Al día siguiente, los tres jovenes Dragon Slyers continuaron como siempre encerrados en esas cuatro paredes. Solitarios privados de los demás. Natsu se encontraba mirando desde una esquina de la habitación el cielo que corría libre tras la ventana; en eso se escucho la puerta abrirse entrando aquel hombre de azulada cabellera, que por su culpa no había podido dormir de la angustia. Resentido aun retiro su mirada de él dirigiéndola de nueva cuenta a la ventana
-¿Piensas ignorarme?- Pregunto Jellal, se sentía mal por lo que había hecho y sabia que disculparse con el chico no sería fácil
-…- Natsu solo se envolvió mas en sus propios brazos, no tenía idea de cómo responderle, odiaba reconocer que lo que había sucedido le había dado miedo
-Comprendo, es normal que me trates así- Dijo sabiendo que no lograría cambiar las cosas - … Libere a Gray…- Dijo esto con la mirada baja, Natsu sintió un brinco en su pecho, agradecía no haber dado la cara al príncipe ya que su alivio le abandono en forma de espesas lagrimas, lo único que podía notar el joven príncipe era la ligereza con la temblaba el cuerpo del chico ante los sollozos ahogados que daba – Quizás pienses que solo lo hice para sentirme menos culpable y no te culpo… yo… perdóname por lo de ayer- Finalmente soltó. Solo hubo un largo e interminable silencio en aquel lugar, sabiendo esto se retiro el peli azul dejando al chico nuevamente solo. Caminaba por el pasillo rumbo a su habitación cuando alguien se le acerco
-Joven príncipe- Dijo la imponente mujer de rojiza cabellera a la vez que reverenciaba al hombre
-¿Qué sucede Erza?- Pregunto
-El concejo y los comandantes hemos discutido interminablemente el tema de cómo aquel reino ha obtenido magia, mas ninguna suposición parece acertada. Lo único que tiene relación aquí es el Anima… quizás si intentamos revertirle como en aquella ocasión…-
-No podemos arriesgarnos de esa manera- Interrumpió – Si llegáramos a hacer eso puede que funcione de cierta manera, pero hasta que no descubramos como es que ellos lograron su cometido esto será un interminable ciclo sin fin. Si queremos acabar con esto en definitiva hay que arrancar el problema desde la raíz-
-Perdone mi actitud demasiado apresurada-
-Descuida, supongo que es normal estar así de desesperados… Si me disculpas me retiro- Dijo continuando con su recorrido dejando atrás a la mujer. Llego a su habitación recostándose en aquella suave cama sentía su cabeza darle demasiadas vueltas consideraba que algunas veces actuaba por impulso como lo de la noche anterior mas no comprendía el porqué de su extraño comportamiento. Sentía una necesidad muy dentro de él, un vacio en su pecho – Natsu… - Pronuncio con un sabor amargo en sus labios, sentía que no merecía pronunciar ese nombre era como mancharlo con solo pronunciarle.
Paso una semana normalmente, los tres Dragon Slayers se miraban por las tardes en aquel jardín, claro más vigilados que antes. Jellal jamás hizo presencia frente a ellos lo que se les hacia extraño, además del hecho de extraer su magia había parado durante ese tiempo. Mas aquello rompió cuando los guardias despojaron a los tres mata dragones, escotándoles rumbo a la sala del trono. Una vez en presencia del joven soberano este les explico
-Les he mandado llamar… puesto que, recientemente hubo un ataque sorpresa y varios soldados cayeron heridos. Quisiera ver si me es posible, si Wendy podría prestarnos su poder- En su rostro se notaba la preocupación, atrayendo la atención del peli rosa que escucho incrédulo aquello, Jellal no estaba exigiendo, sino que lo estaba pidiendo
-Así que a eso se debía el alboroto hace un rato- Dijo el mayor de los mata dragones
-Si, les ayudare- Acepto la chica, a ella misma le dolía el hecho de ser una prisionera dentro de aquellas murallas pero no podía ignorar el sufrimiento de las demás personas; después de todo su querida maestra le enseño aquellas habilidades con aquel fin. Ayudaría con lo que estuviese a su alcance
-Gracias…- Sonrió el peli azul – Les guiare hacia el lugar – Dijo poniéndose de pie para estar frente a ellos, una pequeña escolta les seguía. Pasaban por un corredor cuando de repente uno de los guardias que les escoltaban salto diestra y siniestra contra los Dragon Slayers, Gajeel tomo a Wendy poniéndola contra su cuerpo y el suelo en un intento de protegerla
-¡Natsu!- Bramo el moreno a este que se encontraba algo retirado de donde el se encontraba. Sin su poder mágico no eran más que simples personas además de ser retenidas con cadenas, sin duda estaban a merced de cualquiera.
