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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

¡¡Buenas!! 10-01-2016, ya tenia tiempo sin subir el capi, es que no salia, y NO salia, y cuando no sale NO SALE; pero obligue a sentarme, concentrarme y lo logré XDDD!!, después de mucho tiempo, al menos quedó como deseaba.

Gracias por los reviews, se los agradezco, ya los contesté, ¿quieren que ponga sus nombres por si se olvidaron que dejaron comentarios?, bueno, dejando eso de lado,  no hay muchos errores ortográficos (creo).

Los personajes son de NARUTO de Masashi Kishimoto sensei

 

 

— ¡Muevanse, MUÉVANSE!¡ Hacia la derecha! ¡Ustedes hacia ALLÁ!—Gritaba Itachi, mientras los soldados corrían asustados alineándose con sus lanzas, preparándose para dar el golpe.—¡Esa bestia está débil!.—Sólo les dijo eso para que los nerviosos cuerpos de sus soldados dejaran de temblar.

Maldecía internamente a aquel que se atrevió a liberar a su nueva adquisición, pero al menos tenía la certeza de que no salió indemne, caminaba dando zancadas, tendría que atraparlo de nuevo, pues sino se le escurría  de las manos información valiosa.

Pero no lo lograría sin la espada, la maldita arma familiar, en un principio, por ser un demonio de los bosques, creyó que podría matarlo con ella según las historias de sus antepasados, porque se decía que las armas malditas  les fue entregada  a los primeros reyes por El Sabio de los Seis Caminos para protección de los pueblos, que equivocación tan grande, o al menos eso pensó al no poder matarlo logrando sólo paralizarlo.

—¡Tsk!—La serpiente rastrera eludió sus hábiles preguntas pero pudo descubrir su punto débil,  sangre. Y fue por un descuido suyo, una astilla se le incrustó en su mano al apoyarse en la maltrecha silla que usaba  para pasar  el tiempo escrudiñando a la bestia con el propósito de matarla. Tal era el tiempo que pasaba con ese monstruo que las pocas conversaciones que tuvieron le hicieron dudar de su principal  propósito de matarlo. Miró a su alrededor buscando al soldadito de las bombas, al no verlo con los demás  que se enfilaban bufó de nuevo. Tampoco vio a su capitán, tal vez estaría con su hermanito y eso lo tranquilizaba para lo que iba a realizar.

Ahora sería más difícil, sin embargo, allí estaban dos de sus fieles escoltas y se permitió confiar en sus hombres que a pesar de que  a algunos les temblaban las rodillas sus ojos estaban fijos en él, fieles a su señor.

—¡Rodéenlo! ¡No dejen que huya! ¡Hagan tiempo!—Y encendieron las puntas de las lanzas que estaban envueltas de trapos, el fuego ardió, por el momento  usaría lo más  básico,  lo temido por cualquier ser.

Tendría que entrar a los calabozos, recuperar su espada y encargarse de inmediato del monstruo, luego decidiría que hacer con el idiota que osó poner sus mundanas manos sobre ella. Porque no estaría muy lejos.

Sonrió de buena gana ante la idea de pisarle la cabeza ni bien lo vea.

 

Kakashi, trastabilló un par de veces al subir por las escaleras, se sobresaltó al ver a varios  guardias  mal heridos en el suelo en las puertas de la habitación junto con varios cadáveres de desconocidos. Uno de los guardias heridos que trataba de levantarse  al verlo  levantó su brazo y señalo hacia la puertecilla. Entonces  el capitán ensombreció la mirada comprendiendo lo ocurrido y se lanzó a hacia ese lugar junto a sus seguidores.

 

 

Danzo se arrastraba lentamente por los pasillos buscando salir como un gusano, pues sus piernas no lograban sostenerlo, y si seguía sin recibir auxilio pronto sus brazos dejarían de responderle y quedaría paralizado.

Suspiró para luego tomar otra bocanada de aire y reptar su cuerpo por el húmedo piso.

