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Te amo, tal como eres. por Miluno

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Notas del capitulo: Hola a todos, se que tendran dudas, pero les explicare... el capitulo 20 por alguna razon no se subia completo. Asi que tuve que eliminarlo, no queria dejar a todos con un capitulo incompleto. Asi que traje este mucho mas largo para disculparme por no haber podido subirlo. D:
Ahora disfruten, por cierto.... GRACIAS POR LAS 20,000 leidas, SOY TAN FELIZ (se desmaya)
Se encontraban Takano y Ritsu en la habitación de Takano, aunque Ritsu seguía sin moverse desde hace un rato. Al parecer la pérdida de su madre le había dolido mucho, se encontraba en un estado similar al de Takano cuando Oda falleció. De modo que Takano tenía que animar a Ritsu, de alguna manera tenía que hacerlo.
-Ritsu, mírame.-Dijo Takano haciendo que Ritsu lo volteara a ver.
-¿Qué pasa, Mune?-Pregunto Ritsu sin mucho ánimo.
-Necesito que me ayudes a buscar algo.-Dijo Masamune llevándoselo y subiéndolo en su espalda. Pronto empezó a correr hacia cierta parte del castillo. Primero paso junto a un librero lo movió dejando ver una puerta secreta, por la cual entro. Dejando ver un largo pasadizo secreto, a oscuras y siendo iluminado tenuemente por unas antorchas.
-¿Qué es este lugar Mune?-Pregunto Ritsu un poco asustado. Pero Masamune no le respondió y simplemente siguió su camino, haciendo que Ritsu se pusiera un poco nervioso. Y así siguieron ese camino hasta llegar a un cuarto, limpio y hermoso. Pintado de color dorado, como si fuera oro. En el centro del cuarto había 10 cajas, todas eran diferentes. Una de madera, otra de plata, otra de vidrio, otra de diamante, pero todas eran hermosas.
Masamune lenta y totalmente tenso se acercó a una de plata, la cual tenía un candado. Lentamente se sacó un collar que tenía en el cuello, el cual tenía una pequeña llave. Acerco la llave hacia el candado que tenía la caja, y la abrió.
Dentro de esa caja había un colgante de plata que tenía una flor de loto en el centro, había una carta, un uniforme negro y un conejito de peluche. Junto con una foto de… Oda Ritsu, y sin darse cuenta Masamune empezó a derramar unas lágrimas. Haciendo que Ritsu se acercara curioso a lo que había en la caja y al verlo abrió sus ojos sorprendido. Se acercó lentamente a la caja y tomo con mucho cuidado el colgante de plata, empezó a llorar cuando lo reconoció. Era el mismo colgante que Masamune le había dado antes de morir.
-¿Aun guardas esto?-Pregunto Ritsu conmovido, triste, feliz, y sobre todo sorprendido.
-Sí, lo guarde durante todos estos años, esperando el momento indicado para volver a dártelo. Creo que también te acuerdas de la carta, el conejito de peluche y el uniforme, ¿no es así?-Pregunto Masamune. Haciendo que miles de recuerdos volaran a la mente de Ritsu.
=FLASHBACK=
Hace mucho tiempo, antes de que Masamune se fuera con sus nuevos padres adoptivos y que Ritsu falleciera. Estos dos se encontraban jugando muy felices, y pues de repente en medio del juego Masamune decidió mostrarle algo a Ritsu. Le dijo a Ritsu que esperara y fue corriendo hacia su cuarto, donde de su armario saco un uniforme negro de preparatoria. Y bajo con él para enseñárselo a Ritsu.
-Mira Ritsu, este uniforme lo usaremos los dos cuando vayamos a la preparatoria. Obviamente el mío será más grande que el tuyo y ambos lo usaremos con orgullo.-Dijo Masamune con una enorme sonrisa.
-¿Promesa?-Pregunto Ritsu.
-Sí, es una promesa.-Dijo Masamune, aunque lastimosamente esa promesa no pudo ser cumplida (por razones de fuerza mayor pero aun no hablaremos de eso.)
=Unos días después=
Masamune se encontraba en el suelo un poco rojito de que Ritsu le hubiera regalado algo por su cumpleaños. Era un bonito peluche de conejito, el cual tenía una varita y unas alas de hada (si, es twinkle).
-¿Es para mí?-Pregunto Masamune desconcertado y un poco sonrojado.
-Si, por que hoy es tu cumpleaños.-Dijo Ritsu, pero vio como Masamune bajaba el cabeza, totalmente sonrojado.
