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Encanto por neblinadesol

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Notas del capitulo:

¡Holis, gente! 24-1-2016, recien acabo de terminar el capi D:, agradezco a quienes dejaron reviews y ya saben...

Los personajes son de NARUTO de Kishimoto Masashi sensei

Errores de ortografia serán corregidos más adelante, si los hay :D

El olor nauseabundo del callejón despabiló a Naruto que se levantó de entre la mugre. Lo bueno es que al caerse allí, la montaña de basura en bolsas mal cerradas amortiguó su aterrizaje, miró hacia arriba y los dos guardias le hicieron muecas de disgusto a la que él contestó con un saque de lengua, se sacudió la ropa pese a que olía mal y corrió por el pasillo de la callejuela en dirección de bajada, porque estaba seguro que saldrían a buscarlo, tenía que encontrar la salida al puerto, recorrer sus bordes y luego de ubicarse, ir en dirección al lugar donde dejó a su corcel  y finalmente encaminarse al castillo.

Qué fácil es pensarlo todo, se detuvo cuando vio a varios metros a los dos hombres blandiendo espadas correr hacia él, giró sobre sus talones y emprendió la huida para el otro lado.

Mientras lo hacía, le surgió una idea, si Sai había logrado secuestrarlo,¿ también fue él el que envió la carta para el puerto citándolo en nombre de su padre?  Pues le parecía muy raro que a  pocos días de haber partido, le llegara el misterioso aviso de regreso. Tal vez de algún modo sabía de los movimientos del castillo…Mmm… o hay delatores-ttebayo…

 

Sasuke volvió a abrir sus ojos, la joven lo había tocado con intención de que despierte.

—Levántese, ya llegamos.—El ruido de voces lo pusieron en alerta y se sentó nervioso, el sonido de la llave girando y otros sonidos exteriores lo asustó y se apartó de la puerta que era abierta en ese momento. Un hombre alto de apariencia joven y de piel morena, le tendió la mano a la joven en frente suyo que se lo ofreció bajando del carro. Sasuke cerró los ojos pretendiendo olvidar que estaba en algún lugar desconocido, lejos de su gente, lejos de su hermano y de Naruto.

—…Naruto…—suspiró…¿estaría buscándome?...

Otro hombre, más joven, rubio y de piel clara entró al carruaje. Sasuke lo miró aterrado despertando de su ensoñación pues en sus manos tenía una daga.

—Por favor mi príncipe, deme sus manos para soltarle.—el azabache parpadeó saliendo del susto, el chico tenía una voz suave y tranquila, lentamente estiró sus brazos y el joven los tomó delicadamente, usando el filo del cuchillo cortó las telas y miró desaprobatoriamente las débiles marcas del roce con la piel que el azabache acariciaba.

—Mi nombre es Shii, si me permite lo acompañaré a sus recintos.

—¿Dónde estoy?, ¿por qué me secuestraron? ¿Mi primo…?—El chico solo levantó la mano e hizo el gesto de silencio. Sasuke le miró con pesar y el joven al contemplar la cara del doncel que pese a tener rastros secos de lágrimas lucia hermoso, se sonrojó y desvió la vista en signo de arrepentimiento.

—Mi príncipe, esas respuestas le serán dadas luego de que se acomode apropiadamente. Por favor…—le tendió la mano con una dulce mirada y Sasuke dudoso lo tomó, juntos bajaron del carro, el sol estaba en su apogeo, apenas levantó el brazo para cubrirse los ojos, luego giró su cabeza a ambos lados, las calles estaban repleta de soldados de extrañas vestiduras, diferentes a las de su reino, sintió que le apretaban levemente la mano y comenzó a caminar junto al joven rubio siendo observado por las tropas que estaban apostados en línea formando un camino cerrado, muchos de los hombres lo veían con sumo respeto  y otros con miradas lascivas. No sabía dónde estaba, suspiró  y se llevó una mano al pecho ¿de qué valía saberlo si nunca había salido del reino?, tenía miedo. No conocía nada del exterior de no ser por las pláticas con Naruto.

…Naruto…

Se mordió labio, ¿Qué estaría haciendo?, ¿ya sabría de lo que ocurrió en el castillo?¿Quiénes eran los que estaban con su primo?,…Sai…no  lo entendía...¿por qué?...

 

Subió las escaleras de un enorme edificio donde se escuchaba el bullicio de una fiesta hasta llegar a una gran habitación que tenía sus puertas de par en par esperándolo, todo dentro estaba decorado de blanco y tres doncellas al lado de las puertas se inclinaron a modo de saludo.