-¡Cuidado Natsu-san!- Exclamo con preocupación la chica al darse cuenta de la situación. Mas el peli rosa estaba desprevenido, había reaccionado demasiado tarde, aquel hombre se encontraba a nada de atravesarle el pecho con aquella amenazante daga que había escondido en sus ropajes
-¡Natsu!- Fue lo último que escucho el chico al sentirse derribado, arremetiendo contra el suelo y con el príncipe encima suyo; Jellal había salido en su auxilio quitándole del medio.
-Jellal ¿Estás bien?- Dijo el chico preocupado al darse cuenta de este hecho
-¿Se puede saber que estás haciendo? Arréstenlo- Decían los guardias tomando a aquel hombre
-Descuida estoy bien- Respondió el príncipe acariciando el flequillo del chico
-¡Tu hombro!- Dijo al ver la costura desgarrada y a su vez la blanca tela tiñéndose de carmín
-Tranquilo no es gran cosa- Intento calmarle, sonriendo. Natsu pensaba que Jellal era tonto al sonreír en una situación como esa, pero estaba en un error, muy en el fondo se encontraba aterrado con la idea de verle morir, mas le fue inevitable sonreír ante las palabras del chico, Natsu se había preocupado por él, y eso le alegraba el alma.
-Yo le curare- Dijo Wendy poniéndose de pie y corriendo en dirección hacia el príncipe, mas este le detuvo
-No se preocupen por mi- Dijo a la vez que indicaba el final del corredor – Atravesando este lugar se encuentran personas que están peor que yo; no pierdan tiempo, ellos son la prioridad en estos momentos- La peli azul sonrió ante las palabras del joven, así era como le recordaba, justo y noble, de gran corazón
-Bien- Dijo la pequeña corriendo en dirección hacia ese lugar
-Ey espera- Dijo Gajeel siguiéndole
-Vayan con ellos yo estaré bien- Ordeno Jellal, quedándose solo con el chico de cabello rosado.
-P…perdón… por mi culpa…- Trato de disculparse, sin embargo sus labios fueron callados por el dedo índice del joven que lo poso en ellos
-No tienes que pedir perdón, esta herida no es nada a comparación si no hubiera impedido aquello-
-Probablemente abría muerto-
-No solo hablo de esa posible herida, también me abrían herido a mi… sentí un gran dolor en el pecho cuando te vi peligrar; sin duda, cuando para el latir de tu corazón te abras llevado el mío junto a ti-
-Jellal… - No tenía idea de cómo responder a los delirios de amor del joven monarca.
-Natsu ¿Por qué no huiste?-
-… Era la primera vez que me sentía tan indefenso, mi cuerpo no me respondía ante el miedo de ver a la muerte acercándose… es el fin cuando esta te pone los ojos encima- Respondió – No quería darte este tipo de problemas, no era necesario que me salvaras… si ese hombre hubiera asestado el golpe a una de tus zonas vitales este sería el fin para ti y el de tu reino; ese hombre solo estaba tras los peones jamás fue en busca del rey. El rey se sobre pone ante todo, siendo la pieza de más valor e irremplazable… un movimiento en falso y el juego se termina-
-¿Me estás diciendo que un rey camina por encima de quienes le sirven?- Pregunto, mas el chico no respondió – Ciertamente es el pueblo quien elige a su rey, no existe un pueblo sin el rey pero también no existe un rey sin su pueblo. Todo es un factor importante aquí…-
-¿Por qué me salvaste?- Le interrumpió
-… Porque, eres una persona muy importante para mi…- Confeso – Escucha bien no me arrepiento de haber salido en tu auxilio, de hecho lo haría una y mil veces; lo que sea necesario solo para poder observar esa mirada que alegra mi desolada alma, quiero que sea mía hasta el final-
-¡Pero qué tonterías dices Jellal!- Bramo furioso el mago
-No es ninguna tontería- Dijo tomando la mano del chico dirigiéndola a su pecho, podía sentir el corazón del príncipe pegar con fuerza sobre aquella prisión que le escondía – Desde siempre te observe y sin darme cuenta mi corazón se pone así de acelerado cada que pongo mis ojos en ti- Las mejillas del chico se encontraban coloradas – Además, no puedo permitir que alguien tome tu corazón ya te lo había dicho antes ¿no? Yo debo ser el primero en robarte el corazón, mi pequeño dragón- Esto último lo dijo mientras le envolvía en sus brazos.
