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Inexistente por Drakarfox

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí de vuelta, He tenido buena inspiración y diré que, si todo sigue así, justo como va ahora, puede que regresen las actualizaciones de cada viernes. Puede que no me trabe tanto, después de todo sólo tengo que preocuparme ahora por el servicio donde, normalmente, no hago mucho, así que tiempo libre tengo. 

Pero bueno, ya veremos, aclarare eso al final del capítulo. El cual por cierto, espero disfruten. 

Capítulo XXII

 

Historia 0: Los inexistentes

 

La historia de los trece miembros

 

Habían pasado unos días, sólo unos días habían sido los que les habían dado, cerca de una semana, pero en parte lo entendía, no podían dejar el trabajo completamente abandonado, las misiones se estaban acumulando y Xenmas, por mucho que trató de evitar que eso pasará, no lo había logado. Así que por eso estaba él ahí, lidiando con quien sabe que sujeto que no se dejaba rastrear tan fácil, mientras que Roxas estaba en otro barrio por demás alejado de donde él se encontraba. Estaba solo, pero de cierta forma, aunque no iba a admitirlo realmente, le gustaba estarlo, necesitaba algo con lo que distraerse y aunque su pequeño novio había hecho el intento de sobre llevar la situación, sabía que ambos necesitaba estar a solas con sus pensamientos. Más que nada también debido a que faltaba una parte de la historia, la de ellos. La de la organización. Suspiró, era una historia larga, una muy muy larga, más por el hecho de que tenía que contar cada una de las trece historias que vagaban todos los días por el castillo, así que, para poder llegar a eso necesitaba tiempo. Mucho tiempo.

 

Suspiró cuando por fin hubo acabado, había obtenido buena información, bastante buena, como los sitios donde su objetivo tenía sus reuniones, a quienes acudía, incluso cuando tenía planeado hacer sus ataques, era increíble cómo alguien podía soltarse de la lengua tan fácil. En verdad que había algunos que debían de cuidar lo que decían. Sólo para asegurarse rectifico una vez más la información. En cuanto lo hizo tomo camino a la organización, tenía hambre y esperaba encontrar algo para comer, aunque se detuvo de golpe al recordar; técnicamente, a quien le tocaba cocinar. No estaba realmente de humor para probar de nuevo de las artes culinarias de Xigbar, ya lo había hecho una vez y había comprobado que, a menos que estuvieses dispuesto a comer algo con mucho picante, la comida de Xigbar no era la mejor. Pensó mejor a donde ir, estaba en el centro, bueno, cerca del centro. Bien podría llamar a Axel, saber si había acabado su misión y ambos ir a comer, pasar el tiempo juntos, sin charlas pendientes, sin tiempo de luto, sin nada. Sólo estar los dos juntos. Debido a las misiones que se habían acumulado, sólo se veían en las noches o cuando ambos terminaran las misiones y como cada uno terminaba en verdad cansado iban directo a las habitaciones, una buena ducha y a la cama. Y eso si era que ambos terminaban en tiempos distintos, porque cuando coincidían compartían la habitación, la que fuese, la que estuviese menos desordenada. Dio un rápido vistazo alrededor, no había mucha gente en las calles. Sacó su celular para poder mandarle un mensaje al pelirrojo.

 

Lo había encontrado, al fin lo había encontrado, se le había escabullido varias veces, pero al fin había logrado dar con él. Había logrado también conseguir una buena información, demasiado valiosa, pero que tuvo sus riesgos de saber. El punto era que había logrado algo de la misión, había conseguido algo fundamental, pero le quedaba un punto por cubrir, mismo que tuvo que dejar de lado al ver como Terra y Riku se acercaban a su objetivo. Eso no era bueno. Se mantuvo en las sombras, ese iba a ser otro trabajo que le iban a echar a perder. Lo sabía, más por el hecho de que los chicos no se acercaban del todo a su objetivo, no lo conocían, sólo lo cuidaban, tal parecía que ahora que ya conocían a la organización estaban al pendiente de todos los movimientos de los mismos, buscando arruinarles los trabajos. –Cómo si no fuese suficiente con lo que nos hicieron- se dijo tronando después la lengua. Al menos había un lado bueno en todo eso. Tomó su celular y marcó un número muy conocido, había visto el mensaje pero lo vería apenas terminara la llamada. –Hey, te tengo un trabajo… si, necesitaré al menos a dos de ellos… los barrios bajos de Agrabah… será… espera, espera- se interrumpió al ver que los dos chicos se alejaban de a poco, tal parecía no lo habían visto. –Son dos objetivos… Riku y Terra, habrá que cuidarlos bien. Si, si logran sacar buena información se les tomará como una misión de importancia. Hecho.- colgó. Habían estado haciendo uso de los sin corazón e incorpóreos de forma más frecuente, pero eso les ayudaba a mejorar sus habilidades. Al ver que los otros dos habían salido por completo se acercó de nuevo a su objetivo, esta vez siguiéndolo a un bar, sentándose a su lado en la barra, sacado el celular para poder leer el mensaje.

