al bebé, la muy maldita la pagaría, tuve que soportar una semana en la que ella salió de la cárcel provisional “¿tú qué opinas Jiraiya? …. ¿Te haces cargo?” visite al abuelo y dejé que él se divirtiera también “por mi querido Sora haré todo y más…. Mandaré a las consentidas de Tsunade, le darán un hermoso agradecimiento” no tenía que decir mucho de esos días, por lo que supe, la paliza llevó a la pelichicle al hospital, una nariz rota, costillas en mal estado, una cicatriz en forma de remolino en su espalda, las fotografías me decían todo, solo las vi unos minutos… después las quemé en conjunto con toda la evidencia de esos meses de diversión para mí,  eso era mi pequeño secreto y jamás debía ser revelado o corría el riesgo de que mi pequeño Sora me odiara, Sasuke también me odiaría pero de él me podía encargar yo mismo… tenía la habilidad de seducción de mi parte, lástima que no pude gritarle a Sakura que me acostaba con Sasuke desde hace muchos años… que me adoraba más que a ella, y que yo podía hacerlo disfrutar mejor de lo que ella hizo alguna vez, eso solo era secundario, lo mejor ya lo había obtenido… una mujer sin gracia alguna, sin posibilidad de dar herederos a nadie más, simplemente la destruí por completo

 

 

**END POV***

 

 

-¿Eso es todo? – por fin el azabache habló mientras el blondo solo asintió – no tengo nada que reclamarte, tampoco te odio o algo así, esa mujer siempre me hizo la vida imposible así que solo obtuvo lo que se merecía

-pensé que me ibas a…

-pensaste mal, idiota – bebió el resto del contenido, sirviéndose más y a su vez llenando el vaso de su rubio

-creo que eres cruel – se rio mientras disfrutaba de la bebida – lo que le hice fue horrible

-creo que si estuviera en tu lugar hubiese hecho algo peor

-¿tratas de reconfortarme? – se rió divertido por la expresión tan seria de su amante – creo que me sorprende tu falta de reacción

-me dijiste que no te arrepentías de nada, entonces porqué estas así de misterioso

-al parecer reconoció mi voz cuando escuchó a Ten-ten mientras platicaba conmigo, no fue difícil para ella concluir que yo era el actor intelectual de todo esto, fue solo un pequeño error pero me costó caro

-el crimen ya concluyó legalmente, además que no tiene pruebas

-eso no me preocupa, es otro asunto con el que he lidiado todo éste tiempo – sonrió melancólico – se alió con cierta persona poderosa a la quien yo… mejor no hablemos de eso

-ya empezaste, mejor termínalo de una maldita vez

-si quieres saber solo basta con que me acompañes a la reunión que tengo en el bajo mundo en tres horas –

-claro, será divertido – sonrió maliciosamente mientras se acercaba al rubio – te quitaré el estrés de una forma divertida – rozó sus labios con los de su amante

-¿divertida para mí o para ti? – mordió el labio de Sasuke suavemente tentándolo a perder el control

-tengo que castigarte por haberme ocultado esto tantos años, tres horas serán solo un inicio – se pegó al rubio colocándolo debajo de su cuerpo en el sofá

-creo que por esta vez aceptaré la oferta Sa~su~ke~ - sonrió divertido al sentirse acorralado, no era mala idea tener sexo antes de que esa dichosa reunión se diera a cabo, al menos así se sentiría superior a la maldita mujer que ahora estaba atacando a su familia – perfecto – susurró más para sí mismo que para el azabache, después de todo el ser poseído por aquel hombre le hacía sentir superior a esa odiosa mujer

 

 

 

 

 

