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5 veces en las cuales culparon a Spock por la naturaleza de su genética y 1 vez en la que él mismo se adjudicó la responsabilidad por lady_chibineko

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Notas del capitulo:

Gracias a quienes me acompañaron en este fic. Llegó el final.

Título: 5 veces en las cuales culparon a Spock por la naturaleza de su genética y 1 vez en la que él mismo se adjudicó la responsabilidad

Autor:
Lady chibineko
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)

Disclaimer: La franquicia de Star Trek es propiedad intelectual de Gene Roddenberry y los respectivos productores de cada saga.  Esta historia entra en Star Trek: el Universo Alterno ("Alternate Original Series" o "AOS") que nos trajo J.J. Abrams en la película del 2009.

Advertencia 1: Este es un fic slash, lo que quiere decir relación chico-chico; si no es de su agrado este tipo de lectura por favor no sigan.

Advertencia 2: Christina Chapel sigue como enfermera en el Enterprise y Pike sobrevivió al ataque de Khan y aunque tardó mucho en recuperarse y casi muere en más de una ocasión, lo logró y sigue siendo el almirante que vela por Kirk.

Dedicatoria: A l@s amantes del Spirk a nivel mundial, feliz día del Spirk este 15 de Setiembre del 2015.

En fin, enjoy the chapter please!

Capítulo V+I: S'chn T'gai Spock

Spock, Sulu, Uhura, Checov y Hendorff arribaron a la estación espacial Galileo 85 e inmediatamente se separaron en dos grupos, con el fin de efectuar lo necesario en un tiempo menor.

Por un lado Sulu, Checov y Hendorff fueron a buscar los suministros para reabastecer al Enterprise, tanto en lo referente a alimentos, uniformes y medicamentos; como en lo referente al pequeño cargamento de cristales de dilitium que ya le hacían falta a la nave y por los cuales el teniente Scott casi e iba en persona. Su misión era teletransportar todo de vuelta al Enterprise, dejando la nave de cargo en la cual habían llegado para disposición del otro grupo.

Por el otro lado, el comandante Spock y la teniente Uhura se dirigieron a recoger a un grupo conformado por un diplomático vulcano y dos asistentes, que serían pasajeros del Enterprise durante los próximos 3 a 4 meses, y en torno a quienes giraría la próxima misión de la nave.

Y es que ahora que por fin la principal colonia vulcana estaba más o menos bien instaurada en Vafer-Tor, con sus sistemas de telecomunicaciones, agricultura, educación y jerarquías en completo funcionamiento y en capacidad de producir bienes no solo para los habitantes del planeta, sino también para su exportación; el Alto Consejo Vulcano había decidido que era hora de crear nuevos tratados con las civilizaciones que habían entrado a la Federación Unida de Planetas luego del día de la Gran Pérdida, y reforzar sus vínculos con las civilizaciones con las que ya tenían trato.

Para esto, por supuesto, pidieron ayuda a la Flota Estelar, y por ello el Enterprise quedó como nave designada ya que el mismo Alto Consejo Vulcano había solicitado que fuese esa nave la que llevase a su delegación, puesto que sin la participación del Enterprise, lo más seguro hubiese sido que en lugar de pocos miles, los sobrevivientes de vulcano hubiesen sido apenar un puñado de unas cuantas docenas. Y eso era algo que el pueblo vulcano no iba a olvidar.

Jamás.

Spock se dirigió hacia el punto de encuentro con la teniente Uhura al lado, y el medio vulcano, aprovechando el hecho de que ambos se encontraban solos, decidió devolver a Nyota el gesto que tuvo al enterarse de su relación con Jim ya varios meses atrás, cuando le extendió una cálida felicitación con motivo no solo de la relación, sino de la futura paternidad de ambos.

- "Nyota"- empezó el comandante- "Creo que es mi turno de felicitarte. He podido notar el incremento en los periodos de tiempo que pasas en compañía del teniente Scott y como dicha actividad ha afectado de manea positiva tu estado de ánimo. Es un resultado que encuentro satisfactorio en lo que se refiere a ti."

Uhura miró un instante a Spock con expresión de sorpresa, más pronto una sonrisa se extendió por su rostro.

- "Así que así de obvios somos ¿Eh? Bueno, igual no es un secreto, así que gracias Spock. Y sí, estoy muy feliz. Scotty me hace feliz."

Spock asintió.

- "Me parece que en este caso, la respuesta más adecuada es 'de nada'."

Uhura volvió a sonreír y le dio un empujón amigable a Spock con el hombro, el cual afortunadamente Spock supo interpretar de la manera correcta.

Pasaron otros 5 minutos cuando Spock volvió a abrir la boca.

- "Nyota, tengo un envío a mi nombre que desearía colectar antes de nuestro encuentro con la delegación vulcana ¿Te molestaría mucho el desvío? Estimo que la ida, firma de la colecta y regreso a este punto solo incrementaría un promedio de 17.5 minutos a nuestra llegada al punto de concertación, el cual se encuentra a 70 metros de nuestra ubicación actual, y contamos con un adelanto de 40.12 minutos en relación a la llegada programada en un inicio."

- "No hay problema Spock. En realidad me estaba preguntando como matar el tiempo libre."

Ambos iniciaron el desvío en su camino.

- "¿Y qué tienes que recoger?"

- "Dos raciones de Plomeek."- fue la respuesta- "Un envío de parte de mi padre y otro de parte del Embajador Selik."- explicó Spock finalmente.

Uhura asintió.

- "He visto a Jim devorar yogurth de Plomeek por meses. Tiene sentido."

- "Afirmativo."

Ambos llegaron a una pequeña estación de entregas y Spock dio sus datos. Pronto le confirmaban que lo enviado había arribado sin problemas, tras lo cual Spock dio las indicaciones para que el pequeño cargamento de Plomeek fuese enviado al Enterprise tras las firmas necesarias.

Tras aquello, Spock y Nyota estaban listos para retomar su camino y encontrarse con la delegación vulcana.

Aunque en realidad no tuvieron que hacer otra cosa más que voltear, puesto que pronto frente a los tripulantes del Enterprise se encontraba ni más ni menos que Sarek de la casa de Surak, y a cada lado un vulcano joven. Uno aproximadamente de la edad de Spock y el otro algunos años más joven. Y a decir verdad, Spock reconocía al primero.

- "Sarek"- saludó Spock con un tanto de asombro, pero nada que no pudiese controlar- "Stonn"- se dirigió al que había sido su compañero de estudios, y luego volteó hacia el vulcano que no conocía y levantó la mano en un perfecto Ta'al- "¿Son ustedes la delegación enviada por el Alto Consejo Vulcano? Me encuentro algo desconcertado, el punto de encuentro fue designado en el hangar 28, en aproximadamente 21.41 minutos."- detalló el comandante, esperando no haber sido informado de manera errónea y haber causado un desaire a los miembros de la delegación.

- "Saludos Spock. En respuesta a tu pregunta, así es. Somos los miembros adjudicados a esta misión por el Alto Consejo Vulcano. Y los datos que te fueron dados son correctos, estaba establecido que el encuentro se diese en el hangar 28. Sin embargo, al tener conocimiento de la llegada anticipada de la nave y del hecho de que necesitabas arribar a esta locación y que por lo tanto formarías parte del grupo de encuentro con un 95% de probabilidad; tomé la decisión de interceptarte con el fin de acortar el tiempo de encuentro. Fue la decisión más lógica."

Spock levantó una ceja y asintió en señal de aceptar la lógica de su padre.

El diplomático se dirigió por fin al otro miembro del Enterprise.

- "Teniente Uhura, es grato volver a verla."

- "Lo mismo digo, Embajador Sarek."- dijo la humana de manera propia, tras lo cual realizó una perfecta representación del Ta'al y saludó a los otros dos miembros de la delegación vulcana.

Sarek los presentó como Stonn, nombre que Uhura escuchó a Spock mencionar minutos antes, y Aloran; ambos habían ido como asistentes para las actividades de los siguientes meses.

Pronto todos se ponían en camino al lugar donde se encontraba la nave de cargo que los llevaría de regreso al Enterprise.

~.~.~.~.~.~



- "¡¿Cómo que ese idiota abusivo está en mi nave?!"- casi explotó Jim cuando en la intimidad del camarote que compartía la pareja, Spock le dio un resumen de lo acontecido en la estación espacial (sobre todo porque el rubio no pudo recibir a los invitados pues estaba en su chequeo semanal y la nave llegó casi con 20 minutos de adelanto).

Y es que Jim estaba, para entonces, bastante al tanto de gran parte de la infancia y adolescencia de Spock, o por lo menos de lo más trascendental. Y un grupo de niños vulcanos abusivos que se dedicaron a atormentar a Spock durante años, bajo el liderazgo de aquel a quien llamaban Stonn era, sin duda, un hecho trascendental.

Spock suspiró.

- "Ashal-ve, te pido que te tranquilices... piensa en nuestra ko-fu."

Ah, cierto. El feto era feminino. Iban a tener una niña, y Jim estaba que no cabía en sí mismo de felicidad. Y Spock no se quedaba atrás... aunque de momento aquello no fuese muy obvio.

Sin embargo la mención de la niña alivió un poco el ambiente, aunque no por completo.

El rubio emitió un último gruñido antes de sentarse cruzado de brazos en el sofá de la salita del camarote. Rodó los ojos mirando al techo y volvió a respirar profundo una... dos veces. Miró a Spock y el medio vulcano pudo sentir como el rubio se obligaba a mantener bajo control su cada vez más voluble temperamento. Algo por lo que Spock se sentía profundamente agradecido, sobre todo porque...

Un largo pitido anunció un visitante a las afueras del camarote.