 

He terminado la misión, me ha llevado algo de tiempo pero por fin lo he logrado, ahora tengo hambre, ¿te apetece si vamos a comer algo?

 

Roxas

 

Sonrió al terminar de leer el mensaje, le apetecía pasar un poco de tiempo así con el menor, aparte de que quería comentarle algo que le llevaba algunos días dándole vueltas a la cabeza. Tardó un rato más en contestar, de nuevo le llegaba información importante y tenía que prestar atención, porque si era lo que necesitaba podía dar por terminada su jornada laboral. Esperó un par de minutos más, para por fin contestar el mensaje. Tal vez el día no fuera tan malo.

 

Se quedó recargado en la pared observando a todos los transeúntes, atento a cualquier cosa que fuese de interés, más por el hecho de que sabía cómo estaba la situación en ese momento. Técnicamente los KM se habían vuelto sus enemigos de forma oficial, así que los rumores comenzaban a esparcirse, así que había que andar con cuidado. También debido a que ya les habían estropeado un par de misiones, él se había encontrado específicamente con Aqua y Kairi, algunos otros miembros de la organización con los otros tres, pero por suerte le había sido más que sencillo evitar a las chicas.  Se separó del muro al sentir el celular vibrar, un nuevo mensaje, sólo esperaba fuese de Axel, había estado recibiendo mensajes los últimos días de Sora, pidiendo que por favor se juntaran para hablar, los tres, Ventus, Sora y él. Claro que no había contestado a ninguno. Ven le había dicho que tampoco había contestado a nada, mucho menos a las llamadas y mensajes de Terra. También recibía mensajes de Vanitas, aunque la mayoría era para saber si Xigbar ya había olvidado el dinero que le debía. Y había recibido de misma forma tres mensajes de los chicos, uno de Olette, uno de Hayner y uno de Pence. Al parecer preocupados por su reciente desaparición de la universidad, pero dejando los mensajes sin abrir. Sonrió al ver la pantalla del celular, viendo que era de Axel.

 

Estoy en uno de los bares de Agrabah, terminando un trabajo, nos vemos si quieres en los jardines de la Reina en unos veinte minutos. Prometo darme prisa.

 

Axel

 

-Entonces tenemos una cita.- se dijo comenzando a tomar camino hacia el sitio, poniéndose la capucha de su sudadera y los audífonos. Podía estar tranquilo, sabía que ese sitio era neutral por ende no podían hacerle nada, claro que él tampoco podría hacerlo, pero desde la batalla nadie de la organización estaba solo. Los incorpóreos y sin corazón estaban por todos lados, listos para dar apoyo o informar de algo que se llegase a escuchar.

 

Llegó a los veinte minutos, tal como había dicho. Apenas llegar a la recepción preguntó por Roxas, lo llevaron a una mesa en una esquina, una pequeña, sólo para ellos dos, apenas los dejaron solos tomo asiento a lado del rubio, abrazándolo y dándole un beso en la mejilla. –Hola.

-Hola- saludó al otro, en cuanto lo vio entrar se animó, por fin estaría con Axel sin tocar algún tema relacionado con Xion o con la historia. También de que tal vez podrían volver las insinuaciones del otro. -¿cómo te fue?

-Horrible, ese sujeto es muy escurridizo y la aparición de Terra y Riku no fue mejor. Han estado a punto de echarme a perder tres misiones esta semana, parece que es su plan.

-También me encontré con Kairi y Aqua… parece ser que buscan a cualquiera de nosotros para detenerlos.

-O para mandar un mensaje- dijo el pelirrojo, percatándose hasta el momento en que zona del lugar estaban. –No hay hooka. –dijo al notar el centro de la mesa.

-Quería comer, podemos pedirla después si quieres, pero primero quería tener algo en el estómago.

-Está bien, está bien Roxas. También muero de hambre, esto de tener hasta tres misiones al día es demasiado agotador. –dijo tomando una pequeña publicidad que había en la mesa para ver que podría pedir. –Quiero una hamburguesa, una doble, con papas a la francesa y tal vez algunos aros de cebolla.

-Sin aros de cebolla- dijo quitándole el pequeño papel, -no será muy agradable besarte después si tienes el aliento con olor a cebolla. –Continuó a modo de broma, viendo ahora él que era lo que pediría, -las alitas endiabladas suenan bien, eso y tal vez una hamburguesa pequeña.

Se acercó más para seguir viendo lo que había como opción para ordenar. –Podríamos pedir una orden grande de alitas y una hamburguesa cada quien. Algo así como un combo.

-Creo que… estaría bien.

-Y después pedimos una hooka.

Suspiró resignado ante eso. –Y después una hooka.

-Oh venga Roxas, bien sabes que también quieres fumar un rato, además es de los pocos momentos libres que tenemos- dijo acercándose a su oreja, mordiéndola de forma suave- aunque preferiría que fuesen en la noche, sería más divertido, ¿no lo crees?- preguntó en un susurro.