Sora se encontraba recostado en una banca del instituto, observando las nubes pasar con tranquilidad, su mente estaba en paz, su padre le había asegurado que ese mismo día el asunto con Haruno Sakura estaría arreglado, no odiaba a su madre, tampoco la quería, simplemente no le importaba mucho lo que sucediera con ella, tal vez sonara muy cruel pero era lo que sentía en ese momento, no tenía recuerdos bellos con aquella mujer de cabello rosado, lo único que venía a su mente era la imagen de ella cuando sonreía cargándolo para llevarlo con su padre, además casi ni recordaba ese rostro con facilidad antes del reencuentro, debía admitir que Naruto le dio suficiente cariño y afecto como para tener el amor de una madre, sonaba raro pero era la verdad, Naruto era como una madre cariñosa, divertida, gentil y Sasuke era su padre, estricto, reservado, serio pero solía demostrar el amor por su familia a su forma “te estás escapando de las clases” escuchó la voz del pelirrojo mientras el golpe en su frente le causaba un leve dolor “Naoki déjame descansar un poco” se quejó mientras abría sus ojos, admirando al jovencito parado cubriéndole de la calidez del sol, se levantó dándole la oportunidad a su novio para que compartiera esa calma sentados en aquel lugar, posó su cabeza en el hombro ajeno “tranquilo, solo quiero descansar, no haré nada más, los estudiantes no pasan por aquí a estas horas así que nadie nos verá” ahora que recordaba nadie más, exceptuando a algunas personas que podía contar con los dedos, sabían de su relación, para Sora no había ningún problema en ser homosexual ya que vivía en un hogar de mente abierta e incluso tenía dos padres, cuando le contó a Naoki ese detalle secreto para todo el mundo, el menor pensó que era una broma, Sora se había reído bajito cuando lo llevó de visita a la oficina de su rubio oto-chan y lo encontró con su azabache oto-san peleándose como un par de chiquillos para después de unos minutos verlos terminar cuando el azabache mayor besó al rubio para “callar el molesto discursito” Naoki se había sonrojado lo suficiente como para compararse con un tomate, de aquellos que en casa abundaban debido a la pequeña afición de uno de los miembros de su familia, solo ahí el pelirrojo le creyó y Sora se ganó un regaño por interrumpir negocios de vital importancia, si claro, había sido un día divertido.

Naoki por el contrario tenía terror de imaginarse la reacción de su familia, el miedo al rechazo era latente, el azabache lo entendía así que no forzaba nada, esperaba que cuando el momento llegara el mismo pelirrojo lo presentara como es debido “te invito a mi casa el viernes, es un día especial para mi hermanita, quiero que compartas eso con nosotros” Sora tenía esa intención desde hace mucho, tal vez así podía entender que una relación homosexual era tan normal como las demás, ya que ese día en la noche de princesas de su hermanita, todos podían cambiar de género, convivir sin tapujos e incluso sus padres se mostraban más cariñosos ese día “está bien, pero debo pedir permiso primero” el azabache se irguió nuevamente desperezándose un poco, por alguna razón sentía que ese día todo se resolvería “entonces prepárate porque seguramente serás el caballero de Haru, un invitado especial… vámonos el cambio de clase está por llegar” no quiso decirle nada más, simplemente quiso darle una sorpresa, sería divertido compartir con alguien aquel juego que a pesar de todos esos años no desapareció

 

 

 

 

Caminaba por el pasillo, sentía su cabello aún mojado, la ducha rápida que se dio liberó la tensión de sus hombros, la hora era la correcta, el lugar estaba apartado de las zonas comerciales, simple pero a la vez no tanto, después de todo a esa persona le gustaba un poco de lujos en las reuniones, su querido azabache iba detrás de él, el silencio se cortaba con una simple orden

 

-quédate aquí, enciende tu intercomunicador, espera mi orden e ingresa – un susurró apenas en el oído de Sasuke, tenía que entrar solo, cuando necesitara ayuda la pediría pero por ahora no había nada que temer

-no hagas estupideces – le advirtió al rubio mientras deslizaba sus dedos por aquellas hebras de oro – Naruto sea lo que sea…

-teme – susurró mientras le daba un leve beso separándose de inmediato – nos vemos – se alejó en seguida, cruzando la puerta de madera hacia la siguiente habitación, conocía el lugar, el preferido para ese tipo de ocasiones

 

El silencio del lugar no le molestaba, dejando a Sasuke en la siguiente habitación estaba mejor, ya que así al menos podía actuar con normalidad, no le gustaba mostrar esa faceta oscura que tenía, había una mesa pequeña, dos sillas colocadas específicamente para los miembros de esa cita, un pequeño mini bar con bebidas, tomó una de ellas, vino del más exclusivo, rio un poco mientras escuchaba a alguien ingresar, para ser más precisos aquel molesto ruido de un par de tacones ingresaron por otra puerta en el otro lado de esa habitación, cuando la puerta se cerró levantó su mirada, ahí estaba el motivo de sus constantes ataques de ira al menos últimamente

