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CURIOSIDAD por Yuko-Ichihara

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Notas del capitulo:

Gracias a las personas quehan leído este fic, son todos unos lindos, no los molesto más y lean. 

-¡Alba-chan espérame! Dijiste que hoy íbamos a almorzar juntos. – apúrate,  tardas demasiado, además siempre almorzamos juntos, no sé de qué te quejas -  eres un gruñón ¿lo sabias? – Desde que Manigoldo y Albafica se volvieron amigos adoptaron ese tipo de trato, como de dos hermanos que discuten y se molestan para expresarse el inmenso cariño que se tenían, eso era lo que eran el uno para el otro, un hermano, un apoyo, su mejor amigo… -Bueno ya que llegamos y estamos cómodos ¿qué es lo que querías decirme Manigoldo? – mmm etto… Alba sabes que eres la persona en la que más confió y aunque me regañas como si fuese mi madre, tus consejos aparte de los del viejo son los mejores -  Dilo de una vez, cuando empiezas a decir esas cosas es porque algo hiciste ¿ es un lío de faldas, no? – A ti no se te escapa ni una, pero el lio es ese, no es por una falda, es por un maldito hombre - ¿un hombre? Albafica lo miraba con una ceja levantada – Si, un macho, un varón como le quieras decir, no sé cómo decírtelo  entonces lo diré así: yo estoy saliendo con un hombre…  el peliceleste casi se ahoga con la sopa que tomaba, eso no se lo esperaba, ni en un millón de años pensó escuchar esa frase de la boca de su mejor amigo y menos con la seriedad con la que lo dijo, aclaró su garganta y le dijo – vaya, esto fue toda una sorpresa pensé que a ti no te atraían los hombres – yo también pensaba lo mismo, pero la cosas cambian ni yo mismo me explico bien como cambiaron- lo dijo mientras su mirada se ensombrecía un poco.   – Sabes que no hay nada de malo en eso, descubriste algo de ti y eso está bien- le dijo esto mientras le brindaba una sonrisa cálida la cual el otro devolvió, le alegraba que su amigo fuera así de incondicional. – Pero estoy muy intrigado Mani, ¿cómo te diste cuenta? Quiero saberlo todo, a ver comienza – Eres toda una vieja chismosa. Esto último se ganó una de las tantas miradas asesinas que Albafica tenía en su arsenal, Manigoldo sólo la ignoró y continuo – la verdad podría decirse que fui víctima de un acoso o algo así, el degenerado ese no dejaba de insistir con sus invitaciones y regalos, puedes creer ¡tres meses de constante acoso! La cosa es que ya estaba harto de ese hijo de puta y su actitud y decidí confrontarlo como el macho que soy pero sabes que hizo el muy cínico mientras le reclamaba ¡Me besó!  El muy bastardo me besó.  Yo, yo quedé perplejo, obviamente me separe del tipo, pero todo en mí estaba congelado, la confusión se apoderó de mí desde ese día y pasaron semanas hasta que decidí afrontar la verdad, l beso me gusto y quien me lo dio también me gusta… El ojiceleste lo miraba atentamente, esa historia se le hacía algo familiar pero quería saber quién era el hombre capaz de poner a su bravío amigo en esa condición – jajaja alguien puso al gran Manigoldo en aprietos, vamos dime quien es el sujeto, muero por saber quién es – No es nada gracioso Alba-chan y te diré sólo para calmar ese malsano morbo tuyo pero esto debe quedar entre tú y yo, aún no quiero oficializar o hacer público todo esto, él se llama Thanatos Averno, el gerente de Tártaro, la empresa con la cual tenemos ese contrato que tú co-diriges. Segunda vez que Albafica casi se ahogaba con su almuerzo, sí de por sí la historia era extraordinaria, saber que ese hombre era parte de ella  enmarcó toda esa situación. Algunas veces lo había visto en Santuario aparte de que Minos le mencionó que eran amigos  pero no creía que sus visitas fueran para algo que no fuera trabajo, sí antes de que lo contara esta historia Albafica le iba a contar a Manigoldo su relación con Minos ahora con más motivos se lo iba a decir. – Mani nunca creí que los hombres como él fueran tu tipo, o mejor que tú fueses su tipo - Hoy estás tan graciosito  Alba-chan, para tú información un adonis como yo puede conquistar a quien se le dé la gana y así no se me dé, mira no más como mi machosidad atrae hasta a los hombres – Ajá, aja lo que digas, tengo algo que contarte y no quiero ninguna de tus bromas de mal gusto. Albafica narró todo lo que paso con Minos y la relación que ahora tenían. Manigoldo también se sorprendió un poco al saber quién era el novio de su amigo y la amistad que tenía con su… bueno con Thanatos, sabía que su amigo era virgen y le carcomía la curiosidad por saber si ya no lo era. – ¿Alba-chan, tú y ese sujeto ya lo hicieron?  -¿pero qué clase de pregunta es esa Manigoldo? Acaso no sabes lo que significa las palabras privacidad y no te importa – no seas así de puritano Alba, dime si me dices yo te digo ¿te parece? Albafica aunque estaba acostumbrado a esa personalidad a veces en verdad quería golpearlo hasta que se callara, accedió sino después se tendría que aguantar a Manigoldo y sus insistentes preguntas – Te lo diré, con una condición, así como tú quiero que esto quede entre tú yo. Manigoldo le guiño el ojo y continuo – No, no lo he hecho y no sé cuándo lo haga, ahora dime ¿tú ya? – Justo de lo que esperaba de una monja como tú. Yo ya lo hice, es totalmente diferente de lo que esperaba, pero joder aunque duela es, follar con otro es delicioso. La plática continúo y aún se hacía preguntas mientras volvían a su trabajo, lo descriptivo del relato de Manigoldo le ayudo a Albafica a hacerse una idea de lo que le esperaba.