Y ahí estaba, esa era la versión de su novio que en verdad conocía y que, para que mentir, le gustaba. El estar taciturnos no era lo suyo, eso lo tenía claro. Y aunque todavía le doliese la muerte de Xion, no era como que todos en la organización se encontrasen en ese estado. Todos sabían lidiar con la muerte de forma rápida y él no quería quedarse atrás. Aun con lo que escuchar a Axel de esa forma le causaba; pensó en seguir ese tema. –Sería… sería algo interesante… ya sabes, poder cumplir tu amenaza.

Se alejó un poco al escuchar al rubio, eso era nuevo, en verdad nuevo, no se lo esperaba, de cierta forma lo anhelaba, pero no creía que el día en que el mismo chico le diera ánimos estuviese tan cerca. Sonrió ante esa verdad. –Voy a cumplirla, lo prometo.

-Pero… vas a cumplirla una vez me entere también de la historia de la organización.

Y ahí estaba la trampa. Suspiró, al menos ahora también podría sacar el tema- Si, sobre eso quería hablarte también.

-¿Qué pasa?

Tomó algo de aire –Roxas, va a ser algo complicado que te cuente todas y cada  una de las historias que hay con los trece miembros- comenzó a explicar, viendo como el menor ponía una cara de confusión- pero hay una forma de que te enteres de eso por propia mano de cada uno de nosotros.

-¿Y cuál es?

-Xenmas tiene este… tipo de compendio, esto de las leyendas, los héroes y nosotros lo saben todos los de la organización, pero para poder saber nuestra historia es necesario conocer todos los secretos de los integrantes del grupo ¿no?

-… SI, comprendo eso.

-Bien, pues cuando alguien nuevo quiere saber nuestro origen puede pedirle a Xenmas este compendio, en él se encuentran todas nuestras historias, contadas y redactadas por nuestra propia mano. Desde que fue lo que Xenmas tuvo que superar, hasta lo que Xion tuvo que vivir.

-… Entonces, ¿es la historia de cada uno de nosotros?- preguntó bastante interesado en eso.

-Así es… esa es una forma más fácil de que te enteres de lo que nos pasó y lo que tuvimos que superar.

-¿Y sólo es cosa de ir a pedirla y ya?- preguntó sorprendido por lo fácil que pudo haber sabido antes todo lo que ocultaba la organización.

-Sí y no. Puedes ir a pedirla con Xenmas, te lo dará sin problemas, pero deberás escribir también tu historia.- No dijo algo más, esperando a que el chico hablase pero al ver que no lo hacía continuó. –Todos escribimos nuestra historia y la tuya es la única que falta, nadie conoce que te paso en realidad, hemos tratado de investigarlo, claro antes de que te nos unieras, pero no logramos encontrar nada, la información simplemente ha desaparecido.

-… Me imagine algo así… ellos dijeron que nadie iba a saber nada… parece cumplieron su palabra.-dijo en un tono bajo, más para sí que para el mayor.

No dijo nada, se quedó callado, tratando de analizar la reacción del menor, sólo en espera de algo que le indicase que podía continuar con la conversación o cambiar de tema.

-Bien… voy a… voy a hacerlo, en cuanto lleguemos iré con Xenmas… y escribiré mi historia.

-… te darán todo un día libre para eso.

-¿En serio?- preguntó sorprendido,- ¿sólo por eso?

-Sí, sólo por eso, pero ya verás que es una lectura pesada y también… escribir tu propia historia es un proceso difícil.

-… Lo creo- dijo dudando todavía un poco. –Pero… voy a hacerlo.

Sonrió al escuchar eso, al menos sabía una cosa con seguridad y eso era que Roxas contaba con decisión y una vez que decidía hacer algo, lo hacía. No había forma de echarse para atrás. Se acercó de nuevo al menor para abrazarlo, dándole un beso corto. –sé que podrás con eso.

Asintió a lo dicho por el otro. –Si… espero que sí.

 

Había sido muy fácil, relativamente fácil. Axel lo había acompañado, ambos habían entregado el informe de su misión, cosa que no llevó más allá de diez minutos y eso debido a todo el papeleo que Saix siempre les daba a llenar. Después de eso fue con Xenmas en busca de la información que necesitaba. Sólo unas cortas palabras con el mayor, una advertencia de que todo lo que leyese no sería rato para él y una promesa de que escribiría su versión. Apenas lo tuvo en sus manos fue camino a su habitación, Axel lo dejó solo alegando que lo mejor sería que lo leyese en la comodidad de su habitación debido a lo pesado que podría ser conocer todo aquello.

-Bien… entonces, esto en verdad es grande- dijo viendo el compendio, eran muchas hojas, parecía que en verdad había una gran explicación de cada uno de los miembros de la organización. Estaba sentado en la cama. –Entonces… será una lectura demasiado pesada.- dijo comenzando con la lectura. Con una descripción de la organización, hecha por Xenmas según le había dicho Axel. Tomó algo de aire para comenzar.