-G... Gra… Gracias.-Dijo Masamune aun con la cabeza agachada. En su cumpleaños nunca le habían regalado nada, sus padres nunca estaban, no tenía amigos y pues siempre se la había pasado solo. Y así le conto eso a Ritsu y este solo pudo sonreír y pasar ese día junto a él. Así que ese fue el primer regalo de Masamune, eso lo ponía infinitamente feliz. De modo que ese día fue uno de los más felices en la vida de Masamune.
=Después de la muerte de Ritsu=
Masamune se encontraba en su habitación totalmente aislado de todos, mientras que abrazaba con fuerza la carta que Ritsu le había dado, ese uniforme, el collar que le había regalado a Ritsu y a ese conejito de peluche. Mientras que lloraba triste. En su mente había un total desastre quería encontrar a Ritsu, pero no sabía si podría hacerlo, y después de ver ese estado por dos semanas Kirishima decidió hacer algo.
-Masamune, mira se lo que se siente perder al amor de tu vida. Así que todos nuestros tesoros hay que guardarlos en un lugar muy especial. Les diré eso a los demás y tú lo harás también.-Dijo Kirishima y después de eso hicieron ese lugar secreto y todos pusieron sus tesoros ahí dentro.
=FIN DEL FLASHBACK= (estoy llorando como loca ;-;)
-Ritsu, sé muy bien que esto es duro para ti. Y también pase por eso cuando tu moriste, pero yo creo que tu madre en algún momento tiene que reencarnar al igual que tú lo hiciste.-Dijo Masamune.
-Mune, quiero que hagamos una promesa.-Dijo Ritsu haciendo que Masamune le pusiera atención.
-¿Qué promesa Ritsu?-Pregunto Masamune interesado.
-Quiero que si alguno de los dos morimos, el otro lo busque hasta encontrarlo. Independientemente de que seas tú o que sea yo.-Dijo Ritsu poniendo su dedo meñique dando a entender que esa promesa seria irrompible.
-Está bien.-Dijo Masamune uniendo su meñique con el Ritsu haciendo esa promesa y sellándola para siempre. Ambos se dieron una pequeña sonrisa y se agarraron la mano para empezar a caminar hacia donde estaba la salida.
Ambos en todo el camino no se vieron a los ojos pero se encontraban totalmente conectados. Y ambos llevaban la caja de plata con todos los valiosos tesoros dentro, avanzando lentamente hacia la habitación de Takano. Totalmente tranquilos sin prisas ni pausas (eso ha sonado extraño._.) mientras que estaban totalmente conectados. Todo ahí se aclaró vieron como miles de vidas pasadas les pasaban ante los ojos, pero justo cuando llegaron a la habitación de Takano, algo los hizo pararse. Algo que ninguno de los dos sabían y que estaban a punto de descubrir… (Ha llegado Hybrid Child >:D)
=………=
Se encontraba un pequeño castaño observando a 4 niños caminando tranquilamente, se encontraba solo debajo de un árbol solo. Al parecer estos niños se encontraban hablando de algunas cosas sin importancia cuando de repente uno de ellos, de pelo negro y ojos negros también lo volteo a ver, ante esto el pequeño castaño se sorprendió y observo como lo miraban, cuando de repente aquel niño decidió voltear hacia los otros y pregunto.
-¿Quién es el?-Dijo ese chico, a lo cual los demás contestaron.
-Tsukishima (;-;), es uno de los hijos del ministro, ¿Kuro, no lo sabias?- Le dijeron los cuatro niños.
-Nunca he hablado con el.-Dijo aquel niño.
-Siempre se queda ahí mirando.-Dijo uno de los demás niños.
-Preguntémosle si quiere jugar.-Dijo el chico que había visto a Tsukishima (Kuroda)
-¿Qué? Olvídalo, mi madre dice que hay algo malo con él, como si su cuerpo fuese débil o algo.-Dijo uno de los niños. Otro dijo.
-Si es muy débil, estallaría en fiebre solo por jugar.-Dijo ese niño.
-¿Qué es lo que tiene?-Pregunto aquel pelinegro interesado.
-No lo sabemos, nos adelantaremos.-Dijeron los otros 3. Aquel chico solo pudo voltear a ver a Tsukishima (;-; estoy sufriendo como no tienen idea)
El pequeño castaño solo pudo ver hacia otro lado, totalmente triste. Y tras un breve momento de reflexión decidió irse, cuando de repente escucho que le decían.
-¡Juega con nosotros!-Grito aquel niño que no había dejado de verlo. Haciendo que el castaño se detuviera y lo volteara a ver sorprendido. De repente aquel niño se le acercó y le dijo.
-Hey, si quieres jugar con nosotros solo dilo y ya.-Dijo aquel extraño chico.