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A esa hora en Atenas el ocaso ya se hacía presente y el colorido cielo acobijaba a todos en esa ciudad, las oficinas de la gran empresa Tártaro no eran la excepción, en una de ellas s encontraban dos apuestos jóvenes conversando de su más reciente aventura.

-          Al parecer yo gané la apuesta y como aún no hemos fijado el premio, quiero saber que me darás Minos  - Ganaste por poco, además a ti te demoro más conquistar al tuyo, sólo ganaste porque pudiste follaterlo  - Eso son celos Minos porque tu aún no has podido cogerte al tuyo, acepta que gane limpiamente, ya dame mi premio  - está bien, mmm déjame pensar que puede querer alguien como tú, como eres un maldito que ya tiene todo, te voy a regala un viaje a donde quieras por cuatro días, sólo escoge donde y cuando – me parece, no está nada mal me hacen faltan unas vacaciones aunque mi verdadero premio es Manigoldo tal vez haga ese viaje con él – tanto te gusto el tipo ese yo no le veo nada de atractivo ¿qué le viste?  - es muy atractivo y mucho, ese cuerpo tan trabajado y se trasero, deberías verlo, tan redondo tan apretado. Thanatos dijo esto mientras entrecerraba los ojos y se mordía un poco el labio inferior – además de su personalidad que sea un poco altanero y atrevido me gusta, me dan más ganas de que sea mío, y ¿y ese muñeco tuyo cómo está, para cuando lo vas a tomar? – Mi rosa, hermoso como siempre. Minos llamaba cariñosamente mi rosa a Albafica ya que él siempre olía a estas, aparte como pasatiempo las cultivaba. – Pronto  lo haré mío, pronto desflorare por primera vez a mi bella rosa, de esta noche no pasa, aprovecharé que quedé en recogerlo y …  – Parece que a ti también te pasa lo mismo que a mí. Acotó el azabache. – te has prendado un poco del chico, quizás ellos sean especiales, tanto así como para enseñarles ciertas cosas pervertirlos un poco ¿no te parece? – Por algo somos amigos. Río Minos sardónicamente – Brindemos por tan maravillosa idea…

 

 

-Cuídate Alba-chan, nos vemos mañana – Lo mismo, hasta mañana. En eso un auto se estaciona frente a Albafica sabiendo quien era se sube sin más. – Hola Minos ¿cómo estás? – Muy bien ahora que te veo mi rosa, sin más le dio un flamante beso de esos que lo dejaban ido, Albafica como pudo reaccionó - ¿a dónde me llevaras hoy? Parece que pronto va a llover – ¿qué te parece si vamos a mi casa y allá comemos lo que quieras y nos relajamos un poco? Al fin y acabo mañana es domingo, lo tenemos libre ¿qué me dice? Albafica se lo pensó un poco, no era la primera vez que iba a la casa de Minos pero no era tonto como para saber que pretendía este siempre – Umm, está bien, pero yo elijo que comemos – lo que tú quieras…