 —Mi príncipe, mi rey desea que lo honre con su presencia.—El joven se inclinó y cerró las puertas dejándolo solo con las chicas, las doncellas se acercaron con ropas limpias y una le indicó con un gesto para que la siguiera. Sasuke suspiró y lo hizo. Vieron una tina llena de agua y otras dos doncellas esperándolo con jabón y perfumes en sus manos.

 

 

El embajador del país del Remolino tenía entre sus manos un pedazo de madera y miraba retadoramente al grupo de personas que lo rodeaban, ya eran ocho sin contar a los cuatro caídos e hizo un mohín de disgusto, estaba cansado y perdido, dar vueltas por los callejones para perderlos, no fue buena idea, y ahora estaba en una sombría esquina de una callejuela de viviendas viejas y techos bajos, cada vez que uno osaba reducirle, lo noqueaba a duras penas luego de una buena lucha pero otro tomaba su lugar y las fuerzas se le estaban yendo. Se limpió el sudor de la frente con la manga.

—Oh, Te ves tan encantador—A Naruto le dio un tic, esa voz irritante junto con su presencia no hacía más que enojarlo, y sabía que lo decía para que se desconcentrara….maldito Sai…

—Deja de jugar con mis hombres y vámonos de luna de miel.

—Y una mierda—…Está loco-ttebayo…, miró su tosca arma, un pedazo de madera gruesa, pronto se partiría, sería inútil seguir  resistiendo pero al menos pensaba que el golpe final lo recibiría ese chico maniático.—No creas que tendré compasión con un doncel como tú. ¡Así que sal de mi camino-ttebayo!

—¡Tú serás mi futuro esposo, esto es lo que siempre…!

—OOh, ¿pero que tenemos aquí?¿Una pelea?—Un joven con ropas sucias estaba cómodamente sentado en un bajo tejado y miraba burlón toda la escena. Naruto y los demás vieron hacia quien les habló, la cara llena de piercings y el pelo naranja con una banda negra en su frente.

—Gente extraña, deberían pagar por estar en MI territorio.—Sai estaba por replicar cuando más hombres salieron de la nada y se apostaron en los bajos techos de la callejuela, todos mostraron sus caras cubiertas con las capuchas y ladearon con cierta sonrisa las espadas y armas en sus manos. Ciertamente los duplicaban en número. —Sino, ya puedo hacerles trabajar con sus cuerpos, en especial a ese lindo doncel, y no quiero quejas, por lo que puedo observar todos están saludables. —Y sonrió más haciendo una seña con su mano para que sus hombres bajaran a donde estaba el reducido grupo. Los pocos hombres que acompañaban a Sai dieron vuelta y salieron corriendo ante los intimidatorios gestos los desconocidos. Un par saltaron detrás del pelinegro y lo tomaron de los hombros impidiéndole escapar, otros dos se acercaron a Naruto, éste blandió su arma y se puso en posición. Escucharon la risa de su líder y también rieron.

 —Naruto Uzumaki, estábamos buscándote.—el rubio lo miró desconcertado

—¿Qué? ¿Com..?—El pelirrojo bajó hasta la calle y se acercó al dúo.

 —Mi amigo Itachi está…—movió la mano ligeramente buscando la palabra correcta —…que …¿”trina”?…—miró a sus camaradas de manera inocente y sus hombres se rieron nerviosos.

—¿Amigo?...¿él?—Naruto lo miró de arriba a abajo con cierto recelo. Ya casi perdió la confianza en cualquiera que pareciera amable.

—Deberías agradecerme niño bonito. Ya van dos—el ojicielo levantó una ceja sin comprender —¿Quién crees que “obligó” al barco de los Hyuuga a retrasarse en su viaje?

…¿Oh?...

Pero luego todo se sumió en silencio, la cara del líder pelinaranja se puso seria y se cruzó de  brazos mirando al pelinegro que se removía tratando de zafarse de sus captores.

—… ¿Qué… sucede-ttebayo?—lo dijo con temor y miró la cara de Sai que le sonrió falsamente.

—Anoche, alguien irrumpió en los calabozos y la bestia que estaba encerrada fue liberada,—Naruto se asombró, ese hombre sin duda conocía los secretos del castillo  —hubo algunos heridos pero no pudieron atraparla, pero lo más importante es que la ciudad está en estado de sitio, nada sale y nada entra…—ante las palabras Naruto tragó saliva, Itachi no era alguien capaz de paralizar la ciudad por eso y el temor de las palabras de Sai calaron en su mente, el pelinaranja suspiró—…Nuestro príncipe, el hermano menor del rey fue secuestrado.