 

-cinco minutos de retraso – se burló el rubio mientras servía una copa y se la extendía a la mujer – parece que ni eso te han enseñado bien

-al parecer alguien está de mal humor – el cabello rosado recogido en un elegante moño que hacía sus facciones resaltar – ¿qué pasa rubiecito? – mostraba un vestido elegante de color negro muy pegado a su cuerpo, joyas que brillaban, era increíble que hasta implantes se hubiese colocado ya que según recordaba esos pechos parecían ser una tabla tiempo atrás

-solo con ver tu… rostro sin gracia, me causa ciertas emociones negativas, querida mía no hagas esa mueca porque deformas aún más tus arrugas – se dio el lujo de atacarla con palabras, le causaba gracia verla en esa situación, creyéndose lo más valioso de ese mundo, cuando simplemente no valía nada

-ignoraré tus intentos infantiles de molestarme – sonrió con malicia, al menos lo intentaba ya que no lograba quitarse esa aura de ramera que tenía por distinción, Naruto podía notarlo a kilómetros de distancia – ahora tenemos que tratar asuntos más importantes amorcito

-te agradecería que no me llamaras así, después de todo… las mujeres no son lo mío – sonrió mientras bebía la sustancia violeta que tenía un sabor amargo

-había olvidado que eres una zorra que le encanta que le den por detrás – las palabras cargadas llenas de veneno molestaron a cierto azabache que escuchaba todo desde el otro cuarto

-pero que grosera – fingió sentirse insultado mientras hacia un gesto de tristeza que no le duró mucho ya que una risita se le escapó – la palabra “zorra” te sienta mejor a ti

-cuidado como me hablas rubio sin gracia

-pues eres la única que piensa eso, generalmente halagan mi cabello comparándolo con el sol

-pues deben estar ciegos, el color es chillón, un insulto a mi vista

-pues la ciega eres tú – enfrentó a la mujer con seriedad mientras tiraba de la silla para acomodarse en ella y no cansarse en ese asqueroso encuentro – porque incluso Sasuke adora mis detalles, mis ojos por ejemplo, mi cuerpo o incluso…

-tal vez le pusiste algo en la bebida para que te dijera algo así – cortó el discursito, mientras fruncía el ceño y mostraba una mueca de asco – Sasuke jamás halagó a nadie

-¿envidia? – sonrió, pues claro que había escuchado esos halagos, tal vez no con demasiada frecuencia pero los escuchaba, su favorita era “lindo trasero” aguantó las ganas de reírse para continuar – porque yo he tenido a Sasuke en mi cama desde hace más de doce años… tal vez diez si hablamos formalmente

-¡CIERRA LA BOCA ASQUEROSO MARICA! – cierto azabache quería matar a la pelirosa ese mismo momento pero se tranquilizó ante la sonora carcajada del rubio

-que madura – se burló mientras volvía a tomar un poco más de bebida – cuidado y por la furia con la que gritas tus falsos senos se caerán

-yo de ti mediría mis palabras – se defendió retomando la compostura mientras caminaba unos pasos acercándose, moviendo sus caderas levemente y parándose en frente del rubio con el ego por los cielos – o tendré que desquitarme con cierta personita que adoras

-eres tú la que no sabe con quién se está metiendo, puedo ser muy amable pero contigo esa amabilidad desaparece, ten cuidado… no me gustan las amenazas

-te recuerdo, cariñito – habló melosamente mientras le daba la espalda al rubio y se alejaba un par de pasos para voltearse de nuevo, ¿qué se creía ésta? ¿Una modelo en desfile? ¡Patético! – que la que tiene el poder ahora soy yo, dinero no me falta, además ser la futura esposa de un narcotraficante me da ciertos beneficios extra – se enorgulleció de cada palabra

-así que al fin pudiste engañar a alguien con tanto poder – fingió estar aterrado pero chasqueó la lengua enfadado – te vuelvo a repetir que no sabes con quien te metes