 

La organización XIII ha empezado como un pequeño proyecto, principalmente de un sitio en el cual todos aquellos que han burlado a la muerte una vez, que ha superado una fuerte caída y han aprendido de ella. Principalmente para todos aquellos que han sido olvidados y aislados de lo común. Por el momento ya han algunos posibles candidatos, sólo será cuestión de tiempo para poder charlar con ellos, tratar de que formen parte del grupo. Tengo confianza en este grupo, sé que podrá desarrollarse bien. Sé que muchos hemos sufrido y somos pocos los que hemos podido sobrevivir… mi historia comienza aquí.

 

Xenmas:

 

En mi vida he juntado muchas envidias, muchos enemigos. Cada uno de ellos más peligroso que el anterior, no podría explicar al completo cada uno de ellos o de las veces que intentaron librarse de mí. Fueron las suficientes como para perder la cuenta. La grandeza en este mundo es objetivo de ataques y de odios. Eso es algo que todos hemos tenido claro y seguiremos teniendo. Mi historia es larga, como posiblemente lo será la de todos los que entren a la organización. Pero trataré de que sea corto, no es una historia del todo interesante de todas formas.

 

En mi antigua vida, si anterior a todo esto que fue mi inicio, fui un empresario, uno exitoso. Me iba bien y contrario a lo que esperaba me sentía en verdad cómodo con ello. Un día cualquiera llegó una oferta para la empresa en que laboraba. Una buena oferta que no podía rechazar de ninguna forma… al final resultó ser una trampa, una forma de eliminarme. Comenzaron con mi trabajo, siguieron con mi estabilidad económica, siguieron con mi vida. Fui el centro de muchos ataques, quedé en la ruina, en la miseria. Todos aquellos que me prometieron su apoyo, todos mis socios, todos ellos me dieron la espalda, me dejaron en la calle a mi suerte. Sufrí un nuevo ataque, esta vez atentando contra mi persona, un disparo en un asalto que salió mal. No tenía dinero suficiente para comprar comida, o cubrir cualquier otra necesidad, fue mi última opción. El disparo fue de sujeto de seguridad del edificio, aquel que todas las mañanas me había saludado. Morí, realmente morí por algunos minutos, la bala pasó cerca del corazón. No sé quién me ayudo, ni siquiera sé si alguien lo hizo, sólo sé y recuerdo que desperté con un pañuelo en el pecho, aunque recuerdo que era más pesado, había sido un intento de detener la hemorragia. Puede que hubiese sido el acto de alguien que se apiadará de este pobre diablo. Tal vez del mismo que me dio el disparo. No lo sé… ni siquiera sé de qué forma logré llegar al hospital en ese momento. O cómo sobreviví después de que me negaran la atención, sólo sé que lo hice, tal vez fue la suerte, tal vez fue que simplemente la muerte también paso de mi persona, pero lo que si tengo claro, lo único que tengo claro es que logré sobrevivir a ello. Mi fuerza para seguir vivo fue mayor que el deseo de aquellos que quisieron verme muerto. Con eso fue que entendí a la perfección quienes debían formar parte de este grupo, de esta organización. Aquellos que estén en esa delgada línea que divide la vida de la muerte. Sólo aquellos que quieran seguir viviendo a pesar de todas las dificultades que se puedan llegar a presentar.

 

 

Xigbar

 

Escuché muchas veces que ser guardia es trabajo difícil, nunca lo creí. Sabía que llevaba sus peligros, nunca sabes qué día puede ser el último, tampoco si será un chico de 16 años queriendo entrar al bar o un adulto por completo borracho que sólo querrá pasarse de listo. El punto es que ser guardia de seguridad es uno de los peores trabajos que se pueden tener. Pero ganaba bien, al menos lo que se dice bien para alguien como yo. Tal parece que el ser un exiliado de la sociedad es algo de lo más común. En el sitio donde trabajaba ganaba bastante bien. Al menos para cubrir mis propias necesidades. Pero había una razón por la cual pagaban bien y el puesto llevaba mucho tiempo vacante… los tres anteriores habían terminado en el hospital, nada grave, sólo habían acabado en el hospital.

 

No hice caso de eso, mi historia no es tan mala como algunos la imaginan o piensan, sólo fue mala suerte tras mala suerte. Un chico borracho, cerca de 19 años, acompañado de un par de chicas que también se encontraban ebrias. No hace falta ser un genio para saber qué fue lo que paso. Él quiso impresionar, ellas le incitaron a hacerlo, yo lo había sacado del bar. Una navaja, mi cuerpo frente a él, el alcohol en sus venas, tal parece que le fue muy sencillo apuñalarme. Un golpe por la espalda, no sé necesito de más. Se escucharon gritos, alboroto, llegó la policía, Y ahí se perdió todo. Fue la suerte de un borracho, eso me dijeron, me apuñalaron el bazo. Maldita suerte de principiante. Es aquí donde entra mi semejanza con el grupo, mi único requisito a cumplir para entrar. Ver a la muerte a los ojos, burlarme en su cara y regresar a la vida. Olvidándome de todo, en verdad una experiencia así te cambia la vida, quieras o no.