La falta de aire en los pulmones casi lo ahoga llevándose una mano al pecho donde la pequeña alhaja colgaba y retrocedió un par de pasos siendo vigilado por los presentes.

 

…Sasuke…

…Mi Sasuke…

 

 

Tú…—su voz fue tétrica y con un veloz movimiento dio en la mejilla del pelinegro tirándolo  al suelo. —¡Es mentira! —rugió Naruto y se arrojó para desquitarse con el doncel, pero los dos hombres a su lado lo tomaron de sus ropas y le impidieron hacer nada.

¿Qué le había hecho Sasuke? ¿si  casi nunca salía de su habitación?¿Tanto odio, puede pudrir un alma?

Ahí tenía la prueba.

Quería llorar con solo pensar que la habitación tan llena de luz por la presencia de su amado en estos momentos estuviera vacía.

Jamás le dio motivos a ese…esa basura. Hinata era  polvo a su lado.

Así que corrió alejándose de los hombres y del pelinaranja ,con el corazón desesperado, buscando salir de ese laberinto.

…¿Cómo estará Sasuke?¿tendrá miedo? Mataré a quien le toque un solo cabello…¡ Mierda!...No, es mentira , él estará allí….—¡Debemos volver al castillo-ttebayo!—No quería creerlo hasta verlo con sus propios ojos.

—¡Ey, espera!...arg… —el pelinaranja se frotó la sien y miró a unos de sus hombres, uno joven  —ve e indícale el camino…

 

 

 

Aunque les preguntó, las jóvenes no abrieron su boca mientras lo bañaron, peinaban, perfumaban  y vestían con un largo  vestido blanco con cintas en los hombros. Luego  de probar apenas bocado, se encontraba admirando el movimiento de la ciudad y la altura donde se encontraba. Desde allí podía ver el movimiento del puerto y más allá las calles atestadas de comerciantes. No había banderas que le brindaran algo de información así que supuso que solo era un pueblo. Al rato la chica con quien llegó en el carro abrió la puerta y entró  examinándolo con ojo crítico.

—Eres igual a los otros…—susurró, a lo que Sasuke oyó y no comprendió.

—¿A quiénes?

—Nada, si todo sale bien se aburrirá de tí…—dijo de mala gana mirando al gran ventanal.

—Por favor, ¿por qué pretenden ser amables conmigo? No lo entiendo…—le miró a modo de súplica y la chica luego de verle desvió nuevamente sus ojos para posarlo en un enorme florero.

—Mi nombre es Anko, soy la jefa principal de la servidumbre de mi reino.—e inclinó su cabeza —Mi rey es un hombre bastante imprudente y cuando algo se le mete en su mente hace estupideces que puede costarnos mucho a todos. —Sasuke se acercó a ella con los puños cerrados por el nerviosismo.

— ¿Rey? ¿De qué país? ¿No eras prisionera?¿En dónde estamos?

Ella suspiró—El de la Nube. Soy sirvienta contra mi voluntad.—Caminó hasta  la mesita y acarició las flores —Estamos en una zona portuaria a cientos  de kilómetros al sur de su reino, cerca de la frontera —El azabache se asustó, …¿entonces estuvimos viajando toda la noche?...—Pero pronto zarparemos en el barco insignia.

—¡¿Qué?! ¡Pretenden sacarme del país sin mi consentimiento! ¡Esto sería…!

—Ya dije que solo es un capricho de mi señor, lo liberará cuando satisfaga lo que busca y retornará a su ciudad. — Hizo una mueca de preocupación—…eso espero…Por favor, acompáñenos alteza.—…¿Qué querrá?...A lo que el azabache asintió derrotado siguiéndola para acabar con aquello que el rey extraño quería de él.

 

 

El ruido acabó en un instante cuando las puertas del salón se abrieron junto a la voz que resonó potente

—¡Silencio! —Todo el salón vio con expectativa a la sirvienta principal con su acompañante. El hombre cuya voz retumbó vestía liviano por el calor, era el rey por su porte y voz autoritaria, el rubio se levantó de su asiento y caminó pausadamente  como midiendo el tiempo entre paso y paso observó lo sencillamente vestido que estaba, los cabellos azabaches remarcando su cara, esos ojos  tan oscuros como sus pensamientos pecaminosos …quiero poseerlo ahora mismo...esa boca…escuchar sus jadeos, sus suplicas …, al ponerse en frente de  Sasuke su sombra lo cubrió por completo, el ojinoche  jamás lo había visto pero su presencia intimidaba no solo con su gran cuerpo sino que su mirada estaba cargada de deseo y eso lo puso sumamente nervioso, hecho que provocó que diera un paso hacia atrás, pero el rey rápidamente le detuvo tomando su mano derecha y dándole un beso en el dorso de la mano. 