-Pero la gente dice que no puedo correr como los demás.-Dijo el castaño un poco desanimado.
-Si tu cuerpo es débil, solo entrénalo, ¿eres un hombre, no?-Dijo aquel niño y rápidamente llamo a otro de sus compañeros y dijo.
-Seiya, ¿Podemos llevarlo con nosotros?-Pregunto aquel chico (Kuroda) a lo que el otro le dijo que si podían.
-Está bien, vamos entonces.-Dijo el pelinegro sorprendiendo a Tsukishima. Y lo agarro de la mano y empezó a correr llevándose a Tsukishima con él, el cual al principio quiso negarse. Pero no pudo hacerlo y siguió corriendo al lado del pelinegro.
=Después de mucho tiempo=
Se encontraba un pelinegro cansado, tanto que estaba jadeando con un vendaje en el cuello y una mirada decidida. Obviamente le costaba mucho moverse y cada movimiento le dolía, pero él se estaba dirigiendo a un palacio muy antiguo y de repente se acercó a dos hombres y les dijo.
-Yo soy Kuroda, ¡déjenme entrar!-Dijo intentando entrar mientras que aquellos dos hombres solo intentaban detenerlo. Y este empezó a decir.
-Tsukishima… ¡¡¡¡TSUKISHIMA!!!!-Grito aquel pelinegro. Haciendo que ese grito llegara a los oídos de un castaño que se encontraba en el interior del palacio. El cual seguía escuchando como gritaban su nombre (esto es una tortura ;-;)
-Kuroda-dono no podemos dejarlo pasar.-Dijeron aquellos 2 hombres impidiéndole el paso al pelinegro.
-Maldición, déjenme pasar.-Dijo Kuroda intentando entrar y finalmente después de unos intentos logro pasar. Y empezó a correr hacia el interior del palacio. Ahora se encontraba en el interior de una habitación jadeando mientras que observaba a un castaño. El cual lo observaba sorprendido, y observando como el pelinegro lucia totalmente cansado.
-Te ves muy terrible, ¿está bien que te andes moviendo así por ahí?-Dijo aquel castaño. Pero eso pareció no importarle al pelinegro.
-¡¡¡Tu estas…!!!-Dijo Kuroda pero fue detenido.
-No andes gritando a la media noche.-Dijo aquel castaño, aun observando como el pelinegro seguía totalmente cansado. De repente el castaño se metió al castillo con Kuroda detrás. Y una vez totalmente adentro le pregunto.
-¿Cómo están tus heridas?-Pregunto el castaño.
-No importa, se están curando con los vendajes.-Dijo aquel pelinegro. Haciendo que el castaño lo viera con tristeza y le preguntara.
-¿Cómo esta Seiya? Escuche que estaba en serias condiciones-Dijo el castaño.
-Está muy malherido.-Dijo Kuroda recordando a su camarada y amigo.
-Ya veo, me preocupa. Desearía poder ido a verle-Dijo el castaño. Haciendo que el pelinegro diera un respingo.
-He oído que tu tomaras toda la responsabilidad.-Dijo Kuroda haciendo que el castaño volteara a verlo.
-Si, por favor, cuida de todos.-Dijo el castaño con una sonrisa de resignación.
-¡¿Qué cuide…!?-Dijo Kuroda pero fue interrumpido.
-Si hubiéramos ganado, me hubiera gustado que los 3 fuéramos a ver los cerezos.-Dijo el castaño viendo hacia otro lado para no ver la mirada de Kuroda.
-Pero las cosas no siempre salen bien. Estoy muy preocupado por Seiya, así que cuídalo de mi parte. Por favor. Tú eres de esos tipos molestos que seguirán con vida sin importar lo que pase. No hay necesidad de preocuparme por ti.-Dijo el castaño viendo como Kuroda lo veía con una cara de enojo.
-¿Por qué me miras con esa cara tan espantosa? Realmente es una mirada atroz.-Dijo el castaño con una sonrisa viendo a otro lado.
-Al final tú siempre coges la mejor parte y te vas, ¿cierto?-Dijo Kuroda haciendo que el castaño se sorprendiera.
-Es porque tu nombre quedara en los libros escrito como “Tsukishima el hombre que se suicidó por su pueblo” o algo así. Seguro serás recordado como una gran figura de la historia.-Dijo Kuroda haciendo que Tsukishima volteara a verlo impresionado y enojado.
-Kuroda, ¡¿Cómo te atreves a decir eso!?-
-Es verdad, ¿no?-
-¡¿Qué!?-
-Déjame decirte que los que se quedan atrás son los que sufren más que los que mueren.-Dijo Kuroda totalmente enojado.