 

Cuatro piedritas, cuatros días tenía que esperar para lograr huir de allí, su “socio” le dejaría la puerta de su celda abierta junto con unas cuantas armas  y un martillo y  dejándole vía libre para que él hiciera el resto.

 

Animado por el fin de la cuenta regresiva, salió precavido de su encierro,  se encontró en los pasillos con un par de guardias muertos.

 Su socio lo esperaba más allá con ropas oscuras y  capucha ocultando todo lo que podía delatarlo, de él obtuvo  la información de que la horrible monstruocidad  aliada estaba encerrada en uno de los más bajos calabozos, su” socio”  antes de irse le indicó como llegar,” por el aroma”  dijo apenas en susurros  y  se separaron . Al ver la gran puerta, rompió los candados pudiendo ingresar a la enorme celda de la que emanaba el olor  parecido al incienso. Comprobó al llegar que la bestia estaba mirando sus movimientos  de reojo, y sonrió de lado, mostrando sus horribles dientes afilados.

—Sabes que debes cumplir con tu parte. Y no lo has hecho aún. ¿Por qué?—Le miró ceñudo.

—….AAAH, ¿DIVERSION?...— El otro se tensó evidenciando la molestia—…TODO A SU TIEMPO…

—Te dejaría aquí bestia, pero estás incluido en mis planes. Cumple el trato—dijo mientras se acercaba abriendo la celda después de romper otro candado a golpes de matillo.

—AAAH…CLARO, CLARO ….—siseó y movió la punta de la cola. El otro lo miró con repulsión, esa cosa es un verdadero batallón en uno, sin embargo se extrañó al oír que lo habían capturado. Observó las múltiples cadenas que lo aprisionaban y fue deshaciéndose de cada una de ellas, luego retrocedió y vio con enfado que la bestia seguía sin mover un musculo.

—¿Y ahora qué? Muévete.—El otro solo lo miró y estiró su lengua para apuntar a la espada sin atreverse   tocarla, la cual estaba clavada en su pecho.

—....AAAH…LO HARÍA,  PERO ÉSTO ME LO IMPIDE…SÁCALA…—el hombre se extrañó de las palabras y  luego de pensar  le dijo burlón.

—¿Así que no solo debes obedecer por la sangre sino que ahora tienes un punto débil?, qué fiasco eres.

—AAAH…UN HUMANO QUE NO PUEDE REALIZAR ALGO TAN SIMPLE Y NECESITA MI AYUDA ES PEOR QUE UN FIASCO…

Danzo chasqueó la lengua y levantó ambas manos cerrándolas en la empuñadura de la espada. Sintió una especie de corriente recorrer su cuerpo que le hizo cosquillas, luego con todas sus fuerzas tiró para sacarla del pecho de la bestia que sólo  miraba su acción. Luego de sacar el arma y darle una mirada a la hoja roja como la sangre de la cual escurría el líquido negro, cayó de rodillas, sorprendido se tocó las piernas que no le respondían. Orochimaru le miró y rió entre dientes para luego decir.

—AAAH… DESPUES DE TODO… NUESTRO PACTO SE ROMPIÓ HACE MUCHO…—Y la serpiente se arrastró saliendo de la celda ante la  mirada del hombre que  comenzaba a respirar entrecortado, comprendió el engaño en el que cayó.

—¡¿Qué  hiciste?!

—AAAH, NADA…NADA….JA…JA …HUYE…SI  PUEDES …JA…JA…JA…

Danzo maldijo su mala suerte, en verdad se confió en el pacto con la bestia. Debió tener en cuenta que después de todo un demonio es un demonio que solo vive para su propio interés.

 

 

 

—Shimura, Danzo.—escuchó una voz  fuerte encima suyo y luego sintió que su cabeza era apoyada en el suelo, pues algo lo golpeó contra la roca, viró sus ojos molesto hacia arriba y allí lo vio, el rey le sonreía.