—Su alteza…—Habló ronco. —Mis ojos morían por ver su belleza—Sasuke se mordió la lengua, y agachó la cabeza, no sabía qué hacer, es decir un hombre halagándolo, era lo que comúnmente lo fastidiaba pero no podía siquiera rebatir nada, o alejarse pues  con solo mirar a su alrededor toda la gente que lo observaba esperaba su reacción, a lo que solo asintió lentamente, quería que todo al fin terminara para regresar a su hogar. Los invitados aplaudieron y gritaron vítores que asustó al joven Uchiha y retiró su mano del rey. El soberano se dirigió a su corte y con voz fuerte dijo:

— Señores, si me disculpan, su alteza y yo debemos atender un importante asunto…—los presentes festejaron y la música continuó. El gran rey apoyó su mano en el pequeño hombro de Sasuke y lo empujó a seguir el camino que le indicó, seguido ambos por Anko.

 

 

Itachi Uchiha tenía las manos hechas puños y se enterraba las uñas en la palmas, paseaba de un lado a otro del gran salón mientras insultaba a su capitán que agachaba cada vez más la cabeza y daba órdenes a gritos a sus  jefes de guardias que obedecían sin chistar saliendo del salón con pesadumbre y temor ante las amenazas de su rey. El soberano lucia más ojeroso y cansado pero eso no era lo que sus hombres veían sino el aura que cargaba, algo que los incitaba a bajar la cabeza y hasta casi arrastrarse por complacerlo.

De repente las puertas de su salón se abrieron dejando ver a sus invitados.

— ¡Señor! ¡Aquí su primo!—entró de repente el pelinaranja  y arrojó el cuerpo  de Shimura a los pies del rey que cayó de rodillas—Uzumaki  estaba con él.

— ¿Naruto?—Pero el aludido estaba corriendo por las escaleras, porque aunque oyó las palabras de Sai, la confirmación de ese chico  y ver la cara de Itachi , aún no lo quería creer, deseaba que la angustia que lo consumía y que se alojaba  en su pecho desaparecería con ver la habitación donde  lo encontraría escondido entre los almohadones riéndose del engaño.

Su imaginación anterior lo llevó a la triste realidad. La habitación estaba vacía y revuelta, caminó entre algunas de las prendas esquivándolas para no pisarlas ignorando a una sirvienta que lloraba y los levantaba.

Apretó los puños y  los dientes conteniendo la furia en su interior.

 

El rey levantó de golpe tomándolo del fino vestido a su primo y le sonrió.

—MI querido primo, debo darte la mala notica, tu padre falleció—Sai arrugó el ceño y ladeó su cara evitando ver los ojos del rey.

—Pero yo me salí con la mía —Itachi entrecerró sus ojos negros.

—Cierto.—De su ropa sacó un abrecartas y se lo enterró en el ojo del pelinegro que gritó por el dolor y se tapó la cara con las manos, Itachi lo arrojó al piso con desprecio.—Ahora me dirás  dónde está mi hermano si no quieres quedarte ciego.

—No sé nada...—dijo pelinegro tragándose su dolor, mientras la sangre manchaba el vestido y el piso.

—Tu padre no opinó lo mismo antes de morir— Sai lo vio confundido con su ojo sano tratando de tapar el otro con un pañuelo que retiró de su pantalón.

—¡Tu!…¡Tu mataste a mi padre!

—Él sólo se mató.Ahora…—Y caminó en dirección a su primo que al verle con su único ojo retrocedió de espaldas en el piso.

Ver al rey con una sonrisa en su rostro mientras le apuntaba con el abrecartas, mientras todos los presentes le cerraban cualquier vía de escape, hizo que Sai temiera por su vida, no por morir sino porque a través de la mirada del rey pudo comprender que la muerte le sería lenta, muy lenta.

Naruto se detuvo en la base de las escaleras vio a la gente formando un circulo donde Itachi y Sai estaban en el centro y el segundo sangraba en la cara.

 Y recordó la conversación con ese doncel, al instante  gritó:

—¡Él dijo algo sobre Sasuke y el rey del país de la Nube!,¡debemos hacer algo-ttebayo! —Sai sentado en el suelo miró al ojicielo con ternura ante la atenta mirada de los demás.