-¡¿Qué dijiste!?-
-Puede que para ti este bien y acabar así con todo este desorden… Pero ¡¿Por qué no te detienes y te pones a pensar como seria estar en mi posición!? (“No…”)-Pensó Kuroda.
-¡Kuroda! (“No”) Hay cosas que puedes decir y otras que no deben ser dichas (“esto no era lo que quería decir”)-Dijo Tsukishima.
-¡Nadie las dice, por eso las estoy diciendo yo! (“Yo solo quería verte y decirte, quiero decirte… Yo quiero decirte”)-Pensó Kuroda.
-Si eso es todo lo que has venido a decirme entonces… ¡Lárgate! ¿Cuándo yo…?-Tsukishima fue interrumpido cuando Kuroda lo empujo y lo lanzo contra el piso. Rápidamente se puso sobre Tsukishima.
-¿Que…? Detente… Kuroda.-Intento liberarse pero… Kuroda lo beso. Después lo vio totalmente sorprendido.
-¡¿Es que acaso tu no entiendes?! Cuando una persona muere… ¡Es por si misma!-Dijo Kuroda haciendo que Tsukishima empezara a llorar.
-Regresas a la tierra y eso es todo. Los únicos que sufren son los que quedan atrás, nosotros somos los que tenemos que limpiar después de tu pequeña farsa. Aunque físicamente todo haya acabado, los recuerdos aún permanecen. Y francamente no quiero tener que soportarlo, no te quiero decir esto para molestarte. Pero si realmente estas empeñado en morir…-Hizo una pausa y…
-¡¡¡PRIMERO LLEVATE MIS RECUERDOS Y LUEGO VE Y MUERETE!!!-
-¡¡¡Lo hare pero antes déjame decirte… Desde que éramos pequeños, tu siempre has estado riéndote de mí y tratándome como un idiota, siempre escuchaste lo que decía Seiya pero no a mí!!!-
-¡Yo!... ¡¡Yo!!... ¡¡¡Yo te…!!!-Fue interrumpido por Kuroda.
-¡Ibas a decir te odio! ¡¿No es cierto!?-
-¡¡No lo digas antes de que yo lo haga!! ¡¡¡Tú siempre estas así…!!! ¡¡Tú siempre…!!-
-¡¡¡Yo también te odio!!!-
-¡¡¡Cállate!!! ¡¡¡Yo te odio demasiado!!! ¡Realmente te odio!-No pudo aguantar más y rompió a llorar.
-Tsukishima…- Lentamente Kuroda acaricio la cabeza de Tsukishima.
-Detente, Kuroda… Detente…-Dijo Tsukishima con la voz quebrada.
-Es suficiente… Ambos necesitamos dejar de hablar…-Tsukishima se aferró con un abrazo a la espalda de Kuroda.
-(“Y cuando amanezca… Las vidas que conocíamos desaparecerán…”)-
Esa noche ambos dejando las palabras que solos los herían fuera, se convirtieron en uno solo, con las luces apagadas y únicamente la luna iluminándolos. Ese acto de amor estuvo enormemente cargado de emociones, aunque sería el último.
-(“Por eso conservare esta imagen...”)-En el fondo de la habitación Tsukishima se encontraba vistiéndose, con el pelo suelto.
-(“De nuestras vidas que conocíamos tan bien…”)-Ahora Tsukishima se encontraba abriendo la puerta y saliendo de la habitación.
-(“Conservare esta eterna marca en mi…”)-Se veía como Tsukishima cerraba la puerta y salía de la habitación.
-(“Y para cuando llegue el mañana…”)-Se veía la habitación totalmente sola, únicamente con Kuroda en ella.
-(“Tan solo seguiré respirando normalmente…”)-Se ve a Kuroda acostado en el piso con una mirada cubriendo su mirada.
-(“No llorare…”)-Se ve como Kuroda levantaba la mano de su mirada y como empezaba a llorar a mares.
-(“¿Por qué es necesario llorar?...”)-Kuroda empieza a llorar mucho más, al darse cuenta de que su amado Tsukishima, se había… ido. (Estoy llorando como una maldita fuente DDDDx, estúpido y sensual Hybrid Child)
=Después de unos días=
-Escuche que el señor Tsukishima se ha suicidado.-
-Realmente es una lástima, era muy joven.-
-Sin embargo nuestro clan está a salvo por ahora.-
-Eso es lo que probablemente él hubiera deseado.-
Esas eran las palabras que constantemente repetían la gente del pueblo, pensando que conocían la verdad y sin conscientes que con ellas lastimaban profundamente a la última persona que Tsukishima había visto antes de morir, Kuroda. El cual solo podía caminar sin rumbo fijo recordando a su amado Tsukishima. Ahora Kuroda se encontraba en su casa, sentado entre una enorme pila de libros. Viendo directamente hacia la nada, sin expresión en el rostro. Luego vio como un muñeco que había intentado crear hace tiempo caía.