En el departamento de Minos era tal y como lo recordaba u gran, lujo y minimalista departamento de soltero, bueno lo de soltero quedaba invalidado con su llegada, un gran espacio de paredes blancas y la mayoría de muebles incluida las cortinas eran de un color violeta fuerte y negro  lo cual le daba un tono un tanto lúgubre al lugar, suponía que de esa misma forma estaba decorada la habitación de Minos nunca se había atrevido a entrar ahí. Luego de comer fueron a la sala para ver aluna película por televisión, el sofá era grande e increíblemente cómodo Minos arrimó a un inquieto Albafica a su lado, tan cerca como le fue posible, al fin escogieron una película, más bien fue el peliceleste quien la escogió cosa que a su acompañante le daba igual, él no tenía como propósito verla.            – Minos si te distraes no la vas entender  - desde el inicio na la entendí, prefiero mirar algo más entretenido  - ¿y se puede saber qué es algo más entretenido? – a ti, eso es obvio. Esa última oración causo un inmediato sonrojo en las mejillas de Albafica, ese sonrojo para Minos era irresistible, atrapó el mentón de su novio con su mano para después besarlo un beso lento, tierno saboreando esos delicados labios, poco a poco Albafica correspondía al beso ladeando la cabeza y entreabriendo su boca para permitir el paso de aquella lengua, creando una danza apasionada entre lenguas el beso cada vez se volvía más demandante, hasta que sus cuerpos pedían un respiro no se  separaron, la faena de besos continuo a tal punto que ya no se sabía dónde comenzaba y  terminaba la boca del otra, era tanta su necesidad que Minos lentamente acomodó a su novio sobre él, Albafica solo posó  sus brazos alrededor del cuello de Minos, quería más, necesitaba más de eso entretanto las manos contrarias iban bajando por toda su espalda dándole caricias por encima de su camisa hasta posarse en sus caderas, a las cuales movía un poco con una leve cadencia;  tal contacto estaba haciendo que el ambiente subiera de temperatura y los jadeos por la fricción entre sus caderas no se hicieron esperar, los jadeos de Albafica escapaban de su boca, le estaba gustando estar así, los labios de Minos fueron bajando por todo el níveo cuello pequeños besos comenzaron a marcar aquella piel hasta que una mordidita se hizo presente  -  mmm… Minos. Minos volvió a besar a Alba había descubierto que a él le gustaba que le mordieran y ahí no iba a parar, ya había sentido que amabas entrepiernas en especial la de de su querido estaba un poco despierta por lo cual una de sus manos viajo hasta su pantalón  y comenzó a rozarla, - Minos, mmm espera … mmm toques… ahí – Shhh Alba te va gustar, es solo un masaje… lo volvió a besar entretanto abría los dos pantalones para liberar aquellas hombrías, las acercó lo más que pudo y con una de sus manos comenzó a masajearlas a las dos, la fricción y la mano de su amante estaba enloqueciendo al celeste, era la primera vez que le hacían esto y solo jadeaba  del gusto que esta le proporcionaba. Minos sabía que era la primera vez que le hacían esto a su rosa y estaba más que dispuesto a verlo sometido por el placer, le fue quitando la camisa para descubrir el resto de su piel, era tan suave, tan dulce beso todo lo que tuvo a su alcance, el cuello, los hombros sus laterales y cuando llego a los rosados botones lamio repetitivamente  a cada uno – mmm Minos ah! Mmm. Otro punto que enloquecía a Albafica, continúo chupándolos y mordiéndolos  hasta que quedaron paraditos y no sólo eso el miembro de ambos estaba más que erguido, detuvo sus caricias para acomodar a su novia a un lado se hinco y le quito el estorboso pantalón, Albafica lo miraba, ¿qué más le iban a hacer? – Mi rosa voy a hacerte algo que te va a encantar y cada que  te hable me respondes ¿está bien? Alba asintió y vio cómo una mano tomaba su erecto pene y con el pulgar tocaban la cabeza de este, ese simple acto había hecho electrizarse a todo su cuerpo Minos sigui moviendo su mano de arriba hacia abajo hasta la cabeza arrimo su lengua y le dio pequeños y repetitivos lengüetazos a la punta para después darle largas l lentas lamidas a toda la base de ese miembro, sabía que hacia un gran trabajo Albafica no dejaba de gemir - ¿te gusta? – aaah si  - ¿quieres qué  siga lamiéndote tu verga? – Ahg! Minos… sigue sii… esta vez la metió toda a su boca, la saco y la metió numerosas veces no dejaba besarla mientras su mano toqueteaba los testículos no sólo los toco, los chupo junto con su pene, ya podía sentir que estaba por venirse, el líquido pre seminal ya había aparecido, tras unas lamidas más Albafica no podía contenerse, simplemente no podía -  Ahhhh… Minos… yo ¡Agh! Su último gemido fue la señal de que se vino, toda su corrida la recibió la boca de Minos, quien gustoso se la trago toda, lamio hasta que la última gota salió y limpio un poco que fue a dar a los blancos muslos de su querido. – ¿te gustó correrte en mi cara? Sabes delicioso belleza - ¿cómo… ah puedes hacer eso?  - Fácil, odo lo que venga de ti me agrada.