 

Hatake logró llegar a la base del final de su recorrido, pero la salida estaba clausurada por un montón de rocas y fuego, se cubrió la cara con el brazo para evitar inhalar el  incipiente humo y le dio la señal a sus hombres para que retrocedieran, esa gente conocía los caminos al palacio, había un traidor en sus filas.

Al rey Itachi no le agradaría saber que sucedió con su pequeño hermano.

 

 

 

 

 

Un dolor en su nuca le obligó a abrir sus ojos cielo y contempló confundido el techo de madera de color pastel, al querer levantarse notó con desagrado que sus manos estaban atadas con unas finas cadenas doradas en el respaldo de una elegante cama con dosel, las delicadas cortinas estaban atadas por lo que pudo observar con mayor detenimiento la habitación en la cual se encontraba. Chasqueó la lengua. Por el color claro y las sombras  dadas por la luz solar que ingresaba por una gran ventana  a un costado de su cama-prisión supuso que era el amanecer.

— ¿Qué pasó-ttebayo?... Aah, sii……… ¡SASUKE! —gritó y comenzó a forcejear con las cadenas lastimándose las muñecas, ese sentimiento de pérdida y una imagen del azabache  antes de caer inconsciente lo enardeció, necesitaba saber que todo estaba bien, aunque  parece que él no lo estaba, el ruido que hacía atrajo a una joven sirvienta que al abrir la puerta miró confundida al rubio, Naruto detuvo sus movimientos y ambos se vieron a la cara por unos instantes, la chica tenía cuatro coletas en su cabeza y vestía sencilla, como cualquier  mucama, ésta se ruborizó y salió de inmediato de la habitación —¡¡¡EEYY!!! .¡¡NO HUYAS-DATTEBAYOO!!!¡¡ALGUIEN!!—Sentía que por cada momento que estaba allí inutilizado, Sasuke se alejaba de él, y ese miedo lo carcomía, desesperándolo más y más.Pataleó tanto que la cuerda que sujetaba su pie derecho se aflojó…¡al menos tengo una  pierna suelta-ttebayo!…  se dijo a sí mismo al comprobar que alguien fue descuidado  en no reforzar los nudos.

—Hasta que despiertas, Naruto -kun—El aludido se paralizó y giró su rostro hacia la puerta que de nuevo estaba abierta, oh, si, conocía la voz de esa persona que le hablaba tan tranquilamente, ¿pero qué hacía allí?

— ¿Sai, Shimura Sai?—El primo insípido de Sasuke en persona, hijo de Danzo, el cual por orden del rey  Itachi permanecía en la mazmorras para su juzgamiento por traición y posible ejecución.

— ¿Te gusta Naruto-kun? Me lo puse exclusivamente para ti.—el pelinegro caminó unos pasos hasta ponerse delante del rubio y dio una vuelta graciosa enseñándole lo puesto.

Sai tenía un vestido, uno celeste sencillo con una faja en la cintura. Era de Sasuke, pues se conocía  casi toda su indumentaria alentado por él mismo que le obligaba a mostrarle sus últimas adquisiciones y el azabache  tenía esos torpes deslices de enseñarle demasiada piel cuando desfilaba ante su sonrisa bobalicona. O era simplemente una imitación….Qué mierd…

Torció la boca en desagrado, miró la cara de Sai que esperaba ansioso su respuesta.

—¿Por qué estoy aquí? —le miró serio pero el doncel en frente suyo solo sonrió.

—Naruto-kun, ¿no te alegras de verme?—el rubio rodó sus ojos al no recibir respuesta y se concentró en  inútiles intentos de librarse de las cadenas, luego resopló  aun  recostado y dijo.

—Lo único que me interesa es irme de aquí.

—¿Y a dónde iras?—preguntó con voz inocente acercándose a la cama y sentándose a su lado.

—Al castillo Uchiha.—afirmó con voz firme y tiró otra vez.      

—Uhm, no,  no creo que sea conveniente.—Sai cambió su expresión a una de molestia.

—¿Por  qué?

—Por qué todos deben estar muertos o algo así.—movió su mano sin darle importancia a sus palabras y sonriendo cálidamente. Naruto lo miró inexpresivamente.