-con un niño rico que se divirtió a mis costillas – gruñó enfadada mientras dejaba que la copa de vino cayera de la mesa y se quebrara haciendo un ruido que mató el ambiente tenso que llegó a formarse – eso no importa ya, solo te digo que si me provocas me desquitaré con… tu familia

-no te atrevas ni siquiera a bromear con eso – enfureció al ver la mirada maliciosa de esa mujer, aquellos ojos verdosos no se parecían ni un poco a los de su hijo mayor, eran repugnantes

-Sora es mi hijo puedo llevármelo, además tiene a ese jovencito pelirrojo… jamás permitiré que mi sangre se vuelva esa clase de asquerosidad – señaló al rubio con una mueca de asco, continuó ignorando la mirada amenazante del blondo – Sasuke puede sufrir una accidente o mejor aún me lo puedo llevar a algún lado… - no se fijó que con cada palabra no solo estaba tentando a su suerte sino que despertaba la ira incontrolable de dos personas que escuchaban sin decir ni una sola palabra – además tienes tres hermosas  criaturas a las cuales puedo manipular… la niña rubia parece ser tan linda, el azabache de ojos azules, una hermosura, ni se diga de aquel pequeño con esos mechoncitos…

-CÁLLATE – se acercó a la mujer con un par de movimientos soltando una bofetada lo suficientemente fuerte para hacerla callar, podía ser un maldito, pero por respeto a su madre, jamás le haría daño a ninguna mujer, aunque fuera una zorra sin corazón como la que tenía en frente – ni una sola palabra más – su voz amenazante

-los mataré si es necesario – pésimo error, el blondo no estaba de buen humor – ellos son un estorbo

-ZORRA – de pronto y antes de que la chica asestara una bofetada la sujetó de la muñeca y la hizo girarse con violencia, tomó esos cabellos rosados entre sus dedos apretándolos con fuerza haciendo que la mujer soltara un grito de dolor

-¡suéltame maldita sea! – se quejó intentando alcanzar el rostro del rubio que la estaba dañando – TE MATARÉ LO JURO – se calló inmediatamente al sentir cierto metal frío rozar su mejilla, deslizarse para  ubicarse en su cien

-si te atreves – susurró en el oído de la maldita quien paró de moverse –  siquiera intentar algo contra cualquier miembro de mi familia – apretó el arma en su mano derecha contra la cien de la mujer – morirás – su voz sonaba fría, llena de ira, aterradora, la pelirosa se quedó sin saber qué hacer ni decir, soportando el dolor de aquel agarre en su cabello

-no eres capaz – quería creer en sus palabras pero la risa del rubio le hizo entender que no había sido correcto amenazar a ese sujeto

-tengo un arma apuntándote – se burló mientras seguía hablando en el oído de la mujer – te hice todas esas cosas años atrás… dime ¿todavía no sabes quién soy? – susurró suavemente

-suéltala – cierta voz masculina acabó con el ambiente asesino que se había creado – vamos Naruto-kun, suéltala – de la puerta ingresaba un hombre alto, de cabello anaranjado, ojos marrones, fumaba un cigarrillo con la mayor calma

-es un gusto verlo Yahiko-kun – soltó el firme agarre de la pelirosa, sonrió divertido – al parecer no venimos solos – guardó el arma entre sus ropas al mismo tiempo que aquel hombre tiraba los restos del tabaco al suelo – Sasuke ya puedes entrar – se volvió a sentar en la silla, mientras se escuchaba los pasos pesados del azabache

-Querido – la melosa voz de la pelirosa se escuchó mientras se lazaba a los brazos de su futuro esposo y con disimulo regresaba su mirada al azabache que ingresaba – has visto lo que me querían hacer… defiéndeme

-quédate quieta y calladita – le sonrió mientras la soltaba y procedía a sentarse en frente del rubio para servirse una copa, estuvieron en silencio durante unos minutos, el azabache mataba a la mujer con la mirada mientras se mantenía de pie detrás de Naruto quien sonreía divertido al igual que Yahiko, Sakura estaba aún aterrada por el suceso extraño, temblaba ligeramente mientras trataba de no mirar directamente los iris ónix de su antiguo amor