La noche aún no acababa y Minos iba a reclamar su principal botín, su lengua volvió a invadir la boca de su rosa, sus beso no tardaron en tornasen feroces, Alba enredo los brazos en aquel cuello  y sus piernas se acomodaron alrededor de las caderas del peliplata, el cual aprovecho para levantarlo y llevarlo hasta su cama sin dejar de besarlo lo acostó en ella y se posiciono encima de él. Alzo la vista un momento para contemplar esa nívea y suave piel que despedía ese dulce olor a rosas, esa maravillosa piel sin marca alguna lo invitaba a probarla, a marcarla como su primer morador y él atendió a ese llamado, empezó a besar ese angelical rostro, sus parpados, su nariz, sus mejillas labios, mentón no quedo un lugar que sus labios no recorrieron para lego bajar lentamente desde el cuello hasta sus pies, cada espacio, cada poro, cada palpitación de ese cuerpo fueron tomados bajo su nombre, era el primero en arribar a esas costas, era su conquistador y eso nadie podría quitárselo, luego de marcar cada escondite de ese virginal cuerpo se quitó el pantalón que estaba encarcelando a su urgida entrepierna, ahora era Albafica que admiraba el cuerpo sobre el suyo Minos sin duda era atractivo, su cuerpo alto y trabajado parecía tallado por el mismo dios Apolo y aunque a su cara siempre la acompañara esa sonrisa tan suya no le restaba atractivo alguno, su largo cabello plateado cubría su ancha espalda y entretanto él se acercaba para besarlo pudo ver a través de su largo flequillo esos ojos de color violeta que le atraían tanto, estaba listo para entregársele, que el fuera su primer vez. Minos lo besaba, sus bocas siempre estaban listas para más, sus cuerpos se rozaban, se llamaban y el miembro de Albafica se volvía a izar otra vez. Minos ya no podía aguantar más y rompió aquel beso, bajo hasta las nalgas de su amante y levanto las piernas para tener una mayor cercanía con la virginal entrada, comenzó a  lamerla, largas lamidas alrededor, hacían a Albafica jadear, se sentía tan bien, Minos separó con sus manos aquellas voluptuosidades y su lengua salía y entraba de ese pequeño orificio, ya era hora de hacerlo suyo e irrumpió ese encuentro para buscar dentro de su mesa de noche el lubricante, unto sus dedos del contenido de ese frasco, abandonó aquella posición para mirar a Albafica, no quería perderse ninguna de sus expresiones cuando lo hiciera suyo, uno de sus  dedos se adentró poco a poco. Alba dio un respingo por la incomodidad. – Intenta relajarte, será más fácil si no te tensas cariño. Lentamente un segundo y un tercero entraron, al principio chocaban entre ellos luego el movimiento de adentro hacia afuera fue más fácil de hacer. Minos lo consideró lo suficiente dilatado y tomó la cadera de su amante y con su otra mano su pene – ahora mi dulce rosa, te lo voy a meter, te lo voy a meter  - ten cuidado Minos, la tienes muy grande y…ahg. Minos no espero a que Albafica continuara de hablar, escucharlo hablar del tamaño de su pene lo saco de sí, poco a poco introdujo la cabeza, hecho eso el resto fue más fácil, espero a que su amante se acostumbrara a esa invasión. Alba busco consuelo en el pecho de Minos, Manigoldo le había dicho que dolería tal dolor era absurdo pasaron unos cuantos minutos para cuando Minos empezó a moverse, las embestidas eran lentas, cadenciosas, el celeste sintió como el dolor de apoco se volvió placentero y acostumbrándose comenzó  moverse al ritmo que su acompañante le pautaba – Albafica… ah eres tan estrecho ahh… - Mi… Minos ahh ahhh – Sigue… sigue… ahh… diciendo mi nombre. Minos embestía cada vez con más fuerza, la estrechez, la vos de Albafica llamándolo lo motivaban a darle con más fuerza, Alba enredo sus piernas tras la espalda de Minos, ambos estaban gozando de aquel momento - ¿te gusta cómo te doy, cómo mi verga te llena? – Dame… máaaass…si…si…me…gusta…dame más. No sabía qué hacía que él hablara así, nunca se pensó que fuera así de indecente pero estar con Minos al parecer lo volvía otro. Minos tomo a Alba entre sus brazos y lo atrajo hasta él, para dejarlo sentado sobre su regazo, tomándolo de las caderas, esto hizo que la penetración se profundizara haciendo a los dos gemir, una de las estocadas toco aquel punto, Albafica dio un gemido más parecido a un grito del placer que le dio, Minos estaba extasiado de aquella escena, Albafica estaba sobre él, con su espalda arqueada, la mirada perdida y gritando de placer - ¡Ahg! Sigue…montándome…ahhh…gime más para mi…gime mi rosa…gime – yooo…no pueedo…más…ah Minos. El final se aproximaba y el ecuentro se hizo más feroz, los movimientos eran cada vez más rápidos, el punto de Alba era tocado sin parar lo cual hizo que una corriente recorriera su espalda y algo como una explosión tuvo lugar en su cuerpo, haciendo que se contrajera, apretando el miembro de Minos,  los dos se corrieron a la vez, Albafica mancho ambos vientres a la vez que Minos inundaba si interior. Alba se desplomo sobre Minos, este se retiró sin lastimarlo y lo puso a un lado suyo, su respiración era densa, agitada, ahora estaban frente a frente Minos tenía una sonrisa de satisfacción en tanto que Alba aún lucía algo perdido, eso sin duda había sido maravilloso, agotador pero maravilloso –Ah, mi bella rosa, eso estuvo magnifico           – Eres un pervertido Minos. Dicho esto Albafica cayó rendido a los brazos de Morfeo, Minos observo como su belleza quedaba profundamente dormido, le gustaba verlo dormir, admirar toda su perfección.  Así se quedó casi una hora contemplándolo pensando en todas las cosas que iba a hacerle  en sus futuros encuentros, en las diferentes formas que lo haría gritar de placer.