 

Xaldin

 

Ser el objetivo de alguien no es fácil, para nada sencillo, más cuando ese alguien es capaz de liquidarte con mucha facilidad. Es curioso como por las pitas que uno lleva en la vida diaria, como algo a lo que le coge cariño, que le agrada, que le gusta, puede llegar a convertirse en lo que más problemas va a causarte. Mis pintas nunca han sido buenas, al menos no desde que las rastas se han incrementado a mi colección. Pero tal parece que tener unas facciones serias puede llegar a provocar problemas, demasiados problemas. En el vecindario donde vivía, uno de los mejores, nunca fui aceptado. Todos me dejaban a un lado, me excluían porque podría ser peligroso, demasiado peligroso tanto para su familia como para sus hijos. Era una amenaza. Aunque realmente nunca me hubiese metido con alguno de ellos. No es como que fuese buscando los problemas, ellos sólo llegaban a mi puerta.

 

Se hizo un comité de vecinos, no sé muy bien si sea así como se llaman, la cuestión es que varias veces fueron a hablar conmigo, querían que me mudara, que me fuera del vecindario, que no era bien recibido. Eso lo sabía a la perfección, pero no iba a darles el gusto de irme. El sitio era un buen sitio, así que ¿por qué habría de irme?, ahora creo que debí de haberlo hecho. Porque ese día, el día de la última charla fue que me di cuenta de toda la maldad que puede albergar un ser humano, aunque también fui capaz de conocer mi propia fuerza. Los vecinos se unieron, más hombres que mujeres, ellos lo llamaron acto de seguridad, la policía lo llamó masacre, yo lo conocía por linchamiento. No sé hizo nada en mi defensa, se argumentó que me lo había buscado. Sólo así lograron sacarme, en una camilla, medio muerto. Sentía que sólo me quedarían minutos de vida, pero tal parecía mi orgullo no iba a permitirlo, mi voluntad fue más, pero tuve que salir de ese lugar, vendí mi hogar, tuve algo de dinero para solventarme. Pero fue hasta entonces que conocí la crueldad. Y hasta ahora, no he conocido algo peor.

 

Vexen

 

Sé que no soy el único que ha sufrido las consecuencias de las envidias, lo sé a la perfección, pero en lugar de que estas fueran la causa de mi ruina, al menos en cuanto a la reputación que tenía, fueron la causa de que perdiese mi vida y todo lo que había llegado a conocer. Estaba en medio de un gran descubrimiento, justo en la empresa que me contrato, que me dio una oportunidad. Aunque eso no significara que fuese el mejor ambiente laboral que pudiese llegar a tener. Fue cuestión de tiempo. Pero desde los primeros días no fue bien recibido, no era aceptado, aunque no fue algo que me extrañara, mucho menos que me afectara. Al final de cuentas esa ha sido la historia de mi vida. El extraño, el raro, el fenómeno. Supongo que algo que muchos aquí han experimentado al menos una vez en la vida.

La cuestión es que logré algo que todos aquellos inútiles que se hacen llamar mis compañeros no consiguieron. Iba a ser un éxito, un gran triunfo, algo que me daría la gloria que en ese momento había estado buscando... todo se fue al diablo. Fue la envidia. Alteraron todo, lo echaron al perder. Quisieron jugar a lo que yo era, alguien que sabía lo que hacía. Fue una explosión, una de gran magnitud. Todo por la broma de esos chiquillos que creyeron conveniente cambiar los químicos. Que creyeron que era divertido jugar con todo o que ya se había logrado… hubo muertes y entre esas muertes pude estar yo. La explosión me ocasiono heridas, fuertes heridas, cicatrices y el repudio de todos aquellos que me catalogaron culpable, tuve que salir del lugar. Fue su chivo expiatorio, al final de cuentas era alguien prescindible en el sitio, alguien demasiado fácil de sustituir.

 

Lexaeus

 

No daré tantas largas a mi historia, no es como que fuese algo nuevo o algo que cualquiera quiera saber. Fui alguien indeseable, eso es todo. Ese fue mi gran error, el ser alguien indeseable, el no encajar con nadie. La sociedad se encargó de apagar todas las ilusiones que yo tenía. Hasta ahora todos los problemas que han tenido han sido ocasionados por ajenos. Yo fui en parte mi peor enemigo, lo que los demás hacían no me importaba y estoy seguro que a la mayoría le va a pasar así. A todos nos pasa así, somos nosotros nuestros peores enemigos, no hay más. Pero no es como que un accidente de tren haya sido ocasionado. Morí, renací. Eso es lo que me pasó. Si uno no encuentra su lugar en el mundo, se llega a un punto en el cual acepta a la muerte, la anhela pero no la busca, sólo quiere dejar todo atrás, pero su liga, su orgullo, le dice que aún puede soportar, todavía puede soportar lo que venga. Porque la verdad es esa, somos fuertes aunque parezca que no lo somos. Morí y renací, no me quise dar por vencido así que ¿por qué habría de rendirme tan pronto? Esa es mi verdad y no hay más. No quiero morir aún sin haber disfrutado de mi vida.