—Explícate.—entrecerró sus ojos cielo, algo no estaba bien,  ya lo había notado en la actitud del primito del Uchiha.

—El castillo debe estar ahora en manos de mi padre.

—Mentira, Itachi nunca lo permitiría.—y cerró las manos formando puños. Ya entendía, al final los propios familiares cercanos  a la realeza fueron de alguna forma los culpables de la última revuelta. ¿Sai también estaría implicado?

—Cree lo que quieras no hay nada  allí para ti. Mi padre se encargará de ello.—el doncel sonaba orgulloso.

—¿Acaso no te importa el bienestar de tus primos? ¿Después de todo lo que la familia Uchiha hizo por ustedes?

—¿Hacer?,¡ ellos debían estar en la posición en la que mi padre y yo estábamos! ¡Siempre pidiendo migajas!

—¡Eso no es cierto, siempre lo tuvieron todo!

—¡El reino era por derecho de mi padre!¡Mi padre era el mayor de los hermanos, me dijo que en el pasado iba a casarse con la princesa Mikoto para tener la potestad del reino, pero Fugaku se la quitó! Él es el usurpador del trono! —Naruto no entendía nada, ¿el hermano menor se robó a la novia?…¿qué, ese complot estaba detrás de todo?...¿ pero qué pinto yo en esto-ttebayo?

—Pero eso ya no importa, ¿sabes? Las cosas vuelven a su lugar, pronto mi padre reclamará lo que le corresponde y yo también.—el doncel acercó su mano y acarició la mejilla del rubio que levantó sus cejas.

— ¿Ah?—Nunca le gustó la manera en que lo miraba. Raro, siempre callado y con esos ojos grises oscuros  que lo escaneaban cada vez que se cruzaban de niños  mientras se dirigía a la alcoba de Sasuke.

Sai aproximó su cara y estiró sus labios para besarle pero Naruto giró la cara a tiempo.

—No sé qué de que vas, pero a mí no me agradas.

—Bueno yo soy mejor partido que la zorra de mi primo.—le dijo mientras acariciaba su brazo.

 —¡NO HABLES ASI DE SASUKE!—escupió con rabia.

—¿Qué no?, pero si ahora debe estar abriéndole las piernas al rey del Pais  de la Nube jijiji…—Naruto quedó en shock, ¿había escuchado bien?

¿El rey grandullón?

¿Esa ilusión que casi lo mata en vida?

Sai aprovechó el desconcierto del rubio para unir sus bocas y recorrer sus labios, se dio el gusto después de tanto tiempo de anhelarlo, desde que lo vio por primera vez un  día cuando  visitó el castillo.

 

Le llamó la atención el griterío que provenía de la habitación de su primo Sasuke, luego de subir las casi incontables escaleras para ir a verle.

—…¡¿Cómo pudiste?!¡Te odio!

—¡Yo más!

—¡Lárgate!

Luego silencio.

 Un chico de aproximadamente diez años, de cabellos dorados salía de la habitación con gesto enojado  mientras daba grandes zancadas para alejarse, pero  luego se  quedó al lado de la puerta haciendo un puchero con la cabeza gacha. Sai lo miró extrañado,  ese chico no notó su presencia, vestía elegantemente pero su ropa estaba mal arreglada, aun así se sonrojó, el chico se veía  lindo, éste  luego de un rato, sonrió decidido y se dio vuelta ingresando nuevamente. Sai lo siguió en silencio con el corazón palpitando de dicha, le agradó  la gama de expresiones que tuvo durante esos pequeños minutos, y vio al chico que se acercaba despacio a Sasuke que estaba hecho una bolita en medio de sus almohadones dándole la espalda. Una mata azabache apenas salía de entre las sabanas.  Se sentó y estiró su manito hasta tocar sutilmente lo que creyó era el hombro para llamar su atención.

 —Perdón.

—…

—Perdón…soy un bruto…

—…snif…

—Perdón…

—…Por…favor…ve…te….—la voz se quebraba con cada silaba pronunciada.