- "Computadora, identifique al visitante."- pidió el capitán.

- "Embajador Sarek"- fue la respuesta.

... Spock suponía que una vez instalado, Sarek iba a venir a ver a James. Era simplemente lógico, teniendo en cuenta el estado de semi riesgo de su T'hy'la en el embarazo.

Jim emitió otro suspiro.

- "Ya que... ¡Entre!"

Las puertas se abrieron y Sarek hizo ingreso al lugar, parándose de pronto frente a Spock y ofreciendo la mano extendida como muestra de amor paterno.

Spock, bastante complacido, respondió el saludo con un toque de sus dedos en la mano de su padre.

- "Spock... James."- saludó Sarek y se permitió posar la mirada en el abdomen abultado del humano- "Veo que el embarazo continúa de manera satisfactoria."

- "Si... pero fuera de eso, es una verdadera sorpresa Sarek. No avisó a nadie de su presencia en esta misión."- respondió el rubio luego de levantarse de donde estaba sentado- "Ni siquiera a Spock o a mí."

Y si Kirk sonaba algo acusador, tal vez era porque esa era su intención.

Un tinte verde se expandió de manera ligera por las mejillas y las orejas del vulcano mayor.

- "Eso me temo se debe, a que fue una decisión de último momento. De manera literal."- fue la respuesta de Sarek.

Spock alzó una ceja interrogante. Kirk las dos.

- "Sa-mekh, tal vez sea lo adecuado que tomes asiento. Traeré una bebida para ti, puedo ofrecerte agua ¿O tal vez un té con especias sería de tu agrado?"

- "No es necesario Spock, por favor no te molestes."

- "Insisto."- fue la respuesta del comandante, y no solo debido a las buenas costumbres vulcanas, sino porque sabía que aquella conversación iba a ir para largo.

Y así fue.

Luego de explicar que fue hasta el último minuto que Sarek se las arregló para convencer al Alto Consejo Vulcano que él era el diplomático más apto para el cargo, inmediatamente pidió un reporte al detalle de la salud de James y del feto, quedando complacido al enterarse de que su futuro descendiente era una, hasta el momento, saludable niña.

No fue hasta las 21:32 horas que Sarek se retiró más calmado, ofreciendo su asistencia en lo que pudiese ser necesario.

Spock mismo se sintió más tranquilo.

~.~.~.~.~.~



Las primeras tres semanas se dieron sin incidencias, y a decir verdad la delegación vulcana se había acoplado muy bien a la rutina del Enterprise.

Se había visitado en ese tiempo un total de 4 planetas, en los cuales la nueva colonia vulcana ganó 3 nuevos aliados mercantiles así como un intercambio de información y un convenio para una serie de proyectos de investigación. Sarek no podía estar más satisfecho hasta el momento.

Además de eso, el vulcano trataba de ayudar y acompañar a James en cada momento libre que tenía, en especial en aquellos turnos en los cuales Jim y Spock se veían en la necesidad de separarse, ya fuese porque Spock debía de correr con investigaciones y hacer toma de datos durante el turno alpha, porque debía liderar algún equipo de exploración, o porque el capitán movía su turno en el puente al beta debido a alguna molestia durante la mañana por el embarazo.

Definitivamente Spock no podía sentirse más aliviado. Y no era el único.

McCoy presentaba menos propensión a ser una mamá gallina (de acuerdo al criterio de Jim) con el capitán desde que éste había sido 'rodeado por duendes', según palabras textuales del galeno.

Si, no importaban los gruñidos de Jim, Spock sin lugar a dudas estaba mucho más tranquilo.

Y en cuanto a los otros miembros de la delegación; Aloran podía ser encontrado dentro de los terrenos de ingeniería durante casi cualquier momento libre que el joven vulcano tuviese, casi siendo adoptado por el teniente Scott y sus subordinados, llegando incluso a compartir la hora de refrigerio con dicho grupo. En cuanto a Stonn... Spock estaba igualmente agradecido por la actitud completamente vulcana de su antiguo compañero de aula, sobretodo porque estaba al tanto que un solo comentario de desdén hacia Spock o cualquier otro miembro de la tripulación hubiese despertado la inmediata furia del capitán. Pero nada de eso había pasado y a excepción de tres oportunidades en las cuales Spock observó al otro vulcano dándole una mirada evaluativa y quizás hasta curiosa al capitán y a dos de los subordinados científicos de Spock, Stonn parecía evitar todo contacto fuera de Sarek y Aloran.

De nuevo, Spock no tenía ningún problema con eso.

~.~.~.~.~.~



Alrededor de la quinta semana en la misión diplomática, le tocó al Enterprise ser la sede de una reunión entre la delegación vulcana y una raza de nuevos miembros de la Federación, los Sudereanos, pueblo dominante entre los habitantes del planeta clase M conocido ahora como Tulchevar, y que hasta hace 3 años estandar se denominaba Micron 36. Era un pueblo con gran cantidad de recursos alimenticios y energéticos, así como poseedores de una cultura rica en arte, historia y complejas costumbres que se diferenciaban según los estratos sociales. Pero igualmente eran bastante desconfiados y apenas habían desarrollado su propia tecnología Warp, 3 décadas atrás.

Y aunque el Enterprise había tenido contacto antes con miembros de dicha raza, aquello no había sido realmente reportado a los Altos Mandos debido a... circunstancias atenuantes.

De todas maneras, aunque la sociedad vulcana y la sociedad sudereana definitivamente se verían beneficiados de formar un tratado; Kavar, el líder del pueblo sudereano (más específicamente, su rey) no ponía las cosas fáciles. Aquello se notaba al punto de que al inicio de la pequeña recepción para el rey Kavar y su delegación, tanto el rey como Sarek mostraban signos de estrés... ¡Sarek por todos los dioses! El panorama no pintaba favorable en lo absoluto.

Jim le dio una significativa mirada a Spock antes de, a paso muy lento, poner sus dos granos de arena a favor de Vafer-Tor en la balanza. O por lo menos intentar hacerlo.

Spock como siempre sintió gran orgullo por esto.

Kirk puso su mejor cara, a pesar de que lo único que deseaba era dar media vuelta y volver a sus habitaciones y más precisamente a su cama, si lo que Spock leía a través del vínculo era preciso; y descansando una mano de manera protectora sobre su abultado vientre de seis meses, saludó con jovialidad.

- "Rey Kavar, bienvenido al Enterprise. Es un honor para mí y mis tripulantes el contar con su presencia. Mi nombre es James Kirk, capitán de esta nave y junto a mi están mi primer oficial y oficial científico en jefe Spock, y mi oficial médico el doctor Leonard McCoy. Igualmente le agradezco el que haya aceptado reunirse con la delegación de Vafer-Tor para revisar el tratado, que sin duda será beneficioso para ambas partes."

El rey dio una larga y evaluativa mirada al humano antes de asentir.

- "Esperemos que valga la pena."- dijo finalmente, el rojo de sus irises brillando de manera casi desdeñosa.

Entonces fijó la mirada en el primer oficial.

- "Usted es vulcano también ¿Es eso correcto? Hay algo diferente sin embargo entre usted y el resto de vulcanos presentes..."

Spock ladeó la cabeza.

- "Soy un ciudadano vulcano, en eso no se equivoca. Sin embargo si percibe una diferencia en mi persona, puede deberse a que soy un híbrido. Soy 50% vulcano y 50% humano para ser más exacto."

Aquello pareció interesarle al rey.

- "Creí que la raza vulcana era excluyente en cuanto a mezclas de su estirpe con otras razas... o por lo menos es la impresión que obtuve tras los informes de mis consejeros tras la petición de su pueblo de concertar un tratado entre ambas partes."

Spock observó entonces a Sarek ponderar lo dicho.

- "Su alteza, si bien es correcto que la raza vulcana aprecia la pureza de cualquier raza; el excluir a un ciudadano de nuestro entorno por el solo motivo de presentar diferencias genotípicas o fenotípicas que no afecten su desempeño, es un accionar carente de toda lógica. Todo ciudadano vulcano es poseedor de un potencial, y por lo tanto se lo ve como una fuente a futuro de orgullo y honor para su clan."

- "¿Incluso un híbrido como el primer oficial de esta nave?"- preguntó el rey de manera casi salvaje.

Sarek se irguió por completo, mostrando casi un aire desafiante.

- "En especial el primer oficial de esta nave. Es mi hijo."

Spock alzó ambas cejas en señal de sorpresa, y no fue el único. Jim y McCoy casi tenían las quijadas en el suelo, y Stonn y Aloran no se quedaban atrás. Spock esperaba que de no darse un tratado, por lo menos no se iniciase una guerra.

Sin embargo, algo en Kavar cambió por completo ante tal revelación.

- "Señor"- interrumpió uno de los tripulantes de la nave al dirigirse al capitán- "Un segundo grupo de la delegación del pueblo sudereano pide permiso para ser transportado a bordo."

Jim dirigió su mirada al rey, al igual que el resto de los presentes. El gobernante se explicó.

- "He solicitado a la princesa, la futura monarca del pueblo sudereano, que asista a la totalidad de las reuniones. Es parte de sus obligaciones y derechos."

Sarek alzó una ceja y miró a la nada un instante, como ponderando la explicación, hasta que finalmente asintió. Spock suspiró aliviado de manera interna, y a su conocimiento, no fue el único.

- "Permita el abordo del nuevo grupo."- fue la orden del capitán, tras lo cual el tripulante asintió y se retiró.

Luego de eso un pesado silencio se instauró en el grupo, un silencio que Jim estaba visiblemente desesperado por romper, sin encontrar solución alguna.

Hasta que...