Paso el día, atendiendo entre todos a los que se encontraban heridos, hasta sanarles. Pasados unos días después, los soldados guiaron al peli rosa a uno de los jardines privados del príncipe, en cierta manera era mucho más grande que el otro donde les permiten estar, dejándole solo frente al hombre.
-Déjenos solos- Ordeno Jellal y una vez esto miro al chico, no habían palabras más sus miradas transmitían todo su sentir
-¿P…Porque me has mandado llamar?- Pregunto con temor
-Eh tomado una decisión… quiero que ustedes tres se infiltren en el enemigo- Dijo observando como el chico le miraba incrédulo – Se que es demasiado arriesgado, pero queremos poner fin a esto de una vez por todas-
-¿Quieres que pelee tus peleas?-
-Aunque suene así de mal, si. No me queda más que confiar en ti y en los otros dos- Confesó ansioso – Además…- Dijo mas no termino pues se le fue encima al chico cayendo los dos al suelo, Jellal se aferraba en el pecho del chico, podía escuchar el fuerte latir del joven dragón.
-J…Jellal… ¿Qué te sucede?-
-Solo… quería verte. Durante estos días sentía un desespero por querer verte, se siente horrible esa ansiedad, solo logro alejarla cuando estoy así de cerca de ti- Expuso tranquilo aun recostado en el cálido pecho del chico.
-Dices cosas muy dulces pero tus acciones a veces son muy amargas-
-¿A caso dudas de mis palabras?- Levanto la mirada.
-No, yo solo… - Decía más, le interrumpió el peli azul.
-Dicen que las acciones hablan más que las palabras… entonces- Dijo directo a besarle, el peli rosa intento quitárselo de encima más le era imposible, el hombre se aferraba fuertemente a él.
-Jellal aléjate…- Pidió una vez se separaron jadeantes por oxigeno
-Vaya Natsu… quizás no somos tan diferentes después de todo… tus palabras dicen algo pero tus expresiones, tu mirada, dicen otra cosa- Dijo a la vez pegando su frente a la del chico mirándose mutuamente.
-N…no…- Dijo intentando apartarse mas fue tomado de los hombros obligándole a permanecer allí
-Solo confía en mí- Pidió – Yo también confió en ti-
-No… no lo haces…- Negó a la vez que se ponía de pie seguido por el príncipe. Una vez cara a cara tomo la cadena del grillete en su cuello - ¿Es esta tu confianza Jellal? Tu confianza duele- Reprocho enfadado. El mencionado bajo la mirada avergonzado.
-Admito que al inicio tome decisiones equivocadas… incluso ahora que ya es tarde me arrepiento- Dijo tomando aquel grillete, haciéndole pedazos, liberando al chico de sus cadenas.
-¿Estás seguro de esto?- Dijo Natsu ante la decisión tan apresurada del joven
-Sí, está bien… por culpa de esto es que casi te lastiman-
-Pero también me refiero a que… recuerda que no todo se arregla con un lo siento, puedo aprovechar la oportunidad y atacarte por venganza ¿No has considerado esa posibilidad?-
-¿Por qué habría de hacerlo? Después de todo estoy confiando ciegamente en ti. Si para ganar tu confianza esto es necesario no me importa tener que hacerlo. Liberare a Gajeel y a Wendy- Dijo caminando rumbo a los calabozos seguido por el chico. Una vez liberaron a estos tuvieron ciertos problemas para aplacar al colérico pelinegro. Pero a fin de cuentas las cosas terminaron por arreglarse.