 

Zexión

 

Mi familia siempre fue pequeña, no recuerdo siquiera si llegué a conocerla en su totalidad, pero lo que recuerdo es que se trataba de nosotros tres. Mi madre, ella era hermosa y mi padre, él siempre fue valiente. Éramos tres, éramos felices, claro que eso es lo que piensas cada que vives en una fantasía. No recuerdo mucho de ellos ahora, pero sé que en su momento nunca los olvide y no los olvidaré, al menos la existencia tan corta que tuvieron en mi vida.

 

Quedé huérfano, con eso he dicho todo. Un huérfano de una familia pequeña, nadie que pudiese hacerse cargo, los hogares adoptivos, cada uno peor que el anterior. Nadie acepta con facilidad a alguien nuevo en su familia, más si ese alguien nuevo significa una boca más para alimentar. Guarde furia y rencor contra todo. Nadie quería cuidar de mí, yo no los necesitaba aunque me dijeran que sí. Crecí solo, viví solo y creí que moriría solo. Mejor eso a soportar gritos, palizas o malos ratos con aquellos que se creían capaces de formar parte de mi familia, de una familia de sólo un integrante. Fue soledad y desolación… que alguien te obligue a pertenecer a un sitio al que sabes no perteneces es lo peor que te puede pasar. Porque de alguna forma te sientes perfectamente como un intruso, como un extraño, como alguien que no merece estar ahí. Un lugar el cual no es tu sitio. Hagas lo que hagas.

 

Hui, muchas veces hui, pero al menos puedo decir que, en algún punto de haberme perdido logré encontrarme en este sitio molesto y lleno de locos. Pero al menos son unos locos soportables y yo soy parte de ellos. Eso lo tengo más que claro.

 

Säix

 

Tener amigos idiotas es la peor suerte que uno puede tener, detenerse una y otra vez a tratar de salvarlos, sin importar las circunstancias. Es valor de idiotas, uno del cual yo sufría y puede que aún lo tenga, no lo sé. Aún no he encontrado a ese idiota que tenía por amigo, por el cual llegué a esta situación, a una donde me olvide de todo y no quise ni podré volver la mirada hacia atrás, porque sé que los veré a ellos. Y todo lo que nos hicieron y lo que estuvieron a punto de hacernos.

 

Aceptó que a veces, en muchas situaciones fuimos unos busca pleitos, nos metíamos mucho en sitios que no debíamos de haber entrado. Queríamos jugar a ser los héroes, los justicieros y eso nos costó nuestra salud e integridad física. Nos topamos con un grupo que tenía más armas, que estaban mejor preparados, un grupo que no tenían problemas para lidiar con un par de chiquillos. Recuerdo esa golpiza, recuerdo todo eso aunque no quiera hacerlo. Tuve pesadillas, tuve algo de ansiedad, de paranoia. Y tengo culpa. Yo había querido quedarme con él, apoyarlo, pero él decidió quedarse, darme tiempo. Yo escape, la adrenalina me permitió escapar, pero en cuanto llegué a un lugar más alejado comencé a sentir el dolor, tres costillas rotas, a punto de perforarme un pulmón, varios golpes y sus notables consecuencias, golpes en la cabeza, algunas dislocaciones. Incluso heridas de armas blancas. Todo eso y más, todo ocasionado por una pelea. El cómo me recuperé fue por Xenmas, fue él quien me encontró y me ayudó. De cierta forma me salvo, pero la culpa me carcomía y fue eso más que todo lo que sufrí y todos los demás sufrieron, lo que me ayudó a decidirme. Me uní a él, a ellos. Porque podrían ayudarme a encontrar a mi amigo, a ese idiota que poco le importó su vida con tal de ayudarme a escapar. Axel idiota.

 

Axel

 

Lo primero que esperas al leer todo esto no es que tu amigo te llamé idiota. Creo que podría decirse que me pasó exactamente lo mismo de cuando desperté después de esa pelea. Recuerdo que abrí la boca de más. Dije cosas que no debía decir, reté a la persona equivocada y Säix también termino sufriéndolo. Al ver que todos ellos se acercaban a nosotros, que incluso había comenzado a golpearlo a él fue que tuve que actuar, no recuerdo bien lo que hice. Todo lo que sucedió ese día esta borroso, fueron muchos golpes a la cabeza según me dijo el médico, según me dijo mi hermano, según me dijo mi madre y mi padre. Tal parecía era algo normal que no recordara nada de eso. Pero todavía tengo algo de sensaciones que me lo recuerdan. Aunque no es como que eso se olvide así de fácil. Menos aun cuando estás acostumbrado a todo eso. Recuerdo haber preguntado por Säix, él también había sufrido, puede que no hubiese terminado sin despertar por tres días, ¿o fueron más?, no lo recuerdo y eso es frustrante. El punto es que no lo encontraban y eso era lo que me preocupaba. ¿Había podido escapar?, ¿lo habían encontrado? Me encerré en ello, en esa idea y apenas pude salir del hospital me dediqué a buscarlo. Me olvidé de todo, sólo me centré en eso. Y pues, la búsqueda que me ocasiono más golpes y miseria por fin dio sus frutos. Al final de cuentas logré encontrarlo en un lugar más que apto para la versión de mí que era en ese momento.