- "¡Kirk!"- se dio un grito al abrirse las puertas del lugar donde se celebraba la recepción, y un bólido verde se abalanzó contra el humano rubio.

Un bólido que Spock interceptó, siendo de pronto el receptor de un cuasi abrazo mortal por parte de una jovencita envuelta en una nube de feromonas, para gran incomodidad del medio vulcano.

- "Awww, señor Spock, sabía que también me querí... ¡Por los dioses de Tulchevar, Kirk! ¡¿Qué te pasó en la panza?!"

- "¿Kitara?"- preguntó un sorprendido rubio a la orión híbrida con la que habían previamente cruzado caminos y quien por cierto se designaba así misma como una pirata espacial; una bastante particular, puesto que en lugar de interesarse en el pillaje, dicha joven capitana y su tripulación de sudereanos se dedicaban a estudiar otras culturas, descubrir mundos nuevos y realizar experimentos con materiales desconocidos por ellos. Una perfecta adición para la flota, que se llamaba a sí misma 'Capitana Kitara'.

Spock aprovechó el momento para despegar de su persona a la joven damita, a la vez que McCoy comenzaba muy molesto a proferir gruñidos.

- "¡Demonios mocosa! ¡¿Qué te he dicho de dejar de hacer alboroto a tu paso?! ¡Bastante tengo con mi propio capitán para volver a tener que preocuparme por ti!"

Pero la joven, ahora rodeada por el resto del segundo grupo en abordar y que eran ni más ni menos que el primer oficial de la joven capitana y el consejero de la misma, siguió mirando a Kirk con la boca abierta un momento más y luego olfateó el aire.

- "¡Estás preñado! ¡Kush dorm ketaq! ¡No puedo creerlo! ¿Es bueno o malo? ¿Cómo sucedió? ¡¿POR QUÉ nadie me dijo?! ¡Con razón mis informantes me dijeron que esta nave solo tenía misiones suaves desde hace unos meses!"- la joven se volteó hacia el enorme sudoreano que era su primer oficial- "Korotar ¡Voy a ser tía!"

- "¡Kitara!"- finalmente el rey se dejó oír, por completo perplejo por el accionar de su hija y las respuestas de los tripulantes del Enterprise.

La piel de la joven aumentó el tono verde al enfocar finalmente la vista sobre su progenitor.

- "¿Me puedes explicar que está sucediendo?"- exigió el soberano, manteniendo la calma con bastante dificultad.

El lugar estaba de pronto en silencio, todos los asistentes con los ojos puestos en el punto de la acción. Los visitantes sorprendidos por el accionar de la princesa, mientras que los tripulantes del Enterprise trataban de sofocar sonrisas. En cuanto a la princesa, al parecer de pronto sufría de un ataque extremo de timidez.

- "Bueno... padre... señor... ¿Recuerda cuando mi tripulación y yo decidimos tomar un ciclo solar completo para explorar el universo antes de tomar mis obligaciones como futura monarca?"

Spock estaba seguro de recordar que, al conocer a la 'capitana', su segundo al mando, Korotar, había implicado un par de cosas que dejaban ver que en realidad la muchachita se había escapado de casa.

El gruñido que soltó el gobernante confirmó las sospechas de Spock.

- "Bien, pueda ser que, tal vez, nos haya atacado alguien... y pues como que, el Enterprise nos salvó..."

La expresión del rey era de incredulidad completa.

- "¡¿Fuiste atacada y no fui informado al respecto?!"

- "Cuando sucedió tal hecho?"- fue la aportación de Sarek, quien se dirigió a Spock y al capitán en lugar de la joven princesa- "¿Y dónde?"

- "Reporte 1693B-21.16"- respondió Spock con presteza, mientras que Kirk ignoraba olímpicamente a su suegro en favor de tener su atención completamente enfocada en el momento entre padre e hija.

Para sorpresa del primer oficial, Sarek no pareció tener necesidad de buscar el informe para leerlo luego, sino que de inmediato respondió.

- "Se menciona un encuentro con una nave de origen desconocido que fue atacada por una ave de presa Klingon en los límites entre espacio de la Federación y territorio neutral... sin embargo no se menciona que el Enterprise haya entrado en contacto con la nave Klingon."

Ahora también Kirk, Spock y hasta McCoy parecían sufrir de un ataque de timidez.

El rey alzó una ceja, Sarek alzó una ceja... Kirk desvió la mirada y McCoy carraspeó. Spock abrió la boca y luego la cerró al no saber qué decir, pero tenía una mirada de venado atrapado que ni él mismo se enteraba.

Finalmente la tensión pareció afectar a otro participante de la reunión.

- "Ooowww"- se quejó el capitán justo antes de comenzar a frotar con delicadeza su abultado vientre- "Demonios Orejitas..."

Spock de inmediato buscó la manera de aliviar la tensión de su pareja.

- "¿Necesita algo capitán? ¿Tal vez descansar?"

El rostro de la joven princesa se iluminó, todo lo transpirado en los últimos minutos olvidado ante la implicación de lo dicho por Kirk.

- "¡Lo sabía! ¡Podía ver la tensión entre ustedes dos a un click de distancia! Awww, seré tía por partida doble."- dijo la joven con aire soñador.

McCoy excusó al capitán aduciendo que debía de llevarlo a enfermería.

La princesa ni se excusó, simplemente siguió muy emocionada al par, con su comitiva detrás, la cual fue saludada por varios miembros de la tripulación con entusiasmo.

Spock se quedó allí sin saber qué hacer.

- "La princesa es un híbrido también."- fue de pronto el comentario de Sarek hacia el gobernante, quien gracias a todos los dioses no se lo tomó a mal. Al contrario, asintió un tanto abatido.

- "Nuestro primer contacto fue por la caída de una nave de esclavos Orion. Mi reina fue una de las rescatadas, era la madre de Kitara."

La implicación de aquellas palabras era clara.

- "Me lamento con usted por su pérdida."

El rey asintió suavemente en agradecimiento.

- "Ella entendía a Kitara mejor que nadie. Me ha sido muy difícil controlarla..."

- "Lo entiendo... aquella que fue mi esposa, siempre pareció tener una mejor comunicación con nuestro hijo. Debo de admitirlo, fue frustrante en más de una ocasión."

- "¿Su esposa falleció?"

- "En la destrucción de mi planeta, como la mayoría de mi pueblo."- expresó Sarek con dolor.

El rey pareció de pronto afligido.

- "Mis condolencias."

Sarek asintió.

- "Escapó al espacio por un ciclo solar Tulchevar completo, no sé como volvió viva..."

- "Rechazó un puesto en la Academia Vulcana de Ciencias para enlistarse en la Flota Espacial... en contra de toda lógica."

El rey entonces miró a Spock.

- "Su hijo salvó a mi hija."

- "Eso parece."

De pronto tanto Sarek como el rey y el resto de los que quedaban allí posaron su vista sobre el comandante, quien sintió gran incomodidad.

Spock ladeó la cabeza pensando con celeridad. Pasó un minuto y se inclinó con gracia.

- "Si me disculpan, iré a ver el estado de mi capitán."- dio la media vuelta y se fue... algo le decía que no se iba a iniciar una guerra ese día, por fortuna... pero que eso no significaba que su padre no tuviese una larga charla luego, tanto con él como con Jim.

Oh, bueno.

~.~.~.~.~.~



Dos meses y medio habían pasado ya en un abrir y cerrar de ojos desde que la misión diplomática para Vafer-Tor diese inicio y hasta el momento, el pueblo vulcano había firmado y renovado un total de 19 tratados y 12 convenios, además de varios intercambios. El viaje estaba resultando ser un éxito rotundo y, a excepción de un par de incidentes menores, por completo libre de violencia.

Eran las 05:45 horas y Spock abrió los ojos, alejando el sueño casi de manera inmediata.

Sintió el familiar peso y el calor del cuerpo de su pareja apretado contra el suyo propio. O por lo menos tan apretado como podía encontrarse a él James T. Kirk, a sus 7 meses, 3 semanas, 3 días de gestación.

Una pequeña mano pareció dibujarse por unos segundos en la estirada piel del vientre descubierto del rubio, quien se removió incómodo pero no despertó, y Spock no pudo evitar colocar su propia mano sobre el punto exacto donde se dio dicha acción.

Pasaron varios minutos sin que Spock retirase la mano del vientre de su T'hy'la. Era algo que podría pasarse una eternidad haciendo, sintiendo la presencia de su ko-fu, protegida dentro del cuerpo de su amado. Y hubiese seguido así de manera indeterminada si las emociones del rubio no hubiesen cambiado drásticamente de un momento a otro.

Jim comenzó a moverse incómodo, producto de una pesadilla y Spock sabía exactamente a que se refería el sueño.

Tarsus IV y Kodos.

Spock abrazó con delicadeza a su pareja, deseando una vez más, de manera en extremo ilógica, el poder revivir al gobernador solo para poder acabarlo con sus propias manos.

- "Jim..."

- "No."

- "T'hy'la, despierta."

- "Por favor, déjenlos..."

El corazón de Spock siempre se encogía ante el dolor del rubio.

- "Jim, estoy contigo. No es real... despierta."

- "Ahh... ¿Spock?..."

Spock suspiró aliviado. Había sido posible despertar a Jim antes de que el terror nocturno dejara a su pareja al borde de las lágrimas y la desesperación.

Aún así, Jim no se veía bien. Estaba algo pálido.

- "¿Qué hora es?"- preguntó el humano en susurros.

- "06:09 horas."- informó el medio vulcano.

Jim suspiró cansado, y comenzó a voltear sobre su sitio para levantarse y comenzar el día. Spock lo detuvo.