—Mamá sabe coser, yo le pediré que arregle a dinochan-ttebayo.

—…Snif…

—No llores…¡Veras que quedará perfecto! Y todo será como antes-ttebayo, ¿ne?¿ne?—El chico rubio  acariciaba la cabeza de Sasuke, ante la vista de Sai que sentía revolotear algo en su interior, cómo deseo estar en el lugar de su primo.

—¿De…verdad?...snif…—Sasuke apenas asomó su rostro demacrado, el chico rubio se mordió el labio inferior ante la triste vista.

 Y Sai se preguntó ¿cómo  es que su primo, tiene como compañía a una persona tan fabulosa  a su lado?, estaba casi seguro que todo era culpa de Sasuke y su carácter retraído,  no, su primo no se merecía el afecto que el chico rubio le profesaba.

—¡Te lo prometo-ttebayo!—Y ahí estaba otra vez esa sonrisa radiante, Sasuke se sentó quedando al lado del rubito y le enseñó el peluche destrozado.

—…Uhm…snif…

 

…Sasuke es estúpido…Se mordió la lengua, para no decir nada que delate su presencia e  incomode al rubito que seguía ensimismado afirmando milagros al azabache que calmaba sus sollozos y se limpiaba las lágrimas, le agradaba la sonrisa y el aura de alegría que emitía sin saber, se preguntó…¿Ese niño algún día me vería como  a mi primo?..., el joven Sai se retiró en silencio de la habitación con una gran ilusión.

 

 

Lo amo desde ese momento  y le molestaba que ese niño no le prestara la misma atención que recibía su primo. El no entendía, si eran casi iguales físicamente, a pesar de que logró entablar  conversación con el chico pese a su timidez ¿Por qué siempre estaba encerrado con Sasuke cada vez que  venía a verle?¿No eran de la misma edad? ¿Por qué no lo trataba igual como a su primo?¿Acaso era por no ser del mismo status? Con el tiempo la molestia se transformó en envidia y luego en odio, más sabiendo de la trágica historia anterior a su nacimiento,  lo único que deseaba era que su obstáculo desapareciera.

 

 

Sintió que su labio inferior dolía, un ardor que se intensifico y por el daño se separó del rubio que lo miraba con hastío y molestia. Se limpió la herida con la mano, divisando sangre.

—Naruto-kun…

—¡CALLATE!¡ YA ENTIENDO TUS SUCIOS PROPOSITOS!—sin duda las palabras  de Sai eran dañinas, debía asegurarse que Sasuke estuviera con bien en el castillo y hablar con Itachi, pataleo nuevamente logrando golpear al pelinegro en el torso y tirándolo de la cama, con sus movimientos frenéticos logró caer también de su lugar. La otra pierna quedó libre, sin tiempo que perder se levantó y puso un pie en el respaldo de la cama volviendo a tirar de las cadenas que comenzaron a romperse. Sai se recompuso y miró asombrado las acciones del rubio, frunció las cejas.

—¿Qué intentas? ¡Te dije que no hay nada al cual volver! ¡Ahora eres mío!—Naruto giró su cabeza y sus ojos solo reflejaban determinación

—Yo soy de Sasuke.—y con otro jalón las cadenas se rompieron.—Y voy a buscarlo-ttebayo.

—¡Jamás volverás a verlo!—Sai se levantó apresurado  y corrió fuera de  la habitación cerrando la puerta, Naruto no pudo llegar a tiempo y golpeó la puerta a mano limpia, se escuchó el grito de Sai llamando al servicio para ayudarle a impedir su fuga.

