Así pasaron los días hasta que finalmente el joven príncipe regreso.
-No tengo palabras para describir lo que siento…- Dijo el joven peli azul quien se encontraba sentado en aquel gran trono mirando a los tres jóvenes que habían intentado escapar
-No tienes derecho…- Dijo el joven pelinegro – Ves que no deseamos estar aquí y nos tienen privados; es lógico que queramos salir de uno u otro modo-
-Oye no digas nada a menos que se te permita- Vocifero uno de los soldados, mas callo al mirar al monarca hacer una seña con su mano, indicando que no había inconveniente
-A mí tampoco me agrada ese hecho, el que estén aquí no representa otra cosa que una guerra, la cual preferiría jamás comenzar, pero es inevitable; ¿se dan cuenta de lo mucho que está en juego? Deberían tener consideración siquiera-
-Entiendo lo desesperado que se encuentra, pero eso no es motivo…- Dijo la pequeña, mas fue interrumpida
-Suficiente, retírense- Ordeno – Aléjenlos de mi vista- Se notaba molesto, en eso los guardias acataron tomando a los chicos, escoltándoles a las habitaciones. Sin decir nada los tres permanecieron en silencio en aquellos cuartos, el ambiente era realmente deprimente. Avían pasado unas horas desde aquella conversación, el anochecer se hacía presente, las estrellas salían; de repente se escucho a alguien tocar la puerta y entrar
-¿Qué desea?- Pregunto el peli rosa a uno de los soldados
-Su majestad desea verte- Dijeron y sin más le dirigieron hacia los aposentos de aquel hombre
-Vaya – Soltó un quejido el peli azul que se encontraba sentado en aquella gran cama al ver al chico entrar, este solo bajo la mirada – Es mi imaginación o has estado mas callado que de costumbre-
-…No…- Negó – Te… te ves molesto…- Intento cambiar de tema
-Uh, como piensas eso- Dijo en sarcasmo – Solo giro un momento y desaparecen…-
-P…perdón…-
-En fin, solo quería verte- Confeso, esto le hizo temblar al chico – Anda acércate- Ordeno a lo que el chico solo suspiro resignado acercándose hasta estar a su lado
-Tienes unos lindos ojos, son muy tiernos- Elogio pasando sus dedos por las mejillas del chico
-Me gustaría decir lo mismo de ti-
-Jaja entiendo- Rio
Mientras en una de las celdas del calabozo un chico se encontraba atado a su soledad
-Vaya que inútil soy… me hubiera encantado haber logrado que escaparan para que valiera la pena esto- Maldecía, en eso escucho a alguien acercarse con sigilo - ¿Quién anda allí?-
-Baja la voz que me descubrirán- Pidió acercándose, mostrando su identidad
-¿Wendy?- Dijo ante el asombro - ¿Qué haces aquí? ¿Cómo es que lograste llegar?-
-Jeje, es una larga historia, pero… logre salir de aquella habitación, la noche que nos fugamos termine una abertura hacia la habitación de al lado, es un alivio que nadie la haya notado- Suspiro – En fin quería ver como estabas-
-Pues no del todo bien-
-Lo supuse… la verdad venia a revisar las condiciones, quiero idear una forma de sacarte de allí-
-¿Estas de broma? Puede que mi castigo no sea nada con el que me pongan una vez escape- Expulso
-Bueno eso es verdad… pero…-
-Como sea, no creo que este crimen sea tan malo como el haber asesinado a alguien o algo por el estilo-
-Pero es traición- Compuso – Además, Jellal es una persona muy posesiva, seguro se enoja por haber tomado lo suyo- Añadió
-Pero que dices no le pertenecen-
-Bueno no es tanto por nosotros, sino… hace unos días Natsu-san nos confeso que Jellal está enamorado de el- Soltó, el pelinegro abría mas de la cuenta los ojos ante la noticia
-¿Qué?-
-Así como lo oyes… siento pena por Natsu-san-
-Pero si Natsu no desea estar a su lado, digo para haber decidido huir-
-Jeje diciendo eso es como si estuvieras celoso de Jellal-san- Menciono a lo que el chico se ruborizo – Dime Gray-san, ¿es que sientes algo por Natsu-san?-
-Yo…- No sabía que responder, quería confesar algo pero no se atrevía – La verdad no lo sé, aunque yo diría que si… para ser sincero tuve una pequeña aventura con Edo-Natsu hace tiempo-
-¿Qué?- Sobresalto tremendamente colorada
-Pero si me preguntas por este Natsu… es algo confuso, bueno a fin de cuentas los dos son el mismo-
-Entonces si estas enamorado- Dijo llevando sus manos hasta sus mejillas sonrojadas – Pero que disparate del destino-
-Como sea no me siento a gusto sabiendo esto, aunque no sé si alegrarme, quizás así Jellal no le haga daño-
-Eso espero- Dijo la chica, en ese momento se escucharon pasos – Rayos… creo que vendré en otra ocasión-
-Está bien, pero que o que te dije sea un secreto- Pidió, a lo que la chica sonrió a la vez que desaparecía entre las sombras
-Oye, nuestro señor desea verte- Dijo uno de los soldados abriendo la reja.
-Bien creo que es hora de que te retires- Dijo el peli azul, antes de que el chico diera gracias a los cielos – Tengo que hacer pagar a alguien por su crimen- Soltó cansado poniéndose de pie, ante esto la mente del chico solo tenía un nombre en mente, Gray.