- "Descansa un poco más, ashayam. Yo iniciaré el turno alpha, cuidaré de la nave para que puedas descansar un poco más."

Spock pudo sentir la inconformidad de su pareja, pero para su alivio lo vio asentir. Complacido, Spock entrelazó su mano con la de Jim y lo besó con delicadeza, justo antes de levantarse para comenzar su rutina diaria, no sin antes cubrir al rubio para que éste tratase de aprovechar un poco más la cama.

Antes de salir de la habitación le administró a su pareja los hypos de esa mañana, lo ayudó a tomar sus píldoras y dejó un desayuno balanceado que esperaba Jim consumiese.

A los casi 8 meses, su humano se veía cansado y desganado la mayor parte de día, aún cuando intentaba con gran persistencia verse con la misma predisposición de siempre para cada miembro de la tripulación que requiriese algo de él. Y el hecho de que los turnos del capitán se limitasen a solo 2 ó 3 horas diarias no ayudaban a mejorar su humor; pero eso a McCoy le había importado un pimiento verde, sobre todo cuando informó en un gruñido que el rubio debería de estar en completo reposo.

Spock salió del camarote y suspiró aliviado al ver a su padre dirigirse hacia donde él se encontraba.

- "Buen día, hijo mío. Espero no importunar debido a la hora, pensé que era un buen momento para visitar a James."- era la misma frase casi cada mañana.

- "Buen día, padre. No es molestia en absoluto. Te agradezco lo que haces por mí y mi pareja."

Sarek hizo un gesto para restar importancia al asunto y de pronto desapareció tras las puertas del camarote de la pareja, con un Spock ahora seguro de que Jim ingeriría el alimento necesario para una buena nutrición esa mañana.

Se dirigió al puente a empezar el turno alpha.

Ya pasaban las 12 horas de ese día cuando por fin Jim hizo su aparición en el puente de mando.

- "Capitán en el puente."- anunció Checov mientras el rubio salía del turboelevador y era asistido por Sarek hasta la silla de mando, la cual Spock acababa de desocupar y donde se sentó de manera un tanto pesada pero satisfecho de estar allí, por lo que Spock leía a través del vínculo que compartían.

El capitán respiró profundo.

- "Gracias señor Spock. Estatus, señor Sulu."

- "Continuamos en curso estable a Heracles III a Warp 3, señor. No se registran irregularidades, fuera de un grupo de asteroides a 2 horas de distancia. Llegaremos en aproximadamente 7.34 horas si continuamos a esta velocidad."

El capitán asintió y agradeció a la asistente que se acercó a él con un PADD que necesitaba su firma en la pantalla.

- "Eso suena bien. Continúe con el curso, señor Sulu."

- "Entendido capitán."

Spock se sentó en su puesto con una parte de su atención sobre Jim y la otra parte de su mente enfocada en su trabajo.

Todo estuvo bien hasta que el teniente Sulu de pronto informó.

- "Señor... una nave no identificada de gran tamaño se acerca a nosotros. Y lo hace rápido... no parece amistosa."

Kirk actuó de inmediato.

- "¡Alerta amarilla! Suban los escudos al 100%. Uhura, intenta establecer comunicación con la nave desconocida."

- "Escudos arriba señor."

- "La nave desconocida está respondiendo, capitán."

- "En pantalla."- ordenó el capitán al tiempo que se paraba de la silla de mando y se acercaba a la pantalla- "Aquí el capitán James Kirk de la nave de la Flota Estelar, Enterprise. Se encuentran en espacio de la Federación Unida de Planetas, solicito que se identifiquen."

Entonces una figura apareció en la pantalla, y la respiración de cada uno de los presentes en el puente se cortó.

- "Soy M'Ret, capitán de la nave de guerra del Imperio Romulano, Shiar. Exigimos la inmediata rendición de su nave y la entrega de los vulcanos que lleva a bordo, o de lo contrario destruiremos su nave y a todos en ella."

- "Uhura, corte la comunicación."- dijo el capitán con voz alterada y a los segundos ordenó alerta roja- "¡Sulu, sácanos de aquí ahora!"- gritó finalmente y se contactó con ingeniería al instante- "Scotty, dame todo el poder que tengas, necesitamos ir a máxima velocidad."

- "¿Qué demonios está pasando allá?"- preguntó el escocés de mal humor.

- "¡Capitán, la nave rromulana se encuentrra detrrás nuestrro!"- advirtió Checov en un tono que no auguraba buenas noticias.

- "¡Pues piérdanla!"- ordeno Kirk de manera tajante al tiempo que empezaba a andar de un lado al otro del puente con Sarek detrás.

La puerta del turboelevador se abrió y Stonn entró por ella, enfocándose en Sarek.

- "Embajador ¿Qué está pasando?"

- "Estamos bajo la persecución de una nave romulana. Somos el motivo, al parecer."- informó el vulcano de manera precisa antes de mirar a Spock.

Spock jamás creyó ver a Stonn palidecer de esa manera, pero no era para menos. Él mismo se sentía fuera de balance, pero por diferentes razones. Con Jim en el puente, su familia se encontraba en peligro inmediato.

- "Capitán, le pido por favor se dirija a la enfermería de la nave."- tras lo cual se contactó con McCoy- "Doctor, estoy relevando al capitán de su puesto de manera indefinida mientras dure la alerta roja, espérelo en la enfermería lo antes posible."

- "¡¿Qué?!"- preguntó el rubio incrédulo.

- "Por favor Jim, no me hagas llevarte a la fuerza. Tu condición te compromete en el momento. Confía en mí, te necesito a salvo a ti y a nuestra hija."

- "Señor, la nave romulana prepara sus armas. Estamos en rango de disparo."

- "¡Curso de evasión!"- contestaron Kirk y Spock a la vez, justo antes de que Spock volviese la vista a su pareja, una mirada de súplica y desesperación en sus ojos.

- "¡Maldición mocoso! ¡Trae tu trasero a enfermería AHORA!"- se escuchó el gruñido del doctor en jefe a través del comunicador.

- "James, es lo más sensato. Yo iré contigo."- instó Sarek.

Kirk finalmente soltó un improperio en voz baja y apretó los labios antes de dar la media vuelta, justo cuando la nave fue impactada en los escudos por un torpedo y se sacudió por completo.

- "Escudos al 87%."- se escuchó a uno de los alférez informar.

Y si no hubiese sido por Spock y por Sarek, Jim hubiese ido a parar al suelo. Y eso solo lo puso de peor humor, pero con alivio Spock lo vio ingresar al turboelevador seguido de su padre.

Ahora podría centrarse en perder a sus persecutores.

Mientras tanto, en el turboelevador.

- "Enfermería y un cuerno."- dijo un muy molesto humano en cuanto se cerraron las puertas- "Computadora, llévame a ingeniería."

- "¡James!"

- "Mire Sarek, esta es mi nave y no voy a dejar que ella o mi tripulación caigan sin pelear, si es que queda algo de vida en mi ¿Estamos? Si quiere ir a enfermería, bien... vaya. Mi destino es ingeniería."

Sarek trató de decir algo, pero no encontró argumento alguno que pudiese convencer a la pareja de su hijo. Kirk asintió satisfecho.

Y en el puente, las cosas no iban tan bien.

Sin importar que, no se podían sacudir a la nave romulana, y tras un segundo impacto la velocidad comenzó a disminuir y los escudos bajaron al 79%.

Y para ponerle la cereza al pastel.

- "¡Spock, manda a Jim a la enfermería de una vez!"- exigió un bastante exasperado McCoy por el comunicador.

A Spock se le escapó el katra del cuerpo.

- "Doctor, el capitán debería de haber llegado a enfermería hace aproximadamente 5 minutos."

- "¡Pues no está aquí!"

Spock estaba al borde del colapso.

- "Computadora, localice al capitán James Kirk."

- "El capitán James Kirk se encuentra en ingeniería."- respondió la voz de la computadora de manera ligeramente entrecortada.

- "Puente a ingeniería. Teniente Scott..."

- "¡Ahora no Spock! ¡Estamos tratando de evitar que el lugar colapse! ¡Dime que nos quitamos a esos bastardos de encima!"- se escuchó la voz del rubio en un tono bastante agitado.

Una ligera explosión se dejó oír.

- "¡Aloran, ayúdame a quitar a mis ingenieros de debajo de los escombros! ¡Jim, trata de enfriar la cámara con otro código! ¡Esto es un desastre!"- se escuchó a Scotty renegar.

- "Demonios."- dijo el capitán agotado- "Keenser ¡Bájate de allí y sostén el tablero mientras cambio los chips!"

- "¡Jim! ¡Sal de allí y ven a mi enfermería o voy a ir por ti!"

- "Ahora no Bones ¡Piérdete!"

- "Señor"- Sulu retomó la atención de Spock- "Si la velocidad sigue disminuyendo, nos alcanzarán... y pronto."

- "Señor Scott, necesito las turbinas a máxima potencia."- exigió el primer oficial.

- "Aye, aye... con suerte en 30 minutos, todo está de cabeza por aquí."

- "¡No tenemos ni 10 minutos, señorr!"- intervino Checov, quien sacaba cálculos una y otra vez.

- "Jim ¡Ve a enfermería!"- trató una vez más Spock a falta de ideas.

- "¡Ve tu primero y... estréllate... contra una... maldita roca!..."- replicó el capitán mientras, al parecer, sostenía algo entre sus labios. Posiblemente los chips del panel de control.

Spock se aferró a los antebrazos de la silla de mando y hundió las uñas en estos, a pesar de que el metal lo lastimaba.

Solo a Jim se le ocurriría mandarlo a una roca mientras... roca... rocas...