Y finalmente después de algunos años, Kuroda logro crear un Hybrid Child. El cual lucia físicamente idéntico a Tsukishima, así que después de crearlo decidió llevárselo para que aprendiera nuevas cosas. Tales como hablar y respirar, de modo que en un momento dado el pequeño se le acerco y con una rama de cerezo que había arrancado, le dijo.
-Es… Ecu… che que t.. Te gus… tan las flor… es, por eso… te las doy.-Dijo levantando la rama hacia Kuroda, el cual amargamente solo pudo recordar a su amado Tsukishima diciéndole eso… Inmediatamente se tiro al suelo y se puso a llorar amargamente.
Kuroda simplemente decidió el mejor momento para volver a reunirse con su Tsukishima… Y simple y fácilmente después de unos años, finalmente dejo la tierra y partió hacia donde se encontraba su amado Tsukishima. Pero igual siguieron reencarnando. Hasta esta reencarnación, la cual era Masamune y Ritsu.
=………=
-¿Qué fue eso, Mune?-Pregunto Ritsu después de haber visto eso.
-Probablemente fueron nuestra primera vida.-Dijo Masamune. Aunque estaba conmocionado después de haber visto todo eso, nunca imagino que en una vida alguien podía sufrir así. Pero al menos lograron volver a encontrarse. Y obviamente no iban a desperdiciar ese tiempo.
-Ritsu, no hay que desperdiciar tiempo.-Dijo esas palabras con doble sentido.
-¿A qué te refieres?-Dijo sin entender pero apenas le dio tiempo de entenderlas cuando Masamune lo beso.
Se separaron solo para mirarse a los ojos antes de juntar sus labios en un tierno beso, un tierno y romántico roce, Ritsu estaba totalmente seguro de que quería pasar toda su vida junto a Masamune, Masamune subió las manos hasta la nuca de Ritsu profundizando ese beso.
Ritsu era un inexperto, después de todo casi nunca había besado a nadie. Esos apenas eran sus primeros besos y Masamune lo sabía, sin embargo no pudo evitar tratar de devorar los dulces labios de su amado.
De un momento a otro se separaron para tomar un poco de aire, sin embargo cuando volvieron a unir sus labios. Masamune metió su lengua dentro de la boca de Ritsu, ahora su lengua exploraba esa pequeña y caliente cavidad, a la vez que acariciaba suavemente la tímida lengua del contrario.
-Mmn, Mune.-Gimió Ritsu.
-Ritsu…-
Masamune lo tomo de la cintura y lo elevo, al sentirse elevado Ritsu enrollo sus piernas en la cintura de Masamune. Aun sin dejar de besarse Masamune camino lentamente hacia la cama sin dejar de saborear el dulce elixir de los labios de Ritsu. Cuando llegaron a la cama, Masamune recostó suavemente a su pequeño en la cama que ya habían compartido anteriormente.
Se colocó sobre el castaño y continuo besándolo dulcemente, dándose a entender con un simple beso lo mucho que se amaban, Masamune dejo los labios de su adoración y se posiciono en su cuello dejando besos húmedos, Ritsu ya había empezado a jadear, y el sonrojo en su rostro era más que evidente. Esos labios en el cuello de Ritsu le causaban un cosquilleo en el vientre que ya conocía, era un tanto extraña pero de algo estaba seguro, le encantaba y quería más.
Masamune pasó su lengua por el cuello de Ritsu, a lo que este volvió a gemir. Los adorables gemidos de Ritsu encendían a Masamune. Se aventuró a meter una mano bajo la playera de su niño, sintiendo esa suave piel con la yema de sus dedos, acariciándola y extasiándose con la sensación de poder tener a ese ser entre sus brazos.
Las manos subieron hasta los pezones, los cuales comenzó a acariciar, Ritsu se sobresaltó al no haberlo previsto. Aunque sonara extraño, le gustaba ser tocado de esa forma.
-Ritsu, me encantas.-Dijo Masamune, y volvió a atacar el cuello del castaño sin dejar su labor en el pezón derecho.
Otra de las manos del lobo bajo hasta el muslo de Ritsu acariciándolo con pequeños movimientos circulares. Pequeños suspiros salían de la boca de Ritsu encendiendo más a Masamune.
El pelinegro se hartó de las restricciones y quito la camisa del castaño, ahí fue donde Ritsu se dio cuenta de lo que estaban haciendo y aunque le costara admitir, ahora quería que siguiera. Quería pertenecerle a Masamune de todas las maneras, se entregaría a él, en cuerpo y alma. Seria de él, por siempre y para siempre.