A la noche siguiente se escucho a alguien tocar la puerta de la habitación del chico.
-¿Jellal?- Dijo al verle - ¿Sucede algo?-
-Ven Natsu- Dijo tomándolo de la mano sacándolo de las sabanas; llevándolo por el pasillo
-¿Realmente que sucede?- Seguía preguntando – Ah- expulso al sentir como el hombre le cargaba en sus brazos
-El cielo de hoy es muy bonito ¿no?- Menciono mirando hacia el vasto espacio sombrío
-Hay muchas estrellas- Dijo al notarlas esbozando una sonrisa
-Bueno quería que fuese una noche especial después de todo- Dijo continuando con su viaje
-¿Por cierto a donde vamos?- Pregunto
-Solo espera- Respondió. Sin más llegaron a una alcoba que lucía una impresionante vista del cielo, parte del techo era cristal, de paredes de mármol y siendo velas quienes iluminaban la zona. Jellal le llevo hasta la cama recostando al chico en esta, pudo notar el mal presentimiento que pasaba por sus pensamientos con solo mirarle a la cara – No te preocupes Natsu- Intento calmarle
-Bueno… ¿Para qué me traes aquí?-
-Creí que sería lindo dormir juntos- Dijo
-¿Seguro que solo eso?- Pregunto, sabía que había algo tras ese “dormir juntos”
-Bueno… también había pensado en algo…- Articulaba nervioso
-Sabia que querías algo mas- Dijo Natsu sobresaltado al ver como Jellal se le acercaba poco a poco como un depredador a su presa – N… no…-
-Tranquilo Natsu, no es mi intención herirte créeme- Dijo estando a unos centímetros del rostro del chico
-…P…pero… hacer esto…- Excusaba con nerviosismo, fue entonces que el joven le beso la mano
-Quiero ser lo más dulce posible pero sé que me será imposible controlar mis instintos- Dijo pegando su cuerpo mas al del chico estando entre sus piernas. Besando aquellos labios que le estremecían deslizándose al cuello del chico dando duces y deliciosas lamidas a este, como si intentase curar el lugar donde estuvo aquel grillete, lo mismo había hecho con las muñecas del joven
-…No, para… detente por favor- Pidió con la voz temblorosa
-Si quieres que me detenga entonces detenme tu mismo- Dijo – Ahora mismo soy un simple hombre, con tu magia serias capaz de forzarme a desistir de esto… si realmente no quieres que lo haga, detenme ya que para mí es imposible- Dijo para después besar los labios del chico que temblaba bajo el cuerpo del joven monarca.
-Ahh- Soltó un gemido al sentir al príncipe juguetear con uno de sus rosados botones, acariciando estos con sus dedos para después sustituirlos por su boca, lamia, succionaba, mordía. Natsu sentía que se volvería loco, odiaba admitir, pero aquello se sentía bien; reviso los daños, sus mejillas sonrojadas, su respiración jadeante, su voz entre cortada, su corazón acelerado, unos cosquilleos que recorrían todo su cuerpo y aquellas caricias le hacían temblar el alma
-Eres muy sensible Natsu- Dijo Jellal al ver el estado del chico quien frunció el ceño ante esto – Jeje se que tras ese rostro de enfado escondes tu miedo… bien pensé que quizás esto podría aflojar las cosas- Dijo mostrando una botella de cristal, al parecer contenía licor. Jellal bebió un poco y después retuvo el líquido en su boca acercando esta a los labios del chico, obligándole a beber de esta
-Coff… coff...- Tosió al sentir su garganta arder ante el sabor amargo, Jellal le besaba intentando degustar la bebida con la saliva del pequeño. Serian a lo mucho cuatro tragos que le obligo a beber el peli azul de aquella manera tan vergonzosa; sintiendo una pesadez, su cuerpo se encontraba demasiado relajado. Aquella bebida le había adormecido el cuerpo. Sintió al hombre retirarle por completo el saco negro que llevaba, para después vaciar aquel liquido embriagante en su pecho - … J… Jelllal… Agh- Gimoteo al sentir al príncipe beber el líquido desparramado en su piel, lo hacía como si le devorase sin duda un lunático lleno de pasión.