Spock alzó la cabeza.

- "¡Señor Sulu! El conjunto de asteroides que mencionó ¿A qué distancia...?"

Fue como si de pronto todos compartiesen un solo cerebro, la vida volvió a los ojos de más de uno.

- "¡A 5 minutos a la velocidad actual ¡Cambiando curso!"

- "Si llegamos al grrupo de asterroides y lo atrravesamos, entonces tendrríamos una ventaja sobrre la otrra nave ¡Da! Es más grrande y tardarrá más tiempo que nosotrros... Necesitarremos... Warp 7... 8 parra perderrlos tras pasarr los asterroides."- concluyó un exaltado Checov.

- "Spock ¡Eres un maldito jodido genio!"- se escuchó la voz de Kirk con emoción- "Checov ¿En cuánto tiempo necesitas las turbinas a Warp 8?"

- "Errrrr... 12 minutos."- el muchacho dijo sacando más cálculos.

- "Conjunto de asteroides al frente, contacto en 3 minutos."- se escuchó a Sulu.

- "El daño a los paneles es grave, se necesita por lo menos dos horas para repararlos."- se escuchó a Aloran.

- "Como dije, 30 minutos."- replicó Scotty.

- "Pues lo haremos en 10 ¡Ey, Bones! ¡Bienvenido! ¿Por qué tan gruñón? Únete a la fiesta. Ingeniería fuera."- cortó Kirk.

- "¡Lanzaron otro torpedo de protones!"

- "¡Evádalo!"- ordenó Spock.

Fue una suerte entrar al laberinto de asteroides y un milagro que al salir la nave respondiese con velocidad Warp 8 por un gran total de 7.12 minutos.

El Enterprise logró perder a la nave de guerra romulana, y al parecer sin una sola baja.

Excepto por...

- "Spock, aquí McCoy. Ven a enfermería... Jim entró en labor de parto."

Spock salió disparado de la silla del capitán y pronto corría por los pasillos, sintiendo una espantosa sensación de deja vú. Su corazón se contrajo al lado al llegar a enfermería y recordar a su T'hy'la muriendo en la sala del reactor.

Sin embargo, lo que encontró fue a Kirk negando entre lágrimas al doctor, con Sarek al lado.

- "No, es demasiado pronto... falta un mes. Tú dijiste que Orejitas debía de estar todo el tiempo posible dentro."

- "Pues debiste de pensarlo mejor antes de someterte a tanto estrés y esfuerzo físico. Tendré que realizar el parto por cesárea cuanto antes."- replicó un preocupado doctor.

Spock se acercó a la biocama y pronto el capitán se aferraba a él como a una línea de vida.

- "Spock, dile que aún no salga... dile a Orejitas que se tranquilice."- y justo tras decir aquello, se dobló de dolor.

- "Jim..."- suspiró Spock sin estar muy seguro de que hacer para ayudar a su pareja a superar el dolor.

- "¿Puedes hacer eso? ¿Puedes hacer que la niña se relaje y atrasar el parto?"- preguntó un esperanzado doctor. Spock lo miró sin entender- "Jim está demasiado estresado, eso hace que su cuerpo tenga mayores posibilidades de responder mal a la intervención, al igual que la bebé; y no quiero arriesgarme a darle un sedativo. Si puedes hacer que la niña retrase un día más su llegada, haría esto más tranquilo."

Spock no necesitó pensarlo dos veces antes de asentir, decidido.

- "Haré todo lo que esté a mi alcance, doctor."

Apretó la mano de su pareja para infundirle todo su amor y apoyo, y un par de minutos después se sentaba en una silla al lado de Jim para realizar una fusión mental.

- "Mi mente a tu mente, mis pensamientos a tus pensamientos."- dijo con adoración mientras sus ojos se negaban a despegarse de los de su amado.

Spock no se movió de aquella posición durante las siguiente 3.87 horas, tras las cuales rompió la fusión mental con su pareja y su hija, y colapsó en la silla, con su padre al lado. Apenas tuvo la suficiente fuerza para trepar la biocama al lado de un ahora durmiente Jim, en caso fuese necesario volver a fusionarse con él.

Luego de eso, no supo de nada más hasta el día siguiente, cuando McCoy lo despertó con suavidad.

- "Jim está estable, voy a prepararlo para la cesárea."- avisó el doctor sureño.

Spock asintió y salió del lado de su T'hy'la para permitir al doctor trabajar, sin embargo no salió de la habitación tal y como lo hizo su padre.

- "Quiero estar presente, doctor. Por favor."- pidió el medio vulcano.

McCoy miró al primer oficial por un largo momento antes de asentir.

- "Date una ducha sónica rápida primero y cámbiate, no voy a dejar que contamines mi sala de operaciones entrando en el estado en el que estás ahora."

Solo entonces Spock recordó que no se había cambiado ni aseado desde el día anterior.

Ingresó a la oficina personal del doctor, donde era consciente que el hombre tenía una ducha instalada, y se dio una rápida ducha. Al salir encontró un uniforme limpio, y se lo puso de inmediato. Chequeó lo que estaba sucediendo en el puente y se enteró que el teniente Scott había quedado al mando de manera temporal debido a las circunstancias y pidió ser informado de cualquier percance.

Luego de eso volvió al lado de Jim, quien ya había despertado y había sido ingresado a la sala de operaciones; y quien al parecer le pedía algo de manera desesperada al galeno.

- "Bones... por favor, déjame consciente."

- "Lo siento Jim, será mejor si te duermo. Pero al despertar prometo que tendrás a tu niña contigo. Será rápido, y Spock estará a tu lado a cada momento."

Spock tomó una de las manos de Jim entre las suyas y, sin dudarlo, apoyó al doctor.

- "Por favor, ashayam. Haz lo que el doctor recomienda."

Jim cerró los ojos y asintió, dejando que el doctor le administrase la hypo que lo dejaría inconsciente una vez más.

Cuando McCoy tomó el bisturí laser que la enfermera Chapel le entregó, el medio vulcano se sintió imposibilitado incluso de respirar. Estaba sucediendo, su niña iba a nacer, parecía tan irreal.

Y lo más gracioso, fue bastante rápido y a la vez eterno. Entre el momento en el cual el bisturí tocó la piel de Jim hasta el momento en que la pequeña infante de piel verdosa y arrugada fue puesta en los brazos de Spock, fue como si el medio vulcano lo hubiese observado todo estando y sin estar presente. Pero la realidad le dio de frente cuando el primer llanto cruzó el espacio hasta llegar a sus oídos, y la niña con pelusita dorada en lugar de cabello lo viese con enormes ojos oscuros, tan propios y la vez tan diferentes a los de cualquier vulcano.

McCoy terminó de regenerar la piel de Jim tras cerrar la incisión y sonrió tras la mascarilla.

- "Escucha ese par de pulmones y mira esa cosita rubia en su cabeza, es una Kirk sin lugar a dudas... una Kirk con orejas picudas."- el doctor se acercó y miró a Spock- "Una belleza, y necesito llevármela un par de minutos para que Christine la pueda pesar, asear y hacerle los exámenes respectivos. Aunque desde aquí la veo bastante saludable."

Spock entregó a su niña con reticencia, la respiración incluso le había fallado cuando el peso de su hija fue retirado de sus brazos. Sin embargo Jim comenzaba a despertar y quería asegurarle a su T'hy'la que todo estaba bien.

- "¿Spock?"

- "Estoy aquí, ashayam. Y nuestra ko-fu también."

Jim sonrió de manera cansada y algo aturdida.

- "Orejitas ¿Dónde está?"

- "Justo aquí... tiene un par de ojos que enamoran."- intervino McCoy volviendo con la niña y depositándola al lado del capitán- "¿Y cómo le voy a poner a esta pequeña belleza en la cartilla?"- preguntó el hombre de manera relajada.

- "Amanda."- contestó Jim sin dudarlo.

- "T'Kim"- dijo a la vez Spock, sin poder evitarlo.

Ambos hombres miraron al otro en sorpresa.

- "¿Amanda, ashayam?... Me siento honrado."

Jim sonrió apenado.

- "Si... lo estuve pensando y... me pareció lo correcto ¿Qué... qué significa, T'Kim?"

- "La dama dorada, que es exactamente lo que ella es... dorada como tú, que iluminas mi vida día a día. Ahora ambos son mi sol."

Ambos hombres miraron a la niña, que de nuevo profería pequeños llantos, haciendo que Jim la acomodase entre sus brazos con ayuda de Spock para darle calor.

- "¿Entonces? ¿Qué nombre le pongo?"- preguntó el galeno.

Spock miró a Jim, un flash de entendimiento se dio entre ambos hombres y Spock entonces dijo con seguridad.

- "T'Kim Amanda Kirk, hija de Spock."

McCoy sonrió y colocó el nombre de manera rápida en el registro. Era perfecto.

~.~.~.~.~.~



Un día después del parto, por fin Spock se dio a sí mismo un descanso, decidiendo volver al camarote para hacer un reporte completo finalmente a los Altos Mandos sobre lo acontecido, tomar una ducha sónica y cambiarse de ropa, justo antes de pasar por el comedor para replicar algo de alimento tanto para sí mismo como para Jim, quien finalmente lo había convencido a punta de ojitos de cachorro que le trajese un flan de contrabando, puesto que se le había antojado un poco pero el doctor McCoy se negaba de manera tajante a permitirle aquello... aunque no porque le hiciese daño a Jim comer un poco, sino que el buen doctor tenía al nuevo padre (o madre como decía McCoy) castigado hasta nuevo aviso por darle 'el maldito susto de su vida y sacarle por lo menos otras 100 canas con tan arriesgado e irresponsable comportamiento'.