Una vez Ritsu quedo con el pecho desnudo, Masamune se alejó un poco, contemplando la hermosa vista que tenía. Su pequeño semidesnudo, con ese pequeño y delgado pecho que estaba siendo decorado con esos lindos botones rosas, su pecho subía y bajaba por la apresurada respiración, su castaño ahora tenía una mirada deseosa. No era posible que su amado pudiera ser increíblemente tierno y sensual a la vez.
Ahora bajo a mimar sus pezones, pero esta vez con su boca chupaba y acariciaba esos lindos botones rosas con movimientos circulares, dando una que otra mordida, sacando hermosos gemidos de la boca de su uke.
Bajo un poco más, dejando un camino de besos húmedos por todo el torso del castaño, acariciaba con sus manos los costados de su torso y sus delgadas y largas piernas. Los suspiros de Ritsu ahora eran más audibles cada vez hasta el punto de transformarse en gemidos, estaba completamente extasiado. Sintió como su seme volvía hasta sus labios, ahora fue el lindo castaño el que enredo sus dedos en el pelo azabache de su amado profundizando el beso. Un nuevo deseo de poder tocar al mayor lo invadió.
-Ahh… Masamune, quítate la camisa.-Dijo Ritsu.
Al escuchar eso, Masamune agarro y se desabrocho la camisa. No termino de quitársela, puesto que volvió a ver los húmedos labios del castaño y nuevamente el deseo de devorar esos rosados labios volvió a él, pero el hecho de que la camisa estuviera abierta fue suficiente para Ritsu, metió las manos y pudo sentir la suave y fría piel de su seme, Ritsu recorría con sus manos el fuerte pecho y la ancha espalda de Masamune.
Masamune hacia lo mismo y sus labios no se separaban, parecían un par de adictos. Ritsu levanto las rodillas y abrió sus piernas, dejando así que Masamune se acomodara mejor, este lo tomo de la cintura obligándolo a arquearse, haciendo que sus dos hombrías se rozaran. Sacando un gemido por parte de ambos.
Todas las sensaciones que sacudían el cuerpo de Ritsu eran conocidas por él, pero eso no evitaba que igual las sintiera como si fueran nuevas. Estaba un poco nervioso y temeroso, pero se dejaba llevar por las caricias de Masamune y terminaba cayendo en el abismo de la lujuria y la pasión, él sabía muy bien lo que vendría a continuación y estaba preparado para eso. Pero no le importaba mientras fuera él.
Masamune adentro una mano en el pantalón del castaño, obteniendo un gemido y un respingo por parte de su amado. Nuevamente se estaba adentrando en un lugar en el cual ni Ritsu tocaba. Sintió el pequeño y endurecido miembro de su amado y comenzó un masaje de arriba hacia abajo.
-Ahh… Masamune.-Gimió Ritsu.
-¿Te gusta?-Pregunto morboso.
-yo… no se… es extraño.-Dijo arqueando su espalda por el placer que Masamune le estaba brindando.
Ese leve movimiento en su parte baja lo estaba consumiendo, esa sensación era algo muy extraño pero indudablemente le gustaba, quería que Masamune siguiera, quería que lo hiciera más rápido. Pero la vergüenza se lo impedía.
Pero tal parece que Masamune le leyó la mente, ya que comenzó a hacer los movimientos con un poco más de fuerza.
-Ah… Masamune… y-yo.-
-No digas nada, solo disfrútalo.-
Ritsu ya no podía parar de gemir, era una sensación que lo estaba llenando por completo. Sentía un cosquilleo en su parte baja, quería que su seme apretara esa parte de su anatomía con su mano. El masaje comenzó a hacerse más rápido y apresurado, sacando altos gemidos de la boca de Ritsu, y así cuando ya no pudo más Ritsu se corrió.
-¡Ahh!-
Esa sensación que tuvo nuevamente fue indescriptible, sintió que había volado hasta el cielo y caído de el en un segundo. Y quería sentir eso otra vez, Ritsu jalo a Masamune por los hombros y lo acerco a sus labios, dándole un hambriento beso.
Aun entre el beso, Masamune uso su mano restante para bajar el short de su castaño, dejándolo completamente desnudo. Masamune aun con la esencia de su pequeño bajo sus dedos hasta la entrada del menor.
-Relájate.-
De repente uno de los dedos de su amado intentaba abrirse paso entre la entrada de Ritsu. Este intento detenerlo pero…
-Solo confía en mi y relájate.-Dijo Masamune al ver como su castaño se ponía nervioso.