El joven pelinaranja asintió pensativo para luego mirar a Itachi que se petrificó al escucharlo y decir —Si eso es cierto, ningún barco con o sin insignia puede salir del puerto, así que…—se quedó en silencio y al unísono con el Uzumaki. Ambos dijeron—…¡Por tierra!

 

 

 

La gran recamara era espejada en todas las paredes, Sasuke alzó la vista, podía verse lo espejado hasta en el techo, lo cual lo puso más nervioso, era como estar en una asfixiante burbuja, se preguntaba  que era lo que el rey  quería proponerle, porque dada las circunstancias lo más obvio era que hablara con su hermano, pero no le gustó la manera en que fijó su vista a cada movimiento que hacía, se revolvió las manos intimidado. Anko se quedó a su lado con cara resignada cuando el rey daba ciertas órdenes a sus guardias en la puerta y caminó hacia una pequeña mesa en donde colocó un par de cestos de comida y bebida. De reojo volvió a mirar al azabache.

…Parece  muy joven e inocente… pensó y suspiró. Se acercó a Sasuke y le dijo al oído —Te aconsejo que tomes esto, harán rápido efecto y no dolerá—El ojinoche parpadeó mirándola con confusión recibiendo en su mano izquierda una pequeña botellita —Perdón.—Y se alejó dejándolo en medio de la recamara.

Sasuke miró el líquido azul, y lo olió su aroma, era de hierbas amargas y buscó la etiqueta que decía “sonmifero” y entonces comprendió,  abriendo sus ojos a la realidad y comenzó a temblar, sus dientes tiritaban de miedo y dejó caer lágrimas de impotencia, retrocedió hasta llegar a la pared y cerró los ojos al escuchar la puerta cerrarse, los volvió a abrir  y vio al hombre que lo miró con una gran sonrisa.

—No creas que tomando eso podrás escapar de mí.—y antes de que Sasuke se llevará el líquido a la boca el rey le golpeó la mano blanca  arrojando la botellita que  se rompió al tocar el suelo, antes de que el azabache reaccionará lo tomó del brazo y lo arrojó de espaldas a la enorme cama.

 —¡NO! —gritó Sasuke tratando de levantarse pero el rey se subió y le tomo de los hombros, se puso  de rodillas rodeando  su delgado cuerpo y tiró de las telas rompiéndolas y dejándole  ver el pecho lampiño que respiraba agitado.

—¡De verdad, eres un sueño!,¡ y cuanto voy a disfrutar de este cuerpo!—Se lamió los labios y se acercó a los rosados pezones.

—¡Por favor! ¡Suélteme!—en sus ojos negros había suplica…¡Naruto!...,pero nadie le salvaría, estaba solo.

 Esos ojos negros,  al rey le excitaron más.

—¡Después de esto serás mi reina!¡¡Jajaja!! —  …¡Alguien!...estaba solo en un lugar desconocido a merced de un hombre que lo sometería pues el aliento sobre su  piel se acrecentaba y gimió buscando escapar como el aire ante esa prisión.

 …¡Naruto!…

 

Por una vez en su vida deseo ser fuerte como él para poder escapar de esas manos. Algo acarició su piel.

—¡¡NOOOO!!

Y ante de caer en shock, sintió que un ardor en su cuerpo lo envolvió.

 

 

 

 

 

Un fuerte  ruido silbante le hizo abrir los ojos temerosos, ya no sentía el peso del otro cuerpo sobre él.

Sangre.

Vio sangre salpicada en el techo y frente a sus ojos al abrirlos, los cerró y sintió el líquido caliente recorrer su cara y parte de su cuerpo.

Un suave pitido en sus oídos  desapareció  y luego escuchó un gritó lastimero.

—¡AAAArgh!

Al sentirse liberado con temor se sentó en la cama y se llevó una mano al pecho cubriendo su desnudez, vio sangre cubriendo sus brazos, las sabanas y manchando gran parte del vestido, al alzar más la vista  vio al rey que  lo miraba con ojos desorbitados de espanto y retrocedía tomándose el muñón, sintió algo caliente a su lado, y se horrorizó, era el brazo que faltaba, respiró entrecortadamente tratando de recuperarse y sin querer volteó a ver su reflejo en la pared. Y su cuerpo tembló más, pese a la sangre que lo cubría, pudo verse a sí mismo.

Pero no era él.

Algo salía de su espalda. Todo su cuerpo se paralizó.

Abrió la boca para gritar por la impresión sin emitir nada.

 

Oyó el grito del rey:

—¡MONSTRUOOO!

 

 

 

 

Notas finales:

 DDD:, gente: ¡¡ gracias por leer!!!

¡Hasta la próxima actualizacion!¡Cuidense!


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