-qué lindo día para el reencuentro – fue el de cabello naranja quien rompió el silencio riéndose bajito al ver al azabache delante de su…

-entre socios siempre es bueno compartir una copa – Naruto le ofreció otra porción de vino a su acompañante que le rio con complicidad, los dos extras simplemente se sorprendieron, al parecer ninguno de ellos se esperaba eso – pero debo decir que me entristece saber que te casarás con ese… falso modelo de mujer

-mide tus palabras Naruto-kun – le advirtió el de ojos marrones mientras probaba el líquido de su copa – es la madre de mi futuro hijo, así que exijo respeto… o empezaré a burlarme de tu guardaespaldas, tiene bonitas facciones, demasiado femeninas para mi gusto

-ahora el que exige respeto soy yo – contestó enfadado el rubio – en primer lugar… Sakura-chan – llamó en tono burlón – acaso no le has dicho que yo te quité el derecho de ser madre hace muchos años atrás – observó el terror en la mujer y después vio la serenidad de su amigo, sonrió levemente – si te ofreció un hijo debe ser mentira

-Sakura – la voz de Yahiko sonó demasiado fría – ya sabía eso querida, pero de todos modos hablaremos en casa

-que rudo – se rio el rubio – que pésimos gustos tienes… Además este guapo azabache de aquí, es mi pareja y padre de la mitad de mis hijos, también es la obsesión de la zorra que tienes detrás, ten cuidado o te matará para quedarse con tu dinero

-ya lo sé – se rió sonoramente Yahiko mientras admiraba a Sasuke – pero el que tiene malos gustos eres tú, mira a ese tipo… demasiado inexpresivo, tú necesitas a alguien cariñoso y dulce – sonrió mientras miraba al rubio con ternura

-¿alguien como tú… querido Yahi-chan? – reposó su rostro en una de sus manos mirándolo con una sonrisa – fueron buenos tiempos – ahora sí que nadie entendía nada, ¿acaso ellos?...

-me gustaba como decían mi nombre entre gemidos – Yahiko soltó la bomba para la cual tanto la pelirosa como el azabache se tensaron observando a los presentes con rabia, asco, desilusión, traición, ni siquiera sabían qué demonios sentir en aquel instante

-recuerdo que el gritaba de placer eras tú – se rio el rubio mientras se fijaba que ya no había vino y hacía un puchero – disfrutabas mucho cuando YO era el activo

-estás equivocado Naru-chan… cuando yo lo hacía, tú…

-¡no quiero saber más de sus intimidades! – se quejó cierta mujer que ya no aguantaba esas confesiones nocturnas, cierto azabache le agradecía que detuviera esa plática o terminaría matando a alguien

-tranquila Sakura-chan – Yahiko usó un tono meloso – Naru y yo tenemos un pasado bastante divertido ¿no es así?

-me parece que estás celosa de que me haya follado primero a los hombres que intentabas estafar – se burló mientras sentía un leve golpe en su espalda – cálmate Sasuke… eso fue mi pasado, mucho antes de encontrarte en ese bar – escuchó un simple gruñido pero no le dio importancia, ya arreglaría eso después

-¿entonces como arreglamos esto? – Yahiko se levantó del asiento seguido por el rubio – una noche de locura o lo de siempre

-lamentablemente ahora solo quiero a Sasuke en mi cama – sonrió divertido mientras observaba la mirada matadora de la pelichicle – pero si… con lo de siempre estaría bien

-¿Qué es eso?  Explícame Naruto – exigió Sasuke ya harto de ese jueguito de seducción del par de “socios con derechos” como los llamó

-frontera libre por un mes – explicó Yahiko mientras abrazaba a su futura esposa apoyando su cabeza en el hombro de ésta – tranquilo que solo estábamos jugando, aunque siempre fue divertido salir con Naruto, no por nada lo considero como mi hermano

-gracias Yahiko… por eso me caes bien, además… cuida de tu futura esposa – soltó la última palabra con una mueca de disgusto – tal vez no le guste el sadomasoquismo… y por cierto, si intenta meterse con mis hijos o con Sasuke la mataré sin vacilar