-Te amo Natsu- Susurro suave y sin decir nada mas, lleno de necesidad le despojo de sus holgados pantalones. Natsu al reaccionar sobre aquello, se lleno de pudor al sentir todo su cuerpo expuesto a aquellos ojos marrones que le miraban con deseo.
-¡No veas!- Intento cubrirse pero el príncipe se lo impidió, notando la vergüenza en su ser
-No seas tímido Natsu- Intento calmar
-No soy… tímido- Respondía, su pensamiento se había vuelto algo torpe a causa de aquella bebida – Además… p.. ¿Porque me desnudas?- Pregunto con las mejillas ardiendo
-Jeje tu inocencia me intriga- Respondió con una sonrisa traviesa y sugerente – ¿Por qué ponerte así de nervioso? ¿Acaso es la primera vez que alguien te mira de esta manera?- Pregunto haciendo referencia a los baños termales o públicos, después de todo alguien allí estaba acostumbrado a que le mirasen
-No… no es eso… sino que, me has desnudado para algo- Dijo temblando
-Jajajaja no me hagas decir lo obvio mi pequeño mata dragones- Dijo tomándole del mentón manteniendo sus miradas; Natsu ante los nervios solo cerro sus ojos – ¿Tanto miedo tienes? Ya te he dicho que no es mi intención hacerte daño ¿o es acaso que tienes miedo a mis caricias?- Dijo para después tomar las pequeñas manos del chico y ponerlas sobre su pecho desnudo – Tócame también- Pidió deslizando las cálidas manos del chico, paseándolas por su bien fornido torso.
-¿Esto es correcto?... – Temblaba su voz, Jellal le cayó con un beso
-Correcto o no, siento que la manera de acerté entender que te amo es de esta única manera- Dijo – Te suplico que no me pidas parar ahora que hemos llegado hasta estos extremos- Y antes de que el peli rosa preguntara el príncipe dirigió las manos del joven hacia su entrepierna que se encontraba bien despierta
-J…Jellal… ¿esto es tuyo?- No quería creerlo, ni pensar siquiera donde el joven monarca pensaba introducirla
-Je supongo que tu también has de estar igual- Dijo ahora tomando el miembro del chico que a diferencia del de el no se encontraba tras la tela de las prendas
-Aghh- Gimió al sentir aquel toque atrayendo la atención del peli azul que divertido comenzó a masturbarle logrando robarle más gemidos al chico. Sin tiempo que perder se deshizo de todas sus prendas, incorporando su propio miembro al placer. Natsu estaba tan avergonzado que deseaba morirse en aquel instante.
-Jeje no reprimas esa linda voz tuya- Dijo el príncipe al ver al chico conteniéndose de expulsar aquellos gemidos que le provocaban un gran placer. Pronto Natsu termino por correrse en las manos del joven, envolviendo ambos miembros en aquel liquido espeso
-P…perdón- No sabía que otra cosa decir más que eso
-Descuida- Dijo Jellal relamiendo sensualmente sus dedos bañados de aquel liquido blanquecino para después relamerse los labios y bajar hasta el miembro del chico que se encontraba bañado con el esperma, lamiéndolo, retirando aquella esencia. Natsu se aferro con desespero a las sabanas echando su cabeza hacia atrás; pasado no mucho tiempo intento reponerse para mirarle, se sostenía con sus codos que temblaban amenazantes de caer, miro como entre sus delgadas piernas se encontraba el joven devorando su ser. Una vez terminada aquella labor dirigió su mirada hacia el pequeño que se encontraba realmente jadeante como si el oxigeno que se encontraba no fuera suficiente para llenar sus pulmones – Que lindo eres- Acaricio el rostro de este llamando su atención – Comprendo que te encuentres avergonzado de cierto modo, pero veo que no es necesario, solo estamos tu y yo, no hay nadie más observando…- Fue interrumpido por el chico que se le abalanzo para besarle.