Empezó a hacer mas presión y logro empezar a introducir uno de sus dedos en la estrecha entrada de Ritsu. El dolor comenzaba a embargar el cuerpo de Ritsu, junto con una extraña sensación de incomodidad.
Le dolia y solo era un dedo, el dedo en su interior comenzó a moverse. Primero de adentro hacia afuera, luego haciendo pequeños movimientos circulares. Unos minutos despues el dolor comenzó a desaparecer, empezó a ser reemplazado con placer. Pero justo cuando comenzaba a disfrutarlo otro dedo entro en el, haciendo que las oleadas de dolor volvieran. Nuevamente esos dedos comenzaron a moverse dentro de el. Y eso se repitió con los 3 dedos.
Despues de que la entrada de Ritsu se dilatara por los dedos, fue donde Masamune decidio sacar los 3 dedos del interior de su uke.
-¿Masamune?-
-No te asustes Ritsu, todo estará bien.-
Masamune termino de desvestirse, sacándose los pantalones. Y liberando su ya muy duro y excitado miembro. Suavemente se acomodo entre las piernas de su uke y posiciono su miembro frente a la entrada de su pequeño, al instante sintió a Ritsu sobresaltarse.
-Tranquilo Ritsu…-
El pelinegro comenzó a hacer presión, adentrándose poco a poco en la entrada de su castaño, extrañaba volver a juntarse con su amado de esa forma. Y sentir como su amado estrujaba su miembro con las calientes paredes de su interior y como su uke lo recibia gustoso.
-Ahh… Duele.-
-Ya pasara.-
El dolor que azotaba el cuerpo de Ritsu era muy fuerte, sintió como si lo estuvieran desgarrando por dentro. Trato de evitarlo pero al final no pudo evitar soltar unas pequeñas lagrimas.
Al verlas, el oji-avellana poso sus labios sobre cada una de esas gotas saladas. Y finalmente las limpio.
Cuando por fin estuvo completamente dentro, espero a que su uke se adaptara a la intromisión. Pero era difícil no moverse como una bestia dentro del interior de Ritsu, aunque su interior era caliente y delicioso. Estaba usando todo su auto-control para no moverse como una bestia en el interior de su amado.
Pasaron los minutos, solo se miraban y se daban pequeños besos, ambos tenían la respiración agitada. Obviamente ambos estaban algo agitados, Ritsu tomo por las mejillas a su seme y con una mirada le indico que podía empezar a moverse.
Masamune empezó con pequeñas y suaves embestidas, sintiendo un placer inimaginable. No podría controlarse por mucho tiempo.
Ritsu gemia con cada pequeña embestida, ya no sabia si de dolor o de placer, solo al sentir a su seme moverse dentro de el. Llenándolo de placer, estaba tremendamente avergonzado, por lo que tomo una almohada y tapo su rostro con ella.
-No, Ritsu.-Dijo Masamune dando una embestida mas profunda.
-Ah…-
-No hagas eso. Quiero ver tu rostro.-Dijo volviendo a hacer lo mismo.
Se agacho y con una mano retiro la almohada. Volviendo a embestir en el fondo de aquel pequeño ser, acerco sus labios y los unio en un ferviente beso.
Mientras disfrutaban ese calido beso, las embestidas volvieron a intensificarse, ahora eran un poco mas rapidas y fuertes. Los gemidos no se hicieron esperar, ahora Ritsu no tenia ningún rastro de dolor. Solo sabia que sentir a Masamune dentro suyo lo estaba volviendo loco.
Masamune separo sus labios de los de Ritsu. Tomo sus piernas pasándolas por encima de sus hombros, obteniendo asi una mejor posición. La cual aprovecho para embestir mas fuerte a su castaño, sintiendo un placer infinito.
Ritsu arqueo su espalda y se aferro a las sabanas, ya que las embestidas ahora eran mas fuertes y veloces. Ya no podía callar sus gemidos, con cada embestida salía un gemido de su boca.
-Ah… Ritsu.-
-Ma… samu... mune.-Dijo Ritsu con lagrimitas en los ojos.
Masamune se inclino sobre Ritsu, enterrándose aun mas en su interior. Ya no gemían, gritaban. El orgasmo llegaría dentro de poco y asi fue, solo despues de 5 estocadas, ya que en la ultima estocada el pelinegro logro tocar aquel punto en su uke. Haciendo que este llegara al orgasmo, contrayendo sus paredes. Apretando el miembro de su seme, haciéndolo correrse en su interior.
Cayeron agotados en la cama, donde se abrazaron. Sintiendo el calor del otro.
-Te amo, Ritsu.-Dijo Masamune.