-al parecer escogiste mal a tu nueva presa – se burló Sasuke mientras miraba a la pelichicle temblar ante el fuerte agarre que Yahiko le daba a su muñeca – cuídate y si es posible no aparezcas más – se dio vuelta y salió del sitio

-no te preocupes, si hace algo mal yo mismo halo el gatillo – sonrió Yahiko al azabache que se retiraba – Naruto cuídate mucho, pasa por mi casa de vez en cuando, jugaremos videojuegos como en los viejos tiempos

-claro Yahiko, tu pasa por la mía y te presentaré a tus sobrinos – sonrió el blondo mientras salía – pero llega solo porque no soporta a esa mujer

-Sakura… no me digas que querías estafarme cariñito – sonrió cuando ya estaba solo con su futura esposita

-claro que no – sonrió nerviosa con el dolor intenso de su muñeca

-te diré algo pequeñita – se acercó al oído y lo mordió con rudeza – te condenaste a estar a mi lado, lo soportarás hasta que mueras, traicióname una sola vez y te morirás ahogada… sobre el niño ni se hable, claro que sabía que ibas a robarle el hijo a Konan… pero tranquila, te venderé a mi mano derecha, no me interesas más que para una fachada, serás mi billete de cambio para las negociaciones… en palabras más simples, mi mascota personal

-¿lo planeaste todo?

-digamos que Naru me contó muchas cosas, con quién crees que me he estado reuniendo últimamente

 

 

 

 

Luego de explicarme mil veces al azabache que solo una vez durmió con Yahiko y eso porque se habían embriagado hasta que no podían ver claramente el rostro de la otra persona, pero que lo quería como un hermano mayor, Sasuke pareció calmarse un poco, le contó que se reunía con Yahiko para contarle lo que Sakura planeaba, además de platicar como en los viejo tiempos, Sasuke lo perdonó, claro que al rubio le tocó ser uke por un mes entero, eso era otra historia, la calma a su familia había vuelto, Sora dejó de estar tenso por las constantes visitas de su madre, la misma que no volvería a parecerse, solo los dos mayores de la casa sabían por qué, les fue dada la noticia de que tendrían un nuevo participante para el ansiado juego de la semana, las preparaciones estaban listas y solo faltaba acordar que roles tomarían esa semana

 

 

 

Decidir fue fácil, un piedra papel y tijeras para apresuras las cosas, y la suerte le sonrió a cierto azabache de mirada oscura quien sería el rey, Naruto y Sora se deprimieron en una esquina porque les tocaría usar vestido rosa con estrellitas porque así quería que vistieran Haru, Naoki sería el príncipe de la noche en conjunto con Shin y Yukio los dos últimos sobornaron a su hermana con dulces y chocolates, pero eso era otro asunto, lo que ahora les importaba era que tendrían que ponerse esos trajes y bajar al comedor para empezar

 

 

-¿oto-san puedo hablar contigo? – Sora ingresó a la habitación de sus padres, Naruto entendió la indirecta y se encerró en el baño porque ni loco se cambiaba en otro lugar con riesgos a que Jiraiya le tomara fotografías para chantajearlo después

-¿Qué quieres pedirme? – se sentó mientras se acomodaba el fino traje que usaría, lleno de detalles brillantes pero era mejor que usar vestido

-¿cuándo me dirás en qué trabajas? – sonrió ante el gruñido de molesta de su padre – sé que es algo con referencia a la protección de oto-chan pero no entiendo qué es exactamente

-cuando cumplas a mayoría de edad te lo diré, no será fácil pero supongo que cuando lo sepas te harás cargo del puesto que dejaré libre algún día – si conocía a su hijo, se ofrecería a ser el guardián de la oscuridad de los Namikaze solo para proteger a sus hermanos menores, y estaba orgulloso de ello – por ahora solo disfruta de tu vida

-entiendo – suspiró resignado – pero eso no era lo único de lo que quería hablar

-¿qué otra cosa?