Bien, Spock también había terminado con el corazón en un hilo, pero no sabía cómo decirle que no a Jim en ciertas ocasiones, así que aceptó pasar el flan de contrabando a la enfermería, o por lo menos intentarlo.

Poco más de 6 horas después, una vez aseado, cambiado y arreglado tras un par de horas de sueño y una más de meditación; el comandante de la nave entró al comedor y se encontró de pronto siendo el receptor de múltiples felicitaciones por su reciente estatus de padre, así que dio las gracias del caso a cada miembro de la tripulación que tuvo una palabra con él para agradecer los gestos y buenas intenciones, y sintiendo dicha por tener en el Enterprise, más que compañeros de trabajo, una familia.

Pasaron casi 15 minutos antes de que le fuese posible tomar una bandeja y acercarse al replicador.

- "Dime que eso que llevas allí no es flan."- dijo de pronto una voz detrás suyo mientras organizaba todo el alimento en la bandeja de forma eficiente y ordenada.

Spock volteó sobre su sitio, solo para encontrar al doctor detrás suyo, con expresión más ceñuda de lo normal.

El medio vulcano abrió mucho los ojos y luego la boca para decir algo, sin embargo la volvió a cerrar al no encontrar que decir, tan solo mostrando una ligera culpa brillando en sus ojos.

McCoy gruñó.

- "Malditos duendes enamorados."- miró la bandeja- "Por lo menos es una porción pequeña, y Jim necesita reponer calcio... ¡Pero ni se te ocurra decirle al mocoso que te permití llevarle el flan! No quiero que piense que le permito todos sus caprichos."- dijo el galeno de mal talante.

Y Nyota y Sulu, que se acercaban para replicar sus almuerzos, rieron al escuchar al doctor.

- "McCoy, no hace falta que Spock le diga nada al capitán. Kirk sabe que haces lo que él quiera sin importar lo mucho que lo niegues."- dijo Uhura con tono juguetón.

- "Cierto."- rió Sulu detrás de ella.

- "Arghh... ya, ya. Abre campo duende, no tengo tiempo para perder y quisiera comer algo antes de que se de otra condenada emergencia."

McCoy pasó al replicador mientras los otros oficiales felicitaban a Spock y prometían pasar a ver a Kirk y la niña más tarde, ahora que el capitán estaba descansado. Y Nyota de paso le aseguró a Spock que el teniente Scott tenía todo corriendo de maravilla en el puente durante el turno alpha, por mucho que el escocés renegase al no estar en su amado cuarto de Ingeniería.

Finalmente Spock fue capaz de encaminarse a la salida, sin embargo se detuvo una vez más cuando los otros tres vulcanos de la nave hicieron su entrada al comedor.

- "Padre. Aloran. Stonn."- saludó el medio vulcano.

- "Spock."- saludó Sarek mientras los otros dos asentían- "¿De vuelta a la enfermería?"

Spock asintió.

- "En ese caso, desearía ir contigo. Te pido me des el tiempo necesario para replicar mis alimentos."

Spock le dio una breve mirada a la fila en el replicador, la cual había aumentado en longitud, lo cual significaba que Sarek demoraría un promedio de 12 a 15 minutos. Sin embargo Spock asintió sin dudarlo, su padre había hecho mucho por Jim y por él mismo durante las últimas 10 semanas y esperarlo era lo mínimo que podía hacer.

Al final solo quedaron Spock y los dos asistentes.

- "Espero que los eventos transpirados durante los últimos dos días no hayan diezmado los logros obtenidos para la colonia."

Fue Aloran quien respondió.

- "En lo absoluto. Hace tan solo 10.58 minutos terminamos de trazar un itinerario para el tiempo remanente de nuestra misión, enfocado en sacar el mayor beneficio durante dicho tiempo restante. Para ser sincero, los logros obtenidos son mayores a los esperados."

- "Escuchar eso es gratificante."- respondió el comandante, y luego continuó- "Como es gratificante el que no hayan sufrido lesiones graves. Procederé a informar a la colonia sobre lo acontecido."

El ataque de la nave romulana había sido brutal. Afortunadamente no se dieron bajas de parte de los tripulantes del Enterprise, y la nave no iba a necesitar reparaciones mayores inmediatas, por lo que no se iba a tener que cortar la misión diplomática. Scott iba a ser capaz de mantener al Enterprise en una sola pieza hasta que desembarcaran de nuevo en la Tierra luego del fin de la misión.

- "Lo es."- respondió Aloran- "Y debo decir que la interacción entre los miembros del Enterprise es única... y efectiva. Igualmente estoy en el deber de informar que realicé un breve reporte de lo sucedido al jefe de mi clan, quien ha expresado su asombro por lo ocurrido. Es probable que algún miembro de mi clan se presente a la Flota Estelar en un futuro, si con ello se da la oportunidad de obtener ingenieros que equiparen en habilidad a los miembros de esta nave. La capacidad de encontrar soluciones a eventos de la magnitud vivida hace 49.8 horas es sin duda, una ventaja deseada en la colonia. Espero que mis acciones no hayan traspasado los límites permitidos."

Spock alzó una ceja en señal de sorpresa. Eso no se lo esperaba.

- "Estás en tu derecho de informar lo ocurrido a tu jefe de clan, Aloran. Sin embargo una copia de tu informe sería deseable en un futuro."

Aloran asintió, visiblemente aliviado para un vulcano.

- "¡Ey, Aloran!"- se escuchó de pronto al teniente Scott llamar, y Spock pudo observar al escocés en una mesa junto a dos de sus subordinados, además de Uhura, Sulu y Checov.

Aloran asintió en señal de reconocimiento en dirección al ruidoso jefe de ingeniería, luego volvió su atención hacia Spock.

- "Si me disculpan."- fueron sus últimas palabras antes de encaminarse hacia donde era requerido, dejando a Spock solo en compañía de Stonn, quien lo observaba de manera pensativa.

Fueron 2.12 minutos un tanto incómodos antes de que, por increíble que pareciese, Stonn cortase el silencio. Y con palabras que Spock nunca hubiese pensado escuchar.

- "Estuve en la enfermería de la nave 5.81 horas atrás. Una de las enfermeras pasó a mi lado con tu hija en brazos. Es una niña... estéticamente agradable, a pesar de las características inusuales para nuestra raza... te ofrezco mis felicitaciones."

Aturdido, Spock tan solo asintió, sin estar seguro de que más decir.

Otro silencio incómodo se dio por 48 segundos.

- "Luego de tu partida al planeta Tierra, T'Pring y yo nos enlazamos. Ella murió el día de la Gran Pérdida."- dijo de la nada Stonn, dejando en relativo shock al comandante, quien sin embargo respondió casi por inercia.

- "Me lamento contigo."- y fue una respuesta sincera.

Stonn asintió, y tras unos segundos continuó.

- "Procreamos un niño. Él sobrevivió... tiene 5.57 años estándar de edad. El trabajo que efectúo en esta misión diplomática, lo realizo para asegurar su futuro."

Spock estaba perplejo, no sabía que más decir. Sin embargo Stonn continuó, cambiando de tema una vez más.

- "Los ojos de tu hija... su coloración fenotípica es propia de un vulcano, y sin embargo se ven diferentes."

- "Son humanos, como los míos. Dicha característica fue señalada por ti durante nuestra infancia y adolescencia un total de 565 veces."- y todo ello Spock lo dijo en tono neutro y sin una pizca de enfado en su voz, pues ya no significaba un agravio para él tener ojos que demostraran lo que heredó de su madre.

Stonn observó a Spock y asintió.

- "Eso es correcto, sus ojos son humanos... como los tuyos."- finalmente Stonn guardó un corto y significativo silencio mientras enfocaba su mirada a la nada- "Mis prejuicios contra ti durante nuestra infancia y adolescencia parecen algo fútil ahora. Carecen de significado. Es por tus acciones que mi hijo está vivo, porque el camino que elegiste vivir llevó a la posibilidad de salvar parte de nuestro pueblo... la posibilidad de salvar a mi hijo. Spock, ofrezco mis disculpas por lo transpirado entre nosotros, aún cuando disculparse sea una acción que por lo general carece de lógica. No fuiste un error."

Y tras decir aquello, el vulcano dio la media vuelta y se retiró del lugar, dejando a Spock con una sensación de victoria agridulce en el pecho.

Después de todos aquellos años, Stonn aún procesaba la pérdida de su pareja; y Spock en verdad esperaba nunca tener que pasar por aquello.

- "Spock."- la voz de su padre lo sacó de sus pensamientos- "¿Procedemos?"

Spock asintió y ambos se dirigieron a la enfermería, donde encontraron al rubio con T'Kim en brazos.

- "¡Sarek!"- protestó Jim cuando el vulcano mayor exigió a la niña el tiempo suficiente para que él rubio se alimentara con el caldo que Spock le puso delante. Aunque pronto su expresión cambió a una de deleite- "¡Lograste traerme el flan! Desde ahora yo te nombro mi contrabandista favorito."

Spock observó a Jim disfrutar del dulce y su corazón latió al doble del ritmo normal.

No, no deseaba perder a tu T'hy'la nunca.

~.~.~.~.~.~



Seis semanas habían pasado desde el nacimiento de T'Kim Amanda, y mientras Jim terminó de recuperarse y el ordenado caos que era el día a día del Enterprise volvía a instaurarse; Spock pudo comprobar en persona que aquel viejo dicho humano que decía 'A los hijos se les educa y a los nietos se los malcría' era aplicable no solo a humanos, sino también a vulcanos. O por lo menos a Sarek de la casa de Surak, quien hacía con T'Kim lo que nunca se había permitido hacer con Spock.