-Yo también te amo.-Dijo Ritsu escondiendo su cabeza en el pecho del oji-avellana.
-Te amo demasiado, di que nunca me dejaras.-Dijo intensificando su agarre.
-Nunca, soy tuyo.-Dijo Ritsu.
-Si mio, solamente mio.-Dijo Masamune tapando a Ritsu y a el con la cobija. Ambos cayeron dormidos.
Despues de un rato ambos despertaron y se miraron directamente a los ojos. Se dieron un pequeño beso y se levantaron para vestirse, rápidamente terminaron de vestirse y se iban a retirar del cuarto. Pero a Takano se le ocurrio una idea.
Takano se encontraba tratando de devorar a Ritsu, pero este aun no se recuperaba del encuentro anterior que tuvieron y aun le dolia el trasero.
-“Necesito que me deje descansar por unas horas” Mune, tengo que hablar con alguien.-Dijo Ritsu.
-Con quien?-Dijo este totalmente celoso.
-“Piensa en alguien, un amigo cercano. Misaki!!!” Es que necesito hablar con mi hermano, que me pase una receta de cocina.- Y como si lo hubiera invocado apareció Misaki en el marco de la puerta.
-Ritsu, conoces a un tal Takano? Es que me perdi en el castillo, y Yukina me dijo que viniera con el.-Dijo Misaki.
-Soy yo, para que me necesitas?-Dijo Takano arrogantemente.
-“Es como me dijo Yukina, es idéntico a Usagi en actitud.” Usted es el mejor amigo de Usagi-san, verdad?-Dijo Misaki, pero inmediatamente Takano empezó a reírse.
-Usagi-san jajajaja, ya tengo algo con que vengarme por toda la burla que me ha hecho por el nombre de Mune.-Dijo Takano, al cual se le ocurrio una gran idea, se acerco a Misaki y le susurro al oído.
-Yo te dire todo lo que quieras saber de Usagi, pero tu me ayudaras a poner celoso a Ritsu. Solo sígueme la corriente.-Dijo Takano susurrándole al oído, haciendo que Ritsu empezara a preguntarse de que estaban hablando.
-Akihiko tiene buenos gustos, debo admitir que eres lindo.-Dijo Takano. Haciendo que Ritsu empezara a despertar celos.
-Ah, gracias.-Dijo Misaki totalmente avergonzado. Haciendo que Ritsu se pusiera cada vez mas celoso.
-Porque no vamos a mi habitación, ahí podríamos hablar mas tranquilos y sin nadie que nos interrumpa.-Dijo Takano llevándose a Misaki a su cuarto. Y con Ritsu totalmente celoso pisándoles los talones aunque Takano cerro la puerta y entro al cuarto con Misaki. (Y hicieron Yaoi Hard, ok no es broma)
Despues ambos entraron a la habitación y Takano le dio una paleta a Misaki.
-¿Para que la paleta?-
-Para que practiques, ahora haz lo que te diga.-
Una media hora despues Ritsu con curiosidad se acerco a escuchar a la puerta, y escucho lo siguiente.
-Metela mas profundo y chupala suavemente.-Dijo Takano.
-¿Asi?-Pregunto Misaki.
-Exacto, ahora pasa la lengua por la punta.-Dijo Takano.
-Pero… ¿Por que me miras tanto?-Pregunto Misaki nervioso.
-Para ver que lo hagas bien.-Dijo Takano.
-Pero ya no puedo.-Dijo Misaki.
-Vamos tu puedes, trata de metertela lo mas profundo posible.-Dijo Takano.
-“¿Que están haciendo esos dos?”-Se pregunto Ritsu.
-Vamos Misaki, ya falta poco.-Dijo Takano.
-¿QUE ESTA PASANDO AQUÍ?-Entro gritando Ritsu. Pero vio como Takano empujaba una paleta en la boca de Misaki mientras que lo veía con una sonrisa burlona. En lo tanto Misaki estaba totalmente confundido.
-Takano me dijo como hacerlo “eso” a Usagi-san, pero me dio una paleta para que practicara.-Dijo Misaki, aun con la paleta en la boca.
-Ya puedes retirarte Misaki, gracias por tu ayuda.-Dijo Takano. Y Misaki se retiro.
-¿Asi que celoso?-Dijo Takano con una sonrisa arrogante.
-Mmn..-Dijo Ritsu haciendo un puchero.
-Bueno si no me contestas… Tendre que castigarte…-Dijo Takano con una sonrisa de “para sacarte la verdad, tendrá que sufrir tu trasero”. Y asi es como Ritsu quedo paralitico (ok no).
Notas finales: Espero que les haya gustado

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