 

Demyx

 

Siempre tuve un sueño, un grandioso sueño. Fue el de quedarme en casa siempre que quisiera, tocando mi guitarra todo lo que quisiese, sin que nadie se molestara, sin que nadie me mandará. Ese era mi gran sueño y pensaba que en cuanto lo cumpliera iba a ser lo mejor que me pasara. Que iba a poder morir en paz porque había podido conseguir lo que quería… pero no fue así. Creo que nada es como uno quiere, al menos no para todos nosotros… creo que somos un puñado de sujetos que tiene una suerte totalmente asquerosa, de la mierda. Digo, nos ha pasado de todo, desde antes y después del evento que nos pusiera aquí. Chicos, creo que debemos de ir a que nos hagan algún hechizo o cosas de esas, ya saben para poder tener buena suerte que buena falta nos hace.

 

Pero también, bueno, de alguna forma mi sueño se cumplió. Quedé en cama… tocando sólo mi guitarra y ese momento fue, aunque nunca jamás vaya a admitirlo, el más triste de mí hasta entonces vida. Fue un incendio, estaba en casa, solo. Mis padres de viaje, creo que fueron con mis abuelos, sí, me parece que así fue. Yo me quedé dormido como lo haría cualquier chico. Sólo basto el olvidar una pequeña llama, ni siquiera puedo recordar que maldita llama fue, sólo recuerdo que desperté, llamas alrededor, sin escapatoria, sin nada. Fui a dar al hospital. Me quedé en cama, al menos en la de esa habitación blanca cerca de dos semanas. Nunca recibí una visita de mis padres. Fue tiempo después, justo cuando salí, que supe que ellos me habían dado por muerto. Nadie les dijo dónde estaba. Nadie sabía a qué hospital fui a parar. Ellos sólo se fueron, sin buscarme, sin reabrir heridas probablemente. Tal vez sigan vivos, no lo sé. Sólo sé que, en verdad, el Demyx que en ese momento habían conocido murió en ese infierno. Porque soy alguien distinto en este momento. Y sé que ellos no podrán soportar la culpa por no haberme buscado… ahora que lo pienso, debió de haber sido devastador pensar que su único hijo había muerto. Sinceramente, no los culpo por haberme olvidado.

 

Luxord

 

Todos me han dicho que el mundo de las apuestas es demasiado peligroso. Acepto que lo es, es en verdad peligroso, pero sólo si no sabes cómo moverte. Las apuestas, los fraudes, las trampas. Todo eso es lo que forma parte de ese mundo y si no sabes reconocerlos o llevarlos a cabo, estas completamente perdido en ese mundo. También lo estas si no sabes con quien llevarlos a cabo y con quién no. Hagamos la historia corta, aunque me la pidan con todos los detalles posibles:

-Jugué mal mis cartas.

-Me metí con quien no debía.

-Saqué una mano antes de tiempo.

-No tuve un buen farol.

-Perdí mucho dinero.

-Le quedé a debe a gente muy peligrosa, no tanto como yo, pero eran mayoría.

-Me jodieron, no en sentido literal, pero de alguna forma lo hicieron.

-Fui fichado.

-Casi me eliminan.

Y finalmente llegué aquí, con una maldita experiencia de muerte, un odio irracional con el mundo. Bueno, en parte. Y finalmente una verdad que a muy pocos se nos es permitida ver. La sociedad puede llegar a ser una mierda si se lo propone.

 

Marluxia

 

Sinceramente, la vida es completamente asquerosa. Quiero decir, alguien puede pagarte por el simple hecho de que termines con la vida de alguien. A mí me llegaban situaciones así. Tal parecía tenía cierta fama, pero es lo menos que puedes esperarte cuando tus habilidades con todos aquellos venenos que pueden llegar a hacerse con meros productos naturales son más que bastas y lucrativas. Después de todo no soy alguien que se alimente sólo de hojas o tallos.

 

Pero, oh linda vida, nadie sale impune. La vida nos jode a todos, al menos eso es lo que llegó a decir Kurt Cobain, o eso es lo que los rumores dicen. No lo sé, no me consta. Pero el karma, bueno, esa es otra cuestión. Lo que yo hice, el envenenar a algunas personas por dinero parece que no le gusto a una persona. Nunca supe quien fue, pero vaya que me dejo al borde del abismo. Estaba batallando entre la vida y la muerte y justo como la mayoría de aquí lo ha hecho, salí, viví por mis propios medios. Tuve secuelas, pero logré sobrevivir, al menos tomar algo que me permitiera el seguir vivo por el tiempo suficiente para crear un antídoto. Aun hoy día buscó que fue aquello con lo que me envenenaron. Estoy por descubrirlo, pero por mientras tengo que tomar ese pequeño suplemento que me permite el seguir vivo. Sigo luchando contra esto, todavía no termina mi experiencia de vida o muerte. Pero pronto lo hará, sino, al menos sé que morí luchando y resistiéndome. Intentando salvarme.