-creo que tenías razón sobre los Uchiha, al parecer me obsesiona Naoki

-te lo advertí

-debería presionarlo para que…

-no lo presiones, tonto – golpeó la cabeza de su hijo con delicadeza – las cosas como esas tienen que progresar dependiendo del caso

-me preocupa que la familia de Naoki me rechace – se animó a confesarse, al menos en esa parte se diferenciaba a su padre, cuando necesitaba ayuda la buscaba

-seguramente no te darás por vencido aún si eso sucede, te pareces mucho a mi en ese aspecto

-tienes razón

-estoy feliz por ti – miró la duda en su hijo cuando mencionó lo último – así no te acercarás a Haru

-no tienes remedio – se burló de su padre – ya te he dicho que eso es cosa de Haru no mía, además creo que del que debes preocuparte es Shin

-¿eso era lo que me tenías que decir?

-Yukio me dijo que un niño a estado siendo amable con Shin, al parecer le gusta mi hermanito – se quejó Sora – sabes… no eres el único que cela a los pequeños de la casa

-eres un buen hijo – Sasuke colocó su brazo rodeando los hombros de su hijo mayor – me parece que confiaré en ti para que me ayudes a alejar a ese niño de nuestro Shin

-¡ni crean que lo harán! – se quejó cierto rubio que había salido del baño totalmente vestido – dejen a los pequeños en paz, ya tienen  diez años, es hora de que descubran sus propios gustos

-así hasta pareces la madre de familia – mencionó Sasuke con una sonrisa burlona

-CALLATE – se quejó el blondo lanzándole lo primero que encontró que por suerte fue un cojín, Sora por su lado se había escabullido hasta la salida

 

 

 

 

De tal palo tal astilla, ahora Naruto sentía pena por los pretendientes de sus pequeños, sería duro enfrentarse a eso, pero tenía un aliado en esto, Naoki podía manipular a Sora, y él se encargaría de Sasuke, formarían un gran equipo.

El pelirrojo había estado preparado para enfrentar la fiesta que Haru le describía pero cuando se puso el traje viéndose al espejo no pudo evitar reírse de sí mismo, se veía demasiado formal, sus cabellos rojos le daban cierto toque de distinción pero se sentía incómodo usando esa ropa “escóndeme un rato” reconoció la voz de Sora y se giró viéndolo… diferente “que lindo te ves” se burló, no pudo aguantarse las ganas de reír, se recostó en la cama para no caerse mientras seguía soltando carcajadas, ver a su novio usando un vestido que le cubría entero, color rosa con detallitos brillantes, la peluca de cabello largo, y unos zapatos de un tacón un poco alto, fue divertido, pero de pronto se detuvo debido al peso extra en la cama y luego solo sintió como sus muñecas eran sujetadas hasta posarlas encima de su cabeza “tú te ves encantador… y por burlarte de mí te castigaré” susurró bajito mientras se acercaba a su novio quien se sonrojó de inmediato “también estás maquillado” Naoki trató de romper el ambiente tenso “esta princesa atacará al príncipe” sonrió antes de besar los labios del pelirrojo de forma delicada, manchándolo de labial en el proceso, mordió el labio inferior del más joven e introdujo su lengua, le gustaba que le correspondiera con timidez, siguió así por unos momentos antes de dejar libre a su pequeño pelirrojo “Sora… quiero presentarte a mi familia” el sonrojo del menor conquistó el corazón del joven Uchiha nuevamente, además estaba feliz de que el más joven diera el paso que tanto quería “me encantaría” sonrió antes de darle un último beso y levantarse “vamos, la princesa está a punto de llegar, debemos recibirla como se merece” habló mientras le ofrecía al menor algo para que se limpiara la evidencia del beso, se rieron juntos antes de ir al comedor, en donde todos reunidos empezaban a actuar como en la realeza y una feliz Haru ordenaba que sirvieran el postre, esa era la familia que debía ser, simplemente perfecta

 

 

 

 

Notas finales:

¿Qué les pareció? uyyy si que me tomó mucho tiempo decidir que hacer, pero cuando comencé ya todo fue facil, me demore un día entero en hacerlo pero valió la pena jejejeje

 

En lo personal, odio a la pelichicle, no tienen idea de cuanto, así que sii me gustó mucho hacerla sufrir, creo que lo haré más seguido jajajaja, es como un antiestrés

Dejando todo de lado, en verdad mil gracias por llegar hasta aquí, los amo 

Cualquier critica, duda o lo que deseen pueden dejarmelo en un review, los responderé en seguida

 

Me despido

Besos!!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).