Y es que Sarek se había convertido, por voluntad propia, en el cuidador casi oficial de la bebé desde el momento en que ésta fuese puesta en sus brazos. Y allí donde había exigido una recia disciplina vulcana a Spock desde su nacimiento, se deshacía en atenciones y mimos para con la niña, a la que cuidaba por lo menos 1 de cada 2 días ahora que sus obligaciones diplomáticas habían finalizado, y antes de eso en cada momento que el vulcano mayor había tenido libre.

Sin ninguna vergüenza o reparo la alimentaba, bañaba, acostaba y hasta cambiaba sus pañales; tomándola en más de una ocasión de brazos de sus padres mientras ponía como excusa el que Jim debía de recuperarse en un principio, y luego el hecho de que tanto Kirk como Spock tenía una nave espacial y una tripulación a la cual dirigir.

Luego de la primera semana, Jim dejó de discutirle la lógica a su suegro. Más que nada porque Sarek no iba a quedarse de manea indefinida en el Enterprise.

Spock decidió que el razonamiento de su T'hy'la era válido.

Y en el presente, luego de una larga y exitosa misión diplomática para conseguir nuevos recursos para la, aún bastante mitigada raza vulcana; el Enterprise se encontraba a tan solo 10 días de Vafer-Tor.

Y Spock se encontraba a solo 11 días de enlazarse con Jim bajo las leyes de su raza, así como de presentar a T'Kim Amanda Kirk, hija de Spock como la más reciente adición a la casa de Surak.

Casi no podía creerlo, pero era cierto.

- "¿Qué tal el panorama, señor Sulu?"- escuchó Spock la pregunta formulada por Jim.

- "Todo en orden, señor. Solo estrellas y quietud."- respondió el navegante, para satisfacción del rubio.

- "¿Señor Spock?"

- "Concuerdo con el teniente Sulu, señor. No hay actividad de naves en las inmediaciones. Tampoco hay registro de actividad electromagnética de ningún tipo. No se registran intentos de contacto ni actividad fuera de los parámetros normales en los planetas cercanos."

El rubio suspiró y asintió.

- "Perfecto, entonces eso es todo por hoy. Muchas gracias a todos por un buen día de trabajo."- elogió el capitán a la tripulación del puente justo antes de pararse y estirarse un poco.

En ese momento la puerta del turboelevador se abrió y algunos tripulantes de turno beta ingresaron al puente, y procedieron a tomar sus posiciones.

Tanto Jim como Spock esperaron a sus reemplazos para finalmente tomar juntos el turboelevador. Ese día, afortunadamente, ninguno tenía turno extra en el puente.

- "Spock, voy yendo a nuestro camarote. Muero por tener a Orejitas en brazos de nuevo... eso si es que tu padre me lo permite. Aunque igual tengo que terminar como con un millón de informes... Ah, bueno. Me sentiré feliz si puedo al menos alimentarla antes de que se vuelva a dormir."- dijo el rubio con una sonrisa- "¿Llegas muy tarde?"

Spock negó mientras el turboelevador se abría y Jim salía de este.

- "Estaré contigo en 2.14 horas. Debo de colectar la data de algunos experimentos, sin embargo pretendo analizar dicha data en la terminal del camarote."

Las palabras de Spock fueron recompensadas con una sonrisa y un beso vulcano de parte de Jim, quien esperó hasta que las puertas volvieron a cerrarse para embarcarse en la difícil tarea de reclamarle la niña a Sarek.

Spock en verdad se sentía complacido con su actual situación.

~.~.~.~.~.~



El resto del viaje estuvo, afortunadamente, libre de complicaciones y Spock se sintió agradecido por ello.

Pronto Sarek fue transportado a Vafer-Tor, donde se encargaría de presentar un extenso informe al Alto Consejo Vulcano sobre los resultados de su misión, mientras que el Enterprise tendría 3 días de anclaje en el planeta, con licencias rotativas de descanso para la tripulación.

Aunque en el caso de Jim y Spock, ambos permanecerían en el planeta los tres días completos, por lo que ambos se transportaron junto a Sarek y al bebé, dirigiéndose después de eso a la casa del padre de Spock.

- "Wow, este lugar es un horno."- comentó el rubio mientras se secaba el sudor del rostro una vez más, al tiempo que terminaba de cambiar a una sonriente bebé- "Pero vale la pena."- dijo justo antes de soplarle la barriga a la nena, la cual se removió haciendo gestos felices, ahora bien enfundada en una pequeña pijama y lista para ir a dormir. Pronto fue puesta en una pequeña cuna al lado de la cama.

- "Me complace que pienses de esa manera, ashayam."- fue la respuesta del medio vulcano, quien dejó el PADD con el que estaba trabajando sobre la mesa y optó por ir a abrazar al rubio, aprovechando la intimidad que ofrecía la habitación que les había sido designada para pasar la noche.

Jim se recargó ligeramente sobre Spock y suspiró.

- "Solo unas horas más y estaremos irremediable e irrevocablemente casados."- aseguró el capitán del Enterprise en tono de broma.

- "Enlazados."- corrigió por vigésimo tercera vez Spock... lo cual no era una molestia en lo absoluto. Era un término que se complacía de usar con su T'hy'la.

- "Mmmm... si."- Jim cerró un momento los ojos y Spock pudo sentir una onda de felicidad emanando de su pareja- "Aunque me vaya a ver ridículo con la túnica que me toca usar ¿Seguro que no puedo usar el traje de gala de la Flota? Tampoco me gusta tanto, pero me veo algo más decente."

Spock negó con un atisbo de humor.

- "La túnica es necesaria, ashayam. Y te queda perfecta."

- "Si tu lo dices..."- respondió el humano, para luego añadir en voz baja- "Y yo que pensé que todos los vulcanos tenían sentido de la elegancia."

- "Escuché eso James."

Kirk solo sacó la lengua de manera juguetona, a lo que Spock respondió con un profundo y largo beso, el cual fue sin embargo interrumpido por un par de toques en la puerta.

Era Sarek, quien había regresado por fin de la primera de muchas reuniones que seguramente tendría con el Alto Consejo. Y no regresaba solo.

Un relajado y complacido Selik lo acompañaba. Y no dudo un segundo en fusionarse en un abrazo sincero con el rubio, para la incomodidad de Sarek y los celos de su joven contraparte.

- "Oh, tranquilo Spock. Sabes que tus celos no tienen ningún fundamento."

- "Eso Spock, sabes que solo te miro a ti. Pero sería un crimen dejar de saludar de manera apropiada a Selik."

Tras otro par de minutos de divertirse a costa de su versión en aquel nuevo universo, Selik fue introducido a una somnolienta T'Kim Amanda (alias Orejitas o Kimi), y quedó encantado por las características fenológicas de la niña, las cuales eran una mezcla perfecta de ambos padres, según las propias palabras del viajero interdimensional.

Fue amor de abuelo a primera vista... Al parecer Sarek iba a tener competencia.

Y entre charlas y unas pocas horas de sueño, el gran día para Spock, Jim y T'Kim Amanda por fin llegó.

A pesar de que tanto a los tripulantes del Enterprise como a los vulcanos que deseasen asistir a la ceremonia se les dijo que sería un evento sencillo y sin ninguna obligación, gran parte de los asistentes, que eran más de los que Spock imaginó (e incluían no solo a Aloran, sino también a Stonn y su pequeño hijo), fueron ataviados con sus mejores galas y procuraron llevar algún presente, ya fuese para la pareja, la niña o para ambos casos. Spock se sintió profundamente conmovido por aquellos detalles.

La ceremonia de enlace no fue larga, sobre todo porque en realidad no era más que una mera formalidad ya que el vínculo T'hy'la ya designaba a Jim y a Spock como una pareja legítima ante la sociedad vulcana; sin embargo el interior de Spock bulló por las emociones apenas contenidas a flor de piel cuando, tras leer los katras de los participantes del enlace, T'Pau proclamó a voz en cuello la autenticidad de tan reverenciado vínculo. Un honor tan único y raro que no había sido registrado en otra pareja en varios siglos.

El murmullo apreciativo de los habitantes de Vafer-Tor y los aplausos sinceros de la tripulación del Enterprise fueron lo que hizo a Spock agradecer una vez más el haber tomado el camino que había elegido, el que lo había llevado hasta el punto en el cual se encontraba ese día, a pesar de los desazones y tristezas que había tenido que superar. Se recordó a si mismo volver a mostrar su gratitud ante su yo de otro universo una vez más.

Y así, al terminar la ceremonia de enlace y verse en la posibilidad de demostrar de manera pública, aunque solo fuese por un momento, el profundo amor que sentía por ese humano insufrible con el cual había unido el resto de su existencia; lo hizo con cada uno de sus sentimientos por Jim brillando en sus ojos. Alegría, esperanza, preocupación, orgullo... amor.

Y fue recompensado al ver lo mismo en los ojos azules que lo miraban con adoración, mientras el dueño de estos sellaba aquella unión con el ozh'esta, ahora aceptado por los presentes como la muestra de afecto entre una pareja enlazada.

Si, Spock no podía estar más agradecido, sobre todo cuando de manera inmediata se procedió a la ceremonia de presentación de T'Kim Amanda ante todo Vafer-Tor como la más reciente adhesión a la casa de Surak; un evento con una mayor importancia desde la casi aniquilación de la raza vulcana en los eventos acontecidos durante el incidente de la Narada. El nacimiento de un vulcano desde entonces se consideraba un evento de gran importancia, y era obligación de cada miembro vivo de la raza el velar por esa nueva vida.