 

Larxene

 

No recuerdo quien soy, hay personas que se pierden, personas que dicen no saber quién son. Yo no lo recuerdo. Y es frustrante, es demasiado frustrante el escuchar a todos aquellos que se hacen llamar tu familia decirte que antes eras alguien linda, alguien tierna, alguien seria y que no era tan fácil hacer enojar. ¡Maldita sea gente, yo ni siquiera recuerdo quien era, mucho menos quienes son ustedes! Fue un golpe en la cabeza, el cómo y quién me lo dio, no tengo idea, nunca quise descubrirlo. ¿Para qué?, ¿para ir por el hijo de puta que lo hizo?, tal vez fue un exnovio, tal vez fue alguien a quien le debía dinero, tal vez fue ese malnacido de mi jefe que no aceptó que no quería acostarme con él… oh, pero esperen. ¡Fue él!, ese grandísimo hijo de perra.

 

Nunca quise saberlo, pero terminaron diciéndome, tal vez sólo para ver cómo me afecta, pues me afecto más de lo que esperaban. Tal parece yo pague mi negligencia laboral y él, bueno el pago la maldita broma que hizo. No le fue muy bien. ¿Ya había dicho que soy buena con la electricidad?, después de todo, ¿por qué ser gentil con un hijo de puta que te ha quitado todo lo que alguna vez fuiste? Después de ello me volví chica de las calles, no una puta que se abre de piernas al primer saco de mierda que se le acerca. Aprendí a moverme en las calles, aprendí a sobrevivir, eso me trajo hasta aquí. A esta santa casa de locos, pero bueno, al menos ellos resisten más los golpes que la porquería que me trajo hasta este punto de mi vida. A veces me caen bien…

 

Xion

 

La vida no es mala, tampoco es cruel… es totalmente indiferente a nosotros. Si quieres sufrir, sufre, si quieres vivir, hazlo. Aunque no tengas ni una maldita idea de lo que haces. Mi vida desde que recuerdo ha sido un asco, un verdadero asco. Desde el desprecio de aquellos con los que convivir, desde sus quejas, reprimendas y verdades dichas de forma cruel. Lo más cruel posible. La vida no es linda, ni larga. Es un asco.

 

Yo no luche, no busqué sobrevivir, no tuve ningún accidente, ningún ataque, ningún enemigo que buscase mi muerte. Sólo yo, fui mi mayor enemiga. Fui únicamente yo quien decidió mi muerte. O al menos el intento de ella. Dejé mis brazos, mi cuerpo con demasiadas marcas, de todos tipos, no me agradaba como me veía, no me agradaba estar en este mundo. Tomé mi decisión. Yo no superé a la muerte, yo la atraje a mí y lo que fue peor… ella sólo se burló en mi cara de lo patética que me veía. La próxima vez no fallaré. Lo haré bien, al menos que sea lo único que haga bien.

 

Levantó por primera vez la cabeza, había leído mucho, se había enterado de muchas cosas, demasiadas que tal vez no le correspondían saber. Ahora no podría ver a la organización de la misma manera. Tomó aire, necesitaba calmarse. Se talló los ojos, de repente le ardían en demasía. –Así que,- se comenzó a decir sintiendo la voz ronca la garganta reseca- esto es la organización. –le dolía la cabeza, tenía algunas punzadas, pero trató de calmarse, uno podría leer todo eso y no sentir nada, pero él podía comprender un poco de lo que todos habían vivido, porque él también lo había sufrido. Dejo el compendio en la cama, a un lado, para poder levantarse y acercarse a la ventana, quería algo de aire. –Son muchas cosas… muchas historias.- pero de alguna forma, de una que no sabía si alguien más podría entender se sentía con energías, tal vez por el hecho de saber que no era el único que había pasado por algo malo, por no sentirse solo. Sea como fuese, en ese momento sólo quería estar con Axel, disfrutar de lo que tenían, de lo que podían llegar a tener y de lo que le quedaba de vida. Después de todo sabía que él también había pasado esa prueba, esa por la que la mayoría de la organización había pasado. Burlar a la muerte por al menos unos años más.

Decidido buscó una pluma, un lápiz, lo que fuese que le permitiese escribir, regresó a la cama, tomando el libro, porque eso parecía, y lo abrió justo donde la historia de Xion terminaba. Tomo un poco más de aire y comenzó a escribir, comenzando con su nombre –Roxas…- se detuvo, iba a ser una historia larga. –La razón por la que llegue aquí es complicada, más por el hecho de que incluye a dos personas que gran importancia, una leyenda y un héroe…- eso llevaría un buen rato. 

Notas finales:

He de decir que este capítulo fue largo, se me hizo demasiado largo, pero ya, el próximo cappitulo será el último de "historia 0" y después regresaremos a la terrible relación que ha quedado con ambos grupos y varios detallitos que no se han mencionado. 

 

De cualquier forma trataré de que la próxima actualización sea el viernes, así que dense una vuelta a estas horas, porque no creo poder seguir respetando lo de entre 6 y 7 de la tarde. 

 

Entonces, nos estamos leyendo.

 

Drakarfox


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