 

Los rayos del sol se filtraban entre las pesadas cortinas violetas que decoraban ese cuarto, era un poco tarde pero era domingo su día libre y eso no importaba, sus ojos se fueron abriendo de a poco, estaba en una cama que no era la suya, envuelto en unas sábanas que no eran las suyas, de golpe recordó todo lo que había hecho la noche anterior y con quien, lo busco a su lado pero no estaba, trató de levantarse pero un punzón en sus caderas se lo impidió de repente la puerta de esa habitación se fue abriendo dejando ver a un seductor Minos que iba hacia la cama – Buenos días, mi belleza, ¿cómo dormiste? Le dio un pequeño beso – Bien, estoy algo cansado pero estoy muy bien y ¿tú? – De maravilla, es normal que estés cansado - ¿dónde estabas, no dormiste conmigo? – Claro que me dormí contigo, sólo salí a preparar tu baño -¿mi baño? – Si Alba, ayer quedaste inmediatamente dormido sobre mí y algo de nuestras esencias están sobre nosotros. Albafica se ruborizo al instante, ahora ya no había duda, anoche él no fue él, Minos sólo sonrió ante ese encantador gesto y tomó a Alba entre sus brazos encaminándose con él a la tina ya preparada…

Notas finales:

¿Qué tal les parecio este capitulo? espero les haya gustado.

Apartir de aquí comienza lo hard, ¿qué les traera el destino a estas parejas? ¿Minos y Thanatos dejaran de ser tan idiotas? ¿Alba y Mani los enamoraran perdidamente? Muajaja hasta lo próxima actualización.

  Si tienen alguna petición de alguna pareja o situación, alguna duda o reclamo o sugerencia es bienvenida. Gracias a los que dejan sus hermosos comentarios. Iris si lees esto, adoro tus comentarios, muchas gracias a los demás. 

Cambio y fuera


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