—¡Maldición!—dijo luego de tirar una silla contra la madera, pateó el suelo y luego se paseó como león enjaulado jalándose los dorados cabellos tratando de pensar cómo salir, cruzó a otra recamara  más pequeña, buscando cualquier cosa que lo ayudara a escapar, vio una chimenea de la que solo había una montaña de cenizas, a su lado varias sabanas gruesas colgando en lo que parecían cuadros. ..¡Perfecto!... tal vez con suerte podría bajar haciendo una cuerda con los retazos de las  telas y buscaría cuál de las ventanas era la mejor opción.  Mientras caminaba hacia el otro lado de la recamara tiró de las telas que cubrían los cuadros  para reunirlas y vio estupefacto su propio rostro. Se giró y busco los otros cuadros que permanecían tapados, los descubrió, todos tenían su cara en diferentes ángulos. …está loco-ttebayo…retrocedió mirando a todos lados incómodo y golpeó sin querer una silla de la cual cayeron varios papeles arrugados, reconoció su letra y la de alguien más, se agachó y los levantó, cada carta de Sasuke y suya estaba en sus manos, tembló ante la inminente posibilidad de que las anteriores palabras fueran ciertas,  dejó caer los papeles.

—¡¡¡¡¡SAIIII !!!!!—gritó enfurecido. Sin más rompió los cuadros con sus propios puños a medida que los veía. Debía apresurase, asegurarse de que solo fueran palabras vacías por la locura de ese chico, pero, sí logró tener en su poder la correspondencia de alguien de la realeza, ¿qué más podía hacer?.

¿Y esa sensación de angustia que sintió antes? Frunció las doradas cejas, debía salir de ahí sea como sea, así que sin más se encaminó a la ventana y observó con ojo crítico la estructura del edificio, estaba a cuatro pisos aproximadamente del suelo y daba a un sucio callejón, por lo visto era de una zona próxima al puerto ya que además podía olerse el pesado olor del puerto. Rompió y armó una improvisada cuerda y la estaba atando a la pata de un mueble cuando oyó voces de varias personas, la puerta comenzó a ser destrabada del otro lado. De reojo se acercó para ver quiénes eran.

La puerta se abrió dejando pasar a dos personas que vestían el uniforme del reino que contemplaron la primer habitación, se alegró por un momento y estaba a punto de salir a hablar cuando se percató de que el pelinegro estaba con ellos, corrió hacia la ventana y cruzó el marco sosteniéndose torpemente con las telas. Sai lo vio y les gritó a sus guardias.

—¡Ahí, atrápenlo! — Naruto se deslizó hacia abajo ante la mirada furiosa de sus carceleros que estiraron sus brazos en vano intento de agarrarle las ropas. Pero la cuerda era demasiado corta y quedó colgando de ella.

—¡Waaa!—y el movimiento de ser arrastrado hacia arriba lo desesperó… ¡¿Que qué hago-ttebayo?!...miró al suelo con dificultad y luego  a los hombres que jalaban la cuerda. Entre dejarse caer y romperse la pierna o estar de nuevo amarrado en un lugar así, no  lo pensó dos veces.

Se soltó de las telas.

 

 

 

 

El repiqueo de los cascos de los caballos sonaba constante.  Sasuke  abrió lentamente sus ojos cansados de tanto llorar y  algo mareado por la bebida que le obligaron a tomar, se encontraba recostado  en el asiento del carro al que prácticamente lo tiraron, movió sus manos, pero abandonó la lucha al sentirlas entumecidas, aún estaban atadas. En frente suyo estaba sentada  una mujer cuyos cabellos oscuros eran amarrados en una coleta,  por un segundo ella  le  miró  lastimosamente para  luego perder su vista en cualquier punto del carro el cual tenía  sus  dos ventanas laterales  tapiadas por madera.

Déjeme ir… —susurró. Ya no recordaba cuantas veces lo había repetido.

—Ya le dije que no puedo, también como tú, soy prisionera. —Sasuke cerró sus ojos y se acurrucó más en su asiento. “Lo siento…”  fue lo único que oyó antes de caer dormido por la tristeza.

 

 

 

Notas finales:

Ya les dejo este dibujo que hice hace tiempo, donde en este capi me refiero al vestido que usa Sai: Picha Aqui Gente espero que hayan tenido un excelente comienzo de año y pronto nos leeremos (en otras subidas)XD.¡¡¡¡Saluditos!!!! :3


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