-Ahora que estamos en esto… las palabras están de más… Jellal- Dijo jadeante en el hombro de este
-Bien, entonces que te parece si me das un poco de entretenimiento también- Dijo el peli azul dirijiendo sus dedos a la boca del chico obligando a este a lamerlos hasta dejarles húmedos para después llevarlos a aquella intima entrada, deslizando uno hasta el interior
-¡Ahh!- Exclamó al sentir el primer intruso, era una sensación extraña para él, le producía un dolor incontrolable, se retorcía tras los movimientos dentro de él, sollozo mas al sentir como ya sumaban tres allí adentro. Cuando finalmente Jellal presintió que era suficiente los retiro al mismo tiempo que Natsu soltaba un gran suspiro de alivio, aunque claro lo que vendría seria pero que aquello. Jellal trato de no angustiar al muchacho así que sin más tomo los muslos del chico para después dirigir su miembro a aquel lugar entrando lentamente -¡Aghhh! …. No…- Se quejo al sentir aquello, arqueando su espalda ante el dolor, le era insoportable. Jellal lamio desde el pecho hasta el cuello del chico intentando calmarlo
-Dolerá un poco… intentare entrar rápidamente- Advirtió y sin dar si quiera al chico reaccionar, entro completo de una estocada
-¡Aghhhh!- Chillo ante aquel dolor punzante tras su entrepierna, al mismo instante, para contener el dolor mordió sin querer el hombro del peli azul quien soltó un quejido al sentir los afilados dientes del joven dragón rasgar su piel al igual que las uñas que se clavaron en su espalda; sonrió pues era un bajo precio a pagar por haber entrado repentinamente y con tal brusquedad. Sentía como el cuerpo del muchacho temblaba y poco a poco se calmaba dejándole libre de su mordedura; el joven príncipe vio lágrimas en las mejillas del chico, habían salido del dolor
-Perdón… soy un tonto…- Dijo el príncipe retirándolas con su mano - ¿Ya te sientes un poco mejor?-
-S…si…- Respondió muy apenas
-¿Cómo se siente?- Le era imposible retener la pregunta
-Se siente extraño… eres demasiado grande…- Se quejo
-Jeje pues tú te sientes muy cálido- Rio, esto hizo al mago de fuego ruborizarse de nuevo - ¿Crees que puedas aguantar mientras me muevo?- Pregunto, pensaba que era mejor eso que tener que agarrarle desprevenido
-Si… ya me siento un poco mejor…- Contesto
-Bien… perdóname si soy demasiado brusco- Se disculpo con anticipación, comenzando a moverse, desatando el vaivén. Natsu gemía tras cada embestida que recibía por parte de Jellal quien soltaba leves gemidos de placer tras sentir aquellas suaves y estrechas paredes por las que se deslizaba, que arbitrariamente le estrujaba exquisitamente en las contracciones que esta daba
-Jellal…- Decía el nombre de ahora su amante susurraba suave como si el nombre se fuera en un suspiro
-Te amo Natsu- Dijo el hombre con voz ronca al oído de este
-Bésame… por favor… aghhhh…- Pedía entre los escamosos gemidos que salían de su boca, se sentía necesitado, deseaba sentir las caricias constantes por parte del joven monarca que no tardo en cumplir lo que pedía besándole con pasión sin dejar su tarea. El joven entrelazo sus brazos por el cuello del príncipe, abrazándole. Mientras este se aferraba fuertemente a su cadera. Hasta que finalmente libero el contenido vaciándose dentro del chico, el cual se estremeció al sentir un líquido recorrer su interior hasta escurrirse por sus muslos. Soltando sollozos, respirando con dificultad; sentía alivio al sentir que aquel intruso salir, aunque claro sin duda Jellal le había hecho sentir el cielo.
-¿Te encuentras bien?- Pregunto el príncipe recostándose en el pecho del pequeño
-Je… claro, me encuentro perfecto- Sarcasmo al cien –Pero… estuviste genial- Sonrió, el monarca tomo la mano del joven depositando un tierno beso en esta
-Te amo con todo mi corazón, mi pequeña chispa de amor-
-Yo también te amo, Jellal- Suspiro
Así sin mas ambos conciliaron el sueño tras esas cuatro paredes testigos de su apasionado amor; siendo los latidos de sus corazones quienes les arrullaron en la obscuridad.
“Almas gemelas, corazón de amantes. Sellando con la carne cumplen, la promesa eterna de amarse… Finalmente la fiera bestia cayo rendida en los brazos de su opresor, viendo en este un sentimiento desconocido, fascinado voló hacia lo inexplorado ya que después de todo ¿Quién siente amor por el dragón del cuento?”