MadaMina| Capitulo 7
[Madara creía que estaba caminando en algún raro terreno cuando su noviazgo con Minato alcanzó los tres meses. Minato se estaba comportando raro desde una semana hacia atrás, se estaba empezando a preocupar por el rubio, ya que en esa semana lo había evitado con todas sus fuerzas, no sabía si lo que estaba haciendo al rubio actuar de esa forma era culpa suya o quizás era algún problema que tenía el chico, y aunque se comprometió a decirle si algo le preocupaba, notaba como Minato se estaba guardando ese asunto, solo quería saber si el tema era para preocuparse o tal vez que su madre aun quisiera contactarlo, pero no, el rubio prefería guardarse esa información]
[Minato pasaba por una rara etapa, que más que eso, quizás era un problema, ya no estaba seguro de nada, se sentía realmente mal, había ido al doctor, y le habían dado esa noticia, estaba embarazado, y aunque fuera una muy linda noticia, se sentía muy contrariado con la noticia, no quería pensar en que iba a pasar con su relación ahora, Madara ama a los niños, eso es seguro, sabía que su bebé iba a tener un padre que lo amara y que cuidara de él, pero de lo que no quería pensar era en estar con Madara en una relación más allá del noviazgo, ya se sentía atrapado, como atado al mayor por ese bebé que traía en su vientre, y su miedo solo le decía ‘¡Corre, huye!’ pero no podía desaparecer sin decirle a Madara que iba a ser padre y escapar con el bebé, ya que no quería que su hijo creciera sin su padre como él lo hizo, por lo que se había citado con Madara después de evitarlo durante todo ese tiempo]
[Al verle llegar solo pudo pensar en que no podía dejar a ese hombre, que en esos tres meses se había metido más profundo de lo que hubiera querido, porque lo más probable es que le decepcionara alguna de las decisiones que iba a tomar, y le dolía que el hombre pensara que solo había sido un juego su relación, porque no era así, lo había amado como a ningún otro hombre, se había enamorado de él, en esos tres meses que llevaban saliendo. Madara se presentó y sin decir palabras, se sentó frente al rubio en la pequeña mesa de comedor en la que nunca se habían sentado. El silencio era suficiente señal para Madara de que muy posiblemente esa conversación no iba a ser buenas noticias para él, pero aun así estaba ansioso por saber que tenía tan mal a su rubio]
Estoy embarazado- Esas dos palabras, solo dos, y ya estaba alucinando, Minato estaba embarazado, un bebé, hijo suyo… No podía formular palabras para responder, aunque el rubio se daba cuenta de toda la felicidad que el mayor no podía expresar por la enorme sonrisa que adornaba su rostro- Y sé que decir esto después de que vamos a ser padres es algo mezquino, pero… Quiero terminar Madara- Y tan rápido como había llegado su alegría, se había marchado, esperaba haber escuchado mal, pero al ver la seriedad en la cara de Minato, supo que no era así-
¿Por qué?- Fue la única pregunta que hizo, Minato parecía contrariado con su propia decisión, pero no podía estar con Madara cuando sus ganas de salir huyendo aun estaban ahí, no podía hacerle eso a un hombre que en tan poco tiempo de conocerse le había dado tanto, recibió más amor de Madara en esos tres meses, de lo que su madre nunca había sido capaz de darle en toda su niñez y adolescencia, así que no creía que era justo para con él mantenerlo atrapado en una relación, en la que muy posiblemente nunca podría regresarle el gesto-
Porque no puedo hacerte esto Madara, tengo miedo, mucho miedo de que desaparezcas así sin más, aunque soy yo quien quiere irse, ¿Pero sabes quién me ha mantenido aquí? Este bebé, porque él merece un padre que lo ame, ¿Y sabes qué? En más de una ocasión pensé en escapar con él- Los ojos de Madara se abrieron, ¿Minato había considerado el escapar con su hijo?- No tengo el corazón tan frio como para irme con el bebé, necesita un padre Madara, y no puedo quitarle el privilegio de tener a uno como tú, mucho menos el derecho de llevármelo lejos de ti, porque tú tienes tanto derecho sobre él como yo-
¿Entonces eso es todo? Ya no estaremos juntos, pero ambos cuidaremos a nuestro hijo- Se notaba la tristeza que llenaba su cuerpo, pero aunque le doliera entendía a Minato, su problema no era fácil de superar y debía respetar su decisión- Esta bien, no te voy a insistir nada, pero quiero que tengas por seguro que no te voy a dejar de querer por esto, al contario, esperaré hasta que estés listo y te haré mi esposo- Minato no pudo evitar dejar que las lagrimas se deslizaran por su rostro, estaba decidido a hacer todo lo que estuviera en sus manos para superar lo que le impedía entregarse completamente a ese hombre que le había prometido esperarlo, aunque sabía que eso podía tomarle años-
[Dejarlo ir sería más difícil de lo que había pensado en un principio, su decisión podía parecer egoísta, hasta él lo pensaba, pero no podía pensar en perder a Minato y a su bebé, en tan poco tiempo había encontrado a esa persona especial. Minato era para él muy especial, y aunque le tomara años no abandonaría sus esperanzas de casarse con Minato, de criar a ese pequeño bebé con él. Caminó en dirección a su casa, ya que se había ido caminando hasta casa del rubio, al entrar en su casa de frente se encontró con su hijo, quien tenía una cara seria, más aun al ver la triste expresión en el rostro de su padre, por lo que lo llevó hasta el sofá y le preguntó sin rodeos que le pasaba]
Minato me dejó- Fue lo que dijo, Fugaku pareció sorprenderse por la noticia, ya que a él le parecía que Minato estaba bastante enamorado de su padre, y por lo que se veía sus sentimientos eran correspondidos, ¿Entonces que pudo pasar?- Está embarazado- Esa sí que no se la esperaba, eso lo tenía claro-
Yo también lo estoy- Respondió Fugaku, Madara simplemente se recostó sobre el regazo de su primogénito con los ojos cerrados, habi8a tenido hoy dos noticias muy buenas, pero eran opacadas por el dolor que sentía en el pecho, ese sentimiento de pérdida, aunque sabía que iba a ser abuelo y padre nuevamente, esas eran una de las mejores noticias que podía recibir-
No dejaré que este pequeño escalón opaque tan lindas noticias, de todas formas no me voy a rendir con un demonio, no he perdido la guerra a menos que Minato se case, no importa que, no me rendiré-