Sarek, quien había estado cuidando de la niña durante la ceremonia de enlace, se acercó con la pequeña y preciosa carga hacia donde ambos padres y la misma T'Pau esperaban por ella. Spock recibió a la niña y giró hacia la matriarca, quien observaba todo de manera calma.

- "Reverenda matriarca. Vengo aquí con mi pareja de enlace, James Tiberius Kirk, para presentar ante usted y ante nuestro pueblo a nuestra hija, T'Kim Amanda, a los miembros de la casa de Surak tal y como lo exige la tradición."

T'Pau asintió, mientras extendía los brazos para recibir a la niña en ellos, tras lo cual se dedicó a estudiarla con calma. Luego de ello volvió a dirigirse a Spock.

- "¿Quién patrocina a esta niña? Que aquellos que se comprometen a ofrecerle a esta nueva ciudadana de nuestra sociedad los recursos para una subsistencia digna en caso ustedes, sus padres, se vean imposibilitados de hacerlo, se hagan presentes."

Ante aquellas palabras Selik y Leonard McCoy se pusieron de pie y se acercaron a los que se encontraban frente a T'Pau, colocándose Selik al lado de Spock y McCoy al lado del capitán.

T'Pau asintió con suavidad y se dedicó a estudiar a la pequeña niña, que a su vez la miraba a ella con aquellos enormes ojos chocolate. Era sin duda una vulcano diferente, con la pelusilla dorada en la cabeza, la cual apenas cubría las pequeñas orejas puntiagudas, y los ojos oscuros que sin embargo demostraban una gamma de emociones que difícilmente eran expresadas por vulcano alguno, incluyendo a los infantes... aunque ella ya había presenciado antes unos ojos así de emotivos en un niño vulcano. Y ese mismo vulcano ahora presentaba a la niña en sus brazos como su hija.

La anciana pidió el permiso respectivo a cada padre para sondear la mente de la pequeña, y al recibir la gracia de ambos, inició una ligera unión de mentes con esta. Luego de un par de minutos abrió ligeramente los ojos, complacida.

- "S'chn T'gai Spock, hijo de Sarek. James Tiberius Kirk. Puedo vislumbrar una mente vivaz y sedienta de conocimiento; estoy segura de que su hija, T'Kim Amanda será una adición que traerá gran honor a la casa de Surak."- la anciana miró de manera penetrante a la pareja entonces, este era un momento muy importante- "Sin embargo, eso solo será posible si cada uno de ustedes se compromete a que dicho objetivo sea logrado."- miró hacia el humano primero- "James Tiberius Kirk ¿Cómo se compromete usted a la formación de T'Kim Amanda, para lograr una ciudadana que traiga honor al pueblo vulcano y a la casa de Surak?"

Spock observó a Jim tomar aire con fuerza y exhalar con suavidad.

- "Honorable matriarca T'Pau."- comenzó el rubio- "Lo único a lo que puedo comprometerme es a ser un padre responsable para T'Kim Amanda, pero no por el bien de otro más que el de ella."- T'Pau elevó una ceja inquisitiva- "Desde el momento en que supe que ella vendría a este universo, le prometí que no permitiría que ningún mal la tocase, aún si para ella debía de dar mi propia vida; así como le prometí también darle todo mi cariño, cada uno de mis momentos libres, de hacer de su infancia un lugar seguro y feliz, y de enseñarle los valores que algún día la harán una mujer de bien. De apoyar las decisiones que tome y de guiarla y estar a su lado siempre, incluso cuando llegue el momento en que ella me diga que ya no hace falta."- una lágrima escapó del ojo derecho del rubio y resbaló por su mejilla- "Le prometí que tanto su sa-mekh como yo seríamos siempre su hogar, sin importar nada más, aunque suene presuntuoso de mi parte. Y eso es lo mismo que proclamo ante todos el día de hoy, pues me temo que es lo único que puedo ofrecer."

Spock observó entonces la mirada penetrante de la anciana sobre su T'hy'la, y deseó poder romper el protocolo y abrazar a su pareja. Las palabras de Jim habían tocado cada fibra de su katra y lo había removido por completo. El medio vulcano no podía pedir nada más del hombre que tanto amaba, pues Jim ofrecía más de lo que Spock se atrevía a pedir.

Finalmente la anciana se movió, asintiendo.

- "Sus palabras son feroces y leales a la vez, para quienes son ahora su núcleo familiar. No se puede pedir nada más a quien está dispuesto a darlo todo como usted. Sus palabras me complacen, James Tiberius Kirk."

Entonces la matriarca miró a Spock y le preguntó lo mismo que al humano. Spock ya sabía que responder, lo había sabido desde el momento en el cual su ko-fu había sido depositada en sus brazos, y lo había mirado con aquellos ojos tan expresivos, tan humanos... tan parecidos a los de él mismo.

- "Honorable matriarca T'Pau, mi compromiso para con mi descendiente es el de enseñarle a abrazar los caminos del honor y la lógica que nos fueron entregados por Surak, tal y como es nuestra costumbre desde hace varias generaciones, pues es el modo de vida del pueblo vulcano."- fue la respuesta de Spock, con lo cual se ganó una mirada de satisfacción no solo de T'Pau, sino de casi todos los vulcanos presentes.

Pero Spock aún no había acabado de hablar, todo lo contrario... recién estaba empezando.

- "Sin embargo, también le enseñaré a abrazar el legado que ha recibido al ser, como yo, tanto vulcana como humana."

T'Pau entonces miró a Spock expectante, pues aquello no se lo esperaba. Spock decidió continuar y decir todo lo que tenía en su interior y deseaba expresar.

- "Le enseñaré a discernir de manera lógica el camino a seguir en cada paso y en cada decisión, sin embargo le enseñaré también que en ciertas ocasiones, la intuición es un arma poderosa. Estaré a su lado cuando su parte vulcana y su parte humana colisionen, y la instruiré para que encuentre el equilibrio entre ambas. Le enseñaré que ser un híbrido no significa estar excluida de ambos pueblos, siendo demasiado vulcana para ser humana, o demasiado humana para ser vulcana; sino que es todo lo contrario, que pertenece a ambos mundos, ganando por ello la oportunidad de tomar lo mejor de cada sociedad en su beneficio. Le enseñaré que la dualidad de su genética no es una desventaja, sino tal y como yo he aprendido a través de incontables experiencias, una 'ventana' hacia un sin fin de oportunidades... la oportunidad de vivir y entender el universo como pocos vulcanos o humanos lo han vivido o entendido, una oportunidad de expandir horizontes, de encontrar compañeros en los cuales apoyarse y confiar... a los cuales proteger y con los cuales sentirse protegida. Le otorgaré la oportunidad de ser una hija de dos mundos, tal y como lo soy yo. Y utilizaré cada oportunidad para expresar el honor y orgullo que representa para mí el ser su padre."

Spock finalmente bajó la mirada y respiró hondo.

Era la primera vez que expresaba en voz alta los sentimientos que finalmente habían tomado forma y voz en su interior. Y lo había hecho no solo ante T'Pau, sino ante un alto número de miembros de la sociedad que lo vio crecer. Pero no se arrepentía, puesto que solo había dicho la verdad. Junto a Jim, Spock había descubierto que ser mitad vulcano y mitad humano no era una desventaja como se le había dicho durante casi toda su vida en el planeta Vulcano, sino una de sus mayores fortalezas. Tal vez la característica que lo hacía más fuerte.

- "S'chn T'gai Spock"- finalmente lo llamó la matriarca, con lo cual el medio vulcano volvió a alzar la mirada- "Tus palabras demuestran la sabiduría de quien ha caminado un sendero lleno de tropiezos, y que tras cada caída se ha levantado con más fortaleza. Traes gran honor a tu pueblo y a la casa de Surak."

Entonces la matriarca alzó a la pequeña con delicadeza, mostrándola finalmente ante todos los presentes.

- "Hoy damos la bienvenida a T'Kim Amanda, hija de Spock, de la casa de Surak. Larga vida y prosperidad para ti, joven vulcana. Que encuentres el camino que te sea más propicio."

- "Larga vida y prosperidad."- respondieron todos los presentes.

Spock volvió a recibir entonces a la niña en brazos y por fin dirigió la mirada hacia su T'hy'la, quien le devolvió dicha mirada con un amor tan intenso que fue como ahogarse en esos dos orbes azules, y lo hizo con la mayor de las predisposiciones.

Si, Spock era el hijo de dos mundos, y jamás pensó sentirse tan especial por ello.

Humano y vulcano, y había sido recompensado con lo mejor de ambos mundos.

Tampoco pensó sentirse tan pleno y dichoso como en aquellos momentos. Y si la mirada de Jim y el calor de T'Kim significaban una promesa para el futuro, con gusto aceptaba que aquello era solo el comienzo de la más increíble de las aventuras.

The End


Notas de la autora:


¡Hola a todos!

Y con esto le doy un punto final a esta historia. Muchas gracias a todos los que la siguieron, leyéndola y comentándola y haciéndome sentir tan feliz. Fue un placer escribir este primer Spirk y estoy segura de que escribiré más en el futuro.

Y bueno, aunque lo comencé por el día del Spirk, creo que lo terminé como regalo atrasado de bajada de Reyes, así que a todos mis lectores: Feliz Navidad y Próspero 2016, que todos sus deseos se cumplan y que consuman mucho Spirk el año que viene.

Nos leeremos en una siguiente ocasión.

Un beso felino para todos.

chibineko chan
(Miembro de la Orden Sirusiana)
(Alumna de la casa de Hufflepuff en Media Noche en la Torre de Astronomía)
(Miembro de la Mazmorra del Snarry)

~.~.~.~.~.~

Campaña de NO AL PLAGIO

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