-Espera… quien… ¿Quién es esa persona?- Pregunto aun sentado en la esquina del colchón
-Oh es verdad… es quien les ayudo a escapar- Dijo devolviendo la mirada – Uh, se nota que es alguien importante para que tengas ese rostro de preocupación- Decía con los celos dentro de el –Debería mandarlo a azotar o quizás que corten uno de sus brazos, tal vez una de las viejas torturas sea una buena opción- Decía como si eso fuera algo de lo más normal
-¡No te atrevas!- Bramo, a a vez que sintió su rostro ser volteado por una bofetada de parte del peli azul
-No te atrevas a levantarme la voz- Ordeno
-Pero que miserable- Dio de nuevo la cara – Jamás creí que cayeras tan bajo Jellal… justo cuando pensaba…- Decía impotente llorando
-Solo te permito llorar para mi, tus lagrimas me pertenecen- Dijo tomándole del mentón - Quizás deba castigarte, para que aprendas a ser sumiso a mis órdenes… se me ocurre algo divertido- Dijo a la vez que una sínica sonrisa se dibujaba en su rostro, esto le hizo temblar al chico
-Para… por favor…- Lloraba – Si quieres hacer daño… que sea yo- Pidió
-Jajaja está bien, entonces así será- Rio – Vamos – Ordeno tomándole de la cadena que apresaba el grillete en el cuello, obligándole a seguirle; en el camino Natsu pensaba aterrado las barbaridades que aquel hombre le haría –Listo, hemos llegado- Dijo abriendo la gran puerta
-Esto…- Dijo al reconocer el lugar, era la sala al trono, se encontraba vacía, en eso Jellal le jalo hasta estar en el trono, sentándose y a la vez sentando a Natsu en sus piernas -¿Qué planeas?-
-Jeje no seas impaciente- Rio, en eso las puertas se abrieron, entrando el enjuiciado, siendo dejado por los guardias en ese lugar; solo se encontraban ellos tres
-Jellal…Natsu…- Dijo al verles
-Oh, así que tu eres quien les ayudo a escapar- Dijo el peli azul al verle –Gray-
-¿Se puede saber en que estas pensando?- Gruño
-Lo mismo va para ti- Respondió el hombre, Natsu solo miraba aterrado aquella discusión – ¿Sabes que es lo que está en mis manos ahora?- Dijo jalando de la cadena soltando un quejido del peli rosa ante la brusquedad – Esto es lo que me permitirá vencer, esto es lo que me dará la victoria-
-¿Pero qué sandeces dices? Antes que un arma, es una persona- Protesto
-Eso lo sé muy bien, pero no me queda de otra que tenerle. El destino de todos está en juego ¿y me dices que suelte mi única ventaja?-
-Sí, eso digo…- Respondió
-Espera… Gray…- Dijo Natsu, quería calmar la tensión que había, pero eso solo hizo empeorarla
-Vaya realmente luces preocupado Natsu- Articulo el monarca - ¿Por qué mejor no te relajo un poco?- Dijo para después besarle, tanto Natsu como Gray estaban en shock
-¿Pero que haces?- Protesto el mago de fuego al separarse del peli azul, quien pareciendo no escuchar, le volvió a besar, para después descender hasta el cuello del chico, que temblaba impotente de la ira
–Jellal… ¿Qué significa esto?- Dijo el pelinegro que reprimía su cólera
-Hmmp… simplemente estoy haciendo lo que me place con el… después de todo, el me lo permitió- Respondió
-P… ¿Pero qué dices?- Soltó jadeante el peli rosa
-¿No me dijiste que hiciera contigo lo que quisiera? ¿No querías pagar con tu carne el castigo de aquel hombre? Bien este es tu castigo- Dijo continuando con aquellos besos que hacían gemir al chico, quien lloraba
-¡Ahh!- Grito al sentir al joven príncipe morder su hombro con saña, para colmo el moretón aun no había sanado del todo, sin mencionar que el peli azul lo hizo aun sabiéndolo.
-¡Para Jellal!- Exclamó Gray logrando lo dicho
-Jeje ahora tengo muy claro que no toleras ver como Natsu se convierte en mío- Rio
-La verdad es que le estás haciendo sufrir, no tolero eso- Dijo
-Uh, me temo que no se puede hacer nada al respecto- Dijo lamiendo el cuello del chico – Solo observa como este pequeño es despojado de su inocencia… - Reía – Te prohíbo parpadear, Gray-
-¡Basta Jellal!- Exclamo Natsu - … ¡¡Te odio!!- Fueron esas palabras las que lograron detenerle, haciendo que el príncipe le tirara al suelo
-Natsu…- Dijo Gray al ver aquello
-¡Guardias! Aléjenlos de mi vista- Y así, entro el ejército llevándose a los chicos.
-¿Se encuentra bien su majestad?- Dijo uno de los lacayos al ver al hombre sentado frotando su cien
-Sí, solo… necesito pensar…- Dijo sin mirarle – Déjenme solo- Ordeno y de inmediato quedo en aquella solitaria sala –Vaya que doy asco…- Se dijo – Realmente… algo no está bien…-
Así paso la desventurada noche…
“¿Ralamente estas siguiendo el guion? … Busca, busca el final feliz; equivócate en la historia y es el F – I – N – A – L para ti”